viernes, 5 de marzo de 2010

"HAY TRES TIEMPOS ESPERADOS PARA TODA LA HUMANIDAD, Y SE ENCUENTRAN EN EL ÚLTIMO MOMENTO"




MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU HIJA AMADA LUZ DE MARÍA
-- 3 DE MARZO 2010


Amadísimos hijos:


Hoy les llamo al AMOR, al cumplimiento del AMOR hacia el prójimo. Hoy en que miran con temor el sufrimiento en varias naciones del mundo y con ansiedad y angustia, se acercan a mirar los llamados insistentes de la Casa Paterna, con el afán de tranquilizar el pensamiento deseando conocer lo que ayer no era de interés. Hoy les pido, no sean indiferentes al dolor ajeno.


Hay dolor y continuará esparciéndose por varios países con prontitud; desde los más poderosos hasta los más pequeños verán los signos de los tiempos.
Amados de Mi Corazón: el dolor se esparce como sombra sobre la humanidad, el día ya no es día, la noche no es noche. El corazón humano se ha teñido por el egoísmo y se volverá contra sí mismo.


Hijos, prepárense, conviértanse. Cuanto Mi Hijo y esta Madre les Hemos anunciado, se dará en un abrir y cerrar de ojos. “LA CUARESMA ES TIEMPO DE EXPIACIÓN”, NO LO OLVIDEN. No les atemorizo, les advierto para que permanezcan despiertos, para que venzan la tentación.


Hijos; acérquense a Mi Hijo con prontitud, no esperen los eventos anunciados para clamar Misericordia. Ustedes deben ser parte de esa MURALLA DE ORACIÓN que se eleva al Trono de la Santísima Trinidad, intercediendo por la humanidad.


El hombre debe cambiar, el egoísmo debe ser erradicado de la faz de la tierra. En momentos de tragedia el egoísmo del ser humano se trasluce en todas sus facetas, el dolor no ablanda los corazones, al contrario les hunde más, cada quien lucha por sus propios intereses sin compartir con el hermano.


De tragedia en tragedia caminan los Míos, sin ablandar los sentimientos, hasta que se miren cara a cara con su conciencia; entonces sí que habrá lamento, arrepentimiento y conversión.
La actitud de la humanidad ha acelerado el cumplimiento de las profecías y lo que estaba a las puertas, ya está dentro; el pecado rebasó la Copa.


Amadísimos hijos de Mi Corazón: oren unos por otros sin desanimarse, permanezcan unidos.
Les amo, hijitos.
Mamá María.

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