MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
31 DE MARZO 2010
Amadísimos hijos de Mi Corazón:
Les invito a entrar en el SILENCIO INTERIOR, a unirse en uno sólo con la Pasión de Mi Hijo.
Penetren en el Misterio de Amor, sendero seguro para todo aquel que desea y anhela afirmarse en la fe. Acallen los sentidos del cuerpo para que destelle en cada uno de ustedes la profundidad de lo verdadero, de lo eterno.
Pidan con insistencia la perseverancia. Permítanme ser Compañera de camino, Maestra de la vida interior y Madre en todo momento.
Cada espina que traspasó y traspasa la Sagrada Cabeza de Mi Hijo, contuvo y contiene el amor por cada uno de Sus hijos.
Cada clavo que atravesó las Santísimas Manos y los Santísimos Pies de Mi Hijo, presagiaron los acontecimientos venideros; pero sobre todo, las gracias, virtudes y bendiciones para la humanidad y el triunfo final de la Iglesia.
La lanza que atravesó el Costado de Mi Hijo, abrió el Manantial de Misericordia infinita. Y de ahí nació también la gracia del Aviso, del Milagro y del Castigo, para salvación de esta generación, antes de que Mi Hijo venga nuevamente a ustedes.
Después de la tempestad viene la calma. Los recibí al pie de la Cruz, aunque ya les había gestado en Mi Corazón, en cada dolor que atravesó Mi Corazón.
Vivo, padezco, ofrezco e intercedo ante todos los padecimientos que precederán a los magnos eventos que les sobrevendrán. No es un padecer sin dar frutos. La Iglesia Triunfará. MI HIJO VENCE E IMPERA. MI CORAZÓN TRIUNFARÁ, PARA ELLO LES PREPARO Y LES GUÍO.
Vengo como Madre y Maestra.
La oscuridad no permanece; siempre es vencida por la Luz.
Únanse, no se dispersen. El ejército de Mi Hijo debe permanecer unido.
NO TEMAN, AQUÍ ESTOY. SOY SU MADRE.
Con amor les bendigo.
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31 DE MARZO 2010
Amadísimos hijos de Mi Corazón:
Les invito a entrar en el SILENCIO INTERIOR, a unirse en uno sólo con la Pasión de Mi Hijo.
Penetren en el Misterio de Amor, sendero seguro para todo aquel que desea y anhela afirmarse en la fe. Acallen los sentidos del cuerpo para que destelle en cada uno de ustedes la profundidad de lo verdadero, de lo eterno.
Pidan con insistencia la perseverancia. Permítanme ser Compañera de camino, Maestra de la vida interior y Madre en todo momento.
Cada espina que traspasó y traspasa la Sagrada Cabeza de Mi Hijo, contuvo y contiene el amor por cada uno de Sus hijos.
Cada clavo que atravesó las Santísimas Manos y los Santísimos Pies de Mi Hijo, presagiaron los acontecimientos venideros; pero sobre todo, las gracias, virtudes y bendiciones para la humanidad y el triunfo final de la Iglesia.
La lanza que atravesó el Costado de Mi Hijo, abrió el Manantial de Misericordia infinita. Y de ahí nació también la gracia del Aviso, del Milagro y del Castigo, para salvación de esta generación, antes de que Mi Hijo venga nuevamente a ustedes.
Después de la tempestad viene la calma. Los recibí al pie de la Cruz, aunque ya les había gestado en Mi Corazón, en cada dolor que atravesó Mi Corazón.
Vivo, padezco, ofrezco e intercedo ante todos los padecimientos que precederán a los magnos eventos que les sobrevendrán. No es un padecer sin dar frutos. La Iglesia Triunfará. MI HIJO VENCE E IMPERA. MI CORAZÓN TRIUNFARÁ, PARA ELLO LES PREPARO Y LES GUÍO.
Vengo como Madre y Maestra.
La oscuridad no permanece; siempre es vencida por la Luz.
Únanse, no se dispersen. El ejército de Mi Hijo debe permanecer unido.
NO TEMAN, AQUÍ ESTOY. SOY SU MADRE.
Con amor les bendigo.
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