27 de Mayo del 2010
Mensaje Público
San Agustín dice: “Alabado sea Jesús.”
“Así que hoy quiero que analicemos cómo funciona internamente una conversión. Ninguna conversión se da fuera de la Divina Voluntad o fuera de la libre voluntad. Puesto que la Voluntad de Dios es siempre y eternamente la conversión continua de todas las almas hasta que alcancen la salvación, puedes ver que la conversión de corazón depende exclusivamente de la cooperación del hombre con la Voluntad de Dios.”
“Comprende, entonces, que el hombre elige si responde o no a su propia conversión en cada momento presente. Dios le da a cada alma todas las gracias necesarias en cada momento presente para elegir su propia salvación –su santidad personal– incluso su santificación.”
“Analicemos las razones por las que la humanidad no elegiría la conversión. Estas razones siempre emanan del amor propio desordenado. Tal vez la persona ha puesto al dinero en su corazón como un falso dios. El amor al dinero dispone al alma para transgredir muchos de los mandamientos de Dios, pues el dinero es visto como el medio para la felicidad. La avaricia, los celos y las mentiras consumen el corazón; o quizá el corazón ve al dinero como un medio para el poder y el control. Entonces el alma pierde de vista el amor a Dios y al prójimo. Ella permite que la ambición la abrume en cada momento presente.”
“Para que se dé una conversión, el alma debe desearla. Ella tiene que aceptar la gracia de no sentirse satisfecha con el mundo y todos sus placeres. Tiene que aceptar la gracia de recibir la verdadera paz en unión con la Voluntad de Dios. Tiene que abrir su corazón a la verdad.”
28 de Mayo del 2010
Mensaje Público
San Agustín dice: “Alabado sea Jesús.”
“Por favor comprende que la conversión de corazón es la obra más grande de Dios. El corazón convertido es el Amor y la Misericordia de Dios vivos en el alma. Por esta razón, Satanás se opone con vehemencia a cada conversión. Es por eso que el alma recién convertida debe darse cuenta de la importancia de su proceso de conversión en cada momento presente. A medida que el alma progresa en la santidad personal, está cada vez más consciente de la necesidad de este proceso de conversión de cada instante.”
“El alma convertida tiene que renovar su conversión varias veces al día arrojándose a la Misericordia del Señor y a Su Amor. Ambos –la Divina Misericordia y el Amor Divino– nunca se separan. Ambos son la esperanza de toda la humanidad. Sólo a través de la Libre Voluntad de Dios se puede desafiar la conversión de corazón. Satanás no puede hacer ningún daño a menos que se le permita hacerlo. Por eso es importante que el corazón convertido se oponga a todo lo que se opone a la Divina Misericordia y al Amor Divino.”
“El proceso de conversión es una lucha constante entre el bien y el mal. Cada alma recibe la gracia para reconocer la batalla y vencer al mal en cada momento presente.”
“Cada alma debe rendirse al Amor Divino y a la Divina Misericordia al levantarse por la mañana. Reza esta oración:”
“Señor Jesús, rindo este y cada momento presente a Tu Divina Misericordia y Amor Divino. Fortaléceme. Sé mi defensa contra el mal. Amén.”
28 de Mayo del 2010
“Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado.”
“Cuantas veces rece el pecador esta oración, Yo le daré paz a su corazón.”
28 de Mayo del 2010
Oración de los Viernes
Por todos los que son acusados falsamente dentro de la sociedad, los gobiernos y dentro de los círculos de la Iglesia. Para que la verdad revele todas las calumnias.
Jesús está aquí con Su Corazón expuesto. Dice: “Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado.”
“Mis hermanos y hermanas, esta noche les aconsejo que dejen que su fortaleza interior surja de su rendición sincera al Amor Divino, la Divina Misericordia; y entonces Yo los bendeciré con la paz como ahora lo hago con Mi Bendición del Amor Divino.”
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