jueves, 15 de noviembre de 2012

Mensaje de la Santísima Trinidad y la Santísima Virgen María a J. V. (Abril 06 del 2005)

Abr 06_05 Deberéis defender lo que se os ha dado desde el Principio... los Mandamientos.
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Rosario.

Mensaje de la Santísima Trinidad y la Santísima Virgen María a J. V.

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo: 
Hijitos Míos, desde antiguos Profetas que anunciaron Mi llegada a la Tierra, Mi Vida, Mi Nacimiento, Mi Predicación, Mi Pasión, Mi Muerte y Mi Resurrección, son Vida para todos vosotros. Cada una de Mis Palabras, el ejemplo que os dí, eso es Vida que tenéis que tomar para normar vuestra vida Cristiana.
Yo os dejé todo éste conocimiento, Mis Leyes, Mis Decretos de la Iglesia, institución Divina, no humana, como muchos quieren hacerla ver. Quieren ver los errores que existen en Mi Iglesia, cuando realmente es una institución Divina. Ciertamente hay errores, porque el hombre, en su pequeñez, en su indiferencia, en su maldad, siempre se va a tratar de aprovechar de todo aquello dónde pueda haber poder, dónde pueda haber autoridad, dónde él pueda temer a sus pues a algunos o a muchos de sus hermanos. Desgraciadamente, la soberbia existirá hasta el fin del mundo.
Pero lo que quiero haceros notar es la institución Divina que debéis cuidar, que debéis proteger contra las fuerzas del mal.
Es obvio que algo que es atacado, es porque vale o porque puede hacer daño. La envidia, la soberbia existirá hasta el fin del mundo.
Pero lo que quiero haceros notar es la institución Divina que debéis cuidar, que debéis proteger contra las fuerzas del mal.
Es obvio que algo que es atacado, es porque vale o porque puede hacer daño. La envidia, la soberbia, puede ser una causa de ataque, cuando se ve que alguien tiene alfo superior de lo que uno posee.
Aquí, el ataque contra Mi Iglesia, son básicamente las fuerzas del mal, estáis en el mundo para trabajar para Mi Obra.
Os he pedido ser otros Cristos y al ser otros Cristos necesariamente debéis ser atacados por las fuerzas del mal. Si os mantenéis bajo Mis Mandamientos, bajo Mis enseñanzas, bajo el Amor que Yo os vine a dar, el demonio, la serpiente antigua, que conoce Mi Vida, que conoce Mis enseñanzas, que Me conoce como Dios desde el Principio, en su gran soberbia, en su gran envidia, quiere destruir todo aquellos que Yo os dí, todo aquellos que Yo Creé, todo aquello que os pueda dar Vida, todo aquellos que le pueda quitar poder.
Cuando Yo llegué a la Tierra, ahí empezó su destrucción, porque traje la Luz, Luz al mundo. Cuando se vivía en tinieblas, cuando todo estaba a merced de las fuerzas del mal, aunque se tenía la Palabra de Dios, de Mi Padre, dada a través de los Profetas, eran pocos, muy pocos los que seguían éstas enseñanzas.
Siempre los superiores, los que mandaban en el pueblo Judío, por su soberbia, mantuvieron a su pueblo bajo sus pies, no había hermandad, no había respeto, era traición a si propio pueblo.
Al venir Yo, como Mesías, conociendo lo que ellos sabían de las Escrituras, pero al Yo ponerlas en práctica, cuando ellos solamente las manipulaban para aprovecharse de su mismo pueblo, Yo los puse en evidencia, hice ver el error en el que estaban actuando, los avergoncé ante el pueblo y ellos empezarán a atacarme, porque ellos estaban con el mal.
Esta es la gran lucha del demonio, satanás, atacando Mi Presencia en éste mundo. Quisieron destruirme en la Cruz, más no pudieron. Dejé Mi Iglesia y dejé Mi Poder en ella para seguir dando Vida, para seguir dando Luz en las tinieblas y él sigue atacando y sigue atacando a todos aquellos que se han mantenido bajo Mi Luz, bajo Mi Verdad, bajo Mis Enseñanzas.
En éstos tiempos de tribulación él se aprovechará para seguir atacando lo que es Mío, a través de ésos traidores del pueblo Judío. Seguirán causando mal, pero nunca van a poder destruir lo que es institución Divina, porque Yo, vuestro Dios, siempre Seré Amo y Señor de todo lo Creado y el demonio es creatura y siempre estará bajo Mis Pies.
Mi preocupación, Mis pequeños, sois todos vosotros, él fácilmente os puede engañar porque fácilmente os separáis de Mis Leyes, de Mi Guía Amorosa, de Mi protección Divina. Queréis caminar entre las tinieblas y no podéis, Mis pequeños, no podéis.
Él sigue atacando a Mi Iglesia y a los que están en ella, porque sabe el valor que tiene, porque sabe que Mi Presencia Viva está ahí y así como Me atacó en Mi Vida, en Mi Vida pública, lo sigue haciendo ahora, porque él reconoce y sabe que Yo Estoy ahí. Esto es una Verdad que vosotros habéis olvidado.
El vivir en Mi y trabajar para Mi, da protección a las almas y debilita su reino. Mi Presencia en la Tierra, a través de la Sagrada Eucaristía, todavía le quita poder. Los Sacramentos, las enseñanzas, Mi Presencia Viva entre vosotros, le sigue molestando y él ataca porque sabe que ahí Estoy en medio de su poderío del mal. Es el  príncipe de éste mundo, más no el Rey Supremo, como lo Soy Yo.  
Mis pequeños, os digo todo esto para que estéis pendientes de los sucesos que se darán. Ésos esbirros del mal seguirán atacando la Institución Divina, seguirán queriendo destruir Mi Presencia entre vosotros, querrán seguir destruyendo a todos aquellos que se han vuelto nuevos Cristos.
Manteneos firmes, Mis pequeños, el que esté Conmigo, nada ni nadie podrá venceros.
Deberéis defender lo que se os ha dado desde el Principio, lo que Mi Padre dio para toda la Eternidad en los Mandamientos.
Deberéis defender Mi Iglesia, porque es vuestra también. Yo os vine a dar ésa Vida y ésa Vida deberéis defender.
Deberéis luchar por vuestros intereses, que son Mis intereses. Deberéis luchar sin armas, deberéis luchar con el Amor, con las Virtudes, con la vida en la Gracia, con los Sacramentos. Esa es la Vida Divina que Yo os vine a enseñar, Yo nunca tomé un arma para defenderme y cuando alguien la tomó para defenderme, recibió un regaño.
Al estar Conmigo, Mis pequeños, deberéis transmitir ésa vida espiritual, la Paz y el Amor que Yo os vine a enseñar. Luchad para que vuestra voz sea escuchada cuando os traten de quitar aquello que Yo os dí, que es Divino. Que no os quiten lo que pertenece a vuestro Dios y que os den en cambio pecado, libertinaje, vida fácil.
El hombre necesita estar bajo leyes, pero Leyes de Amor, Leyes de libertad, Leyes de crecimiento, Leyes que os den Vida. Yo no encadeno, Yo os doy libertad, el que viene a Mí, viene en total libertad y con amor.
En cambio el demonio, siempre os va a encadenar, os va a quitar la libertad, os va a engañar, nunca os dará Luz y os va a llevar a la destrucción de todo vuestro ser.
Sed Luz, Mis pequeños, entre las tinieblas, sed vida entre aquellos que hayan muerto al pecado. Sed enseñanza contra todo aquello que os quita la Sabiduría.
PedidMe, Mis pequeños, pedidMe todo aquello que necesitéis y no temáis, que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, estaré con cada uno de vosotros. Sois Cristos y el Cielo está con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos el hombre, el hombre en su necedad humana, os iba a decir en su sabiduría humana, pero ya Hablar de sabiduría implica un grado alto de sapiencia, que el hombre cuando actúa en su necedad, no tiene, ataca a Mis Leyes como si fuera superior a Mi, se pone al tú por tú Conmigo, vuestro Dios y Creador, habla, dice, vocifera, con palabras satánicas, contra Mis Mandamientos, haciéndoos creer que son obsoletas Mis Leyes y Mis Mandamientos y eso equivaldría a decir que Yo, vuestro Dios, en Mi Perfección, Me equivoqué.
Vosotros vivís en el tiempo, Yo Vivo en la Eternidad. Cuando Yo os dí Mis Leyes y Decretos, los Mandamientos que dí para toda la humanidad, os los dí en la Eternidad, no solamente para vuestro tiempo.
EL hombre en su necedad y que ha caído en su necedad, por escuchar al que es Mi enemigo, trata de hacer ver que todo aquello que Yo os pedí, ya no sirve para éstos tiempos, porque ya crecisteis, porque ya sois modernos, porque veis al Pueblo antiguo con menos crecimiento tecnológico, os basáis nada más en el crecimiento humano, los veis atrasados y por eso creéis que, cuando se dio todo lo que pedí en el Principio, ya no es para ésta generación con sus avances científicos, porque vuestras capacidades son mayores, vuestros estudios son de alto grado, os creéis superiores a los pueblos antiguos por tecnología, más no por Sabiduría.
Mi Sabiduría ha existido siempre, aún en aquellas almas que no tenían conocimiento de tecnología. Mi Sabiduría se ha dado siempre para la mejora de Mi Pueblo. El que ha escuchado, él que ha seguido lo que Yo os he pedido, Mis Leyes son Leyes de Vida, son Leyes de crecimiento, son Leyes de superación espiritual, no son obsoletas y de ésta forma, al caer vosotros en la mentira del demonio, queréis hacer vuestras propias leyes para vuestro tiempo, leyes que, si meditáis con honestidad, veréis que os están llevando a la depravación y a la destrucción espiritual, muy contrarias a lo que Yo os pido en los Mandamientos.
Mi Leyes, Mis Mandamientos son de Vida. Os vuelvo a repetir, el hombre en su soberbia, en su egoísmo, en su libertinaje, en su tontería, por escuchar las insidias del mal, se deja destruir.
Yo, aún bajo Mis Leyes, os doy libertad, al seguirlas, mantenéis la libertad, y es una libertad que os llevará a la perfección.
Las leyes que queréis crear vosotros, bajo el conocimiento de la maldad, bajo la guía de la maldad, ni os van a dar libertad, ni os van a dar crecimiento. Os llevarán a la muerte espiritual, os llevarán al vicio, a la corrupción, como la que estáis viviendo ya en estos tiempos.
Sed honestos, Mis pequeños, con vosotros mismos, ya no necesitáis escuchar a ésos falsos guías de Mi Iglesia, a ésos falsos príncipes de la Iglesia, porque ya habéis aceptado de corazón la falsedad del demonio y ved ahora cómo estáis viviendo, a lo que ya estáis padeciendo, a lo que ya habéis aceptado.
Mis pequeños, si no os mantenéis en la Luz, si no os mantenéis en la Verdad, seguiréis cayendo, os seguiréis poniendo en contra de Mi Palabra, de Mis Leyes, de Mi Amor y de Mi Justicia. Mi Justicia tiene que llevarse a cabo, Yo no puedo soportar que el hombre, en su necedad, en su insolencia, se ponga en contra de su Dios, en contra del Amor.
Mi Amor os creó, os dí todo lo necesario para gozar, no solamente os dí un mundo bello, sino un Universo extraordinario para que lo gozarais y ahora, ¿así Me pagáis? Por eso, os repito, Yo no puedo soportar ya la insolencia del hombre, porque en su libertad, escogió seguir al mal.
Escogisteis servir a Mi enemigo y no puedo compartir Mis bienes con aquellos que Me traicionan. Los bienes creados y Mi Amor Divino, son para Mi hijos fieles, para Mis hijos que, a pesar de vivir en la obscuridad han luchado por encontrar la Luz y al encontrarla, la han seguido. Para ellos es el Regalo y así tendrá que ser.
Mi Justa Justicia caerá sobre aquellos que Me han traicionado. Os he dado muchas oportunidades para regresar al buen camino, para encontrar la Luz de la Verdad y han preferido mantenerse en el error, en la falsedad, en el egoísmo, en el pecado. Pero aun así, Mis pequeños, os pido que oréis por ellos, levantadlos con el Amor que ya habéis encontrado en vuestro corazón, que es Mi Amor. Abristeis las puertas de vuestro corazón y ahora Mi Amor actúa en vosotros y Mi Amor es Perdón, es Misericordia, es comprensión y es el compartir Mis bienes con vuestros hermanos, levantadlos, traedMelos nuevamente, orad y llorad por ellos, para que encuentren otra vez el camino de regreso.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla la Santísima Virgen María. 
Hijitos Míos, Soy la Gran Sierva del Señor, María Santísima. Yo, Madre vuestra, vengo a recordaros en Mis Apariciones, las Enseñanzas de Nuestro Dios. Las Enseñanzas de Mi Padre en el Antiguo Testamento, las Enseñanzas de Mi Hijo en el Nuevo Testamento, las Enseñanzas y el Amor de Mi Esposo, para el presente y para el futuro.
Yo Soy Mensajera, Yo Soy Pequeña, Yo Soy Guía y se me ha dado la Luz para que Yo os pueda llevar en éstos tiempos de obscuridad.
Yo, como Madre vuestra, con ése Amor tan grande, con ése Amor Materno, con que Me ha dotado Mi Dios, en Su Santísima Trinidad, Yo lo he puesto a disposición del hombre.
Sigo buscándoos, sigo tomándoos de la mano, sigo provocando vuestro cambio a través de Mis Apariciones, a través del recordatorio de las enseñanzas, a través de Mi Iglesia.
Mis pequeños, como Madre vuestra, os quiero llevar a una superioridad espiritual para que alcancéis ése conocimiento Divino, en donde primeramente veréis vuestra pequeñez, como Yo he visto la Mía, y al ver vuestra pequeñez, por medio de ésa Sabiduría, os pondréis a los pues de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad y así al reconoceros pequeñitos, mediante la Humildad Santa, recibiréis grandes Dones, Dones para servir. Porque mientras más se tiene del Amor de Nuestro Dios, más necesidad hay en el alma para repartir de ésa Vida Divina.
Cuando se tiene en el alma de ésa Presencia Divina, se goza, Mis pequeños, se goza infinitamente y el Amor no es egoísta, el Amor, cuando es Verdadero, cuando es Santo, desea dar, desea compartir, desea llevar a sus hermanos a ésos niveles de gozo y de Santidad, asó como os quiero llevar a vosotros, porque Yo estoy llena del Gozo de Nuestro Dios, es una necesidad Divina, es una necesidad el compartir.
Dejaos, Mis pequeños, que Yo os lleve hasta ésos niveles Santos del Gozo Divino. Pedid la Humildad, pedid ésa donación total de vuestro ser a la Voluntad del Padre, en Su Santísima Trinidad y dejaos hacer por Su Gracia a través de Mi, vuestra Madre.
No os podéis imaginar, Mis pequeños, el gozo tan grande, el gozo tan Santo que obtendréis por ello, por vuestra donación.
Por eso os explicaba, que, el seguir las Leyes de Nuestro Dios, no son imposición, no os quitan la libertad, porque el Amor, cuando lo tenéis en pleno, es dinámico, es Vida Santa, es crecimiento y os llena tanto, os satisface, son torrentes exuberantes, que no podéis detener, y el alma tiene ésa necesidad de transmitir, de compartir. Son cascada, cascadas Misericordiosas, cascadas Divinas que recibe el alma y es muy pequeña para detener todo ése  potencial y necesariamente comparte, para que no se desperdicie.
Por eso, aquel que ama verdaderamente, inmediatamente transmite lo que se le ha dado gratuitamente. Son torrentes de Amor, cuando el alma se abre hacia su Dios.
¡Cuantas bellezas desperdicia el hombre por esa falta de confianza! ¡Por ésa falsa sabiduría humana!, al crear vuestras propias ideas, desperdiciáis la Sabiduría Divina, que os lleva a recibir la inmensidad del Cielo, que es el Poder Divino, todo Su Amor en vosotros.
Por eso, el hombre que ha entendido esto, vive éxtasis de Amor. En el éxtasis, el alma tiene que salir del cuerpo, para gozar los infinitos Dones de su Dios, porque el cuerpo no soportaría tanta belleza, tanto pode de Amor. El cuerpo quiere morir, morir a éste mundo, para que las potencias del alma se satisfagan. Cuando se os ha pedido ésa vida interior, ésa oración interior, es para que entréis en ése éxtasis amoroso, para que vuestra alma goce de las delicias de Nuestro Dios, que vuestra alma salga, por momentos, de vuestro cuerpo y goce infinitamente lo que vuestro Dios y vuestro Padre os quiere dar.
Por eso, Mi Esposo os pedía que debierais soltaros a Él, al cambio que os quiere dar, en cuerpo y alma, para estos tiempos que vendrán, para que vuestro cuerpo y alma unidos, puedan gozar éste éxtasis de Amor. Cuando Mi Hijo éste entre vosotros, dejaos hacer por Él, dejadMe llevaros hacia Él, para que gocéis, Mis pequeños, y así vuestra vida ya desde ahora sea un éxtasis de Amor y lo podáis compartir con vuestros hermanos.
Dejad que vuestra alma suba, suba hasta vuestro Dios, dejaos consentir por vuestro Dios, dejaos que os llene de Su Amor, como Me ha tenido a Mí, Su Hija por siempre. Desde que fui Creada, sigo viviendo éxtasis Infinitos del Amor de Mi Dios, Su Trinidad Perfecta en Mí, y a pesar de Mi Vida sobre la Tierra, Mi Vida era un completo éxtasis.
Os quiero compartir éstas bellezas, Mis pequeños, dejaos, dejaos mover por vuestro Dios Espíritu Santo, como Me movió a Mí, Su Esposa, Su Pequeña, Su Sierva.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla la Santísima Trinidad. 
Hijitos Míos, os fije en las Escrituras, que el hombre habla de lo que en su corazón existe, de lo que está lleno su corazón. Pero también os digo ahora, que el hombre percibe, también, de acuerdo a con lo que tiene en su corazón.
En estos tiempos de contrariedad, en éstos tiempos difíciles en los que estáis viviendo y los que se os avecinan, el hombre que vive en Dios, el hombre que está con Nosotros, aquellos en los cuales Nosotros somos lo primero en su corazón, a pesar de que todo les sea adverso, podrán apreciar el Amor, la Misericordia, la Vida, de su Dios en medio de los acontecimientos, cuando para los que no viven con su Dios, que viven en una destrucción espiritual dentro de su corazón también verán con sus ojos, con su mente y con su corazón, solamente la destrucción que los rodea.
Enseñadles a vuestros hermanos que deberán ver Mi Misericordia y Mi Amor en todo lo que suceda. Yo quiero vuestra Salvación, Yo quiero vuestra vida y no vuestra muerte, Yo os quiero junto a Mí de regreso.
Enseñadles que Yo estaré en todo momento, esperándolos, ayudándoles, ayudándoles a ganar nuevamente ésa Vida, llevándoles nuevamente hacia la Luz del Conocimiento, hacia el Amor, no solamente de corazón, sino el Amor que se vive, que se transmite, que se comparte.
Ayudadles a ver en estos momentos de obscuridad, para que no necesiten de ayuda externa, sino que Me busquen a Mí en su corazón y al tenerMe a Mí, podrán caminar con seguridad y podrán apreciar Mi Obra Salvadora alrededor de los acontecimientos que se os darán.
Aquellos que ya viven en Mí, vivirán en Santa Paz, a pesar de que haya destrucción, que haya lucha, que haya guerra, que haya persecución, que haya muerte. El alma que vive en Mí, se mantendrá así, en seguridad, en Amor, en un Amor que protege, en un Amor que sana, en un Amor que eleva al alma, en ésa seguridad que da la Paz de vivir unida a Su Dios, sabiendo que estando con su Dios, tiene todo. Mantened Mi Presencia en vosotros, Mis pequeños, y no os dejéis llevar por los acontecimientos externos. Por eso la oración profunda, por eso Mi Presencia, en primer lugar en vuestro corazón, llevará a ésa seguridad de vivir entre vuestros hermanos sin tener preocupaciones, porque Yo velaré constantemente por vosotros.
Mi Paz quede con vosotros y que Mi Amor os cubra, os proteja, os satisfaga y os lleve a ése éxtasis de Amor, que solamente Yo os puedo dar.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre. 
Hijitos Míos, el odio, el rencor, la mentira, la maldad, la venganza, todo, todo eso negativo que puede aceptar el corazón del hombre, pero que también lo puede rechazar, todo eso es como un virus destructivo, se mete en el corazón y a veces es muy difícil de erradicar.
La soberbia, siendo la madre de todo ése pecado, de toda la maldad que puede entrar en el corazón del hombre, deberéis tratar de evitarla.
Todos, todos vosotros en algún momento de vuestra vida podéis caer, las tentaciones están siempre al acecho, el demonio siempre os tratará de tentar para que vuestra alma se destruya, se corrompa. Siendo el bien Divino, que os dio vuestro Dios, el bien Eterno que poseéis, cuando no os protegéis con todo lo que se os ha dicho, pero primeramente con el amor y con la humildad, entonces perdéis y desperdiciáis las potencialidades que el contiene.
El alma, cuando está en presencia de su Dios, cuando vive en constante presencia y movimiento a la moción de su Dios, tiene potencialidades tremendas. Por eso el demonio, constantemente os está atacando, os está proveyendo de pecado, de tentación, de maldad, para que no dejéis que vuestra alma alcance ésas potencialidades.
Al deciros Yo, vuestro Dios, que el Reino de Dios lo tenéis en vuestro corazón, quería también deciros que eso, las Potencias del Reino de Dios habitan en vosotros, pero no os lo digo para que os envanezcáis, sino para que las uséis en vuestro corazón. Al tener ésas Potencias, pero unidas al Amor, es cuando podéis hacer grandes cosas, grandes Milagros para la ayuda de vuestros hermanos.
Dejad con la Humildad y con el Amor que vuestras Potencias se liberen, para que podáis ser verdaderos hijos de vuestro Dios, compartiendo de sus tesoros Divinos con vuestros hermanos.
Os repito, el Reino de Dios habita en vosotros y Sus Potencias también, pero no son vuestras, recordadlo para que no caigáis en soberbia. Vosotros no las podéis manejar, sino solamente actuando dentro de la Humildad y el Amor. No os apropiéis de lo que no es vuestro, se os dan para que ayudéis, no para que os envanezcáis y así, mientras más crezcáis, más pequeños debéis ser para servir a vuestros hermanos y para ayudarles a crecer.
Un alma soberbia, no permite el crecimiento en sus hermanos, porque no soportaría que alguien estuviera más arriba que ellos.
El alma sencilla, el alma humilde, el alma que vive en el Amor, que sabe ser sierva, ayudará a crecer a sus hermanos y a elevarlos aún a niveles más altos de los que tenga ella y en eso se gozará, en elevar a los demás, en ver la superioridad a dónde los ha llevado y ahí radicará su premio, de cómo usó de las Potencias que se le dieron para ayudar a sus hermanos a crecer en el Amor, en la Sabiduría, en la Ciencia, en las Potencias del Espíritu Santo que fluyeran a través de ella.
Y así las almas sencillas, humildes, amorosas, son las que estarán más cerca de Mí en el Reino de los Cielos. Son las almas más queridas de Mi Corazón, son las almas transparentes en las que Yo Me puedo mostrar en totalidad.
DejadMe, dejadMe daros Mis Capacidades, dejaos hacer por vuestro Dios. Vivid en ésa Humildad, en ésa sencillez, para que podáis ser instrumentos, para que vuestros hermanos crezcan a través vuestro.
Gracias, Mis pequeños.


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