“Queridos hijos: a causa de vuestra unión con mi Hijo os invito a dar un paso difícil y doloroso: Os invito al reconocimiento completo y confesión de los pecados, a la purificación. Un corazón impuro no puede permanecer en mi Hijo y con mi Hijo. Un corazón impuro no puede dar fruto de amor y de unidad. Un corazón impuro no puede cumplir con las cosas rectas y correctas, no es ejemplo de la belleza del Amor de Dios frente aquellos que están alrededor de el y que no han conocido a Dios. Vosotros hijos míos, os reunís en torno a mí llenos de entusiasmo, de deseos y de expectativas, pero Yo oro al Buen Padre, para que por medio del Espíritu Santo, ponga en vuestros corazones purificados a mi Hijo y la fe. Hijos míos, escuchadme, encaminaos conmigo. ”Mirjana después de la aparición comentó: “Mientras la Virgen se marchaba, mostró la tiniebla a su lado izquierdo y a su derecho una cruz en una luz dorada”.
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