Sean amor donde hay odio” y “sean comida donde hay hambre”, dijo la Virgen María en su mensaje al vidente Iván Dragicevic durante la visita a Motherwell cerca de Glasgow, en Escocia, los días 4 y 5 de enero. Cerca de 1000 personas, algunas de Estados Unidos, Italia e Inglaterra, acudieron a cada aparición.
Medjugorje estuvo presente en Escocia el viernes y el sábado pasado, cuando el vidente Iván Dragicevic tuvo las apariciones públicas en Motherwell. Y la Virgen María vino con una misión especial para las cerca de 1000 personas, que acudieron en ambos días.
“Queridos hijos, los invito, también hoy, a ser amor donde hay odio, a ser comida donde hay hambre. Hijitos, abran sus corazones y dejen sus manos extendidas para que, a través de ustedes, todas las criaturas puedan estar agradecidas a Dios creador. Recen, hijitos, y abran sus corazones al amor de Dios. Por eso deben orar y orar. Gracias queridos hijos, por haber respondido también hoy a mi llamado”. Dijo la Virgen María el día 5 de enero.
El mensaje a Iván lo confirmó el sacerdote de la parroquia Fr. Dominic M. Towey, y fue transmitido a Medjugorje Today por el asistente Gillian Reynolds.
Parte del público procedía de Estados Unidos, Italia e Inglaterra. El templo pudo acoger a todos aunque la gente estaba apretada como “sardinas en lata”, según otro reportero. Se sentía un “fabuloso espíritu de oración” durante el rosario que precedió a la aparición.
Iván dijo que la Virgen María estaba muy contenta durante la aparición y dijo: “su amor y alegría eran tan grandes que es como si tuviera una lágrima en uno de sus ojos”. La alegría se reflejó en el público que dijo haber tenido una “hermosa” y “emotiva” experiencia. Sin embargo, Iván estuvo serio durante su testimonio.
“Iván habló sobre como Nuestra Señora está siempre con nosotros pero añadió, que nos deberíamos preguntar si ¿estamos nosotros siempre con Ella? También dijo que Nuestra Señora no ha dicho nada “nuevo” y que a la gente que pregunta con frecuencia, hasta cuándo se aparecerá, etc. Dijo que, deberíamos preguntarnos más sobre lo mucho que vivimos lo que la Iglesia y nuestra fe nos ofrecen”, informa Gillian Reynolds.
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