Ene 13_11 Ahora es vuestro tiempo también de ser ésos corderos… |
Rosario vespertino Temas:
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V. Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo, Sobre: Yo no vine solamente para algunos, vine para todos, todos los hijos de Dios y, son hijos de Dios todos aquellos que se mueven en el amor. Hijitos Míos, la salvación, es para todos. Yo, como Hermano vuestro, Jesucristo, Yo no puse objeción ni escogí a los que tenían que salvarse o no salvarse, Mi donación fue total para todos los tiempos. Yo no vine solamente para algunos, vine para todos, todos los hijos de Dios y, son hijos de Dios todos aquellos que se mueven en el amor, aquellos que saben amar, aquellos que saben vivir de acuerdo a Mi Voluntad y Mi Voluntad es la vida en el Amor. Aquellos que se dejan guiar por satanás, realmente son los enemigos del Amor y, aunque, ellos están siendo contrarios a Mi Ley y a las Enseñanzas que Yo os dejé aún, en el arrepentimiento de corazón, pueden alcanzar la Gloria, pero tiene que haber un arrepentimiento de corazón. Os digo todo esto, Mis pequeños, por los momentos que estáis viviendo en la humanidad. Estáis viviendo momentos difíciles, en donde la Fe y el Amor se han hecho a un lado, ya no se vive de acuerdo a las Enseñanzas Divinas, ya no se vive de acuerdo a las Leyes que Mi Padre os dio. Pero Yo ya sabía esto, Mis pequeños y, aún a pesar de ello, Me di por toda la humanidad y por todos los tiempos y Mi Gracia os alcanza a todos. Vuestros pecados nunca van a ser mayores que Mi Perdón, si vosotros venís a Mí, arrepentidos y deseando Mi Perdón, siempre lo tendréis, Mis pequeños. Ciertamente, las almas arrepentidas tendrán Mi Perdón, porque ya se dieron cuenta del mal en el que están viviendo, se dan cuenta que están dañando a Mis Leyes y a Mi Amor y así su arrepentimiento es muy válido, y es lo que les alcanza su salvación eterna. Todo esto os lo digo, Mis pequeños, especialmente por aquellos que no buscan su salvación ni les interesa, porque no están Conmigo y, quizá, hasta ni conozcan lo que Yo os he pedido en Mis Leyes, en Mis Enseñanzas y así estas almas, se guían solamente por sus deseos carnales y, generalmente, viven en el mal también, atacando a sus hermanos continuamente. Estas almas no van a arrepentirse y es Mi deseo grande que vosotros oréis por ellas, porque ahí vuestra intercesión será valiosísima para la salvación de ellas. Os lo he pedido tanto, Mis pequeños, y os lo he pedido, porque hay una gran cantidad de almas, que vosotros ni imagináis, que pueden condenarse, si no fuera por las almas buenas que interceden por ellas. Vosotros os distraéis demasiado con las cosas del mundo, con vuestros propios intereses y olvidáis lo que tanto os pido, Mis pequeños. Os he dicho tanto que estáis aquí en la Tierra para servirMe y el servirMe quiere decir ser otros Cristos y así, como Yo Le gané muchas almas a Mi Padre para su salvación eterna, ahora Yo necesito de vosotros, para que alcancéis la salvación también de muchas, muchas almas por vuestra intercesión y por vuestra donación. Estáis viendo cómo la humanidad ha caído en una decadencia fatal, no hay valores, no hay amor verdadero, no hay vida de donación, no hay deseo de superación espiritual, se vive solamente para el día. En el amor solamente existe el gozo, el gozo externo y superficial y por eso hay separaciones inmediatas. Ya no existe el amor verdadero que perdura y que os lleva juntos hasta el fin de vuestra vida, dando un ejemplo bellísimo a vuestros hermanos, cuando realmente os amáis y que os amáis en lo más profundo de vuestro ser. Ya no lucháis por la unión del matrimonio verdadero, tan pronto empiezan los problemas os separáis, para caer posteriormente en errores que os vuelven a separar. ¡Cuánto error hay en el mundo, Mis pequeños! Y Yo lloraba por esto en Mi Agonía, por eso ahora es vuestro momento, Mis pequeños. Yo tuve Mi Agonía en el Huerto de los Olivos y vosotros estáis entrando en esa agonía, también, en donde Me acompañaréis. Lloraréis junto Conmigo y también podréis salvar muchas, muchas almas, junto Conmigo. Son tiempos difíciles los actuales, por el dolor que veréis por todos lados, pero también tiempos muy bellos, en donde muchas almas se salvarán y precisamente por vuestra oración y vuestra intercesión. PedidMe, Mis pequeños, Fortaleza para poder soportar las pruebas que tendréis, para que no perdáis ni Fe ni Esperanza ni Amor, sabiendo que Yo voy a estar junto a vosotros en todo momento, así como estaba Mi Madre, junto a Mí, orando, para darMe fuerza, para seguir adelante y seguirMe ofreciendo a Mi Padre, como Víctima de expiación por vuestros pecados. Ahora es vuestro tiempo también de ser ésos corderos, ésas víctimas de expiación para la salvación de muchas almas y no temáis por ello, Mis pequeños, porque no os voy a pedir lo mismo que Yo padecí. Si estáis Conmigo y confiáis en Mí, pasaréis la prueba y la pasaréis, sobre todo, porque os daréis por amor a vuestros hermanos y por amor a Mí, porque sabéis que Mi Alegría va a ser grande al ver a vuestros hermanos sanos de todo mal, para que puedan entrar al Reino de los Cielos. Os agradezco todo esto, Mis pequeños, agradezco vuestras oraciones y vuestra donación, el ofrecimiento de vuestros dolores, de vuestras penitencias, de vuestras alegrías, pero sobre todo, de vuestro amor. Estáis Conmigo, pero sobre todo, estad alegres, porque Yo estoy con vosotros y nada os faltará y especialmente en los momentos de la gran prueba. Gracias, Mis pequeños. Segundo Misterio, Habla Dios Padre, Sobre: Estáis viviendo momentos críticos en la historia de la humanidad y no sabéis cuánto os queda de vida antes de que os presentéis ante Mí, vuestro Dios. Cuando os he pedido, Mis pequeños, el ser como niños, es por esa necesidad grande que tengo Yo, de que vuestras oraciones sean continuas y que lleguen directamente a Mi Corazón. El niño siempre va a pedir por sus necesidades, importantes para su edad y no va a pedir por cosas superfluas, así como pedís vosotros cuando ya sois adultos. Si el niño ve una necesidad, también va a pedir por alguien más, pero va directamente a lo que más se necesita, sin rodeos, con sencillez y sobre todo, con una plena confianza de que va a recibir lo que está pidiendo, porque realmente lo pide de corazón. Aquellos niños que han recibido de sus padres una instrucción religiosa desde pequeñitos, esas almitas Me aman de corazón y, aunque tengan pocos años, ya saben reconocerMe y saben pedirMe. Han tenido plena confianza en lo que les dan sus padres y esa confianza también Me la tienen a Mí, como Padre, Dios y Creador, por eso Me recreo tanto en esas almas pequeñitas, porque Me aman de corazón, como aman a sus padres. No Me aman por obligación, no Me aman por conveniencia, Me aman, simplemente, porque ven el amor de sus padres en Mí. Más tarde van creciendo espiritualmente y su amor hacia Mí se va afianzando cada vez más y éstas almas que empezaron a llenarse de Mí, desde pequeñitas, son almas que van a tener toda una vida junto Conmigo y, sobre todo, van a atraer a otras almas a que vivan de la misma forma, porque están llenas de Mí y Me dan a los demás. Esa es la gran responsabilidad de los padres hacia los hijos, el llenarlas de Mi Amor, para que ellas puedan después llenar de amor a sus hijos y, también, a muchas otras almas y así Mi Amor va pasando de generación en generación y esto se da porque Me amáis. Os he dicho que nadie puede dar lo que no tiene y, si vosotros Me tenéis en vuestro corazón, Me daréis a los demás, porque sabéis que contáis con un tesoro inmenso dentro de vuestro corazón y querréis compartir ese tesoro inmenso para que también otros Me tengan a Mí. Ciertamente vivo dentro de vosotros, Mi Reino está dentro de vosotros, pero muchos Me cerráis las puertas de vuestro corazón y no tratáis de buscar Mi Sabiduría para que actuéis perfectamente en vuestra vida. A pesar de que Yo vivo dentro de vosotros, Soy el Gran Desconocido, no Me hacéis caso, estoy ahí para ayudaros, ayudaros en vuestra vida, ayudaros en vuestras necesidades, para ayudaros en vuestra santidad, pero no Me hacéis caso, no Me buscáis, no Me deseáis y, así, vais desperdiciando toda una vida, vuestra vida, en la cual pudisteis haber llegado a altos niveles de espiritualidad y de conocimiento de Mi Voluntad, pero no os interesa, no os interesa buscarMe ni crecer más en el Amor que Yo os puedo dar. Pero os recuerdo, Mis pequeños, que tarde o temprano regresaréis a Mí y os pediré cuentas del don de la vida que os concedí, ¿qué hicisteis con él?, pero sobre todo, ¿os salvasteis y salvasteis a otros? Os pido Mis pequeños que reflexionéis sobre todo esto, porque estáis viviendo momentos críticos en la historia de la humanidad y no sabéis cuánto os queda de vida antes de que os presentéis ante Mí, vuestro Dios. Satanás está preparando una hecatombe mundial que muchos no podrán soportar y todo se dará de repente, ¿cómo estarán las almas, una la gran mayoría de ellas, de las que ahora existen?, ¿cómo estaréis todos vosotros cuando os presentéis ante Mí? Yo estaré con vosotros, ciertamente, para levantaros en el momento más oportuno de vuestra vida, pero no quiero que lleguéis a Mí con una vida mediocre, con vuestras manos casi vacías de méritos que debisteis de haber ganado a lo largo de vuestra vida. Todavía os queda un tiempo y lo que no podáis hacer dentro de vuestra vida humana, hacedlo pues, a través de vuestra vida espiritual, ya sea en la oración, ya sea en todas las Misas que podáis ir todavía, en la recepción de la Sagrada Eucaristía, en las obras de Misericordia, en el amor que podáis dar a vuestros hermanos, sea quien sea. Haced lo que podáis, Mis pequeños, para que cuando regreséis a Mí, estéis felices, estéis contentos de haber hecho mucho por vuestros hermanos, sabiendo que todo aquello que hicisteis, Me lo hicisteis a Mí, vuestro Dios y que será recompensado inmensamente. Os amo, Mis pequeños, os llevo en Mi Corazón, recibid Mis Bendiciones. Así sea. Tercer Misterio, Habla Dios Padre, Sobre: Luchad pues, Mis pequeños, sólo será un momento, porque vuestra vida es un momento pequeñito de lo que es la eternidad y después de ésa lucha vendrá el triunfo y gozaréis Conmigo. Hijitos Míos, contrario a lo que está pasando actualmente, en donde, como os expliqué, no es el Verdadero Amor el que se está buscando, Yo os pido que realmente os volquéis a buscar el Verdadero Amor, que es el Mío. Y esto os lo digo, Mis pequeños, porque los que quedéis sobre la Tierra, entraréis a un Reino de Amor. Viviréis Mi Amor, el Amor Verdadero y deberéis estar familiarizados con él, para que viváis gozando grandemente de todos Mis Bienes. Ciertamente, ahora es difícil, para una gran cantidad de vosotros centraros en lo que debéis hacer, porque os distraen tantas cosas feas que están a vuestro alrededor, que os impiden que vosotros os concentréis en todo lo bello que Yo os he dado. Ciertamente, el pecado de la carne os atrae y vosotros os olvidáis de la vida espiritual, que es la que tendréis eternamente. No estáis valorando las riquezas celestiales, riquezas infinitas, riquezas inconmensurables y os estáis dejando desviar por los bienes superfluos a donde os ha llevado satanás, bienes finitos que terminarán algún día y que no os dejarán nada bueno y, quizá, hasta sean un impedimento para que vosotros podáis entrar al Reino de los Cielos. Mis pequeños, si esto no fuera tan importante, Yo no os hubiera mandado a Mi Hijo Jesucristo a que os instruyera en las Verdades de la Fe y el Amor. Satanás había obscurecido al mundo con el pecado a donde llevó a vuestros Primeros Padres. El hombre no tenía Luz y Yo os mandé la Luz, a través de Mi Hijo, para que conocierais nuevamente lo que vuestros Padres habían vivido y hacia donde Yo quería que nuevamente la humanidad, se dirigiera. Mi Hijo se dio por todos vosotros para que vosotros crecierais nuevamente en el Amor, pero en el Amor Verdadero y en los Valores Celestiales. La humanidad está confundida, porque se dejó confundir al no buscar las Verdades Divinas. Se os hace más fácil vivir en el mundo y para el mundo y no os queréis dar cuenta que viviendo en el mundo y para el mundo no tenéis cabida para un futuro eterno en el Reino de los Cielos. Yo Mismo os he dicho que no puedo vivir en un corazón en el cual se le ha dado cabida al pecado, al mundo, a la maldad. No es digno de Mí, de todo un Dios, que pueda Yo vivir junto aquél que es Mi enemigo y el vuestro. O estáis Conmigo o estáis contra Mí o Me abrís vuestro corazón a Mí, vuestro Dios o vivís con satanás, pero no podemos estar los dos juntos. Esto entendedlo bien, Mis pequeños, porque recibiréis lo que hayáis escogido. Si habéis abierto vuestro corazón a satanás, a sus obras, a su maldad, a su pecado, no podréis tener cabida en el Reino de los Cielos. Si os mantenéis en ese pensamiento y en ese deseo, estaréis traicionando toda la Obra de Mi Hijo, Me estaréis dando la espalda a Mí, vuestro Dios, a Mi Amor, a Mis deseos de vuestra salvación. Ese fue otro gran Dolor de Mi Hijo en la Pasión, en Su Agonía, el saber que muchas almas se iban a condenar aún a pesar de toda Su donación, de todo Su Amor derramado sobre los hombres. Él vino a separar el Bien del mal, Él os vino a dar los valores y las armas necesarias para vencer a satanás. Os dio el Discernimiento Santo para que vosotros pudierais entender perfectamente bien lo que era el vivir en las tinieblas y el vivir en la Luz, porque antes el hombre no tenía ésa posibilidad, porque satanás se había adueñado de la humanidad. Estáis desperdiciando tanto, Mis pequeños y, sobre todo, estáis desperdiciando la oportunidad de una vida eterna en el Reino de los Cielos. Es Mi Amor al que debéis seguir y del cual os debéis llenar, si realmente Me amáis y queréis una vida segura eternamente pero, si a pesar de Mis llamados, si a pesar de Mis deseos de vuestra salvación, si a pesar de todas las Enseñanzas que se os han dado, vosotros insistís en vivir dándoMe la espalda y traicionando Mi Amor y todo lo que se os dio, vuestra eternidad no será Conmigo, Mis pequeños. Ciertamente, el seguirMe cuesta, duele, se sufre, porque estaréis luchando contra el mundo y el mundo se desquita contra todos aquellos que Me buscan, que quieren vivir el Amor Verdadero, Mis Preceptos, Mis Leyes, pero al final, tenéis el triunfo eterno. Aquellos que viven para el mundo, ciertamente, satanás les facilita todo, porque los quiere para el mundo, no quiere que se den cuenta que viven mal, y así podéis ver cómo muchos de vuestros hermanos triunfan para las cosas del mundo y no os explicáis vosotros por qué pasa eso, si ellos viven en pecado y en maldad. Pero, así es como satanás, los va arraigando más al mundo, los hace exitosos, les da todo, los mantiene en el pecado sin que ellos mismos se den cuenta o no quieran darse cuenta, para que no Me busquen a Mí. Os repito, seguirMe, es sufrir, es luchar contra lo adverso que os propone satanás, pero él le da a las almas ése gozo terreno por un tiempo pequeño, porque los tendrá sufriendo por toda la eternidad. En cambio, los que Me seguís, tendréis un sufrimiento, también pequeño, pero un gozo eterno, en donde os consentiré como no os imagináis. Simplemente, ved la vida de Mi Hijo, Él tuvo una Vida difícil, desde Su Nacimiento hasta Su Muerte, porque luchó contra el mundo, luchó contra la maldad, pero triunfó y, ahora, quiere que ése triunfo esté con vosotros. Luchad pues, Mis pequeños, sólo será un momento, porque vuestra vida es un momento pequeñito de lo que es la eternidad y después de ésa lucha vendrá el triunfo y gozaréis Conmigo, Mis pequeños, os lo prometo y es un gran deseo Mío, como Padre y como Dios, que gozaréis inmensamente. Gracias, Mis pequeños. Cuarto Misterio, Habla Dios Padre, Sobre: Tened cuidado pues, Mis pequeños, con vuestra forma de ser ante Mí, porque no Me tenéis respeto, porque Soy vuestro Dios, Soy vuestro Creador y exijo el respeto que Me merezco. Hijitos Míos, en las Escrituras se os habla de las obras de Misericordia. Este es tiempo de Misericordia, este es tiempo de Amor. No veáis, como os he dicho, los acontecimientos de la purificación, porque ésos serán para bien de todos vosotros porque, como os he dicho ya, estos servirán para vuestra propia purificación y para la de vuestros hermanos. El dolor es purificador pero, también la ayuda que os daréis los unos a los otros, al ver por el hermano necesitado, eso os llevará a la santidad, porque a eso os llevan las obras de Misericordia, os olvidáis de vosotros mismos para daros a vuestros hermanos. Recordad y sabéis que siempre de un mal, que llegue a vosotros, siempre surge un bien. Es como los bosques, se incendian, dejan ésas ceniza que servirán de fermento para las nuevas plantas, les ayudarán a crecer, y así será ahora, Mis pequeños. Lo malo caerá, lo malo será pisoteado, la humanidad se apartará del mal porque verá que no os llevó a nada bueno. La humanidad se dará cuenta de que el mal que satanás fomentó por todo el mundo, os llevó a vuestra destrucción espiritual y aún material, y os llevó porque os apartasteis de la oración, de las buenas obras de Misericordia, de una vida de ejemplo, de una vida según lo que os enseñó Mi Hijo. Ciertamente, vosotros, a lo largo de vuestra vida, ya habéis experimentado esto. En no pocas ocasiones, cuando os apartabais de Mí, todo se volvía adverso en vuestra vida, y apenas regresabais a Mí, Mis Bendiciones se derramaban sobre vosotros. Lo tenéis ejemplificado en el pueblo judío, ya os he explicado que, cuando estaban Conmigo, muchas Bendiciones recibían, pero apenas Me daban la espalda, muchos males caían sobre ellos. ¿Por qué no entendéis, Mis pequeños, de los hechos pasados?, estudiadlos y ved cómo estos se vuelven a suceder. Pero caéis y caéis en los mismos errores, porque creéis ser mejores a vuestros antepasados, creéis que los tiempos han cambiado, que todo ha evolucionado y que vosotros no caeréis en ése mal que vuestros antepasados tuvieron. Yo os he dicho que, ante Mí, todo es un eterno presente, que sois vosotros los que vivís en el tiempo, porque Yo vivo en la eternidad y, veo así pasar vuestro tiempo y volvéis a caer en vuestros mismos errores, porque no queréis aprender en lo que ya ha sucedido antiguamente. ¡Cuánto mal os podríais vosotros ahorrar en vuestras vidas!, pero el error persiste, porque estáis llenos de soberbia y esto os lleva a la maldad, porque la soberbia no deja crecer la virtud que debéis vosotros permitir en vuestra vida y en vuestro corazón. A eso os ha llevado satanás, a que os llenéis de soberbia, creyéndoos autosuficientes, que no necesitáis de Mí, cuando sabéis perfectamente que todo lo que llega a vuestra vida proviene de Mí, de Mi Providencia Divina. ¿O, a poco creéis que satanás es el que está proveyéndoos de todo lo que necesitáis, cuando realmente él os quiere destruir, tanto de cuerpo como de alma? No seáis ingenuos, Mis pequeños, satanás no quiere vuestro bien, quiere vuestra destrucción y lo estáis viendo ya a vuestro alrededor y será cada vez peor si vosotros no reaccionáis a tiempo. Ya os había anunciado que los acontecimientos de la purificación cada vez se iban a ir empeorando si vosotros no poníais un “hasta aquí” a vuestra vida de pecado y de maldad. Vosotros podéis detener toda esta destrucción, que se está dando a vuestro alrededor, mundialmente hablando. Podéis detener todo cuanto se os ha anunciado y profetizado y lo podréis detener si hay un verdadero cambio de vida y de actitud, regresando a Mí, regresando a las Virtudes y al Amor. Mi Bien siempre se va a derramar sobre aquellas almas buenas, sobre aquellas almas que luchan por mantener Mi Presencia, primeramente, en sus corazones, en su vida y luego dándola a los demás. Si vosotros estáis sembrando todo lo que viene de Mí, cosecharéis Bendiciones, pero si os estáis poniendo en contra Mía y estáis siendo ejemplo de maldad y no estáis sembrando todo lo que se os ha pedido que deis, que fue lo que os dio Mi Hijo, no podréis recibir las Bendiciones que un alma buena recibe y que vosotros, tontamente, exigís recibir cuando no os las merecéis. Yo Soy un Dios Justo y doy Mis Bienes a aquellos que se los merecen, porque tratan de vivir Conmigo y en Mí. No seáis ingenuos en querer recibir Mis Bendiciones a manos llenas cuando estáis traicionándoMe y causándoMe tanto dolor con vuestra vida de pecado y de maldad entre vuestros hermanos. Ni los mismos que se comportan en el bien Me exigen, porque aceptan Mi Voluntad y saben que lo que llegue a su vida siempre será bueno, aunque, de repente, llegue a su vida algún momento de dolor, siempre sabrán que eso será bueno para ellos. Mientras que aquél que actúa en el mal y vive para el mal, se queja de todo, Me exige con grosería y no está conforme con lo que tiene. Tened cuidado pues, Mis pequeños, con vuestra forma de ser ante Mí, porque no Me tenéis respeto, porque Soy vuestro Dios, Soy vuestro Creador y exijo el respeto que Me merezco, os amo, pero también Soy Justo. Gracias, Mis pequeños. Quinto Misterio, Habla Dios Padre, Sobre: Ya os he dicho que gocéis ya desde ahora, ésa Mi Promesa, de vuestro gozo inmenso que tendréis en estos Cielos Nuevos y Tierras Nuevas que veréis. Hijitos Míos, os he hablado de bellezas inconmensurables, grandísimas, inimaginables, como regalo a todas aquellas almas que se mantengan fieles a Mis Leyes y a Mi Amor y así será, Mis pequeños. Sois demasiados pequeñitos para entender todo lo que todo un Dios os puede dar. Estáis tan limitados por el pecado, que no podéis comprender tantas cosas de lo que Yo os pueda dar. Vuestro cuerpo ha quedado limitado por el Pecado Original, vuestra alma no se expande como debe ser por lo limitado que está vuestro cuerpo. Conocéis vida de santos y milagros que ellos han podido hacer y esto es una pequeña muestra de lo que las capacidades espirituales pueden lograr cuando estáis Conmigo. Si eso os asombra, Mis pequeños, todavía tendréis eso y más, si os mantenéis fieles a Mí. ¿Qué os cuesta, Mis pequeños, vivir en el Bien? A veces, hasta es más difícil obrar en el mal, porque os estáis cuidando de todo y de todos. Os escondéis, no vivís en paz y armonía, en cambio, cuando vivís en el Bien, gozáis inmensamente y vuestro gozo hace que otros gocen y, así, mantenéis un ambiente bello a vuestro alrededor pero, sobre todo, porque vosotros estáis gozando con el Bien que estáis haciendo. Vendrán ésos momentos bellos que gozaréis cada uno de vosotros, según lo que hayáis dado y todos os compartiréis de ésa gran alegría que tendréis en vuestro corazón. Seréis el Pueblo de Dios y eso ya dice mucho, Mis pequeños, porque todo aquél que está Conmigo, goza inmensamente. Por eso ya os he dicho que gocéis ya desde ahora, ésa Mi Promesa, de vuestro gozo inmenso que tendréis en estos Cielos Nuevos y Tierras Nuevas que veréis. Luchad, pues, contra todo lo malo y adverso que esté a vuestro alrededor, pero luchad con el amor que hay en vuestro corazón, no destruyendo, como el mismo satanás os destruye, sino llevando a las almas a vivir en las Virtudes, a vivir el Amor, a vivir como Mi Hijo os enseñó y así es como alcanzaréis a entrar en este Nuevo Reino que os daré que os he prometido y en el que quiero que estéis todos vosotros. Gracias, Mis pequeños. |
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