jueves, 22 de noviembre de 2012

Mensaje de Dios Padre a J.V. - Abril 11 del 2005

Abr 11_05 El don de la vida y el pecado de omisión grave que es el desperdiciar el Tiempo de Dios.ImprimirE-Mail
Rosario.

Temas:
  • El don de la vida y el pecado de omisión grave el desperdiciar el Tiempo de Dios.
  • Urgencia en despertar a vuestra alma, ella es la que tiene que actuar en vuestra misión sobre la Tierra.
  • No coquetear nada con la serpiente, no podéis controlar vuestra vida y el tiempo, creéis que podréis sacarle provecho a la vida y luego al Cielo.
  • El Cielo está muy pendiente de lo que acontece en la Tierra y lo que acontece en la vida de cada uno de los hombres.
  • Apatía del hombre ante las Apariciones de la Virgen y el compromiso con Dios desde la concepción del hombre.

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, La Santísima Trinidad y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre. 
Sobre: El don de la vida y el pecado de omisión grave que es el desperdiciar el Tiempo de Dios.
Hijitos Míos, podréis decir que muchas son las necesidades que tenéis en ésta vida. Podréis hacer una lista innumerable de cosas que necesitáis desde pequeños.
Ciertamente, vuestro cuerpo necesita cosas, alimentos, cuidados, pero hay muchos de vosotros que os mantenéis así toda vuestra vida, buscando cosas para pasarla bien aquí en la vida.
El don de la vida es más sublime que esto, Mis pequeños, el don de la vida es un don espiritual, es un don de crecimiento en vuestra alma. Es un momento de la eternidad que Yo os concedo para venir a servirMe, para que vosotros podáis hacer algo grande por vuestro Dios.
El don de la vida, va a ser el momento que os uniréis a Mi Vida, vida en Cristo.
El alma vive gozando, goza realmente la Vida de Dios, pero cuando venís a la Tierra, venís a vivir la Vida de Cristo, vuestro Salvador. Os emparentáis con Él, trabajáis para Él, servís a vuestros hermanos para alcanzarles Gracia, Gloria y Salvación.
El don de la vida, es un don grande, Mis pequeños, que os engrandecerá a vosotros mismos al final del tiempo que Yo os conceda.
Por eso, os vuelvo a repetir, que no desperdiciéis el tiempo de vuestra vida, que es Mi Tiempo. Cada minuto, cada segundo desperdiciados, podríais haber salvado a un alma, podríais haber dado un buen ejemplo, podríais haber educado a alguno de vuestros hermanos, podríais haber hecho algo bueno para lo Gloria de vuestro Dios, podríais haber crecido vosotros mismos con el estudio de Mi Vida, podríais, podríais, podríais, ¡Cuántos en vosotros se queda así, el podría haber yo hecho! llegáis al final de vuestra vida con ese “podría haber...” y no lo hicisteis.
Ese es el tiempo perdido que una gran mayoría de almas no aprovechan y regresan a Mí, arrepentidos. Cubrís Mi tiempo con infinidad de cosas de vuestros intereses, de vuestro exterior, en recopilar  cosas del mundo, en vivir bien, pero para vuestra alma y para vuestros hermanos, especialmente para Mí, no hicisteis gran cosa.
Ese pecado de omisión es muy grave, Mis pequeños, porque fue Mi Tiempo el que desperdiciasteis y que os afectará eternamente, para bien ó para mal.
Estad muy pendientes, Mis pequeños de esto.
Le dais más importancia a otras cosas, os confesáis de muchas otras cosas, de  las cosas que cometisteis que fueron malas, pero no os arrepentís, no os confesáis ni meditáis de lo que debisteis haber hecho para vuestro Dios para los bienes del Cielo  y esto es muy grave, Mis pequeños, meditad en ello. 
Os Amo, reparad el camino, os Amo.

 

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Urgencia en despertar a vuestra alma, ella es la que tiene que actuar en vuestra misión sobre la Tierra.

Hijitos Míos, en éstos tiempos, que es vuestro tiempo, que es vuestro oportunidad de servir a vuestro Dios, debéis de Evangelizar, más que con la palabra, con el ejemplo de vida, debéis ser otros Cristos, en donde, primeramente mováis a vuestros hermanos por el ejemplo que deis y ya que vean ellos que os comportáis como un verdadero Cristo,  entonces vuestra palabra deberá reafirmar lo que habéis hecho con las obras.
Mis pequeños, ya se os ha dicho que, para llegar a esto, deberéis negaros a vosotros mismos. Es difícil para el hombre, cuando está sujeto al pecado, cuando está sujeto a la desgracia del pecado, el luchar contra vuestro “yo” implica mucha humildad y ése gran deseo de superación para llegar a la perfección que Yo os vine a enseñar. Vosotros solos no podréis superaros, no podréis crecer en la Gracia si no contáis Conmigo, si no contáis con la Trinidad.
Es difícil para el hombre separarse de las cosas del mundo, se le hacen muy atractivas, necesarias para su vida y así se va llenando de mucho lastre, lastre que no le permite negarse a sí mismo. No estoy pidiendo, necesariamente, vivir como pobres, ó vivir como limosneros, sucios, desprotegidos, os estoy pidiendo vivir como si no necesitarais de ello.
Sé que vuestro cuerpo es vuestro vehículo que os llevará a dónde Yo quiera, a dónde Yo necesite para que cumpláis vuestra misión. Vuestro cuerpo debe estar cuidado, debe estar sano, debe estar bien alimentado.
Yo a lo que Me refiero, es que no le deis excesos, que venzan a vuestra alma, vuestra alma siempre debe de estar sobre vuestro cuerpo, debe vencer a sus inclinaciones, debe llevaros a ésos altos grados del sacrificio humano.

El alma, estará bajo Mi Amparo, os dará ésa Fuerza para superaros, para vencer las insidias del mal.
Aquellos que viven en el abandono a su cuerpo, se vuelven perezosos, tímidos, se les quita el deseo de servir a su Dios, porque ya tienen todo lo que su cuerpo pide y hacen que el alma entre en un sueño profundo.
No, Mis pequeños, debéis despertar a vuestra alma, ella es la que tiene que actuar en vuestra misión sobre la Tierra. ¡Despertadla!, ¡Activadla! ¡Llevadla a que actúe por medio de la Fe y el Amor! No seáis perezosos para los bienes del Cielo, levantaos, caminad y llevad a vuestra alma a dónde Yo os indique, estáis aquí para servirMe, no para servir a vuestro cuerpo y olvidar los bienes de vuestra alma.
Venid, caminad Conmigo,  tomad Mi Mano, escuchad Mis Consejos y Mis enseñanzas, démoslas a vuestros hermanos, convirtamos a vuestros hermanos, levantemos a vuestros hermanos, santifiquemos a vuestros hermanos, vayamos juntos en misión, Mis pequeños, así, tomados de la mano y vosotros, tomando de Mí  todo lo necesario para ser santos, como Yo Soy el Santo de los Santos.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No coquetear nada con la serpiente, no podéis controlar vuestra vida y el tiempo, creéis que podréis sacarle provecho a la vida y luego al Cielo.
Hijitos Míos, si se os dice en las Escrituras que, el demonio y el pecado, es como el león rugiente que os está acechando en todo momento y que esto es una realidad, debéis protegeros, debéis estar pendientes de ello, como si realmente tuvierais junto a vosotros a ése león.
Si fuerais sabios, Mis pequeños, no os acercaríais a ése león, os destrozaría en momentos.
El pecado es peor, Mis pequeños, destroza vuestro cuerpo, destroza vuestra alma y vuestro espíritu, es lo que va a vivir eternamente.
Mis pequeños, coqueteáis mucho con la serpiente, coqueteáis mucho con ése león perverso, creéis que podéis controlar vuestra vida y el tiempo, creéis que podréis sacarle provecho a la vida y luego al Cielo, y os he dicho que no penséis así, Mis pequeños, que aquél que  vive en la mentira y en el error, así morirá.
Mis pequeños, debéis estar más pendientes con lo que hacéis, con la vida que se os dio. Estáis coqueteando con la serpiente y ella os va a hacer caer. Ved cómo ha hecho caer a la humanidad a través de los siglos.
El hombre, al querer aprovechar lo que el demonio le da, se desvía, se desvía de Mis Leyes, se desvía de su misión y no conforme con eso, desvía también a sus hermanos y así, en vez de ir levantando, vais destruyendo.
Meditad por unos momentos qué vais a hacer ante Mí, cuando Yo os tome cuentas de vuestro proceder humano, de vuestra misión, en dónde no solamente pecasteis de omisión al no ayudar a vuestros hermanos a llegar a Mí, sino que impedisteis Mi obra  destruyendo la espiritualidad de vuestros hermanos. Sed sinceros con vosotros mismos y sabréis qué os tocará, cómo seréis juzgados.
Mis pequeños, el Fin de los Tiempos está más cerca de lo que os imagináis, el fin del tiempo de cada alma, también. Recapitulad vuestra vida, presentádMela y dejadMe a Mí ayudaros, si tenéis el interés y la humildad para ello.
El pecado es grave al no transmitir, al no dejar vivir a vuestros hermanos en Mi Gracia. Meditad, Mis pequeños, que el castigo va a ser eterno. No estamos jugando, no es tiempo de juegos, Mis pequeños, ya no sois niños.
Se os ha dado un crecimiento espiritual, vine a la Tierra para dároslo, si no quisisteis tomarlo, si renegasteis a ello, ése es vuestro pecado y tendréis que dar cuenta de ello.
Debéis tomar más en serio vuestra vida y vuestra misión, se os dará la oportunidad de ello, Mi Misericordia es grande, pero Mi Justicia también.
Reparad antes de que sea muy tarde, estáis jugando con la eternidad. Meditad, Mis pequeños, y sed honestos con vosotros mismos.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla La Santísima Trinidad.
Sobre: El Cielo está muy pendiente de lo que acontece en la Tierra y lo que acontece en la vida de cada uno de los hombres.
Hijitos Míos, os he dicho que vuestra Familia del Cielo, se deberá unir a la familia de la Tierra. Todos vuestros antepasados, aunque no sean en línea directa, todos los que consideráis muertos y que realmente están vivos en el Reino de los Cielos, son vuestros hermanos de misión y a ellos también podréis invocar en los momentos en que os encontréis luchando, ó aún en cualquier momento de vuestra vida, especialmente si se distinguieron en alguna Virtud y queréis ésa Virtud para vosotros, ellos pueden interceder por vosotros para tenerla.
No os apartéis de vuestra Familia, os están atendiendo, están intercediendo por vosotros, también os guían a través de su oración. El Cielo está muy pendiente de lo que acontece en la Tierra, lo que acontece en la vida de cada uno de vosotros y ellos conocen ya, cuál era la real misión que debiera llevar cada alma sobre la Tierra y por eso se vuelven intercesores vuestros, para que podáis llevar a cabo lo más perfectamente posible vuestra misión.
Unid junto con ellos, al Cielo con la Tierra, la santidad del Cielo con la santidad que deberéis producir vosotros en la Tierra y así poco a poco, se irá erradicando el mal en el mundo.
Esto es tarea de todas las almas, que unidas a Mi Trinidad debemos lograr, sois familia y deberéis restaurar vuestro hogar.
Os doy ésta tarea, Mis pequeños, para que luchéis en reparar vuestro hogar y lo regreséis a ésa santidad en la que fue Creada y así la gozaréis más y viviréis eternamente agradecidos a vuestro Dios de que Yo os haya dado la oportunidad de renovar vuestra Casa y de renovar a toda la Creación.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Apatía del hombre ante las Apariciones de la Virgen y el compromiso con Dios desde la concepción del hombre.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María.
Mis pequeños, la humanidad pronto va a ser examinada. Vais a pasar por momentos difíciles. Pronto tendréis que dar parte a vuestro Dios de vuestros actos.
Mis pequeños, será el tiempo de la decisión definitiva, ó estáis con vuestro Dios ó estáis en contra de Él.
Me duele, Mis pequeños, hablaros de esto, pero ya es tanto el dolor con el que atacáis a vuestro Dios, que se ha vuelto ya, muy doloroso, nauseabundo el hedor que viene de la Tierra.
Mis pequeños, es injusto lo que le hacéis a vuestro Dios, que es todo Amor. Quise presentarMe Yo, ante vosotros y deciros esto, porque vuestro Dios, Mi Dios, en Su Santísima Trinidad, están muy dolidos de ver la respuesta del hombre, la falta de respeto y amor hacia Él.
Realmente estáis tratando a vuestro Dios, como si fuera el truhán, el asesino y el malvado que debió de haber sido crucificado en lugar de Mi Hijo, cuando Él es todo Amor, cuando Él ha visto por vosotros y por toda la humanidad, desde el Principio de los Tiempos.  Siempre tratándoos con Amor, con el deseo de regresaros, con el deseo de vivificaros y vosotros realmente, habéis respondido como verdaderos asesinos contra Él.
Es injusto, Mis pequeños, tratar al Amor con odio y con desprecio.
Si entre enemigos, entre asesinos, se respetan, se cuidan uno al otro, aunque a veces hay traición entre ellos, vosotros, que habéis sido cuidados por vuestro Dios, os mantenéis así con Él, a la reserva, a ver qué me pide, ó qué Me quita, cómo me hará sufrir. Estáis esperando solamente maldad de vuestro Dios, cuando Él os provee de todo, cuando Él os ha dado todo para que os encaminéis por caminos de Verdad, de Justicia y Amor.
Él os vino a dar la Luz, a través de Su Hijo, Él os ha dado el Espíritu Santo, Él os ha dado Su Vida entera y, ¿Qué habéis hecho vosotros, Mis pequeños, después de éstos dos mil años, en los cuales Él esperaba que la humanidad creciera después de haber entendido lo que Él necesitaba de cada uno de vosotros, después de haber venido a dar Su Alimento, Su Vida? ¿Qué habéis hecho con ello, Mis pequeños?
Habéis despreciado todo y seguís igual que en el pasado, antes de que Él viniera, os ha importado muy poco todo lo que Él hizo por vosotros.
Mis pequeños, entended, es vuestro Dios, es vuestro Padre, es vuestro Creador, Él es la Vida que tenéis en vosotros, es la Redención que Él ganó por vosotros y seguís despreciándolo, os mantenéis en vuestro pecado. Habéis desperdiciado tanto, Mis pequeños. En la Justicia, esto se paga, Mis pequeños. No es amenaza de vuestra Madre, es el Dolor de Corazón de vuestra Madre, cuando Yo quería llevaros, presentaros, ante vuestro Dios, orgullosa de tener hijos a la altura del Amor, una Madre se siente halagada cuando presenta sus hijos ante sociedad y sus hijos son virtuosos, son obedientes, son estudiosos. Una madre se siente bien, se siente orgullosa, de que las demás personas, vean en sus hijos ése trabajo espiritual, ésa dedicación cultural que puso en ellos.
Vergüenza Me da, Mis pequeños, presentaros a muchos de vosotros, ante Mi Padre. ¿Qué puedo presentar Yo de bueno de vosotros ante Él?
Lloro, Mis pequeños, lloro, de ver el estado de vuestra alma y lo peor de todo, es que tuvisteis la educación, tuvisteis la guía y preferisteis manteneros así, en vuestro error y en vuestro pecado, causándole dolor a vuestro Dios.
Lloro, Mis pequeños, por ésta vergüenza en la que estoy, porque no puedo sentirMe orgullosa de una gran cantidad de vosotros, Mis pequeños. Se Me dio la Espiritualidad Maternal a los pies de la Cruz. Luché, por conseguir vuestro cambio, al igual que Mi Hijo. Infinidad de Apariciones Mías alrededor del mundo para mover vuestros corazones, para reeducaros y qué dolor también Me causáis, se movieron vuestros corazones por breves momentos y preferisteis seguir en la apatía, gozando de los bienes del mundo y olvidando vuestro compromiso  que adquiristeis con vuestro Dios en el momento de vuestra concepción.
Sed honestos con vosotros mismos y sabréis qué os espera para la Eternidad, porque el que niega a su Dios en ésta vida, Él también os negará en la otra.
Misericordia se os ha dado y ahora viene el tiempo de la Justicia. Justa Justicia por el que ha sido Bueno, el que os dio todo y recibió mal de sus hijos.
Lloro, Mis pequeños, porque muchos de vosotros estaréis en la condenación Eterna.
Sí, lloro como Madre, porque Yo, hubiera querido, con todas Mis Fuerzas y con todo lo que hice, haberos podido salvar y vuestra libertad la encadenasteis a Mi enemigo, a satanás.
Ahora, que si quisisteis hacer con él vuestra vida, se realizará vuestro deseo y  para toda la Eternidad. El hombre es dueño de sus actos y ahora, vuestros actos serán vuestros propios jueces.
Mi dolor es grande, Mis pequeños, Mi dolor es grande, al ver vuestra alma perdida por toda la Eternidad.
Todavía hay tiempo, todavía hay Misericordia, reparad.
Estáis ya en el límite, el tiempo ya se terminó, estáis en el límite, aprovechadlo, reparad.
Gracias, Mis pequeños.

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