martes, 5 de julio de 2011

MENSAJE 3 DE JULIO DE 2011 A LUZ DE MARÍA

MENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
A SU HIJA AMADA, LUZ DE MARÍA.

3 DE JULIO DE 2011




Amados hijos:


MI PUEBLO ALCANZARÁ LA TIERRA PROMETIDA.

EN LA CRUZ ALCANZARÁN LA GLORIA.


NO ME TEMAN, teman el alejarse de Mí, teman a todo lo que les lleve por caminos de perdición, teman al maligno que les arrebata la Vida Eterna.


Amados Míos:

Por los frutos conocerán a aquellos que no sean verdaderos.

No se confundan.

Vivan Mi Palabra apegados a Mis Mandamientos.

Vivan con intensidad los Sacramentos.

Sean testimonio de cuanto profesan.

No sean como aquellos que dicen amarme y dentro de sí mismos son total oscuridad.


HIJOS, LA INMINENCIA DE CUANTO LES HE ANUNCIADO LES PLASMA EL INSTANTE EN QUE SE MUEVEN.

¡VENGAN A MÍ, VENGAN A MÍ!


HIJOS, REGRESEN CON PRONTITUD, EL DÍA LLEGA A TÉRMINO Y ES PRECISO QUE SE AMPAREN EN MI CORAZÓN. ESTE ES EL INSTANTE DE DOBLAR RODILLAS.


La mente de los hombres se ha endurecido, se ha cerrado a Mis llamados y los desvirtúan, son cautivos de la voluntad humana mal empleada, se mantienen atados a ella con fuertes cadenas mundanas que les asemejan seguridad. La insensatez humana hacia el futuro de la humanidad logrará más dolor, más contaminación, más hambrunas, más enfermedad y más muerte.


Hijos, Pueblo Mío:

Oren por Mi Vicario, no le dejen en sus oraciones.

Oren por Paraguay, el dolor asoma.

Oren por Australia, un lamento se escucha.

Oren, la peste asoma a la humanidad.

El retumbar de la tierra estremece corazones.


Únanse en una sola voz orante, sean reflejo de Mi Amor.


MIREN A LO ALTO Y RECONOZCAN QUE YO SOY SU DIOS.

MI CRUZ ES REDENCIÓN.


Les amo.


Les bendigo.

Su Jesús.


AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.




COMENTARIO DEL INSTRUMENTO SOBRE EL MENSAJE



Hermanos (as):


EN ESTE LLAMADO, NUESTRO BUEN JESÚS NOS ENFATIZA VEHEMENTEMENTE

EL INSTANTE DE LOS INSTANTES, EL TIEMPO DEL NO TIEMPO.


Bien nos puntualiza Nuestro Señor, que para llamarse verdadero hijo Suyo, se debe dejar de lado la dispersión, porque ésta logra darle al hombre una cruel irrealidad de su estado.


¡Cuántos en lo íntimo del ser viven una extraña nostalgia, porque alardeando de libertad son presa del pecado!


Dios nos conoce desde lo profundo, somos Sus hijos. No desea ser temido, sino amado. Amemos a quien es Nuestro Padre.


No nos dispersemos, escuchemos con agradecimiento el llamado a la CONVERSIÓN.


EL DÍA LLEGA A TÉRMINO, no el día que vivimos, sino el cumplimiento de las Profecías.


¡SEÑOR, QUE TENGAMOS UN CORAZÓN DE CARNE PARA SER DÓCILES A TU LLAMADO!


Amén.

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