jueves, 20 de septiembre de 2012

Advertencia a: quienes se creen poderosos en la Tierra y a los sacerdotes de Su Iglesia.

Sep 06_12 Advertencia a: quienes se creen poderosos en la Tierra y a los sacerdotes de Su Iglesia.

Rosario vespertino

  • Mis pequeños, no escatiméis en daros a vuestros hermanos, estáis en la Tierra para cumplir con una misión de Amor.
  • Dejad pues ya las preocupaciones del mundo y preocupaos más por lo que Yo Me preocupo, que es por la salvación de las almas y de todos los tiempos.
  • Pronto veréis vuestra realidad ante Mis Ojos, veréis vuestro Juicio, se os dará una oportunidad de arrepentimiento, os lo aviso desde ahora.
  • ¡Ay! de Mi Iglesia, cómo la habéis pisoteado muchos de vosotros, que fuisteis escogidos para ser ministros de Ella.
  • Benditas seáis, todas vosotras, almas buenas, porque vuestra santificación es un hecho y pronto os llamaré, para que gocéis eternamente el regalo que está reservado para vosotras.

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Mis pequeños, no escatiméis en daros a vuestros hermanos, estáis en la Tierra para cumplir con una misión de Amor.
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Dios, vosotros sois Mis hijos, sois Mis creaturas y os he creado para que vosotros pudierais dar servicio de amor a vuestros hermanos. Habéis sido enviados a la Tierra para llevar el Amor del Reino de los Cielos. Estáis rodeados de Bien y de mal, pero vosotros, ¿en qué situación estáis, Mis pequeños? ¿Estáis Conmigo en el Bien o estáis en el mal con satanás?
Mis pequeños, vosotros debéis seguir las Enseñanzas de Mi Hijo, que son de Vida, que son de Amor. Vosotros vinisteis para servirMe, y deberéis estar siempre dispuestos a recibir Mis Órdenes de Amor, como las recibió Mi Hijo Jesucristo.
Yo no presiono vuestra voluntad, Yo os pido, de Corazón, Me sirváis, para que vuestro servicio dé frutos de salvación, primeramente, para vosotros mismos y, posteriormente, para vuestros hermanos, porque vosotros no podéis dar lo que no tenéis y si no tenéis en vosotros Mi Amor y Mis Enseñanzas, no las podéis dar a vuestros hermanos, por eso os digo que debéis primeramente estar llenos de Mí y, al estar llenos de Mí, vuestra salvación está segura pero, el Amor, como os he dicho también, es dinámico y si vosotros realmente estáis enamorados de Mi Amor, deberéis de dar a vuestros hermanos ése Amor que Yo os doy en forma descomunal cuando vosotros abrís vuestro corazón.
Mis pequeños, no escatiméis en daros a vuestros hermanos, estáis en la Tierra para cumplir con una misión de Amor. Mi Hijo os dio el ejemplo, todos Sus momentos eran de Donación para vuestra salvación. Él murió por cada uno de vosotros, Él se dio en totalidad por cada uno de vosotros, daos pues, Mis pequeños, por cada uno de vuestros hermanos. Que todo aquel que se acerque a vosotros reciba amor, el amor que vosotros debéis ya llevar en vuestro corazón y que vosotros debéis dar a vuestros hermanos. Si os llenáis de Mí, fácilmente Me podréis dar a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Dejad pues ya las preocupaciones del mundo y preocupaos más por lo que Yo Me preocupo, que es por la salvación de las almas y de todos los tiempos.
Hijitos Míos, cuando os he pedido que os adentréis en Mí, es para que vosotros os deis cuenta de Mi Pensar, de Mi Vivir. Ciertamente, no seréis dioses, pero os dejo que vosotros entendáis, aunque sea ligeramente, la problemática de pecado en la que vive la humanidad y lo mucho que vosotros podéis hacer para resolver éste dolor que llega a Mí, por cómo vosotros actuáis sobre la Tierra.
Mis pequeños, mucha maldad os está rodeando, y más en éstos tiempos, en que ya se verá el ataque fortísimo de satanás. Si vosotros no venís a Mí y os protegéis con Mi Gracia y con Mi Amor, fácilmente podréis ser vencidos por la maldad de satanás.
Ciertamente, hay grupos de oración alrededor del mundo y, ciertamente, también, son atacados fuertemente por satanás, porque él sabe que cuando vosotros os donáis totalmente a Mí, vuestra oración, vuestra vida sobre la Tierra, le causa mucho mal a satanás, porque vosotros ayudáis a que muchas almas se conviertan y se salven y por eso satanás ataca fuertemente a todos aquellos que oran de corazón, pero más a aquellos que, como os he pedido, entren en Mi Corazón, para que conozcan mejor la problemática que se vive en todo el mundo y, ésta problemática, es precisamente el pecado en el que vosotros estáis rodeados y en el que continuamente caéis todos vosotros, en mayor o en menor grado.
Cuando vosotros entendáis, aunque sea ligeramente, el dolor que Me causan vuestros pecados, sufriréis junto Conmigo y es cuando os volveréis ésos Cristos que os he pedido seáis porque, Mi Hijo, al estar sobre la Tierra, vivía y sentía, sentía vuestra maldad, sentía vuestra traición, sentía vuestro olvido a Mis Leyes y a Mi Amor y por eso, continuamente oraba. Oraba de día y de noche por todos vosotros para que los pecados no os ahogaran y para que hubiera en vuestro corazón ésa luz de arrepentimiento y regresarais a Mí.
Si vosotros os adentráis a Mi Corazón, entenderéis que solamente a través de vuestra donación de corazón, podréis hacer algo por vuestros hermanos.
Ciertamente, es una obligación de amor salvar a vuestros hermanos con vuestra vida espiritual, con vuestra donación, con vuestro ejemplo, con vuestra entrega total a Mí, como la tuvo Mi Hijo hacia Mí, por el bien de todos vosotros.
No os imagináis, Mis pequeños, el gozo que Me dais cuando vosotros os entregáis a Mí y dejáis que Mi Voluntad trabaje en vosotros, y a esto le tiene mucho miedo satanás, él no quiere que las almas se entreguen totalmente a Mí porque, entonces, éstas almas le van a quitar muchas almas que están ya en posibilidad de su condenación eterna.
Mis pequeños, sed ésos Cristos que necesito seáis, pero que vuestra oración, que vuestros actos, que vuestra vida, salga desde lo más profundo de Mi Corazón, porque vosotros ya debéis estar ahí, en lo profundo de Mi Corazón. Olvidaos de las cosas del mundo, adentraos en Mi Vida, y en Mis necesidades, que sois todos vosotros, que es vuestra salvación y vuestra vida eterna.
Ya os he dicho que Yo veré por vuestras necesidades materiales y especialmente de las espirituales, pero si vosotros le estáis dando la primacía a vuestra vida material y estáis poniendo en segundo plano vuestra vida espiritual, vuestro crecimiento espiritual será difícil y, sobre todo, vuestra oración, prácticamente estéril.
Dejad pues ya las preocupaciones del mundo y preocupaos más por lo que Yo Me preocupo, que es por la salvación de las almas y de todos los tiempos.
SalvadMe almas, Mis pequeños, os lo pidió también Mi Hijo en la Cruz. SalvadMe almas para su bien y, necesariamente, en ésta salvación por la que os donéis, también vuestra alma será salvada. Daos, daos, Mis pequeños, como Mi Hijo os dio y Yo os daré lo que Le he dado Yo a Él, que es una Vida de Cielo, que Él, siendo Dios, se la merece y vosotros, por ser Mis hijos, también os la merecéis.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Pronto veréis vuestra realidad ante Mis Ojos, veréis vuestro Juicio, se os dará una oportunidad de arrepentimiento, os lo aviso desde ahora.
Hijitos Míos, os digo que ¡Ay!, de aquellos, que buscando los bienes de la Tierra, han pisoteado la honra de vuestros hermanos. ¡Ay!, de aquellos que por llenarse de muchos bienes, les han quitado hasta lo más necesario, para sobrevivir, a vuestros hermanos. ¡Ay!, de aquellos que viviendo en la opulencia y buscándola a toda costa, le han quitado el pan a los pequeños. ¡Ay!, de aquellos que viviendo en el mal, aprovechándose  de la pequeñez de sus hermanos, porque no se pueden defender, se aprovechan a tal grado de ellos, que los humillan y hasta los destrozan, humanamente hablando, ¡Ay!, de aquellos que les han quitado la dignidad a sus hermanos, al grado de llevarlos a la mendicidad, porque con maldad y con trucos humanos les arrebatan sus bienes.
Os aseguro, Mis pequeños, que aquellos que han actuado en éstas injusticias y en muchas más, sufrirán grandemente su pecado, pagarán con mucho dolor el mal que han causado a sus semejantes.
Yo, vuestro Dios, lo Prometo y os lo aseguro, que éstas almas tendrán su castigo, porque os debisteis haber tratado como hermanos los unos a los otros, ya que las capacidades que Yo os di a algunos, eran para el bien de todos y os aprovechasteis de ésas capacidades para enriqueceros y poner a trabajar a vuestros hermanos, solamente para vuestro bien personal y humillarlos y quitarles sus bienes o pagárselos a muy bajos precios, mientras que vosotros, os enriquecíais injustamente.
¡Pobres de vosotros, hijos Míos!, que os llenasteis del mal de satanás, que trabajasteis para él y que tratasteis de destruir Mi Obra sobre la Tierra, que no quisisteis seguir Mis Leyes, Mis Decretos, Mi Amor, las Enseñanzas que Yo os di a través de Mi Hijo Jesucristo. Hicisteis a un lado todo lo que era alimento para el alma y dejasteis que satanás destruyera vuestro interior, vuestro corazón y de vuestra mente.
¡Ay!, de aquellos que se aprovecharon de vuestros hermanos y que solamente buscaron el bien propio y el de vuestras familias y amistades y pisoteasteis a vuestros hermanos, que por su pequeñez y bondad, no se pudieron defender.
Habéis permitido que la maldad creciera en vosotros y en los vuestros. Creísteis que vuestro poderío económico, político, os iba a llevar a tener una posesión eterna, y ¡Ay!, de vosotros, porque fallasteis, porque errasteis vuestro camino y os daréis cuenta que eso que buscasteis, será para vosotros, tierra y roca que os enterrarán en los Infiernos.
Buscasteis maldad y la maldad os ahogará, no habéis buscado el bien y lo que pudisteis haber hecho con los puestos altos que Yo permití tuvierais, no lo quisisteis aprovechar para vuestro bien y el de los vuestros.
Cuando Yo permito que alguno de vosotros tenga un puesto alto, especial entre vosotros, entre los pueblos, es para que os ayudéis, es para que deis vuestras capacidades para el bien de vuestros hermanos y no para que os aprovechéis de ellos.
No habéis entendido vosotros, los que actuáis en el mal, que seguís siendo estirpe de satanás, que, a través de los siglos, en lugar de mejorar e ir hacia el bien, os habéis mantenido en la obscuridad y haciendo el mal. Obrasteis en el mal y lo hicisteis crecer y ése mal os aplastará, porque así obra satanás, vosotros lo hacéis crecer y él os aplasta, en lugar de agradeceros.
Muchos de vosotros, los poderosos, los que os creéis poderosos en la Tierra, pronto veréis vuestra realidad ante Mis Ojos, veréis vuestro Juicio, se os dará una oportunidad de arrepentimiento, os lo aviso desde ahora, para que cuando suceda, sepáis que Yo, vuestro Dios, os había advertido de ésta oportunidad para evitar vuestra condenación eterna, pero si os mantenéis en vuestro error, obtendréis lo que habréis escogido, que fue el no querer vivir en Mi Amor y en Mis Enseñanzas. Maldad escogisteis, maldad tendréis eternamente, os lo aseguro.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: ¡Ay! de Mi Iglesia, cómo la habéis pisoteado muchos de vosotros, que fuisteis escogidos para ser ministros de Ella.
¡Ay!, hijos Míos, ministros de Mi Iglesia, Soy Jesús, vuestro Salvador, vuestro Maestro, vuestro Guía.
Mi Iglesia, ¡Ay! de Mi Iglesia, cómo la habéis pisoteado muchos de vosotros, que fuisteis escogidos para ser ministros de Ella. Fuisteis llamados a la vida, y se os dio una Gracia especial de ser sacerdotes, de ser ministros, de ser ejemplo ante vuestros hermanos. El ser sacerdotes os confiere una Gracia especial, un don especial, que debéis compartir con vuestros hermanos.
Vuestra posición sobre la Tierra es altísima, ser sacerdote de Mi Iglesia, es una bendición muy grande para un alma. Pero cuántos de vosotros, almas escogidas, habéis desperdiciado todas las Gracias y Bendiciones que pudieron haber caído sobre vosotros, para que las repartierais a vuestros hermanos. Cuántos de vosotros habéis pisoteado Mis Enseñanzas, Enseñanzas de Vida. Cuántos de vosotros, en lugar de haber sido faro de salvación, faro que debiera dar luz en las tinieblas que rodean al mundo, fuisteis todo lo contrario y en lugar de ser luz, fuisteis también tinieblas y llevasteis al error a muchos hermanos vuestros.
¡Ay!, de aquellos ministros de Mi Iglesia que en vez de salvar almas, con su mal ejemplo, con sus palabras malintencionadas, con enseñanzas muy diferentes a las que tenéis en las Sagradas Escrituras, llevasteis a muchas almas al error y, con ello, hasta a la condenación eterna. Pagaréis fuertemente por todas las almas a las cuales condenasteis por vuestro mal ejemplo, por vuestras malas enseñanzas, por vuestro desamor hacia Mí, vuestro Dios.
¡Ay! de vosotros, malos ministros, que en lugar de ser ésa luz de salvación entre vuestros hermanos, los llevasteis a una obscuridad más profunda, que aquella en la que ya vivían.
¡Ay!, de vosotros que por vuestro mal ejemplo hicisteis que se apartaran de Mi Iglesia y buscaran otros tipos de espiritualidades muy diferentes a lo que Yo quiero para las almas.
¡Ay! de aquellos, que en lugar de vivir para un crecimiento espiritual propio y para el de vuestros hermanos, os dedicasteis a atesorar bienes de la Tierra y, de ésta forma, le quitasteis al pobre lo que le correspondía, porque no compartisteis de los bienes que Mi Iglesia tenía.
¡Ay! de vosotros, que vivís en el pecado de la carne, que buscáis lo que no debéis buscar, porque, con ello, dais un mal ejemplo y vuestra alma se llena de pecado y, sobre todo, porque desperdiciáis Mi Bien del sacerdocio que Yo os he conferido.
¡Arrepentíos!, en estos últimos momentos que os quedan antes del gran momento de la Purificación, porque cuando estéis ante Mí, vuestro Dios y Señor, querréis que los montes os aplasten para que no veáis Mi Ira y Mi castigo caer sobre vosotros. Ya no sois faros de salvación, ya no sois faros que dan luz en las tinieblas, ya no sois Vida para las almas, os dejasteis vencer por satanás, no cuidasteis el Tesoro tan grande que Yo os pedí cuidarais y que os comprometisteis a hacerlo.
Permití que cuidarais el Tesoro más grande que existe sobre la Tierra, que es Mi Iglesia y sus Sacramentos y vosotros los habéis pisoteado, habéis jugado con ellos, habéis desobedecido lo que os he pedido. Pero sobre todo, vuestro mal ejemplo hizo que muchas almas se apartaran de Mí y eso lo pagaréis fuertemente, de Mí no escaparéis, Mi Ira caerá sobre vosotros, porque vuestro puesto en el sacerdocio, en el ser ministros era para salvación y no para perdición de las almas.
Mucha maldad habéis propagado, vuestra burla ha sido grande contra Mí y os repito, Mi Ira caerá sobre vosotros y no sabréis dónde esconderos para no verme a los Ojos. Me habéis causado mucho dolor, habéis causado mucho dolor a vuestros hermanos, no habéis sido ejemplo digno de ser Mis servidores y servidores de vuestros hermanos al ser ministros de Mi Iglesia. Os dolerá mucho haberMe ofendido a tal grado. Llorad pues vuestros pecados, antes de que Mi Ira caiga sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Benditas seáis, todas vosotras, almas buenas, porque vuestra santificación es un hecho y pronto os llamaré, para que gocéis eternamente el regalo que está reservado para vosotras.
Benditas seáis vosotras, las almas buenas, las almas que buscaron su santificación, a través de una vida sana, buena, de buen ejemplo, de donación.
Mis pequeños, vosotros fuisteis obedientes a Mis Enseñanzas, a pesar de vivir entre la obscuridad, os mantuvisteis en la Luz que provenía de Mí, vuestro Dios. Ciertamente, caíais y caísteis muchas veces a lo largo de vuestra vida, pero fueron enseñanzas que os fueron mostrando vuestra debilidad y que, ésta debilidad, os ayudó a apartar de vosotros todo aquello malo que os hacía caer y que os hacía ofenderMe.
Ciertamente, sois débiles, sois pequeños, pero escogisteis el camino de la Luz, que Soy Yo, vuestro Dios, os quisisteis mantener en la Verdad y no aceptar la mentira en vuestra vida, en vuestro ser.
Mis pequeños, os mantuvisteis en la bondad aunque, en momentos, dejasteis que la maldad entrara en vosotros pero, al permitir que entrara y que Yo permití que la vivierais en algún momento, os ayudó a despreciarla, porque no os sentíais a gusto de vivir en la maldad y regresabais hacia el Bien.
Gracias, Mis pequeñas almas, benditas seréis por siempre, porque el bien creció en vosotros, vivisteis para Mi Bien, despreciabais el mal que os rodea y el que tanto os llamaba, a través de vuestros hermanos caídos. Luchasteis contra ésa maldad, a pesar de que os llamaba, tentaciones fuertes tuvisteis y quizá caísteis alguna vez, o muchas, pero os levantasteis, buscando Mi Gracia, buscando Mi Vida, buscando Mi Luz, buscando Mi Amor.
Benditas vosotras, las almas que os quisisteis mejorar y no os dejasteis vencer por toda la maldad que os rodeaba. Fuisteis de ésas almas que no os dejasteis manchar, sino al contrario, buscasteis vuestra limpieza espiritual al acudir rápidamente a Mis Sacramentos, para tener más fuerza en la lucha de todos los días contra las tentaciones de satanás. Y por haber luchado contra toda ésta maldad que os rodeó a lo largo de vuestra vida y que siempre regresabais hacia la Luz, ahora os digo: Venid, benditas almas, venid y gozad eternamente del Bien que buscasteis, que vuestra alma añoraba y que, aunque vuestro cuerpo os hacía caer, vuestra alma, unida a Mí, os levantaba.
Benditas seréis eternamente y os uniréis Al Bendito, que Soy Yo, vuestro Dios. Os uniréis a Mi Pureza y Santidad, porque eso es lo que buscasteis y ése será vuestro regalo. Gracias, Mis pequeñas almas, porque fuisteis ejemplo, fuisteis luz ante vuestros hermanos, vieron vuestra debilidad, pero vieron también vuestra virtud, de buscar el bien a pesar de haber caído en el mal.
Gracias, Mis pequeñas, porque fuisteis ejemplo de vida, fuisteis Mi Cristo sobre la Tierra, que, a pesar de las tentaciones, las vencisteis con Mi Gracia, porque buscasteis Mi Gracia y os la concedí.
BuscadMe, Mi pequeños, pedid Mi Bendiciones, pedid Mi ayuda y no os dejaré caer. Benditas seáis, todas vosotras, almas buenas, porque vuestra santificación es un hecho y pronto os llamaré, para que gocéis eternamente el regalo que está reservado para vosotras, las almas que buscaron el bien y lo conquistaron.
Gracias, Mis pequeños.


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