viernes, 3 de mayo de 2013

Mensaje:02/MAY/2013-Maria de la Cruz



02 DE MAYO DE 2013
 09:11 HRS.

Mensaje de la Siempre Virgen María de Guadalupe para el mundo a través de la Vidente y Profeta María de la Cruz en el Cenáculo de Oración por la Salvación de las Almas “La Sagrada Familia”





Buenos días María de la Cruz.

Buenos días Madrecita linda.

Os voy a dejar estas reflexiones para el mundo, pequeña niña, para que Mis Hijos, no duden de porque debéis de ir a confesaros, con los representantes de Mi Hijo Jesús, su Justo Juez:

¿Qué es la confesión?, es presupuesto el examen y averiguación de los pecados y tiene varios propósitos.

 El primer propósito, ha de ser, confesarlos todos enteramente, por más afrentosos que sean, venciendo la vergüenza que os estorbare, diciéndose a sí mismo: “MAS VALE VERGÜENZA EN CARA QUE MANCILLA EN CORAZON”. Si no padecieseis ahora esta pequeña confusión, mayor la padecerás el día del juicio. Y pues Dios sabe bien todas vuestras maldades, ¿qué mucho las sepa su Ministro, que en Su Nombre las ha de perdonar?

Ea pues, da Gloria a Dios y confiésate, porque tu confesión no será como la de Acán (Josué, 7, 1), para morir, sino como la de David, para vivir. Con este ánimo es bien, como advierte San Buenaventura, comenzar la confesión por el pecado que más vergüenza os causa; porque venciendo en el principio el mayor de los enemigos, será fácil vencer a los demás, como vencido el gigante Goliat, huyeron los Filisteos.

El segundo propósito, ha de ser, manifestar vuestros pecados, “NO SOLAMENTE CON ENTEREZA, SINO CON TODA LA HUMILDAD QUE PUDIERE”, haciendo una confesión de todos clara, pura, sencilla, desnuda y bien intencionada, no excusando vuestros pecados ni aligerándolos, no echando la culpa al prójimo, como Adán, ni al demonio, como Eva, sino a sí mismo, como David, confesando su maldad contra mí (Ps. 31, 5; 24, 11) y diciendo que es muy grave. Pero también he de huir el extremo de exagerar tanto mis culpas que parezca fingida confesión para ser honrado y tenido por humilde, porque la vanagloria por  muchas vías suele acometer estas obras de humildad, buscando en ellas su honra.

El tercer propósito, ha de ser, oír la reprehensión del confesor, “CON GRAN SILENCIO Y HUMILDAD”, sin interrumpirle, aunque sea muy áspera, al modo que el Santo Rey David oyó la terrible reprensión del Profeta Natán, reconociendo  su culpa y diciendo: “PEQUE CONTRA EL SEÑOR” (Sam., 12, 13), porque aquí se verificará lo que dice el (Eclesiástico 32, 9): “OYE CALLANDO Y POR LA REVERENCIA QUE EN ESTO MUESTRAS SE TE AÑADIRÁ BUENA GRACIA”. Y ¿qué gracia más buena que la que aquí se os da, que es la gracia del mismo Dios?.

Para todo esto os ayudará a no mirar al Sacerdote como hombre, sino como a lugarteniente de Dios y al mismo Dios en Él, respetándole con reverencia  interior y exterior, pues por esto quiso Su Majestad , que el confesor absolviese, no rogando por el perdón, sino mandando y sentenciando como Dios, diciendo: “YO TE ABSUELVO”.

Os digo pequeños Míos, haced actos de satisfacción, porque habréis de hacer un propósito muy eficaz, el de obedecer al confesor en todo lo conveniente que os mandare, así para medicina de vuestras enfermedades espirituales, como para satisfacer por las injurias que he hecho contra Dios, “PORQUE JUSTO ES QUE EL ENFERMO OBEDEZCA AL MEDICO, en las cosas que son necesarias para alcanzar la salud y para salir del peligro y ocasión cercana de perderla. Y también “ES JUSTO QUE EL DEUDOR PAGUE LO QUE DEBE A SU ACREEDOR, LO JUSTO”. Y pues Dios os quiere perdonar  la culpa y mudar la pena eterna en temporal, razón es animaros a recibir de buena manera la penitencia que el confesor señalare para pagarla, diciendo como David (Ps., 37, 1): “APAREJADO ESTOY PARA LOS CASTIGOS”, que merecéis por vuestros pecados y vuestro dolor estará siempre con vosotros, “Y YO CONFESARE MI MALDAD” (Ps., 37, 19), y tendréis siempre cuidado de vuestro pecado, procurando que ni vuestra memoria se olvide de él, ni vuestros ojos cesen de llorarle, ni vuestras manos de castigarle hasta que del todo esté borrado.

Todo esto os ayudará a considerar la terrible penitencia que vuestro Señor Jesucristo hizo en satisfacción de vuestros pecados.

¿Qué disciplina más rigurosa pudo ser que la de sus azotes?

¿Qué cilicio más áspero que las púas de sus espinas y las puntas agudas de sus clavos?

¿Qué vigilia más penosa que la de la noche de Su Pasión?

¿Qué cama más dura que la de Su Cruz?

Y, ¿Qué ayuno más terrible que sufrir hambre y sed todo el día, y después desayunarse con hiel y vinagre?

¡Oh alma Mía!, pues tanto padeció Mi Hijo Jesús, para satisfacer por los pecados que no hizo; os invito a que cada uno padezca algo por los que vosotros  hicieron.

Os digo por su bien, haced frutos dignos de penitencia (Mt., 3, 8), porque el árbol que no lleva tales frutos, como Mi Hijo Jesús, no tendrá parte de vuestro Señor Jesucristo.

También os ayudará mucho la consideración de las penas del Purgatorio, porque es grande locura no querer pagar la deuda hasta que el acreedor os ejecute y eche en la cárcel con costas y décimas, pagando en el Purgatorio con terribles penas lo que en esta vida podrías pagar con vuestras cortas satisfacciones y con grandes provechos; porque es tanta la liberalidad de Dios, que premia con nueva paga lo mismo que hago para pagar la deuda, galardonándose con aumento de gracia y gloria. 

Finalmente os digo , podríais hacer otro propósito  muy eficaz de enmendar la vida y no volver más a los pecados cometidos, porque si este propósito faltare, la contrición sería fingida, la confesión, sacrílega, la satisfacción, de poco provecho, y la absolución, de ningún efecto; porque no se perdonan las culpas al que tiene propósito de volver a ellas.

Y aunque la culpa fuese venial, no será perdonada si no hay propósito de enmendarse de ella.

Con este aparejo, conservando estos santos afectos y propósitos, podéis llegar seguramente a este sacramento, poniendo por obra lo que llevéis determinado, con deseo de renovar vuestra vida, y hacer una gran mudanza de ella, imaginando que habla con vosotros aquello del Profeta Jeremías (31, 21): “SUBETE SOBRE UNA ATALAYA, PON DELANTE DE TI TUS AMARGURAS”, llorando amargamente tus pecados, “ENDEREZA TU CORAZON AL CAMINO DERECHO POR DONDE SOLIAS ANDAR, PON TU CORAZON SOBRE TUS HOMBROS”, tomando con amor el yugo de la obediencia para cumplir lo que Dios y Sus ministros te mandaren.

OS DEJO AHORA ESTA REFLEXION:

¡Oh alma mía!, pues esperas oír estas palabras de vida eterna, ¿Qué mucho padezcas alguna vergüenza temporal? Muestra en la corrección humilde arrepentimiento y quedarás libre del pecado voluntario (Eccli., 20, 4). Descubre una vez tus pecados, pues ha Dios prometido olvidarse de ellos (Ezech., 18, 22).

Os doy gracias a todo aquel Hijito Mío que medite estas palabras de vuestra Madre María, pero más se alegrará Mi Corazón el que se aplique en ello. También le dará inmensa alegría a Mi Hijo, vuestro Señor Jesucristo, porque tendrán su mansión prometida, en el hermosísimo Cielo, si vosotros lograreis la salvación de vuestra alma.

Con todo Mi amor para Mis pequeños niños de Mi Corazón Inmaculado, vuestra Madre María, os bendigo:

+EN EL NOMBRE DE DIOS PADRE YAVHE,

+EN EL NOMBRE DE DIOS HIJO JESUCRISTO,

+EN EL NOMBRE DE DIOS ESPIRITU SANTO PARACLITO,

AMEN, AMEN, AMEN.




Aviso:
HERMANOS EN CRISTO, HIJOS E HIJAS DE MARIA,POSTULANTES, GUERREROS Y CALCAÑARES:
Nuestra Santísima Madre la Siempre Virgen María de Guadalupe a través de la Vidente y Profeta María de la Cruz NOS HA HECHO LA SIGUIENTE INVITACIÓN el dia de ayer 3 de Mayo de 2013 a las 10:00 p.m.
“OS PIDO A TODOS MIS HIJOS A QUE ACUDAN A LOS CONFESIONARIOS A MAS TARDAR EL PROXIMO DOMINGO (5 DE MAYO DE 2013) Y COMULGUEN EN LA MISA DOMINICAL, POR FAVOR.”
En Verdad les digo hermanos que nuestra  Santa Madre sabe muy bien porque nos ha pedido esto, seamos obedientes por nuestro propio bien y el de nuestra Alma.
Atentamente
Hermano José


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