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jueves, 14 de abril de 2016

Mzo 01_16 Vuestra alma está impregnada de Mi Esencia Divina, que es el Amor.


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Rosario vespertino

Temas:

  • Qué tristeza Me da, Mis pequeños, saber que, a la gran mayoría de vosotros, no os interesa abrir las Sagradas Escrituras, para conocer más de lo que Yo os he dejado y que el Conocimiento de Mis Enseñanzas, os van a llevar a la perfección.
  • ¡Me hacéis sufrir tanto, Mis pequeños!, por vuestro desamor, por vuestras traiciones, por vuestra falta de Sabiduría, por eso he de adelantar esta Purificación, para terminar este tiempo de gran maldad de satanás y empezar una nueva oportunidad para las almas buenas, para las almas que han buscado santidad en la perfección de sus actos.
  • La Justicia se irá incrementando, Yo tengo derecho a Mi Justa Justicia, aunque a muchos de vosotros no os guste esta palabra y, de hecho, no debiera de existir, Mis pequeños, si vivierais en el Amor.
  • Nuevamente os pido, como Mi Hijo os lo pidió, ser como niños, pero ser verdaderos niños y, primeramente, como os dije, obedientes y deseosos de agradar a vuestro Padre, que Soy Yo.
  • Al entender esto, Mis pequeños, tras de esta explicación que os doy, reparad vuestro pasado y empezad una nueva vida en la perfección y viviendo para allanar el camino de vuestros hermanos a través de una vida de ejemplo.


Mensaje de Dios Padre a J. V.


Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Qué tristeza Me da, Mis pequeños, saber que, a la gran mayoría de vosotros, no os interesa abrir las Sagradas Escrituras, para conocer más de lo que Yo os he dejado y que el Conocimiento de Mis Enseñanzas, os van a llevar a la perfección.

Hijitos Míos, en las Escrituras, tenéis que, estos cielos y estas tierras pasarán pero, Mis Palabras, nunca pasarán. Mis Palabras son eternas, Mis Palabras son de Amor, de Sabiduría, de Esperanza y,  en Mis Palabras, con el Conocimiento que se os ha dado desde antiguo, tenéis Mi Sabiduría Divina y el hombre debiera estar feliz por ello.

¡Cuántas veces no estáis buscando cosas misteriosas!, o cosas diferentes a lo que sabéis, porque queréis conocer más y son cosas de hombres. Os gustan, os interesan y eso es bueno, porque vosotros también tenéis que buscar vuestro conocimiento intelectual, si buscáis lo bueno, no lo misterioso, no lo satánico, en donde os engaña satanás y os desvía.

Cuando buscáis cosas nuevas para aprender algo que os interesa, os va a llevar a crecer culturalmente para ayudar a vuestros hermanos y os gusta eso, pero, Mis pequeños, conocer la Sabiduría Divina, os debiera alegrar inmensamente, es la Sabiduría de todo un Dios, que os ha dejado, para que vosotros crecierais, compartierais y os prepararais para el paso de la Tierra al Reino de los Cielos.

Pero, qué tristeza Me da, Mis pequeños, saber que, a la gran mayoría de vosotros, no os interesa abrir las Sagradas Escrituras, para conocer más de lo que Yo os he dejado y que el Conocimiento de Mis Enseñanzas, os van a llevar a la perfección, os van a llevar a que Me entendáis a Mí, como vuestro Padre, vuestro Dios, vuestro Creador, vuestro Salvador y, de esta forma, aprender a agradecerMe y amarMe más; que vosotros no podéis amar a alguien si no le conocéis, pero, no os interesa saber de Mí, no os interesa crecer en Sabiduría Divina, que, como os dije, esto os llevaría a la perfección.

Mis pequeños, en el Reino se vive la Perfección y vosotros, en cierta forma, estáis obligados a conocer de todo esto, porque sois Mis hijos y si Yo os voy a pedir perfección en el Reino de los Cielos, si tuvierais el interés, abriríais las Sagradas Escrituras, más  continuamente, para aprender de lo que Yo os he dejado ahí, que, esto a la vez, os llevaría a una fraternidad, no solamente Mundial, sino Universal y, al estar produciendo amor entre hermanos, el mal se acabaría.

Tenéis el Tesoro más grande, que son las Sagradas Escrituras entre vosotros. El Libro Perfecto, el único Libro, de entre los millones de libros que existen, éste es el Libro que os debiera interesar para perfeccionaros y no lo hacéis.

Meditad todo esto, Mis pequeños y, sobre todo, por lo que os dije: que en el Reino de los
Cielos, se vive, se habla, se goza, lo que viene en el Libro Sagrado y lo tenéis al alcance de vuestra mano, desde ahora, en la Tierra, con vosotros y no lo aprovecháis. De esto también seréis juzgados, por haber desaprovechado el gran tesoro que teníais y que Yo os dejé desde antiguo para vuestra perfección y no lo tomasteis.

Ciertamente, el no estar preparados para el Reino de los Cielos con el Conocimiento Divino, os lleva a más tiempo de purificación en el Purgatorio.

Vosotros escogéis, aprender con gusto y con amor desde ahora, o tendréis que pasar más tiempo de preparación y purificación en el Purgatorio, para poder entrar al Reino de los Cielos.

Yo no Soy un Dios difícil, no Soy un Padre que os esté exigiendo lo que debéis hacer, os pido que hagáis las cosas porque esto es lo que os conviene, pero vosotros escogéis. Meditad, meditad Mis Palabras y ponedlas en práctica.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Me hacéis sufrir tanto, Mis pequeños!, por vuestro desamor, por vuestras traiciones, por vuestra falta de Sabiduría, por eso he de adelantar esta Purificación, para terminar este tiempo de gran maldad de satanás y empezar una nueva oportunidad para las almas buenas, para las almas que han buscado santidad en la perfección de sus actos.

Hijitos Míos, qué difícil se os hace hacer vida de amor. Si estuvierais más conscientes de vuestro Juicio y de la vida eterna, que puede ser para Bien o para mal, de vuestra alma, pondríais un poco más de cuidado en cómo lleváis vuestra vida en la Tierra.

Vida de amor, es una vida de ejemplo, Mis pequeños. Se os dio el don de la vida para ser ejemplo ante vuestros hermanos. El Pecado afectó todo lo creado, todo el Universo fue afectado por el Pecado Original y vuestra misión es reparar, es mejorar todo lo que la maldad destruyó.

Estad conscientes de esto que os voy a decir: Yo, vuestro Dios, el Perfecto, vuestro Padre, os doy el don de la vida para que bajéis a la Tierra a que compartáis el Bien que viene de Mí. El Bien está en vuestra alma, vuestra alma está impregnada de Mi Esencia Divina, que es el Amor, vuestra misión en la Tierra es simple: es amar.

Bajáis a la Tierra y, ¿cuántos de vosotros, realmente bajáis a amar? Hay dos opciones, amar u odiar. Hacer crecer vuestra alma o destruirla con la maldad de satanás. Vuestra función es la más sencilla, es una función Divina, una tarea Divina que os va a dar inmensidad de gozo y de regalos cuando regreséis al Reino de los Cielos, pero, durante vuestra vida en la Tierra, si estáis llevando a cabo vuestra misión correctamente, que es amando a vuestros hermanos y mejorando todo aquello que está caído en el pecado, para llevarlo nuevamente a la Gracia, ya desde vuestra vida en la Tierra vais recibiendo Mis Cuidados, Mis Bendiciones, Mis Gracias, Mi Vida espiritual a través de Mi Santo Espíritu.

El estar Conmigo, Mis pequeños, os va a asegurar una vida de muchos cuidados, ciertamente, también de ataques de satanás, porque él sabe cuándo Yo estoy cuidando y consintiendo a las almas que están tomando su misión correctamente, con amor y, sobre todo, con cariño, pero siempre seréis cuidados por Mí si estáis haciendo lo correcto. Tenéis todo cuando estáis Conmigo y os vuelvo a preguntar ¿cuántos de vosotros, realmente, estáis haciendo lo correcto, que es amando, transmitiendo amor, reparando todo aquello que está afectado por el pecado, otra vez a niveles de Amor? Pocas, muy pocas almas tratan de llevar a cabo esta tarea, que es la que os enseñó Mi Hijo: amar, reparar, unir en el amor, perdonar, saber perdonar al que ha hecho el mal.

Mis pequeños, el Amor lo es todo, es Mi Esencia, Mi Esencia Divina; fuisteis creados en Mi Esencia Divina y vuestra finalidad eterna, es vivir en Mi Esencia Divina. Son tantas y tantas las almas que se condenan porque no quieren amar. Despreciáis el dolor, despreciáis la maldad, la atacáis, pero en buena parte, toda vuestra vida, la compartís con satanás.

Me duele mucho, Mis pequeños, hablaros de esto. Me pertenecéis, pero vosotros escogéis libremente vivir con el enemigo o, desgraciadamente, morir también con él, para condenaros eternamente.

¡Me hacéis sufrir tanto, Mis pequeños!, por vuestro desamor, por vuestras traiciones, por vuestra falta de Sabiduría, por eso he de adelantar esta Purificación, para terminar este tiempo de gran maldad de satanás y empezar una nueva oportunidad para las almas buenas, para las almas que han buscado santidad en la perfección de sus actos. Es una oportunidad que le daré a las almas escogidas de este tiempo, para que levanten a una buena cantidad de almas del Universo entero. Ellas saben reparar, saben amarMe, saben agradecerMe, saben humillarse, saben darse como Mi Hijo se dio en obediencia para salvaros.

Este será un tiempo de Amor, de mucho Amor, en el que estas almas escogidas estarán ante Mí, como lo están los Santos Ángeles en el Reino de los Cielos, totalmente a Mi servicio, con un deseo grande de agradarMe, de amarMe, de servirMe. Soy vuestro Rey, Soy vuestro Dios, Soy vuestro Padre, ¿acaso no Me merezco lo mejor, cuando Yo os he dado lo mejor que cada uno de vosotros tenéis?
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: La Justicia se irá incrementando, Yo tengo derecho a Mi Justa Justicia, aunque a muchos de vosotros no os guste esta palabra y, de hecho, no debiera de existir, Mis pequeños, si vivierais en el Amor.

Hijitos Míos, aunque ya hace tiempo os dije que estáis viviendo tiempos de Justicia, Mi Misericordia, ciertamente, no termina porque es un acto de Amor y Yo Soy Todo Amor. La Misericordia ya está entre vosotros y la Justicia también.

La Justicia se irá incrementando, Yo tengo derecho a Mi Justa Justicia, aunque a muchos de vosotros no os guste esta palabra y, de hecho, no debiera de existir, Mis pequeños, si vivierais en el Amor.

A la Justicia, le temen los que han vivido en el mal, los que Me han traicionado, los que han traicionado el amor de sus hermanos, los que han vivido para hacer el mal, para aprovecharse de sus hermanos para eliminarlos, ellos son los que temen a Mi Justa Justicia.

En cambio, las almas que tratan de vivir en el Amor, en ellos vive Mi Misericordia, no le temen a Mi Justicia, porque, además, saben que tengo derecho a ella, pero que no les va a tocar a ellos, porque Mi Justicia, prácticamente no toca a aquellas almas que han vivido en amor.

¡Cuántas almas ahora temen a Mi Justa Justicia, se han aprovechado de los tiempos de amor! Han vivido en el pecado, han causado mucho daño a Mi Sacratísimo Corazón y a sus hermanos, pero, ahora, ya os alcanzó el tiempo, estáis ya viviendo el final del final de los tiempos y Mi Justicia está a las puertas. Estas almas malas, la intuyen, tiemblan, saben que ya les llegó su momento. Que teman, ciertamente, porque no tuvieron temor de Dios cuando hacían el mal, cuando no veían por el bien de sus hermanos, cuando se aprovechaban del prójimo. Vivieron en la maldad de satanás y así como él fue juzgado y eliminado del Reino de los Cielos, todas estas almas que han vivido en el mal, intuyen su futuro eterno. Es tanta su maldad, pero también su soberbia, como la de satanás, que les impide hasta arrepentirse.

El mal corroe el alma, destruye los buenos sentimientos, no es tierra fértil para el amor, así que, al momento en que estas almas se quieren arrepentir, no saben hacerlo, a muchas, ni les interesa o sienten que Mi Justicia no vendrá, inventan tantas cosas para tratar de quitarse una realidad de encima y eso hace que queden más desprotegidas para el momento de la realidad, en la cual Me Presentaré y tomaré cuentas de sus actos.

Me disgusta tanto ver estas almas, Mis pequeños, son Mis hijos, pero, en muchas de ellas, ya no quedan residuos de amor. Almas que eliminaron, prácticamente, todo el amor que pudieron haber tenido y prefirieron vivir en la maldad para llenarse solamente de bienes de la Tierra, que las van a llevar a un mal eterno, a un castigo justo, porque escogieron un mal camino y no se arrepintieron del mal que hicieron a sus hermanos, pero que, primeramente Me lo hicieron a Mí, al darle la espalda a Mi Amor.

Cuánto Me duelen estas almas, porque vuestra alma es parte de Mí, almas que en lugar de tomar y seguir la Esencia Divina, la eliminan a toda costa, a partir de actos malos, pecaminosos, traicioneros, que continuamente hacen.

¡Cuánto Dolor! y tened entendido, Mis pequeños, que Yo no Me alegro de enviar a un alma al fuego eterno. Amo a todas las almas y Me duele la condenación de aquellas que se pierden eternamente, aún a pesar de sus graves pecados, de la maldad que dejaron entrar en su corazón, nunca, nunca Me alegraré, aunque se lo merezca, a que se pierda eternamente un alma.

Vosotros todavía no comprendéis lo que es Mi Amor Divino, el Verdadero Amor, que, aún vosotros no conocéis, porque estáis afectados por el Pecado Original. Llegará el tiempo en que comprendáis Mi Amor y es cuando entenderéis Mi Dolor, las lágrimas de Mi Hijo, el sufrimiento de Su Pasión por la salvación de todos vosotros, pero más, por el Dolor de haberse dado por todas las almas y no se iban a salvar muchas, porque prefirieron o iban a preferir vivir en el mal.

Reparad, Mis pequeños, por el Dolor que tantas almas Me causan y aún vosotros mismos, que Me causáis con vuestros pecados, aunque no sean tan graves, como los de aquellos que se condenan eternamente. AmadMe, reparad, llevadMe en vuestro corazón y llorad Conmigo el Dolor que Me provocan estas almas que se condenan eternamente.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Nuevamente os pido, como Mi Hijo os lo pidió, ser como niños, pero ser verdaderos niños y, primeramente, como os dije, obedientes y deseosos de agradar a vuestro Padre, que Soy Yo.

Hijitos Míos, ser como niños no es solamente una actitud, es una forma de vida. Sois niños, porque sois Mis hijos y de ahí parten todas vuestras obligaciones; hijos Míos, seréis siempre. Ser niños es la forma de vida que debéis llevar ante Mí, principalmente en la obediencia.

Los niños, desde pequeños, son educados, son guiados, son llevados a la perfección a donde cada familia los quiere llevar. Yo quiero la perfección de todas las perfecciones, porque no solamente fuisteis creados para convivir entre los hombres, fuisteis creados para convivir con toda la Creación, visible e invisible, que ésta incluye el Reino de los Cielos, a donde tarde o temprano llegaréis.

Mis pequeños, sois niños y debéis vivir así como niños, obedeciendo, primeramente, lo que Yo os pido, los Mandamientos, que estos os llevan a la perfección de vuestros actos. Los Mandamientos se os dieron por causa del pecado, el hombre no estaba programado para vivir en el error y en el pecado, estabais llamados, desde el Principio, a la perfección, porque si Yo Soy vuestro Dios y Soy el Perfecto, todas Mis Obras son Perfectas.

El hombre, escogió seguir a satanás y, éste, os llevó a la imperfección, que es el pecado. La desobediencia es una de las principales causas de que un niño vaya por mal camino, los hijos desobedientes, siempre acaban mal. Los padres aman a los hijos y siempre buscan lo mejor para ellos.

Os repito, vosotros no necesitabais los Mandamientos, vuestros Primeros Padres no los necesitaron. En el Amor, en la perfección, se vive totalmente en obediencia a Mí, en total sumisión, pero no en una sumisión esclavizante, sino en una sumisión en donde se sabe que el Padre va a buscar lo mejor para el hijo y si le pide algo o se lo ordena, de ahí siempre surgirá un bien, pero un bien que lo va a exaltar, que lo va a ser mejor y nunca para esclavizarlo ni disminuirlo.

Sois Mis hijos, Soy vuestro Dios, no habéis meditado ésta categoría espiritual que cada uno de vosotros tenéis, en la que fuisteis Creados. No sois creaturas o cosas, fuisteis creados a Imagen y Semejanza Mía. Vosotros no meditáis las grandes Bendiciones que recibís con vuestra creación. El don de la vida, es algo grande, en lo que tampoco meditáis.

Os he dado la tarea inmensa de servirMe; los Ángeles, en el Cielo, se alegran inmensamente en el servirMe y vosotros, ni siquiera meditáis en ello.

Postrados debierais estar en agradecimiento de tantas y tantas Bendiciones que recibís de Mí y no lo hacéis. Tenéis un corazón muy duro. PedidMe que os quite el velo que os evita conocer esta realidad Divina, para que os deis cuenta cómo os he amado, desde que fuisteis Creados y qué poco Me habéis pagado.

Si fuerais como niños, lo pediríais de inmediato, el niño siempre está alegre, busca saber más, busca amar, agradar. La presencia del niño, alegra, ayuda a que el ambiente en una familia cambie, cuando son niños buenos, cuando son niños obedientes y sanos, espiritualmente hablando.

Nuevamente os pido, como Mi Hijo os lo pidió, ser como niños, pero ser verdaderos niños y, primeramente, como os dije, obedientes y deseosos de agradar a vuestro Padre, que Soy Yo.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Al entender esto, Mis pequeños, tras de esta explicación que os doy, reparad vuestro pasado y empezad una nueva vida en la perfección y viviendo para allanar el camino de vuestros hermanos a través de una vida de ejemplo.

Hijitos Míos, Yo no os di el don de la vida para que vinierais a la Tierra a poner piedras en el camino de vuestros hermanos, sino para allanarles su camino y llevarlos a la salvación.
Cada uno de vosotros tiene un tiempo de vida y este tiempo de vida, va a afectar a las almas que vivan en vuestro propio tiempo. Ciertamente, vuestra oración, también, puede ayudar a almas pasadas y futuras, pero, principalmente, estoy hablando del ejemplo que daréis y con las almas con las que vosotros compartiréis vuestra vida en el tiempo que os permitiré u os he permitido vivir.

La principal afectación a las almas, con las que vosotros convivís, es causada con vuestro ejemplo. Cuántas veces, distraídamente o a propósito, hacéis o decís cosas desde que sois pequeños, cuando ya tenéis uso de razón, porque ya habéis convivido con hermanitos vuestros o amiguitos de la escuela o compañeros de los cuales aprendéis de algunos, cosas buenas, de otros, cosas malas.

Desde pequeñitos vais afectando almas, no os dais cuenta y desde ahí empieza a actuar Mi Justa Justicia. Para muchos, en este momento, brincaréis de la silla y diréis que no os dabais cuenta de lo que hacíais y, por eso os dije, cuando ya tenéis uso de razón, cuando ya os dais cuenta del mal que hacéis o del bien con el que ayudáis. Y, así, vais creciendo, Mis pequeños, por un lado, dejando estela de buenas cosas que hacéis, que decís o de vuestras oraciones, que ésas, las escucho Yo, las tomo en cuenta y las aplico, pero, también, vais afectando muchas almas con vuestras malas decisiones, con vuestras críticas, con vuestra maldad interior, vuestros malos deseos, blasfemias, maldiciones, malos tratos, robos, tantas, tantas imperfecciones a donde os ha llevado satanás y vosotros, aceptando estas malas acciones en vuestra alma, afectando, así, a vuestros hermanos con ellas.

Cuántas miles y miles de malas acciones habéis cometido a lo largo de vuestra existencia. Pecáis muchísimas veces al día, con pecados, que podéis decir que son veniales, pero ya dañaron a vuestra alma, ya afectaron, ya merecen un castigo y una pena. Y así van pasando los días de vuestra vida y, si pudierais ver cómo se van amontonando todas estas acciones negativas en vuestro ser, en vuestra alma, para vuestro Juicio, entraríais en horror y quizá hasta en pánico, porque si os estoy diciendo que vais a ser juzgados por ello, vuestras buenas obras no alcanzarían para borrar tantos pecados que cometéis y, es una realidad, Mis pequeños. El hombre comete más maldad que bondad durante su vida, muy pocas son las almas que viven realmente sirviendo a sus hermanos para allanarles la vida y ayudarles en su salvación eterna. Preferís criticar que hacer el bien, por poneros un ejemplo.

Y así es toda vuestra vida, Mis pequeños, en lugar de tratar de buscar vuestra perfección, para perfeccionar a vuestros hermanos, al contrario, entra la crítica, la envidia, la maldad, el error y no deseáis el bien como debierais desearle a vuestros hermanos, sale más maldad de vuestra boca, de vuestros pensamientos, de vuestro corazón, que el bien que debierais vivir y desear.

Por eso os insisto tanto en las Virtudes, en los Sacramentos, en el arrepentimiento. Como os he dicho, prácticamente, no hay alma que muera y pueda entrar directamente al Reino de los Cielos, salvo en casos especiales, que ya conocéis, pero en muertes naturales, normales, es prácticamente imposible, por tantos errores, maldades, pecados que traéis arrastrando de años y años.

Procurad que cuando os vayáis a confesar ante un ministro Mío, vuestro arrepentimiento sea profundo, verdadero y con un deseo de cambio total.Ciertamente contáis con Mi Misericordia, pero necesito vuestro arrepentimiento.

Al entender esto, Mis pequeños, tras de esta explicación que os doy, reparad vuestro pasado y empezad una nueva vida en la perfección y viviendo para allanar el camino de vuestros hermanos a través de una vida de ejemplo, de intercesión, de ayuda y esto es, mostrándoles cómo se debe vivir y para esto, Mi Hijo os lo enseñó; sed los Cristos que Yo quiero que seáis en estos tiempos, para allanar el camino de vuestros hermanos para su salvación eterna.
Gracias, Mis pequeños.

www.diospadresemanifiesta.com

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sep 07_11 El Santo Rosario es ésa honda de David.

Rosario vespertino
Temas:
  • Cuando regreséis a Mí, ésa Fe y ésa confianza en Mí, vuestro Dios, será recompensada con creces y con creces inimaginables para vuestras terrenas capacidades.
  • Vosotros no acabáis de entender que la protección que se os puede dar del Cielo, debe venir primeramente de vuestra petición.
  • En vuestras capacidades humanas, no podéis comprender que el rezo del Santo Rosario, algo aparentemente sencillo, pueda doblegar las fuerzas poderosas de satanás, pero así es.
  • Os pido que abráis vuestro corazón para que Mi Amor os invada plenamente y para que seáis almas salvadoras de tantos hermanos vuestros que necesitan de su salvación.
  • No quiero Ser el Dios de un momentito de vuestra vida, de un momentito de vuestro día, quiero Ser vuestro Dios de todo momento, en las buenas y en las malas.
Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Cuando regreséis a Mí, ésa Fe y ésa confianza en Mí, vuestro Dios, será recompensada con creces y con creces inimaginables para vuestras terrenas capacidades.
Hijitos Míos, antes y durante la purificación que se viene para la Tierra entera y el Universo, vosotros, Mis pequeños, conoceréis Mis Bondades. Conoceréis lo que tuvisteis en la Tierra, especialmente en Mi Iglesia. Conoceréis Mi donación por cada uno de vosotros, porque Yo Me doné, obedeciendo a Mi Padre, para las almas del pasado, del presente y del futuro. Conoceréis los regalos de Mi Corazón. Conoceréis el Amor que se derramó por cada uno de vosotros, perdonando vuestros pecados, si es que así lo deseabais, Mis pequeños, porque tenéis que poner de vuestra parte, para recibir Mis Gracias, Mis Bendiciones y sobre todo, Mi Purificación sobre vosotros, que es vuestra redención.
Lloré en el Huerto de los Olivos por las almas duras, por las almas que no apreciarían Mi donación y Mis regalos Divinos sobre ellas; sobre todo, por su falta de Fe, que siendo almas del mundo, ven más lo tangible, lo material y no alcanzan a ver ni vivir lo espiritual.
Mis pequeños, muchos de vosotros no queréis todavía entrar al Reino espiritual que Yo os vine a traer para que lo vivierais, para que buscarais éstos regalos inmensos del mundo espiritual, que son infinitamente mayores que los del mundo material. Por eso, varias veces os he ejemplificado que lo material se podría comparar a la Tierra, que es un granito de arena en una playa y, lo espiritual, sería el Universo entero.
A muchos de vosotros os podría parecer esto exagerado porque, estáis tan embebidos en las cosas del mundo y en lo material, que os sentís satisfechos con lo que tenéis dentro de lo material, dentro de lo tangible, de lo que vivís tocando y viviendo, pero viviendo solamente para vuestros gustos y, es una realidad, que lo que es espiritual, y que os quiero dar a cada uno de vosotros, es infinito, es inmenso, es inconmensurable, es incomprensible para vuestras capacidades, pero, las almas, cuando llegan a Mí y ven todo este regalo que Yo le doy a las almas fieles y amorosas, es cuando Me agradecen de corazón el que Yo sea así, Mis pequeños. Soy ese Rey que reparto a Mis súbditos fieles, a Mis siervos fieles Mis riquezas infinitas.
Entrad pues, Mis pequeños, en el mundo de la Fe y de la confianza de todo lo que os digo y os ofrezco, porque cuando regreséis a Mí, ésa Fe y ésa confianza en Mí, vuestro Dios, será recompensada con creces y, con creces inimaginables para vuestras terrenas capacidades.
Vivid en el bien, Mis pequeños, vivid produciendo amor a vuestro alrededor. Vuestras oraciones que van acompañadas del Amor profundo de vuestro corazón, son las que pueden llegar a cualquier parte del vasto Universo, lo puede aliviar, lo puede purificar, si son así vuestras intenciones porque vosotros os uniréis a Mis intenciones de Salvador y Redentor de todo el género humano, de todo lo creado, de todo lo visible e invisible.
Vuestras oraciones son pequeñitas y lo sabéis, pero si van unidas a las Mías, de vuestro Dios, es cuando podéis hacer grandes milagros para el bien de la humanidad y del Universo entero. Aprovechad pues, Mis pequeños, esta Gracia que os doy, de que podáis uniros a Mí, vuestro Dios y juntos podamos hacer Milagros para todos vuestros hermanos, para el bien de sus almas, para el bien del Cielo mismo, porque Yo Me di por todos vosotros y os quiero de regreso a todos. DadMe ése gusto, Mis pequeños, dadMe almas para su salvación et
erna.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Vosotros no acabáis de entender que la protección que se os puede dar del Cielo, debe venir primeramente de vuestra petición.
Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra, os voy cuidando, Soy la Protectora de todos los pueblos de la Tierra, porque todos vosotros sois Mis hijos, porque así Me lo pidió Mi Hijo, Me pidió que os protegiera y que buscara vuestra salvación.
Ciertamente satanás, va tratando de destruir la obra de Mi Hijo y va atacando Mi protección Materna sobre todos vosotros, Mis pequeños.
En una familia la madre vela más por los hijos débiles, desvalidos o aquellos que necesitan más amor. Vosotros, los que sois padres de familia, conocéis a vuestros hijos y os dais más por unos que por otros, pero no porque améis más a unos que a otros, sino porque sois diferentes y, así, vais midiendo vuestro amor y vuestra donación para repartir correctamente vuestro corazón hacia ellos.
Se les ama por igual, pero es el alma de los pequeños la que necesita mayor o menor atención y así voy alrededor del mundo, Mis pequeños, cuidando a los pueblos de la Tierra, porque los ataques de satanás van creciendo y esto debido, Mis pequeños, a que vosotros no acabáis de entender que la protección que se os puede dar del Cielo, debe venir primeramente de vuestra petición.
Sí, Mis pequeños, vosotros contáis con la fuerza de protección del Cielo, de vuestro Dios en Su Santísima Trinidad, la Mía, de vuestra Madre, de Mi Esposo, San José, Mi esposo terrenal, que también os ama tanto y os conoce, de los ángeles, de los santos, de las benditas almas del Purgatorio. Mis pequeños, todo esto se os ha explicado tantas veces, pero estáis tan distraídos por el mundo y no estáis inmersos en la vida espiritual en la que debierais estar, porque vuestra vida terrena tiene que estar inmersa en la vida espiritual, porque de ahí tomáis vuestra fuerza para llevar a cabo, correctamente, vuestra misión terrena.
Aquellos que se están basando solamente en vida terrena, que quieren tomar sus fuerzas y su protección solamente en lo terreno, terminan sucumbiendo, Mis pequeños, porque satanás, que es también un ser espiritual, os engaña, os lleva a que os enamoréis solamente de lo terreno y cuando estáis ya embebidos en lo terreno, ataca vuestra parte espiritual y os destruye. No os habéis percatado de ello, la gran mayoría de vosotros, los que estáis inmersos en el mundo, él no quiere lo terreno que vosotros le podéis dar, a él no le interesan los bienes de la Tierra, de los cuales os enamoráis, él ataca vuestra alma, la debilita, la destruye y os lleva a la condenación eterna, pero es vuestra alma, vuestra parte espiritual la que se condena eternamente, no es vuestra parte carnal, humana, material, la que va a sufrir eternamente, sino vuestra parte espiritual, de la cual os separó y vosotros ni cuenta os disteis de sus mentiras. Caísteis en sus redes, no os percatasteis de ésa inteligencia satánica que os estaba envolviendo y os estaba destruyendo.
Soy vuestra Madre, Mis pequeños, y lloro, también, como Mi Hijo, la pérdida de un alma que se condena y, por eso, Le pido a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor que se derrame sobre vosotros, para que vosotros podáis entender éstas realidades, de las cuales, una gran mayoría de vosotros no queréis reconocer y es más, hasta las atacáis, porque os ciegan las cosas del mundo y no os permiten ver la realidad de vuestra existencia. ¿Qué acaso estáis tan ciegos que no veis la realidad que han vivido vuestros antepasados, vosotros, los que estáis inmersos en las cosas del mundo? ¿Acaso algunos de vuestros antepasados, que tuvieron muchos bienes del mundo, se pudieron llevar con ellos al menos una pequeña monedita? No, Mis pequeños, y ni así entendéis, porque vosotros, como buitres voraces, esperáis solamente que el alma termine su vida sobre la Tierra y que vosotros os podáis quedar con sus bienes materiales, los cuales atesoráis tontamente, porque ni siquiera los aprovecháis para ganar el Cielo, al compartir parte de ellos con vuestros hermanos necesitados. Si esto hicierais, Mis pequeños, muchos, muchos de vuestros hermanos, que están llenos de bienes materiales, se salvarían, porque habrían actuado en Caridad, viendo la necesidad de sus hermanos a su alrededor, pero no, Mis pequeños, satanás os pone un velo ante vuestros ojos y hace que vuestro corazón se vuelva de piedra para que no compartáis aquello de lo cual, ni un centavo os llevaréis a la otra vida. Son bienes desperdiciados que pudieron haber hecho mucho bien entre vuestros hermanos al compartirlos, pero se quedan para otra alma de corazón duro, para que los siga atesorando, que se siga llenado de poderes de la Tierra, porque para eso sí, compráis poderes de la Tierra, que todavía os van a llevar a una condenación más profunda, porque os asociáis con satanás para destruir lo espiritual de vuestros hermanos.
Os insisto, Mis pequeños, Soy vuestra Madre y seguiré orando y pidiendo oración por todos vosotros, Mis pequeños, los que más lo necesitáis para vuestra salvación eterna.
Entended Mi Llamado antes de que sea tarde para vuestra vida eterna.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: En vuestras capacidades humanas, no podéis comprender que el rezo del Santo Rosario, algo aparentemente sencillo, pueda doblegar las fuerzas poderosas de satanás, pero así es.
Hijitos Míos, de todos los pueblos de la Tierra, Me he mostrado a todos los pueblos de la Tierra como Madre vuestra y en diferentes Advocaciones, para con esto, mostraros que estoy con vosotros, que no Me aparto de ninguno de vosotros. Creáis o no, en Mí o en Mi Hijo, os estamos cuidando y os estamos llevando hacia la perfección, que es la santidad de las almas.
Ciertamente, estáis en proceso de purificación, que va a ser un bien supremo que Nuestro Dios os está dando a cada uno de vosotros. Vosotros, ciertamente, lo entendéis mal, porque veis que va decreciendo vuestra economía. Ya no podéis obtener los bienes materiales tan fácilmente como antes los obteníais y no en la cantidad que vosotros quisierais y, en muchos de vosotros, vuestros hogares han quedado destruidos, ya sea por el viento, por las aguas, por los terremotos, por el fuego. Muchos de vosotros estáis siendo atacados por fuerzas malignas de gente armada, que van destruyendo vidas y que van causando mucho pánico en vuestra vida diaria. Y, así, cada país va siendo probado de diferentes formas, pero Yo os he dado el remedio en cada una de Mis Apariciones y el remedio ha sido el mismo, Mis pequeños: la vida en la Gracia y el rezo del Santo Rosario.
Tenéis estas armas poderosísimas contra las fuerzas de satanás y las estáis desperdiciando, las habéis venido desperdiciando porque os habéis alejado de la vida espiritual que tanto necesitáis, ya sea para vuestra vida diaria, para vuestra misión y para protegeros contra las fuerzas de satanás. Al vosotros negar toda esta fuerza espiritual que se os ha ofrecido y que Yo os he traído como Madre que os cuida y os ama, vosotros estáis sufriendo de más.
Vosotros no queréis aprovechar toda esta fuerza espiritual que quizá, la menospreciáis, porque os falta Fe, pero recordad que todo lo que viene de Nuestro Dios es sencillo, siempre y cuando lo hagáis con una Fe absoluta y con un grande amor.
Nuestro Dios no os pide cosas extraordinarias para vuestra salvación, Él se va a lo sencillo y es lo mismo que os estoy pidiendo que hagáis, Mis pequeños, también para vuestra protección contra las fuerzas de satanás.
En vuestras capacidades humanas, no podéis comprender que el rezo del Santo Rosario, algo aparentemente sencillo, pueda doblegar las fuerzas poderosas de satanás, pero así es, Mis pequeños y por eso, Nuestro Dios os da el ejemplo de David y Goliat, un niño luchando contra un gigante poderoso, extremadamente fuerte, un guerrero entrenado para destruir y ése niño, aparentemente indefenso, con un arma sencilla, que hasta risa le dio al mismo Goliat, cuando se presenta a luchar contra él, pero era un arma que tenía la Fuerza Divina. El Santo Rosario es ésa honda de David, es un arma aparentemente sencilla, pequeña, contra el poderío de satanás, que también lo palpáis, pero que os falta Fe para saber que con el Santo Rosario lo podéis destruir.
Os he dado un arma poderosísima, es el Santo Rosario y si os unís, Mis pequeños, en confianza, en Fe, en amor, podréis doblegar las fuerzas de satanás y destruir su poder maligno sobre todos vosotros, sobre el mundo entero, sobre el Universo Infinito. El Santo Rosario es realmente un arma de amor poderosísima y si lo rezáis con ésa Fe con la que se presentó David contra Goliat, veréis que el mal se irá terminando sobre la Tierra.
Tenéis que poner de vuestra parte, Mis pequeños, en la redención del género humano, sois parte de él y, también, tenéis que poner ése deseo y ése granito de amor para sacar adelante a vuestros hermanos, al mundo entero, a la humanidad que se os ha dado para que vosotros la fuerais renovando en el Amor que Mi Hijo os enseñó, confiad más en lo que se os da del Cielo.
Sois pequeños y se os dan cosas pequeñas que podáis entender para destruir aquello inmenso que os rodea y que no podéis entender, simplemente confiad. Sois ésos pequeños Davides, que lucharán contra el Goliat, que es satanás. Venceréis, Mis pequeños, porque vuestro Dios está con vosotros, como lo estuvo todo el tiempo con David.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Os pido que abráis vuestro corazón para que Mi Amor os invada plenamente y para que seáis almas salvadoras de tantos hermanos vuestros que necesitan de su salvación.
Hijitos Míos, os pido que abráis vuestro corazón para que Mi Amor os invada plenamente y para que seáis almas salvadoras de tantos hermanos vuestros que necesitan de su salvación. Esto os lo digo, Mis pequeños, porque Yo, como Padre vuestro, ciertamente permito que veáis algo de lo malo que está a vuestro alrededor, para que vuestro corazón, que está buscando Mi Amor, se apiade de estas almas de vuestros hermanos para que oréis por ellos. Pero, también, como Padre vuestro, no os dejo ver, en profundidad, la maldad que se ha desatado sobre el mundo y que no la soportaríais si os permitiera ver un poco de esta maldad que se da en lo obscuro, en lo profundo, en lo escondido. Son maldades satánicas y vosotros caeríais muertos, horrorizados, por lo que satanás está haciendo ya entre vosotros, porque hermanos vuestros, alrededor del mundo, se han donado a su maldad y lo apoyan, como instrumentos de mal sobre los pueblos de la Tierra.
Ésta maldad que os rodea y se da así, en lo escondido, por grupos que solamente quieren la destrucción espiritual y humana de todos vosotros. Esta maldad puede ser destruida si vosotros oráis, Mis pequeños, como se os ha dicho, especialmente, viviendo en estado de Gracia, dejándoos llenar de Mi Amor y utilizando las armas poderosísimas que se os han dado, como os dijo Mi Hija, la Siempre Virgen María, con el rezo del Santo Rosario.
Cuando vosotros producís amor, Mis pequeños, éste amor va doblegando a satanás y le vais poniendo una valla, la cual él no puede cruzar. La maldad, con la que os está atacando, es poderosísima, pero nunca más poderosa, como os he dicho, que Mi Poder de Dios, que es el que os está protegiéndoos y que está junto a vosotros cuando oráis y cuando hacéis un bien a vuestros hermanos.
Ciertamente, satanás tiene a sus allegados, que están unidos y os quieren destruir y si vosotros no os unís en el amor, y oráis para doblegar sus fuerzas, entonces sufriréis mucho, Mis pequeños.
Yo Soy vuestro Dios y estoy viendo perfectamente cómo se están dando estas luchas fuertes entre almas buenas y almas malas y, porque os quiero proteger, porque sois Mis hijos, os voy dando todos estos consejos, Mis pequeños, para que venzáis al enemigo.
Recordad cómo se desarrollan las guerras, están los generales de ambos lados y, con tácticas específicas, van moviendo a su ejército para tratar de destruir al opositor. Yo voy conociendo todos los movimientos de satanás, los conozco de antemano y os voy previniendo, Mis pequeños, para que os adelantéis a sus movimientos. Poned de vuestra parte, Mis pequeños, porque todo esto es para vuestro bien, para que no padezcáis tanto dolor, ¿qué acaso necesitáis vivir más dolor y más terror del que ya ahora vivís para que entendáis que Mis Palabras son ciertas y Mis consejos verdaderos?
Entended ya, Mis pequeños, o ¿acaso os gusta vivir en el sufrimiento y en el terror con el que os está atacando satanás?
Venid a Mí, Mis pequeños, venid arrepentidos, entrad en oración íntima Conmigo, con vuestro Padre y vuestro Dios, para que Yo os vaya guiando a cada uno de vosotros y os vaya uniendo como un bloque inquebrantable, durísimo, que podrá vencer toda fuerza de satanás.
Yo os ayudo, os protejo y os voy guiando, pero necesito de vuestra donación y ésta tiene que ser dentro de vuestra voluntad libre.
Os amo tanto, Mis pequeños, y no quisiera que vosotros sufrierais. Daos pues al Amor, dejad que Mi Amor llene vuestro ser, porque con el Amor venceréis las fuerzas malvadas de satanás. Os he dicho que él no puede contra Mi Amor, debéis uniros en ése bloque de Amor que venga de Mí y salvad vuestra alma y la de vuestros hermanos con vuestra donación, pero hacedlo ya, Mis pequeños, porque pronto está satanás para dar su zarpazo final con el que quiere destruir vuestro mundo, vuestra vida y, aunque no lo voy a permitir, sí podréis sufrir excesivamente y esto no lo quiero, Mis pequeños, porque sois débiles.
Os quiero consentir, pero actuad de Mi lado, apoyadMe con vuestra vida de amor y de donación, es una lucha muy fuerte que, ciertamente, Yo puedo soportarla Solo, pero sois Mi familia, Mis pequeños y quiero compartir el triunfo con vosotros, uniéndoos en ésta lucha que la estáis viviendo y que la estáis sufriendo.
Luchemos juntos, Mis pequeños y, así, Nuestro triunfo se dará pronto y lo gozaréis inmensamente Mis pequeños. Que Mi Amor se derrame sobre vosotros y los vuestros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No quiero Ser el Dios de un momentito de vuestra vida, de un momentito de vuestro día, quiero Ser vuestro Dios de todo momento, en las buenas y en las malas.
Hijitos Míos, mucho Amor se ha derramado de Mi parte sobre todas las generaciones, por las pasadas, las presentes y las que vendrán y, ciertamente, como dicen las Escrituras, que cuando la lluvia cae a la tierra y la moja, la fecunda, también Mi Amor fecundará a las almas y llegará a Mí de regreso, con ése gozo grande de haber salvado a infinidad de almas.
Mi Amor es inmenso por vosotros y, como os he dicho, es incomprensible en estos momentos, porque vuestra mente y vuestros ojos están velados por el pecado, pero cuando vosotros podéis ver plenamente lo que se os ha dado, Me agradeceréis de corazón todo lo que os he dado y os daré y ése será Mi Gozo, porque Mi Sangre Preciosa, Mi Amor Infinito, en ése momento será recompensado por vuestro agradecimiento, por vuestro amor, por vuestra donación eterna.
AmadMe, Mis pequeños, con todo vuestro ser, penetrad más en vuestro corazón y encontradMe ahí, Yo no estoy lejos de vosotros, Soy vuestro Dios que Vive en vosotros, que os acompaña en todo momento, que conoce perfectamente hasta lo más íntimo de vuestro ser, pero que no broto hacia vosotros hasta que vosotros no Me llamáis y Me tomáis en cuenta para vivir a la par en vuestra vida. No quiero Ser el Dios de un momentito de vuestra vida, de un momentito de vuestro día, quiero Ser vuestro Dios de todo momento, en las buenas y en las malas.
Sí, Mis pequeños, si Vivo en vosotros, quiero que Me compartáis todo y os ayudaré en los momentos difíciles y gozaré con vosotros vuestros triunfos, todo lo bueno que hagáis y todo lo que gozáis, pero compartídMelo, Mis pequeños, para que vayáis preparando vuestro camino de regreso porque, en el Reino de los Cielos, ya no habrá ningún momento en que Nos separaremos. Uníos pues ya a ése gozo eterno en que vivamos, ya desde la Tierra, unidos para el gozo eterno.
Gracias, Mis pequeños.




domingo, 24 de julio de 2011

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN A J.V.


Jul 14_11 Vuestra alma vivirá eternamente, pero, ¿cómo vivirá?



Rosario vespertino -- Nuestra Señora de Monte Carmelo.
Tema Único:
  • Al ser emisarios del Amor de Nuestro Dios, deberéis contagiar a las almas con ése sabor Divino que vosotros deberéis estar viviendo.
Mensaje de La Santísima Virgen del Carmen a J. V.
Ofrecimiento, Habla La Santísima Virgen del Carmen,
Sobre: Al ser emisarios del Amor de Nuestro Dios, deberéis contagiar a las almas con ése sabor Divino que vosotros deberéis estar viviendo.
(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, en la Advocación del Carmen. Estoy con vosotros, Mis pequeños, veo vuestro corazón, escudriño en vuestra alma y veo vuestros deseos de amar.
Mis pequeños, orad fuertemente para que ése deseo de amar a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, se dé en todos los corazones, porque eso es lo que va a salvar a aquellos que, quizá, hasta casi perdidos estén y a aquellos que también han vivido en el bien.
Es el Amor, Mis pequeños, como os he dicho, el que va a hacer el cambio. Es el Amor, Mis pequeños, el que va a triunfar sobre las fuerzas de satanás. Es el Amor, Mis pequeños, el que os va a dar nueva vida espiritual.
Vosotros aún no sabéis amar, creéis amar, pero el Verdadero Amor de Nuestro Dios, no se ha implantado perfectamente en vuestros corazones porque no lo habéis buscado con ahínco, como si buscarais un tesoro inmenso.
Sí, Mis pequeños, le dais más valor a las cosas del mundo, casi, casi, hasta perdéis la vida por encontrar lo que buscáis y que creéis que es lo que os conviene, pero no hacéis hasta lo imposible por buscar las cosas que realmente valen para vosotros y para todos vuestros hermanos, que es todo lo espiritual que Nuestro Padre Dios, en Su Santísima Trinidad, os puede dar.
Desperdiciáis mucho tiempo, Mis pequeños, elucubrando en tantas cosas sobre vuestro futuro, sobre vuestro trabajo, sobre vuestros ingresos, sobre el qué pasará con la problemática actual que tenéis a nivel mundial. Tantas cosas con las que perdéis el tiempo y no os acordáis siquiera de rezar una pequeña oración que pudiera salvar más almas y eso sería un tesoro inmenso para cada uno de vosotros, porque todo lo que deis para vuestros hermanos, vosotros tendréis una recompensa futura inmensa. Por eso os pido que os centréis en la realidad de lo que estáis viviendo.
No son los poderes humanos y menos los satánicos, y lo digo así, porque acudís mucho al enemigo para obtener tantas cosas que creéis que os van a servir y, todo lo contrario, os llevan todavía a una perdición más segura. No es todo eso, lo satánico, lo de éste mundo, lo que os va a ayudar a resolver la problemática en la que estáis viviendo y que cada vez va a ser más difícil, es lo espiritual, lo bueno, lo que viene de Nuestro Dios, lo que va a lograr el cambio y vosotros para ello estáis aquí en la Tierra, para ser portadores de la Palabra, del Ejemplo y del Amor de Mi Hijo, porque Él fue el que os los dio Personalmente y vosotros debéis ser Sus transmisores.
¿Cuántos de vosotros estáis llevando a cabo ésta tarea? Solamente algunos de Mis hijos religiosos, sacerdotes, y algunos laicos y otra vez digo “algunos”. Todos sois hijos de Dios, todos debéis poner vuestra parte para la conversión, salvación, redención del género humano y vuestra parte está ausente.
Es una omisión clara a lo que debierais estar haciendo, Mis pequeños. Estáis haciendo a un lado vuestras responsabilidades espirituales, estáis olvidando la parte que más os debiera ocupar en vuestra vida. Mi Hijo os lo dijo, “buscad primero el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura” y no buscáis el Reino de Dios, ni para vosotros ni para vuestros hermanos y la añadidura os absorbe totalmente y el mismo satanás se aprovecha de esta situación. Os crea un panorama siniestro, difícil, os llenáis de nerviosismo y no cumplís con la parte espiritual, que es más importante para vosotros y para todos vuestros hermanos.
Ciertamente os regaño porque sois Mis hijos y tengo ése derecho, Mis pequeños, porque veo que vais por mal camino y, al decir “mal camino”, os aseguro que muchos de vosotros, si murierais en este momento, os llevarían vuestras faltas a la condenación eterna. Si sois honestos y meditáis vuestra vida, vuestras acciones, el estado actual de vuestra alma, Me daréis la razón, porque Soy vuestra Madre, os conozco.
Mis pequeños, ¿por qué no entendéis que Nuestras Palabras, Nuestros Consejos, son para vuestro bien?, para la salvación de vuestras almas y para prepararos para el cambio particular que, cada uno de vosotros debéis tener tarde o temprano, un cambio en el cual dejaréis vuestro cuerpo aquí y, vuestra alma vivirá eternamente, pero, ¿cómo vivirá?, eso os debéis preguntar cada uno de vosotros. ¿Vuestra alma está preparada para vivir en un Reino de Amor, porque aquí en la Tierra, vivisteis el amor y lo transmitisteis a vuestros hermanos, o vivisteis en la maldad y vuestra alma no está preparada para entrar a un Reino de Amor?, porque en ése Reino de Amor, que es el Reino de los Cielos, no entran almas que han vivido en la maldad, que no han dado lo que debieran haber dado a Nuestro Dios o que se han vuelto traicioneras hacia todo lo que se os enseñó a través de Mi Hijo.
Vuestros caminos son erráticos, vuestros caminos no son ciertos, vosotros mismos habéis promulgado vuestras propias leyes y habéis hecho a un lado las Leyes Divinas. Os creéis superiores a vuestro Dios y esto ya no puede seguir así Mis pequeños, debéis respetar plenamente a Nuestro Dios y el Primer Mandamiento así os lo indica y vosotros no estáis respetando en vuestra vida Al que os dio la vida, Al que os ha dado todo, pero sobre todo, Al que os ha dado totalmente Su Amor.
¿Qué pretendéis pues, Mis pequeños? ¿Creéis que os merecéis el Reino de los Cielos con vuestra pobre actuación espiritual que tuvisteis o tenéis en la Tierra? ¡No!, Mis pequeños, a Nuestro Dios no lo podréis engañar, vuestros actos serán juzgados, si son buenos el Juicio será favorable para vosotros, si sois malos, tendréis un Juicio negativo y doloroso.
Yo, como Madre, os sigo previniendo sobre los acontecimientos futuros, pero ya cercanos, están a la vuelta de la esquina y otros de vuestros hermanos los están padeciendo ya. Ya no tenéis tiempo para planear un futuro material, ahora es tiempo de ir planeando vuestro futuro espiritual, poner en orden vuestra vida espiritual, poner en orden todo lo malo que produjisteis, que aceptasteis en vuestra vida, pedir perdón por el mal ejemplo que disteis y que afectó a vuestros hermanos a vuestro alrededor, especialmente a vuestros hijos, los que los tenéis.
Este es tiempo de darle Su lugar a Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad, Él debe ser lo primero en vuestra vida y así estaréis buscando primero el Reino de Dios, que es Su Presencia en vuestra vida, en vuestras acciones, en todo lo que debéis hacer, pensar, hablar. Debéis ser ésos verdaderos hijos de Dios, de los que se hable, no solamente ahora, sino en lo futuro. Debéis ser ésos mensajeros divinos, prácticamente angelicales, que lleven ésa vida espiritual y sobre todo, que la gocéis, porque si vuestros hermanos os ven inundados de Amor, os ven llenos de dones, y vosotros no estáis gozando con la presencia de Nuestro Dios en vuestro interior, no podréis atraer almas hacia Nuestro Dios.
Al ser emisarios del Amor de Nuestro Dios, deberéis contagiar a las almas con ése sabor Divino que vosotros deberéis estar viviendo.
Vosotros debéis mover almas hacia la conversión, hacia la salvación, primeramente, con vuestro ejemplo y vuestras palabras y, enseguida, con vuestras oraciones.
Deberéis ser receptáculos del Amor Divino y deberéis cuidar ésa Presencia Divina en vuestro interior. A muchos de vosotros se os ha dado ésa Gracia, de poder tener a Nuestro Dios en su interior, pero no Le cuidáis y no Le lleváis a vuestros hermanos. Algunas almas, ciertamente, se les da esta Gracia y viven en anonimato y en adoración continua y estas almas agradecen por lo que vosotros no agradecéis, aman, por lo que vosotros no amáis, sufren, por lo que vosotros no sufrís, velan por la salvación de las almas, por lo que vosotros no hacéis. Estas almas necesitan apoyo en oración y ésa también es vuestra parte que debéis seguir, cuidar a vuestro hermano como os cuidáis a vosotros mismos y sigue siendo el Primer Mandamiento.
La Presencia de Nuestro Dios debe estar siempre ante vosotros, directamente hacia Él y luego hacia vuestros hermanos, porque también Mi Hijo os dijo que el bien que le hicierais al hermano, se lo estabais haciendo a Él directamente.
(Lenguas…) Ciertamente satanás se está oponiendo fuertemente a todo aquello y a todos aquellos que puedan producir Luz de verdad, de amor, de virtud, de todo lo que os pueda salvar y que os pueda hacer crecer espiritualmente. Se os ha dicho que debéis entender que satanás os está queriendo llevar a la destrucción de vuestra alma principalmente y, por eso, se os dan tantos Mensajes. Tenemos la delicadeza de venir a vosotros a través de los Mensajes que se dan a través del mundo, porque os amamos, Mis pequeñitos, sois hijos de un Dios Verdadero que os ama como no os lo imagináis.
(Lenguas…) Ciertamente, os tengo que decir también, que cosas bellas se vienen a pasos agigantados, lo bello que Nuestro Dios regalará a las almas buenas, a las almas que se mantuvieron en una vida espiritual excelente y quiero decir “excelente”, sobre todo para estos tiempos, porque la maldad ahora es inmensa y en todo el mundo se está viviendo ésta maldad. Para poder vencer ésta maldad, Nuestra Gracia debe llegar fuertemente a las almas y esta Gracia, cuando vosotros permitís que entre en vuestro ser, os da la excelencia en la lucha y es una lucha continua, una lucha diaria. Tenéis el pecado por todos lados, la facilidad para el pecar está junto a vosotros. La maldad la podéis ver en todos vuestros hermanos, en mayor o en menor grado, nadie escapa a la tentación y a la maldad que estáis viviendo, aún aquellos que luchan por mantenerse en buen estado de salud espiritual, aún éstas almas dan cabida a la maldad en su corazón.
La maldad de satanás está corrompiendo los corazones. Aceptáis esta maldad como ya parte de vuestra vida, y por eso, ninguno de vosotros os podéis sentir seguros de que pudierais pasar directamente de la Tierra al Cielo a gozar de los bienes de Nuestro Dios.
Vuestra purificación viene ya desde la Tierra y es la que estáis padeciendo ahora, Mis pequeños y se os ha anunciado que más difícil será, en el tiempo por venir, en los meses que están ya frente a vosotros, pero también Nuestro Padre os ha dicho que un cambio bellísimo tendréis y será para bien de todas aquellas almas que se han mantenido en Fe, pero una Fe a prueba de toda la maldad de satanás. Mucho bien viene ya para todas las almas fieles, para todas aquellas almas que, a pesar de ver tantos cambios espirituales a vuestro alrededor y que son aceptados por una gran mayoría, éstas almas se mantienen en una vida espiritual profunda.
Se os ha hablado de que busquéis la perfección de vuestra alma y esta os llevará a que se dé la perfección en vuestro ser y a eso estáis llamados todos vosotros, Mis pequeños, pero ¿cuántos de vosotros realmente estáis atendiendo a lo que se os pide?
Os decís bautizados, hijos de Dios, pero son solamente palabras que no tiene fundamento, el ser bautizados os compromete a una vida espiritual profunda y bella, ¿qué estáis haciendo con las promesas del Bautismo, de la Confirmación, de los Sacramentos? Casi os podría decir que os burláis de la Gracia de Nuestro Dios. Sois bautizados de palabra, más no de obras. ¿Qué habéis hecho con la vida de vuestros hijos? No les ayudasteis a crecer en ésa vida espiritual que el alma necesita, que añora, de la cual vive y crece.
Sí, Mis pequeños, muchas almas que bajaron a la Tierra, fueron destruidas por sus propios padres. Teníais obligación de ayudarlas a vivir y hacerlas crecer y despreciasteis y traicionasteis a Nuestro Dios, hicisteis un compromiso matrimonial, un Sacramento, en el cual jurasteis dar vida a las almitas que Nuestro Dios os diera en la presencia de vuestros hijos y asesinasteis a estas almas, las asesinasteis espiritualmente, son almas muertas, son almas que no tienen vida, están muertas a la Gracia, no han recibido Amor y no podrán dar Amor si no son rescatadas.
Mucho mal habéis causado a la Creación de Nuestro Dios. No habéis cuidado lo que Nuestro Dios os pidió cuidarais, en lo espiritual y en lo material y todavía exigís que os dé todo, aún cuando os mantenéis vosotros en el mal y además no agradecéis el Bien que se os da.
Ciertamente en una familia, al haber varios hijos, se viven diferentes caracteres, algunos serán buenos, otros malos, a otros no les importa tal o cual situación del hogar ni de su educación, pero los padres aman, los alimentan a todos, los cuidan, a pesar de que a algunos de ellos, hasta a los padres puedan traicionar y así sois vosotros alrededor del mundo. Algunos, hijos buenos, otros traicioneros, otros malos y otros a los que no les importa la vida espiritual para la cual vinisteis a vivir y a dar a vuestros hermanos. No sois hijos de ejemplo, de ejemplo bueno, de ejemplo santo. Muy pocos son los que han permitido que la Vida de Nuestro Dios viva en ellos y que por ellos se mantiene todavía la Vida que os vino a dar Mi hijo aquí a la Tierra.
Estos son los hijos aplicados y serán premiados, porque ellos son los que tendrán el Nuevo Mundo prometido aquí en la Tierra, serán los que habitarán las Nuevas Tierras purificadas, santificadas, primeramente por la Sangre de Mi Hijo y luego por la sangre de los mártires de éstos tiempos. Estas almas ejemplo son las que habitarán y darán gozo eterno a Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad.
Oh, Mis pequeños, cómo quisiera que todos vosotros entendierais y os salvarais todos, pero os he dicho que escudriño vuestra mente y vuestro corazón y veo tanta maldad y pecado en vuestro ser, que lloro, lloro lágrimas de sangre y de dolor alrededor del mundo, al ver vuestra vida de pecado y de maldad. Tanto que se os ha dado, tantos cuidados Celestiales que han caído a la tierra para vuestro bien y vosotros no los apreciáis ni los agradecéis. Si cuando menos voltearais a los Cielos y pidierais perdón y ayuda, inmediatamente vuestras peticiones se resolverían, pero que fueran peticiones de cambio espiritual, de pedir una mejora en vuestro actuar, en vuestro pensar. Si pidierais al menos que la Gracia de Nuestro Dios pudiera vivir plenamente en vuestro corazón, pero no sucede así.
Nuevamente os pido, como Madre vuestra que Soy, que recapacitéis, que oréis insistentemente por la salvación de vuestra alma y la de vuestros hermanos, que no echéis en saco roto todas estos consejos y advertencias, porque el mal os está acechando y os quiere destruir.
Acercaos a Mí, Mis pequeños, son Mis tiempos, es una Gracia muy grande que Mi Dios Me ha dado para estos tiempos, el ayudaros plenamente para levantaros y para vencer a satanás, pero debe haber una respuesta de vuestra parte.
Cómo quisiera obligaros al cambio para vuestro bien, pero tengo que respetar vuestro libre albedrío, porque si vosotros no purificáis vuestro interior, Nuestro Dios no puede estar a gusto en vuestro interior, un interior lleno de maldad, de pecado y de traición. Entended, Mis pequeños, que primero debéis cambiar, cada uno de vosotros, en vuestro interior, al purificarlo, Nuestro Dios vivirá en vuestro interior y a partir de ahí, toda vuestra vida cambiará hacia el bien. Por eso se os ha dicho que no señaléis al hermano, vosotros sois los culpables de vuestra propia actuación y posiblemente vuestro mal actuar ha sido ejemplo para que otros hermanos vuestros hayan caído en el error y estén causando tanto error en el mundo.
Sed humildes, Mis pequeños, muy humildes, sed como niños, para que os sintáis desprotegidos, pero de vuestras propias fuerzas, para que, al momento en que os acerquéis a Nuestro Dios, a donde Yo os llevaré, seréis colmados de Su Gracia y de Su Amor y así ya no os sentiréis desvalidos. Sed prudentes y sabios, porque los tiempos ya son difíciles para llevar una vida espiritual correcta, pero con Nuestra ayuda, si venís a Nosotros, os podremos guiar para que deis lo mejor que podáis para el Reino de Nuestro Dios.
No os acostumbréis a la vida de pecado porque, desgraciadamente, muchos de vosotros estáis así, os habéis acostumbrado tanto al mal, que ya no queréis buscar el bien que realmente os va a santificar.
Agradeced, de corazón, a Nuestro Dios, que tanto bien ha derramado sobre vosotros, sobre los vuestros, sobre el mundo entero, que os ha colmado de bienes a lo largo de vuestra vida, pero que vosotros no habéis tenido esa delicadeza, que deben tener los hijos de Dios, de agradecerLe tantas y tantas Bendiciones salidas de Sus Manos, pero sobre todo, de Su Corazón para vuestro bien.
Normad vuestra existencia basados en las Leyes que Nuestro Dios os ha dado y sobre la Vida, Consejos, Alimento espiritual que Mi Hijo os dejó. Sed hijos verdaderos Míos, Soy vuestra Madre, Madre del género humano y tened la confianza, Mis pequeños, de venir a Mí en todo momento que necesitéis. Yo os llevaré hacia Nuestro Dios para que Él os dé lo que necesitéis de lo material y de lo espiritual, pero tened la confianza de venir a Mí.
La Fe hace Milagros, Mis pequeños, no Me tengáis como una estampita más en vuestro bolsillo, que raramente Me sacáis y Me veis y quizá os acordéis de Mí. No, Mis pequeños, Yo voy a vuestro lado, también, a lo largo de vuestra vida y os voy cuidando de que no tropecéis con todos ésos pedruscos que satanás pone en vuestro camino y que son las tentaciones a lo largo de vuestra vida.
Confiad en Mí, acudid a Mí, que Yo os puedo llevar a la santificación de vuestra alma. Mucho bien os espera, Mis pequeños y Yo, como Madre vuestra os quiero llevar a obtener ése bien, porque son los regalos inmensos de Nuestro Dios.
No desaprovechéis, Mis pequeños, tanto bien que día a día se derrama sobre vosotros, pero no lo pedís y con esto, no lo aprovecháis. Vivid vida de oración, de profunda oración y así encontraréis en vuestro interior a Nuestro Dios y gozaréis Su Presencia real dentro de vosotros.
Tomad ya pues, Mis pequeños, el buen camino que os dirigirá directamente hacia el Reino de los Cielos. No os desviéis, no salgáis de él, manteneos en él, pase lo que pase, que al final, ésa Luz Divina os estará esperando y que os abrirá las Puertas para que gocéis eternamente con Nuestro Dios.
Os amo, Mis pequeños, gracias por vuestro bien y por vuestro amor.