MENSAJES
El primer día de cada mes, Nuestro Señor le dicta a Ana un nuevo mensaje para toda la humanidad sobre Su llamado a servir.
Mayo 1, 2010
Jesús
Mis queridos apóstoles, cuántas veces tienen desafíos personales cuando ustedes tratan de proclamar La Buena Nueva. Esto trae con ello la tentación de conectar la autenticidad de La Buena Nueva con su santificación personal. Ay, descubren que no alcanzan, desde luego, porque ustedes sirven con las limitaciones de sus imperfecciones humanas. ¿Disminuye esto la fuerza de Las Buena Nueva que ustedes han sido llamados a compartir? ¿Disminuye esto la autenticidad de La Buena Nueva? No. Su humanidad imperfecta es sin embargo testimonio de la magnitud de La Buena Nueva. Sí, el alcance de La Buena Nueva es tal que cada uno de Mis pequeños apóstoles se convierte en un verdadero heraldo, no obstante las imperfecciones humanas. Cada uno de ustedes es singularmente calificado para ofrecerle La Buena Nueva a un mundo herido. Verás, Mi querido apóstol, que es através de tu aceptación de tu propio dolor y ofreciéndote a tí mismo para sanación que te conviertes en Mi mayor ejemplar. Ustedes, con su complacencia para aceptar la sanación y con complacencia para desarrollarse, muestran a otros lo que Yo estoy ofreciendo al mundo en este tiempo de Renovación. Bella humanidad, qué ardiente es Mi deseo de sanarlos, de consolarlos, de traerlos al Padre donde ustedes encontrarán eterna dignidad y confianza. Yo deseo ardientemente que ustedes acepten Mi amor. Hay personas que aún esperan conocerme, pero es através de tu aceptación de Mí, con completo abandono, que Yo seré llevado a ellos. ¿Acaso Yo los abrumo con Mi trabajo? ¿Encuentran en Mi amistad una cruz pesada de cargar? Déjenme asegurarles, que es sólo en esta cruz que encontrarán su felicidad.
El primer día de cada mes, Nuestro Señor le dicta a Ana un nuevo mensaje para toda la humanidad sobre Su llamado a servir.
Mayo 1, 2010
Jesús
Mis queridos apóstoles, cuántas veces tienen desafíos personales cuando ustedes tratan de proclamar La Buena Nueva. Esto trae con ello la tentación de conectar la autenticidad de La Buena Nueva con su santificación personal. Ay, descubren que no alcanzan, desde luego, porque ustedes sirven con las limitaciones de sus imperfecciones humanas. ¿Disminuye esto la fuerza de Las Buena Nueva que ustedes han sido llamados a compartir? ¿Disminuye esto la autenticidad de La Buena Nueva? No. Su humanidad imperfecta es sin embargo testimonio de la magnitud de La Buena Nueva. Sí, el alcance de La Buena Nueva es tal que cada uno de Mis pequeños apóstoles se convierte en un verdadero heraldo, no obstante las imperfecciones humanas. Cada uno de ustedes es singularmente calificado para ofrecerle La Buena Nueva a un mundo herido. Verás, Mi querido apóstol, que es através de tu aceptación de tu propio dolor y ofreciéndote a tí mismo para sanación que te conviertes en Mi mayor ejemplar. Ustedes, con su complacencia para aceptar la sanación y con complacencia para desarrollarse, muestran a otros lo que Yo estoy ofreciendo al mundo en este tiempo de Renovación. Bella humanidad, qué ardiente es Mi deseo de sanarlos, de consolarlos, de traerlos al Padre donde ustedes encontrarán eterna dignidad y confianza. Yo deseo ardientemente que ustedes acepten Mi amor. Hay personas que aún esperan conocerme, pero es através de tu aceptación de Mí, con completo abandono, que Yo seré llevado a ellos. ¿Acaso Yo los abrumo con Mi trabajo? ¿Encuentran en Mi amistad una cruz pesada de cargar? Déjenme asegurarles, que es sólo en esta cruz que encontrarán su felicidad.
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