A SU HIJA AMADA LUZ DE MARÍA
12 DE MAYO 2010
Amadísimos de Mi Corazón Inmaculado:
UNA VEZ MÁS LES TRAIGO A LA MEMORIA MI AMOR POR CADA UNO DE LOS SERES HUMANOS.
Aún espero la Consagración de Rusia a Mi Corazón para evitar la Tercera Guerra Mundial. Pero han dejado de lado Mis pedidos que traerían el bien a todos, evitando el dolor de la humanidad.
La persecución de la Iglesia fiel a Mi Hijo, está recrudeciendo. Hay oposición a Mi Pedro de parte de quienes deberían mantener fidelidad, y esto presagia un enfrentamiento conocido y gestado por quienes, con el deseo de unificar a las iglesias del mundo, están tergiversando esta unidad mediante una máscara que el demonio ha utilizado para infiltrarse en el seno de la Iglesia y así socavar poco a poco su institucionalidad.
La masonería y tantas otras sectas unidas al comunismo han trazado fuertes estrategias en contra de la Iglesia de Mi Hijo, las que están dando su fruto contra Mi amado Benedicto XVI y culminarán en la ya anunciada persecución del Pueblo fiel y el establecimiento del sello del anticristo. Mi amado Pedro sufre y sufrirá. Su corazón sufrirá en Mi tierra: en Fátima le haré ver el dolor de lo venidero.
Sufro, sí, sufro por esos Mis hijos predilectos que no se apegan a las enseñanzas del Evangelio.
Sufro, sí, sufro por esos Mis hijos predilectos que llaman al Pueblo de Mi Hijo a no amarme, a olvidar que tienen una Madre que les ama.
Sufro por esos Mis hijos elegidos que niegan la existencia del infierno, para alentar el libertinaje y la firmeza del poder del demonio en la humanidad.
Sufro, sí, sufro por esos que atentan contra la Iglesia Católica a la que se deben y a la que se han consagrado.
Sufro, sí, sufro por todos ustedes Pueblo amado de Mi Hijo, porque se han entregado a toda clase de placeres e idolatrías.
Sufro por aquellos que profanan y profanarán grandemente el Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo.
Sufro por ustedes, que sin conciencia y aturdidos por las voces malignas contrarias a la Iglesia que Mi Hijo instituyó, correrán tras el gran usurpador y junto a él usurparán la Casa de Mi Hijo y la profanarán.
Sufro porque no Me han escuchado, porque han negado Mis llamados, sufro porque perseguirán a estas almas que Mi Hijo ha elegido para que en estos tiempos les participen la Palabra del Cielo.
Sufro por esta generación, idólatra de la pasión carnal, alejada del valor de la vida, entregada a los vicios y a la oscuridad; sufro por las modas desenfrenadas que desvirtúan la naturaleza del hombre y la mujer. Sufro porque Mis hijos están vacíos.
Se han invadido de oscuridad, la que pronto vendrá a llenar la tierra, y en ella los demonios se abalanzarán contra sus presas. Serán momentos de prueba para Mis hijos, de dolor para los que no han creído. La tierra será transformada, ya no será la misma.
NO LES HABLO DEL FINAL DEL MUNDO, LES LLAMO A USTEDES, HIJOS DE ESTA GENERACIÓN.
El comunismo se ha apoderado de una gran mayoría de países, como puntos estratégicos en todo el orbe, desde donde sigilosamente está planeando su entrada, para demostrar su poder.
Hijitos, DESPIERTEN, DESPIERTEN, que cuanto les He anunciado se está cumpliendo ante sus ojos sin que lo miren, negándolo rotundamente, por temor.
Aquí les traigo el arma con la cual He intercedido en todo tiempo: EL SANTO ROSARIO.
¡VAMOS, PUEBLO DE MI HIJO, CADA UNO CONSAGRE SU SER AL CORAZÓN DE MI HIJO Y A MI CORAZÓN!
Recen el Santo Rosario, Mis legiones de Ángeles están esperando el llamado de cada uno de ustedes para protegerles.
Pidan perdón por tanto pecado, arrepiéntanse, que la tarde cae.
Vivan como Mi Hijo les manda apegados a Su Palabra; enmiéndense y cambien de vida.
La Divina Misericordia no tiene límites, conviértanse.
¡VENGAN, PERMITAN QUE LES CONDUZCA A MI HIJO!
Su Madre que les ama.
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domingo, 16 de mayo de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
Os digo que ahora es tiempo de Mi Misericordia pero llegará también y no muy tarde Mi Justicia y, tendré que castigar a esta Humanidad perversa y peca
Yo, Jesús, os hablo. Hijos Míos que leéis Mis comunicados, que buscáis los mensajes para ver que digo, Yo os digo que ahora es tiempo de Mi Misericordia, pero llegará también y no muy tarde Mi Justicia y, tendré que castigar a esta Humanidad perversa y pecadora, a vosotros hijos Míos, que no queréis poner en practica Mis palabras, que pasáis de Mi Evangelio, que no vivís como verdaderos cristianos y con vuestras conductas indecentes y pecaminosas Me deshonráis y Me crucificáis una y otra vez.
Sí, hijos, sí, tendré que castigaros porque no enmendáis vuestras vidas y vivís encenagados en el pecado. ¡Que pena siento y que pena siente Mi Santa Madre de veros tan extraviados! Os damos mensajes, os avisamos, sentís en vuestro corazón el toque de Mi Santo Espíritu, pero no os esforzáis por cambiar de vida. Yo, Jesús, os hablo.
Ahora hijos Míos, es tiempo de Misericordia, Misericordia que prorrogo por amor a vosotros, pero llegará también el tiempo de la Justicia Divina y la cólera de Mi Padre Eterno nadie la podrá retener. Recordad el diluvio universal y como perecieron los hombres de entonces. Recordad Sodoma y Gomorra y como perecieron sus habitantes, así que hijos, tendrá Mi Padre que castigaros porque cada vez menos Me dais honor y gloria.
Pero no temáis vosotros ovejas de Mi rebaño que Me servís y vivís en amor hacia Mí. Yo Mismo os salvaré de la tribulación, y como se hizo con Abraham y su familia, también ahora se hará con quienes Me aman y Me son fieles en el gozo y en el dolor, porque no sería un Dios Justo si midiera a todos con la misma unidad, y si vosotros criaturas que sabéis valorar con justicia al que merece y al que no, Yo que Soy la Misma Justicia, también valoraré a quienes Me han sido fieles tanto en el bienestar como en la adversidad. Yo, Jesús, os hablo.
Habladme hijos Míos vosotros también a Mí. Habladme y contadme vuestros deseos, ilusiones o pesares, Yo lo puedo todo y quiero ser Vuestro Amigo Divino. A ti también te lo digo P. N.N. sacerdote de Dios, cuéntame tus penas y cárgalas sobre Mis Divinos Hombros, porque Yo las sobrellevaré por ti. Hijo no te desanimes, Yo Soy tu Maestro y Amigo, y estoy contigo, aunque a veces, no lo sientas o no lo parezca y te amo como no podrías sopesarlo.
Y a todos los que leen estos mensajes los amo e intercedo por ellos porque Yo Soy Vuestro Hermano Divino y Mi Padre es también Vuestro y Yo intercedo junto con Mi Santa Madre por todos vosotros. Yo, Jesús, os hablo. La paz de Mi Divino Corazón alcance a todo aquel de buena voluntad. Yo, Jesús, os hablo y os amo.
Sí, hijos, sí, tendré que castigaros porque no enmendáis vuestras vidas y vivís encenagados en el pecado. ¡Que pena siento y que pena siente Mi Santa Madre de veros tan extraviados! Os damos mensajes, os avisamos, sentís en vuestro corazón el toque de Mi Santo Espíritu, pero no os esforzáis por cambiar de vida. Yo, Jesús, os hablo.
Ahora hijos Míos, es tiempo de Misericordia, Misericordia que prorrogo por amor a vosotros, pero llegará también el tiempo de la Justicia Divina y la cólera de Mi Padre Eterno nadie la podrá retener. Recordad el diluvio universal y como perecieron los hombres de entonces. Recordad Sodoma y Gomorra y como perecieron sus habitantes, así que hijos, tendrá Mi Padre que castigaros porque cada vez menos Me dais honor y gloria.
Pero no temáis vosotros ovejas de Mi rebaño que Me servís y vivís en amor hacia Mí. Yo Mismo os salvaré de la tribulación, y como se hizo con Abraham y su familia, también ahora se hará con quienes Me aman y Me son fieles en el gozo y en el dolor, porque no sería un Dios Justo si midiera a todos con la misma unidad, y si vosotros criaturas que sabéis valorar con justicia al que merece y al que no, Yo que Soy la Misma Justicia, también valoraré a quienes Me han sido fieles tanto en el bienestar como en la adversidad. Yo, Jesús, os hablo.
Habladme hijos Míos vosotros también a Mí. Habladme y contadme vuestros deseos, ilusiones o pesares, Yo lo puedo todo y quiero ser Vuestro Amigo Divino. A ti también te lo digo P. N.N. sacerdote de Dios, cuéntame tus penas y cárgalas sobre Mis Divinos Hombros, porque Yo las sobrellevaré por ti. Hijo no te desanimes, Yo Soy tu Maestro y Amigo, y estoy contigo, aunque a veces, no lo sientas o no lo parezca y te amo como no podrías sopesarlo.
Y a todos los que leen estos mensajes los amo e intercedo por ellos porque Yo Soy Vuestro Hermano Divino y Mi Padre es también Vuestro y Yo intercedo junto con Mi Santa Madre por todos vosotros. Yo, Jesús, os hablo. La paz de Mi Divino Corazón alcance a todo aquel de buena voluntad. Yo, Jesús, os hablo y os amo.
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