Mensaje de Nuestra Madre celestial Número:3405
2010-11-27
Queridos hijos, no os alejéis del Señor. El os ama con inmenso amor de Padre y os conoce por el nombre. Dejaos guiar por el Espíritu Santo, pues solamente así seréis capaces de seguir Jesús. Yo soy vuestra Madre y vine del cielo para conduciros al cielo. Sed mansos y humildes de corazón. Acoged mis llamados y testificad en todo lugar que sois únicamente de Señor. No viváis estancados en el pecado. Dios os llama a la santidad. Vivís el tiempo de las grandes tribulaciones y ha llegado el momento de vuestro regreso. La humanidad camina hacia un gran abismo. Europa cargará la cruz pesada. La muerte y la destrucción afligirán mis pobres hijos. Ginebra pedirá auxilio. Coraje. No crucéis los brazos. Yo rogaré a Jesús por vosotros. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
2010-11-27
Queridos hijos, no os alejéis del Señor. El os ama con inmenso amor de Padre y os conoce por el nombre. Dejaos guiar por el Espíritu Santo, pues solamente así seréis capaces de seguir Jesús. Yo soy vuestra Madre y vine del cielo para conduciros al cielo. Sed mansos y humildes de corazón. Acoged mis llamados y testificad en todo lugar que sois únicamente de Señor. No viváis estancados en el pecado. Dios os llama a la santidad. Vivís el tiempo de las grandes tribulaciones y ha llegado el momento de vuestro regreso. La humanidad camina hacia un gran abismo. Europa cargará la cruz pesada. La muerte y la destrucción afligirán mis pobres hijos. Ginebra pedirá auxilio. Coraje. No crucéis los brazos. Yo rogaré a Jesús por vosotros. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
Mensaje de Nuestra Madre celestial Número:3406
2010-11-30
Queridos hijos, Yo os amo y quiero veros felices ya aquí en la tierra y más tarde Conmigo en el cielo. No viváis en el pecado. No permitáis que la llama de la fe se apague dentro de vosotros. Abrid vuestros corazones al Señor y Él os transformará. Acoged el Evangelio de mi Hijo Jesús con alegría. La humanidad está enferma y necesita ser curada. Volveos a vuestro Dios para ser salvos. Camináis para un futuro de grandes y dolorosas pruebas. Belén y Marruecos: la muerte vendrá por medio del agua y mis pobres hijos han de llorar y lamentar. Doblad vuestras rodillas en oración. Después de toda tribulación la tierra será transformada y todos vivirán felices. Confiad en el Señor y vivid dirigidos hacia el Paraíso. No retrocedáis. El Señor os ama y os espera con inmenso amor de Padre. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
Mensaje de Nuestra Madre celestial Número:3407
2010-12-01
Queridos hijos, coraje. Yo estoy a vuestro lado aunque no Me veáis. Tened confianza, fe y esperanza. No habrá derrota para los elegidos de Dios. Doblad vuestras rodillas en oración y todo terminará bien para vosotros. Sois del Señor. No permitáis que el demonio os esclavice. Buscad fuerzas en la oración y en la Eucaristía. Acoged también el Evangelio de Jesús para ser salvos. La humanidad camina por las sendas de la autodestrucción que los hombres hicieron con sus propias manos. La muerte vendrá de lejos y llegará a la Tierra de Santa Cruz. El Centinela correrá angustiado, pero verá la destrucción de su frente. Sufro por aquello que viene para vosotros. No retrocedáis. El Señor os llama y os espera. Caminad a su encuentro y seréis felices ya aquí en la tierra y más tarde Conmigo en el cielo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
2010-11-30
Queridos hijos, Yo os amo y quiero veros felices ya aquí en la tierra y más tarde Conmigo en el cielo. No viváis en el pecado. No permitáis que la llama de la fe se apague dentro de vosotros. Abrid vuestros corazones al Señor y Él os transformará. Acoged el Evangelio de mi Hijo Jesús con alegría. La humanidad está enferma y necesita ser curada. Volveos a vuestro Dios para ser salvos. Camináis para un futuro de grandes y dolorosas pruebas. Belén y Marruecos: la muerte vendrá por medio del agua y mis pobres hijos han de llorar y lamentar. Doblad vuestras rodillas en oración. Después de toda tribulación la tierra será transformada y todos vivirán felices. Confiad en el Señor y vivid dirigidos hacia el Paraíso. No retrocedáis. El Señor os ama y os espera con inmenso amor de Padre. Adelante. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
Mensaje de Nuestra Madre celestial Número:3407
2010-12-01
Queridos hijos, coraje. Yo estoy a vuestro lado aunque no Me veáis. Tened confianza, fe y esperanza. No habrá derrota para los elegidos de Dios. Doblad vuestras rodillas en oración y todo terminará bien para vosotros. Sois del Señor. No permitáis que el demonio os esclavice. Buscad fuerzas en la oración y en la Eucaristía. Acoged también el Evangelio de Jesús para ser salvos. La humanidad camina por las sendas de la autodestrucción que los hombres hicieron con sus propias manos. La muerte vendrá de lejos y llegará a la Tierra de Santa Cruz. El Centinela correrá angustiado, pero verá la destrucción de su frente. Sufro por aquello que viene para vosotros. No retrocedáis. El Señor os llama y os espera. Caminad a su encuentro y seréis felices ya aquí en la tierra y más tarde Conmigo en el cielo. Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.
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