Revelaciones dadas a un alma a quien Jesús le llama Agustín del Divino Corazón. Mensajero de los Sagrados Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María.
Capítulo I
MENSAJES
Volved vuestro corazón al Señor
Marzo 16/09 (10:00 a. m.)
María Santísima dice:
“Tú, hijo mío, no hagas cosa alguna sin consejo, y no tendrás que arrepentirte después de hecha. No vayas por camino malo, y no tropezarás en las piedras; ni te arriesgues a ir por senda escabrosa, para que no expongas a caída tu alma;” (Eclesiástico 32,24-25) alma que debe permanecer pura y diáfana como el agua, alma que ha de asemejarse a un espejo nítido, reluciente por su limpieza.
Escuchad, pues, mi llamado; volved vuestro corazón al Señor “haced, pues, penitencia, y convertíos, a fin de que se borren vuestros pecados.” (Hechos 3,19). Por lo tanto “saboreaos en las cosas del cielo, no en las de la tierra.” (Colosenses 3,2) “Pues de este modo se os abrirá de par en par la entrada en el Reino Eterno de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1,11).
¡Reaccionad ante mis palabras!
Marzo 23/09 (2:40 p. m.)
María Santísima dice:
Hijos míos: Muy pronto, muy pronto sonará un estrepitoso ruido en el cielo; ruido que será el anuncio a su segunda llegada; llegada en la que seréis juzgados por vuestras buenas o malas obras; llegada en la que Jesús pondrá a unos a la izquierda y a otros a la derecha; llegada en la que se os correrá el velo de vuestros ojos, ojos que se abrirán a la verdad, ojos que verán quien fue el verdadero profeta, ojos que verán la historia de vuestra vida, vida contada hasta en los más mínimos detalles.
¡Reaccionad ante mis palabras! No dejéis que se las lleve el viento. Ya es hora que creáis en el final de los tiempos; tiempos que son acortados; tiempos muy próximos a nuestro reinado, porque es realidad ineludible el triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón.
Es realidad ineludible que San Miguel Arcángel descenderá del Cielo al son de trompetas a batallar contra satanás.
Es realidad ineludible que toda la tierra será purificada por medio de una lluvia de fuego.
Es realidad ineludible que legiones de demonios han sido soltados de las profundidades del infierno para tentar.
Es realidad ineludible que el anticristo tomará asiento en la santa sede.
Es realidad ineludible que el Santo Sacrificio será suspendido.
Es realidad ineludible que la Iglesia pase por una horrorosa crisis.
Es realidad ineludible el surgimiento de falsos cristos y falsos profetas.
Es realidad ineludible la aparente derrota, pero cuando ya todo se crea perdido: apareceré vestida de sol, parada sobre la luna en medio de doce estrellas y mi talón aplastará la cabeza del dragón. “En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida de sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.” (Apocalipsis 12,1).
Hijos amados: estad atentos a los signos que aparecen y aparecerán en el cielo. En el momento menos pensado una gran Cruz acaparará la mirada de todos los hombres de la tierra. Cruz que es el anuncio al Gran Día de la Misericordia, al gran día de la iluminación de las conciencias. Cruz que es el anuncio del segundo advenimiento del Señor.
Los coletazos de satanás
Marzo 23/09 (8:30 p. m.)
María Santísima dice:
Hijos míos: La Iglesia está siendo azotada por los coletazos de satanás, especialmente en las almas consagradas. El espíritu del mal ha penetrado en los seminarios, conventos y casas religiosas para promover disensiones, envidias, rivalidades, escepticismos, avaricia.
Muchos de los sacerdotes y religiosos se han desviado del camino al que Dios los llamó, se han vuelto laxos en sus pensamientos, tibios en su fe; muchas de estas almas elegidas viven más en el activismo que en la contemplación, más en las cosas del mundo que en los asuntos del Cielo.
El secularismo ha envestido a algunos de mis hijos predilectos; hijos que están de acuerdo con teorías vanas; hijos que son partidarios de una teoría liberal, teología que choca con mis esquemas; teología herética porque niega algunos dogmas, algunas verdades de la fe.
Muchos sacerdotes son débiles en su predicación, temen hablar con fuerza y valentía en los púlpitos, pocas veces hablan de las postrimerías (muerte, juicio, infierno y gloria). Callan muchas verdades por miedo a la represalia, al que dirán convirtiéndose en perros mudos.
Hijos míos: cuando vuelva de nuevo Jesús, ¿sus rosas estarán marchitas, ningún fruto bueno encontrará en la tierra?
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