sábado, 27 de marzo de 2010

Mensajes de la Virgen María a José Luís Belmonte



Dice Santa María:

Amados Hijitos, hoy os pido desde mi corazón de Madre de todos vosotros y de mi amada Iglesia que prestéis total tensión a cada una de las palabras que os iré diciendo y que a su vez mediten porque quiero que sepáis qué es la Eucaristía, es la comprensión del amor hijitos que CRISTO JESÚS comprendió que todos vosotros tendrían un hambre inmenso de recibir su cuerpo y su sangre porque todos vosotros debéis comprender que fuisteis creados para ser amados y para amarse con todas las fuerzas desde vuestras propias almas y es por eso que Él se ha convertido en el pan de la vida para que cada uno de vosotros lo recibieran y le hagan un lugar de privilegio en cada uno de vuestros corazones, por eso debéis de comer de su pan y beber de su sangre para poder servir a vuestros hermanos y darles amor, misericordia, justicia y eterna paz y podéis llevar a mis hijitos su comprensivo amor. Él desea que cada uno convierta vuestro amor por Él en acción viva y os entreguéis a todos aquellos que se encuentran hambrientos no solo de recibir su cuerpo y su sangre sino también, pequeños míos, la luz divina de su eterno amor. Él, amados hijitos, se convierte en el desnudo no sólo por un manto que le de abrigo, sino por ese amor, por la dignidad humana. Hijitos, Él se convierte en el que no posee un hogar y no sólo por ese hogar sino por ese sincero y profundo amor hacia cada uno de vosotros, Él se convierte en el mendigo que extiende su mano para que cada uno de vosotros extiendan la vuestra y le entreguen su calor y junto a su calor el abrigo y la paz. Por eso hoy os ruego y os pido que a través de la Eucaristía lo reciban porque Él ha venido a compartir su divinidad con cada uno de vosotros, Él mismo se convierte en el posadero y Él mismo se entrega a cada uno de sus hermanos. Amados hijitos os ruego en estos días de inmenso dolor que estéis atento y no lo abandonéis, que os pongáis a su lado, que le hagáis compañía y que vivan en unidad y eterna comunión porque tenéis que saber que la entrega de mi amado Hijo por cada uno es con la luz divina de su amor, por eso cargó vuestras cruces y fue caminando rumbo al calvario, por vosotros se entregó a morir en la cruz, por vosotros cargó con vuestros pecados, por vosotros, simplemente para salvarlos de vuestros pecados, y sigue entregándose cada día que transcurre y sigue pidiendo al Padre el perdón de vuestros pecados y les habla desde las Sagradas Escrituras para que sigan tras sus pasos y carguen vuestras cruces y caminen rumbo a la luz y vuelvan a sus brazos. Si vosotros pudieran sentir el amor que hay en su corazón, si pudieran comprender lo solo que muchas veces vosotros lo dejáis, os pregunto cuántos de vosotros vais a visitarlo, cuántos de vosotros os arrodilláis y os piden perdón, cuántos de vosotros le dicen que lo aman, cuántos de vosotros, amados hijos, abren vuestros corazones y permiten que Él ingrese en ellos y los guíe. Yo simplemente en la humildad de mis palabras os ruego que vuelvan a la unidad pero todos y que salgáis de los muros de mi morada a buscar a aquellos que se han perdido en la inmensa oscuridad, os ruego salid y evangelicen a un mundo que se encuentra sumergido en el dolor, un mundo que cada día que transcurre se aparta más y más de mi Hijo y a través de Él de mi amado Señor. Reflexionen pequeños míos y vivan en eterna unidad y eterna comunión. Amén.

SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.

26/03/2010 08:00 Horas.

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