Mostrando entradas con la etiqueta mensaje de Dios Padre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mensaje de Dios Padre. Mostrar todas las entradas

viernes, 26 de agosto de 2011

Ago 02_04 Mi hijo Francisco, Francisco de Asís, hijo predilecto del Padre.

ImprimirE-Mail
Rosario .
Temas:
  • El buen administrador sabe cómo trabajar lo que se le ha dado y le puede sacar mucho fruto.
  • Dejad Mis pequeños vuestra voluntad a un lado.
  • El desprecio del Mundo y sus bienes los acerca y los santifica.
  • Vosotros, debéis también compartir de vuestro pan, no importa cómo lo asimilen los demás.
  • Debéis resucitar a aquellos que han muerto a la Gracia.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: El buen administrador sabe cómo trabajar lo que se le ha dado y le puede sacar mucho fruto.
Hijitos Míos, así como el rocío fecunda las plantas, crecen, se hacen fuertes y dan fruto, Me alegra sobre manera, Mis pequeñitos, veros reunidos porque vuestras oraciones son ese rocío que Yo llevo a las almas y éstas crecen, se fortalecen, se robustecen para que den fruto.
Mis pequeñitos, no os imagináis cuánto gozo siente Mi Corazón, al veros así reunidos en presencia de Nuestro Dios, en presencia de Mi Hijo, con esa Fe, con ese amor en vuestro corazón.
Esto es lo que Yo voy suscitando sobre la Tierra; almas buenas, almas que se den, almas que se llenan del Amor de Nuestro Dios.
Cuánto Amor derrama Nuestro Dios sobre las almas que así obran, como vosotros, que tienen un tiempo para su Dios.
Dais regalos y recibís inmensidades de Vuestro Dios. ¿Cuándo entenderá está pobre humanidad, cuándo entenderá que en el dar, podéis recibir inmensidades?, pero debéis dar con esa disposición de gozo, de gusto, por agradecer, por alabar, por engrandecer la Palabra, la Vida, el Amor de Nuestro Dios hacia la humanidad. ¿Cuándo entenderá que cuando el alma da, va a recibir inmensidades en Gracias, en Bendiciones, en Amor de su Dios?
Mis pequeños, dad, dad continuamente todo lo que podáis a vuestro Dios, no es vuestro tiempo, es tiempo de Dios; pero vosotros sois los administradores de Él.
El buen administrador sabe cómo trabajar lo que se le ha dado y le puede sacar mucho fruto. Se le puede sacar mucho fruto, pero son tan pocos los que están consientes de su trabajo, los que están consientes de su tarea los que están consientes de que vuestra vida es de Dios.
Vuestra vida será grandemente Bendecida si os apartáis del Mundo y vivís para vuestro Dios. No os estoy diciendo que os apartéis de vuestras obligaciones, obligaciones diarias que todos vosotros debéis tener, Me refiero al apartarse del Mundo, a todo aquello que haga caer vuestra espiritualidad.
Debéis tener tiempo para engrandecer esa espiritualidad, para vuestro propio bien y para el de vuestros hermanos.
Podrías decir que éste tiempo que estáis ahorita utilizando para vuestro Dios, lo podrías utilizar para vuestros propios menesteres, y os puedo asegurar Mis pequeños, que éste tiempo que habéis apartado para vuestro Dios se os pagará con creces, no solamente aquí, sino en la Eternidad.
Estáis invirtiendo tiempo de Dios y será multiplicado vuestro tiempo de gozo en la Eternidad y éste sí, pequeños será vuestro tiempo de gozo en la Eternidad.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Dejad Mis pequeños vuestra voluntad a un lado.
Hijitos Míos, hay tantas, tantas almas en el Mundo que necesitan esas palabritas de aliento, esas palabritas de amor, esos cuidados de corazón.
Hay tantas almas equivocadas en el Mundo, que necesitan que se les lleve a la Presencia de Mi Hijo, que necesitan conocer la Verdad del corazón.
Hay tantas almas olvidadas que claman al Cielo para que alguien las ayude, para que les enseñen a ver la Luz, para que les disipen las tinieblas del camino.
Hay tantas almas en vuestro camino que quisieran que vosotros os detuvierais un momento y pudierais platicar con ellas, al menos un minuto y dejarles a Nuestro Dios en su corazón.
Hay tantas almas, tantas, Mis pequeños, que necesitan conocer bien a su Creador, a su Salvador, al Dios Amor.
Mis pequeños, pedid a Nuestro Buen Dios que os ponga en vuestro camino, y os deis cuenta de ello, de todas éstas almas en las cuales podéis dejar el Amor, la Paz, la Sabiduría de Nuestro Dios y la Esperanza de una Nueva Vida, para un Bien Morir, para un Bien Nacer.
Dejad Mis pequeños vuestra voluntad a un lado, y dejad que la Voluntad de Mi Hijo os mueva a llevar la Buena Nueva, a llevar la Alegría, a llevar el Amor y la Paz de Mi Hijo a vuestros hermanos.
Gran gozo daréis al Cielo, gran gozo daréis a vuestro Padre y orgullosa Me sentiré Yo, como Madre de saber que tengo hijos que están haciendo lo que es la Voluntad de Nuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla
Sobre: El desprecio del Mundo y sus bienes los acerca y los santifica.
Muchas almas a lo largo de la historia han comprendido bien ésta situación, de que el Mundo hace olvidar a Dios en sus almas y el desprecio del Mundo y sus bienes los acerca y los santifica.
Mi hijo Francisco, Francisco de Asís, hijo predilecto del Padre entendió bien esto, tuvo todo, todo lo que en el Mundo puede desear, pero aceptó la Gracia de Dios en su corazón y despreció al Mundo, a tal grado despreció al Mundo, que se quitó de todo lo que es del Mundo para llenarse de Mi Hijo, y así fue Bendecido por Mi Hijo con Sus Llagas preciosas, Divinas.
Mis pequeños, debéis aprender a separaros del Mundo, como ya os había dicho. Llenaros de la Vida Real que debéis buscar, debéis llenaros de la Vida de Mi Hijo, debéis transmitir Vida a través de vuestras palabras, a través de vuestras acciones, a través de solamente vuestra presencia, que será la de Mi Hijo en vosotros.
No os afanéis, Mis pequeños de llenaros de cosas del Mundo, que en la mayoría de las veces os llevará a los caminos del mal.
Cuando se tiene de sobra de las cosas del Mundo, el alma se desvía y cae en el pecado, cae en el mal, la más de las veces.
La pobreza, la necesidad, siempre hace que los ojos del alma estén en petición con vuestro Dios. El alma necesita cuando le falta allí.
Buscad siempre esa necesidad aunque tengáis mucho de la Tierra.
Deberéis saber discernir y diferenciar entre lo del Mundo y entre lo Espiritual.
Procurad que nunca lo material cubra a lo espiritual, que le de muerte lo material a lo espiritual. Si tenéis mucho, compartid y dejad que lo espiritual se eleve.
Llenad Mis pequeños, vuestro corazón de esa Vida, que solamente os puede dar la intimidad con vuestro Dios.
Las obras buenas siempre os van a dar alimento espiritual, crecimiento de alma, acercamiento con vuestro Dios.
Porque ya no dais, sino os dais, y dar vuestra presencia, la presencia de Mi Hijo en vosotros exige un sacrificio, exige a veces penitencia, exige donación, pero siempre os dejará esa paz y esa satisfacción de haber dado vuestro ser que será el Ser de vuestro Dios en vosotros a vuestros hermanos.
Nuestro Dios es Infinito, y vosotros lo tenéis en vuestro corazón. Deberéis compartir el Tesoro que ya tenéis en vuestro corazón a vuestros hermanos.
No tengáis miedo, Mis pequeños para acercarse al necesitado. Os he dicho, una palabrita de aliento, una ayuda con el anciano a caminar unos cuantos pasos ayudándole, a abrazar al niño que llora; ¡Cuántas, cuántas cosas podréis hacer! No despreciéis esos momentos que se os dan para que vuestras arcas en el Cielo se vayan llenando.
Vuestra vida en la Tierra os sirve para llenar las arcas del Cielo, solamente aquí en la Tierra tenéis la moneda que se necesita para enriqueceros en el Cielo. No desperdiciéis esas monedas, tratad de llegar ricos al Cielo dándoos por los demás.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Vosotros, debéis también compartir de vuestro pan, no importa cómo lo asimilen los demás. Hijitos Míos, cuando Yo Enseñé a los Apóstoles, cuando Me pidieron que les enseñara a orar, y les Enseñé el Padre Nuestro, en ésta oración se pide todo.
Cuando se dice: Danos hoy nuestro Pan de cada día. Toda alma en la Tierra tiene derecho a ese Pan, el Pan Divino, el pan humano. Debéis proveer de ambos Mis pequeños, porque primeramente, vuestro Padre os lo ha dado.
Él no os da piedras, Él no se separa del pecador, Él siempre da al bueno y al malo. ¿Por qué vosotros Mis pequeños hacéis distinciones?
La Caridad, el Amor no tiene distinciones, debéis dar al bueno y al malo.
Dios, Nuestro Padre es el Único Juez, y de Él debemos aprender a través Mío. Yo Me di por buenos y malos, vine a dar la Palabra, el Pan a buenos y a malos. Pero este Pan, es verdad, se asimila en forma diferente en el bueno que en el malo.
Vosotros, debéis también compartir de vuestro pan, no importa cómo lo asimilen los demás.
Vosotros debéis dar siempre todo lo que podáis, para que podáis recibir más y orar, orar continuamente por aquel que no esté preparado para recibir del Pan de la Palabra, del Pan de vida de ejemplo, del Pan de las buenas obras.
Dad, dad Mis pequeños, el Pan de cada día no os faltará, que mientras más deis, más recibiréis, se os ha dicho. Y se ha Prometido y es Promesa Divina.
Yo os dije que se os pagará al ciento por uno; y así es Mis pequeños, si dais de lo material recibiréis más de lo material y no os faltará en la Tierra. Si dais de los espiritual, también se os multiplicará y no os faltará en el Cielo.
El Pan que Yo os doy, se debe repartir.
Entrad a vuestro corazón, y sacad de él con amor lo que se os ha dado, entregadlo a vuestros hermanos, que Mi Padre os lo agradecerá.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: Debéis resucitar a aquellos que han muerto a la Gracia.
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios, el Espíritu de Amor.
Mis pequeños debéis ser Luz entre los hombres, en estos tiempos de tinieblas, en estos tiempos de muerte espiritual.
Debéis resucitar a aquellos que han muerto a la Gracia.
Yo Soy el Dios de Vida, el Dios de Amor, el Espíritu Santo que da esa Vida, que atrae a las almas, que las llena de Sabiduría y de Amor. Que les da todos Sus Dones.
Venid a Mí, Mis pequeños, tomad de Mí lo que necesitéis.
Armas, armas espirituales para vencer al mal, para vencer las tinieblas, para vencer esta muerte espiritual que ahora vive el Mundo.
Entrad en vuestro corazón, poneos en Mí Presencia, y dejadMe que Yo, vuestro Dios Espíritu Santo os de lo necesario para que caminéis en el Mundo, llevéis Luz, llevéis Sabiduría, llevéis la Presencia de Dios entre vuestros hermanos.
Venid a Mí, con humildad, con sencillez, en esa total donación, para que Yo Me sirva de vosotros para los planes de Nuestro Dios.
Venid Mis pequeños con esa sed y esa hambre, para llenar vuestra alma, para satisfacerla de los Bienes Divinos.
Venid a Mí con confianza, no veáis el estado de vuestra alma, que Yo la voy a engrandecer; sois pequeños, y deberéis seguir así.
Y las armas que Yo os daré son de gigantes, para vencer gigantes.
Vuestra pequeñez Me gusta, manteneos así, y dejad que vuestro Dios derrame todo Su Bien sobre vuestra pequeñez.
Venid pues, Mis pequeños, con ese deseo de servir a vuestro Dios en la salvación del Rebaño, en la salvación de éste Mundo que camina sin un rumbo fijo, que va deambulando en la obscuridad y que se está despeñando.
Vengan pues, para que podáis ser guías, guías de multitudes, bajo el auspicio de vuestro Dios.
Venid pues, alegraos de que Nosotros la Trinidad está con vosotros, y que Nosotros a través de vuestra pequeñez nos manifestaremos al Mundo, con Luz, con Paz, con Conversión, con el regreso a la Casa Paterna.
Gracias Mis pequeños

viernes, 8 de julio de 2011

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Vírgen María a J. V.

Jun 09_11 Dolores grandes tendréis, pero también, grandes milagros veréis.



Rosario vespertino
Temas:
  • Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis este dolor que pronto os vendrá, agradecedlo, Mis pequeños, porque este dolor, os llevará a la vida eterna.
  • Lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso, aceptadlo humildemente y ofrecédMelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra salvación.
  • Nuestro Padre lo permitirá para que os horroricéis de lo que es la maldad satánica y, con esto, no volváis a permitir que el mal entre en vuestro corazón.
  • Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y transmitirlo a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor, necesitan respeto.
  • También os anuncio que habrá una Luz de Esperanza, que siempre os irá guiando, que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros.
Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Vírgen María a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis este dolor que pronto os vendrá, agradecedlo, Mis pequeños, porque este dolor, os llevará a la vida eterna.
Hijitos Míos, pronto la humanidad entera sufrirá los flagelos del castigo, la humanidad no ha querido preparase para ello, como no se prepararon para el Diluvio. Para una gran cantidad de hermanos vuestros, esto les caerá como sorpresa, sorpresa para el estado de su alma, porque han querido vivir más para el mundo que para Mí, vuestro Dios.
Mis pequeños, me duele mucho deciros todo esto, porque los padres siempre aman a los hijos y más Yo, que Soy vuestro Dios y Creador, pero veo que pasa el tiempo y no son muchas las almas que quieran venir a Mí.
Ciertamente, vuestras oraciones, las oraciones de los pequeños grupos alrededor de la Tierra, van ayudando a que también algunas almas regresen al redil de Mi Hijo, pero son más las almas que van dejando sus obligaciones espirituales, que aquellas que las van tomando y es por eso que por el bien de toda la humanidad, tengo que soltar estos flagelos que os harán entrar en razón, Mis pequeños, porque para eso son los castigos que imponen los padres a los hijos, para hacerlos entrar en razón y para hacerles un bien.
Preparaos, Mis pequeños, porque ya es muy corto el tiempo, dentro de lo que este año es, tendréis en varios países del mundo flagelos tremendos que pondrán a todas las demás naciones a pensar y a arrodillarse y, como ya os he dicho antes, estas naciones que se arrodillarán, sabrán que pronto también a ellas les llegará algún flagelo, porque todos seréis probados en el amor.
Sí, Mis pequeños, en el amor, porque Yo lo que permito que os pase, siempre va a ser para que vuestro amor crezca. Yo no os mando un castigo por venganza o nada más para destruiros, lo hago para que entendáis que os habéis salido de los caminos del Amor.
Os vuelvo a repetir, Me duele mucho que esto suceda, pero lo tengo que hacer para salvar vuestras almas, porque si os dejo así, Mis pequeños, infinidad de almas se perderían.
Es doloroso pero cierto, que cuando tenéis algún mal, cuando algo grave está sucediendo en vuestra vida, cuando veis que vuestra vida se puede perder, es cuando volvéis a Mí, cuando os arrepentís, cuando os arrodilláis y es cuando clamáis Mi Nombre, pidiendo perdón y ayuda.
No queréis cambiar en el bien y, porque sois duros de corazón, tengo que hacer esto para que, en la dificultad, cambiéis y agradezcáis, pues, el dolor que tendréis; porque gracias al dolor cambiaréis hacia el bien y regresaréis hacia Mí, a recibir nuevamente Mi Amor y Mi apoyo, que debisteis haberlo buscado en la paz, en la armonía.
Vuestro corazón es duro, os vuelvo a repetir, sois como el pueblo judío en la antigüedad, de cerviz dura, tercos, necios, groseros, malvados, ¿por qué os cuesta tanto trabajo vivir en el bien, cuando al vivir en el bien recibís Mis Bendiciones a manos llenas?
Cuando vivís en el mal, vosotros mismos os hacéis daño, os atacáis los unos a los otros, no hay paz en vuestra alma ni alrededor vuestro y, además, no recibís Mis Bendiciones, porque no las pedís, porque no Me tomáis en cuenta para vuestra vida. No hay Sabiduría en vosotros y, así, os perdéis de tantas Bendiciones que podríais recibir de Mí pero, porque preferís vivir en el mal os castigáis a vosotros mismos.
Esa es la terquedad del hombre, vuestra maldad, la que habéis permitido entrar a vuestro corazón, es la que os lleva a que todo sea negativo en vuestra vida, cuando Yo no os creé para ello.
Sois necios, tercos, os repito y os repito esto cientos de veces y vosotros no creéis pero, ahora, el dolor que tendréis, os llevará de regreso hacia el camino correcto. Yo no quería vuestras lágrimas ni vuestro dolor para que regresarais a Mí, Yo quería vuestras sonrisas, vuestras alegrías, vuestro agradecimiento, para estar Conmigo.
Sabéis que Yo no obligo a las almas, pero ahora tengo que permitir esto para que vosotros entendáis que debéis venir hacia Mí. Porque os amo, debéis estar Conmigo, ya que satanás os podría destruir eternamente cuando estáis apartados de Mí. Yo os quiero de regreso Conmigo y, como no estáis Conmigo y veo que estáis destruyendo vuestra alma, destruyendo vuestra vida, tengo que rescataros de alguna forma y, como no entendéis por el bien, sino solamente por el mal, entonces tengo que permitir esto que os va a suceder, para que regreséis a Mí y, ya que estéis Conmigo y sintáis Mi Corazón latir en vuestro corazón; Me encargaré de que volváis al Bien y ya no permitáis que el mal nuevamente se aproveche de vuestro corazón.
Os amo infinitamente, Mis pequeños. ¡Cómo quiero que vuestro corazón arda también de amor por Mi Corazón!, ¡tanto os he dado y vosotros no lo apreciáis!
Todo esto que sucederá, Mis pequeños, se dará para que vosotros valoréis lo que gratuitamente recibisteis y que no supisteis apreciar.
Entendedlo, Mis pequeños, Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis este dolor que pronto os vendrá, agradecedlo, Mis pequeños, porque este dolor, os llevará a la vida eterna.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso, aceptadlo humildemente y ofrecédMelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra salvación.
Hijitos Míos, el mal entró en el mundo y el mundo no luchó por sacar ése mal y, debido a que dejasteis que el mal fuera carcomiendo vuestra alma, y no os acercasteis a Mí, para que vuestra alma fuera recuperada por Mi Gracia, este tiempo de dolor, también será de purificación, y agradecédMelo, Mis pequeños, porque ése arrepentimiento de corazón, que quiero tengáis y os lo pido en estos momentos, en que todavía tenéis tiempo para meditar, es lo que os va a dar el regalo de los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas, de un mundo nuevo que no conocéis, de un mundo en el amor al que quiero que lleguéis y que habéis atrasado, porque no os habéis acercado a Mí ni habéis querido apartar, de vuestro corazón, ésa maldad que os ha separado de todo éste bien que os he querido dar desde hace mucho tiempo.
Cuando Yo permito dolor, pesar, lágrimas en vuestra vida, Mis pequeños, siempre es para purificaros, a diferencia de lo que hace satanás con las almas, que también las lleva a la desesperación, al obscurecimiento espiritual, pero en la maldad y os lleva a un callejón sin salida, en donde os lleva a la desesperación.
Aquí tendréis dolor, pero dolor purificador, así como cuando vais con Mis ministros o sacerdotes, a pedir perdón por vuestros pecados y se os da un penitencia por cumplir, ahora vuestra penitencia va a ser palpable, va a ser dolorosa, para que esto marque vuestra alma y que sea un parteaguas para vuestro actuar futuro, dejar el mal y empezar una nueva vida en el bien.
Esto es lo que quiero con todo esto, Mis pequeños, y quiero que lo entendáis bien, que no quiero la maldad por la maldad, la maldad por venganza, la maldad porque ya no os quiero, es todo lo contrario, Mis pequeños. Debéis aceptar lo que pase en vuestra vida, porque no es de casualidad y lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso, aceptadlo humildemente y ofrecédMelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra salvación. En vuestros momentos de dolor, acordaos de los momentos de dolor de Mi Hijo y poneos junto a Él y así vuestro dolor disminuirá, porque estaréis salvando vuestra alma y salvando la de muchos. Sí, Mis pequeños, vuestro dolor será para salvación de vosotros mismos y de vuestros hermanos.
¿Veis la diferencia del dolor bondadoso, que viene de Mí y del dolor malvado que viene de satanás?, es muy diferente, Mis pequeños, el dolor que Yo permito en vuestra vida, os lleva a la perfección, porque tarde o temprano tendréis la Luz del Espíritu Santo que os explicará el por qué de ése dolor.
En cambio, el dolor malvado a donde os lleva satanás, pero porque dejasteis entrar el mal en vuestro corazón y no luchasteis por sacarlo, esos dolores malvados, os marcan, pero os marcan en lo negativo, es un dolor penetrante, que no os lleva a nada bueno y que muchas veces, con las maniobras malvadas de satanás, hace que vosotros os volváis en contra Mía y maldigáis Mi Santo Nombre, porque así es satanás, os hace creer que lo que estáis mereciendo por vuestros pecados y por vuestros errores, Yo os lo estoy mandando y vosotros, en vuestra tontería, os volcáis contra Mí.
Ciertamente, los que estáis Conmigo, los que Me buscáis, inmediatamente entendéis lo que es el castigo que estáis recibiendo y entendéis que os lo merecéis, como las nalgaditas que os daban vuestros padres para que os mejorarais. Eso es pensar en lo positivo, en el bien, en la perfección de vuestra alma.
Luchad pues, Mis pequeños, para mejoraros y para que vuestro castigo disminuya o se anule. Orad por vuestros hermanos que están viviendo en el mal y que recibirán un dolor malvado y negativo de satanás y pedid por ellos y acallad su mente y su corazón, para que no se vuelquen en blasfemias contra Mí, vuestro Dios, que solamente busco vuestro bien. Ayudadles a través de vuestra oración, de vuestra donación, de la aceptación de vuestros dolores para la salvación de sus almas. TraédMelos, os lo agradeceré, Mis pequeños y si os unís, os repito, a los dolores de Mi Hijo, veréis que la prueba la pasaréis fácilmente y podría decir, hasta alegremente, porque así como Mi Hijo se abrazó a Su Cruz, sabiendo que con ella iba a salvar innumerables almas y que os iba a abrir las Puertas del Paraíso, nuevamente, así vosotros, al uniros a Mi Hijo, también abrazad ahora vuestra cruz, porque con ella muchas almas serán salvadas.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Nuestro Padre lo permitirá para que os horroricéis de lo que es la maldad satánica y, con esto, no volváis a permitir que el mal entre en vuestro corazón.
Hijitos Míos, Mi Padre, vuestro Padre, Me dio este tiempo para vuestra ayuda. Yo, como Madre vuestra voy a estar en estos momentos ayudándoos en todo momento.
Manteneos junto Conmigo, Mis pequeños, una madre siempre tiene a sus pequeños junto a ella, junto a su regazo, no os apartéis de Mí en ningún momento, porque esto os asegurará que satanás no os lleve a caminos de maldad o de error.
Voy a mandar a los santos ángeles alrededor de la Tierra a que vayan protegiendo a todos Mis hijos, a todos los que han buscado el Amor de Nuestro Dios y Yo voy a estar con vosotros, os tomaré, Mis pequeños, os cuidaré, enjugaré vuestras lágrimas, os abrazaré para quitaros ése miedo, ésos temores tan fuertes de las cosas tan graves que veréis.
Una madre siempre protege a sus hijos y busca a aquellos que se han vuelto malvados y que no quieren estar en familia.
Ciertamente, aquellos que se han querido mantener en el Bien, vendrán rápidamente a Mí, y los otros, los perversos, escucharán ciertamente Mi Voz, que los llamaré, pero muchos de ellos no querrán venir.
Orad, Mis pequeños, y ofreced vuestros dolores, como los ofreció Mi Hijo por vosotros, para que estas almas rejegas, necias, malas, tengan un cambio y quieran regresar al Amor de Nuestro Dios.
Ciertamente veréis mucho mal en vuestras calles y alrededor del mundo, el mal se desatará y veréis cosas horribles, porque será la maldad de satanás en pleno, a lo que no estáis acostumbrados, pero Nuestro Padre lo permitirá para que os horroricéis de lo que es la maldad satánica y, con esto, no volváis a permitir que el mal entre en vuestro corazón.
Aún no conocéis ésa maldad pero en los corazones, en donde todavía hay amor, esto os ayudará a que busquéis más la santidad en vuestra vida, que los pecados y la maldad a donde os lleva satanás con sus mentiras.
Conoceréis cómo se os fue cuidando a lo largo de vuestra vida, todas las Bendiciones que recibíais en todo momento, día y noche. Conoceréis también vuestra necedad y tontería por tantas veces que os apartabais de todo el bien que vosotros teníais y preferíais vivir a espaldas de las Leyes de vuestro Dios. Todos tendréis la oportunidad de conocer todos vuestros errores y aciertos, éste será vuestro Juicio personal, el cual agradeceréis si sois positivos, si buscáis la perfección de vuestra alma, si queréis vivir eternamente con vuestro Dios.
No os imagináis, Mis pequeños, cuánto mal hay en el mundo y cuántas almas se han volcado hacia ése mal, que no han querido respetar todo lo que Nuestro Dios os pedía para vivir en el Bien y así, cumpliendo vuestra misión lo mejor posible, regresarais a gozar vuestra recompensa eternamente.
La humanidad se dejó engañar por satanás, pero no tratabais de luchar contra ése engaño, os convenía vivir en ése engaño, porque le dabais rienda suelta a vuestras pasiones desordenadas y eso seguía manchando vuestra alma ante los ojos de Nuestro Dios.
¡Cuánto bien dejasteis de hacer, Mis pequeños, por el bien del Reino, de Nuestro Dios! ¡Tanto bien que pudisteis haber hecho para salvar tantas almas de vuestros hermanos y no lo hicisteis, desperdiciasteis esa oportunidad para estar entre los justos que vivirán eternamente en niveles altos de Gracia y de honor en el Reino de los Cielos.
Bien podríais estar aquí, con Nosotros, con Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad, Conmigo, vuestra Madre, con el Señor San José, todos los ángeles y santos, viviendo en esta paz, en ésta armonía Divina, pero vuestra necedad, por no querer escuchar la Verdad de Nuestro Dios, estáis perdiendo oportunidades y sobre todo, Gracia para vivir en altos niveles celestiales.
Mis pequeños, os amo inmensamente y os repito, estaré con vosotros en todo momento, especialmente en los momentos difíciles, en donde quizá no encontréis salida a vuestros problemas o a vuestras dificultades, en ése momento, dadMe vuestra mano, invocad Mi Santo Nombre y ahí estaré junto a vosotros, para levantaros y daros nueva vida para que sigáis adelante, venciendo las pruebas que tendréis.
Os amo, Mis pequeños, os amo con Corazón de Madre, os amo por el Amor de Nuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y transmitirlo a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor, necesitan respeto.
Hijitos Míos, vosotros sois muy dados, os he dicho, a juzgar sin conocer el interior de la persona. Cuando Yo estuve entre vosotros aquí en la Tierra, Yo pasaba entre todo tipo de almas y todas recibieron Mi Amor, aún aquellas que Me atacaban. Yo oraba por ellas, Yo buscaba su cambio a través del Amor que Yo les daba pero, ciertamente, estas almas, no querían cambio y se mantenían ofuscadas en su maldad y así desperdiciaban Mi Gracia.
Vosotros sois muy dados a nada más relacionaros con aquellos que creéis que piensan como vosotros, que hablan como vosotros, que tienen los mismos intereses que vosotros y despreciáis almas que, a la mejor, por su apariencia, no queréis acercaros a ellas. Algunas almas, algunos hermanos vuestros, posiblemente, tengan una mirada osca y vosotros no os acercáis a ellos por temor de que os puedan decir algo malo o alguna grosería o que os desprecien, y no los buscáis y estas almas, muchas de ellas, son almas dulces, buenas, bellas y no os acercasteis a ellas y desperdiciasteis la oportunidad, quizá, de aprender algo bueno de ellas.
Hay otras almas que no han vivido en el amor, que no tuvieron ésa gracia de ser criados desde pequeñitos en el amor. Ciertamente, muchas de ellas se vuelven ariscas, se vuelven groseras, maleducadas y vosotros no os acercáis a ellas, también por el temor de que os vayan a hacer alguna grosería o hasta atacar. Estas almas responden con el amor.
Imaginad, Mis pequeños, por un momento, que Yo no Me acercara a ésas almas que Me atacaban, a ésas almas groseras, a ésas almas que no conocían el amor, Yo oraba por ellas e iba hacia ellas y, al sentir el Amor de Mi Presencia y Mi trato hacia ellas, con el Amor Santo, con el Amor Divino, con el Verdadero Amor que ama a las almas, estas almas cambiaban, se sentían amadas, por primera vez alguien las amaba y conocían el Amor y esto lograba el cambio en estas almas.
Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y transmitirlo a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor, necesitan respeto, necesitan la mano de un amigo que les apoye, que les haga ver una cosa muy diferente a lo que han vivido y, con un gesto de amor, vosotros podéis destruir ésa coraza que se han formado en contra de vosotros y de vuestros hermanos.
El Amor lo logra todo, Mis pequeños, tenéis que aprender a ir hacia el corazón de los demás y no os debéis dejar atemorizar con el exterior de algunos de vuestros hermanos, que, ciertamente, algunos se vuelven oscos, pero vosotros, con Mi Amor, debéis hacerlos cambiar. Yo no fui elitista, Yo no fui solamente a algunos lugares para encontrar a ciertas almas y despreciar a otras, Yo fui hacia todos, hacia todos vuestros hermanos, hacia todos Mis hermanos y, Mi Amor, cambió y sigue cambiando infinidad de almas que no conocen al Amor, al Verdadero Amor y que es el Verdadero Amor que también debe salir de vuestro corazón hacia ellos, con los que actualmente estáis conviviendo.
¿Cómo queréis cambiar pues al mundo y cambiarlo con el Amor, cuando estáis siendo elitistas y no estáis yendo con aquellos que más necesitan ser cambiados y esto, respetándolos, dándoles la mano, ayudándoles, conviviendo con ellos, para que aprendan que el Amor sí existe, que el Amor vive todavía en los corazones, que Mi Amor, el que derramé sobre todos vosotros sigue aún vivo sobre toda la Tierra y que hay almas buenas que lo están haciendo vida y que están ayudando a sus hermanos, como Yo ayudé a vuestros hermanos cuando conviví con vosotros en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: También os anuncio que habrá una Luz de Esperanza, que siempre os irá guiando, que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros.
Hijitos Míos, así como os he anunciado los flagelos que traerá vuestro castigo de penitencia a toda la humanidad, también os anuncio que habrá una Luz de Esperanza, que siempre os irá guiando, que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros, que os irá dando ésa paz, aún a pesar de los acontecimientos exteriores que tendréis.
Yo, como Bondad Infinita, no os puedo abandonar en esos momentos de gran prueba, porque conozco vuestra debilidad.
Ciertamente, los que estáis Conmigo, adquiriréis la Fortaleza que os dará Mi Santo Espíritu de Amor y que os ayudará a sobrellevar la prueba y, dentro de la prueba, como os dije, ayudar a muchos hermanos vuestros en su salvación eterna. Pero la debilidad que vosotros tenéis, primeramente, por ser pequeñas creaturitas y segundo, porque no estáis buscando Mi Gracia, si Yo os dejara así abandonados a vuestra suerte, seguramente satanás os llevaría completamente hacia vuestra destrucción eterna. Por eso siempre tendréis dentro de vosotros y sabréis de ésa lucecita de Esperanza que os estará llevando por caminos de seguridad y que os hará meditar y en Sabiduría actuar para que sigáis adelante, aún a pesar de las adversidades del momento.
No temáis, Mis pequeños, Mi Gracia siempre os estará ayudando si la invocáis. Pedid siempre la ayuda celestial, primeramente de Mi Santísima Trinidad, también de Mi Hija, la Siempre Virgen María, del Señor San José, de todos los ángeles y santos, pedid ayuda siempre a todas las almas celestiales, aún también a vuestros hermanos del Purgatorio, que ellos también tuvieron su prueba, y que están purgando para poder salir y vivir eternamente Conmigo y a ellas las podréis ayudar mucho con vuestros dolores, con vuestra pasión, con vuestro ofrecimiento, junto al de Mi Hijo.
No desperdiciéis ningún momento, Mis pequeños, aprovechad todos ésos momentos para salvación de almas, como lo hacía Mi Hijo.
Daos, daos por el Amor y para el Amor, que Yo os recompensaré grandemente, porque os amo a todos y porque quiero que todos gocéis eternamente Conmigo. Este es el tiempo en el que actuaréis como una verdadera familia que se ama, que se ayuda, que se dan hasta la última ocasión, que es el de dar la vida por el hermano.
Dolores grandes tendréis, pero también, grandes milagros veréis. Serán momentos de tribulación y serán momentos de alegría espiritual. Por eso conoceréis que esto viene de Mí y que será para vuestro bien.
Gracias, Mis pequeños.


miércoles, 1 de junio de 2011

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María, a J. V.


Abr 20_11 Entendedlo bien, que Yo no “fui”, sino “Estoy” y “Soy”.



Rosario vespertino-miércoles de Semana Santa
Temas:
  • Cuando Yo os digo que Mi Sangre ha purificado el presente, el pasado y el futuro, es vuestro presente, es vuestro pasado, es vuestro futuro, porque Yo estoy en un eterno presente.
  • Necesito, Mis pequeños, ésa oración continua para las almas que van a padecer, ya sea dolor o muerte, en los acontecimientos por venir en cada uno de los países del mundo.
  • Arrepentíos de corazón, porque no os habéis dado al cien por ciento a la obra que Yo os encomendé, que es vuestra misión aquí en la Tierra.
  • Yo quiero que así sean todos vuestros méritos, dándoMe todo a Mí, vuestro Dios, pero siempre viéndoMe a los Ojos.
  • Vosotros también debéis entregar a Mi Hijo para expiación, primeramente por vuestros pecados y luego por los pecados de la humanidad.
Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María, a J. V.
Primer Misterio
Habla Nuestro Señor Jesucristo
Sobre: Cuando Yo os digo que Mi Sangre ha purificado el presente, el pasado y el futuro, es vuestro presente, es vuestro pasado, es vuestro futuro, porque Yo estoy en un eterno presente.
Hijitos Míos, muchos, muchos de vosotros quisierais ya estar descansando de los Mensajes que se reciben alrededor del mundo, porque, quizá, os sentís tensionados, pero os he dicho que mantengáis la paz en vuestro corazón, a pesar de lo que os digo. Y esto os lo digo, Mis pequeños, para que aquellos que no han entendido que, todavía, debéis regresar a Mí en paz, en armonía, buscándoMe en Mi Amor, aquellos regresarán por temor, pero que sea un temor que luego se vuelva amor, como ya os he pedido antes, porque vosotros no fuisteis creados para vivir en el temor, sino en el amor.
Mis pequeños, os he dicho que los acontecimientos se tienen que dar, pero van a ser para vuestro bien. La humanidad está tan distraída éstos días, en los que quisiera que Me acompañarais todos vosotros en Mis sufrimientos, en Mis dolores, en Mi abandono.
La humanidad sigue haciendo lo mismo que aquellos que Me rodeaban, en ésos momentos, cuando Yo también estuve sobre la Tierra. Sobre todo, el abandono es lo que más Me duele, Mis pequeños, estáis tan embebidos en el mundo, que queréis seguir viviendo para el mundo y en el mundo.
Buscáis los momentos de libertad para gozar en vuestro cuerpo, pero no le dais el Alimento a vuestra alma que se le debe dar. Y así, éstos momentos en que Me debierais acompañar para aliviar Mis dolores, se vuelven de más tristeza porque no tengo en quién apoyarMe. No tengo el hombro de un amigo, de un hermano, que Me deje descansar en él y que Me diga palabras de aliento, sobre todo, de amor.
Yo Me he dado plenamente por vosotros, para vuestra salvación y lo único que os pido, son momentos de apoyo moral, espiritual. Recordad que os he dicho que aunque ya éste acontecimiento de Mi donación, se dio, Yo Vivo en un eterno presente y lo que vosotros Me deis, hagáis, Me digáis a Mi Corazón, es como si Me lo estuvierais dando en ésos momentos. Y esto tenedlo siempre presente, Mis pequeños y entendedlo bien, que Yo no “fui”, sino “estoy” y “Soy”, en el mismo tiempo de vosotros.
Todo eso espiritual que Yo os di en ésos momentos, se ha venido dando a lo largo de los siglos, por eso, cuando Yo os digo que Mi Sangre ha purificado el presente, el pasado y el futuro, es vuestro presente, es vuestro pasado, es vuestro futuro, porque Yo estoy en un eterno presente y, al entenderlo así, Mis pequeños, debéis poner más atención a vuestra vida y a todo lo que Me deis. VedMe, no cerca a vosotros, sino junto a vosotros y en vosotros.
Mucho bien Me haréis, Mis pequeños, porque deseo vuestras palabras de amor y de aliento, palabras de amor y de aliento que no Me dieron ni siquiera Mis discípulos en los momentos difíciles de la Crucifixión, porque huyeron. No quiero que huyáis vosotros, quiero que estéis junto a Mí.
Yo os recompensaré infinitamente, Mis pequeños, por esos detalles de amor que Me dais, porque, aunque Soy Dios, también Soy Hombre y como Hombre, necesito de vuestra compañía, de vuestro aliento, de vuestro amor, de vuestra compasión, de vuestra presencia junto a Mí en éstos momentos difíciles que Yo estoy pasando aquí Crucificado. Y ved nuevamente que no os dije “que pasé”, sino que “estoy pasando”, porque como os dije, todo es un eterno presente para Mí. No veáis como histórico ése hecho, vedlo actual y con ello, os uniréis a Mí y aliviaréis a infinidad de almas que necesitan de conversión y de salvación.
Poneos junto a Mi Madre, junto a la Cruz, estoy con vosotros, vedMe Sufriente, vedMe Sangrante, vedMe Doliente, estoy aquí con vosotros.
AcompañadMe, Mis pequeños, dadMe palabritas de Amor, ved y oíd todo lo que dicen contra Mí, las blasfemias, groserías, no dejéis que Mis oídos escuchen todo eso, dadMe palabritas de amor a Mis Oídos, opacad todas ésas palabras de la chusma, que a pesar de que las amé, amé todas ésas almas que Me rodearon, las alimenté física y espiritualmente y se volvieron, la gran mayoría contra Mí.
No Me falléis, Mis pequeños en estos momentos. Estáis también vosotros junto a la Cruz. Sentid Mi Presencia, estáis aquí Conmigo, sentid el viento helado, que se empieza a dar porque se está metiendo el sol. La obscuridad empieza a caer, la gente se empieza a asustar, tocad Mis pies y, con eso, dadMe apoyo. Llorad junto Conmigo el error de los pecados del mundo y vuestros propios pecados. Llorad junto Conmigo toda esa maldad de la Iglesia incipiente y que se ha venido aumentando con los siglos. Llorad junto Conmigo ése desprecio tan grande de aquellos que Me debieran seguir, porque fueron bautizados, como Yo también fui bautizado por Juan. Sois parte de Mí, os quiero junto a Mí, os quiero Conmigo, no Me abandonéis también vosotros, estáis junto Conmigo al pié de la Cruz.
Acompañad a Mi Madre, ved cómo llora, ved cómo llora por Su Hijo y por Su Dios. Acompañadla a Ella también.
Mientras estéis en la Tierra, Mis pequeños, mucho podéis hacer para acompañarNos, a Mí y a Mi Madre en estos momentos y aún en los momentos a lo largo de Mi Vida de predicación. Acá también tuve momentos difíciles, porque los mismos fariseos y escribas no Me dejaban en paz, trataban de destruir Mi Obra y destruirMe a Mí con ella.
Orad, Mis pequeños para que esto no suceda.
Volved al presente, ellos están también en el presente y siguen tratando de destruir Mi Obra y de destruirMe del corazón de los hombres.
Se quisieron deshacer de Mí en la Cruz y no pudieron, porque no contaban con Mi Resurrección y por eso Me siguen atacando, aún en vuestro presente.
Orad, Mis pequeños, porque se siguen infiltrando por todos lados éstos judíos farisaicos, que quieren destruir lo que Yo os dejé con todo Mi Corazón, con todo Mi Amor y envuelto todo esto en Mi Sangre Preciosa.
¡Cuánto dolor tiene Mi Corazón! Porque Yo Me di por todos y por todos los tiempos y una gran cantidad de hermanos vuestros, aún en estos tiempos no aprecian lo que os di y os sigo dando, por eso es tan importante que vosotros entendáis vuestra presencia en la Tierra y, esto es, que con vuestra oración, vuestra intercesión, podáis lograr que infinidad de almas que están dándoMe su espalda y Me están atacando, puedan dejar que la Luz de Mi Santo Espíritu penetre en ellos y les haga ver la realidad por la que ellos, también, están aquí en la Tierra.
Buscad pues, Mis pequeños, que todos vuestros hermanos se puedan salvar, no os deis por vencido. En vuestra oración, incluid a la humanidad entera para su salvación eterna. Todo se puede lograr si vosotros tenéis Fe y confianza en uniros a Mí, vuestro Dios, vuestro Hermano, vuestro Salvador. Confiad, Mis pequeños y confiad en que Yo os puedo dar vuestra salvación. Orad, orad intensamente, no Me falléis, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Necesito, Mis pequeños, ésa oración continua para las almas que van a padecer, ya sea dolor o muerte, en los acontecimientos por venir en cada uno de los países del mundo.
Hijitos Míos, os pido que os adelantéis siempre a los acontecimientos, ciertamente, no sabréis qué va a suceder, pero os he estado hablando de purificación y purificación quiere decir dolor, para los pueblos de la Tierra.
Cuando os he dicho que preparéis ésos momentos, es para que vosotros pidáis por las almas que van a ser probadas en toda la Tierra y, como no sabéis en dónde seguirá el siguiente acontecimiento, os quiero en oración continua y, sobre todo, para que pidáis por las almas, para que les nazca ése deseo de arrepentimiento y de mejorarse moral y espiritualmente.
Necesito, Mis pequeños, ésa oración continua para las almas que van a padecer, ya sea dolor o muerte, en los acontecimientos por venir en cada uno de los países del mundo.
Cuando os he dicho que os adelantéis a orar por todas las almas, deseo que pidáis fuertemente para que tengan arrepentimiento en vida, porque es más válido. Es más seguro un arrepentimiento en vida que las oraciones que les digáis cuando ya han muerto, porque no sabréis si ésas almas se salvaron ya que es más seguro que se salven con un arrepentimiento en vida que con todas las oraciones después de su muerte.
Vuestras oraciones mueven corazones y, en estos momentos, no os dais cuenta de ello y no están vuestras oraciones aisladas, sino como os he enseñado, vuestras oraciones se unen a las oraciones de la Comunión de los Santos, pero ellas, en sí, tienen muy poquita fuerza. Aunque son millones y millones de almas las que están orando, todas ésas oraciones tendrán potencia infinita, cuando se unan a las de Mi Hijo, Oraciones de Cristo Jesús, que llegan a Mí, al Padre. Ciertamente, como Dios, en Mis Tres Divinas Personas, voy recibiendo todo y debéis dárMelo todo, ya sea a través de Mi Hija, a través de Mi Hijo Jesucristo, a través de Mi Santo Espíritu y todo eso llegará a Mí, como Padre que Soy de todo lo creado.
Vuestra oración, Mis pequeños, es importantísima, no os sintáis poca cosa, aunque sois pequeñitos, insignificantes ante Mis Ojos, ya no lo sois cuando os unís a Mi Hijo.
Cuando estáis orando, junto a Mi Hijo, vuestras oraciones se vuelven poderosísimas, no así cuando estáis orando solos, creyendo que vuestra oración está llegando a Mí en una forma muy fuerte, ya sea porque vuestros dolores en ese momento son muy grandes, pero no os dais cuenta que vuestros pecados, también son muy grandes y vuestra imperfección inmensa, porque estáis afectados, primeramente por el Pecado Original y después por los pecados que habéis cometido en toda vuestra vida. Aunque perdonados estén, van debilitando vuestras capacidades, porque el pecado os lleva al mundo y, si habéis pecado mucho, quiere decir que estáis muy arraigados al mundo.
Por eso, os he pedido tanto que entréis a vuestro interior, que entréis a vuestro corazón, donde habita Mi Santo Espíritu, para que os vaya apartando del mundo y que empecéis a volar hacia Mí. Uníos continuamente a los méritos de Mi Hijo, no despreciéis Nuestra Santísima Trinidad y todo lo que Mi Hija pueda hacer por vosotros para atraeros a Mí, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad.
¡Tanto bien que podéis hacer con vuestra donación! Pero, aunque no comprendáis todo lo que podéis hacer, simplemente hacedlo, porque os lo pido, Mis pequeños, más tarde entenderéis todo esto que Yo os estoy diciendo, ya que si actuasteis según como os lo fui pidiendo, gozaréis con Mi Gozo. Lo que no quiero es que os arrepintáis, cuando lleguéis a Mí, de no haberMe escuchado, porque conoceréis el tiempo perdido que no aprovechasteis y que pudisteis haber hecho tanto por Mi Reino en la salvación de todas las almas y no lo hicisteis.
¡No desperdiciéis ni un segundo de vuestra vida, Mis pequeños, podéis hacer tanto por Mi Reino! Vosotros quizá os sentís ahora fuertes y que no necesitáis ayuda de vuestros hermanos, prácticamente en ninguna forma, porque os sentís muy fuertes, pero os llegará el momento en que ya os iréis acercando a Mí, en vuestra muerte humana y en ése momento es cuando os sentiréis tal y como sois, pequeños, débiles, con una imposibilidad fuerte de luchar contra vuestros defectos y poder levantar vuestro pasado a un olvido ante Mí. Que también eso quiero, Mis pequeños, que vuestro presente y vuestro actuar presente, haga que vuestro pasado no esté ante Mí, en vuestro Juicio Final.
¡Os amo tanto, Mis pequeños, que cómo quisiera que ya estuvierais todos alrededor Mío!, pero os falta aún poco, hacer más méritos, sobre todo, salvar más almas.
¡DadMe muchas almas, las necesito a todas! DadMe almas, porque Yo os di a Mi Hijo y vosotros, los que abristeis vuestro corazón a todas las Enseñanzas de Mi Hijo sobre la Tierra, habéis aprendido inmensamente el cómo se vive en el Cielo, y es Amor, puro Amor.
PedidMe, Mis pequeños que llene vuestro corazón con Mi Amor, para que os sintáis plenos y que sintáis la necesidad de daros por vuestros hermanos, porque así es el Amor.
Como os he explicado, el Amor es dinámico, no lo podéis detener y por eso Mi Amor debe llegar a todos los pueblos de la Tierra, por su dinamismo de salvación.
Os Bendigo, Mis pequeños y pedidMe continuamente que Mi Amor os cubra y os haga crecer, para que Me podáis dar muchas, muchas almas.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Arrepentíos de corazón, porque no os habéis dado al cien por ciento a la obra que Yo os encomendé, que es vuestra misión aquí en la Tierra.
Hijitos Míos, recordad el pasaje donde se os dice cómo se comportaban los cristianos en un principio. Eran alegres, muy alegres, se compartían lo que tenían, fuera poco o mucho y el amor estaba en ellos.
Ciertamente luego entró el mal y fue destruyendo esos grupos unidos en el amor. Estos son tiempos del reencuentro en el Amor que Yo os dejé, Mis pequeños.
Mi Vida sobre la Tierra no fue triste, fue alegre y sobre todo, dedicada a hacer la Voluntad de Mi Padre.
Por un momento imaginad que Yo hubiera sido un Mesías triste, enojón, impaciente, Yo no os hubiera dado un buen ejemplo. Si os he dado ejemplo, es porque viví en la Virtud, en Mis Virtudes excelsas y Divinas que os vine a enseñar y a las que estáis llamados, Mis pequeños, porque si Me seguís, vosotros tenéis la obligación y tenéis la Gracia de ser otros Cristos y de vivir y hacer las cosas que se Me vieron hacer a Mí, vuestro Dios.
En estos tiempos de tribulación, quiero que vuestros hermanos se den cuenta quiénes son los que Me siguen, los que están llenos de Mi Vida y de Mi Amor y ellos deben ser los cristianos, el grupo escogido de estos tiempos.
Por eso, dejad a un lado lo que sea tristeza, preocupación, todo aquello que os arraiga al mundo, eso no os va a dar el crédito que debéis tener, porque vosotros os presentáis como Cristianos, o sea, seguidores Míos y si estáis viviendo en forma diferente a la Mía, no os estáis comportando como os debéis comportar.
¿Habéis entendido esta lección, Mis pequeños? Dejad a un lado las tristezas y preocupaciones de la vida, porque realmente es ahí en donde radican vuestras preocupaciones, en el qué hacer si no tenéis de lo elemental, lo básico para vivir. No estáis confiando en Mi Providencia Divina, no estáis confiando en Mis Promesas, dejad pues vuestras preocupaciones, que os están dañando y Me están dañando, porque no crecéis en la confianza plena que debéis tener en Mí, no estáis ejercitando las Virtudes, especialmente la paz en vuestro corazón y en una confianza plena en Mi Voluntad.
Arrepentíos de corazón, porque no os habéis dado al cien por ciento a la obra que Yo os encomendé, que es vuestra misión aquí en la Tierra.
Algunos habréis dado el veinte por ciento, otros el cuarenta, otros el sesenta o aún el ochenta, pero difícilmente dais el cien por ciento, porque no os acercáis a Mí ni Me pedís ayuda para darlo. Venid a Mí y, en humildad, decidMe: “mi Jesús, mi Hermano, ¿en qué Te he fallado?, ¿en qué puedo mejorar?, ¿cómo puedo llegar a ésa perfección que nos has dicho que debemos buscar?”
Venid, Mis pequeños y no elucubréis, porque vuestras elucubraciones son imperfectas, porque vosotros sois imperfectos. Venid a Mí, para que Yo os enseñe y os guíe, confiad, confiad en Mi guía amorosa, Sabia y Santa, os quiero llevar por caminos de perfección, pero os debéis soltar plenamente a Mí, nadie más os podrá enseñar lo que Yo os enseñaré.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo quiero que así sean todos vuestros méritos, dándoMe todo a Mí, vuestro Dios, pero siempre viéndoMe a los Ojos.
Hijitos Míos, la gran mayoría de vosotros creéis que se necesitan acontecimientos fuertes, en la vida de cada uno de vosotros o de los pueblos, para que así ésos acontecimientos fuertes y dolorosos los podáis ofrecer y unir a los méritos de Mi Hijo, para que éstos salven muchas almas y no es así, Mis pequeños.
Os he explicado ya antes que todos vuestros actos deben estar envueltos en amor, si no hay amor en vuestros actos de donación, estos no sirven para nada.
Cuando vosotros Me dais algo, con ésa finalidad de salvación de almas, Me los debéis dar viéndoMe a los Ojos y os digo esto, porque de esa forma os daréis cuenta de que lo que Me estáis dando, Me lo estáis entregando de todo corazón y Yo quiero que así sean todos vuestros méritos, dándoMe todo a Mí, vuestro Dios, pero siempre viéndoMe a los Ojos.
Si os dais cuenta, aquellos que os engañan o aquellos que quieren haceros un mal, cuando están frente a vosotros, no os miran a vuestros ojos, tratan de esquivar vuestra mirada, voltean a todos lados, pero no miran a vuestros ojos.
Yo quiero que viváis Conmigo y para Mí, siempre, en una total honestidad de vida y esto se logra en la sencillez, como niños y, por eso, Mi Hijo os pidió tanto el ser como niños, porque si vuestras obras vienen directamente a Mi Corazón, aunque creáis que vuestras obras son pequeñas, si las unís al Amor de Mi Hijo, Yo las recibiré como si hubieran sido hechas por Mi Hijo y, de hecho lo son, porque Mi Hijo está viviendo en cada uno de vosotros. Vosotros, que habéis abierto vuestro corazón a Su acción, Le permitís Su entrada, Él os purifica y os perfecciona.
No caminéis solos en la vida, caminad siempre acompañados de Mi Hijo y así es como estaréis haciendo las mismas obras que se le vieron hacer a Mi Hijo y que ahorita haréis vosotros, Le daréis vida en vosotros, así Mi Hijo estará caminando en el mundo gracias a vosotros y Él estará llenando el mundo con Sus Bendiciones para la salvación de las almas. No os separéis nunca de Él, Mis pequeños. En los momentos buenos, en los momentos difíciles, dadLe la mano, caminad juntos, salvad almas juntos para Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Vosotros también debéis entregar a Mi Hijo para expiación, primeramente por vuestros pecados y luego por los pecados de la humanidad.
Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra, pero también Madre de Mi Hijo y de Mi Dios, fue un Dolor grande el haber tenido que estar presente en ése Sacrificio tan cruento de Mi Hijo. Ciertamente, por un lado, sufría y por otro gozaba, igual que Mi Hijo.
Sufría al ver a Mi Hijo, el trato que se Le daba, como el de un ladrón o asesino, siendo que Él es puro Amor y se los demostró a ése pueblo infiel. Un pueblo escogido por el Padre, pero de cerviz dura y traicionera.
Mi Dolor era grande al ver cómo se Le trataba, pero también una alegría Divina Me inundaba en todo Mi Ser porque, en ése momento, Yo era Sacerdotisa entregando al Cordero en el Altar por la expiación de todos los pecados, pasados, presentes y futuros. Vosotros, por vuestro bautismo, también sois sacerdotes y quiero que estéis consientes, Mis pequeños, de esa realidad en que vosotros también debéis entregar a Mi Hijo para expiación, primeramente por vuestros pecados y luego por los pecados de la humanidad, pero quiero que os acerquéis a Mí, como Madre vuestra y que entendáis Mi Dolor, el Dolor de una Madre, que está viendo frente a Ella, cómo destrozan a Su Hijo y prácticamente no hay nadie que trate de defenderLo.
Vosotros, en vuestro sacerdocio bautismal, entregad al Padre a Su Hijo, a Mi Hijo, a vuestro Dios y Salvador y uníos a Él y gozad, también, por vuestra salvación, porque Su entrega es para vuestra salvación y la de vuestros hermanos. Estáis ofreciendo a Mi Hijo, como cordero, como se pedía antiguamente, que se llevara un animalito y que fuera sacrificado por el sacerdote del Templo para expiación de vuestros pecados. Al entregarMe a Mi Hijo, como Cordero, también estáis expiando vuestros pecados, pero que nazca también en vosotros ése deseo de mejora y de santificación, no os quedéis solamente en la expiación porque, de ahí, podéis caer y de nada serviría el que hubierais ofrecido al Cordero Divino por el perdón de vuestros pecados, debe haber en vosotros ése deseo de mejora, de crecimiento espiritual, de purificación total, para que podáis entrar al Reino de los Cielos.
Meditad todo esto, Mis pequeños, para que entendáis la realidad de este Misterio tan grande, Misterio de Amor, porque os quedáis solamente en el dolor y no hay alegría en vuestro interior. Meditadlo, Mis pequeños, venid a Mí, para que Yo, como Madre vuestra, os enseñe todo lo que debéis sacar de enseñanza de éste ofrecimiento de Amor de Nuestro Dios, Jesucristo, a Nuestro Dios, Padre.
Gracias, Mis pequeños.