miércoles, 28 de julio de 2010

El Señor se muestra en la Santa Hostia como un sol en todo su esplendor y María habla - Argentina

Adoración al Señor durante la exposición del Santísimo Sacramento del Altar – 27 de mayo de 2010 –
Catedral de San Miguel Arcángel – Ciudad de San Miguel (Partido de San Miguel). (18:00 horas)

El Señor se muestra en la Santa Hostia como un sol en todo su esplendor; me habla y me pide que no lo deje solo, que le haga compañía. “Quédate hijo Mío, no me dejes solo, acompáñame aunque sea un instante, abrázame, quédate junto a mi este momento, sumérgete en mi Corazón porque tu compañía es un bálsamo y perfume de la flores mas bellas que recorren mi Reino junto con la brisa del Amor.”

Luego, una visión se hace presente, se puede ver la separación entre un grupo de fieles orando y el Padre, pero entre esta separación se encuentra el Señor Jesús con Su Sagrado Corazón expuesto, el cual tiene una abertura en forma de puerta totalmente abierta y a través de la misma fluye un rayo de luz que se une con estas personas y haciendo de puente entre ambos (fieles y el Padre). Cuando veo esto, le digo al Señor que entrego mi corazón para aquellas almas que no creen, que son herejes y cismáticas, por aquellas que aún no conocen su Amor, para que el puente de luz, que es la Misericordia misma, se mantenga siempre entre estas almas y nunca se apague.

En ese momento se presenta la Santa Madre bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján y dice: “Yo soy tu madre, Yo soy la Madre de Argentina.”. La madona celeste cambia su manto y se transforma su manto en la bandera argentina y de pronto, éste comenzó a brillar tan fuerte, más blanco que la nieve. El brillo era tan fuerte que enceguecía la vista humana. La Madre vuelve a hablar: “Ves como brilla, así haré brillar a tu país”. El manto de la Santa Madre vuelve a ser el original, el de la Virgen de Luján, pero este estaba adornado como algo parecido a una enredadera con hojas bordadas en hilo de oro, cuya planta crecía con brotes nuevos e iban adornado el mano celeste de una manera delicada y de estos brotes nacían preciosas hojas doradas, de la cual una la luz del mismo color salía de éstas. Entonces la Santa Madre dice: “Hijo mío, esta enredadera que tu ves, son las oraciones de mis pequeños, de la cual hacen nacer y crecer nuevos brotes, que luego se transforman en hojas. Estos brotes son las almas salvadas y una vez que dejan entrar en sus corazones el Amor de Dios se transforman en hojas resplandecientes adornando Mi manto. Estas almas me pertenecen y las llevo a cada una de ellas conmigo por siempre, tengo derecho de reclamarlas como una Madre que cuida a sus hijos.”

De pronto la visión cambia y se ve al demonio como una bestia negra con grandes cuernos, estaba tan enfurecido que destruye una imagen de material de Nuestra Señora de Luján, una vez hecho este tarea horrenda mira hacia el Cielo y se sonríe desaforadamente como desafiando a Dios. Pero cuanto este siente victorioso, se presenta la imagen viviente María de Luján con los brazos abiertos, resplandeciente y detrás de ella un gran sol, que es Dios Padre, de éste surge un fuerte viento pasando alrededor de la Virgen moviendo levemente su manto, pero remetiendo con fuerza indescriptible contra la bestia convirtiéndola en cenizas hasta desaparecer. La Santa Madre expresa: “Así, con un aliento destruiré su Reino”. Después, la Santa Madre se muestra con la bandera de Argentina en sus brazos y me pide que la acompañe en la oración que elevará al Padre: “Acompáñame mi pequeño a elevar las oraciones al Padre Eterno”. María levanta la bandera a lo alto y pide a Dios a que la bendiga y que limpie todas sus manchas: “Padre Eterno y Padre Mío, te ofrezco esta bandera de Argentina para que la purifiques y la limpies, no mires sus pecados sino el amor que aún hay en su pueblo. Aquí estoy Padre Mío, Tu pequeña como me llamas junto a este niño tuyo, tómala y haz de ella un lugar donde tu pueblo pueda descansar y alabarte por siempre.” Posteriormente, la Madre me da la bandera y me dice: “Te entrego esta bandera de tú país porque se te ha sido confiado, porque amas esta tierra tanto como Yo la amo, porque amas a cada habitante como Yo lo amo, con el corazón incondicional y desmedido. Cada alma de esta tierra se te ha sido confiada, ora junto a Mí por estas almas y su salvación; acompáñame e imítame para orar por Argentina. No te desanimes por tu pequeñez porque de ella haré grandes cosas, te iré instruyendo en la perfección más de lo que tu puedes imaginar.”

Consecutivamente, se ve un fuego abrazador proveniente de Europa, un fuego que se desplazaba con gran velocidad consumiendo todo a su paso, ciudades, hogares, seres vivientes de todo tipo, el océano no lo detenía. La Santa Madre en tamaño gigante estaba parada sobre Argentina, mientras este fuego esta por arremeterse contra el país, María extiende sus brazos en ambos costado de su cuerpo y el fuego se detiene como si no lo dejara avanzar una fuerza invisible, el fuego empuja pero no puede penetrar los límites de esta tierra. La Reina del Cielo dice ante tal escena: “No permitiré que las fuerzas del infierno prevalezcan sobre esta tierra, ella me pertenece, Yo Soy la Reina y Soberana de todo lo Creado, Soy la Señora de este suelo, pero deberá pasar por la prueba de purificación porque a través del dolor y sufrimiento es como se acerca al Padre y de este modo, el hombre ve su condición imperfecta de su alma. Te he mostrado a través de los sueños y revelaciones los que sucedería para este país si no cambiaba, pero no supo ver las señales y por lo tanto, aunque me cause mucho dolor, lo previsto sucederá”. Terminada esta imagen, se observa a una gran multitud con banderines celestes y blancos agitándolos con entusiasmo y alegría, cantaban y aplaudían, lo hacían frente a una gran imagen viviente de Nuestra Señora de Luján colocada sobre un pilar, caía sobre ella papel picado y la Santa Madre sonreía felizmente.

La imagen de Nuestra Señora de Luján cambia a la Virgen del Pilar y dice: “Yo Soy la Virgen del Pilar, donde todo mis hijos cansados y abatidos pueden encontrar un lugar donde sostenerse y descansar, como una columna firme e indestructible sostengo y sostendré a este país. Que todos los hijos de esta tierra bendita vengan a Mí, a una Madre que los mantiene en pie en estos momentos decisivos que se están desarrollando sobre la tierra, momentos en que la humanidad está decidiendo su destino, de un lado o del otro, con Dios o con el enemigo. Por lo tanto, este país al ser parte del mundo no está exento de los azotes de muerte del príncipe de las tinieblas y de su ejército que se ha infiltrado en su pueblo. Los agentes de maldad ya están ocupando sus lugares para entrar en acción sobre mis elegidos, pero como Dios ve en lo íntimo y en especial en los corazones, me anticiparé a cada uno de sus movimientos haciéndolos caer sobre sus propias trampas que han perpetrado hacia mis pequeños hijos, de tal manera que iré desgastando sus fuerzas hasta dejarla en un estado de despojo. Pero esta derrota que irá sufriendo el enemigo, será a través de mis pequeños e insignificantes en los cuales el adversario se alza victorioso, esa victoria será su derrota, hijo mío. Debes saber que los enemigos están a punto de dar su jugada final en el tablero de esta guerra del final de los tiempos causando un gran dolor sobre mi pequeño rebaño, pero no teman que no permitiré que nada les pases, porque los mismos Ángeles los protegerán de toda acción destructiva de Satanás. Los gobernantes de tú pueblo han entregado sus almas al señor de la muerte a cambio de poder y de un buen nivel de vida, llena lujos, sumergidos en el lodo del pecado. Pero esta entrega está acompañada con la entrega de cada unas de mis pequeñas almas de Argentina, haciendo de ellas muertos vivientes. El tiempo se acaba para corregir el daño hecho, porque mucho se les pedirá ante el Trono Celestial. Que los gobernantes se arrepientan y reparen por cada pecado cometido sobre este suelo del Señor, Mí Hijos Amado, porque sus descendientes perecerán por tales actos. Arrepiéntanse gobernantes, porque de no hacerlo permitiré que las fuerzas enemigo se vuelquen sobre Ustedes y sus destinos se sellarán en el fuego eterno donde no hay retorno y será tarde para dar un paso atrás. Hijo mío, que los gobernantes sepan que el lugar en el que se encuentran hoy, es porque Mi Padre Eterno lo permite, así como lo dijo Mi Hijo a Poncio Pilatos en el sanedrín, hoy quiero hacerles llegar las mismas palabras de dos mil años atrás para que recapaciten por las almas que se les han confiando y que en vez de conducirlas a la vida santa, las llevan a la perdición eterna mediante engaños, mentiras y estilos de vidas inexistentes a través de los medios de comunicaciones y del consumo. Han enceguecido a mi pueblo y lo han convertido en mansas ovejas directo al matadero, pero tengan cuidado porque estas supuestas mansas ovejas se pueden volver lobos feroces y todo lo que ustedes han creado con intensiones deshonrosas pueden volverse en su contra con la misma fuerza que lo han hecho sobre estas almas. Yo Soy la Dueña y Señora de Argentina y Mis palabras son verdaderas porque Soy la Virgen Fiel del Señor. Por lo tanto, los insto a que abran sus ojos y huyan de las garras afiladas del enemigo y rescaten a mis pequeños de las redes mortíferas que han colocado encima de ellos, redes de prostitución, droga, promiscuidad, mentiras, vanidades, orgullo, modas, dinero, consumo, homosexualidad y de la cultura de muerte que han instalado para quedarse en la misma sociedad en la cual viven. Cultura vacía y sin Dios. ¿Cómo se atreven en maltar a estos pequeños y privarlos de las maravillas del Cielo?. Pobre de Ustedes mis pequeños hijos, porque el llanto en el fuego que nunca se apaga será eterno. Para vuestro bien, me he manifestado y lo sigo haciendo en tantos lugares de Argentina, en ningún otro país me mostrado con tantas señales, pero esta señales son para los que Ustedes despojan en la miseria y aborrecen, para los débiles e indefensos, para los que no tienen voz o para los que claman a sus puertas y no los escuchan, porque el verdadero conocimiento que viene del Cielo ha sido preparado para ellos, no para los soberbios y duro de corazón. Regresen y miren en sus corazones, allí está mi Hijo Amado llamando a sus puertas, ábranle y déjenlo entrar, limpien sus casas y dejen lugar para el dador de la vida, no lo dejen afuera porque cuando quieran abrir para buscarlo ya no lo encuentren porque se habrá ido. Si hacen oídos sordos al llamado desesperado de esta Madre, que clama por Ustedes en Cielo, dejaré que la purificación se desate con poderío y el reine desorden. Pero desde ya les digo que para vergüenza vuestra, que se refugian en títulos de grandeza, será el pueblo quien les enseñará a gobernar porque a sabido escuchar los buenos consejos del Padre Eterno. Se verán humillados ante el humilde de corazón, ante quien Ustedes despreciaron y dejaron al amparo de las inclemencias del tiempo. Esto es un llamado del mismo Cielo pero no solamente a los gobernantes, sino también a mis sacerdotes predilectos, en particular a los obispos que tienen el deber de cuidar las ovejas de Mi Hijos, Jesús, el Pastor de pastores, de cuidar su rebaño hasta su venida. A los líderes de la Iglesia que dicen decirse católicos pero que en su interior han dejado penetrar a los agentes infecciosos del enemigo y se ha transformado en un cáncer que día a día va destruyendo lo bueno que queda en ella. Yo Soy la Madre de la Iglesia y como tal los llamo con insistencia a defenderla con valentía como verdaderos soldados de Cristo, que si es necesario darían sus propias vidas por tal causa, así como lo hace el pastor por sus ovejas antes el acecho de las bestias hambrientas. Vístanse de las armaduras del cristiano, renueven sus promesas y votos que hicieron ante el Padre, porque cada palabra será pesada en el Juicio de las Naciones, no mancillen el Cuerpo Santo de Mi Hijo, Su Santo Cuerpo personificado en la Santa Hostia, con acciones del llamado modernismo que quiere borrar todo vestigio de la Iglesia única y universal del Dios Viviente. Porque por vuestras cobardías en defender la verdad, hoy se enfrentan ustedes mismos como lobos sedientos de sangre por las cosas materiales del mundo, pero durante estos enfrentamientos arrastran con ustedes a mis pequeños y dispersan el rebaño de Mi Amado Hijo. ¿Qué más puede hacer esta Madre para la escuchen y vuelvan por el camino del Señor?. Si no escuchan Mi llamado será mi propio Hijo quien pedirá cuenta por sus acciones y será El mismo quien los acusará ante el Dios Eterno y nos los reconocerá ante la corte celestial y serán las almas que debían cuidar con celo y esmero como buen cristiano las que dictarán la sentencia. Arrodíllense frente al Santísimo y pongan sus cabezas en el suelo, pidan al Dios del perdón para que los absuelva de todos sus pecados. Denuncien a los agentes de la oscuridad, la masonería, como ha penetrado sus defensas y han dejado en que hagan de Mi Iglesia un terreno de prostitución y paganismo. Defiendan lo poco que queda en pie antes de que sea tarde, porque el enemigo es implacable; cuando se den cuenta y despierten a la realidad, dejará de Ustedes y de mi Iglesia, solo ruinas y escombros luego de una guerra. Vuelvan a las tradiciones y enseñanzas de los Santos, pidan al Espíritu de Vida, mi Esposo Espiritual los dones para ser verdaderos sabios en el Señor para conocer de antemano los posibles ataque del opositor, pero también pidan a mi fiel esposo, San José, para que los ayude a construir esta Iglesia que está casi en ruinas, que los ayude a reconstruir desde los escombro, así como lo hacía José que de la madera virgen iba dando forma preciosa en delicados muebles. Mis amados hijos, no se avergüencen de llevar los atuendos sacerdotales, porque son símbolos del camino elegido, no retrocedan antes la burlas y humillaciones que pudieran padecer porque Mi Hijo también las padeció y ya ven, el triunfó por siempre mediante un camino que hizo con la Cruz acuesta, haciendo más fácil para la humanidad transitar por este mundo. No teman mis amados, porque aquí hay una Madre que no descansa, que está en velas cuidando de Ustedes. Una Madre de madres que los ama y los espera con los brazos abiertos donde encontrarán consuelo y descanso. Sean niños y en mis regazo reposarán y ya no tendrán nada que temer, sino solo tendrán paz y felicidad eterna en sus corazones.”

¿Madre mía, como puedo hacer conocer estos mensajes?. Tengo tanto miedo que no sean tomados en serio y que se me diga que esto es solo una vaga locura. Temo tanto de fallar y que todo sea en vano. Te ruego Madre que me ayudes porque no me siento capaz de cumplir Tu cometido, me siento inseguro y lleno de dudas que hacen vacilar todo lo enseñado, me siento indigno ante tal tarea, te lo ruego Madre, ayúdame por favor.

“Hijo mío, no te preocupes por hacer llegar este mensaje porque seré Yo misma quien lo conducirá a buen puerto y moverá los corazones a aquellas personas que deban recibirlos y sabrán en su interior que Yo te he enviado, sus corazones se conmoverán por cada palabra y confirmarán que es la Madre Eterna quien les habla. Se que tienes miedo de fallar a tan grande tarea, pero te recuerdo que fueron los pequeños los que hicieron inmenso al pueblo de Dios en la antigüedad, aprende de Noé, Moisés, David, Salomón y tantos otros elegidos por el Señor. Yo Soy tu madre protectora y seré tu maestra para lo que fuiste llamado y seré tu guía como la estrella de la mañana cuando llegue el momento que reine la oscuridad total sobre el mundo. Ahora ve y escribe todo lo hablado, no te afanes sino te acuerdas lo dicho, imprimiré en tu corazón cada palabra para que las escribas con fidelidad, Yo seré quien guíe tus manos, no temas, Yo estoy contigo.”

Terminado este dialogo el Señor se presenta crucificado en el Santísimo Sacramento del Altar y dice: “Pronto los Santos y Ángeles te hablar y te enseñarán en las cuestiones del Cielo, ve en paz”. Gracias Mi Señor, quisiera quedarme en este estado, junto a Ti pero debo volver a las tareas del mundo, cuando ansió estar ya en el Cielo, pero Tu Voluntad es otra y la acepto con total entrega, mi alma se estremece cuando la Divinidad se manifiesta. No llego entender como los hombres del mundo no se conmueve ante tal maravilla. Ahora me voy mi Amor Eterno, pero quédate junto con Tu Madre en mi corazón y háblame con dulzura como la miel más pura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario