sábado, 4 de febrero de 2012

Nov 30_11 No temáis a lo que pueda suceder, Yo estaré con vosotros.

Rosario vespertino
Temas:
  • Orad por vuestros hermanos que ya se han dado por vencidos y que no quieren seguir luchando, que prefieren al mundo y lo que el mundo les ofrece, pero sin saber que con ello están asegurando su condenación eterna.
  • Esto entendedlo muy bien, Mis pequeños, sed sencillos, para que Mi Poder, Mi Gloria, Mi Amor, Mi Sabiduría Divina pueda actuar en vosotros y salir a través de vosotros.
  • La purificación que se va a dar sobre la Tierra, es para que las almas que se queden, sean almas santas o con un deseo grande de santificarse y ayudar a la santificación de sus hermanos.
  • Si Yo permito algo en vuestra vida y vosotros lo padecéis, entregádmelo; unidlo a los méritos de Mi Hijo y estad seguros que grandes obras lograréis.
  • Cuando Me llaméis, estad seguros que Yo inmediatamente acudiré a vuestro llamado, especialmente cuando vuestro llamado sea para crecer espiritualmente y alcanzar vuestra santidad.
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Orad por vuestros hermanos que ya se han dado por vencidos y que no quieren seguir luchando, que prefieren al mundo y lo que el mundo les ofrece, pero sin saber que con ello están asegurando su condenación eterna.
Hijitos Míos, desde que llegáis al Mundo, cuando vuestra alma se encarna, vuestra carrera de perfección empieza y todos estáis llamados a la perfección de vida, que es el grado máximo de vuestra alma, Mis pequeños.
Ciertamente la santidad no se logra tan fácil como muchos creen, la santidad es un estado óptimo por el cual vosotros debéis luchar para alcanzarlo y, además, debéis luchar contra los ataques del enemigo en el mundo, que va a impedir que vosotros lleguéis a ése estado óptimo para vuestra alma, porque él sabe que vosotros le podéis hacer mucho daño siendo santos en el mundo, donde él tiene el control para llevar a las almas a su perdición.
Vosotros realmente estáis luchando fuertemente en la Tierra; los que estáis Conmigo os dais cuenta de esto, los que no están Conmigo les pasa desapercibida la lucha porque se dejan llevar por todas las manipulaciones de satanás y de esta forma se les va alejando a ellos la posibilidad de llegar a la santidad del alma, a la cual están llamados.
Vosotros, los que estáis Conmigo, que os empezáis a llenar de Mí desde que sois pequeños, cuando vuestros padres os enseñan los primeros pasos en la religión, desde ése momento satanás os va a empezar a atacar, porque no quiere que vosotros os llenéis de Mi Vida, de Vida de Dios pero, si vosotros, con la ayuda de vuestros padres, os mantenéis en ése deseo de llegar a ser santos, entonces satanás os irá atacando cada vez más a lo largo de vuestra vida.
Ciertamente los ataques se van a dar en diferentes formas, siempre buscando vuestro lado débil, caeréis, porque sois débiles, pero Mi Gracia os levantará, si así lo deseáis y, así, iréis cayendo y levantándoos a lo largo de vuestra vida pero, como tenéis vuestros ojos puestos en Mí y con ése ideal de vida de alcanzar la santidad, Yo os iré ayudando en todo momento.
No os imagináis, Mis pequeños, el gozo tan grande de veros llegar a Mí al final de vuestra misión sobre la Tierra y en un grado de santidad grande. El gozo en el Cielo es inmenso al ver a un alma que venció al mundo, que luchó para alcanzar la santidad. Yo la ayudé a lo largo de su vida y Me alegro infinitamente cuando un hijo Mío llega en ése estado, siempre luchando por vencer al mal y siempre deseando alcanzar Mi Bien.
Os pido, Mis pequeños os mantengáis en ése sentimiento de lucha y de deseo grande de vuestra perfección.
Orad por vuestros hermanos que ya se han dado por vencidos y que no quieren seguir luchando, que prefieren al mundo y lo que el mundo les ofrece, pero sin saber que con ello están asegurando su condenación eterna. Orad por ellos, Mis pequeños, porque si vosotros habéis estado luchando, vosotros sabéis lo que estas almas están padeciendo. Que vuestro corazón se apiade de ellas, como Yo Me apiado de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Esto entendedlo muy bien, Mis pequeños, sed sencillos, para que Mi Poder, Mi Gloria, Mi Amor, Mi Sabiduría Divina pueda actuar en vosotros y salir a través de vosotros.
Hijitos Míos, si se os ha dicho que los que están Conmigo, los que Me siguen, los que Me aman, hablan de lo que tiene su corazón, ¿por qué Me falláis, Mis pequeños, cuando más necesito, que habléis para que podáis compartir a ciertos hermanos vuestros lo que Yo os he enseñado?
Mis apóstoles iban y enseñaban a todos, Yo Mismo enseñaba a todos, no importando su situación económica-social, Yo vine a darMe por todos vosotros, no podéis ser elitistas, Mis pequeños, no podéis solamente dar Mi Palabra y Mi Ejemplo a los que vosotros queréis, debéis llevar a cabo vuestra misión para con todos y, ciertamente, a veces es difícil hablar de lo Mío a ciertos hermanos vuestros.
Desgraciadamente, en vuestra mentalidad humana, vosotros os imagináis ciertas cosas y eso es lo que hace que vosotros no lleguéis a todos vuestros hermanos, porque creéis que van a reaccionar negativamente, cuando vosotros empecéis a hablarles de Mí, pero vosotros no os imagináis cuántas almas están tan necesitadas de Mí y vosotros estáis negándoles ésa oportunidad cuando estáis con ellos, creyendo que ellos van a actuar en forma negativa contra vosotros y a veces os lleváis tantas sorpresas, ya que cuando realmente Me obedecéis y les habláis de Mí y de Mi Amor, ellos tienen un cambio tremendo y os lo agradecen, pero es porque vosotros hicisteis Mi Voluntad y no la vuestra. Vosotros os vencisteis a vosotros mismos, dejando que Yo trabajara a través de vosotros y no que vosotros, por vuestro temor o vuestros pensamientos negativos no quisisteis trabajar para servirMe, sirviéndoles a ellos.
Si realmente estáis Conmigo, debéis hablar a diestra y siniestra, llevando Mi Amor y llevando conversión a todos aquellos que Yo os ponga en vuestro camino.
Sabéis que nada se da por casualidad y que Yo pondré las oportunidades a vuestro alrededor para que vosotros Me sirváis, ayudando a vuestros hermanos a crecer en Mi Amor y en sus necesidades de salvación.
Mis pequeños, no temáis a lo que pueda suceder, Yo estaré con vosotros, no dudéis en lo que podéis hacer para con vuestros hermanos, que Yo os daré las palabras sabias para mover corazones. Ciertamente puede suceder que un alma que necesitaba oír de Mi Amor, oír de Mi Bien y vosotros no le ayudasteis, quizá se pueda perder, porque vosotros no quisisteis ayudarles, porque no quisisteis vosotros venceos a vosotros mismos. El vencerse a sí mismo es muy importante, Mis pequeños, porque cuando vosotros os vencéis a vosotros mismos, ya no estáis actuando bajo vuestra voluntad, Yo entro en vosotros, actúo a través de vosotros, las palabras que salen de vosotros ya no son las vuestras, sino las Mías, Mis Palabras tocarán corazones y vosotros mismos os daréis cuenta de que no eran palabras vuestras, sino Mías y cuando esto suceda, Mis pequeños, os debéis alegrar inmensamente, porque es cuando ya os volveréis verdaderos conductos del Cielo, seréis portavoces Míos y vosotros, al igual que ellos, gozaréis, porque sentiréis Mi Presencia en vosotros y vuestros hermanos sentirán Mi Presencia en vosotros y así, todos gozáis con Mi Presencia en todo vuestro ser.
No limitéis pues Mi Obra, Mis pequeños, ciertamente sois instrumentos frágiles, pequeños, inseguros de vosotros mismos, impuros también, incapaces en muchas formas, pero cuando Yo actúo, Maravillas se hacen, Mis pequeños y vosotros lo sabéis, los que ya habéis tenido experiencias Mías, ayudando a vuestros hermanos. Por eso os pido nuevamente, no limitéis Mi Obra a través de vosotros, sentíos siempre pequeños, incapaces, para que sea Mi Fuerza la que entre perfectamente en vosotros, porque si empieza a entrar la soberbia dentro de vuestro corazón, limitaréis Mi Obra en vosotros. Esto entendedlo muy bien, Mis pequeños, sed sencillos, para que Mi Poder, Mi Gloria, Mi Amor, Mi Sabiduría Divina pueda actuar en vosotros y salir a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: La purificación que se va a dar sobre la Tierra, es para que las almas que se queden, sean almas santas o con un deseo grande de santificarse y ayudar a la santificación de sus hermanos.
Hijitos Míos, es Mi Amor el que viene a purificar todo, Mis pequeños, no es otra cosa más que Mi Amor, porque fuisteis creados en el Amor, fuisteis creados para dar Amor, fuisteis creados para regresar al Reino del Amor. Entonces Mi Amor es el que debe purificar todo, para que el mal que habéis dejado entrar en todo vuestro ser, sea eliminado y Mi Amor reine como debe reinar en todos los corazones, como reinaba en el corazón de Adán y Eva, vuestros Primeros Padres.
Mis pequeños, debéis dejar que Mi Amor penetre profundamente a vuestro ser y esto lo lograréis sacando todo aquello que no pertenece a vuestro corazón, por eso os he pedido varias veces que hagáis vuestro examen de conciencia todas las noches o durante el día, en algún momento que Me deis a Mí, para que Mi Santo Espíritu os haga ver la realidad de vuestro interior y, de esta forma, vosotros os vayáis perfeccionando para alcanzar vuestra santidad.
Mis pequeños, os hablo mucho de la santidad y pido mucho vuestra santidad, porque las almas que llegan al Reino de los Cielos, son almas santas, que ya se purificaron, ya fuera aquí, en la Tierra, bajo ciertas condiciones que Yo puedo permitir en algunas almas u os purificáis en el Purgatorio, para luego entrar ya limpios y santos al Reino de los Cielos. Todas las almas que están en el Reino de los Cielos, alcanzaron ya su santificación, por eso os insisto tanto, Mis pequeños, para que luchéis por vuestra santificación, que no es otra cosa más que hacer plenamente Mi Voluntad. Esto ya os lo había enseñado, Mis pequeños, las almas que se dejan mover libremente por Mí y quiero poner “LIBREMENTE” con mayúsculas, Mis pequeños, porque os cuesta mucho trabajo apartaros de vosotros mismos y dejar que Yo reine perfectamente en vuestro ser.
Las almas que ya aprendieron a hacerse a un lado, para que Yo Viva plenamente en ellas, son las almas que alcanzan más rápidamente su santificación y, cuando Yo digo “santificación” no solamente es para que vosotros Me entreguéis ésa forma de vida, ésa forma de ser, sino que además, vosotros obtengáis regalos inimaginables para vosotros, porque al ser santos, que es hacer Mi Voluntad, en ése momento Me tenéis a Mí en vuestro ser. Imaginad el Rey del Universo, el Creador de todo lo que existe, visible e invisible, reinando plenamente en vuestro ser. No os lo podéis ni siquiera imaginar, todos Mis Portentos, todas Mis Capacidades, todo Mi Ser dentro de vosotros y, obviamente, habitando Yo en vuestro interior, vuestros actos serán los Míos, vuestras palabras serán las Mías, vuestras intenciones serán las Mías, Me verán a Mí, vuestro Dios, a través vuestro, es lo máximo que puede tener un alma aquí en la Tierra, Mis pequeños, que Yo esté plenamente viviendo en vuestro ser. Al tenerMe, tendréis el Cielo mismo con vosotros, podréis hacer cosas inimaginables a vuestra mente actual, porque no puedo existir Yo en un alma, sin que ésta dé grandes regalos a sus hermanos y éstos regalos que daréis, es lo que llamáis “milagros”. Ya os la había explicado, Mis pequeños, los milagros se dan a través de las almas santas y éstas almas están plenamente en Mí, a eso quiero que lleguéis todos ya desde ahora y no solamente hasta que lleguéis al Reino de los Cielos.
Os repito, la purificación que se va a dar sobre la Tierra, es para que las almas que se queden, sean almas santas o con un deseo grande de santificarse y ayudar a la santificación de sus hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Si Yo permito algo en vuestra vida y vosotros lo padecéis, entregádmelo; unidlo a los méritos de Mi Hijo y estad seguros que grandes obras lograréis.
Hijitos Míos, algunos de vosotros creéis que necesitáis hacer grandes actos para que éstos realmente ayuden a vuestros hermanos, creéis que tenéis que hacer grandes sacrificios, penitencias, para que realmente éstos muevan Mi Corazón para que Yo Me derrame en Bendiciones sobre vuestros hermanos y, no es así Mis pequeños.
Cuando vosotros actuáis en el amor, hasta los actos más pequeñitos, los sacrificios más pequeños, pueden hacer grandes milagros sobre hermanos vuestros en alguna parte del mundo o aún, fuera del mundo.
Vosotros os estáis ofreciendo en vuestra pequeñez y, aunque vuestro acto sea pequeñito, si lo unís a los méritos de Mi Hijo, estos actos se vuelven inmensos y éstos llegan a Mí como si Mi Hijo Mismo lo estuviera actuando y ofreciéndoMelo a Mí, vuestro Dios. Por eso no despreciéis lo que Yo permita en vuestra vida, no despreciéis lo que llegue a ella, en donde vosotros no tuvisteis que ver nada. Pero también, cuando vosotros mismos Me ofrecéis un sacrificio o una penitencia, esto es muy valioso, porque vosotros mismos estáis venciendo a vuestro ser. Ciertamente a nadie le gusta padecer algún dolor en su cuerpo, alguna pena que uno se imponga. Cuando vosotros lo hacéis y lo ofrecéis de corazón, os puedo asegurar, Mis pequeños, que grandes cosas suceden en lo invisible y que, en algún momento, será visible, cuando lleguéis al Reino de los Cielos. Ahí os daréis cuenta de todo lo que hicisteis, Mis pequeños y que lo hicisteis de corazón, que no lo proclamasteis a los cuatro vientos, para que todo el mundo supiera lo que habíais hecho cuando vivíais aquí en la Tierra.
No, Mis pequeños, vuestras donaciones más perfectas se hacen en lo íntimo, en donde solamente Yo y vosotros lo conocéis, por eso, si Yo permito algo en vuestra vida y vosotros lo padecéis, entregádmelo; unidlo a los méritos de Mi Hijo y estad seguros que grandes obras lograréis y éstas se revertirán sobre vosotros para vuestra salvación eterna y además, para tener un premio más grande en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando Me llaméis, estad seguros que Yo inmediatamente acudiré a vuestro llamado, especialmente cuando vuestro llamado sea para crecer espiritualmente y alcanzar vuestra santidad.
Hijitos Míos, ciertamente debéis tener una sensibilidad muy especial para saberMe encontrar en todos los acontecimientos de vuestra vida. Aquellos que están distraídos en el mundo, no saben encontrarMe.
Se quejan algunos de ellos, de que Soy un Dios lejano, un Dios que no baja a la Tierra, salvo cuando Mi Hijo estuvo entre los hombres, pero de ahí en fuera, Yo permanezco muy alejado en el Reino de los Cielos.
Esto no es así, Mis pequeños, los que no están Conmigo, no saben leer, como os dije, éstos acontecimientos Divinos que os rodean en todo momento, de día y de noche.
Mis pequeños, cuando estáis Conmigo, hasta lo más sencillo, os parece maravilloso. Los que estáis Conmigo, sabéis apreciar un amanecer y además, sabéis que ése amanecer Yo os lo di para vuestro contento. Sabéis apreciar los alimentos que Yo os doy. Sabéis apreciar el aroma de una flor. Sabéis apreciar la salud que tenéis y que no os falta nada. Sabéis apreciar tantas y tantas cosas que tenéis a lo largo de vuestro día y además, el cuidado que Yo le doy a todo vuestro ser durante la noche, en vuestro tiempo de descanso.
Cuando estáis Conmigo, Mis pequeños, se tiene un coloquio de amor entre el alma y su Dios y es cuando vosotros más aprendéis a vivirMe en vosotros mismos y a vivirMe para dar a vuestros hermanos lo que necesitan, para que ellos también tengan ésa sensibilidad especial.
Vosotros, los que estáis Conmigo, ya estáis gozando, ciertamente, Mi Reino entre vosotros, porque estáis gozando Mis Maravillas, porque cada cosa que ha sido creada por Mis Manos, es una obra de arte que no puede ser repetida ni igualada por el hombre. El hombre trata, a veces, de hacer cosas como las que Yo he creado, y nunca podrá hacerlo, porque solo Mi Poder Divino puede hacer lo que vosotros, que sois muy pequeños, quisierais hacer. No, Mis pequeños, no confiéis en los hombres, y menos cuando ellos os digan que pueden hacer milagros, que pueden hacer grandes cosas. Cuando esto sucede, ciertamente satanás está en medio de ello, él ayudará a éstas almas que se han vendido a su maldad, a realizar actos que os asombrarán a vosotros, pero no les sigáis, porque os llevarán, tarde o temprano, a un mal del cual, posiblemente, no os podáis zafar. Satanás es muy astuto y os va enredando poco a poco y ya cuando os destrozó, os abandona y no deja que en vosotros nazca, en ningún momento, el arrepentimiento ni el deseo de venir a Mí, porque él sabe que Yo perdono todo cuando hay en un arrepentimiento de corazón.
Estáis llamados a hacer grandes cosas, Mis pequeños, pero como os dije, estáis llamados también a la perfección para que seáis santos. Muchas cosas grandes todavía veréis a vuestro alrededor y es cuando os daréis cuenta de que Yo estaba entre vosotros.
No desconfiéis, Mis pequeños, de Mis Capacidades Divinas, no Me comparéis con vuestro nivel humano, Yo Soy muy superior a vosotros y, cuando Me llaméis, estad seguros que Yo inmediatamente acudiré a vuestro llamado, especialmente cuando vuestro llamado sea para crecer espiritualmente y alcanzar vuestra santidad. No creáis que cuando ya llegáis o estáis buscando ése grado de santidad, la pasáis todo el tiempo rezando, apartados del mundo, azotándoos en penitencia, sufriendo sacrificios, ¡no!, Mis pequeños, ciertamente haréis grandes cosas para Mí y para la salvación de las almas, pero esto será en lo íntimo, en lo privado, Conmigo, y ya os lo he dicho en las Sagradas Escrituras, que debéis poner una cara alegre cuando estéis sirviéndoMe, para que se den cuenta de que Yo Vivo en vosotros. Vuestro rostro reflejará Mi Rostro, vuestra alegría se dará a los demás y conocerán los demás que ésa alegría proviene de lo profundo de vuestro corazón, de ésa alegría de poseerMe en lo más profundo de vuestro ser. No pongáis caras tristes cuando estáis Conmigo, porque ¿quién se puede entristecer cuando el Rey del Universo habita en su ser?, cuando es así, la alegría debe ser inmensa y debéis transmitirla a vuestros hermanos, porque estáis gozando Conmigo, estáis gozando Mi Presencia, estáis gozando Mi Sabiduría y múltiples dones que Yo concedo a las almas que Me han permitido vivir plenamente en ellas. ¿Cómo se puede estar triste cuando Yo os doy tantos regalos?
Meditad esto, Mis pequeños, para que os ayude a que vosotros busquéis la santidad en vuestra vida.
Gracias, Mis pequeños.


No hay comentarios:

Publicar un comentario