miércoles, 26 de octubre de 2011

EJÉRCITO VICTORIOSO DE LOS CORAZONES TRIUNFANTES

Mensaje entregado a Agustín del Divino Corazón
Lima - Perú
Octubre 17 de 2011
3:57 pm
Hijos amados:
Un sagrario es una pequeña porción del cielo en la tierra.
Un sagrario es un jardín del Cielo en el que un lirio blanco y perfumado florece.
Un sagrario es una mansión eterna de amor.
Un jueves santo en la última cena con mis apóstoles instituí el sacramento del orden Sacerdotal, hombres llamados a una vocación especial dentro de mi Iglesia, hombres llamados a ser otros Cristos en la tierra.
Hombres encargados de la sublime misión de perpetuar mi presencia en la Sagrada Hostia por años sin término.
Un jueves santo decidí quedarme con todos vosotros hasta la consumación de los siglos presente en las especies consagradas del pan y del vino.
La Eucaristía es milagro de amor, mi inventiva de amor para todos vosotros.
La Eucaristía es el alimento perdurable que os da salvación y vida eterna.
La Eucaristía nos funde en un idilio de amor Divino.
Un jueves santo os dejé el mandamiento del amor: “amaos los unos a los otros como Yo os he amado”
Os he demostrado mi gran amor, mi misericordia sobreabunda aún en el nos pecador. Parece ser que mi inventiva de amor, mi misterio eucarístico no ha sido lo suficiente para cautivar a todos las generaciones.
¿Cómo es posible que el Dios escondido en la Hostia consagrada permanezca solitario y abandonado en muchos de los Tabernáculos del mundo entero?
¿Cómo es posible que ante tanto amor por todos vosotros reciba como pago desprecios e ingratitudes de muchos de mis hijos?
Hay haced un alto en el camino y uníos en una cruzada de reparación y reparad mi abrupta soledad regalándome un poco de vuestro tiempo, tiempo en el que os hablaré en lo profundo de vuestro corazón, tiempo en el que os haré sentir mi presencia, tiempo en el que desearéis morir de amor porque mis besos y abrazos cubrirán todo vuestro ser, tiempo en el que incendiaré vuestro corazón con mis rayos potentes de luz, tiempo en el que degustaréis por adelantado el cielo en la tierra.
Haced que en el día fijado para esta cruzada de reparación permanezca acompañado las 24 horas del día, horas en la que os sentiréis sobrecogidos, horas en las que saborearéis el néctar de mi ternura, horas en las que haré más radiante vuestro espíritu.
En esta cruzada de reparación reparad mi abandono y soledad en muchos de mis sagrarios, sagrarios deshabitados, despoblados. Espero recibir de vuestra parte actos de adoración y de reparación. Actos que sanen las heridas de mi corazón agonizante, actos que alivianen un poco mis sufrimientos porque el desdén de los hombres hace que llore lágrimas de sangre por una humanidad indolente y alejada de mis santas leyes.
En esta cruzada de reparación sed lámparas vivas en mi presencia eucarística, lámparas que arden sin nunca consumirse, lámparas que irradiarán con su luz al mundo entero.
Espero recibir de todos vosotros un poco de consuelo porque mi corazón agonizante languidece de desamor. En esta cruzada de reparación heriré vuestros corazones de amor, corazones que habrán de inflamarse con mi presencia, corazones que no descansarán hasta estar unidos a mi Sacratísimo y Divinísimo Corazón.
En esta cruzada de reparación pedíd para que en muchos de vuestros hermanos se despierte el fervor religioso, el amor por la Sagrada Eucaristía.
En esta cruzada de reparación pedid para que cese el pecado, la injusticia en vuestro país. El manto de mi misericordia os cubrirá en plenitud, el manto de mi misericordia os llevará a una conversión seria y perfecta. El manto de mi misericordia despertará a muchos de mis hijos de su sueño letargo.
En esta cruzada de reparación pedid para que el apostolado de reparación se difunda por el mundo entero, apostolado que menguará la justa cólera porque a copa de su Purísimo Corazón rebosa.
Os amo y os bendigo
Lima, Perú
Octubre 17 de 2011
4:34 pm
Hijos amados mi misericordia ha sido derramada sobre todos vosotros, aún estáis a tiempo de volver a Mí aún os falta mucho camino que recorrer en vuestras vidas. No andéis más al borde del camino, podréis caer al precipicio, al abismo.
No cerréis vuestros oídos a mi voz no endurezcáis vuestros corazones a mis palabras, atended más bien a mis llamamientos paternales de amor, venid a Mí que os estrecharé en mi regazo.
Los latidos de mi Sagrado Corazón se fundirán con los vuestros.
Venid a Mí que os liberaré de vuestras esclavitudes, venid a Mí que os aplicaré bálsamo sanador en vuestras heridas.
Os pido una cruzada de reparación, cruzada en la que los santos ángeles se unirán a vuestra oración, cruzada en la que sentiréis el arropo de mi tierna Madre, cruzada en la que pediréis perdón y misericordia para con todos los pecadores, almas que se han ausentado de mi redil, almas que no viven mis mandamientos, almas que hieren con dardos de desamor mi agonizante corazón.
Satanás en su astucia ha cautivado con sus mentiras a muchos de mis hijos, hijos que han sido arrebatados de mis santos brazos, hijos que tarde o temprano tendrán que pagar por sus equivocaciones. El mundo se halla cubierto por densas tinieblas. El mundo se halla cubierto por densas tinieblas. El mundo camina a una velocidad vertiginosa directo al abismo. El mundo debe volver su mirada hacia el cielo.
En esta cruzada de reparación haced muchos actos de amor, actos de amor que arrebatarán a muchos de mis hijos de las garras del espíritu del mal.
Actos de amor que abrirán los ojos de muchos ciegos espirituales
Actos de amor que sacarán del error y ablandarán la dureza de muchos corazones obstinados en el pecado.
Vosotros conocéis que la epidemia del pecado está llevando a la muerte segunda a muchos de mis hijos, combatidla con el arma poderosa del Santo Rosario, arma que debilitará la fuerzas de Satanás, arma que os encadenará a todos vosotros al corazón Inmaculado de mi Santa Madre. En esta cruzada de reparación, haced el loable propósito de ofrecer el Santo Rosario por la conversión de todos los pecadores del mundo entero.
Haced la coronilla del amor, coronilla que enderezará el caminará de muchos de mis hijos.
Os amo y os bendigo
Coronilla del Amor
En las cuentas del Rosario
En las cuentas grandes:
Sagrados corazones de Jesús y María:
Sed nuestro amor y salvación
En las cuentas pequeñas (10 veces):
Jesus , Maria os amo
Salvad almas
Al final repetir 3 veces
Sagrados corazones de Jesús y María
Haced que os ame cada vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario