Ene 07_16 No vivís por casualidad, tenéis un por qué y un para qué en vuestra vida. |
Rosario vespertino
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: El buscar Mi Reino, el Reino de Dios, os producirá una transformación que todos debéis buscar con ahínco; con ella lucharéis contra las fuerzas del mal que os rodean y contra aquellas que habéis dejado entrar ya en vuestro corazón.
Hijitos Míos, Mi Hijo os pidió que os amarais los unos a los otros y, también os dijo que, al buscar el Reino de Dios, lo demás se os daría por añadidura.
Mis pequeños, el buscar Mi Reino, el Reino de Dios, os producirá una transformación que todos debéis buscar con ahínco; con ella lucharéis contra las fuerzas del mal que os rodean y contra aquellas que habéis dejado entrar ya en vuestro corazón. Buscar el Reino de Dios, es buscar lo que Mi Hijo os trajo a la Tierra.
El hombre de aquél tiempo conocía muy remotamente lo que es Mi Reino, ciertamente, Yo, en la antigüedad, iba guiando a algunos personajes para que ellos, a su vez, guiaran a sus hermanos, pero satanás atacaba muy fuertemente a ésos personajes de la historia que Yo escogí para transmitir Mis Verdades y para eso mandé a Mi Hijo después. Él Es la Verdad, Él Es Dios, como Yo lo Soy y Él os vino a traer la Vida, pero la Verdadera Vida que vosotros debéis buscar, vivir y agradecerMe, Mis pequeños, porque fuisteis creados para ser grandes, pero, esto solamente lo vais a lograr cuando dejéis que Mi Reino entre en vosotros y Mi Reino es la Palabra que os vino a traer Mi Hijo.
Muchos podréis decir que conocéis la Palabra, que la habéis estudiado desde que sois pequeños, que la escucháis todos los días, o quizá cada domingo, pero ¿la habéis dejado entrar en vuestro corazón? ¿Os ha mejorado Mi Palabra, que es Mi Pensamiento, que es Mi Voluntad? ¿Habéis realmente dejado que entre, Mi Vida, en vuestra vida? ¿Estáis haciendo Mi Voluntad o seguís vosotros buscando hacer la vuestra, y todo os sigue saliendo mal o mediocremente? Porque no es Mi Vida la que vivís, es vuestra vida, que deja mucho que desear la que dejáis vivir y la que mostráis a vuestros hermanos.
Voy a ser rudo en esta explicación, ¿de qué os sirve pedirMe paz en el Mundo, que cesen las guerras, si no hay vida espiritual en vosotros? De eso mismo se quejaba Mi Hijo con aquellos que Le seguían, les decía: Me seguís, pero porque queréis alimento gratuito y queréis que sanen vuestras enfermedades y lo hago con Amor, pero no hay cambio en vuestro interior y buscáis ésa sanación externa, pero solamente para seguir pecando.
Y a eso Me refiero también en estos tiempos, pedís paz a vuestro alrededor, que terminen guerrillas, que terminen persecuciones, que terminen ataques del gobierno, pero, porque queréis vivir cómodamente, pecando. No queréis sufrir con lo que se venga a vuestro alrededor, queréis seguir pecando en paz y que nadie se meta con vosotros. Si entendéis esta explicación, y con lo que os dijo Mi Hijo: “dejad que el Reino de Dios entre en vosotros”, es una transformación radical, que va a hacer que vuestro interior medite Mi Vida en vosotros. Si realmente apreciáis lo que es Mi Vida, todo un Dios en vuestro interior, y respetáis Mi Presencia en vosotros, de vosotros ya no saldrá maldad, ya no saldrá grosería, ya no saldrá ataque contra vuestro prójimo. Haréis el bien, se os juzgará como buenas personas, viviendo en santidad y dando ejemplo de que Yo Vivo en vosotros.
Si buscáis primero el Reino de Dios, que es esto que os acabo de explicar, todo lo demás se dará por añadidura. Si de vosotros saldrá solamente el bien, necesariamente ya no habrán guerras, ya no habrá maldad contra vuestro prójimo. Buscaréis el bien de vuestro hermano, porque el bien ya lo traeréis en vosotros, todo cambiará, porque estaréis produciendo solamente el bien que Mi Hijo os trajo a la Tierra.
Ahora podéis entender por qué os pido que cambiéis el mundo, que se dará a través de la conversión vuestra y la de vuestros hermanos; no pidáis lo secundario, que se dará por añadidura. Pedid lo que es importante, que el Reino de Dios, Mi Reino, el que os vino a enseñar Mi Hijo, el que vino a Vivir entre vosotros, también se dé en vosotros y así es como cambiaréis, primeramente, vosotros y, con vuestro ejemplo, vuestros hermanos. Id a lo más importante, que es el cambio verdadero en vuestro interior, luego se dará en vuestras acciones y luego se dará a vuestro alrededor.
PedidLe a Mi Santo Espíritu que os transforme, que os ayude a vivirMe, que os ayude a entender cuál es vuestra necesidad espiritual, la cual es Mi Vida en vosotros, y todo lo demás se dará por añadidura.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cada uno de vosotros sois únicos e irrepetibles y os necesito a todos, cada uno de vosotros, tenéis una misión específica y por eso os necesito.
Cada uno de vosotros sois únicos e irrepetibles y os necesito a todos; cada uno de vosotros, tenéis una misión específica y por eso os necesito.
Os puedo poner de ejemplo una orquesta, son muchos los músicos, algunos tocarán más que otros, otros, quizá, su actuación, sea de diez segundos o de treinta segundos en toda la obra, pero se necesita su presencia, se necesita ése instrumento. Así es con cada uno de vosotros.
Os he dado el don de la vida, para que vosotros también pongáis vuestra parte en la Redención.Mi Hijo la comenzó, os dio la pauta y vosotros hacéis el seguimiento. Él os dijo, y os mostró, cómo os debéis comportar llenos de Mi Gracia y, sobre todo, llenos de amor, porque la donación de Mi Hijo fue una donación total de Amor.
Ciertamente, Él llevó la parte más importante, la parte más fuerte y quizá hasta dolorosa, pero también, amorosa.
Vosotros continuáis con la Redención y, esto es, ayudando a vuestros hermanos en su conversión, en su salvación.
A vosotros os tocó vivir este tiempo y estáis viendo lo que sucede a vuestro alrededor y esa es vuestra misión. Algunos os daréis cuenta, en mayor grado y otros en menor grado, de lo que está sucediendo en la Tierra, con vuestros hermanos, en vuestra familia, en los gobiernos. A algunos de vosotros os he dejado conocer quiénes son los que mueven los hilos de la historia, en este caso, la historia actual en la que estáis viviendo. A otros les permito solamente conocer detalles más superficiales, porque no tenéis el carácter que les di a otros de vuestros hermanos para soportar dolores muy fuertes, emocionales, espirituales, al conocer la profundidad del pecado que os rodea.
Ellos, por ejemplo, oran y quizá hasta puedan, de alguna forma, que Yo permita, espiritualmente y con Sabiduría, manipular o disminuir los acontecimientos dolorosos que satanás quiere que padezcáis.
Otros conoceréis solamente situaciones superficiales, o lo que algunos medios de comunicación os dejen conocer, y oraréis por estas situaciones mundiales o particulares. Sea de una forma o de otra, quiero que os deis cuenta que, cada uno de vosotros, sois piezas importantes en la salvación de la humanidad, pasada, actual y futura.
Ciertamente, Yo podría hacer todo esto Solo, que no necesitara de vuestra intercesión, de vuestras oraciones, de vuestros ruegos, de vuestras lágrimas o aún de vuestras sonrisas o alegrías; ciertamente, Yo lo puedo todo, por eso Soy un Dios Omnipotente y Todo Poderoso, pero os creé con todo Mi Amor y Corazón, para que vosotros compartierais alegrías y tristezas, triunfos y también derrotas, como las habéis leído en la Sagradas Escrituras y, aunque, ciertamente, el Amor triunfará, mientras tanto, estáis viviendo triunfos y derrotas y esto va marcando vuestro carácter y os hace afianzaros en Mí, en Mi Sabiduría, en Mi Omnipotencia, en Mi Amor, vais siendo acrisolados y, sobre todo, toda esta vida humana, que os permito vivir, os va llevando a que apreciéis Mi Obra en vosotros, y en la de vuestros hermanos, en todo lo que sucede a vuestro alrededor, en el Mundo y en el Universo entero. No vivís por casualidad, tenéis un por qué y un para qué en vuestra vida, sois pequeñitos, respeto vuestra pequeñez y necesito de vuestra pequeñez.
Cuando vosotros cumplís con vuestra misión, que es el de salvar a hermanos vuestros y el que vosotros os santifiquéis, vuestra pequeñez se transforma y crecéis ante Mis Ojos y ante los ojos de vuestros hermanos.
Sí, Mis pequeños, el alma que acepta su posición en la Tierra, que vive con agrado lo que Yo os pido a cada uno de vosotros, que deja que Mi Voluntad se manifieste en vuestros pensamientos, en vuestras palabras, en vuestras obras, ésas almas crecen y se vuelven vida para muchas otras almas que están muertas a su alrededor.
Sois grandes ante Mis Ojos, aunque muchos de vosotros no agradecéis ni aceptáis Mi Obra en vosotros, pero, sobre todo, la necesidad que tengo de vuestra vida y de vuestras acciones en el Mundo, sois piezas claves y necesarias en la salvación de muchas, muchas almas. No desperdiciéis todas las capacidades, talentos, Gracias, Bendiciones con las que os he dotado a cada uno de vosotros.
Os vuelvo a repetir el ejemplo del principio, sois como una orquesta sinfónica y para que ésta se aprecie, se goce y además, se complete, todos los instrumentos tienen que tocar y utilizarse en el momento debido.Algunos de vosotros ya habéis vivido momentos importantes en vuestra vida en donde os he necesitado, otros, quizá, los estéis viviendo, otros, de vosotros los viviréis, pero esta es la sinfonía de la salvación, os necesito a todos y todos deberéis actuar en el momento preciso en que os necesite, para la salvación de una o de muchas almas.
Todos vosotros sois necesarios y sois importantes ante Mis Ojos. Todo lo que creo es perfecto, os creé para que todo fuera perfecto. Tomad ya vuestro lugar en serio, pedidLe a Mi Santo Espíritu que os ayude a que entréis en esta sinfonía de la salvación en el momento preciso, porque muchas almas necesitarán de vuestras oraciones, de vuestra oración en ése momento en que debéis entrar y actuar por su salvación, como lo hizo Mi Hijo por vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: La Purificación viene y no se puede detener, los escogidos gozaréis y permitiré que os deis cuenta de cómo fue la Creación y lo que Yo quería de cada uno de vosotros y es cuando comprenderéis lo que fue Mi Obra en un Principio y lo que Yo quería de vosotros.
Hijitos Míos, como Padre y Creador vuestro, os conozco perfectamente a cada uno de vosotros. Conozco vuestro interior, vuestras intenciones, vuestra vida espiritual, vuestros pecados íntimos, pero, aun así os amo y quiero hacer de cada uno de vosotros un alma perfecta.
Mucho Me habéis costado cada uno de vosotros, Me he dado por completo en la Persona de Mi Hijo, Jesucristo. Me habéis hecho sufrir y lo tenéis en el Antiguo Testamento, cómo vuestros pecados, la maldad que habéis dejado entrar en vuestro corazón y en vuestra mente, han dañado Mi Corazón.
Os mandé a Mi Hijo, para que os dierais cuenta cómo vuestras malas acciones sí pueden dañar el Corazón de todo un Dios y lo visteis en Mi Hijo. Visteis, cómo la maldad de satanás arremetió contra Mi Hijo, vengándose de su expulsión del Reino de los Cielos por causa de su pecado, y esto es lo que causa en cada uno de vosotros cuando, llenos totalmente o parcialmente de las desviaciones pecaminosas a donde os lleva, vosotros Me hacéis sufrir con vuestros actos, pensamientos, palabras, al aceptar vosotros la maldad que él os enseña, en lugar de que vosotros luchéis contra ella y, al aceptarla, dañáis Mi Corazón de Padre y Creador vuestro.
Sí, Mis pequeños, Soy un Dios Sensibilísimo y satanás sabe cómo hacer que Mi Corazón sufra y por eso os lleva por malos caminos y hace que vosotros actuéis, contra vuestros hermanos, utilizando su maldad y eso hace que vosotros dañéis Mi Corazón.
Todo tiene un final y pronto llegará ése final para satanás. Ciertamente, será una época que viviréis los escogidos, en donde la fuerza de satanás no se manifestará tal como la estáis viendo ahora. Tendréis un tiempo de felicidad en que creceréis espiritualmente a niveles muy altos, gozaréis ésos momentos y Me los agradeceréis grandemente porque, las almas que vivirán ésos momentos, serán las escogidas de éstos tiempos, que serán transfiguradas y gozarán grandemente Mi Obra en ellas.
Desgraciadamente, sus descendientes, actuarán, prácticamente, de la misma forma en como actuaron los descendientes de lo que quedó del pueblo escogido, después de que los tuve cuarenta años por el desierto. Se eliminó todo aquello que no servía para iniciar un nuevo pueblo. Habían visto Mis Portentos, vivieron castigos muy fuertes por haberse puesto contra Mí y, cuando purifiqué a ése pueblo, con los que quedaban, empecé un nuevo pueblo. Entendieron su error, pero, desgraciadamente, sus descendientes volvieron a caer, presas de la maldad de satanás.
En cierta forma este tiempo será parecido y, a la vez diferente, porque el acecho de satanás no se dará como se ha dado en otras épocas, sino que, aquí, la caída de los descendientes de ese tiempo, dejarán que la maldad, causada por el Pecado Original, se vaya manifestando poco a poco, hasta que llegue a límites, de los cuales serán castigados nuevamente.
El hombre es duro de cerviz, pocos, muy pocos son los que pueden salir airosos de la prueba, pocos, muy pocos son los que se acercan a Mí, para que les dé la Sabiduría necesaria para poder luchar contra las fuerzas de satanás y no caer en ellas.
Mis pequeños, teniéndoMe a Mí, tenéis todo, podéis vencer a satanás, os podéis vencer a vosotros mismos, pero, solamente, si Me dejáis entrar en vuestro corazón, en vuestra mente, en vuestro ser, solos no podéis vencer a las fuerzas de satanás, él es muchísimo más poderoso que vosotros.
Entendedlo, os lo he explicado muchas veces, pero vosotros también caéis en soberbia, así como satanás cayó y Me perdió por su soberbia, también vosotros podéis perderMe por la soberbia que dejáis crecer en vuestro interior.
Estáis viviendo ya tiempos de cambio, de purificación, de eliminación de aquellos y de aquello que no Me sirve para iniciar un Mundo de perfección. Estáis llamados a la perfección, pero pocos queréis llevarla a cabo, porque eso exige esfuerzo, exige amor, el amor que Me debéis, el amor que les debéis a vuestros hermanos.
Todo se desarrolla en el Amor, Mis pequeños, los que no estéis preparados a vivir en el Amor ni a producir Amor, seréis eliminados de la Tierra, sois semilla que no sirve, no sois fruto agradable al paladar.
Así como vosotros Me exigís que os dé tantas cosas, que, ciertamente, muchas de ellas no os las merecéis, pero Yo os cuido porque sois Mis hijos, Yo también os exijo y por eso, primeramente os di los Mandamientos, para que los cumplierais y os perfeccionarais, pero ¿cuántos de vosotros realmente los aceptáis, los cumplís y Me los agradecéis?, porque con ellos hago que os deis cuenta de vuestras debilidades.
Sois un pueblo difícil, soberbio, terco, malvado y pocas, muy pocas son las almas en las cuales puedo confiar.
Meditad estas Palabras duras, pero verdaderas, duelen, ciertamente, pero verdaderas son.
Cómo quisiera que fuerais aquellas almas que en Mi Pensamiento estabais antes de ser creadas, seríais perfectas, porque así como Mi Pensamiento Es Perfecto, solamente, de Mí, pueden salir Ideas, Pensamientos, perfectos y fuisteis Creados en la Perfección, pero el Pecado os ha llevado a lo que ahora estáis viviendo y lo que ahora sois.
Sois una lejana idea de lo que fueron vuestros Primeros Padres antes del Pecado.
La Purificación viene y no se puede detener, los escogidos gozaréis y permitiré que os deis cuenta de cómo fue la Creación y lo que Yo quería de cada uno de vosotros y es cuando comprenderéis lo que fue Mi Obra en un Principio y lo que Yo quería de vosotros. Hasta entonces entenderéis Quién Soy Yo y cómo habéis desperdiciado Todo Mi Amor en vosotros.
PedidLe a Mi Hijo Jesucristo, que se dio por vosotros y que os enseñó a amarMe y a respetarMe, que os lleve hasta lo más profundo de Mi Corazón, para que empecéis a gozarMe, para que empecéis a vivir Mi Vida en vosotros, para que empecéis a amarMe como lo que Soy, vuestro Padre, vuestro Dios, vuestro Creador, porque os Creé por Amor, no por otra cosa, por Amor.
Mi Hijo os dijo “amaos los unos a los otros como Mi Padre os ama” y os lo vuelvo a repetir, amadMe, Mis pequeños, inmensamente, porque inmensamente, os amo Yo.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Hijitos Míos, os he dado en Mi Hija, La Siempre Virgen María, un modelo de Sabiduría Divina, de Humildad, de Virtudes, de Amor.
(Lenguas…) Hijitos Míos, os he dado en Mi Hija, La Siempre Virgen María, un modelo de Sabiduría Divina, de Humildad, de Virtudes, de Amor.
Todos vosotros, desde que sois pequeños, necesitáis un modelo a seguir. Tenéis, primeramente, a vuestros padres y luego a vuestros hermanitos. Vais creciendo y vais tomando, de algunas personas con las que convivís, detalles que van complementando vuestra vida y así vais normando vuestro carácter, vuestra forma de ser, vuestros gustos; os vais moldeando y, así, aceptáis o desecháis lo que a diario vivís.
Los que buscáis una vida espiritual más profunda, tomáis también un apoyo y le seguís, por eso creé a Mi Hija, la Siempre Virgen María, para que de Ella tomarais, primeramente, este apoyo, que, siendo una Creaturita, ciertamente creada en Perfección, vosotros os mirarais en Ella.
Si, simplemente, meditarais el hecho de que fue Creada para que de Ella naciera Mi Hijo, el Dios hecho Hombre, con esto os bastaría para que vosotros alcanzarais vuestra santidad. Meditar en la Imagen de Mi Hija es de lo más bello que un alma puede hacer.
Siendo Creada en Perfección, prefirió hacerse Pequeña y Ser obediente a lo que Nuestra Santísima Trinidad quería de Ella.
Se le dio la Gracia de ser independiente, de moverse por sí misma, pero prefirió Ser Esclava del Señor, se arrodilló ante Nuestra Presencia, se anonadó y, en Su Pequeñez, la engrandeciMos.
Mis pequeños, la humildad siempre os va a hacer grandes, ¿quiénes sois vosotros para querer tener una autoridad que no os corresponde? ¿Quiénes sois vosotros para querer dominar a vuestros hermanos, cuando no tenéis ni siquiera lo mínimo para ayudarles verdaderamente? Porque aquél que es soberbio, prácticamente pierde todo, especialmente Mi Gracia. A las almas soberbias las rechazo y no obtienen de Mí las riquezas, que en abundancia, obtienen las almas sencillas, obedientes, humildes, amorosas.
Mi Hija, la Siempre Virgen María, en Su Pequeñez y en Su Silencio, a los demás, gritaba Sabiduría y Virtudes, no necesitaba dar discursos, Su sola Presencia era todo un discurso.
Cuánto Amor derramamos sobre esta Creaturita, pero, también, cuánto Amor derramó Ella sobre Nosotros. Obediencia total, nunca un “pero” ni un “para qué” hacia Nosotros, en Nuestros pedimentos, silencio, un silencio que Nos otorgaba todo y, por eso, es La Perfecta La Santa, La Inmaculada, La Madre del Salvador.
He ahí vuestro modelo, Mis pequeños, haceos pequeños, sencillos, obedientes, callados y viviendo una vida espiritual profunda y de ahí obtendréis vuestra santificación.
PedidLe a Mi Hija, La Siempre Virgen María, que os guíe, que os tome de la Mano, que os levante cuando caigáis, que os aconseje cuando dudéis y siempre hará lo mejor para vosotros.
Os ama inmensamente, os quiere unidos a la Vida de Su Hijo, gozad, pues, inmensamente el que Yo os haya dado a Mi Hija, la Siempre Virgen María, como Madre vuestra, que quiere lo mejor para vosotros y se da totalmente por el bien de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ciertamente, este año será de muchos cambios, dolores, sufrimientos, como los que sufrió Mi Hijo, que no entendéis, pero todo lo que permito en la vida del hombre, siempre termina en un acto de perfección y de Amor.
Hijitos Míos, todos Mis Pensamientos son perfectos, Mis deseos, sobre vosotros, son perfectos, vuestra vida está regida por Mis deseos de perfección, siempre y cuando, en vuestro libre albedrío, los aceptéis y Me los pidáis. Todo lo que sucede en vuestra vida, Yo lo llevo hacia la perfección y trato de que vosotros deis mucho fruto y que ése fruto sea perfecto. La perfección es el Amor, el Amor en el que fuisteis creados, porque Mi Amor todo lo hace perfecto.
Ciertamente, no entendéis Mi Amor y, sobre todo, lo que Mi Amor produce. Cuando veis la Vida de Mi Hijo, lo que os Enseñó, pero, también lo que sufrió. Cuando meditáis también Su Vida de Dolor, no os parece perfecto esto, porque, humanamente, vosotros rechazáis el dolor, pero debéis de entender que el dolor no existía antes del Pecado Original, no existía la enfermedad, no existía la maldad y con el Pecado que aceptaron vuestros Primeros Padres, se echó a perder todo lo bueno que ellos gozaron desde el Principio de su Creación.
Ciertamente, Mi Hijo sufrió y sufrió inmensamente, porque sufrió a nivel Divino, no a nivel humano. Es Hombre, pero, primeramente, es Dios y Sus Dolores fueron Divinos y, esto, vosotros no lo podéis entender porque son dolores inmensos que nadie, ningún ser humano soportaría, porque van hacia la vía espiritual y la vía espiritual de Mi Hijo es Divina, por eso no podéis entender en estos momentos, pero lo entenderéis, cuando lleguéis al Reino de los Cielos, los que lo ganéis, lo que significó ésa donación por vosotros la Vida de Mi Hijo. Precisamente, porque no entendéis y, además, no Me pedís entender, no agradecéis lo suficiente vuestra salvación, Su Donación, los dolores que padeció por ganar nuevamente el Reino de los Cielos para vuestro gozo eterno, pero os pido, así, en la obscuridad de vuestro entendimiento, que agradezcáis de corazón, la acción de Nuestra Santísima Trinidad, sobre vuestro bien, el que habéis tenido, el que estáis teniendo y el que tendréis.
Ciertamente, este año será de muchos cambios, dolores, sufrimientos, como los que sufrió Mi Hijo, que no entendéis, pero todo lo que permito en la vida del hombre, siempre termina en un acto de perfección y de Amor.
Así que, os pido, que antes de que juzguéis lo que Yo permita en la vida del Mundo y aún del Universo entero, aunque, ciertamente, primero lo juzgaréis humanamente, que meditéis y lo agradezcáis, en la obscuridad de vuestro entendimiento, que de todo esto que viviréis, saldrá un bien inmenso para todos aquellos que confían en Mí, vuestro Dios, que Me aman y que se dan cuenta, con Sabiduría Divina, que lo que Yo permita, siempre será para un bien en vuestra vida, un bien actual y un bien futuro.
Os pido que no hagáis juicios ligeros, porque estos causan mucho dolor en Mi Corazón. Agradeced, agradeced lo que suceda en vuestra vida y eso Me traerá una inmensa alegría, como las alegrías que Mi Hija, la Siempre Virgen María Me daba en Su Silencio, aceptando lo que Yo permitía en Su Vida.
Gracias, Mis pequeños.
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