lunes, 17 de junio de 2013

Mensaje de Dios Padre a J.V. - Mayo 30 del 2013

Mayo 30_13 El tiempo está por cumplirse y, ciertamente, Mis Palabras las veréis cumplidas.ImprimirE-Mail
Rosario vespertino

Temas:
  • Aunque no lo entendáis, aunque no entendáis lo que esté sucediendo a vuestro alrededor, en vuestra vida, agradecedMe todo lo que pase, porque al final, todo será para vuestro bien y servirá para vuestra salvación eterna.
  • Existen los milagros y vosotros podéis ser causa de alguno de ellos y os lo agradeceré, Mis pequeños, porque, así, podréis salvarMe almas que estaban ya prácticamente condenadas.
  • ¡Cuántos regalos se os dan, Mis pequeños y vosotros no los aprovecháis!, tener todo un Dios dentro de vosotros y tenerlo ahí olvidado.
  • La Fe, palabra tan pequeña que os da tantos regalos cuando realmente confiáis en vuestro Creador, en vuestro Salvador y en Aquél que os dará la Luz del Entendimiento, que es Mi Santo Espíritu, que pronto vendrá para todos vosotros.
  • ¡Cuánta corrupción y cuánta maldad estáis viviendo ahora, Mis pequeños! y por eso os voy quitando la primera causa de esta maldad que ahora tenéis y que es el dinero.


Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Aunque no lo entendáis, aunque no entendáis lo que esté sucediendo a vuestro alrededor, en vuestra vida, agradecedMe todo lo que pase, porque al final, todo será para vuestro bien y servirá para vuestra salvación eterna.
Hijitos Míos, la intensidad de Amor de Mi Corazón, no tiene límites, Mis pequeños. Es tanto el Amor que sale de Mi Corazón hacia vosotros, que vosotros os sorprenderíais si lo vierais, es más, no lo entenderíais, no entenderíais, cómo es posible, que Yo, recibiendo tanto mal del mundo, aún así os siga protegiendo y siga esperando por vuestra conversión para que logréis vuestra salvación.
Es tanto Mi Amor, Mis pequeños, que por eso mandé a Mi Hijo, para que os enseñara a vivir de acuerdo a Mi Voluntad, pero lo seguís negando y no queréis saber nada de Él, pero sigo esperando por vuestra conversión para que alcancéis vuestra salvación.
Mis pequeños, por Mi Amor hago todo esto por vosotros, Yo os he creado y confié en vosotros al crearos pero, al tener vosotros vuestro libre albedrío, podéis hacer lo que queráis, es más, hasta atacarMe a Mí, vuestro Dios. De Mí, sólo obtenéis Bondad, cuidados, Amor, soporto vuestras groserías, vuestra maldad hacia Mí porque sigo esperando por vuestra conversión.
Eso es Amor, Mis pequeños, vosotros debierais empezar a aprender que el mal se debe de pagar con un Bien. Estos tiempos, que estoy permitiendo que se den, estáis viendo cómo os estáis quedando sin lo material y esto, como ya os había explicado antes, va a servir para que os unáis unos con otros, que vayáis haciendo la familia que realmente sois y que perdonéis, perdonéis de corazón, aún a aquellos que os hicieron grandes males.
Ciertamente que tendréis oportunidad de perdonar, porque no podréis dejar que un semejante vuestro, que tuvo de todo, que se aprovechó de vosotros, que robó, que hasta mató, se quede sin comer. Vuestros corazones se van a ir reblandeciendo con las pruebas que iréis padeciendo y tarde o temprano Me lo agradeceréis, Mis pequeños, porque en la situación en la que ahora estáis, no entraríais a Mi Reino, la gran mayoría de vosotros, porque tenéis los corazones endurecidos por el pecado, endurecidos por el mal de satanás, que ha ido corrompiendo todo vuestro ser y, se lo habéis dejado hacer. Él ha logrado que vosotros os apartéis de Mí y que no confiéis en lo que Yo os he prometido de siempre.
Mis pequeños, aunque no lo entendáis, aunque no entendáis lo que esté sucediendo a vuestro alrededor, en vuestra vida, agradecedMe todo lo que pase porque, al final, todo será para vuestro bien y servirá para vuestra salvación eterna.
Os bendigo, Mis pequeños, y confiad en Mí, que Soy vuestro Padre y Soy el Amor por excelencia, así sea.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Existen los milagros y vosotros podéis ser causa de alguno de ellos y os lo agradeceré, Mis pequeños, porque, así, podréis salvarMe almas que estaban ya prácticamente condenadas.
Hijitos Míos, (Lenguas…) orad por aquellos que tienen una Fe endeble, mediocre. Las Parábolas de Mi Hijo, en alguna de ellas, se hablaba de éstos, de estos hermanos vuestros, de estas almas endebles, hablaba de ésa semilla que cae, primeramente, en la tierra, pero que no tiene protección, llegan los pájaros y se la llevan. Las almas endebles son el siguiente ejemplo, son las que caen en algo de tierra, echan algo de raíz, pero ahí se quedan y si viene la sequía, si viene el sol, que son las preocupaciones o los ataques de la vida, se secan y esto es, se les acaba la Fe, no la defienden, no buscan aprender más, no buscan el tener mejor Fe, más amor, tanto hacia Mí, como para sus hermanos, son almas mediocres, son almas que no tienen ningún interés en mejorarse, sino que aparentan, cumplir con lo que pide la Santa Iglesia, pero ellos, en sí, en su persona, en su manera de ser hacia los demás, no se comportan en el ideal cristiano que Mi Hijo os enseñó. Son personas en las cuales vosotros no podéis confiar y Yo tampoco puedo confiar en ellas, no puedo derramar perfectamente Mis dones sobre ellas, puesto que van a ser un desperdicio, porque un día, se acercan a Mí, dicen amarMe, Me piden tantas cosas bellas, las concedo y, al siguiente día no existo para ellas y vuelven a su vida habitual, son almas que, ciertamente, voy cuidando, para que se vayan mejorando. Así como vosotros cuidáis a vuestros hijos y vais viendo su carácter, su forma de actuar y de vivir y, los vais catalogando y vais sabiendo en qué hijos podéis confiar y en cuáles no.
Ciertamente, Yo conozco vuestro proceder, conozco toda vuestra vida, vuestro futuro y, por eso sé que muchos de vosotros os condenaréis. Porque sois Mis hijos, os voy cuidando y voy tratando de que vosotros cambiéis de vida, como Mi Hijo lo hizo con Judas Iscariote. Sabiendo que era el traidor, lo consintió, lo llevaba junto a Él, para que Su Gracia y Su Amor lo hiciera cambiar, y así lo hago con vosotros, os hago sentir a momentos Mi Amor, para que os enamoréis de Mi Amor, pero ni aún así cambiáis y al final de vuestra existencia, Me dais la espalda y os apartáis de Mí eternamente y, esta es una gran tristeza, para Mí, como Padre que Soy de estas almas que se condenan, porque no quisieron acercarse a Mí, ni aún en ésos últimos momentos de su vida, aún a pesar de que Yo las consentí a lo largo de su vida, que nada les faltó y que Yo esperaba su conversión.
También, por estas almas os pido que oréis, Mis pequeños. Ciertamente, vosotros no conocéis su futuro, pero existen los milagros y vosotros podéis ser causa de alguno de ellos y os lo agradeceré, Mis pequeños, porque, así, podréis salvarMe almas que estaban ya prácticamente condenadas. Quizá se os haga raro esto que estáis escuchando, de que vosotros podéis hacer milagros y es una realidad. Vosotros, cuando abrís totalmente vuestro corazón, cuando os ponéis totalmente en Mis Manos,cuando os empatáis Conmigo, con vuestro Padre, vuestro Dios, pensando en la salvación de tal o cual hermano vuestro y realmente sentís de corazón que queréis salvar a ésa alma, el milagro ocurre, Mis pequeños, y por eso os digo que tiene que salir desde lo más profundo de vuestro corazón, desde donde Yo estoy con vosotros y, así, es como salvaréis a muchas almas y, con ello, automáticamente, salvaréis también a vuestra alma. Esta es Mi Promesa y es Mi Amor que se derrama sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: ¡Cuántos regalos se os dan, Mis pequeños y vosotros no los aprovecháis!, tener todo un Dios dentro de vosotros y tenerlo ahí olvidado. 
Hijitos Míos, alguna vez os dije que todo lo que estaba escondido, tarde o temprano iba a salir a la luz.
Mis pequeños, Yo estuve entre los hombres, caminé entre los hombres y, aún siendo Dios, conociendo todo de antemano, os quise también conocer humanamente que, ciertamente, no lo necesitaba porque, siendo Dios ya os conocía desde antes del Tiempo, pero quise estar entre los hombres, para que conocierais la Virtud máxima, el Amor en pleno, a un Dios Encarnado que venía a Enseñar a la humanidad a comportarse. Fue una Gracia extraordinaria, de Mi Padre, que Me dejara venir y estar entre los hombres, una Gracia que desperdiciaron muchos, pero que otros sí aprovecharon y, gracias a ellos, se difundió Mi Enseñanza alrededor del mundo.
La maldad sigue actuando, satanás no descansa, Mis pequeños, os he dicho que es el príncipe de este mundo y él quiere mantener su reino en tinieblas, en maldad, en muerte. Él conoció la Luz y la Luz Soy Yo, al llegar ahora ésta a sus dominios, todos aquellos que Me llevan en su corazón, son Luz y, por eso, a aquellos que están Conmigo, que buscan el llevar Luz a todos sus hermanos, son atacados por el mismo que Me atacó a Mí, pero así como Yo lo vencí, vosotros también lo vencéis, porque Yo estoy con vosotros, pero hay muchos de vuestros hermanos que quieren seguir manteniéndose en la obscuridad de satanás. No quieren tomar de todo lo bello y Santo que Yo os traje, no se dan cuenta de lo extremadamente grande que Yo os vine a traer. Es algo totalmente fuera de éste mundo, fuera de lo normal. Mis Milagros no se habían visto nunca, Mis Enseñanzas, ni las imaginaba el hombre y. aún así, viendo, no quieren ver, escuchando, no quieren seguir ni consejos ni palabras que cambien su corazón y se vuelvan buenos.
¡Qué dureza de corazón, Mis pequeños!, ciertamente, los antiguos, los que vivían antes de que Yo llegara, tenían ése pretexto, de que no Me habían visto. Ciertamente, conocían las Palabras de Mi Padre, pero la dureza de su corazón les impedía creer, porque así sois, ¡os falta tanta Fe, Mis pequeños! ¿Por qué nos sois como niños?, no queréis mejoraros. Os mantenéis en la maldad, porque así os conviene.
Las almas antiguas no Me vieron, pero después de Mi llegada a la Tierra, y con todo lo que Yo os Enseñé, ni aún así las almas actuales quieren romper ése caparazón que encierra su corazón para que entre Mi Luz y puedan dar lo que el corazón debe dar, que es amor.
En todas las almas he sembrado amor pero, vosotros, sois los jardineros de ésa semilla que Yo he puesto en vuestro corazón. Podéis mantener ésa semilla seca, sin germinar y así caminaréis a lo largo de vuestra existencia en la Tierra, sin dar ningún fruto, es más, quizás, sí, haciendo el mal.
Pero si empezáis a regar ésa semilla del amor, podréis dar el fruto que Yo di, al treinta, al cincuenta, al setenta, al cien por ciento, porque Yo os voy a ayudar. Podréis hacer grandes cosas, porque Yo os di Mi Promesa, que aquellos que Me siguieran podrían hacer cosas iguales o mayores que las que Me vieron hacer a Mí, vuestro Dios, y es que aquellas almas que Me dan su corazón, aquellas almas que riegan ésa semilla de amor que hay en su corazón, crece, crece ése amor y llega un momento en que Yo ya puedo vivir plenamente en ésa almas, porque tiene Mi Amor, porque Yo puedo sentirMe a gusto en vivir en ésos corazones y es por eso que podréis hacer iguales o mayores cosas, porque Yo estaré viviendo dentro de vosotros y Yo las haré por vosotros. Vosotros seréis instrumento de Mis Milagros, de Mis Maravillas, porque Yo estaré en vosotros, aconsejándoos qué hacer, cómo hacerlo y cómo ayudar a vuestros hermanos con Mis dones y Mis capacidades Divinas. ¡Cuántos regalos se os dan, Mis pequeños y vosotros no los aprovecháis!, tener todo un Dios dentro de vosotros y tenerlo ahí olvidado. Os arrepentiréis, Mis pequeños de vuestro error, cuando realmente os deis cuenta de lo que tuvisteis y no aprovechasteis.
Os lo digo, Mis pequeños y os lo explico para que os deis cuenta de que realmente vivo entre vosotros y en vosotros. Entre vosotros, porque muchos hermanos vuestros Me llevan en su corazón y caminan alrededor vuestro. Vosotros los conocéis, porque son almas de amor, son almas de respeto, son almas que dan fruto y conocéis varias de ellas Mis pequeños; y camino en vosotros por lo que ya os expliqué, que cuando Me abrís vuestro corazón, puedo estar cómodo, a gusto en vuestro corazón, como si estuviera en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: La Fe, palabra tan pequeña que os da tantos regalos cuando realmente confiáis en vuestro Creador, en vuestro Salvador y en Aquél que os dará la Luz del Entendimiento, que es Mi Santo Espíritu, que pronto vendrá para todos vosotros.
Hijitos Míos, Yo, estando con Mis apóstoles, aquí en el mundo, os iba sirviendo a cada uno de vosotros en el futuro. Yo iba poniendo las bases, de las cuales, ahora vosotros gozáis. Me conocéis en Fe, conocéis Mis Palabras que os transmitieron aquellos que Me vivieron, que Me gozaron, que Me respetaron, que Me cuidaron y, aunque en algún momento dudaron, la Gracia del Espíritu Santo les ayudó para que su Fe fuera firme y que ya no se doblegara nunca más.
Es vuestro tiempo, Mis pequeños, ciertamente, vosotros tenéis una Gracia más grande que ellos, porque ellos Me vieron, Me tocaron, vivieron junto Conmigo, y vosotros creéis en Fe y eso es más grande, Mis pequeños. Vuestro regalo también será muy grande, porque estáis actuando en lo que habéis leído y escuchado sobre Mí pero,sobre todo, porque la Luz del Espíritu Santo os ha iluminado y ésa es una Gracia también muy grande que se os ha concedido y que es poco en lo que, realmente, meditáis de ello.
Mi Santo Espíritu va buscando almas en donde reposar. Ciertamente, Él vive en vosotros, pero hay almas que se cierran y que viven para el mundo, en cambio, cuando hay almas que, al momento de escuchar sobre Mí, se iluminan, se emocionan, se abren, gozan, es ahí donde Mi Santo Espíritu reposa y se derrama en Bendiciones. Vosotros sois de ésas almas.
Llegará un momento, si es que no ha llegado ya para algunos de vosotros, en que os podréis comparar con algunos de vuestros hermanos que tienen su corazón cerrado a todo lo que viene de Mí. Vosotros que estáis Conmigo, gozáis con lo Mío, os entusiasmáis, platicáis con un semejante que también Me ama y que está en el mismo nivel de amor que vosotros y gozáis en la plática, gozáis vuestras experiencias. Así, como estáis viendo, es cómo voy reuniendo la familia, la nueva familia que vivirá en esta Tierra, después de la purificación.
Vosotros seréis de los iniciadores de ése Nuevo Mundo, de ésas Nuevas Tierras, del Nuevo Amor que se va a derramar sobre vosotros y digo Nuevo, porque será algo inmenso, inconmensurable, Mis pequeños, lo que va a venir a vosotros, porque así lo dicen las Escrituras, que si en lo poco fuisteis fieles, también seréis fieles en lo grande. Ahorita sois pequeños, sabéis que sois pequeños, estáis apenas abriendo los ojos, estáis conociendo nuevas cosas y estáis esperanzados por Mis Promesas de que tendréis más y ya desde ahora estáis gozando ésos momentos en que tendréis más.
Vosotros sois de ésas almas que amo y en las que puedo reposar, porque estáis buscando todo Mi Ser, estáis buscando conocerMe más, conocer Mi Santidad, Mi Divinidad, conocer más sobre Mis Palabras, el sentimiento que puse en ellas, el Amor que puse en ellas. Por eso se dice que las almas en el Reino de los Cielos, hablan de Mí, de Mi Amor, de todos Mis Actos de Amor y, ciertamente, que conoceréis Mis Actos de Amor, pero ya desde lo más profundo de Mi Ser. No es lo mismo ver el exterior que conocer el interior y conoceréis Mi Interior, Mi Amor, Mi Donación cuando Yo Me estaba dando en ésos momentos. Todos vosotros estabais presentes en Mí, todas las generaciones, pasadas, presentes y futuras estaban presentes en Mí y estabais recibiendo Mis Bendiciones en el momento en que estaban sucediendo todos los Actos Divinos-Humanos de Mi Vida, no solamente los de la Pasión, toda Mi Vida fue de donación para vosotros, para vuestro crecimiento espiritual, para vuestra salvación eterna y para vuestro futuro eterno.
Sí, Mis pequeños, porque en Mi Promesa, digo que aquellos que estuvieran Conmigo, también iban a gozar eternamente Conmigo y el gozar Conmigo, es gozar a un nivel Divino y, eso, vosotros Me lo agradeceréis infinitamente, porque será el regalo a vuestra Fe, a vuestra confianza en Mí, a vuestro Amor en Mí y a vuestra donación en Fe, que eso es muy grande, Mis pequeños.
Fe, es amar, es creer, es darse por Aquel que vosotros no habéis visto ni tocado con vuestro ser humano, pero sí con vuestro ser espiritual. La Fe, os abre tantas puertas, Mis pequeños y os gana tantos regalos que no podéis imaginar. La Fe, palabra tan pequeña que os da tantos regalos cuando realmente confiáis en vuestro Creador, en vuestro Salvador y en Aquél que os dará la Luz del Entendimiento, que es Mi Santo Espíritu, que pronto vendrá para todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Cuánta corrupción y cuánta maldad estáis viviendo ahora, Mis pequeños! y por eso os voy quitando la primera causa de esta maldad que ahora tenéis y que es el dinero.
Hijitos Míos, el tiempo está por cumplirse y, ciertamente, Mis Palabras las veréis cumplidas, porque así también lo dicen las Escrituras, que ni una coma ni un punto dejarán de cumplirse y, parte de lo que se ha de cumplir, es Mi Justicia Divina sobre toda la humanidad.
Ciertamente veis que ahora la maldad, prácticamente, se ha entronizado como estaba ya profetizado, que satanás iba a diseminar su maldad por todos los reinos de la Tierra y ésta iba a afectar a todos los corazones, en mayor o en menor grado.
Pero, ciertamente, los que tratáis de estar Conmigo, oráis, y oráis con el corazón, y vuestras oraciones han sido escuchadas y, por ellas, Mi Justicia se ha de dar.
Estáis viendo infinidad de injusticias sobre toda la Tierra y, así, los que ahora ríen, los que ahora se aprovechan de sus hermanos, los que ahora vociferan, los que ahora se gastan lo que es el sustento de los pobres, querrán que una roca caiga sobre ellos para que no Me vean, para que no vean Mi Justicia sobre ellos, para que no sientan Mi castigo sobre ellos, su maldad es grande. Se os dieron a cada uno de vosotros, capacidades de diferente índole para que compartierais con vuestros hermanos. Ninguno de vosotros es superior a los demás, todos tenéis capacidades, todos tenéis defectos, todos tenéis faltantes y, así, debierais uniros, compartiendo de lo que tenéis, para complementaros y, así, formar Mi Reino sobre la Tierra.
Pero hay muchos hermanos vuestros que se han ido aprovechando a lo largo de la historia, de sus capacidades y no siempre buenas. Han sido tiranos, se han dejado mover por satanás, destruyen en vez de construir, de habilitar, de hacer infinidad de cosas que pudieran hacer, para que todos vosotros, hermanos de ellos, pudierais gozar de Mis Bienes que Yo creé para que todos gozarais, pero que ahora acaparan unos cuantos.
Mucha maldad se ha introducido en los corazones y que está hiriendo fuertemente Mi Corazón de Padre.
Asesináis a vuestros hermanos y cometéis grandes ultrajes con sus restos humanos. No os importa su alma, no os importa su sufrimiento, no os importa su familia, no os importa nada, más que llenar vuestras arcas de un dinero mal habido y que se vuelve maldito, porque os llevará a la condenación eternaSí, almas perversas, lo que ahora gozáis, pero que ha sido mal habido, os aplastará, os hundirá, os sofocará. Mucha maldad cometisteis con ése dinero mal habido y ése mismo dinero os castigará. Pero, también vuestro actuar, en muchos de vosotros, ha sido injusto. Os habéis puesto de parte de aquellos que tienen más poder y por quedar bien con ellos, injustamente acusáis o maltratáis a vuestro hermano débil, no actuáis con justicia, no actuáis con amor, no actuáis con igualdad. ¡Cuántas injusticias habéis cometido cada uno de vosotros a lo largo de vuestra vida!, ciertamente, algunas graves, pero injusticias fueron y éstas os acusarán en vuestro Juicio Final. Debisteis haber escuchado a Mi Hijo, debisteis haber actuado como el Maestro Divino, que caminó entre los hombres e hicisteis caso omiso a Sus Enseñanzas, a Su Amor. El Cielo bajó a la Tierra y no quisisteis aprovechar éste Tesoro o lo tomasteis a medias o solamente un poco.
Ciertamente la maldad sigue venciendo vuestros corazones, vuestra vida, vuestra forma de actuar; os habéis contaminado con lo que satanás os ha dado y lo habéis hecho forma de vida. ¡Cuánta corrupción y cuánta maldad estáis viviendo ahora, Mis pequeños! y por eso os voy quitando la primera causa de esta maldad que ahora tenéis y que es el dinero. Peleáis por él, matáis por él, sobornáis con él, injusticias grandes se cometen por comprar a falsos testigos con él.
Ciertamente, también, con él, hicisteis grandes cosas. Compartisteis con vuestros hermanos necesitados. Iglesias y Catedrales se construyeron para albergar Mi Divinidad. Disteis de comer a los pobres, ayudasteis a los ancianos, mejorasteis todo aquello que estaba mal, porque lo habían destruido los que Me traicionaban. Por eso, es Mi Promesa, que en los tiempos difíciles, aquellos que utilizaron ésos bienes materiales para el bien, no les faltarán, pero aquellos que los utilizaron para injusticias, les faltarán y quedarán expuestos ante los ojos de los hombres, para que se den cuenta cómo actuaron, todo el mal que cometieron y el posible mal y el dolor que tendrán eternamente.
No os digo esto para que os alegréis con su dolor, porque, ciertamente, muchos se condenarán eternamente, sino para que, con amor fraterno, todavía oréis por ellos, quizá los podáis salvar o se pueda aminorar su dolor eterno.
Eso es Amor, Mis pequeños, vosotros fuisteis creados para el Amor y de vosotros solamente debe salir amor. Eso es lo que se verán en estos tiempos por venir, Mi Amor en los hombres, Mi Amor en pleno, Mi Amor que fue recibido con vuestro corazón y lo habéis defendido contra toda la maldad que os rodeaba. Seréis las almas bendecidas, seréis las almas escogidas, seréis las almas que cumplirán con la Promesa que os hice, que reinaréis en los Nuevos Cielos y Nuevas Tierras y que gozaréis grandes Bendiciones con las que Yo os colmaré.
Gracias, Mis pequeños.

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