Mostrando entradas con la etiqueta oración sincera y profunda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta oración sincera y profunda. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de junio de 2011

SIERVOS REPARADORES, PORCIÓN AMADA DE MI DIVINO CORAZÓN





 Agustín del Divino Corazón.


Locución del Señor Jesús:


Imitad mi vida. Profundizad en mi Palabra, en mi Evangelio. No podéis decir que conocéis de mí, si desconocéis las Sagradas Escrituras. Cómo hablar de lo que no conocéis. Descubrid mis encantos en el libro Sagrado que os llevará al gozo, en la vida eterna.


Cómo mantener vuestra conciencia tranquila, cuando algunas veces vuestras acciones ocultas, traspasan mi agonizante Corazón.


Cómo mantener vuestra conciencia tranquila, si en vuestro corazón hay manchas, barro de pecado.


Cómo mantener vuestras conciencias tranquilas, si os he escuchado tantas veces: promesas de cambio y no sois fuertes en la tentación; fácilmente caéis, fácilmente os desplomáis, fácilmente caéis en el fuego ardiente de vuestras bajas pasiones.


Cómo mantener vuestras conciencias tranquilas, si de apariencia sois hijos de la luz, pero frente a mis ojos sois hijos de las tinieblas.


Cómo mantener vuestras conciencias tranquilas, si en cualquier momento, vendré por vosotros para juzgaros en justicia.


Enderezad vuestras sendas; volved vuestros ojos y vuestro corazón a Mí. Os perdonaré, os declararé inocentes frente a mi Padre Eterno; borraré del libro de vuestras vidas, vuestros pecados; os regeneraré, os renovaré, os restauraré; os ceñiré alas de ángeles para que paséis por alto, trabas y tropiezos en vuestro camino. Depurad todo lo que lleváis dentro.


En el Sagrario os purificaré, os lavaré y quedaréis tan blancos como la nieve.


Desde el mismo instante que escuchasteis el eco imperceptible de mi voz, os señalé un nuevo camino; suscité ansias de seguir mis huellas, os quité la máscara que llevabais puesta y acentué con perfección mis rasgos divinos; condoné vuestra deuda, os declaré libres e inocentes, os justifiqué.


Algunas veces, os visteis empujados por vuestros ímpetus. Algunas veces, os acercasteis al fuego y os quemasteis. Algunas veces me rechazasteis, me excluisteis de vuestras vidas para dar rienda suelta a las concupiscencias, a vuestros sentimientos lascivos; deformasteis vuestra alma; vuestro corazón quedó saturado de la hediondez del pecado; pero me dejé encontrar nuevamente, porque no quiero perderos, no quiero que seáis trofeos de satanás; me presenté a vosotros como Padre de Misericordia; sentisteis mis besos y mis abrazos, os presté mi hombro para que lloraseis, para que descansaseis en Mí, y escuché de vuestros labios un perdón sincero.


Os doy tantas oportunidades de salvación; y esta lección, este llamamiento, es un nueva oportunidad en vuestras vidas; oportunidad que no debéis rechazar, oportunidad que será asediada por el espíritu del mal, porque él pretenderá sacaros de mi Divina Voluntad; él os presentará otros caminos distintos a los señalados por Mí. Y en esta fuente de misericordia, mis siervos reparadores, porción amada de mi Divino Corazón: os purificaré, os limpiaré; vendaré las heridas de vuestro corazón; quitaré vuestros viejos andrajos de mendigos y os vestiré con el sayal penitencial, para que reparéis ahora que estáis vivos; para que aspiréis, siempre, llegar a la meta, habitar en el Cielo que os tengo prometido.


El Llamado


Noviembre 5/10 (7:04 a. m.)
Locución del Señor Jesús:


Cuando os despertéis en la mañana: que el primer pensamiento del día sea, Yo. Cuando abráis vuestros ojos, miradme con los ojos del alma. Cuando lleguéis a mi Sagrario: sumíos en adoración profunda; oración que os llevará a contemplar mis Misterios Divinos. Misterios que os revelaré, os los daré a conocer porque sois sencillos, humildes, porque sois pequeños.


Unid vuestras tres potencias: cuerpo, alma y espíritu y elevad plegarias al Cielo. Salmodiad con vuestros labios y con vuestro corazón.


Uníos a la adoración de la Iglesia Militante y Triunfante. Vaciad todo lo que lleváis dentro: preocupaciones, miedos, dudas, inseguridades. Postrad a los pies de mi Santa Cruz: vuestras tentaciones, vuestros pecados y debilidades, y bebed sorbo a sorbo la Sangre preciosa que brota de mis Sagradas llagas.


Mirad, de vez en cuando, el Santo Crucifijo: meditad en mi dolorosa pasión y pensad en las veces que habéis sido mis verdugos, cómplices de satanás. Pensad en las veces que (recibiendo tanto amor, tanto derroche de ternura, tanta misericordia desbordada para con vosotros) me rechazasteis, caminasteis por caminos amplios, espaciosos, caminos laxos, caminos de perdición.


Si hubiese sido mi Divina Voluntad: os pude haber llamado en el momento más crítico de vuestras vidas, os pude haber llamado en el acto más deplorable frente a mis purísimos ojos; pero no cesé de llamaros, no cesé de derramar: bondad, comprensión para con todos vosotros. Os mostraba una luz en vuestro caminar, pero os encontrabais enceguecidos. Os hablaba, pero no escuchabais mi voz, porque vuestros oídos se hallaban taponados. Tocaba las fibras más profundas de vuestro ser, pero vuestro corazón se hallaba encapsulado en la costra del pecado. Pero salí a vuestro paso, me dejé encontrar; me he dejado ver, sentir; me he dejado escuchar y llegasteis a Mí con vuestro cuerpo llagado, con vuestro corazón deformado por el pecado. Me pedisteis perdón; tomasteis la decisión de empezar de nuevo, de hacer mortificación, penitencia, reparación, por vuestros pecados; me entregasteis vuestras vidas. Clamasteis en vuestra aflicción y os escuché, os acogí con amor, sin reproches, ni censuras; os cubrí con mis besos y con mis abrazos y os sentisteis perdonados.


En una etapa de vuestras vidas: empezasteis a sentir vacíos, inconformidades; lo que antes apetecías, ha perdido el encanto, el sabor.


Empezasteis a ver las trivialidades del mundo; observabais, cómo los hombres se afanan más por los bienes temporales, descuidando los bienes espirituales y eternos. Os cuestionasteis y decidisteis buscar lo perenne, lo trascendental; escuchasteis mi voz y caminasteis tras mis huellas. No os importó dejar: vuestras familias, vuestros pueblos, ciudades, veredas, países; os separasteis de vuestros amigos.


Renunciasteis: a ser vosotros mismos, a construir desde vuestro propio yo y egoísmo, y os donasteis por entero a Mí. En Mí, encontrasteis lo que buscabais.


En Mí, descubristeis que era el Todo, la única razón de vuestro existir.


En Mí, hallasteis reposo, paz, seguridad.


En Mí, vislumbrasteis un futuro promisorio y esperanzador.


Optasteis por consagraros a Mí, por salir del mundo. Optasteis por vivir radicalmente mi Evangelio, mi Palabra.


Optasteis ser mis discípulos, mis siervos reparadores. Optasteis ofrendaros como hostias vivas y almas víctimas de amor, por la conversión de todas las almas del mundo entero.


Optasteis por un camino de sacrificios, de renuncias diarias.


Optasteis abrazar mi Cruz, sanar mis llagas con vuestra adoración y reparación.


Optasteis, ser los peregrinos del amor; peregrinos, que aspiran habitar en una de las moradas del Cielo.


Optasteis por morir a vosotros mismos y nacer de nuevo. Optasteis en arder, como cirio encendido, en el Santísimo. Optasteis ser almas contemplativas, almas con vida de ascesis, almas que sólo piensan en dar gloria a mi Santo Nombre. Amén.
La reparación tiene mayores méritos, cuando…


Noviembre 5/10 (10:21 p. m.)


Locución del Señor Jesús:


Hijos míos: impregnaos de mi aroma celestial, extasiaos ante el gran milagro que ven vuestros ojos. Abajad vuestras cabezas, reconocedme como vuestro Señor; reconocedme como al Rey de reyes que habita en todos los Tabernáculos del mundo entero.


En este silencio: escuchadme, sentid mis palabras como barullo de Ángeles. Sentid mis palabras como lluvia fresca, sentid mis palabras como balbuceo de amor. Vosotros, que ya no os preocupáis por las cosas del mundo, porque vuestra máxima preocupación son los asuntos del Cielo; vosotros, que no os fatigáis por los bienes efímeros: queréis cansaros, desgastaros por los bienes eternos: os seduje, salí a vuestro paso, os encadené de amor; vuestro corazón parecía estallar de gozo; vuestro corazón palpitaba de amor frenesí, porque: al fin pudisteis verme, al fin pudisteis escucharme, al fin pudisteis reconocerme. Vosotros que os rendís ante mis galanteos: haced caso a mis súplicas, llamados angustiosos que hago a toda la humanidad, porque muchos hombres de corazón estulto, caen en la profundidad del infierno, porque su arrogancia les encegueció, su prepotencia les ensordeció, su altivez endureció sus corazones y por eso: rechazaron mis gracias, mis bendiciones.
Reparad: para que los pecadores se acerquen a Mí con corazón contrito y humillado, para que lleguen a Mí con el lodo de sus bajezas, que Yo les sumergiré en las fuentes de aguas vivas y quedarán limpios, quedarán puros.
Vosotros, que respondisteis a mi llamado, que optasteis por la cruz, por el martirio; que optasteis por seguir mis pisadas de amor: tenéis la gran tarea de la reparación, tenéis la gran misión de ser mis coadjutores en la salvación de las almas.
Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón: llegad a uno de los jardines del Cielo y regad con vuestra oración, las rosas y las flores que le embellecen. Dejaos perfumar con mi nardo purísimo. Dejaos arrebatar en vida, porque os profeso gran amor y gran ternura.


Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón: que pasáis largas horas en el silencio de mi Sagrario, que os asemejáis a un cirio encendido; vosotros que os vais consumiendo de amor, en deseos desbocados de dar gloria y honra a mi Santo Nombre: no os dejéis contagiar por filosofías llamativas y extrañas; bebed en las fuentes fidedignas de las Sagradas Escrituras y del Magisterio de la Iglesia.


Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón, si estáis encadenados al Corazón Inmaculado de mi Madre: dejaos arropar bajo los pliegues de su sagrado manto, dejaos abrazar en la llama de su Amor Santo, dejaos tomar de sus virginales manos y caminad sin nunca cansaros; caminad seguros, porque no tropezaréis; caminad seguros, porque no encontraréis obstáculos; caminad seguros, porque halláis la senda de encuentro conmigo. Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón: agitad los incensarios de la adoración y de la reparación. Amadme, por los que no me aman; adoradme, por los que no me adoran; rendidme tributos que soy vuestro Dios, rendidme homenajes que soy el misterio escondido.


Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón: id a la viña y trabajad bajo el ardor del sol; trabajad bajo la lluvia impetuosa; os pagaré el justo jornal. No os iréis con vuestras manos vacías; a cada cual le pago el justo salario.


Siervos reparadores, porción amada de mi Divino corazón: ved en la Hostia Consagrada, el libro abierto de mi Sagrado Corazón. Venid y meditad en Él, para que os hagáis sabios. Venid y meditad en Él, para que os hagáis dóciles a la acción del Espíritu Santo. Venid y meditad en Él, para que os asemejéis a los Santos Ángeles. Venid y meditad en Él, para que os impregnéis del aroma de la santidad, del aroma del Cielo. Venid y meditad en Él, para que cosechéis virtudes; virtudes que os harán hijos de la luz, virtudes que den fin a vuestro hombre viejo.


Siervos reparadores, porción amada de mi Divino Corazón: caminad con vuestras sandalias de suelas desgastadas, andad ligeros de equipaje, nada os faltará; os proveeré; seréis asistidos, seréis resguardados en uno de


los Aposentos de mi Divino Corazón.


El día que seáis probados, el día que decida pasaros por el cedazo de la tribulación, el día que decida pasaros por el fuego, refinaros y acrisolaros como oro y plata: no penséis que ya no os amo, no penséis que os estoy cobrando los errores y caídas de vuestro pasado, no penséis que os he dejado solos, que me he apartado de vuestro camino; pensad más bien, que mi amor por vosotros es inmenso, incomparable. Jamás les podrá pesar: vivir, llevar con amor la cruz de cada día; porque, mediante el Misterio de la Cruz, os daré luz, os haré radiantes, os despojaré de vuestras cadenas oxidadas, os quitaré vuestras amarras, vuestros lazos opresores y os daré libertad; y una vez halláis resistido la prueba: ceñiré en vuestras cabezas coronas de príncipes o de princesas; entregaré en vuestras manos un cetro de oro finamente tallado; os sentaré en un puesto de honor, porque os asociasteis a mi Sagrada Pasión, porque fuisteis mis cirineos, llevasteis libremente parte de mi cruz, fuisteis mis verónicas porque no tuvisteis miedo frente a las turbas, llegasteis a Mí y enjugasteis mi Rostro sangrante y sudoroso, secasteis mis lágrimas.


Si estáis en crisis: en mi dulce prisión, en mi pequeña porción del Cielo en la tierra: os haré ver mi magnificencia de amor; os haré sentir: uno a uno, los latidos de mi Eucarístico Corazón; os sentiréis impulsados en ofrendaros como hostias vivas de amor, hostias vivas de reparación, hostias vivas de expiación.


Fijad vuestras miradas al Cielo. Ved las escaleras de oro que se desprenden de uno de sus pórticos; intentad caminar en pos de ella, intentad caminar para que subáis sus peldaños; sed valerosos, intrépidos y pretended llegar al escalón más alto, porque una de las puertas del Cielo se os abrirá de par en par; podréis disfrutar por adelantado la gloria que se vive en la eternidad, os haréis el firme propósito de llevar una vida santa, vida sin tacha, sin reproche y repararéis vuestros pecados, porque al Cielo nada manchado entrará.


Una vez halláis subido, el escalón más alto de oro: sacad la cítara que lleváis guardada en vuestro corazón y entonadme un himno de adoración, cantadme un cántico de alabanza. Os pido perfección de vida, os pido honestidad en vuestros actos, os pido rectitud en vuestro proceder.


La reparación tiene mayores méritos, cuando se vive en estado de gracia.


La reparación tiene mayores méritos, cuando se adquiere templanza: a través de los sacrificios, ayunos, mortificaciones, penitencias.


La reparación tiene mayores méritos, cuando se hacen serios propósitos de conversión, serios propósitos de dejar el pecado, serios propósitos de dar muerte y de enterrar el hombre impío, el hombre viejo.


Si os sentís fatigados, melancólicos, obnubilados: venid a


Mí que os sumergiré en un remanso de paz, os hablaré muy quedo a vuestro oído, entraréis en un éxtasis místico de amor. No penséis en las cosas que dejasteis atrás. Corresponded a mi llamado; el enemigo os querrá sacar, sembrará desazón a vuestro corazón, inquietud para que caminéis hacia atrás, para que volváis al vómito, como lo hacen lo perros. No deis rienda a vuestra imaginación, sutil engaño de satanás. Recobrad la paz, recibid palabras de consolación y permaneced firmes en vuestra vocación, en mi elección. Si sois casados, vivid como casados pero santamente. Si sois religiosos, comportaos como religiosos, siendo fiel reflejo y copia fidedigna de mi presencia en vosotros. Si sois célibes, comportaos como célibes pero viviendo en coherencia con mi Palabra, respetando vuestro cuerpo como templo y morada del Espíritu Santo.


Llevad una vida espiritual: ordenada, sacrificada; abajaos, humillaos para yo glorificarme en vuestras vidas. Sed humildes y apeteced las cosas sencillas. Evitad exuberancias, excentricidades; pasad desapercibidos frente a los ojos del mundo. Sólo sed, mis siervos reparadores vestidos con las túnicas de la mortificación, ceñidos con las sandalias del arrepentimiento, amarrados al cíngulo de la castidad perfecta. Una vez, halláis respondido a mi llamado de amor: no os cuestionéis, no pongáis obstáculos; sed como niños y dejaos guiar por los concejos de mi Madre.


Sed como niños y acatad mis mandatos, mis leyes.


Sed abiertos, receptivos a mis palabras; abrid vuestros ojos, permaneced despiertos, porque el enemigo podrá llegar de improviso y destrozaros, como el ave de rapiña se abalanza sobre su presa.


Que, éstas, mis palabras os den: paz, os suman en profunda contemplación y adoración. Que mis palabras no caigan en el vacío de vuestros corazones. Que mis palabras os aviven, os lleven a la generosidad, porque me lo entregasteis todo, os donasteis en plenitud. Firmamos un pacto de amor con la tinta imborrable e indeleble de mi Sangre preciosa. No busquéis más la felicidad en el mundo. Escudriñad mis Misterios Divinos; os haréis sabios, experimentaréis la dicha verdadera, el regocijo y la paz que el mundo jamás os podrá dar.


Permaneced mucho tiempo en mi celda de adoración y de reparación, cumpliendo con el oficio de los Santos Ángeles, uniéndoos a la Iglesia Triunfante


Que el silencio de la noche, os sumerja en un éxtasis; que la vigilia nocturna, os lleve a morir a vuestras viejas apetencias y deseos; en vuestro pasado, os desvelasteis en las cosas del mundo; en vuestro presente, desvelaos en reparación; para qué sumiros en la somnolencia, cuando aún, os falta mucho camino por recorrer; cuando, aún, os faltan muchas dificultades qué superar; cuando, aún, os falta mucho camino para llegar a la meta, para recibir el premio de gloria; pero también recordad que el tiempo pasa, los años llegan y cuando menos penséis: estaréis en mi Tribunal Divino, rindiéndome cuentas; estaréis siendo juzgados en justicia y pasaréis a recibir el trofeo de gloria o el pasaporte que os llevará directo al infierno.


Llevad escritas, éstas, mis palabras en vuestro corazón con letras de oro; dadles brillo con vuestra oración y reparación; acicalad vuestra vida espiritual: con el ayuno, la mortificación y la penitencia. Es Jesús el que os ha llamado; y ante Jesús presentaréis vuestros talentos, entregaréis cuenta detallada y minuciosa de cada uno de los dones que puse en vuestras manos; os llevo tatuados en las palmas de mis manos; soplo mi Hálito Divino en vuestras conciencias, para que comprendáis lo caducos que sois, para que emprendáis vuestra marcha hacia la patria celestial.
PARA OBTENER EL LIBRO COMPLETO


O ingresar a la página http://ejercitovictoriosodeloscorazonestriunfantes.com/index.htm
e ir a la sección de libros.

miércoles, 15 de junio de 2011

Mensaje de Dios Padre a Javier Viesca, México

Mayo 11_11 Aquellas almas que aprenden a decir “que se haga en mí Tú Voluntad”.



Rosario vespertino
Temas:
  • Cuando os falte de lo material, buscadMe, Mis pequeños, os daré lo que necesitáis y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro de lo espiritual.
  • Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que aprender a pedírMelo.
  • Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero dejándoos acompañar de Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
  • Cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os daréis cuenta de que todo lo demás era superfluo.
  • No os imagináis, Mis pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma que estaba prácticamente condenada.
Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando os falte de lo material, buscadMe, Mis pequeños, os daré lo que necesitáis y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro de lo espiritual.
Hijitos Míos, cuando vosotros tenéis una necesidad imperante, hacéis hasta lo imposible para tratar de obtener lo que necesitáis, acudís a todos los medios posibles para poder obtener ése bien, material o espiritual.
Voy a hablar más del bien material, porque es el que se os está acabando en estos momentos. Hay mucha tensión entre vosotros y Yo ya os había profetizado que se os iba a ir quitando todo aquello de lo material, que tanto buscáis, para que encontrarais lo espiritual, que es lo que necesitáis cada uno de vosotros, y eso es lo que os va a traer la alegría, actual y futura y no lo material que tanto estáis persiguiendo.
Pero a lo que voy, Mis pequeños, con todo esto, es que Yo os dije que el primer Mandamiento es, “amarás a Dios sobre todas las cosas” y el segundo “amaréis a tu prójimo como a ti mismo”. Si vosotros os amáis verdaderamente a vosotros mismos y lucháis tanto por lo que necesitáis, cuando veis a alguno de vuestros hermanos en desgracia, ya sea material o espiritual, debierais hacer hasta lo imposible por ayudarle.
Eso es lo que os estoy pidiendo en este mandamiento. Que cuidéis a vuestros hermanos de la misma forma en que vosotros mismos os cuidáis y que hasta lucháis tanto por lo que necesitáis, éso es verdadero amor, Mis pequeños.
Porque vosotros lucháis por lo que necesitáis para dar a vuestros hijos, a vuestros parientes, a vuestros padres, a los que están bajo de vosotros y que necesitan de vuestra ayuda. Si fuerais verdaderos hermanos, como debéis ser, como Yo os lo pedí, estaríais también haciendo lo imposible porque vuestros hermanos tuvieran lo necesario para vivir bien. Pero, ciertamente, estos son tiempos de purificación, como ya os lo he dicho.
Tendréis lo necesario para que no os quedéis con hambre, pero ya no habrá para cosas superfluas a las que estáis acostumbrados, Mis pequeños. Os daré lo necesario para que no os falte, pero también sentiréis ésa falta, porque estáis acostumbrados a lo superfluo y esa falta os llevará a que vosotros meditéis el que debéis llegar a Mí nuevamente, que no es lo material lo que os va a dar la verdadera alegría, tanto en vuestro interior como dentro de vuestro hogar, sino el alcanzarMe a Mí, el probar de Mi Amor, el vivirlo y el transmitirlo y, a eso os estoy llevando a toda la humanidad, a que nuevamente volváis a Mí y el tiempo que estáis desperdiciando, en buscar con ahínco las cosas del mundo, ahora deberéis utilizarlo para buscar lo que es lo espiritual, que eso sí es lo que os va a dar la alegría eterna, empezando ya desde la Tierra.
Cuando encontréis ésa alegría y la compartáis con vuestros hermanos, entonces os estaréis dando cuenta de que viviréis ya como el pueblo escogido, como el pueblo hermanado, como el pueblo en que se cuidan los unos a los otros, porque debéis ser como verdaderos hermanos que sois.
Todo esto, que se verá como un aparente mal para todos vosotros, tarde o temprano Me lo agradeceréis, porque os llevará a una alegría suprema, que es vuestra hermandad y que es el acercarse a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios.
Gozaréis ésos momentos, Mis pequeños, porque lo material nunca os va a dar un gozo tan sublime y tan completo como lo da lo espiritual.
Cuando os falte de lo material, buscadMe, Mis pequeños, os daré lo que necesitáis y, además, os llevaré a que logréis alcanzar lo que necesitáis dentro de lo espiritual. No Me hagáis a un lado y menos Me reprochéis lo que esté sucediendo en vuestro hogar y a vuestro alrededor, porque vosotros atrajisteis ése mal a vosotros mismos cuando os apartasteis de Mis Leyes y de Mi Amor. Habéis hecho vuestras propias leyes, no habéis hecho caso de lo que Yo os pedía, que era para vuestra perfección. Sufriréis tanto como cuanto necesitéis, para que volváis nuevamente a el cumplimiento de Mi Amor y de Mis Leyes y Decretos que os he dado.
Si os arrepentís de corazón, volvéis a Mí, y empezáis una nueva vida en Mí, respetando lo que Yo os he dado, ahí terminará vuestra prueba, porque ya habréis logrado lo que Yo quería.
Vivid pues de acuerdo a como Yo os pido, Mis pequeños y lo antes posible, para que la prueba no sea fuerte ni larga, Mis pequeños. Acortad el tiempo y esto lo lograréis así, volviéndoos a Mí, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que aprender a pedírMelo.
Hijitos Míos, ciertamente vosotros veis tribulación a vuestro alrededor. La veis en los gobiernos de la Tierra, en Mi propia Iglesia, en vuestra familia, en vuestro trabajo, a todos los lugares a donde vais. Todos vuestros hermanos se quejan de algo y hay peores lugares, en donde la tribulación es más fuerte, pero habéis de saber, Mis pequeños, que toda esta tribulación que veis a vuestro alrededor, ha comenzado en vuestro corazón.
Sí, ciertamente vosotros mismos habéis creado esta tribulación porque, en vuestro corazón, se vive toda esta maldad, todo el error. Todo lo que veis a vuestro alrededor, en lo visible, lo tenéis vosotros, internamente, en lo invisible y sabéis que así es, Mis pequeños, porque os habéis apartado de Mí y así habéis perdido toda ésa espiritualidad que debe guiar vuestra vida.
Mi Hijo a eso vino a la Tierra, Él, como Maestro de Amor, os dejó Sus Enseñanzas, que son Mis Enseñanzas, os dejó Su Vida, que es la Mía, os dejó el gran regalo del Cielo que Yo Le pedí os dejara, para que pudierais vosotros ir gozando de los Bienes Celestiales y, ciertamente, sí, ejercitándoos para obtenerlos.
Vosotros mismos os debéis negar a vosotros mismos, para que no desperdiciéis lo espiritual que cada uno de vosotros debe tener y con lo que vosotros debéis luchar aquí en la Tierra, que es contra las fuerzas de satanás, para poder alcanzar de Mis Bienes.
Yo os voy observando y, hasta que no veo que realmente lucháis por lo Mío, aún a pesar de las caídas, de los dolores, de las preocupaciones, cuando ya veo que verdaderamente habéis luchado por lo que es Mío, os lo concedo. Mis regalos, Mis pequeños, son invaluables, tienen un valor infinito, porque vienen de Mí y, eso es lo que os concedo, Mis pequeños, cuando realmente buscáis lo que es Mío.
Lo que primero os separa de Mí, lo sabéis, es el pecado. Os he dicho tantas veces que Yo quiero derramar abundantemente Mis Bendiciones sobre cada uno de vosotros, pero la gran mayoría de vosotros no Me llamáis para obtenerlos, pero cuando veo que vosotros hacéis sacrificios, penitencias, mucha oración y que realmente Me estáis buscando, Yo Me dejo encontrar.
Muchos os habéis vuelto flojos, no queréis luchar por lo que os pertenece, lo queréis todo fácil y así no valoráis realmente lo que Yo os doy.
Con los bienes de la Tierra sucede lo mismo. Cuando se os da todo fácil, gratuitamente, no valoráis lo que se os da. En la mayoría de los casos, es un ser querido, ya sea el padre, la madre o alguien cercano a vosotros, el que trabaja arduamente por aquello que ve que necesitáis y luego os lo regala, pero como a vosotros no os costó trabajo el obtener ése bien, no lo apreciáis, como aquél hermano vuestro que ha luchado tanto por regalaros ése bien. Por eso os digo, Mis pequeños, que si queréis ganar Mi Reino, el Reino de los Cielos, también debéis luchar fuertemente contra todo aquello que no os permite fácilmente obtener de Mis Bienes y sobre todo, de mantenerlos en vuestro corazón.
Luchad pues, Mis pequeños, por lo que Yo os doy y lo que os puedo dar, porque son tantas, tantas Bendiciones, regalos, amores inimaginables, Bendiciones inmensas que Yo os puedo dar, pero que vosotros no Me pedís, ni tenéis la confianza de pedirlos. Todo lo Mío es vuestro, Mis pequeños, solamente que tenéis que aprender a pedírMelo.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero dejándoos acompañar de Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
Hijitos Míos, os he dicho que todo aquél que busca, encuentra. Ciertamente, Mis pequeños, quisiera, Yo, derramarMe completamente sobre cada uno de vosotros, para que tuvierais todo lo que vuestros Primeros Padres tenían en el Paraíso, lugar bellísimo, lugar de consentimiento, lugar de Mi Amor, pero lo perdieron por una tontería y todo eso tiene que ser renovado, Mis pequeños.
Ciertamente ésa tontería que fue el darMe la espalda, Le costó la Vida a Mi Hijo. Se dio por todos vosotros para poder abrir nuevamente las Puertas del Reino.
Vosotros estáis obligados, Mis pequeños, por ése Amor que os dejó Mi Hijo, a caminar por el camino del Bien que Él os mostró. Él caminó primeramente ése camino que Le pedí caminara, para que vosotros aprendierais a ganar nuevamente Mi Reino, ciertamente es un camino de dolor, porque el dolor terminará cuando termine éste mundo y después del Juicio Final, el dolor no volverá a darse.
Ahora es vuestro turno, Mis pequeños, de que empecéis vuestra santificación, que es vuestro amor pleno hacia Mí. Es el aceptar Mi Voluntad en vuestra vida, es el que os dejéis guiar por Mí, como Mi propio Hijo se dejó guiar por Mí y así os lo hizo ver, cuando Él queriendo hacer a un lado Su Cáliz, aceptó Su Misión y Mi Voluntad sobre Él, diciendo “que se haga Tú Voluntad, Padre y no la Mía”. Ojalá pronto aprendierais, Mis pequeños, a repetir ésta frase y la vivierais de corazón, porque entonces aseguraríais ya vuestra santificación, porque al entrar Yo plenamente en un alma, necesariamente se santifica, porque Yo no voy a entrar a un lugar donde está sucio, mal oliente, traicionero. Si Yo entro a un alma, es para impregnarla de Mi Santidad, por eso, aquellas almas que aprenden a decir “que se haga en mí Tú Voluntad”, ya están asegurando su santificación y su regreso al Reino de los Cielos.
Aprended pues, Mis pequeños, de lo que Mi Hijo os dejó y sobre todo, aprended a soltaros plenamente, en totalidad, pero con humildad y con amor, a Mi Voluntad y, entonces, empezaréis a vivir las delicias del Cielo aquí en la Tierra y repetiréis, como san Agustín dijo: “¡qué tarde te conocí!” Estáis desperdiciando, Mis pequeños, mucho, por estar viviendo para el mundo, para la Tierra, para satanás. Recapacitad, Mis pequeños y retomad vuestro camino, pero dejándoos acompañar de Mí, vuestro Dios, vuestro Padre, vuestro Creador.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os daréis cuenta de que todo lo demás era superfluo.
Hijitos Míos, ya os he dicho que vuestro retorno hacia Mí, debiera ser en el Amor, pero como veo que una gran cantidad de vosotros no estáis viviendo en el amor, por eso, las pruebas que se vienen, que serán fuertes, harán que regreséis a Mí, vuestro Dios, ciertamente, por temor a perder vuestras cosas materiales, por temor a perder vuestra vida, por temor a perder lo que vosotros tanto valoráis, que es todo lo tangible a vuestro alrededor y lo que poseéis.
Mis pequeños, debéis regresar a Mí en el amor, porque fuisteis creados en el Amor, pero si por temor empezáis a regresar a Mí, ciertamente os tomaré, pero Yo os llevaré hacia el Amor. Yo no puedo permitir tener ante Mí y Conmigo en el Reino de los Cielos, a un alma temerosa, las almas que lleguen a Mí, tienen que venir consientes de que deben de vivir en el amor.
Cuando las almas, todos vosotros, os deis cuenta de que, cuando os llenéis de Mí, cuando todo vuestro ser esté saturado de Mi Amor, es cuando os daréis cuenta de que todo lo demás era superfluo.
Ciertamente, las almas que Me buscan y por las que Me he dejado encontrar, permito que ellas ya vayan sintiendo Mi Presencia, para que tengan esta experiencia de vida espiritual, y, por ella es así, por como veis a vuestros hermanos que Me han encontrado, en ése momento tienen un cambio fuerte, en donde se dan cuenta de que no era en lo material por lo que debían vivir y luchar, sino en lo espiritual, que Yo tanto les pedía y, muchos, aún a pesar de tener bienes inmensos, lo dejan todo por seguirMe.
Veis a aquél muchacho rico que se le acercó a Mi Hijo, ciertamente tenía buenas intenciones, quería un cambio de vida, estaba buscando su perfección, pero cuando le dijo Mi Hijo que dejara todo y lo repartiera entre los pobres, es cuando realmente brotó, espontáneamente y desde lo más profundo de su corazón lo que realmente él era y lo que buscaba. Se fue abatido; las intenciones que mostró a Mi Hijo, no eran intenciones que vinieran desde lo más profundo de su corazón, eran intenciones superficiales, buenas, pero superficiales, no arraigadas en lo profundo de su corazón, porque cuando vio que tenía que dejar todo lo material, sufrió, sufrió profundamente, porque era rico y no quería verse en la pobreza, en la que Mi Hijo y Sus seguidores vivían.
Por eso, aún vosotros, Mis pequeños, a los que he permitido que tengáis suficiente de los bienes de la Tierra, debéis vivir como pobres, porque primeramente debéis saber que vuestros bienes no son vuestros, he permitido que los tengáis, para que los podáis compartir con vuestros hermanos, para que deis buen ejemplo, ante otros de vuestros hermanos, que vosotros sí compartís de lo que tenéis y, que Yo, siempre os voy a dar más.
Cuando compartáis de lo que teneis, pero con amor y no viendo un posible negocio Conmigo, de que Yo os voy a multiplicar lo vuestro, al treinta, al noventa o al cien por ciento de los bienes que vosotros deis a vuestros hermanos, si pensáis así, nunca tendréis de lo Mío. Dad con amor y también recibiréis, de Mí, con Amor.
Pero os repito, Mis pequeños, que debéis buscar primeramente los Bienes del Reino, de Mi Reino, de vuestro Hogar y que debéis luchar por ellos y, al vivir en ésa pobreza espiritual, aún teniendo abundantes bienes materiales, es cuando obtendréis Mis Bendiciones y ya no valoraréis lo que tanto valorabais de lo material, empezaréis realmente a valorar lo que son los Bienes del Cielo cuando Me encontréis.
PedidMe ésa Gracia, Mis pequeños, éste muchacho rico se entristeció y no quiso luchar por encontrar los Bienes que Mi Hijo le podía dar, simplemente se alejó triste, como dicen las Escrituras. Vosotros no os deis por vencidos, buscad los Bienes del Cielo y éstos llegarán a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: No os imagináis, Mis pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma que estaba prácticamente condenada.
Hijitos Míos, aunque ya os he dicho que el tiempo ya está sobre vosotros, todavía podéis hacer mucho por vosotros mismos y por vuestros hermanos.
Os he dicho que hasta en el último segundo de vuestra vida, Yo os puedo salvar, si vosotros os arrepentís, pero esto también vale, Mis pequeños, por vuestra intercesión hacia vuestros hermanos. Podéis hacer mucho todavía por la salvación de aquellos que están prácticamente condenados. Vuestra intercesión vale muchísimo, Mis pequeños, y sobre todo, cuando la hacéis como os lo pedí: que orarais como si fuera para vosotros mismos.
Muchas, muchas almas, posiblemente se puedan perder, si vosotros no las asistís con vuestra oración, con vuestra donación, con el ofrecimiento de vuestra vida entera, ofreciéndoMe lo bueno que tenéis, que lográis y también vuestras penas, dolores, sacrificios, penitencias, todo lo que hagáis unidos a los méritos de Mi Hijo para salvar a éstas almas que tanto lo necesitan.
No os imagináis, Mis pequeños, el gusto que Me dais, cuando Me salváis a un alma que estaba prácticamente condenada.
PedidMe, Mis pequeños, que Yo os asista, que ore junto con vosotros, que os enseñe a orar, para que Me regaléis ésas almas tercas, pecaminosas y aún malvadas que no quieren venir a Mí. Ahora, éstas almas están ahogadas en el pecado, están saturadas de maldad y no se dan cuenta de lo que es Mi Gracia, de lo que es Mi Amor, pero cuando vosotros, por vuestra oración y vuestra donación, oráis por ellas y Yo las salvo por vosotros, por vuestra intercesión, es cuando Yo les doy la Gracia de entender en el estado en el que estaban y lo que ganaron y la renovación espiritual que lograrán, para poder entrar al Reino de los Cielos. Pero es vuestra oración y donación lo que produce este milagro de amor, Mis pequeños.
Os vuelvo a pedir y a repetir, no desperdiciéis vuestro tiempo, aunque ya estáis sobre el tiempo y al decir que estáis ya sobre el tiempo, es que las tinieblas ya cubrieron totalmente la Tierra y, es la maldad la que está a vuestro alrededor, no dejándoos a vosotros actuar libremente en el bien, sino que os ataca fuertemente, para que os apartéis del bien que podáis hacer y quizá hagáis un mal que él os propondrá que hagáis y que de esta forma os hará que vosotros os vayáis ahogando más en ésa maldad que ya cubre la Tierra.
Tenéis Mi Luz en vuestro interior, apoyaos en ella, para que podáis hacer el bien a vuestros hermanos. DadMe muchas almas, Mis pequeños y os lo agradeceré inmensamente y vuestros hermanos salvados, también.
Gracias, Mis pequeños.


lunes, 2 de mayo de 2011

MENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

A SU HIJA AMADA, LUZ DE MARÍA.
01 DE MAYO DE 2011



Amados hijos:
Reciban Mi Paz.

CONFÍEN EN MI MISERICORDIA
HIJOS, TOMEN DE LA FUENTE DE MI AMOR Y CALMEN LA SED.

Avancen, no continúen en el desierto sin encontrar el camino. Bajen de donde se encuentran e inicien la ruta de salvación a Mi lado. Cambien el proceder. Tomen conciencia de que la humanidad necesita transformarse interiormente para que irradien bendición.


El pecado destruye el ser de la criatura humana; es enfermedad que corroe poco a poco, carcome el alma y devora el cuerpo, alejándoles de la santidad y entregándoles a una “comodidosa” actitud de conformismo.


Hijitos, atiendan este instante en que gustan el ejemplo de vida de un Siervo Mío. Tomen este ejemplo y sean fervientes hijos de Mi Madre.

HIJOS AMADOS: EL SILENCIO LLEGA. La noche, que no es extraña para ustedes, llegará a ser temida. Ésta sobreviene antes de lo esperado, causando asombro.


La tierra vibra fuertemente sin que el hombre lo comprenda. El agua se limpia de la contaminación y la deposita sobre la tierra como testimonio de cuánto el hombre la ha dañado.

Amados, no Soy Rey de muertos, sino de vivos. Les He colmado de inteligencia y raciocinio; enfrenten la verdad de cuanto acontece, sin titubear.


Hijos; la confusión se apodera de la humanidad, el caos surge por doquier arrasando vidas inocentes.


SON INSTANTES FUERTES, TRÁGICOS; LA SOBERBIA DE LAS NACIONES ATRAE PURIFICACIÓN.

Oren por Medio Oriente, la muerta le azota.
El lamento no se aleja de Mis hijos de Estados Unidos.
La angustia llega a Méjico, la oración es necesaria.


Únanse, intercediendo unos por otros, ante el resquebrajamiento de la tierra.
Amados, les invito a acercarse, a nutrirse de Mi Cuerpo y Sangre en la Eucaristía.

ESTE ES EL INSTANTE EN QUE LOS HÉROES ESPIRITUALES DEBEN EMPRENDER LA MARCHA, DE LA MANO DE MI MADRE. ESTE ES EL INSTANTE EN QUE MI ESPÍRITU IMPERA.



Pueblo Mío, confíen en Mí. Mantengan la seguridad de Mi Protección, levanten la mirada con fe y descúbranme delante de ustedes, abriendo brecha, limpiando la senda y acompañándoles.


NO ESTÁN SOLOS, NO TEMAN.
EN SU LUGAR CAMBIEN DE VIDA, TOMEN CONCIENCIA DE LA MALDAD QUE IMPERA Y DERRÍBENLA, CON FE Y AMOR HACIA MÍ.


El negar los acontecimientos no es de sabios. El cambiar, el unificarse, el tomar conciencia del instante, el ser fraternos: eso, eso sí es de sabios.


Les bendigo, reciban Mi Misericordia y Mi Amor.

Les cubro con Mi Protección.

Les amo.

Su Jesús

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

COMENTARIO DEL INSTRUMENTO SOBRE EL MENSAJE 

Hermanos (as):

COMO SANTO TOMÁS, DIGO: “¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”.


No deseamos mirar la verdad del instante tan delicado que vive la humanidad.


Se mira un planeta en transformación en el cual el hombre está siendo seriamente azotado.


Todos estos acontecimientos han sido anunciados con anticipación por Nuestro Señor y Su Santísima Madre.
El hombre es llamado a ser héroe cambiándose a sí mismo primero.

La Creación se desborda hacia el hombre, y éste entra en dolor.


Y pensar que… esto es sólo una pincelada.

Hermanos transformémonos. ¿Cómo?... Siendo conscientes de lo que vivimos.

No esperemos a que todo concurra para creer.

Amén.

jueves, 21 de abril de 2011

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A SU HIJA AMADA, LUZ DE MARÍA.

20 DE ABRIL DE 2011






Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado:


NO ME CANSO DE PEREGRINAR EN BUSCA DE CADA UNO DE MIS HIJOS.

AL TÉRMINO DE LA GRAN PURIFICACIÓN, UN NUEVO AMANECER VENDRÁ A LA HUMANIDAD.


El camino hacia este nuevo amanecer lo encontrarán, reconociendo el cambio de rumbo al que cada uno debe dirigirse.


ES IMPRESCINDIBLE LA TOMA DE CONCIENCIA DEL INSTANTE TAN DRAMÁTICO

QUE VIVE LA HUMANIDAD, PARA QUE EL HOMBRE ASPIRE A SER DIFERENTE,

Y RECUPERE LOS DONES CON QUE DIOS PADRE LE DOTÓ.


Únicamente la sed del Amor Divino hará posible que el hombre desee por su libre albedrío reencontrarse con su Padre.


Se mueven dentro de una GRAN BATALLA ESPIRITUAL, la cual logra pasar desapercibida ante ustedes, sin que perciban la falta de la inocencia en la humanidad. Esto es un logro para el mal. La inocencia es un detente para el maligno; a falta de la misma el demonio ha ganado terreno y con rapidez se apodera del corazón humano.


ESCLAREZCAN EL PENSAMIENTO PARA QUE NO CAIGAN EN LAS REDES DEL MAL,

RECAPACITEN, DESPIERTEN.


Abran el corazón para que Mi Hijo les transforme, abran el corazón a esta Madre Peregrina de Amor que traspasada de dolor, una y otra vez llama y suplica, implora y clama.


No se detengan en falsas ideologías. Sean conscientes de la verdad que permanece plasmada en la Sagrada Escritura, apéguense al Evangelio. No desmiembren el Cuerpo Místico, mantengan la unidad y la fraternidad, defiendan la Iglesia de Mi Hijo.


¡Cuánta agonía sobre el género humano! Mi Hijo les ofrece la Vida Eterna, y la humanidad elige lo fácil y pasajero, y de esta manera se flagelan a sí mismos una y otra vez.


Viven cuanto he anunciado para la humanidad, lo viven y no son conscientes de este instante decisivo, viven como si nada ocurriera, viven en la diversión, en lo mundano, mientras la Creación sufre el trágico destino del hombre.


HIJOS, NO ESPEREN EL MAÑANA PARA CAMBIAR, EL CAMBIO DEBE DARSE YA, EN ESTE INSTANTE.


Mi Corazón materno sangra ante una generación mutilada espiritualmente; sufro, son Mis hijos, les amo.


Oren, hijos, oren por Mis hijos de Japón.

Oren por Mis hijos de Chile y Brasil, el dolor pasará nuevamente.

Oren por Norte América, oren.


No continúen alejados de Mi Hijo.


No olviden que soy Madre de todos.


LES LLAMO CON URGENCIA A CONSAGRARSE A MI CORAZÓN Y ASÍ UNIDOS, ADOREMOS A MI HIJO. ACOMPÁÑENLO EN MEDIO DE TANTO DOLOR, Y SEAN BÁLSAMO PARA SU DIVINO CUERPO.


Les amo, les bendigo.

No duden de Mi protección.


Mamá María.


AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.



Hermanos (as):


La Madre Peregrina de Amor derramando una vez más toda esa fragancia, ese perfume con que nuestro Señor Jesucristo se deleita: “EL AMOR DE SU MADRE”.


Amor que nuestro Amado Señor extraña de Sus hijos. Cuanto existe, vive en una total e infinita concordancia con la Santísima Trinidad, y… ¿EL HOMBRE?


Mamá María nos llama con suprema urgencia a tomar conciencia de este instante para que miremos con ojos espirituales, para que dejemos esa ceguera con que el demonio envuelve a la humanidad llevándole a mirar todo como bueno.


Una gran voz de alerta de toda índole es la palabra de Mamá María. Una alerta no se emite porque sí, se emite para prevenir…


¡QUÉ GRAN VERDAD LA QUE SE EXPLICITA EN ESTE LLAMADO!:

“UNA GENERACIÓN MUTILADA ESPIRITUALMENTE”.

HERMANOS, UNÁMONOS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y CON ÉL Y JUNTO A ÉL

REPAREMOS Y AMÉMOSLE.


Amén.