viernes, 22 de febrero de 2013

MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2013





Invitación a la oración conjunta por nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI
y por toda la Santa Iglesia


Oraciones de la Cruzada por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI.doc (60 kB)

Oraciones de la Cruzada por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI.pdf (67,4 kB)




“La estrella de su pontificado brillará siempre en la Iglesia”. Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio cardenalicio – II – MMXIII, Roma It.
11. II. 2013 - La razón -singular- que ha dado el Papa para renunciar es clara: no se encuentra con fuerzas. Su edad avanzada va acompañada de una disminución evidente de vigor físico. Y como él dice “para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu“. El espíritu no le flaquea. El cuerpo sí.
Terencio, y después, Séneca, Cicerón y tantos otros habían recordado melancólicamente: “senectus ipsa est morbus”, la vejez misma es una enfermedad.

“Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor”.
BENEDICTUS PP. XVI
MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2013

“La Luz del amor de Dios debe difundirse con alegría” Benedicto PP. XVI

Creer en la caridad suscita caridad – Benedicto PP. XVI
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16)
Vaticano, 15 de octubre de 2012
BENEDICTUS PP. XVI
MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2013


La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

1. La fe como respuesta al amor de Dios

En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor... La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).

2. La caridad como vida en la fe

Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

3. El lazo indisoluble entre fe y caridad

A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).

En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.

A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.

4. Prioridad de la fe, primado de la caridad

Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co 13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).

La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).

La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la

caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).

Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.

Vaticano, 15 de octubre de 2012
BENEDICTUS PP. XVI
MENSAJE DEL SANTO PADRE PARA LA CUARESMA 2013


Mensaje a J.V. - 13 Febrero 2013


Feb 13_13 El hombre de la perdición, en breve aparecerá ante el mundo entero.
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Rosario vespertino - (Miércoles de Ceniza)

Temas:
  • Son tiempos de prueba, Mis pequeños en donde realmente veréis si pertenecéis a Mí, vuestro Dios o podréis ser aniquilados por las garras de satanás.
  • Mis ministros deben ser también ejemplo ante el mundo, pero con muchas más responsabilidades, porque tienen el Sacramento del Sacerdocio y eso les confiere una Gracia muy grande que no han querido aprovechar en pleno.
  • La santidad se da en un alto grado de humildad, así que pedídmela y no creáis que esto os llevará a una soberbia inmensa, al contrario, os repito, la santidad necesita un alto grado de humildad.
  • El hombre de la perdición, en breve aparecerá ante el mundo entero. ¿Qué haréis, Mis pequeños? ¿Qué haréis si no estáis Conmigo?
  • BuscadMe en todo momento, no Me abandonéis porque, ciertamente, es el hombre el que Me abandona, Yo, vuestro Dios, nunca os abandono.


Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Son tiempos de prueba, Mis pequeños en donde realmente veréis si pertenecéis a Mí, vuestro Dios o podréis ser aniquilados por las garras de satanás.
Hijitos Míos, dejad al hombre que haga las cosas del hombre, especialmente cuando se han dejado llevar por satanás. Vosotros sois Míos, vosotros, los que habéis escogido el mejor camino, no os debéis preocupar. Os he venido preparando por mucho tiempo para estos momentos que padeceréis, son tiempos de purificación, son tiempos de prueba, son tiempos de acrisolamiento, de aquí saldrán las almas que serán escogidas para los Nuevos Tiempos.
Recordad cómo Me he preocupado Yo, vuestro Dios, vuestro Padre, de ir escogiendo el redil, Mi Hijo Me los ha traído, Mi Hija, la Siempre Virgen María, va cuidando de que no salgan del redil y especialmente cuida a aquellos que puedan ser más atacados por las garras de satanás.
Son tiempos de prueba, Mis pequeños en donde realmente veréis si pertenecéis a Mí, vuestro Dios o podréis ser aniquilados por las garras de satanás.
Es tiempo en que la Fe os pondrá a salvo y vosotros habéis sido preparados para estos momentos. Os he dicho que éstos tiempos de tribulación os van a traer directamente a Mi Corazón, porque aquellos que confían en Mí, siguen Mi Santa Voluntad. Aquellos que dudan, fácilmente podrán caer y por eso os he pedido que oréis fuertemente por aquellos que no tienen una Fe a prueba de todo lo que vendrá pero, sobre todo por aquellos que no tienen amor a Mí, porque cuando alguien ama, se da totalmente por el que ama y vosotros, que estáis Conmigo, sé que os daréis por Mí. No necesariamente esto quiere decir una donación de muerte o de gran dolor, sino de defensa de lo que es Mío.
Recordad cómo Mi Hijo escogió como apóstoles a unos pocos de tantos que estuvieron a Su alrededor. En este tiempo, son también pocos los que Me aman, los que están Conmigo, los que quieren mantener Mi Amor sobre la Tierra, pero sobre todo, que quieren mantener Mi Amor en su corazón.
¿A qué bando pertenecéis, Mis pequeños?, vosotros os podréis contestar, Yo ya conozco la respuesta.
Deseo, Mis pequeños, que luchéis, pero con amor, contra todo lo que vaya a pasar a vuestro alrededor. Ciertamente, satanás, dará sus coletazos para tratar de destruir la Fe, que es la que Yo estoy manteniendo sobre la Tierra pero, ya os he dicho que, al resto fiel, Yo lo he de mantener junto Conmigo, protegido, contra satanás. Y recordad nuevamente, que satanás no tiene la fuerza, el poder, las capacidades que tengo Yo, como Dios, así que no le temáis, si estáis Conmigo, lo venceréis fácilmente.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Mis ministros deben ser también ejemplo ante el mundo, pero con muchas más responsabilidades, porque tienen el Sacramento del Sacerdocio y eso les confiere una Gracia muy grande que no han querido aprovechar en pleno.
Hijitos Míos, Soy vuestro Hermano Jesucristo y lloro, junto con vosotros, al ver cómo el hombre, que se ha satanizado, al ver cómo el hombre que se ha vuelto del mundo, no quiere seguir lo que a Mí tanto Me costó y Me sigue costando y Me duele ver lo que se ha hecho con Mi Iglesia, que deja mucho qué desear.
Ciertamente, hay muy buenos elementos dentro de ella que están manteniendo su vitalidad, pero se está viendo también cómo la maldad se ha introducido y ya no se está dando lo que se debiera dar.
Se ha tomado la Iglesia una posición muy comodina, ya no se lucha por llevarMe a Mí a los pueblos necesitados, a aquellos hermanos vuestros que necesitan conocerMe y amarMe. No se busca el sufrir ya hasta el cansancio o muerte, por tomar una posición cómoda de muchos de Mis sacerdotes y religiosos, siendo que, el mismo pueblo necesita de los Sacramentos y ésa posición cómoda, hace que muchos mueran sin ellos, los cuales debieran ser administrados por Mis ministros y sacerdotes.
Mucha maldad se ha introducido dentro de ella y ya no se busca vivir en el respeto a Mis Leyes y a Mi Amor, por eso, tiene que ser purificada y santificada.
Ciertamente, esto causará una gran expectación mundial, causará muchas dudas, causará mucho dolor pero, al final, Mi Amor se hará sentir entre los hombres, especialmente cuando quede purificada y regresen a ella.
La Iglesia, el Templo en sí, es Casa de Oración y Yo estoy presente ahí, Mis pequeños y así debiera ser, que todo aquel que Me quisiera encontrar, llegara a orar, llegara a arrepentirse de su mal proceder, llegara a convivir un rato con su Dios. Vosotros sois Iglesia, vosotros sois templo vivo de Mi Presencia en vuestro ser, vosotros debéis ser ejemplo ante los hombres, simplemente por el hecho de vivir lo que Yo os he enseñado, y eso os debe dar un carácter muy especial entre vuestros hermanos, a tal grado de que se os reconozca como seguidores Míos. Los que Me viven, realmente, Me transmiten sin darse cuenta y ahora no lo estáis viendo con muchos de Mis ministros o sacerdotes. Os acercáis a ellos y viven bien más del mundo, no viven ésa intimidad Conmigo, buscan cosas muy diferentes para la que fueron ellos escogidos. Mis ministros deben ser también ejemplo ante el mundo, pero con muchas más responsabilidades, porque tienen el Sacramento del Sacerdocio y eso les confiere una Gracia muy grande que no han querido aprovechar en pleno.
Me duele ver, Mis pequeños, tanta confusión, maldad, lucha de intereses mundanos y ataques satánicos por parte de ellos, porque muchos de mis ministros se han vuelto instrumentos de satanás y ofrecen sacrificios y ofrendas a Mi enemigo, aún en Mi Templo Santo. ¡Cuánta traición por parte de ellos!, ¡Me duele tanto, Mis pequeños! Ciertamente, desde un principio, aquí sobre la Tierra, Mi Iglesia tuvo un traidor, no escogí lo mejor que había entre los hombres. Sé y reconozco las debilidades que existen en la humanidad, pero cuando son escogidas estas almas, para el Sacramento Sacerdotal, Mi Gracia se derrama sobre éstas almas importantes para todos vosotros y hay un cambio grande en su ser. Pero muchos, que han obtenido ésta Gracia, la han hecho a un lado, han traicionado Mis regalos, Mis Bendiciones y no han querido seguirMe. Han regresado al mundo, buscando sus placeres y riquezas, al grado de ser escándalo entre sus mismos hermanos sacerdotes y aún más, para Mi Iglesia Mundial, que sois vosotros. ¡Cuánto dolor Me causáis, Mis pequeños, ministros que habéis traicionado Mi Amor, pero sobre todo, que traicionasteis el que Yo os hubiera escogido para ésta misión grande sobre la Tierra, que es la más grande que un hombre pueda tener, la de ser sacerdote entre los hombres.
No sabéis apreciar la grandiosidad de vuestra posición ante los hombres y ante el Cielo. Habéis desperdiciado Mis regalos pero, sobre todo, el que Yo haya puesto toda Mi Confianza sobre vosotros, Me traicionasteis.
Arrepentíos, ahora que tenéis todavía tiempo para hacerlo, porque, ciertamente, Mi Juicio sobre vosotros será tremendo, porque Me fallasteis a Mí, vuestro Dios, fallasteis y engañasteis a vuestros hermanos en el mundo y causasteis escándalo, a tal grado, de que muchos perdieron la Fe por vuestro mal proceder. Seréis juzgados severamente, ministros de Mi Iglesia que fallasteis porque Me disteis la espalda y quisisteis seguir a Mi enemigo.
De cualquier manera, recibid Mis Bendiciones, para que ellas toquen vuestro corazón y venga vuestro arrepentimiento antes de vuestro Juicio severo.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: La santidad se da en un alto grado de humildad, así que pedídmela y no creáis que esto os llevará a una soberbia inmensa, al contrario, os repito, la santidad necesita un alto grado de humildad.
Hijitos Míos, a la Luz de Mi Santo Espíritu, vosotros debéis entrar en vuestro corazón, solos y unidos perfectamente a Mí, sabiendo que os veo, que escucho vuestro corazón, que os conozco perfectamente. Quiero que seáis sinceros, honestos con vosotros mismos, ante Mi Presencia, que os juzguéis ante Mí y, humildemente, caigáis de rodillas,presentándoMe todo vuestro ser, con vuestras cualidades y defectos, con vuestros errores, con vuestras necesidades espirituales, con vuestras fallas que, a pesar de que Yo os di todo para que cumplierais con lo que Yo necesitaba que cumplierais con vuestra misión, no lo quisisteis aprovechar.
Mis pequeños, así solos, ante Mí, sabiendo que Yo Soy todo un Dios de Amor y de Perdón, mostraos enteramente a Mí, para que Yo purifique todo aquello en lo cual habéis fallado, porque os quiero perfectos, porque os quiero santos y no podréis llegar a ése grado de belleza espiritual si, primeramente, no sois humildes y, segundo, si no queréis contar Conmigo, con Mi ayuda que transforma todo, aún lo más malo, aún aquello que es abominable a Mis Ojos.
Mis pequeños, fuisteis creados a Imagen y Semejanza Mía y así os quiero y así os necesito pero, vosotros, en éstos momentos, cuando el pecado ya ha tomado grados muy altos dentro de vosotros y a vuestro alrededor, no tenéis idea lo que éstas Palabras significan, de que debéis ser a Imagen y Semejanza Mía. Por eso necesitáis de Mi ayuda y la debéis pedir de todo corazón, para que Yo pueda cambiar todo aquello que os está llevando hacia el mal, que está destruyendo vuestra misión, para que podáis volver al camino que Yo os tracé  y podáis cumplirlo como debéis hacerlo.
Mi Amor está con vosotros, Mi Gracia os cubre y así, como le dije al apóstol, “Mi Gracia te basta”, y la tenéis, Mis pequeños, pero debéis pedírMela y con eso mostraréis vuestra pequeñez que os la va a dar vuestra humildad. AprovechadMe, Mis pequeños, aprovechadMe a Mí, vuestro Dios, que os regalo tanto de lo Mío y que además, desperdiciáis y tantas oportunidades para vuestra santificación.
Mis pequeños, siendo santos, podréis halagarMe mucho a Mí y podréis ayudar muchísimo a vuestros hermanos a que lleguen a Mí, la santidad se da en un alto grado de humildad, así que pedídMela y no creáis que esto os llevará a una soberbia inmensa, al contrario, os repito, la santidad necesita un alto grado de humildad. 
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: El hombre de la perdición, en breve aparecerá ante el mundo entero. ¿Qué haréis, Mis pequeños? ¿Qué haréis si no estáis Conmigo?
Hijitos Míos, vuestra oración es importantísima, os la he venido pidiendo ya de tiempo acá, porque estáis en momentos críticos de la humanidad. El hombre de la perdición, en breve aparecerá ante el mundo entero. ¿Qué haréis, Mis pequeños? ¿Qué haréis si no estáis Conmigo?
Ciertamente será la presencia de satanás en pleno y ha venido preparando el terreno de mucho tiempo para acá y vosotros, en lugar de haber luchado contra todo lo malo con que os iba preparando, lo tomasteis como forma de vida y aceptasteis la maldad en vosotros, en vuestros actos y alrededor vuestro. Con esto, vosotros preparasteis su trono, ahora viene a sentarse en su trono de maldad, para que todos vosotros seáis sus súbditos. No quisisteis luchar contra su maldad y, ahora, su maldad os querrá aplastar y lo logrará con una gran cantidad de hermanos vuestros.
Mis pequeños, son tiempos críticos para vuestra salvación o perdición eternas, no es tiempo de duda, no es tiempo de juego, no es tiempo de diversión, no es tiempo el que debéis perder, lo que Yo os he dado en Enseñanzas. Yo os he ido preparando para éstos momentos, que tarde o temprano tenían que darse y una gran mayoría de vosotros no los aprovechasteis, ahora os atacará con vuestras mismas flaquezas. Os fuisteis debilitando, no os esforzasteis en hacer crecer las Virtudes y Mi Amor en vosotros mismos, con lo cual, fácilmente lo podríais vencer. Él se ríe ante Mi Presencia, al mostrarMe el Mundo caído y a sus pies. Son tan pocos los que ciertamente están Conmigo de corazón pero, ésos pocos, con Mi Gracia, le vencerán, pero ¿cuántos hermanos vuestros sufrirán eternamente por su engaño y por vuestra falta de intercesión por su salvación?
Desgraciadamente, también, muchos de los que están Conmigo, no se pueden decir verdaderos hermanos de aquellos que están viviendo en el mal, porque os falta mucha oración y donación por ellos, no les tomáis de la mano, no les ayudáis a levantarse, no les tratáis de comprender y, de ésta forma, entenderles para ayudarlos mejor.
Habéis pasado junto a ellos y los dejasteis maltrechos en el camino, no os detuvisteis ni les preguntasteis qué necesitaban. Ya no sois el buen samaritano del que os hablé en las Sagradas Escrituras, para que aprendierais a tratar a vuestro hermano caído y enfermo, enfermo de mal, enfermo de pecado, destruido por satanás.
Ciertamente sabéis que Yo no busco la salvación de vuestro cuerpo, busco la salvación eterna de vuestra alma. ¿Cuánto habéis hecho por vuestros hermanos necesitados? Escogéis con quién estar y no os dais en general por todos. Aún os falta Caridad para tratar a todos por igual.
Este tiempo que padeceréis todos vosotros, será para que entendáis Mi Ser, para que no veáis solo lo que Yo hice, sino más bien, el Amor que Yo le daba a cada uno de ellos y que, ahora, también os doy a cada uno de vosotros. En este tiempo Me conoceréis en lo profundo. Cómo oraba Yo a Mi Padre, cómo vivía para cada uno de vosotros, cómo, a pesar de vuestra necedad y del dolor que Me causabais, Yo seguía pendiente de vuestras necesidades y Me seguía dando por vosotros, para que, llegar el momento de vuestro arrepentimiento, de ése dolor interno, del saber cómo Me dañabais, al final regresarais a Mí.
Agradeced pues éste tiempo de purificación que tendréis todos vosotros, porque va a ser bueno y necesario para que alcancéis vuestra santidad de vida. En estos momentos no estáis preparados para recibirMe en Mi Segunda Venida a la Tierra. Hay demasiada maldad, error, pecado en vuestro ser y, lo más doloroso para Mí, vuestro Hermano y vuestro Dios, es que os dejé toda una escuela, una forma de vida espiritual para que, al tomarla, viniera ésa transfiguración, que eso os iba a llevar a ser perfectos para que pudierais convivir Conmigo fácilmente en Mi Segunda Venida, sin tener que padecer lo que tendréis que padecer.
La gran mayoría de vosotros escogisteis el camino errado y, ahora, vuestra enseñanza, tendrá que ir unida al dolor. Si hubierais entendido cómo os amo, y Me hubierais regresado Mi Amor como Yo os lo di, éstos momentos serían de gozo, estaríais venciendo fácilmente a satanás y estaríais esperando impacientes, con gran alegría, Mi Regreso Triunfal, pero no pensasteis en ello y ahora tendréis que sufrir, pero que éste sufrimiento también esté envuelto de gozo, sabiendo que al final de la prueba Me tendréis y gozaréis inmensamente, cosas bellísimas, salidas de Nuestra Trinidad, se os darán. Que ésta Promesa se mantenga en vuestro corazón para que vosotros podáis pasar por la prueba fácilmente, sabiendo que Me tendréis al final del camino. Que sea para vosotros una gran esperanza y que el gozo ya os invada, porque, ciertamente Me tendréis si triunfáis junto Conmigo en ésta purificación que todos deberéis padecer.
Os amo, Mis pequeños, os amo con todo Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: BuscadMe en todo momento, no Me abandonéis porque, ciertamente, es el hombre el que Me abandona, Yo, vuestro Dios, nunca os abandono.
Hijitos Míos, vosotros podéis leer en las Escrituras que, aunque una madre se olvidara de sus hijos, Yo nunca lo haría, Mis pequeños y esto os lo digo, porque en muchos de vosotros existe el temor de que Yo os vaya a abandonar en estos momentos de prueba y ya os he repetido varias veces que no os voy a abandonar. Como un Padre que Soy, Yo no puedo abandonar a Mi creatura en éstos momentos de obscuridad espiritual. Yo os creé, no os quiero destruidos y menos por Mi enemigo, satanás. Yo voy a estar junto con vosotros.
Vosotros podéis, en cualquier momento, pedir Mi ayuda, Mi Presencia, Mi Amor, Mis Dones, Mis Bendiciones, Mis Gracias, todo lo que necesitéis de Mí, Mis pequeños. Un padre, una buena madre, siempre están atentos por la salud de sus hijos, Quién mejor que Yo, que Soy vuestro Dios. Si un buen padre o una buena madre están dando buen ejemplo Yo, que Soy el Perfecto, y con mayor razón tengo que dar ése ejemplo de Amor hacia Mis hijos.
Abandonad pues ésa idea, Mis pequeños, que Yo estaré con vosotros en vuestros momentos de tribulación. No estaría cumpliendo con lo que Soy, vuestro Dios y Creador y sobre todo, el Amor, el Amor en pleno. No dudéis, Mis pequeños, en ningún momento, del que no vaya a estar Yo con vosotros. Iréis corroborando todo esto, que Yo os he dado en vuestros momentos de tribulación, tened confianza plena en Mí, confianza de niño chiquito y veréis que no os fallaré, os quiero vivos y, con esto, estoy diciéndoos que os quiero en Mí, vivos en Mi Gracia, vivos en Mis Enseñanzas, vivos para servirMe, no solamente aquí en la Tierra, sino eternamente y que Yo os pueda consentir por haber permanecido en Mí. BuscadMe en todo momento, no Me abandonéis porque, ciertamente, es el hombre el que Me abandona, Yo, vuestro Dios, nunca os abandono. Aún a pesar de que veáis que todo se os pone obscuro, que se os cierra el camino, que no veáis luz de salvación, para Mí, no hay imposibles, Mis pequeños, Yo os puedo ayudar en lo que vosotros ni siquiera os podéis imaginar, simplemente necesito vuestra confianza plena en Mí y obtendréis Mi ayuda, Mi Compañía, Mi Amor en todo momento.
Gracias, Mis pequeños.

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jueves, 21 de febrero de 2013

Mensajes dictados a Catalina Rivas por Jesús, estigmatizada

NO TEMAS, YO ESTOY CONTIGO 


20-Sep-96


Tranquila, hijita, sé que tienes miedo al sufrimiento, sobre todo a las
humillaciones. Te hieren los comentarios de la gente; serénate pensando
que también Yo fui llamado loco, también Yo, en el huerto de los Olivos,
probé estos sentimientos. Mira, voy a hablarte un poco de Mis
sufrimientos. Y esto, no es solamente para ti. Ya lo sabrás luego.
Sacrificio, cruz y martirio, no fueron solamente Mis últimos días,
sino ya desde el momento en el cual llegué al mundo encarnándome en
el seno casticismo de Mi Madre Inmaculada. En los primeros
sufrimientos, en los primeros dolores de la pobreza material y de la
indiferencia humana, al nacer en la gruta de Belén; en el primer
derramamiento de sangre en la circuncisión; en la huida a Egipto, que
contempló a un Dios perseguido y aparentemente vencido por el orgullo
irritado de un hombre malvado; en la vida oculta de Nazaret y en las
fatigas de su vida pública. Toda Mi existencia terrena fue un drama
doloroso, del cual los últimos días no fueron otra cosa que los últimos y
precipitados golpes de un trágico final.
Fui víctima durante Mi vida y lo seré mientras haya Eucaristía. Soy
la Víctima del único sacrificio ofrecido por el único Sacerdote que podía
ser acepto a Dios, porque las víctimas de los sacrificios ofrecidas por
otros Sacerdotes tienen valor solamente si se incorporan a Mí, si se unen
a Mi inmolación, si estos Sacerdotes humanos ejercen las funciones de su
Ministerio.
Por esto, todo cristiano está llamado a la perfección, pero también
está llamado al estado de Víctima —aunque de modo genérico y
remoto— Solamente Mis elegidos están llamados por Mi de un modo
individual e inmediato a este estado de oblación. Sólo el ser generoso
que trata de vivir la plenitud de la vida cristiana, estrechamente unido a
Mi Cruz, podrá realizar plenamente el estado de víctima, que es el estado
más elevado de la vida ascética y la expresión más sublime de la virtud
religiosa, cuyo fin es el de glorificarme…
No temas, Yo estoy contigo. Agradece si te dicen loca; también de Mi
lo dijeron. Es designio Mío y una gran fortuna para el mundo, que de
entre la multitud de cristianos mediocres surjan en todos los tiempos
almas entusiastas y generosas que, después de haber comprendido
plenamente el valor de la existencia humana, la profundidad y la belleza
del cristianismo hasta su expresión más sublime, piden asociarse
íntimamente a Mi sacrificio redentor recorriendo, bajo la guía de Mi
Madre, todas las etapas del estado de Víctimas, del ofrecimiento de
Víctima, del voto de Víctima… Son los Cristos-redentores, son los Moisés
salvadores de su pueblo, son los pararrayos de la humanidad.
Es necesaria una vida interior cada vez más profunda que constituya
la verdadera esencia de la santidad, para que tu alma se encuentre
plenamente Conmigo en cada instante de la vida, en el apostolado de
cada momento, en las varias expresiones de tu actividad, en las etapas de
todo itinerario. Comprobarás que sólo así se realiza esa gran verdad que
a muchos parece utopía: la verdadera relación entre acción y
contemplación, relación que conferirá a tu acción una fuerza
contemplativa y a la contemplación una intención esencialmente activa.
Es preciso que realices ese viaje y no pienses en la parte económica,
eso está arreglado. Deseo que realices la plena comunión con tus
hermanos. Todo grupo sabe que Yo estoy presente, pero ignora que Mi
presencia está condicionada a la plenitud del amor con el cual se vive.
Por eso, como Mi Misionera, deberás presentarte ante los demás
despojada de tí misma, con extrema pobreza interior, dispuesta a pagar
en ese momento con tu persona para llevar a la salvación a los demás.
Recuerda Mis palabras: “El que los escucha a ustedes, Me escucha a Mi”.
Tu mensaje —ponlo entre comillas— “oculto a los sabios y a los
prudentes”, extraído de Mi fuente viva, debe manifestarse a los humildes
y a los pequeños. Grítale al mundo el poder de Mi Nombre y la inmensa
fuerza de Mi amor por él. Es necesario que el mundo reconozca la
necesidad de la penitencia. El hombre debe saber que sus obras están
vacías, porque por su culpa no estoy en ellas. Si no se remedia, todo mal
empeora.
Te lo He dicho antes: primero ama y todo irá bien. Sólo este
sentimiento trasciende y supera la política, el egoísmo, la prepotencia, la
crueldad, la exaltación a la gloria de los hombres sin Evangelio. Es el
sentimiento que, al ver los hombres, grabarán en sus almas y en la nueva
historia del mundo. Lo verdadero es un árbol que lleva buenos frutos; lo
falso es también un árbol, pero sus frutos son venenosos. Piensa que
todo lo que des a los demás, a Mi Me lo das. Tú eres Yo y Yo Soy tú…
Ten confianza, no te decepcionaré.
Quiero que se preparen para que la gente vea en ustedes el
testimonio de su vida interior, del poder de la oración y de la acción
vivida en todo momento como expresión de su inmenso amor a Dios. Un
eficaz y poderoso medio de evangelización, una respuesta a los
sembradores de errores y de cizaña, son los encuentros que deben tener
con los matrimonios, con la gente divorciada, en esa expresión esencial
de la tarea apostólica que es el encuentro personal, realizado de una
manera inmediata, auténtica y profunda, según las necesidades. Para ello
es que deben prepararse las mujeres del grupo evangelizador.
Es necesario que estudien bien la especialización a la cual se
destinará a cada hermano, para poder utilizar sus capacidades
intelectuales, psíquicas, físicas y su misma preparación, de la mejor
manera posible, y todos ayudarán en esta tarea individual. 

Mensaje a Luz de María - 20 Febrero 2013


MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
20 DE FEBRERO DEL 2013


Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Reciban la bendición de esta Madre que viene a Sus hijos, una vez más como tantas otras, con Mi Corazón abierto, el cual es “Refugio de todos los Pecadores”.

LES INVITO A MANTENERSE EN UNIDAD Y A PERDONARSE MUTUAMENTE
COMO MI HIJO PERDONA A LOS SUYOS.

En este instante, más que otros, ustedes como Pueblo de Mi Hijo y como hijos Míos, DEBEN  MANTENERSE EN UNIDAD. Las legiones malignas se abalanzan sobre el Pueblo de Mi Hijo para destruirlo.  ¿Y cuál arma más grande y poderosa que la desunión?

Amados, Mi Hijo vino a esparcir la semilla, la buena semilla por toda la Tierra, pero vinieron aves de rapiña, tomaron unas semillas que no estaban afianzadas a la tierra fértil  y las llevaron a terrenos áridos en donde dieron fruto pero no buenos frutos sino carentes de amor, carentes de paz, carentes de obediencia y desconocedores de la entrega hacia sus hermanos. Estos frutos totalmente humanos, guiados por el mal, a pasos agigantados fueron  tomando poder en la Casa de Mi Hijo aquí en la Tierra, recorrieron los pasillos, llevando oscuridad por doquier, distorsionando la Voluntad de Mi Hijo y en su lugar, suplantándola con los desdenes y caprichos del maligno.

¡Tanta oración que les he solicitado por Mis hijos Predilectos!... y en muchos de ellos esta maléfica semilla humana ha dado fruto pero no el fruto de Mi Hijo, sino el fruto que cayó en terreno árido, y distorsionando la Palabra de Mi Hijo y dejándose invadir por los caprichos del mal oscurecieron la Casa de Mi Hijo, cerraron las ventanas para que no penetrara la Luz Divina, cerraron las puertas para tramar a escondidas y bajo la oscuridad planearon la caída de la Iglesia de Mi Hijo.

NUNCA EL MAL PREVALECERÁ SOBRE EL BIEN, JAMÁS MI HIJO ABANDONARÁ A SU IGLESIA, A SU CUERPO MÍSTICO, PERO ESTAS ALMAS QUE SE ENTREGARON A LA OSCURIDAD, HARÁN PASAR AL CUERPO MÍSTICO POR LA MÁS CRUENTA SENDA DE DOLOR EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD.

USTEDES PERMANEZCAN EN FE, CONOZCAN Y RECONOZCAN A MI HIJO, CONOZCAN Y RECONOZCAN A ESTA MADRE QUE LES AMA, para que reforzados por Mi Amor hacia ustedes y con el rezo del Santo Rosario ante el cual los demonios son ahuyentados, se mantengan de pie y fortalecidos en la fe; pero para esto deben conocer a Mi Hijo, deben penetrar en las Escrituras y aceptar la Palabra y  aceptar los Mandamientos y aceptar los Mandatos que Mi Hijo les legó.

USTEDES, PUEBLO AMADO, HIJOS DE MI CORAZÓN INMACULADO, NO CEDAN ANTE LOS MODERNISMOS, NO CEDAN A LAS NUEVAS DOCTRINAS QUE LES DESEEN IMPLANTAR. La Doctrina es una: “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. La Ley del Amor es incambiable, insuperable, y ésta conlleva la obediencia a Mi Hijo.

Amados Míos, la serpiente se mueve entre el Pueblo de Mi Hijo sigilosa y en silencio, sin que ustedes se percaten y está envenenando a numerosa cantidad de Mis hijos para que reaccionen en contra de sus hermanos, para que lleguen a la traición, para que lleven la oscuridad a todos Mis amados hijos. PERO, “¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY  MADRE DE TODA LA HUMANIDAD Y NO PERMITIRÉ QUE EL ENEMIGO APLASTE AL CUERPO MÍSTICO?”

ES NECESARIA LA ORACIÓN, ES NECESARIA LA MEDITACIÓN PARA QUE EL TEMOR Y EL MIEDO NO LES INVADAN Y LES IMPIDAN RAZONAR Y LES IMPIDAN DISCERNIR ENTRE LO QUE ES DEBIDO Y LO QUE NO ES DEBIDO.

LES LLEVARÁN HACIA FALSAS DOCTRINAS, REFORMAS Y MODERNISMOS QUE NO SON LA VOLUNTAD DE MI HIJO, QUE SON CONTRARIAS A LA VOLUNTAD DE MI HIJO. NO CEDAN, MANTÉNGANSE FIELES A MI HIJO.

Ustedes tienen que mantenerse en fe, fusionados con la Voluntad Divina para que no sean engañados. No se sumen a aquellos que lleguen a ustedes con falsas noticias de nuevas reformas que no son acordes al Amor y a la Fidelidad que predicó Mi Hijo para Su Pueblo.

Mi Hijo viene en su Segunda Venida a rescatar a sus fieles. Esto ocurrirá luego de la Purificación de toda la Iglesia, luego de que el impostor sea arrojado del Trono de Pedro aquí en la tierra. YA VENDRÁ EL MISMO PEDRO A SENTARSE EN SU SILLA JUNTO A MI AMADO HIJO Y REINARÁ  EN LA IGLESIA SANTA Y REMANENTE.

Pero Yo, como Madre de toda la Humanidad, no deseo que ninguno se pierda. Ustedes, amados Míos, presten atención y recuerden que la oración y la fidelidad a Mi Hijo es continua, de instante a instante, no momentánea, no a conveniencia, sino continua.

LA ORACIÓN ES LA PRÁCTICA DEL AMOR Y DE LA ENTREGA, DE LA OBEDIENCIA Y DE LA FIDELIDAD; sin estos requisitos el árbol no se mantiene mirando hacia el Cielo, sino que en su lugar, decae y  cae por tierra, siendo arrastrado por las multitudes enardecidas que siguen la falsedad del engendro del mal que  ya prepara sus garras para destrozar a la Iglesia de Mi Hijo.

NO SE TURBEN, CUERPO MÍSTICO, NO SE TURBEN CUANDO ESCUCHEN QUE LA CASA DE MI HIJO HA SIDO DERRUMBADA, PORQUE LA CASA DE MI HIJO PERMANECE EN CADA UNO DE USTEDES.

Ustedes son los Sagrarios en donde Mi Hijo se mantiene y es amado. Los edificios son muestra de amor del hombre hacia Mi Hijo, pero el verdadero Sagrario es cada uno de ustedes, Templo y Sagrario del Espíritu Santo.

SEAN FIELES, ES NECESARIO QUE CADA CRIATURA ORE, QUE CADA CRIATURA REFLEXIONE, QUE CADA CREATURA INTIME CON MI HIJO Y LLAME A ESTA MADRE. El que no se acerque a Mi Hijo, el que no piense en Mi Hijo, el que no le lleve en su corazón, el que no acuda a esta Madre, caerá en las garras del mal. Ningún edificio se sostiene sin bases sólidas  ya que ellas son las que lo mantienen en perfecto estado.

Tomen ustedes, hijos Míos, el arma de Mi Santo Rosario y únanse a esta Madre,  vendré a ustedes con Mis Legiones Celestiales a combatir al hijo de la impiedad.

Amados hijos:
NO TEMAN, ¿POR QUÉ TEMEN?
¿DÓNDE SE ENCUENTRA VUESTRA FE EN LA PROTECCIÓN DE MI HIJO?
¿POR QUÉ TEMEN SI SABEN QUE LAS PUERTAS DEL MAL Y QUE EL FUEGO DEL INFIERNO JAMÁS DERROTARÁN A LA IGLESIA DE MI HIJO, PORQUE ÉL ES CABEZA DEL CUERPO MÍSTICO?

Amados Míos, en este instante viven camino al Calvario, pero recuerden que luego de la Crucifixión viene la Resurrección y con la Resurrección,  la Vida Eterna, la Verdad. No crean en las mentiras del impío y sus secuaces.

Oren por Mi Amado Vicario Benedicto XVI, oren, oren por ÉL,  envíenle su amor para que los lobos no lo destrocen.

PERMANEZCAN ATENTOS Y SEAN AMOR HACIA MI HIJO. LES ENTREGO MI AMOR, ÁMENSE UNOS A OTROS Y NO SEAN DE AQUELLOS FARISEOS QUE PROCLAMAN EL AMOR Y NO LO PRACTICABAN.

No sean de aquellos fariseos que llegan a la Casa de Mi Hijo golpeándose el pecho para ver quiénes entran en ellos y luego delatarlos. No, así no actúan los verdaderos.

Oren, amados Míos, oren por Costa Rica, padecerá.
Oren por Inglaterra, será cuna de maldad.
Oren, amados Míos, oren por Jamaica, padecerá.

La Naturaleza consternada ante la llegada del impío, reacciona y traerá dolor a la humanidad, ustedes manténganse preparados.

Hoy les llamo a amarse en un solo Pueblo, en un solo Corazón, a permanecer como almas orantes, a no seguir la corriente de cuanto escuchen, a no temer tanto, que las fuerzas se agoten, porque la encrucijada hacia el Calvario tan sólo está iniciando.

TÓMENSE LAS MANOS Y EN UN SOLO CORAZÓN, BAJO LA FE EN UN SOLO DIOS, ENTREGADOS A MI HIJO Y TOMADOS DE MI MANO Y ALBERGADOS EN MI CORAZÓN, AVANCEMOS PARA APLASTAR LA CABEZA DE LA SERPIENTE INFERNAL, USURPADOR DEL TRONO DE MI HIJO AQUÍ EN LA TIERRA.

Les bendigo, les amo, no teman, no Me encuentro en el desierto, Me encuentro con Mis amados hijos, a los que amo y a los que defenderé como Madre que soy de todos ustedes.

LEVANTEN LA CABEZA,  LEVANTEN EL ALMA Y EL ESPÍRITU QUE SE ENCUENTRA ANTE MI HIJO, VIVAN CONSTANTEMENTE EN ADORACIÓN A LA TRINIDAD SACROSANTA, PROCLAMEN LA GRANDEZA DE DIOS Y PROCLAMEN LA RESURRECCIÓN DE MI HIJO, PROCLAMEN LA REDENCIÓN DEL GÉNERO HUMANO Y
PROCLAMEN QUE ESTA MADRE ES REINA DE LA HUMANIDAD.

Les bendigo, queden en la Paz de Mi Hijo y dentro de Mi Corazón Inmaculado.

NO TAMBALEEN, NO TAMBALEEN, NO TAMBALEEN.

  
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.



COMENTARIO DEL INSTRUMENTO
AL MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Hermanos (as):

En la tierra participamos de la Gloria Divina mediante la conciencia y disponibilidad para vivir  la Voluntad Trinitaria.

A la vez como herederos de cuanto Cristo nos legó, es que en este instante somos víctimas en gran parte, de la ignorancia espiritual en la que hemos sido sumergidos deliberadamente.

La Madre Santísima nos habla al corazón para que salgamos de esa ignorancia y así reconozcamos la Voz del Maestro y no nos equivoquemos.

No sea el pensamiento el que nos gobierne sino el Espíritu Santo el que se pose sobre todos nosotros y podamos así discernir.

Amén.

REFLEXIÓN DE LUZ DE MARÍA - 15 FEBRERO 2013


REFLEXIÓN SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS RECIENTES
15 DE FEBRERO DEL 2013


Hermanos (as):

Ante la noticia revelada por el Sumo Pontífice, el Pueblo de Cristo ha vuelto la mirada hacia todos los acontecimientos que están sucediendo alrededor del mundo. Quizá aquellos que no comentaban de espiritualidad, lo están realizando ahora ante ese velo de suspenso que se ha tejido mediante los mensajes dados por la Madre Santísima a través de Sus constantes apariciones y profetas.

Las acciones de la humanidad no las podemos atribuir a una sola iglesia, sino a todas las que de una u otra forma han agravado este peso que se lleva sobre los hombros de todos los seres humanos: el pecado. Todos unidos como un sólo Pueblo debemos auxiliarnos para salir adelante en la Barca que Cristo mismo nos trae para que subamos en Ella, y nos refugiemos de las tormentas.

Es tan importante el concepto de Unidad llevado a la práctica, que si comprendiéramos el significado a cabalidad, el cambio sería inmediato. Y es ese cambio el que nos exige el Cielo, ese reclamo Divino que no recibe respuesta a Su Amor.

Hoy en este eterno presente de Dios, miramos ante todo a un Pontífice que abre su boca y deja salir con un tono melancólico, su retiro de la Sede Pontificia. ¿Falta de fuerzas? No pareciera, reserva y duda ante lo que expresó, sí…. Han pasado los años, y en el interior del Vaticano se gesta sigilosamente una guerra interna que la mayoría de los creyentes ignora, y es que la masonería se encuentra actuando con poder para ejecutar los proyectos del anticristo y derrocar la Iglesia.

Solicitemos y roguemos humildemente a Nuestra Madre que la fe no decaiga, y ya que Ella mantiene en Su Manto las Constelaciones, nos haga mirar en ellas el Poder y la Gloria Divina. No es casualidad que la Madre de Guadalupe una lo Alto con la Tierra, presentando las Constelaciones en Ella, como señal de que nada es nuestro y que debemos mirar hacia lo Alto, ya que de lo Alto vendrá la bendición.

Gran parte de la humanidad ignora que no sólo el destino espiritual le tiene en expectativa sino el espectro de Hiroshima se cierne nuevamente sobre toda la humanidad, cuando se hacen pruebas atómicas en este instante a mar abierto. Las grandes potencias afilan sus garras y la humanidad indiferente continúa su camino. En este instante las víctimas sobrevivientes de esa época se lamentan, debatiéndose entre el fenómeno que representan y sus sufrimientos personales.

El hombre ha abusado de esta Madre Tierra que le alberga con amor y con paciencia, y con su soberbia humana, ha destruido cuanto de sus entrañas ha nacido para el bien común. El Amor y la fraternidad son terrenos baldíos, en donde la perversidad se apodera de los niños, jóvenes y adultos.

En instantes en que la prueba y el sufrimiento se han cernido sobre el hombre debemos mantener los sentidos abiertos a todo acontecer para que no nos engañen y se palpe la realidad tal y como es. Conociendo y reconociendo a través de los signos y acontecimientos, que el final se acerca... El final del malvado engañador que seducirá a las almas, no sin antes destruir la estructura de la Iglesia y lacerar al Cuerpo Místico, probado en toda forma y dimensión.

Hemos entrado en otra Etapa de Conciencia que exige la agudeza, la fe y la caridad cristiana expandida hacia los horizontes en donde la Voluntad Divina sea el refugio de todos y la locura del hombre actual sea detenida antes de que el malvado y perverso confunda a todos los hombres.

Como se ha cumplido todo esto, se cumplirá también todo lo dicho por La Madre en Garabandal, y entonces el mundo se verá forzado a creer todo lo que nunca ha querido aceptar hasta ahora. Por citar este caso, la Madre dijo a las niñas: “El Papa mirará el milagro desde donde se encuentre” y así será…

La importancia de cuanto ha revelado el Cielo durante tantos años llega a su culmen y no lo podemos negar…. Como no podremos negar, al final, el triunfo de Cristo sobre el opresor y el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Seamos forjadores de la verdadera libertad, que es Cristo.

SU HERMANA EN CRISTO, LUZ DE MARÍA

miércoles, 20 de febrero de 2013

Oren mucho, porque la batalla es entre ángeles y demonios en la nueva elección papal.


Diálogos en el silencio de Dios

12 febrero 2013
10,19 de la mañana
 

Esther:
Jesús, estamos confusos y desolados porque el papa Benedicto XVI ha renunciado al papado.

No obstante, en el fondo de mi corazón, siento una alegría inexplicable porque veo más cercana Tú venida a nosotros.
No me atrevo a preguntarte qué ocurre, Señor porque me considero una nada ante Tu sabiduría y Tu manera de dirigirnos.
Pero hace un momento, estaba trabajando al ordenador y he sentido una llamada Tuya para hablar conmigo.
He dejado lo que estaba haciendo y me he replegado sobre mí misma para olvidar todo aquello que no seas Tú.
Aquí me tienes de nuevo, Jesús.
Con dudas sobre qué me ocurre.
Con asaltos a mi mente diciéndome constantemente que esto es una quimera, que no eres Tú quien se dirige a mí para los demás.
Pero me dijiste una vez que era Tu voluntad la que había elegido mi pobre persona como instrumento.
Y yo no quiero ser ni siquiera orgullosa para negarme a ser lo que Tú quieras que yo sea, si quieres que yo sea Tu altavoz, heme aquí Señor.
Si quieres que sea Tu silencio, heme aquí también para Ti, Señor.
Sólo dame a conocer Tu voluntad y dame el don de la humildad total para no considerarme nada ante Tu maravilla.
Porque sé que siendo nada, Tú puedes hacer grandes obras por mí.

Jesús:
Esther querida, niñita cada vez más pequeña ante Mis ojos y Mi corazón.
Si, requiero que te anonades para hacer Mi obra en ti.
No quieras hacer nada, sino sólo obedecer.
Si sientes Mi moción, escúchame atenta.
Yo no permitiré que yerres porque es limpio tu corazón.
Así pues, gracias por tu docilidad, gracias por el amor que me das, gracias por tus pequeños sacrificios que para Mí son un mundo de deleites.

Quiero que digas a todos Mis hijos que estéis tranquilos.
He sido Yo quien le he revelado a Mi hijo Benedicto mi voluntad de que deje la silla papal.
He sido Yo, directamente a su corazón, quien le ha manifestado Mi proyecto.
Él ha sufrido mucho ante esta decisión pero Yo lo he consolado tiernamente desde que Me manifesté a él.
Así pues, Mi hijo Benedicto goza de paz y vendrá pronto a Mi reino.
Pero se acercan los momentos finales en los que necesito guerreros fuertes que sostengan a todos Mis hijos.
Ahora necesito todo tipo de soldados porque el enemigo ha armado ya a sus huestes.
Dije a Mi hijo Benedicto que consagrara este año a la fe porque a partir de ahora tenéis que vivir de fe.
Todo, exteriormente, irá en contra de vuestra fe.
Os negarán, utilizando la razón y la ciencia, lo que Yo os he manifestado.
Quiero que hagáis todo lo posible por aumentar vuestra fe mediante la meditación de Mis milagros.
Porque los milagros ocurrieron por la fe de Mis hijos.
Y Yo quiero hacer milagros en el mundo en que vivís porque sólo los milagros pueden arreglar ya el estado de las cosas y de las personas.
Quiero hacer milagros de conversión entre vuestros hermanos pero necesito vuestra fe para beneficiarlos.
Comienza una época oscura en el Vaticano como nunca antes la hubo.
Las luchas internas por el poder son atroces en Mi sede.
Se enfrentarán cardenal a cardenal por el mando de este mundo.
No hay humildad en el cónclave.
Mi Espíritu Santo apenas tiene cabida en los corazones de Mis cardenales.
Están engañados porque buscan con la razón, y no con la apertura a Mi voluntad, la elección de Mi próximo representante.
Pero Yo he de dejarlos que se equivoquen.
He de dejarlos a su libre arbitrio porque la Trinidad, en Su sabiduría, tiene que permitir que ellos, Mis cardenales, sean los primeros que se conviertan a su Dios.
En estos días que quedan, deseo que oréis mucho por esta situación.
Porque la batalla es entre ángeles y demonios en la nueva elección papal y solamente la oración, el ayuno, el sacrificio y la limosna de mis fieles dará fuerza a los ángeles para vencer a los demonios.

Así lo establezco.
Amén.



«Ustedes estarán a mi lado, a pesar de que para el mundo permanezca oculto», dice Benedicto XVI
Habla con detalle de los tiempos del Concilio, dejando caer entre líneas lo que parecen sus sugerencias para el próximo Cónclave.

martes, 19 de febrero de 2013

La felicidad real, es la que viene de Mi, la que proviene de Mi.

Mzo 22_06 La felicidad real, es la que viene de Mí, la que proviene de Mí.ImprimirE-Mail
Rosario

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer y único Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo os tengo que decir que hay dos tipos de felicidad. 
Hijitos Míos, el hombre, por naturaleza, tiende a la felicidad, sin importar cuál sea su concepto de felicidad. El hombre siempre rechazará el dolor y buscará el sentirse bien, tanto en cuerpo, como en el alma.
Mis pequeños, la felicidad real, es la que viene de Mí, la que proviene de Mí y la felicidad ficticia, es la que vosotros mismos os creáis, pero apartados de Mis Leyes y de Mi Amor.
Cuando estáis buscando Mi Presencia en vosotros, que es la felicidad real, ésta os dará satisfacción completa, sentiréis que os plenifica, habrá avance espiritual, la verdad saldrá de vuestros labios y de vuestro actos, aún a pesar de que todo sea adverso a vuestro alrededor. La felicidad que Yo provoco en el alma que Me busca, que está Conmigo, que se mantiene en Mis Leyes y Preceptos, os mantendrá, no solamente viviendo la felicidad, sino transmitiéndola a vuestros hermanos. Ésta felicidad, que Yo le doy a las almas que Me buscan, las va a plenificar, como os he dicho y las obligará a crecer y a transmitir Mi Vida.
En cambio, a aquéllos que están buscando una felicidad ficticia, no producen crecimiento, no dan vida, ellos mismos crean mentira en su interior, buscan cierta felicidad que les agrade en su cuerpo, posiblemente engañarán a su alma, pero Mis pequeños, el Santo Espíritu Santo de Amor, que habita en vosotros, siempre os estará indicando que vuestra felicidad no es verdadera. Buscaréis falsos valores, transmitiréis falsos valores, los cuales serán muerte espiritual para vuestros hermanos y realmente conoceréis la Verdad en vuestro corazón, porque vuestra felicidad ficticia, irreal, no os plenificará, no os sentiréis a gusto y las almas que os rodeen y estén recibiendo lo que transmitáis, tampoco se sentirán a gusto, sentirán que hay algo obscuro, algo falso, tanto en vuestra actos como en vuestras palabras, porque Mi Santo Espíritu de Amor que habita en vosotros, os lo estará indicado y a Él no lo podréis engañar.
Desgraciadamente, para poder olvidaros o tratar de hacer a un lado la verdad que os está indicando Mi Santo Espíritu de Amor, acudiréis a vicios, a drogas o a situaciones en las cuáles querréis hacer a un lado la verdad que os está señalando vuestro mal proceder, pero no lo lograréis, Mis pequeños, hasta que viváis en la verdad, que solamente puede venir de Mí y cuando la dejéis habitar en vosotros.
Buscad pues, Mis pequeños, Mi Verdad, Mi Amor, Mis Enseñanzas, que éstas os llevarán a la felicidad real, a la que todos vosotros estáis llamados. No os engañéis, Mis pequeños, el pecado, la concupiscencia, la maldad que dejéis vivir en vuestro corazón y que transmitáis a vuestros hermanos, nunca os darán la verdadera felicidad.
Gracias, Mis pequeños.

www.diospadresemanifiesta.com

domingo, 17 de febrero de 2013

Vosotros deberéis pedir ésta cualidad en lo espiritual, ese ojo clínico

Mzo20_06 Vosotros deberéis pedir ésta cualidad en lo espiritual, ése ojo clínico.ImprimirE-Mail
Rosario
Temas:
  • Sed prudentes, sed sencillos, sed amorosos y sed sabios para mover a las almas hacia la salvación eterna, de acuerdo a lo que cada alma necesite.
  • Yo, como Juez, seré más severo con aquéllos que tomando la Palabra de Mi Hijo la utilizaron para llevar al error y separar de la Fe a sus hermanos.
  • Ayudadles a los hermanos vuestros que se acerquen a pedir de Mi ayuda, que ésta fluya a través de vosotros.
  • Deberéis pedir ésta cualidad en lo espiritual, ése ojo clínico que hace ver la realidad en vuestro interior, de lo que está sucediendo en el alma de vuestros hermanos.
  • Todo lo que viene de Mí, entra en la perfección y aquél que está en la perfección desprecia todo aquello que pueda ser mediocridad o maldad absoluta.

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Sed prudentes, sed sencillos, sed amorosos y sed sabios para mover a las almas hacia la salvación eterna, de acuerdo a lo que cada alma necesite. 
Hijitos Míos, os pido seáis sinceros y prudentes, son dos virtudes que tiene que tener siempre un buen Cristiano y un buen hijo de Dios. La sinceridad os lleva a la verdad, pero a veces la sinceridad, el ser honestos, no se puede usar francamente en todos vuestros hermanos, no podéis decir las cosas tal y cómo son, debéis saber usar la prudencia para decirlas y así no dañar con las verdades, que deben existir en vuestro corazón.
Yo no os digo ni os pido que escondáis la verdad, pero hay formas de decir la verdad, porque hay almas susceptibles y debéis respetar ésa susceptibilidad. La verdad es una sola, la que Mi Hijo os enseñó, pero las almas son tan diversas, Mis pequeños, como granos de arena hay en la playa y deberéis saber utilizar la sabiduría para llegar a los corazones, para mover los corazones de acuerdo a la personalidad de cada uno de vuestros hermanos. No le podéis hablar de igual forma a uno que al otro, para eso existe ésta virtud que os he pedido.
Deberéis ser sinceros, prudentes, pero amorosos, hablar con sabiduría santa y llevar a todas las almas a la salvación. Esto os lo pido, para que cuando se os dan los momentos de apostolado que todos vosotros debéis tener, no actuéis con vuestra sabiduría humana, con vuestras pasiones humanas, con el querer humano, sino que deberéis mover a las almas hacia la fase Divina que tenéis todos en vuestro corazón. Las almas todas deben tender hacia la Divinidad, hacia el conocimiento Divino que os enseño Mi Hijo. Si os basáis en lo humano, estaréis bajo el dominio de satanás, si movéis vuestra alma hacia lo Divino, estaréis Conmigo, con vuestro Dios.
Así pues, Mis pequeños, sed prudentes, sed sencillos, sed amorosos y sed sabios para mover a las almas hacia la salvación eterna, de acuerdo a lo que cada alma necesite.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre. 
Sobre: Yo, como Juez, seré más severo con aquéllos que tomando la Palabra de Mi Hijo la utilizaron para llevar al error y separar de la Fe a sus hermanos. 
Hijitos Míos, todos los bautizados, todos vosotros que recibisteis éste Sacramento, tenéis por obligación ser apóstoles, porque sois profetas por el Bautismo. A todos se os ha llamado a ello, Mis pequeños, a dar ejemplo con la vida espiritual que tengáis.
Ahora, Mis pequeños, aquéllos que sois profetas, que sois apóstoles, que vivís lo que Mi Hijo os enseño, debéis ser prudentes con lo que enseñáis y a quién enseñáis. Sabéis que hay diferentes tipos de espiritualidad, podríamos compararla con la escuela a la que todos vosotros vais, estáis desde párvulos y vais subiendo de acuerdo a las enseñanzas que se os van dando en la escuela y ya os he dicho que no le podéis pedir a un niño de párvulos lo mismo que a un profesionista.
Vosotros deberéis tener la prudencia, otra virtud muy necesaria para aquél que va a ser apóstol de Mi Hijo, que sepa, por Sabiduría Santa, cómo enseñar, qué enseñar, a quién enseñar lo que Mi Hijo os ha dado. Deberéis siempre acudir a la Luz del Espíritu Santo para que sea Él el que os guíe, para que sea Él el que hable por vosotros, para que sea Él el que enseñe a través de vuestros labios, a través de vuestros pensamientos, que se traducirán en actos y en palabras santas y sabias.
Mis pequeños, nunca os deberéis separar de la Luz del Espíritu Santo, recordad que sois instrumentos del Amor de vuestro Dios, que eso es algo muy grande para el hombre. Mi Hijo escogió solamente a doce, vosotros sois escogidos también para transmitir las Verdades que os dejó Mi Hijo. Los padres de familia, son apóstoles de Mi Hijo, los sacerdotes, las religiosas y todos los que están dentro de la Iglesia se vuelven apóstoles de la Verdad, pero muchos, muchos no quieren ser verdaderos instrumentos y no se prestan a ello, tergiversan las Palabras de Mi Hijo y las toman de acuerdo a sus necesidades, necesidades equivocadas, a sus pasiones humanas y así, van haciendo que muchos de vuestros hermanos caigan en el error. Si vosotros no habláis guiados por el Espíritu Santo, Mis pequeños, seréis como los fariseos, estaréis basándoos supuestamente  en la Palabra Divina, pero estaréis manipulando las Verdades de Mi Hijo.
Tened cuidado pues, porque Yo, como Juez seré más severo con aquéllos que tomando la Palabra de Mi Hijo la utilizaron para llevar al error y separar de la Fe a sus hermanos, tomaron algo Santo para destruir, en forma satánica, a sus hermanos.
Si vais a ser evangelizadores, os deberéis olvidar de vosotros mismos y la Persona de Mi Hijo debe de estar presente en vosotros en todo momento. Ciertamente, la Cruz de Mi Hijo pasará a vosotros y así es como sabréis realmente que estáis actuando en verdad. Si sois alabados, si sois aceptados por todos, ¡cuidado!, porque estaréis acomodando las Palabras de Mi Hijo a las conveniencias humanas y esto no es santo, no viene de las Verdades de Mi Hijo. Si estáis Conmigo, con vuestro Dios, estaréis en contra del mundo y el mundo no acepta lo que es Divino, la Cruz, la Cruz que os acompañe es la que marcará vuestra santidad o vuestro error. Tened cuidado, Mis pequeños al evangelizar.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo. 
Sobre: Ayudadles a los hermanos vuestros que se acerquen a pedir de Mi ayuda, que ésta fluya a través de vosotros. 
Hijitos Míos, la santidad a la que estáis llamados todos vosotros, es un ejercicio diario, una lucha diaria, un padecer de cada día. Ciertamente estáis rodeados de maldad, de falsedad, de error, de pecado y ésa es la lucha diaria que tenéis que vencer cada uno de vosotros. Pero os he dicho, Mis pequeños, que o estoy aquí para ayudaros, Yo vencí al mundo, Yo Soy vuestro Hermano que he bajado a la Tierra a servir al género humano. Yo Soy vuestro Dios Encarnado, que por el Amor Me he consumido por cada uno de vosotros. Por eso os pido, Mis pequeños, os acerquéis a Mí, vuestro Hermano y vuestro Dios, para que os aconseje, para que os tome de la mano, para que os lleve por los caminos seguros, para que os lleve por el camino de la Luz que os llevará hasta el Reino de los Cielos.
Los ataques satánicos son fuertes y cada día mayores porque el mundo se ha separado de la Palabra, de la Verdad, se ha separado de la Luz y se han vuelto hacia las sombras, sombras que han hecho que vuestra mente y vuestro corazón se nublen y no permiten que la Verdad pase y quede en vosotros, que venga en vosotros ésa transfiguración que os purifique de cuerpo y alma. La Verdad, por ser santa, respeta, respeta vuestra individualidad, respeta vuestro libre albedrío y, Mis pequeños, si vosotros no pedís, en vuestro libre albedrío ése cambio, éste no se puede dar.
Ciertamente la Luz del Santo Espíritu de Amor os va a iluminar, os ilumina si vosotros lo pedís con humildad. Deberéis reconocer que todos vosotros vivís en diferente grado de error y deberéis daros cuenta de ello para que pidáis el remedio. Un enfermo no va a ver al médico si él mismo no se considera enfermo. Cuando empieza a sentir dolores, cuando empieza a sentir debilidad, calenturas, cuando realmente se siente enfermo, es cuando él mismo acepta su enfermedad y acude al médico. Si las almas que viven ahora, en éstos tiempos, no se sienten enfermas y están de acuerdo con lo que están viviendo, el error en el que están viviendo, si eso no les causa mortificación, no acudirán a Mí, al Médico de cuerpos y almas.
Ayudadles a vuestros hermanos a darse cuenta de la enfermedad en la que están viviendo y que no están sintiendo los efectos, hacedles ver que los efectos están alterando al mundo en su espiritualidad y ello os lleva a tener cambios físicos y espirituales que están afectando a todo el mundo.
Sed Conmigo ésos médicos de cuerpos y almas y ayudadles a los hermanos vuestros que se acerquen a pedir de Mi ayuda, que ésta fluya a través de vosotros. Eso es lo que es el apóstol, ser también médicos de cuerpos y almas. Sed también instrumentos bellos del Amor de vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre. 
Sobre: Deberéis pedir ésta cualidad en lo espiritual, ése ojo clínico que hace ver la realidad en vuestro interior, de lo que está sucediendo en el alma de vuestros hermanos. 
Mis pequeños, entre vosotros los humanos, en el área de la medicina, hay una cualidad de buenos médicos que se le conoce como el “ojo clínico”. Aquél que tiene ojo clínico sabe reconocer inmediatamente una enfermedad en los primeros síntomas o al ver la faz del paciente, al ver cómo se comporta, qué es lo que muestra exteriormente o con lo que diga en sus primeras palabras, se dará cuenta de la enfermedad que le afecta a nivel psicosomático, esto es hablando del alma o del cuerpo.
Mis pequeños, vosotros deberéis pedir ésta cualidad en lo espiritual, ése ojo clínico que os hace ver la realidad, en vuestro interior, de lo que está sucediendo en el alma de vuestros hermanos.
Deberéis ser puros, ser santos para pedir ésta cualidad, Mis pequeños, porque esto se dará en el servicio del apostolado. Cuando realmente estéis trabajando para Mí, vuestro Dios, se os revelarán infinidad de cosas, cualidades insospechadas, bellezas escondidas a los ojos de los soberbios. Aquél que se dona, aquél que sirve a su Dios, recibe bendiciones infinitas.
Sabéis que muchas afectaciones del alma, van a afectar el cuerpo y muchas afectaciones del cuerpo, afectarán al alma. Deberéis saber cómo quitar ésos dolores, tanto de cuerpo, como del alma, para que el hombre vuelva a su integridad física y espiritual. Mi Hijo así lo hacía, Él conocía el interior de cada persona, a todos aquéllos con los que entra en contracto durante Su Vida sobre la Tierra y al curar el interior, se curaba automáticamente el exterior o viceversa, por la bendición de recibir en el exterior la curación, cambiaba por agradecimiento, el interior y venía la conversión.
La Promesa de Mi Hijo la mantengo Yo, que os dijo que aquéllos que fueran seguidores de Él, harían las mismas cosas o aún mayores de lo que Él hizo, grandes Milagros, grandes conversiones, pero sobre todo, regresar a las almas hacia la Verdad y hacia el Amor.
No busquéis alabanzas humanas como agradecimiento Mis pequeños, cuando hagáis o pidáis los grandes milagros que se pueden dar para vuestros hermanos. Deberéis manteneros en la humildad, en la donación, en el servicio, simplemente actuad como se debe de actuar, para Mí, para vuestro Dios. No toméis lo que no os corresponde, sois instrumentos, Yo Soy el que está actuando a través de vosotros, las alabanzas y los agradecimientos, son para Mí, vosotros recibiréis Mis alabanzas y Mis agradecimientos y Yo os haré grandes, grandes a Mis Ojos y a los de vuestros hermanos, pero porque Mis bendiciones saldrán de Mí hacía vosotros. Las alabanzas humanas no os harán grandes a vosotros, os pueden llevar a perder, por soberbia, lo que se os ha dado.
Tened cuidado y manteneos siempre en la humildad, en el amor, en el servicio.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre. 
Sobre: Todo lo que viene de Mí, entra en la perfección y aquél que está en la perfección desprecia todo aquello que pueda ser mediocridad o maldad absoluta. 
Hijitos Míos, se os ha dicho que no podéis servir a dos amos, o servís bien a uno y mal a otro, o podéis servir mediocremente a los dos. Eso, Yo no lo quiero, Mis pequeños, la mediocridad no Me sirve, no Me interesa, a Mí, que Soy el Perfecto, que Soy vuestro Dios. Todo lo que es del Cielo, todo lo que viene de Mí, entra en la perfección y aquél que está en la perfección desprecia todo aquello que pueda ser mediocridad o maldad absoluta.
Así pues, Mis pequeños, vosotros, al ser llamados a la santidad, estáis llamados a la perfección.
Si vais a servirMe,  deberéis vivir en ésa vida de oración, oración íntima, unión, como realmente debe ser la oración, para que viváis de acuerdo con los intereses del Cielo. Deberéis meditar continuamente cuáles eran los intereses de Mi Hijo en la Tierra. Deberéis conocer Su Vida Santa. Deberéis conocer Sus movimientos, Sus Palabras, Sus acciones y hacerlas vuestras.
Os he dicho que los hijos aprenden de los padres por el ejemplo que ellos dan. Copian ademanes, copian palabras, se manejan estilos similares porque eso es lo que vieron en los padres y por eso pueden decir que tal hijo se parece a su padre o a su madre por la forma de hablar o de actuar. Yo os estoy pidiendo lo mismo desde hace mucho, Mis pequeños, que copiéis de Mi Hijo para que podáis ser similares a Él. Quisiera Yo deciros igual a Él, pero vuestra parte humana siempre os va a impedir la perfección, a menos de que entréis en el milagro, al que han entrado muchos de vuestros hermanos, que son los santos de vuestros días.
Buscad la perfección, Mis pequeños, para que seáis verdaderos apóstoles de Mi Gracia y de Mi Amor, de Mi Sabiduría Santa, para que podáis unir los Cielos con la Tierra, para que podáis eliminar la maldad de los corazones y ellos a su vez llenarse de Mi Amor y, que por Mi Santidad, lleven a éste Mundo, hacia ésos niveles santos que tanto necesito, para que vengan ya los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas a destruir toda maldad satánica.
Todo esto depende de vosotros, Mis pequeños, de Mi podéis obtener todo, pedidMe, pedidMe continuamente el alcanzar la perfección de vuestros actos, de vuestras palabras, de vuestro pensamiento y así podréis regalarMe el Nuevo Mundo, que Yo purificaré y santificaré de inmediato.
Gracias, Mis pequeños.

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