jueves, 21 de febrero de 2013

Mensajes dictados a Catalina Rivas por Jesús, estigmatizada

NO TEMAS, YO ESTOY CONTIGO 


20-Sep-96


Tranquila, hijita, sé que tienes miedo al sufrimiento, sobre todo a las
humillaciones. Te hieren los comentarios de la gente; serénate pensando
que también Yo fui llamado loco, también Yo, en el huerto de los Olivos,
probé estos sentimientos. Mira, voy a hablarte un poco de Mis
sufrimientos. Y esto, no es solamente para ti. Ya lo sabrás luego.
Sacrificio, cruz y martirio, no fueron solamente Mis últimos días,
sino ya desde el momento en el cual llegué al mundo encarnándome en
el seno casticismo de Mi Madre Inmaculada. En los primeros
sufrimientos, en los primeros dolores de la pobreza material y de la
indiferencia humana, al nacer en la gruta de Belén; en el primer
derramamiento de sangre en la circuncisión; en la huida a Egipto, que
contempló a un Dios perseguido y aparentemente vencido por el orgullo
irritado de un hombre malvado; en la vida oculta de Nazaret y en las
fatigas de su vida pública. Toda Mi existencia terrena fue un drama
doloroso, del cual los últimos días no fueron otra cosa que los últimos y
precipitados golpes de un trágico final.
Fui víctima durante Mi vida y lo seré mientras haya Eucaristía. Soy
la Víctima del único sacrificio ofrecido por el único Sacerdote que podía
ser acepto a Dios, porque las víctimas de los sacrificios ofrecidas por
otros Sacerdotes tienen valor solamente si se incorporan a Mí, si se unen
a Mi inmolación, si estos Sacerdotes humanos ejercen las funciones de su
Ministerio.
Por esto, todo cristiano está llamado a la perfección, pero también
está llamado al estado de Víctima —aunque de modo genérico y
remoto— Solamente Mis elegidos están llamados por Mi de un modo
individual e inmediato a este estado de oblación. Sólo el ser generoso
que trata de vivir la plenitud de la vida cristiana, estrechamente unido a
Mi Cruz, podrá realizar plenamente el estado de víctima, que es el estado
más elevado de la vida ascética y la expresión más sublime de la virtud
religiosa, cuyo fin es el de glorificarme…
No temas, Yo estoy contigo. Agradece si te dicen loca; también de Mi
lo dijeron. Es designio Mío y una gran fortuna para el mundo, que de
entre la multitud de cristianos mediocres surjan en todos los tiempos
almas entusiastas y generosas que, después de haber comprendido
plenamente el valor de la existencia humana, la profundidad y la belleza
del cristianismo hasta su expresión más sublime, piden asociarse
íntimamente a Mi sacrificio redentor recorriendo, bajo la guía de Mi
Madre, todas las etapas del estado de Víctimas, del ofrecimiento de
Víctima, del voto de Víctima… Son los Cristos-redentores, son los Moisés
salvadores de su pueblo, son los pararrayos de la humanidad.
Es necesaria una vida interior cada vez más profunda que constituya
la verdadera esencia de la santidad, para que tu alma se encuentre
plenamente Conmigo en cada instante de la vida, en el apostolado de
cada momento, en las varias expresiones de tu actividad, en las etapas de
todo itinerario. Comprobarás que sólo así se realiza esa gran verdad que
a muchos parece utopía: la verdadera relación entre acción y
contemplación, relación que conferirá a tu acción una fuerza
contemplativa y a la contemplación una intención esencialmente activa.
Es preciso que realices ese viaje y no pienses en la parte económica,
eso está arreglado. Deseo que realices la plena comunión con tus
hermanos. Todo grupo sabe que Yo estoy presente, pero ignora que Mi
presencia está condicionada a la plenitud del amor con el cual se vive.
Por eso, como Mi Misionera, deberás presentarte ante los demás
despojada de tí misma, con extrema pobreza interior, dispuesta a pagar
en ese momento con tu persona para llevar a la salvación a los demás.
Recuerda Mis palabras: “El que los escucha a ustedes, Me escucha a Mi”.
Tu mensaje —ponlo entre comillas— “oculto a los sabios y a los
prudentes”, extraído de Mi fuente viva, debe manifestarse a los humildes
y a los pequeños. Grítale al mundo el poder de Mi Nombre y la inmensa
fuerza de Mi amor por él. Es necesario que el mundo reconozca la
necesidad de la penitencia. El hombre debe saber que sus obras están
vacías, porque por su culpa no estoy en ellas. Si no se remedia, todo mal
empeora.
Te lo He dicho antes: primero ama y todo irá bien. Sólo este
sentimiento trasciende y supera la política, el egoísmo, la prepotencia, la
crueldad, la exaltación a la gloria de los hombres sin Evangelio. Es el
sentimiento que, al ver los hombres, grabarán en sus almas y en la nueva
historia del mundo. Lo verdadero es un árbol que lleva buenos frutos; lo
falso es también un árbol, pero sus frutos son venenosos. Piensa que
todo lo que des a los demás, a Mi Me lo das. Tú eres Yo y Yo Soy tú…
Ten confianza, no te decepcionaré.
Quiero que se preparen para que la gente vea en ustedes el
testimonio de su vida interior, del poder de la oración y de la acción
vivida en todo momento como expresión de su inmenso amor a Dios. Un
eficaz y poderoso medio de evangelización, una respuesta a los
sembradores de errores y de cizaña, son los encuentros que deben tener
con los matrimonios, con la gente divorciada, en esa expresión esencial
de la tarea apostólica que es el encuentro personal, realizado de una
manera inmediata, auténtica y profunda, según las necesidades. Para ello
es que deben prepararse las mujeres del grupo evangelizador.
Es necesario que estudien bien la especialización a la cual se
destinará a cada hermano, para poder utilizar sus capacidades
intelectuales, psíquicas, físicas y su misma preparación, de la mejor
manera posible, y todos ayudarán en esta tarea individual. 

5 comentarios:

  1. Gracias señor, aún hoy sufres por cada uno de nosotros, como te laceramos perdón mi señor.

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  2. Gracias a Jesús por su amor y misericordia por nosotros. Perdona nuestras faltas.

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  3. Gracias mi señor por tener paciencia y compasion con estos pobres pecadores!

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  4. Gracias mi señor por tener paciencia y compasion con estos pobres pecadores!

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  5. Alabado seas por siempre Señor. Gracias por tu infinito amor para con nosotros tan pecadores

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