02 DE MAYO DE 2013
09:11 HRS.
Mensaje de la Siempre Virgen María de Guadalupe para el mundo a través
de la Vidente y Profeta María de la Cruz en el Cenáculo de Oración por la
Salvación de las Almas “La Sagrada Familia”
Buenos días María de la Cruz.
Buenos días Madrecita linda.
Os voy a dejar estas reflexiones para el mundo, pequeña niña, para que
Mis Hijos, no duden de porque debéis de ir a confesaros, con los representantes
de Mi Hijo Jesús, su Justo Juez:
¿Qué es la confesión?, es presupuesto el examen y averiguación de los
pecados y tiene varios propósitos.
El
primer propósito, ha de ser, confesarlos todos enteramente, por más afrentosos que sean,
venciendo la vergüenza que os estorbare, diciéndose a sí mismo: “MAS VALE
VERGÜENZA EN CARA QUE MANCILLA EN CORAZON”. Si no padecieseis ahora esta
pequeña confusión, mayor la padecerás el día del juicio. Y pues Dios sabe bien
todas vuestras maldades, ¿qué mucho las sepa su Ministro, que en Su Nombre las
ha de perdonar?
Ea pues, da Gloria a Dios y confiésate, porque tu confesión no será como
la de Acán (Josué, 7, 1), para morir, sino como la de David, para vivir. Con
este ánimo es bien, como advierte San Buenaventura, comenzar la confesión por
el pecado que más vergüenza os causa; porque venciendo en el principio el mayor
de los enemigos, será fácil vencer a los demás, como vencido el gigante Goliat,
huyeron los Filisteos.
El
segundo propósito, ha de ser, manifestar vuestros pecados, “NO SOLAMENTE CON ENTEREZA,
SINO CON TODA LA HUMILDAD QUE PUDIERE”, haciendo una confesión de todos clara,
pura, sencilla, desnuda y bien intencionada, no excusando vuestros pecados ni
aligerándolos, no echando la culpa al prójimo, como Adán, ni al demonio, como
Eva, sino a sí mismo, como David, confesando su maldad contra mí (Ps. 31, 5;
24, 11) y diciendo que es muy grave. Pero también he de huir el extremo de
exagerar tanto mis culpas que parezca fingida confesión para ser honrado y tenido
por humilde, porque la vanagloria por muchas vías suele acometer
estas obras de humildad, buscando en ellas su honra.
El
tercer propósito, ha de ser, oír la reprehensión del confesor, “CON GRAN SILENCIO Y
HUMILDAD”, sin interrumpirle, aunque sea muy áspera, al modo que el Santo Rey
David oyó la terrible reprensión del Profeta Natán, reconociendo su
culpa y diciendo: “PEQUE CONTRA EL SEÑOR” (Sam., 12, 13), porque aquí se
verificará lo que dice el (Eclesiástico 32, 9): “OYE CALLANDO Y POR LA
REVERENCIA QUE EN ESTO MUESTRAS SE TE AÑADIRÁ BUENA GRACIA”. Y ¿qué gracia más
buena que la que aquí se os da, que es la gracia del mismo Dios?.
Para todo esto os ayudará a no mirar al Sacerdote como hombre, sino como
a lugarteniente de Dios y al mismo Dios en Él, respetándole con
reverencia interior y exterior, pues por esto quiso Su Majestad ,
que el confesor absolviese, no rogando por el perdón, sino mandando y
sentenciando como Dios, diciendo: “YO TE ABSUELVO”.
Os digo pequeños Míos, haced actos de satisfacción, porque habréis de
hacer un propósito muy eficaz, el de obedecer al confesor en todo lo
conveniente que os mandare, así para medicina de vuestras enfermedades
espirituales, como para satisfacer por las injurias que he hecho contra Dios,
“PORQUE JUSTO ES QUE EL ENFERMO OBEDEZCA AL MEDICO, en las cosas que son
necesarias para alcanzar la salud y para salir del peligro y ocasión cercana de
perderla. Y también “ES JUSTO QUE EL DEUDOR PAGUE LO QUE DEBE A SU ACREEDOR, LO
JUSTO”. Y pues Dios os quiere perdonar la culpa y mudar la pena
eterna en temporal, razón es animaros a recibir de buena manera la penitencia
que el confesor señalare para pagarla, diciendo como David (Ps., 37, 1):
“APAREJADO ESTOY PARA LOS CASTIGOS”, que merecéis por vuestros pecados y
vuestro dolor estará siempre con vosotros, “Y YO CONFESARE MI MALDAD” (Ps., 37,
19), y tendréis siempre cuidado de vuestro pecado, procurando que ni vuestra
memoria se olvide de él, ni vuestros ojos cesen de llorarle, ni vuestras manos
de castigarle hasta que del todo esté borrado.
Todo esto os ayudará a considerar la terrible penitencia que vuestro
Señor Jesucristo hizo en satisfacción de vuestros pecados.
¿Qué disciplina más rigurosa pudo ser que la de sus azotes?
¿Qué cilicio más áspero que las púas de sus espinas y las puntas agudas
de sus clavos?
¿Qué vigilia más penosa que la de la noche de Su Pasión?
¿Qué cama más dura que la de Su Cruz?
Y, ¿Qué ayuno más terrible que sufrir hambre y sed todo el día, y
después desayunarse con hiel y vinagre?
¡Oh alma Mía!, pues tanto padeció Mi Hijo Jesús, para satisfacer por los
pecados que no hizo; os invito a que cada uno padezca algo por los que
vosotros hicieron.
Os digo por su bien, haced frutos dignos de penitencia (Mt., 3, 8),
porque el árbol que no lleva tales frutos, como Mi Hijo Jesús, no tendrá parte
de vuestro Señor Jesucristo.
También os ayudará mucho la consideración de las penas del Purgatorio,
porque es grande locura no querer pagar la deuda hasta que el acreedor os
ejecute y eche en la cárcel con costas y décimas, pagando en el Purgatorio
con terribles penas lo que en esta vida podrías pagar con vuestras cortas
satisfacciones y con grandes provechos; porque es tanta la liberalidad de Dios,
que premia con nueva paga lo mismo que hago para pagar la deuda, galardonándose
con aumento de gracia y gloria.
Finalmente os digo , podríais hacer otro propósito muy eficaz
de enmendar la vida y no volver más a los pecados cometidos, porque si este
propósito faltare, la contrición sería fingida, la confesión, sacrílega, la
satisfacción, de poco provecho, y la absolución, de ningún efecto; porque no se
perdonan las culpas al que tiene propósito de volver a ellas.
Y aunque la culpa fuese venial, no será perdonada si no hay propósito de
enmendarse de ella.
Con este aparejo, conservando estos santos afectos y propósitos, podéis
llegar seguramente a este sacramento, poniendo por obra lo que llevéis
determinado, con deseo de renovar vuestra vida, y hacer una gran mudanza de
ella, imaginando que habla con vosotros aquello del Profeta Jeremías (31, 21):
“SUBETE SOBRE UNA ATALAYA, PON DELANTE DE TI TUS AMARGURAS”, llorando
amargamente tus pecados, “ENDEREZA TU CORAZON AL CAMINO DERECHO POR DONDE
SOLIAS ANDAR, PON TU CORAZON SOBRE TUS HOMBROS”, tomando con amor el yugo de la
obediencia para cumplir lo que Dios y Sus ministros te mandaren.
OS DEJO AHORA ESTA REFLEXION:
¡Oh alma mía!, pues esperas oír estas palabras de vida eterna, ¿Qué
mucho padezcas alguna vergüenza temporal? Muestra en la corrección humilde
arrepentimiento y quedarás libre del pecado voluntario (Eccli., 20, 4).
Descubre una vez tus pecados, pues ha Dios prometido olvidarse de ellos
(Ezech., 18, 22).
Os doy gracias a todo aquel Hijito Mío que medite estas palabras de
vuestra Madre María, pero más se alegrará Mi Corazón el que se aplique en ello.
También le dará inmensa alegría a Mi Hijo, vuestro Señor Jesucristo, porque
tendrán su mansión prometida, en el hermosísimo Cielo, si vosotros lograreis la
salvación de vuestra alma.
Con todo Mi amor para Mis pequeños niños de Mi Corazón Inmaculado,
vuestra Madre María, os bendigo:
+EN EL NOMBRE DE DIOS PADRE YAVHE,
+EN EL NOMBRE DE DIOS HIJO JESUCRISTO,
+EN EL NOMBRE DE DIOS ESPIRITU SANTO PARACLITO,
AMEN, AMEN, AMEN.
Aviso:
HERMANOS EN CRISTO,
HIJOS E HIJAS DE MARIA,POSTULANTES, GUERREROS Y CALCAÑARES:
Nuestra Santísima
Madre la Siempre Virgen María de Guadalupe a través de la Vidente y Profeta
María de la Cruz NOS HA HECHO LA SIGUIENTE INVITACIÓN el dia de ayer 3 de Mayo
de 2013 a las 10:00 p.m.
“OS
PIDO A TODOS MIS HIJOS A QUE ACUDAN A LOS CONFESIONARIOS A MAS TARDAR EL
PROXIMO DOMINGO (5 DE MAYO DE 2013) Y COMULGUEN EN LA MISA DOMINICAL, POR
FAVOR.”
En Verdad les digo
hermanos que nuestra Santa Madre sabe muy bien porque nos ha pedido
esto, seamos obedientes por nuestro propio bien y el de nuestra Alma.
Atentamente
Hermano José