Rosario.
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os he pedido tengáis paz en vuestro corazón. Hijitos Míos, os he pedido tengáis paz en vuestro corazón, no podréis hacer cosas buenas, cosas santas, dar buen ejemplo entre vuestros hermanos, si no existe ésa paz interior, ésa vida íntima que debéis tener Conmigo, vuestro Dios.
Mis pequeños, la paz que obtengáis de Mí, es la que va a normar vuestra vida, buscadla con ahínco Mis pequeños, defendedla contra todo aquello que esté a vuestro alrededor. El demonio, satanás, la serpiente antigua, siempre ha tratado de destruir la espiritualidad de Mis hijos, de Mis pequeños, de múltiples formas, causándoles problemas a su alrededor, ya sean familiares, ya sean sociales, ya sean en el mundo entero. Aquellos que han sabido entrar en su corazón, que Me tienen en su corazón, que ya adquirieron ésa paz interior, nada de lo exterior les va a afectar, cuentan Conmigo, saben que Yo estoy con ellos, saben que caminando Conmigo tendrán la fuerza inmensa, inconmensurable, para luchar contra ésas fuerzas satánicas que les quieren quitar ésa paz interior.
Manteneos, Mis pequeños así, en la paz, en Mi Paz, para que podáis vosotros guiar a vuestros hermanos cuando ellos hayan perdido ésa paz ó porque no la hayan sabido encontrar, vosotros deberéis ayudarles a encontrarla.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os he dicho que estáis entrando en el gran pecado de la normalidad, en el cual ya todo se ve normal. Hijitos Míos, ved a los niños cuando son pequeñitos, son transparentes, vosotros podréis predecir qué están pensando, qué hay en su interior, porque ésa vida espiritual que tienen de pequeñitos, ésa vida íntima en la que Yo todavía estoy presente en ellos, se transparenta, se vive y por eso es fácil, muy fácil enseñarles a los pequeñitos de Mi Presencia, de Mi Vida y de Mi Amor, porque todavía están en contacto Conmigo, tienen ésa semilla espiritual que vosotros debéis regar con la palabra y el ejemplo que se viva en el hogar.
Cuando Mi Hijo os decía “sed como niños”, es que tuvierais ésa transparencia, que mantuvierais ésa transparencia de pequeñitos, que ésa vida espiritual con la cual nacéis, se pudiera mantener toda la vida del ser humano.
Los verdaderos santos se van forjando desde pequeñitos, se mantiene ésa vida espiritual, es alimentada dentro de su hogar y después, cuando se tiene el uso de razón, ellos mismos van protegiendo ésa vida espiritual, ésa vida tan grande que Yo le doy a las almas... (Lenguas...), aprenden a diferenciar ésa vida íntima con la vida exterior. Desde ésa pequeña edad saben del valor que tiene Mi Presencia en su corazón, porque ya desde ésa edad han saboreado las mieles de Mi Amor, de la Mística Divina sin buscarla, simplemente recibiéndola como regalo.
Ellos aprenden a cuidarla, a respetarla, a hacerla crecer y transmitirla, ésa es la vida que debierais llevar todos vosotros, Mis pequeños, saber diferenciar entre la vida interior, Mi Presencia, Mi Sabiduría, Mi Conocimiento que todos debéis tener en vuestro interior y vuestra vida exterior, que es el ataque del mundo que quiere quitaros ésa vida interior. Os he dicho que satanás os quiere robar vuestra vida interior, porque es muy valiosa, él sabe lo que vale el Amor, lo que vale Mi Sabiduría, lo que es Mi Presencia en las almas. Debéis proteger a aquéllos que tengan ésa vida interior. Los ataques cada vez son más fuertes, las tentaciones más sutiles. Os he dicho que estáis entrando en el gran pecado de la normalidad, en el cual ya todo se ve normal, debéis cuidaros de ello, Mis pequeños. Cuando vivís en ésa vida interior, os dais perfectamente cuenta de que no hay tal normalidad en el exterior, en la sociedad, ésa normalidad se llama “pecado” y es el único nombre que se le puede dar. No os dejéis llevar por ello, Mis pequeños, mantened vuestra vida espiritual y así caminaréis por caminos seguros y podréis llevar también a otros por ésos caminos seguros que os darán la salvación eterna.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Si escogéis el buen alimento para vuestra alma, éste dará buen fruto. Ése Alimento Soy Yo. Hijitos Míos, todo aquello ó aquellos que están impregnados con Mi Amor, con Mi Presencia se vuelven bellos, no solamente a Mis Ojos, sino también a ojos de vuestros hermanos. Vuestro exterior puede no ser muy bello a ojos humanos, pero cuando os tratan vuestros hermanos, vuestro trato es agradable, es sencillo, es sabio, es amable, es lleno de virtud, porque Yo estoy en vosotros trabajando, estoy viviendo y Me trasparento a través de vosotros, Yo puedo hacer vida a través de vosotros, así era Mi trato entre los hombres cuando convivía entre vosotros. Mi trato era limpio, santo, bello, sabio, lleno de Milagro, lleno de Amor, lleno de virtud, a eso habéis sido llamados, Mis pequeños, todos vosotros. No es el exterior el que os va a dar vuestro valor, sino vuestro interior.
Vosotros conocéis vuestro interior y sabéis que necesita ser alimentado de una forma muy especial. Aún entre el alimento que tomáis para hacer crecer vuestro cuerpo, sabéis que hay diferentes calidades de alimentos, unos realmente os alimentarán y os harán crecer, otros solamente os darán energía y debéis balancear ése alimento para que tenga una vida sana vuestro cuerpo.
Así es con vuestra alma, también debéis alimentar vuestra alma, vuestro intelecto, vuestro interior con un buen alimento. Igual os podréis llenar de un alimento vano, un alimento que no os sirva, un alimento que no dará buenos frutos para vuestro crecimiento espiritual, pero si escogéis el buen alimento para vuestra alma, éste dará buen fruto. Ése Alimento Soy Yo, Mis pequeños, primeramente a través de la Sagrada Eucaristía, ése regalo tan grande que os dejé aquí en la Tierra y también el alimento de la oración, que es a través de ella que Yo Me comunico con el hombre, es ésa vida íntima, es ese coloquio íntimo que tenéis Conmigo, porque sabéis que Yo os conozco perfectamente y no Me podéis esconder nada. Ése es el coloquio que tiene Dios con el hombre en donde el hombre, en su alma, queda totalmente desnudo ante Dios, ante Mí, no Me podéis esconder nada, os conozco perfectamente y porque os conozco y si Me lo pedís, Yo os voy dando el alimento que cada uno de vosotros necesitáis.
Mis pequeños, manteneos en ésa humildad que necesitáis para que Yo Me pueda dar como Regalo totalmente a vosotros.
El pequeño, el niño pequeñito sabe que necesita alimentarse, cuando no sabe hablar, llora para llamar la atención y llora incesantemente hasta que se le da el alimento. ¡Cómo quisiera, Mis pequeños, que vosotros llorarais y os mantuvierais llorando para que Yo os llenara de Mi Alimento y así os diera ésa vida que se necesita para que podáis crecer de la mejor forma y con el mejor Alimento!
Sed humildes y sencillos y llorad, os pido Mis pequeños, que lloréis, que lloréis mucho para que Yo esté junto a vosotros alimentandoos.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Vuestra obligación es hacer que ésos tres, dos ó un talento se desarrollen a grado heroico y deis servicio a vuestros hermanos. Hijitos Míos, os quiero volver a prevenir del error en el que caéis comúnmente, que es el de la envidia y la envidia tanto por los bienes de éste mundo, como de los bienes espirituales.
Mis pequeños, os he dicho que nadie es mayor que otro, todos vosotros os necesitáis los unos a los otros para poder crecer, tanto en lo físico como en lo espiritual, para poder tener, tanto de lo material como de lo espiritual.
Simplemente ved, ved vuestra presencia física en la Tierra, ved a todos los que necesitáis para poder crecer y tener lo necesario. Necesitáis desde pequeñitos a vuestros padres, vais creciendo y necesitáis alimento y ése alimento es de diferente índole y así tendréis, al carnicero, al lechero, al granjero, etc., vais necesitando de todos ellos a través de vuestra vida y luego iréis, podríamos decir necesitando de las especialidades de cada alimento.
Son tantas y tantas cosas que necesitáis, las confecciones tan complejas, toda la gente involucrada en poder producir el alimento, hasta los condimentos, los envases, todo, Mis pequeños y si eso lo lleváis también al vestido, a los médicos, a todos aquéllos que os van ayudando durante vuestra vida, para que podáis crecer.
Podríamos decir que son cientos ó miles de personas que van cuidando a un individuo y eso no lo veis, Mis pequeños. Os sentís menos porque no tenéis lo que tienen vuestros hermanos, ellos a la vez, piensan también lo mismo. Pero aquél al que vosotros tenéis como ídolo ó como la persona, la cual quisierais ser, porque se os hace muy especial, ésa persona también necesita de vosotros, nunca quizá lo hayáis visto así. Él también tiene un don y ése don lo ha puesto a trabajar, ésa es la diferencia.
Realmente ésas personas que sobresalen, es porque se dieron cuenta del don que tenían, que, a la mejor era pequeñito, pero se pusieron a trabajar en él, lo hicieron grande y llegaron al grado heroico de ése don. Y es lo que veis vosotros, ése grado heroico, le sacaron provecho a su don, sobresalieron y vosotros idealizáis ello. Pero, Mis pequeños, daos cuenta que vosotros también tenéis otro don, que debéis hacer crecer, a grado heroico, ya sea para servir a vuestros hermanos, ya sea para dar conocimiento, ya sea para dar alimento, ya sea para vestir al prójimo, el don que sea, Mis pequeños, lo debéis hacer producir al máximo.
Tenéis la Parábola de los talentos, sí, a algunos se les dio tres, a otros dos, a otros uno, pero vuestra obligación es hacer que ésos tres, dos ó un talentos se desarrollen a grado heroico y deis servicio a vuestros hermanos con ellos, entonces no os fijaréis en el exterior, sino os fijaréis en el interior. Me estaréis pidiendo a Mí continuamente sabiduría, para poder hacer que vuestro don ó vuestros dones sirvan como deben de servir a vuestros hermanos. Concentraos en lo que tenéis, Mis pequeños y dad lo máximo que podáis dar a vuestros hermanos, si realmente lo hicierais así, todo caminaría perfecto en el mundo, todos se concentrarían en lo que tienen y darían a los demás lo que realmente son y realmente son porque Yo estoy con vosotros ayudándoos a engrandecer vuestro don ó vuestros dones, para que os ayudéis los unos a los otros y hacer de éste mundo nuevamente el Paraíso que tenían vuestros Primeros Padres.
Vosotros volveréis a crear ése Paraíso de ésta forma, concentrándoos en lo que tenéis y dando lo mejor de vosotros a vuestros hermanos, por el gusto hacia Mí, porque sabréis que Yo os voy a preguntar al final de vuestro tiempo “¿qué hicisteis con los dones que Yo os di para repartir a vuestros hermanos? y todos ellos deberán estar respaldados en el Amor”.
Así pues, Mis pequeños, lo que tengáis, reproducidlo y dadlo con amor a vuestros hermanos y mientras más deis, más recibiréis.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os vuelvo a repetir que estando Conmigo tendréis paz, armonía, crecimiento, vida verdadera. Hijitos Míos, ¿cuántas veces os he dicho que fuisteis creados para el bien?, pero buscáis el mal, os aventuráis en él, no os dais cuenta de que el final siempre va a ser desastroso. El bien siempre os va a dar seguridad, no tendréis ésas aventuras como os cuentan vuestros hermanos, que dicen gozar con ellas, pero ésas aventuras en el pecado siempre os van a dejar un resultado fatídico.
¿Qué os cuesta, Mis pequeños, vivir en el bien, hacer el bien, buscar en el bien para vuestros hermanos? Al adentraros al mal, gozaréis al principio, vuestro cuerpo gozará con los vicios, con la maldad, pero después veréis la realidad, ésa crudeza a donde os llevó satanás, sentiréis los estragos de ése pecado y de ésa maldad que cometisteis contra Mis Leyes, os aventuráis por caminos que no podéis controlar, Mis pequeños, os aventuráis para gozar un momento y luego tenderéis una penitencia larga y dolorosa.
¿Por qué tenéis que adentraros a ello, Mis pequeños?, Os vuelvo a repetir, que estando Conmigo tendréis paz, armonía, crecimiento, vida verdadera.
Yo os doy todo, ¿por qué no os mantenéis Conmigo?, os he dado a Mi Hijo, para que a través de las Enseñanzas y el ejemplo que os dejó, pudierais luchar contra las fuerzas de satanás, tomar de ahí toda ésa fuerza necesaria para luchar contra su poder, que es grande, contra vuestras fuerzas humanas pequeñitas.
Si buscáis lo de él, se os dará fácil, pero sufriréis mucho, si buscáis lo Mío, será difícil, porque lucharéis contra vuestra carnalidad, contra los vicios, contra la facilidad del mundo, pero vuestro gozo va a ser perdurable, eterno.
Escoged, Mis pequeños, buscad la Sabiduría y encontraréis la verdad que debéis seguir en vuestra vida.
No os hagáis tontos, os he dicho que a todos vosotros os gusta vivir bien, ser consentidos, que no os falte nada, el demonio os da aparentemente un bien al principio y luego sabréis que ése bien no era perdurable y os quitará muchísimo de Mi Bien, que es el de la Gracia. Rechazad cuanto ataque os venga del enemigo, porque no os va a dejar ni paz ni bien futuro. Buscad lo Mío, tomadle ése sabor a lo Divino y veréis cuán diferente creceréis y gozaréis con lo Mío.
La Sabiduría Santa os guiará, Mis pequeños, buscadla, pedidMela y ella va a normar vuestra vida y será segura, para vosotros y para vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños. |
martes, 15 de enero de 2013
Abr 18_06 En la sociedad, ésa normalidad se llama “pecado”.
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