miércoles, 10 de octubre de 2012

Mensaje de Dios Padre a J.V. Marzo 15 del 2005

Mzo 15_05 La boca habla de lo que está lleno su corazón.ImprimirE-Mail
Rosario.

Mensaje de Dios Padre a J.V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos, en las Sagradas Escrituras, se os habla de la permanencia del alma en la Gracia, en el Amor.
Mis pequeños, al estar sostenidos por Mi Gracia y por Mi Amor, el alma no deberá temer a los embates del enemigo. Es como el árbol frondoso que ha echado sus raíces en tierra firme, el alma que ha echado sus raíces y ha puesto toda su confianza en Mi Corazón y en Mis Enseñanzas, será como ése árbol frondoso. Primeramente, los embates de los elementos no podrán contra él, ni los vientos fuertes, ni los ríos tempestuosos podrán hacerlo caer y por otro lado, mucho fruto dará. Pero solamente las almas que han echado raíces en Mí, podrán resistir.
Todas aquellas almas que caen, aún en los vientos débiles, aún en las corrientes débiles, caen, porque no están perfectamente afianzadas en Mí. Son almas convenencieras, son almas que buscan estar en Mí para ver qué Me sacan, pero no dan, no cambian, no se perfeccionan y así les vienen nuevos ideales, nuevas cosas en el mundo y se desvían fácilmente, porque  sus creencias son tan débiles, que, cuando les ponen algo que les endulce el paladar fácilmente cambian.
Mis pequeños, la vida del cristiano, la vida de aquél que Me sigue, debe ser de fortaleza, para soportar grandes pruebas, grandes ataques, al grado de ser pilares de todo lo que Yo os he dado. Deberéis de ir por el mundo siendo pilares y no solamente ramas débiles que se doblan con los vientos suaves.
Yo necesito almas fuertes, almas decididas, almas que realmente protejan Mi Obra. Deberéis ser almas decididas al ataque, que no le temáis a lo que venga, a lo que el demonio quiera hacer con vosotros.  Si os ataca, deberéis contraatacar, pero siempre utilizando el Amor, la Verdad, la Luz que Yo os vine a dar. No deberéis contraatacar por venganza, sino que el ataque deberá ser para dar Luz a aquellos que están atacando, porque es obvio que no están en la Luz, no han querido aceptar la Luz y vosotros, al contraatacar con esa Luz que es Mi Palabra y con Mi Amor, las almas, que han sido obscurecidas por el pecado, que han sido convencidas por satanás, cambiarán. Por eso, os vuelvo a repetir, necesito almas valientes, almas humildes, almas dadivosas, que se puedan enfrentar al enemigo, pero para contraatacar con Amor, para que puedan hacer volver esas almas al camino que Yo os señalé en los Evangelios.
PedidMe la Fuerza que necesitéis, Mis pequeños, sois ahora Mis guerreros en el mundo y necesitáis estar bien protegidos, bien armados, para que os sintáis seguros en la batalla.
Confiad, confiad y venid a Mí, que Yo os daré todo lo necesario para que podáis ser otros Cristos en éstos tiempos.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, es tanta la maldad que el hombre ha aceptado de satanás, que muchos pequeños Míos que, debiendo dar fruto a Tierra, se les coartó su misión por el egoísmo del hombre, por su pecado, por la traición a Nuestro Padre Dios.
Mis pequeños, os pido oréis fuertemente por ésos pequeñitos Míos que todavía están por nacer, que pueden nacer en un matrimonio en donde no se les ame, en donde haya odio, en donde haya muerte, para que ellos puedan dar fruto. Estas almitas quedan coartadas en su misión, cuando sus padres no permiten de alguna forma, ésa transmisión de vida, ó aún de vida espiritual.
Vuestro mundo sería diferente, vuestro mundo ya habría mejorado si muchos, muchos de Mis pequeñines hubieran crecido y hubieran dado fruto. El demonio sabe el valor de las almas, él conoce la misión de la gran mayoría de las almas sobre la Tierra y por eso ataca ferozmente, para que su poder no sea aniquilado ó disminuido. Él está al acecho de las almas y tan pronto ve que un alma mejora, que un alma crece en espiritualidad, que un alma pueda ser peligrosa para su reino, ataca, ataca, sobre ataca y así lo que pudo haber hecho esa alma no se logra, porque atrás de una gran cantidad de almitas, no hay un soporte espiritual de sus padres.
Sí, Mis pequeños, la familia en éstos tiempos, ha sido fuertemente afectada por las fuerzas de satanás, se ha afectado la espiritualidad, ya no se vive para su Dios, se vive para el mundo y así las almas se desvían, buscando intereses vanos, intereses superfluos, y ahora recibe el demonio a las almas en bandejas de plata, destrozadas, inútiles, listas para la perdición eterna, porque de sus mismos padres, padrinos, aún sacerdotes, amistades, ya no hay quien luche por los valores espirituales.
La espiritualidad se va perdiendo, se está anulando en las almas de los hombres, ya no se quiere luchar por esos valores espirituales, los creéis obsoletos, atrasados, ya no son prácticos para vivirse en éstos tiempos, según decís. El mal va cobrando muchas almas en éstos tiempos, almas tibias, almas pobres, almas débiles. Por eso os pedía valentía, fortaleza, porque estaréis luchando contra fuerzas muy poderosas.
Las almas débiles, frías, insensibles a la Gracia, no se dan cuenta del poder se satanás sobre ellas, las conciente en donde estén, les da lo que quieran en éstos tiempos y al sentirse halagadas por lo que tienen, no quieren salirse de ahí a buscar una espiritualidad mayor, que, ciertamente les causará problemas porque lucharéis contra las fuerzas del mal, estaréis actuando contra sus intereses, estaréis afectando su reino.
Estas almas valientes son las que logran altos puestos en el Cielo, son las que logran ganar muchas almas para Mi Reino, son las que ganan la palma de la victoria.
Mis pequeños, luchad, luchad fuertemente contra las fuerzas del mal y no dejéis que ellas os venzan. El crecimiento es continuo, no creáis que porque habéis llegado a un cierto lugar espiritual, a un nivel que consideráis alto a vuestra inteligencia humana, deberéis permanecer ahí, no Mis pequeños, para alcanzar la perfección, deberéis trabajar continuamente.
El crecimiento es continuo, la lucha es continua y todo esto va unido a un gozo continuo. Hay almas buenas, almas santas que se conformaron al llegar a un nivel y ya no lucharon más, se quedan estancadas, ciertamente dan fruto, pero no tanto como debieran. Ese es otro de los trucos del mal, mantener a las almas buenas a un cierto nivel, hacerlas creer que ya no es necesario crecer y así las puede manejar, darán fruto, como os dije, pero no el suficiente y así muchas almas se quedarán sin salvación, porque no se ofreció lo suficiente para ganarles el Reino.
Creced, creced continuamente, Mi Amor es Infinito, Mi Amor es Omnipotente, el alma siempre tiene que estar en ese crecimiento y será así por toda la Eternidad, mientras más crezcáis, más gozaréis, mientras más gocéis, más querréis dar y al dar, os llenaréis de Amor y el Amor es dinámico, el Amor es Infinito, el Amor os va a dar nuevos horizontes y eso ampliará nuevamente vuestra necesidad de crecer.
Las almas que realmente aman, nunca se estancan, porque ven la necesidad de Mi Corazón.
Manteneos fieles a Mí, Mis pequeños y manteneos en ese crecimiento continuo, no seáis mediocres, buscad la perfección, porque la Perfección, Soy Yo y os quiero junto a Mí.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos, os he pedido que en éstos tiempos actuéis mediante el Amor y las Virtudes, se os ha hablado ya mucho del Amor, para eso ved la Vida de Mi Hijo, cómo estaba colmada de Virtudes, sobre todo el respeto, el respeto a vosotros, el respeto al prójimo, la comprensión hacia el pecador, el cariño hacia aquellos que se sentían abatidos por el pecado, la prudencia de no hablar ó actuar más allá de lo necesario y que pudiera causar problemas, la sensibilidad del Corazón, para ponerse en el lugar del otro y así, Mis pequeños, es uso de todas las Virtudes que debéis utilizar para crear a vuestro alrededor esa Paz que tanto necesita el hombre, esa Paz que os va a llevar a aceptar en vuestro corazón el Amor.
No puede haber Amor en los corazones, no puede aceptar el hombre el Amor que Yo deseo transmitir cuando atrás de él no se abrió, primeramente, ése corazón por la Virtud. Siempre el uso de la Virtud va a preparar el corazón para llenarse de Amor. No podéis separa la Virtud y el Amor.
Por eso es necesario que actuéis así, con educación, con respeto hacia vuestros hermanos, actuando como Mi Hijo actuaba en ése tiempo. Aún a aquellos que lo atacaban, Él respondía con respeto, siempre tratando de mover al alma hacia el Amor.
Debéis crear a vuestro alrededor ése ambiente de respeto, de educación para que se dé la Paz a través del Amor.
Vuestra tarea es significativa en éstos tiempos, en donde ya no hay respeto hacia nada, deberéis ser esas lucecitas actuando en la obscuridad, deberéis mover a las almas a través de vuestros actos.
Os vuelvo a pedir, actuad, actuad en el Amor y en la Virtud, para salvar a muchas almas, pero sobre todo, para preparar a las almas a la llegada de Mi Hijo a Su Nuevo Reino, al Nuevo Paraíso en la Tierra, para que llegue el Maestro nuevamente entre vosotros, el Maestro que os llevará a ésa Perfección en el Amor y en la Virtud.
Ya el hecho, Mis pequeños, de que vosotros pongáis de vuestra parte y empecéis a actuar así, ya será gran ganancia para la Tierra, para vuestros hermanos, para vosotros mismos, de ésta forma estaréis ya realmente atrayendo  el Reino de Dios a las almas.
Deberéis venceros a vosotros mismos y así, al actuar en la Virtud y en el Amor estaréis dejando vivir a Mi Hijo.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos, diversificáis tanto vuestros intereses, que no os da tiempo a cumplir lo que tontamente os imponéis, cuando uno solo debiera ser vuestro intereses en la vida: servirMe para la salvación de las almas.
Por vuestra falta de oración, por vuestra falta de entrega, por ésa obscuridad en vuestra alma, que no os permite ver la Luz, os desviáis tanto del camino que Yo os vine a dar, que no encontráis realmente el por qué de vuestra vida.
Si sois padres, vuestra obligación y vuestra función, es la de hacer crecer a vuestros hijos en esas Virtudes, en el Amor que os he pedido, pero primeramente porque las vean en vosotros.
Deberéis estar buscando cómo halagarMe a Mí, primeramente, con vuestros actos, con vuestra vida, con vuestra oración, con vuestra entrega y ese ejemplo es el que servirá para vuestros hijos, ese ejemplo es el que moverá a vuestros hijos a la entrega desde muy pequeños, sin obligaciones, simplemente como algo natural en vuestra vida, como se daba en el principio.
Como el pequeño Abel ofrecía, por ese amor natural que Me tenía, todo lo que él obtenía de la tierra, simplemente Me lo daba y daba lo mejor porque Me amaba.
Deberéis ser otros pequeños Abeles en donde Me estéis ofreciendo cada día, en cada momento, lo mejor que tengáis. Dádmelo, Mis pequeños, dadMe todo lo mejor que tengáis, todo lo mejor que hagáis, todo lo mejor que penséis, dádmelo, que con ello Yo haré grandes cosas y a vosotros se os multiplicará con creces. Vuestra espiritualidad crecerá, porque esa es vuestra misión, misión espiritual por la que estáis en la Tierra: halagadMe, como el pequeño Abel, halagadMe, agradeced, agradeced todo lo que Yo os doy. Pocas son las almas que realmente meditan durante el día y observan a su alrededor todo con lo que Yo os proveo, para que tengáis de todo, que nada os falte y así ésas almas obtienen más, sobre todo más vida íntima Conmigo, que eso ya es un regalo inmenso, inconmensurable, vivir íntimamente con su Dios, sirviéndoLe, halagándoLe.
Así como un rey, que por ser inmensamente rico no puede recibir regalos más grandes que de los que ya tiene, el que está bajo de él, le va a dar lo mejor que tiene, lo que a sus ojos es grande.
Así es Conmigo, Mis pequeños, no Me podréis dar regalos más grandes, porque, Yo Soy el Perfecto, Yo Soy el Infinito, todo Me pertenece, pero sí Me podéis agradar cuando Me dais en posesión y regalo, vuestros pensamientos, vuestros agradecimiento, vuestras primicias, todo aquello que salga de vuestro corazón con un amor limpio, honesto, agradecido.
Esos son los detallitos que a Mí Me halagan, son los regalitos que hacen que Mi Corazón arda por vuestro amor, son los detalles, Mis pequeños, son los detalles amorosos los que hacen que un corazón se encienda. Mantened Mi Corazón encendido, cuando vosotros Me deis vuestros pequeños actos, amorosos y sinceros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos, os vuelvo a pedir que tengáis prudencia con lo que sale de vuestra boca, realmente lo que decís es como una espada de dos filos, igual podéis alabar a un hermano vuestro, lo podéis ayudar a crecer, lo podéis ayudar en su perfección, que también lo podéis destruir, lo podéis pisotear, lo podéis blasfemar y crear maldad en su corazón.
La palabra, Mis pequeños, si no es usada debidamente, puede causar muerte, puede causar una destrucción que durará por mucho tiempo ó aún eternamente, por eso deberéis usar la palabra con prudencia, con sabiduría, con respeto, con amor.
Si os dais cuenta, Mis pequeños, nuevamente está la Virtud antes que nada, para que podáis llevar a las almas al amor, las Virtudes os van a proteger de la caída, os van a proteger del error, tanto en vuestra persona, como para vuestro prójimo y más con la palabra, que bien usada, como Mi Hijo la usó podéis hacer grandes obras de Evangelización, dar vida a las almas muertas, crecimiento, aliento a las almas abatidas, mucho se puede hacer a través de la palabra y deberéis usarla como forma de vida, siempre con respeto, siempre con la idea de mejorar a vuestro hermano.
Por eso en las Escrituras se dice que Mi Hijo hablaba poco, pero decía lo que debía decir. A veces habláis demasiado, sin pensar, vuestras palabras vuelan y pueden destruir otros corazones.
Sed cuidadosos con lo que decís, pero más cuidadosos con lo que tenéis en vuestro corazón, porque así dicen las Escrituras, “La boca habla de lo que está lleno su corazón”. Si vosotros no tenéis también virtud en vuestro corazón, no habrá buenas palabras, por eso la vida íntima Conmigo es importantísima, porque hablaréis de la Sabiduría que Yo os enseñaré en vuestro corazón. Debéis tener más vida íntima Conmigo, para que Yo os dé Sabiduría y esa Sabiduría fluya por vuestros labios.
Os vuelvo a repetir, cuidad de la palabra, que es como una espada de dos filos ó destruís ó ayudáis. Tened cuidado, no habléis más de lo debido.
Gracias, Mis pequeños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario