07/01/2011 13:00 Horas.
Dice Santa María:
Hijo mío, hoy os quiero pedir que les digáis a todos vuestros hermanos lo que a continuación os diré, ve y diles a todos ellos que si pretenden cruzar un inmenso desierto y no os preparáis para hacerlo, si no lleváis las provisiones, si no os dais cuenta cuál es el verdadero camino por el cual deberéis todos caminar y en ese trayecto la sed sienten que os va quitando vuestras fuerzas y vuestras gargantas están quemando como un fuego y se van secando lentamente y sienten que vuestro cuerpo está perdiendo toda la fuerza y os deshidratan porque el sol cae sobre cada uno de vosotros y os sienten como que os abraza con toda su intensidad, veréis que ha de llegar el momento donde no podréis seguir más por el sendero y entonces os han de quedar en el medio de la nada, se irán consumiendo vuestros cuerpos, la fuerza de un sol os irá quemando lentamente, pero si cada uno de vosotros antes de partir os hubieran preparado y escucharais la voz del amor y comprendieran lo que os va diciendo y en cada una de las palabras encontrarais las enseñanzas, entonces, pequeños míos, iríais previstos de todo lo que realmente necesitaréis, y lo esencial, si os dejarais guiar, sabrían el sendero por el cual deberéis de tomar, teniendo el agua que ha de purificar vuestros cuerpos y el sol no os podrá hacer nada porque estaréis protegidos bajo el manto de la misericordia, el amor y la paz, entonces estaréis seguros y verías que ríos de agua habrán de cruzar por vuestros pies y el sol será una dulce caricia para vuestros cuerpos, y una brisa traerá hasta cada uno de vosotros la inmensa frescura que sentirán como que os enjuagarais en miles de manantiales que os irán dando fuerza para seguir por el sendero hasta llegar al lugar señalado, entonces es ahí donde os sentaréis todos vosotros ya preparados para orar, para esperar el momento que ha de llegar, el momento tan esperado por todo el gran rebaño, el encuentro con el Gran Maestro, con el Gran Pastor, porque en ese lugar, frente a las miradas de todos vosotros, veréis descender a unirse con todo su rebaño a mi amado Hijo, porque Él, pequeños míos, sin que os dieran cuenta os fue marcando la ruta que deberían seguir, fue trazando sobre el inmenso desierto todo el sendero, el sendero de la luz, del amor y de la misericordia para la unidad de todos los pueblos y para que ya nunca más estéis separados, para que comprendáis y podáis entender que en la unidad de todos se encuentra la fortaleza para derrotar a aquel que en muchos años os fue quitando la libertad y fue llenando vuestras mentes con odios y rencores, con envidias y luchas entre vosotros, y en muchos casos por ambiciones de poder, de un poder que de nada os servirá porque nada de él podréis llevar a donde un día tendréis que venir. Hoy, pequeños míos, vosotros tenéis que saber que el mundo es un inmenso desierto, y ninguno de vosotros está preparado y no os habéis preparado para el inmenso desierto, para la falta de alimentos, para la falta de amor, de comprensión y de vivir en unidad, vosotros rechazasteis todos estos años nuestros llamados, no vieron lo que íbamos mostrándoles a través de vuestras vidas, no os dieron cuenta cuántas veces estábamos a vuestro lado y que sólo esperábamos una muestra de amor, no lo habéis hecho, vivieron muy adentro de vuestro propio ser, adentro de vuestro propio egoísmo y ni siquiera vinieron a mi morada, todo lo contrario, os apartaban más y más de ella no comprendiendo que en mi morada os esperábamos para que os confesaran y liberaran vuestras almas de todas ataduras estando limpias de todo pecado para recibir en la Eucaristía el verdadero y único alimento del alma y la salvación de ella, por qué, amados pequeños, no buscáis en la confesión el viento fresco que os trae el amor, por qué no encuentras en vuestro camino el agua que los ha hecho cristianos purificándolos de todo el pecado, si no lo hacéis no estaréis preparados para cruzar, pequeños míos, el desierto, y el desierto entonces se ha de apoderar de vuestros cuerpos y todo arderá, y las lágrimas y el dolor serán intensos. Hijitos míos, por eso os vengo a pedir que vuelvan a mi morada, que vivan en unidad y que liberen vuestras almas, que seáis realmente verdaderos hijos de vuestro Padre y hermanos de mi Hijo, que comprendáis todos que solos no podrán avanzar, que nosotros queremos verlos en libertad, gozando de una vida llena de armonía y eterna paz, unidos como la gran nación, el pueblo de mi Señor tenéis que ser, os pido que abandonen todo lo material, que seáis sencillos y humildes, que escuchéis la voz de vuestros Pastores, aquellos que os guiarán a encontrarse con el sendero y con la luz, y dile a mis Hijos predilectos que evangelicen, que salgan a buscar a sus rebaños, que os preparen y que os conduzcan con infinito amor, y vosotros deberéis estar unidos a ellos porque yo, vuestra Madre, os he elegido para que en la unidad cuiden de todas mis ovejas y lleguen unidos al final del camino siendo luz también que ilumine la tierra para las generaciones que vendrán atrás de cada uno de vosotros. Nada está perdido pequeños míos, pero puede estarlo si siguen dejándose conducir por la voz del ángel desterrado, si siguen peleando como algunos hijos o hijas os quieren llevar a un enfrentamiento entre hermanos, no escuchen sus voces, vosotros si os unen pueden derrotar a las fuerzas del mal, pueden derrotar al ángel desterrado y a sus seguidores, y podéis no sólo salvar vuestras almas y vuestras vidas sino toda vuestra tierra, estáis muy cercanos a ingresar en un enfrentamiento llevado por aquel gobernante que ama la guerra y la destrucción, y a su vez por aquel gobernante que piensa que es dueño del mundo y ese país sostuvo sobre sus pies al mundo entero durante cientos de años trayendo muerte, dolor, miserias, sufrimiento e injusticias a una gran parte de vuestro mundo, ese es el desierto, hijo, del cual les estoy hablando, ese es el desierto el cual no podéis ingresar en ese juego y esa mentira que están tratando de hacer ingresar en vuestras mentes, no sigáis más ni a un comandante ni a un gobernante, seguid tras la voz y el amor de mi Hijo, de mi morada, y salvad vuestra tierra y vuestro mundo y comiencen desde los principios basados en el amor del Padre y levantad mi Iglesia Poderosa y Santa en todo lugar de vuestros continentes y déjense guiar por su eterna luz basada en el Corazón Inmaculado de mi Hijo. Recordad amados pequeños míos, en vuestras manos se encuentra seguir tras los pasos rumbo al paraíso y la luz o al gran desierto y el dolor, recordad siempre pequeños míos, los amamos. Los amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
06/01/2011 10:00 Horas.
Dice Santa María:
Hijo mío, cuánto tiempo deberéis seguir, cuánto tiempo de vuestra vida tú y vuestros hermanos y hermanas, aquellos que he elegido en el mundo, tendréis que orar el Santo Rosario, la Coronilla y en todo momento por un mundo que no comprende, que no quieren entender que han llegado a alejarse tanto del amor de vuestro Padre y os habéis también olvidado de vuestro Hermano, mi amado Hijo, de lo que Él hizo por cada uno de vosotros y hoy os lo habéis dejado solo. Por eso os pido a todos vosotros no solo que oréis sino que os pongáis a evangelizar a un mundo que está perdido, a un mundo que no comprende y no se detiene a pensar que tienen que volver al amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo porque a través de ellos, unidos los tres en un sólo ser, vuestro amado Padre, encontrarán la armonía y la paz para vuestras almas, no comprenden que en el sendero que os dejó marcado JESÚS encontrarán la verdadera y más grande felicidad para toda sus vidas. Por eso os ruego a cada uno de vosotros en este día tan especial regálenle cada uno de vosotros a mi niño vuestro amor como lo habéis venido entregando hasta ahora, pero os pido más, os pido que ese amor os lo entreguéis a todos vuestros hermanos, aún a aquellos que no piensan como vosotros, a ellos ámenlos más y oren más para que puedan encontrar el verdadero sendero y se encuentren con la luz divina de CRISTO JESÚS. Amados hijitos míos, he venido para prepararlos, para guiarlos al gran encuentro, el encuentro con mi amado Hijo que igual que vuestra Madre por pedido del Padre ha de descender a vuestro mundo para traerles la armonía, la paz y el amor, el amor que anida en nuestros corazones, el amor que queremos entregarle a cada uno de vosotros y rescatarlos de la oscuridad donde habitan muchas almas y llevarlos rumbo a la luz, deseamos que seáis felices, que vivan en armonía, justicia y paz en vuestra tierra, que no peleen más y que comiencen a hablar y a acompañarse unos a otros, que jamás quede uno solo en la inmensa soledad, que estén unidos en todo momento y acompañados por la oración y por mi eterno amor. Amados hijos, los amo, vosotros sois el amor más grande para vuestra Madre y quiero protegerlos, quiero acompañarlos, quiero cargar vuestras cruces junto a cada uno de vosotros, no he venido para retarlos o para llamarles la atención, he venido a pedirles que recapaciten y que os deis cuenta que el ángel desterrado, junto con las fuerzas del mal, os fueron separando de mi morada para llevarlos a la inmensa oscuridad donde hoy muchos de vosotros os encontráis, os mostró un mundo a través de la más inmensa mentira y engaño donde todo está permitido, donde todo os podéis hacer, donde nada es pecado, para que cayeran en su redes y vosotros dentro de vuestra inocencia cayeron en esa inmensa trampa apoderándose de vuestras almas y atándolas con todas sus fuerzas. Hoy os ruego, romped esas ligaduras, esas cadenas, y vuelvan a mi morada, y os reitero como lo vengo haciendo todos los días, venid a mi morada y arrodillaos pedid perdón por vuestros pecados y recibid el Cuerpo y la Sangre de mi amado Hijo, conságrense a su Inmaculado Corazón, acompañadlo y sed un peregrino de mi Iglesia, un misionero de la palabra y llevadla a todos los rincones de vuestro mundo, ayuda a vuestros hermanos, salid de los muros de mi Iglesia e id puerta por puerta llevando adelante la nueva evangelización, visitad a los enfermos, estad con ellos y cuidad de cada uno de vuestros hermanos, construyan un mundo de armonía y de paz, no abracéis más por pedido de los poderosos a aquellos que están siendo guiados por el ángel desterrado a enfrentamientos, a guerras y derramamientos de sangre, inclusive entre los mismos pueblos, o acaso no os dais cuenta lo que está ocurriendo en mi amada Venezuela, que os están llevando a un enfrentamiento entre hermanos, o a hijitos en Bolivia que están al borde de perderse en enfrentamientos, o en mi amada Argentina, una tierra bendecida y elegida por mi amado Señor, que si no recapacitan, si no se unen, están al borde de enfrentamientos entre ellos. Todo esto os ocurre porque fueron llevados tan alejados de la verdadera y única fe que es la que tenéis que sentir y se encuentra en mi Iglesia, en la Iglesia que Pedro levantó sobre la Piedra Angular , mi Iglesia, una Iglesia que tiene que tener sus puertas abiertas de par en par para recibir a todos mis pequeños, una Iglesia que tiene que cobijar a todos mis amados hijitos, por eso os ruego a mis Hijos predilectos que se unan a todos vosotros, que formen un inmenso ejército, pero un ejército de la paz, y que sean portadores de esa paz para todo el mundo, sino, pequeños míos, veréis ríos de sangre de vuestros propios hermanos correr por toda Latinoamérica y en el Viejo Continente y en Occidente sufrirán enfrentamientos desbastadores entre naciones. Os pido desde mi corazón de Madre la unidad de todos, pero hoy más que nunca la unidad de todas la religiones, tenéis que comprender y entender que todos deberéis volver a CRISTO JESÚS, que a través de Él sólo encontraréis la paz, la armonía y la justicia, nosotros venimos a traerles la Llama del Amor y la luz eterna de la paz, el Espíritu Santo ha de derramar sobre todos vosotros esa Llama que ha de ingresar en cada uno de vuestros corazones para que seáis libres pequeños míos, pero también para que vivan sin fronteras y entre todos los hombres y mujeres de buena voluntad construyan la gran nación de CRISTO JESÚS. Hijos míos, no venimos a traer destrucción ni castigo, mi Señor no quiere eso para sus hijos, os venimos a traer amor y a enseñar que en el amor viviréis en armonía y paz. Recuerda siempre, la labor es muy grande pero sé que tanto tú como vuestros hermanos podréis llevarla adelante, sé que el mundo ha de cambiar y volveréis todos juntos al gran rebaño, que la paz y la armonía reinará sobre toda la tierra y todo el Universo, sé que se unirán en cánticos y glorificarán el buen nombre de mi Hijo y os arrodillarán a pedir perdón por vuestros pecados y seréis perdonados, y de esa forma ha de comenzar una nueva era basada en el amor. Hoy os dejo mi rosa para que tú la paséis a cada uno de mis pequeños, la rosa que ha de esparcir su perfume al mundo y envolverá vuestras almas hasta unirlas en una sola y esa será la que iluminará a un mundo que hoy se encuentra en la más grande y triste oscuridad. Os amo, sigue el sendero y nunca abandonéis vuestro lugar, haced respetar mis muros y cuidad de vuestros pastores, y diles a ellos que también tienen que estar junto a sus rebaños y que vivan en la más grande humildad como mi Hijo vivió y salgan junto a todos vosotros a llevar la palabra, vivan en eterna comunión y que esa comunión haga crecer mi morada, mi Iglesia, amados hijos, tiene que ser Santa en vuestra tierra como lo es en el Reino de los Cielos, y que viváis en eterna unidad entre todos los pueblos y naciones del mundo y seáis verdaderos hijos de vuestro Padre, que os entreguéis en oración y os pongáis bajo la protección de mi amada Iglesia junto a cada uno de vuestros Pastores y escuchéis y obedezcáis todos los pueblos del mundo a aquel que está ocupando en estos días el Sillón de Pedro porque a través de Él habla mi amado Esposo, el Espíritu Santo, seguidlo y vivid en armonía, os ruego a cada uno de vosotros amados hijitos de mi corazón. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
05/01/2011 12:00 Horas.
Dice Santa María:
Amado hijo, todo ha de cambiar en vuestro mundo y todo ha de ser a través de la entrega de cada uno de vuestros hermanos, de esa entrega que tengáis cada uno con vuestro Padre a través del Hijo y del Espíritu Santo en la unidad más hermosa del amor, vosotros veis a tres personas unidas en una sola, en CRISTO JESÚS, de la misma forma os tenéis que cada uno de vosotros unir pero en el amor y la comprensión, tenéis que aprender a vivir en comunión, y esa comunión tiene que nacer desde el mismo corazón de cada uno de vosotros y tiene cada día que irse fortaleciendo, y para que eso ocurra tenéis que estar en paz y en una profunda entrega unidos a la oración, de esa forma os irá llevando a una fuerza tan grande que os lleve a la entrega total, y al decir una entrega total es aquella que se da desde lo más profundo desde el corazón y desde el alma. Os pido y os ruego, enseñadles a cada uno de ellos que tienen que comenzar a caminar por el sendero de la luz, que tienen que ser sencillos y humildes, que tienen que aprender a vivir en comunidad y volver al gran rebaño porque en él estaréis a salvo de todo ataque del ángel desterrado, tenéis que vivir en paz y armonía y entregaos en los brazos de mi Hijo, comprended, amados pequeños, que a través de Él, de seguir tras sus pasos, de oír sus palabras, de recibirlo a través de la Eucaristía , seréis libres y vivirán en total unidad todos vosotros. Yo os amo como Madre de todos vosotros, yo quiero protegerlos bajo mi manto de amor y de misericordia, quiero entregarles, pequeños míos, todo mi amor, la paz y la armonía para que puedan vivir entregados a un mundo donde reciban la eterna bendición del Espíritu Santo, donde vivan felices, donde se rompan todas vuestras ataduras, donde seáis quienes siembren sobre la tierra fértil la palabra y de esa forma os conviertan en misioneros de mi eterno amor. Cómo puedo hacer, hijo mío, para que comprendan todos que he venido a vuestro mundo a traerles la palabra, que he venido a prepararlos para la gran venida, que deseo con todo mi corazón que os comencéis a unir para reencontrarse con CRISTO JESÚS y de esa forma hallar la verdadera paz para vuestras almas. Hijo, dile a vuestros hermanos que no os alejéis más de mi morada, que vuelvan a ella, que os estoy esperando, que traigan en sus manos, como tantas veces os he dicho, todo lo que os aqueja, todos vuestros sufrimientos y ponedlos a mis pies, yo, como intercesora ante mi amado Señor, frente a vuestro Padre, he de llevar todo lo que me vengáis a pedir y os puedo asegurar, hijitos míos, que hallaréis muy pronto la paz y la sanación no sólo de los dolores que puedas sentir en vuestro cuerpo sino también la armonía y la paz de vuestras almas para que comiencen a vivir en total armonía. Quiero que vivan, pero que vivan en un mundo donde no tengáis más barreras ni religiones que los lleven a pelearse entre hermanos y a discutir y a no poder comprender que dentro de mis muros se encuentra la única verdad y allí podréis estar siempre junto al Corazón Inmaculado de mi Hijo, que sólo allí os podéis encontrar con Él y a su vez con el Espíritu Santo, os podéis encontrar conmigo, vuestra Madre. Os ruego vuelvan al sendero, quiero que comprendan que tienen que oír la voz del amor y la voz del más inmenso amor, la de CRISTO JESÚS, y sólo lo podréis escuchar en mi morada, venid a ella, vuelvan a la unidad, no sigáis más separados, no sigáis peleando entre vosotros, entre hermanos, sólo para complacer a aquellos que os tienen prisioneros de su voluntad, que es la ambición de aquellos que se encuentran en el poder, un poder que os puedo asegurar de nada os ha de servir porque si no se arrepientan, porque si no ponen sus rodillas sobre la tierra y confiesan sus pecados tendrán que pasar por un juicio en el que llorarán y sentirán un inmenso dolor al daos cuenta que han traicionado a su propio Padre y a todos sus hermanos, sé que son unos pocos, pero sé que ellos os tienen encadenados a su voluntad y los someten a las más crueles injusticias, y con astucias y guiados por el ángel desterrado pudieron con todos vosotros y fueron ingresando con mentiras adentro de vuestros corazones y vuestras mentes separándolos y llevándolos por un sendero de mentiras, odios y rencores, rumbo al dolor y al sometimiento en nombre de falsos profetas, no podéis daos cuenta que sólo quieren vuestras almas, que sólo desean jugar con cada uno de vosotros, que sólo piensan que pueden de esa forma debilitar a mi amado Señor, pero no podrán llevar adelante su plan porque todo está preparado, todas las milicias celestiales junto a la unidad de todos vosotros, amados hijos, iremos rumbo a la batalla final y yo, vuestra Madre y Madre de mi Iglesia, Capitana de las Milicias, iré adelante de vosotros y yo misma he de aplastar la cabeza de la víbora, lo derrotaremos y caerá en su propia oscuridad por miles de años y seréis felices, vivirán en armonía y unidad y estaréis siempre presentes en todo momento y en todo lugar donde un sólo hermano o hermana vuestra esté padeciendo una enfermedad o sea perseguido, o esté siendo sometido a injusticias. Tienen que comenzar a prepararse para volver al comienzo, y el comienzo os dará una nueva vida, una vida en una tierra que ha de volver a ser un paraíso, en un mundo basado en las Sagradas Escrituras y cumpliréis con cada uno de los Sagrados Mandamientos, por eso os pido a ti y a todos mis demás hijos e hijas que como tú se encuentran en vuestro mundo, que me veis y pueden oír mis palabras, que despierten a cada uno de vuestros hermanos llevando la palabra, evangelizando antes que la inmensa noche caiga sobre todos ellos. Mi amado Señor me ha enviado porque os quiere dar una nueva oportunidad, tomadla amados hijitos, y aprendan a vivir en armonía, amor y eterna paz. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
04/01/2011 13:10 Horas.
Mensaje especial
Dice Santa María:
Amados hijitos míos, vosotros queréis vivir una nueva vida, en un nuevo mundo, distinto a lo que tenéis que padecer muchos de vosotros, a ser llevados por delante, a ser sometidos a toda clase de agravios, a ser perjudicados por aquellos que piensan que poseen y tienen derecho a cometer tantas injusticias sobre toda la tierra, os quitan todo en nombre de un mundo mejor, os llevan a creer en falsos ídolos y para ellos todo está permitido, hasta llegar a cometer los actos más salvajes en nombre de una libertad que nadie puede comprender, pero millones en el mundo siguen detrás de lo que les dicen esos falsos profetas de estos tiempos, aquellos que sólo quieren llevarlos rumbo al dolor y a matanzas entre vosotros, os confunden desde distintos lugares e ingresan en vuestras mentes repitiendo todo lo que deberéis hacer, y lo que deberéis hacer es aquello que puede darles a ellos la libertad de no pensar en las atrocidades que cometen contra poblaciones enteras y contra vuestra propia tierra, y cuando despierten, amados hijitos, de ese sueño que supieron llevarlos como si fuera una telaraña que tejió a través de vosotros para no dejaos mover ni ver la verdad, os van consumiendo y vosotros vais consumiendo todo lo que os entregan sin detenerse un solo instante para meditar, para pensar, porque no os permiten, no os dan un solo minuto, todo lo contrario, cada día os confunden más y más porque de esa forma estáis atrapados en una gran telaraña que irá apretando cada minuto más hasta no dejar nada vivo sobre vuestro suelo, arrastrando todo lo que en ella se mueve porque es la obra del ángel desterrado y de las fuerzas del mal que están trabajando adentro de la mente de muchos, y más aún en aquellos que están al frente de pueblos y naciones. Yo, amados hijitos, he venido enviada por mi amado Señor para mostrarme en todos los continentes, para llegar a través de aquellos hijos e hijas que he elegido en el mundo, para que reciban mis mensajes, para que recapacitéis y vuelvan todos juntos al sendero de la luz, para que comprendáis que el mundo en el cual estáis caminando no ha de sobrevivir mucho tiempo más si siguen en continuos ataques despiadadamente, quitándole de sus entrañas todo sólo por el placer de aquellos poderosos, vosotros tenéis que cuidar de vuestra tierra y jamáis lo habéis hecho, como no cuidan de mi Iglesia, de vuestros hermanos, nada os importó, ni siquiera sienten dolor por mi Hijo que Él dio su vida por todos vosotros y cargó con vuestros pecados, Él, hijitos míos, os aseguro no ha de bajar de la cruz hasta que el ultimo de sus hermanos se convierta y ponga sus rodillas en tierra y pida perdón por los pecados cometidos. Hijitos míos, si ustedes pudieran ver el sufrimiento que dais al corazón de mi Hijo, el sufrimiento y el dolor de vuestro Padre que todo os ha dado y vosotros nada hacéis para cambiar y volver a su encuentro, si pudieran ver cómo brotan de mis ojos las lágrimas del más inmenso dolor, si pudieran sentir en vuestros corazones cómo siento yo hoy esta daga que se va clavando más y más en él y la pena me va llevando a un dolor profundo, cómo hacer, hijitos míos, para que comprendan mis palabras, cómo hacer para que retoméis el sendero, para que vuelvan a mi morada, para que confiesen vuestros pecados, para que reciban el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, para que rompan las ligaduras que os atan y no os dejan vivir en armonía y paz. Os ruego vuelvan al sendero, vuelvan al principio, deténganse unos minutos y mediten, miren pero con los ojos del corazón, del alma todo a vuestro alrededor y veréis con inmenso horror lo que habéis cometido a través de los años, mi Señor, vuestro Padre, os entregó un paraíso y ustedes qué habéis hecho de él, miradlo amados hijitos, y veréis sólo destrucción, dolor, sufrimiento y no el paraíso que os fue entregado para que entre todos cuidaran de él. Hijo, que mi palabra no quede en un simple papel, que mi palabra suene como un trueno en todo el mundo, que todos se unan y que os dejéis llevar de la mano de vuestros Pastores, y a ellos os pido, Hijos predilectos de mi corazón, guiad el rebaño, es vuestra labor, cuidad de ellos, alimentadlos con la palabra y dadles de comer y de beber saciando su sed de amor, misericordia, justicia y eterno amor. Os ruego cuidad de mis muros, levantad de vuelta mi Iglesia y haced que sea Gloriosa y Santa en la tierra como lo es en el Reino de los Cielos, recordad lo que os pido y haced que el mundo lea y escuche y medite cada una de las palabras que en este preciso momento os estoy diciendo. Os amamos, no permitáis que sufra más mi Hijo, no permitáis que sufra más vuestro Padre y no dejéis que partan más lágrimas de mis ojos, os amo pequeños míos, os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
03/01/2011 03:00 Horas.
Dice Santa María:
Amados hijitos míos, que el AMOR, LA PAZ Y LA JUSTICIA reinen sobre todos los CONTINENTES y en vuestras VIDAS, que al comenzar ésta nueva era también con ella comencéis como verdaderos hermanos que sois a vivir en ARMONÍA Y PAZ y busquéis adentro de vuestros corazones la Llama del Amor que mi Señor os entregó al nacer, y os dejéis guiar por la luz, la esperanza y la paz, no tan sólo para que habite vuestros corazones sino también que descienda a través del Espíritu Santo sobre todos los PUEBLOS Y NACIONES DEL MUNDO. Hoy he venido para pedirles desde mi corazón de Madre que deis comienzo a una nueva era, pero que en ese comienzo esté siempre presente a vuestro lado el amor y la entrega al SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, mi amado Hijo, que tratéis de seguir lo que Él les ha dejado marcado y que seáis verdaderos hermanos y vivan en total comunión extendiendo vuestras manos a todos aquellos que tanto necesitan en todos los rincones, no sólo de vuestra nación sino en el mundo entero. Hoy hay millones de niños, de mis pequeñitos, que están agonizando por culpa de la falta de alimentos, de cuidado, de agua, de no tener un lugar donde cobijarse de los inmensos fríos o las altas temperaturas, hoy veo con total dolor el desprecio de aquellos que se encuentran en el poder o al frente de vuestras naciones, que no asisten y no ayudan, ni siquiera os ponen a trabajar para salvar a millones de hermanos en el mundo, viven encerrados en sus cajas de cristal y nada os llega, sólo escuchan la voz del egoísmo, el poder, la ambición y no os importa el mal que estáis haciendo a todos ellos, hoy no os detienen y no piensan en los momentos que tienen que tomar o quitarles a sus pueblos lo que necesitan, que es el mínimo sustento para vivir, hoy hay sólo egoísmo y sólo saben hablar, pero lamentablemente esas palabras quedan como flotando en el aire porque lo que prometen y juran no lo cumplen, asumen el poder dado por sus propios hermanos para tener un bienestar personal y para llevar a sus familiares y amigos a estar en un mundo de privilegio, pero hijos, no os olvidéis que nosotros todo lo vemos y todo lo que estáis haciendo os costará mucho cuando os toque pasar por el juicio final, allí no os servirán los cargos, allí sois todos iguales frente a la mirada de vuestro Padre, allí de nada os servirá todo lo que tengáis porque vosotros sabéis que al mundo llegáis desnudos y de él partiréis de la misma forma, pero aquellos que se entreguen a sus pueblos, que los acompañen, que vivan para tenderles la mano, que sean uno más entre ellos y que no traten de perjudicar sino de acompañar, y de esa forma ayudar continuamente a su pueblo y a todos aquellos que necesitan y viven dentro de la sencillez y la humildad, sí ganarán el Reino de los Cielos, porque pueden asumir la más alta jerarquía que vosotros impusieron en vuestro mundo pero eso no os ha cambiado vuestro amor por cada uno de vuestros hermanos y os sienten uno más de ellos, como debería ser. Hijo, esto también es para todos aquellos que están sentados en distintos lugares de mi Iglesia y de las demás religiones, tener cargos no quiere decir abandonar, y más aún como Pastores tienen que cuidar y contener a todas las criaturas, ayudarlos, darles y compartir con cada uno de ellos, y entregarse desde el alma, porque deberéis recordar que JESÚS, mi amado Hijo, siempre lo hizo y hasta dio su propia vida por todos vuestros hermanos. Yo os pido que salgáis a caminar, y en ese caminar despertéis de este inmenso sueño que en muchos casos se encuentra lleno de soberbia y de ambición y veáis la realidad de un mundo que se desintegra y sangra continuamente en terribles enfrentamientos, no sólo por guerras para obtener poder sino hoy veréis a miles de hijos e hijas que toman la vida de sus propios hermanos sólo por obtener dinero para comprar los alimentos o llevar a su hogar el sustento para sus hijos, y eso es pecado y todos vosotros los sabéis, pero también tenéis que saber, aquellos que se encuentran al frente de los rebaños, que si vosotros salieran de adentro de mis muros y recorrieran las calles verían cientos o miles de jóvenes que son llevados a la drogadicción, a vivir una vida tan alejada de los Sagrados Mandamientos y la muerte hoy es frecuente entre mis pequeños porque no le dan valor a nada, ni siquiera a su propia vida, porque lentamente se van apagando, hoy os enseñan a tener lo que quieren a costa de la vida de sus hermanos, hoy empuñan armas desde la inocencia porque muchos de ellos son muy pequeños y son inducidos a cometer todo acto de violencia para que los mayores puedan abusar de ellos mismos tomando lo que, en la inocencia o en la imprudencia porque muchos ni llegan a razonar, cometen frecuentemente. Hoy vuestro mundo es una inmensa selva donde nada se respeta y donde no respetáis a nadie, nada os detiene porque nada os importa y porque hoy mi amada Iglesia no está presente en muchos de esos lugares, hay muchos Hijos e Hijas predilectas que siguen el sendero de mi Hijo, pero también hay entre vosotros hijos míos, muchos, que sólo piensan cómo poder llegar a las más altas envestiduras y poder dentro de mi morada, y yo os pregunto a todos vosotros, de qué os servirá, yo os pregunto, vuestro juramento no es la entrega total a todos los que sufren, a todos los que padecen toda clase de torturas, de dolores, de odios y de injusticias, no podéis comprender que os tienen que unir para salvar al mundo porque sino os perderéis en una inmensa lucha, y esa lucha siempre ha de girar a través de lo mismo, del poder y de la ambición que vosotros los hombres habéis creado, nosotros, hijos míos, no necesitamos palacios reales, nosotros necesitamos que vengan a mi morada, que sea un lugar de encuentro dentro de la más grande sencillez y humildad, pero que en ella se encuentre el amor, la paz y la justicia, que os vengáis a encontrar no tan sólo con nosotros sino con quien tiene que cuidar del rebaño en nombre de mi Hijo y en mi morada puedan encontrarse contenidos y unidos por el amor y la palabra para guiarlos rumbo a un mundo de armonía y encuentro a través de los Sagrados Mandamientos y recibiendo el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo recibiendo la luz del amor y de la paz. Hijo mío, haced que comprendan mis palabras, os hablo con la más pura sencillez y humildad y os hablo para que recapacitéis todos vosotros y os deis cuenta que no estáis cumpliendo con los Sagrados Mandamientos, que abandonéis todos lujos y placeres y vivan en humildad como verdaderos misioneros del amor y os entreguéis a todo el Pueblo de CRISTO JESÚS. Despierten amados hijitos míos, y unan sus manos alrededor de todo el mundo y comiencen a rezar, os pido recen el Santo Rosario, ayunen y confiesen vuestros pecados, recibid a mi Hijo en el Sacramento del Altar y vivan en armonía, libertad y paz, sean verdaderos hijos de vuestro Padre y cumplan con los Mandamientos. Hijos míos, no vuelvan a caer nunca más en las garras del ángel desterrado, rompan sus ataduras, luchen en la defensa de mis muros y cuiden entre todos a aquellos Hijos predilectos e Hijas que son perseguidas en distintas partes del mundo, sean todos misioneros del amor y proclamen por toda la tierra la palabra, muy pronto mi Hijo volverá a caminar entre vosotros, tenéis que estar preparados para recibirlo, para seguir tras sus pasos y para vivir en armonía, amor y paz. Os amo pequeños míos, os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
02/01/2011 15:00 Horas.
Dice Santa María:
Hijo mío, al comenzar una nueva era la labor es más y más grande para cada uno de vosotros porque tenéis que salir y comenzar a llevar la palabra con más frecuencia a todos aquellos que están alejados, hacer que cada una de las palabras ingresen en el corazón de vuestros hermanos y os ayudéis a que comprendan el amor de vuestro Padre y a través de Él el del Hijo y del Espíritu Santo, es la única forma que os llevará a la unidad, es la única forma que os enseñará el sendero de la luz y salvaréis las almas de muchos hermanos y hermanas vuestras que se encuentran tan alejadas de la vida eterna en el Reino de los Cielos, pero la culpa no la tienen ellos sino todos aquellos que os golpeáis el pecho pidiendo perdón pero atacáis sin piedad a aquellos que llegan hasta mi morada queriendo oír a través de muchos de mis Hijos predilectos una palabra que os haga comprender y os conduzca por el sendero que los lleva rumbo a mi amado CRISTO JESÚS, pero también muchas veces sois culpables aquellos que se encuentran en las distintas tareas de mi morada porque os pensáis que sois los únicos con derecho dentro de mis muros, pensáis que sois los únicos que pueden hablar, caminar y tomar decisiones, y cuando un hermano vuestro acude por necesidad de hablar con vuestro pastor vosotros toman decisiones por vuestra propia cuenta y ni siquiera les vais a decir a mi Hijo predilecto que hay un hermano o hermana vuestra que necesita de su presencia, de esa forma y por vuestras continuas peleas por ver quién se puede mostrar más adentro de mi morada es que lleva a muchos de mis pequeños a retirarse porque no comprendieron y no pueden comprender que mi morada es de todos en general y todos tienen el mismo derecho a leer y a ser fervientes trabajadores dentro de mis muros, y aún mucho más fervientes fuera de ellos porque allí se encuentra la más grande desolación, porque no os veo caminar yendo a ver porqué ese hermano que ha dejado de venir al encuentro con mi Hijo está faltando días y días, y de esa forma pasan los meses y os dejáis perder y muchas religiones que en los últimos tiempos hay entre vosotros con falsos profetas que se hacen llamar maestros sólo los confunden más y los llevan rumbo a la total oscuridad, sólo buscan obtener poder y bienestar personal para ellos y sus familias mientras vosotros se hunden más y más en la oscuridad y el dolor. Hoy ya no os podéis seguir quedando, tenéis que, si sois realmente cristianos, ir a buscar al gran rebaño, tenéis que salir a guiarlos junto a vuestros pastores, traerlos a mi morada y que comiencen con lo más esencial haciendo una profunda confesión y recibiendo a través del Sacramento del Altar el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo consagrándose a Él, y a partir de ese instante siendo una luz que ha de iluminar el sendero para aquellos que se encuentran perdidos como ellos mismos lo estuvieron. Vosotros si queréis ser verdaderos hijos de vuestro Padre y fieles a mi morada entonces no os podéis quedar ahí quietos mientras mueren en el mundo millones de niños, mientras muchos de mis Hijos e Hijas predilectas son perseguidos y masacrados, mientras sigan haciendo crecer algunos gobernantes el odio y el rencor entre hermanos y os lleven a través de la mentira a una guerra que se ha de desatar muy pronto, si no se detienen toda Latinoamérica estará cubierta por fuego que descenderá desde el mismo cielo, pero ese fuego será despedido por vosotros sin piedad y sin pensar en el mal que estáis cometiendo, manchando vuestras manos de sangre, y os perderéis en la misma oscuridad. Por eso amados hijitos míos os llamo a la reflexión, los convoco a través de la palabra, de la oración del Santo Rosario, de la Coronilla , del ayuno diario, de la confesión, de venir a mi morada a recibir el Cuerpo de mi Hijo y ser un misionero de la palabra y de la Llama del Amor, difunde mis palabras, haced que el mundo lea y escuche a través de las voces de mis pequeños lo que os he venido a decir, hacedle comprender que si no se unen se han de perder todos en el mismo llanto y dolor, vosotros por callar y seguir quedando adentro de mis muros tranquilos, pensando que os salvaréis de todo sólo porque vienen y sólo porque confiesan vuestros pecados, pero tenéis que comprender que el amor a CRISTO JESÚS es mucho más que eso y Él os pide que salgáis todos unidos a buscar a sus hijos e hijas, quiere y desea que seáis verdaderos hijos y verdaderos hermanos, no podéis seguir perdiendo más tiempo, la nueva era ha comenzado con el comienzo de este año, ésta es la era del amor, de la esperanza y de la fe, en este nuevo tiempo comprenderán y aprenderán a vivir en unidad y en el amor y romperéis toda cadena que os ata al ángel desterrado y a las fuerzas del mal comenzando a caminar y a llevar ésta Llama que os he entregado a todos vosotros, aquellos que he elegido en los distintos continentes, aquellos hijos e hijas que hemos elegido para que seáis quienes reúnan, junto a vuestros pastores, al gran pueblo de CRISTO JESÚS, para que recapaciten, para que aprendan a vivir en la libertad, sí, amados hijitos, la libertad que mi Señor os entregó a todos al nacer, de esa forma tenéis que vivir siendo libres, pero dentro de esa libertad llevar la palabra, sentir adentro de vuestros corazones todo el amor de vuestro Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y cuidar de cada uno de mis pequeños. Muy pronto veréis en el cielo alinearse todos los planetas unidos a las estrellas y luceros marcando una estrella inmensa que la podréis ver en todo el mundo, esa es la señal que después de pasar un corto lapso mi Hijo volverá a caminar entre todos vosotros y tenéis que estar preparados para recibirlo tanto vosotros como vuestros pastores, y no sólo vosotros sino todos aquellos que se apartaron en distintas religiones. Os ruego y os pido la unidad de todos, os pido desde mi corazón de Madre de mi amada Iglesia y Madre de todos vosotros la unidad, el amor, la paz, la misericordia, la justicia, el entendimiento y que aprendáis a razonar y a comprender a vuestros hermanos y que no seáis necios y rompan vuestras ataduras y os unan en ésta batalla final, ésta batalla que será ganada a través de la unidad de los pueblos, en la oración, en la entrega y en el amor, porque el amor ha de derrotar a las fuerzas del mal y la oración las arrojará a la más inmensa oscuridad. Vivid en comunión con mi amado Hijo, Padre y Espíritu Santo y a su vez con vuestros pastores y todos vuestros hermanos y hermanas, siembren la tierra con la semilla del más puro y divino amor y vivid en libertad con un corazón puesto en la esperanza, construyendo un mundo de justicia y armonía, sigan los pasos tras mi Hijo, Él os ama, y escuchad sus palabras, dejaos llevar en sus brazos rumbo al encuentro con el Padre. Hijitos míos, no dejéis de oír mi voz, no dejéis de escuchar mis pedidos y vuelvan a caminar por el sendero del amor. Os amo, hijitos os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
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