Mzo 12_15 Orad para que Mi Hijo Regrese. |
Rosario vespertino
Temas:
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Mucho amor necesito de vuestra parte, necesito que ya vuestros hermanos Me vean a través vuestro, os bendigo, Mis pequeños y os pido dejéis que Mi Voluntad se haga en vosotros.
Hijitos Míos, ved a Mi Hijo, lacerado por los soldados romanos; sufriente, para cumplir Mi Voluntad; amoroso, orando por todos vosotros, por vuestra salvación; traicionado, al darse cuenta de que para muchos, muchos de vosotros, almas en el futuro, no os ibais a mover en compasión ni en conversión por todo lo que Él hizo por todos vosotros, obedeciendo Mis Órdenes, como Su Padre, Dios.
Cuánta frialdad puedo sentir en vuestros corazones, cuánto desamor hay entre muchos de vosotros, difícilmente os unís para un fin común. Satanás se ha encargado de dispersaros, ya no vais como las ovejas, unidos, sino ahora vais caminando, desparramados, cada quien por sus caminos y pensando cada quien en sus cosas personales, pero en vuestros pensamientos, prácticamente no estoy Yo, vuestro Dios, ni Mi Hija, la Siempre Virgen María.
Mucha maldad os rodea pero, lo peor de todo, es que no habéis luchado contra ésa maldad y habéis permitido que esta entre en vuestro corazón.
No os estáis santificando como debierais, no estáis aprovechando los méritos de Mi Hijo para vuestra salvación eterna.
¿Os dais cuenta, Mis pequeños de lo que os estoy diciendo?
Mi Hijo, Todo un Dios Verdadero, Segunda Persona de Mi Trinidad, dándoSe por vosotros, buscando vuestra salvación, llenándoos de Bendiciones y vosotros, impávidos. Vuestro corazón no se mueve en compasión por todo lo que Mi Hijo hizo por vosotros.
¡Cómo Me gustaría ver, Mis pequeños, vuestra donación! para irle quitando Dolores a Mi Hijo. Recordad que, en el estado espiritual, todo es un eterno presente y que todo lo que pidáis en estos momentos, será recibido como si apenas se estuvieran dando ésos acontecimientos.
Mis pequeños, cuánto amor falta en vuestro corazón. Buscáis paz, orden, que no os falte nada para que no tengáis que sufrir con preocupaciones, pero, todavía no habéis comprendido lo que os he dicho. Mucho se os avisó y tendréis que sufrir los acontecimientos de la Purificación, porque vuestro corazón es una roca. Eso Me duele mucho, Mis pequeños.
Venid, Mis pequeños, a Mí, tomad vuestro corazón, traédMelo. Ved vuestro corazón, todo marchito, seco, por eso el Mundo está como está, porque tenéis que reconocer, de corazón, que Me habéis dado la espalda y eso Me molesta muchísimo, Me duele inmensamente, porque Mi Corazón acompañó a Mi Hijo desde que Él bajó a la Tierra y recibí lo mismo que Le hicieron a Mi Hijo y vosotros, que os tocó de herencia toda la entrega de Mi Hijo, debierais haber ya crecido espiritualmente y con ése crecimiento espiritual, debíais ya darMe muchas alegrías, muchos contentos, por tener una renovación espiritual grandísima pero, muchos de vosotros, Me seguís rechazando y otros, vuestro crecimiento espiritual deja mucho que desear.
Regresad pues a Mí, Mis pequeños, sed sencillos, fieles, agradecidos y Yo haré mucho por vosotros también.
Recibid Mis Bendiciones, Mis pequeños, para que vuestra alma se llene de los dones y virtudes que Yo quiero que cada uno de vosotros tengáis para que Mi Reino ya se dé sobre la Tierra. Mucho amor necesito de vuestra parte, necesito que ya vuestros hermanos Me vean a través vuestro, os bendigo, Mis pequeños y os pido dejéis que Mi Voluntad se haga en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Qué gran desperdicio! Os doy el Reino de los Cielos gratuitamente, sólo tenéis que cumplir con Mis Leyes y Decretos y el Cielo es vuestro, pero lo desperdiciáis.
Hijitos Míos, vosotros solamente os dejáis llevar por las profecías alarmistas, por los mismos Mensajes que os doy y que mueven a vuestro ser, pero vuestra alma, en lugar de moverse hacia una verdadera conversión o hacia un crecimiento espiritual, os llenáis de miedo. Aquellos que se dicen Mis hijos, no deben llegar a esta situación. Os he dicho que hay ya mucha maldad a vuestro alrededor, pero no lucháis contra ella.
Os repito y os repito esto, Mis pequeños y no queréis perfeccionaros. Tenéis un ejemplo en Sta. María Magdalena, un ejemplo fuerte, un ejemplo santo que, siendo una mujer con mucho pecado en su corazón, tan pronto la toca Mi Hijo, mueve su corazón; en ése mismo momento decide hacer un cambio, pero un cambio total, rotundo y, al poco tiempo después, se le ve ya como apóstol, seguidora de Mi Hijo.
Estas almas son las que Yo más amo, almas llenas de maldad y de pecado, pero reconociéndose pecadores, tienen un verdadero cambio, profundo, moviéndose hacia la santidad.
¡Cuántos de vosotros habéis vivido en el pecado! Ciertamente, a veces os llega ése sentimiento de gran culpa por vuestros pecados y, algunos de vosotros, Me prometéis hacer un cambio. Pocos tenéis ése cambio radical, bellísimo, en donde vuestra alma, estando enlodada, queda transparente, purísima, como un cristal finísimo; así se ven las almas, así las veo Yo, cuando vosotros estáis Conmigo plenamente. Eso es lo que quiero de vosotros, un cambio radical, que os va a ayudar a vosotros, que os va a atraer hacia Mí, porque cuando el alma está en ésa búsqueda de santidad, vuela hacia Mí, se siente atraída, como por un imán poderosísimo y, estando así, es cuando Yo llamo a las almas.
Os pido, Mis pequeños, que llevéis a cabo ése cambio, es por vuestro bien, es por vuestra vida eterna, no os imagináis, Mis pequeños, lo que se ora por vosotros en el Reino de los Cielos, lo que se pide por vosotros, para vuestra conversión y salvación.
Desperdiciáis demasiado y ése realmente es vuestro pecado, no aprovechar todo el Bien que se os regala y, lo vuelo a repetir, se os regala. Si se os dijera que vuestra salvación tiene un precio, seguro estoy que muchos de vosotros pagaríais ése precio con tal de estar en el Reino de los Cielos, pero no lo hacéis. ¡Qué gran desperdicio! Os doy el Reino de los Cielos gratuitamente, sólo tenéis que cumplir con Mis Leyes y Decretos y el Cielo es vuestro, pero lo desperdiciáis.
El tiempo se terminó, Mis pequeños, os lo he dicho ya, estáis viendo los cambios en la naturaleza, que ya no es lo normal a lo que estabais acostumbrados y esto, os va dando un preámbulo para las cosas fuertes que se os han de venir y no estáis preparados para enfrentarlas.
No estáis preparados para cumplir con lo que Yo os he pedido para vuestra salvación. ¡Cuántas almas se van a condenar! ¡Cuántas almas que no quisieron hacer caso! ¡Cuánto dolor Me causan ellas! Ciertamente tendrán un dolor eterno, pero Me hacen sufrir, porque no quisieron escuchar lo que se les pedía, ni quisieron darse, como Mi Hijo se dio por todos vosotros.
Orad, Mis pequeños, vosotros, los que estáis Conmigo. Orad para que el tiempo se apresure, para que no se pierdan más almas. Orad para que Mi Hijo Regrese.Orad agradeciéndoMetodo lo que Yo hago por vosotros. Orad desde lo más profundo de vuestro corazón por todas aquellas almas que necesitan de vuestra oración para su salvación eterna y orad intensamente por aquellas almas que Me han dado la espalda y que no quieren saber de Mí ni de Mi Hija, la Siempre Virgen María. Sed verdaderos hermanos mayores, hermanos que se aman verdaderamente.
Recibid Mi Bendición, Mis pequeños, para que Mi Santo Espíritu entre en vosotros y os ayude a salvar a infinidad de almas que necesitan abrir sus ojos, abrir su mente, abrir su corazón por su salvación eterna.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Tenéis todo de vuestra parte para vuestra salvación, para un gozo eterno, el gran problema para ganar o perder todo esto, es vuestra decisión, no dudéis, tomad el camino correcto, que el Santo Espíritu de Dios os aconseje.
Hijitos Míos, ciertamente, Yo, vuestra Madre, os estoy cuidando en estos tiempos de gran tribulación. Os he venido cuidando desde el momento de vuestra concepción porque, a muchos de vosotros, vuestros mismos padres, los dos o alguno de ellos, os consagró a Mi Santo Nombre y Yo cuido a todas ésas almas consagradas a Mí.
Estos son tiempos de gran tribulación, estos son tiempos de gran purificación, estos son tiempos que recordaréis como un parteaguas en la humanidad, en donde se verá nuevamente la Mano Poderosa de Nuestro Dios, terminando con la maldad de satanás y regresando a esta humanidad al buen camino.
Vosotros no sabéis si quedaréis después de la gran tribulación, quiénes quedarán en la Tierra y quiénes serán tomados, ya sea para el Cielo o para el Infierno.
Los que quedéis, veréis un Mundo renovado, bellísimo y tendréis ésa obligación de amor que tienen aquellas almas que realmente aman de corazón a Nuestro Dios y a Mí, vuestra Madre Santísima.
DeseareMos Vivir entre los hombres, porque el hombre habrá ya entendido su misión, pero después de haber tenido una purificación dolorosa, bien merecida, porque os desviasteis del camino.
Estoy con vosotros, con toda la humanidad, os estaré cuidando de los ataques de satanás, él no soporta escuchar Mi Nombre, él no soporta el que Yo salve a las almas.
Os amo, Mis pequeños, Soy vuestra Madre y quiero alegrar a Mi Hijo con vuestra salvación, por eso, cuando un alma llega aquí al Cielo a ser juzgada, Me pongo entre el Padre y el Hijo, hasta ganar a ésa alma.
Pero hay muchas almas que no se dejan, muchas que no les interesa su salvación, porque no creen en ella y por estas almas no puedo hacer nada.
Orad, para que el corazón del hombre deje de tener ése corazón de piedra, pedidMe que interceda por vosotros, para que os dé Nuestro Dios, la Gracia de que vuestro corazón deje de ser duro, insensible, sin deseo de superación.
Os pregunto, ¿qué se puede hacer con un alma así, que no quiere poner nada de su parte? Sois Mis hijos, os amo, pero hay tantos de vosotros que le hacen tanto daño al Corazón de Mi Hijo y, así, como los soldados romanos laceraron las Carnes de Mi Hijo, vosotros, con vuestros pecados, laceráis Su Corazón.
Habrá un tiempo, Mis pequeños, en que vosotros sentiréis el Dolor del Corazón de Mi Hijo, que se dio por vosotros. Os habéis vuelto insensibles porque muchas veces habéis visto la representación de la Muerte de Mi Hijo, poco se mueve vuestra alma en compasión, en arrepentimiento. Vuestra maldad es mucha y, ciertamente, viviréis en carne propia una purificación para vuestro futuro particular.
Algunos quedaréis para los Nuevos Tiempos, otros seréis tomados al Reino de los Cielos, otros al Purgatorio y otros, a los Infiernos. Son tiempos en que, por vuestra donación y aceptación a lo que os pase, si os toca ser asesinados por ser verdaderos apóstoles de estos tiempos o por defender Mi Santo Nombre, como ahora lo estáis viendo allá, en las lejanías, en el oriente, ésas almas son tomadas directamente al Reino de los Cielos, como prometido está. No os soltéis de Mi Mano, Mis pequeños, en ningún momento, Yo os cuidaré hasta los últimos momentos de vuestra vida,si es que Nuestro Padre os pide que dejéis la Tierra, u os acompañaré a entrar a las Tierras Prometidas, al cambio espiritual que se dará en vosotros y que gozaréis inmensamente. Os defenderé de las garras de satanás y os llevaré a conocer profundamente el Amor de Mi Hijo.
Tenéis todo de vuestra parte para vuestra salvación, para un gozo eterno, el gran problema para ganar o perder todo esto, es vuestra decisión, no dudéis, tomad el camino correcto, que el Santo Espíritu de Dios os aconseje y Yo os Bendigo, Mis pequeños y os llevo en Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Satanás ha hecho que vosotros permitáis entrar el mal en vuestro corazón, os convenció de aceptar ciertas situaciones que, ante Mis Ojos, son pecaminosas pero, vosotros, las veis ya normales.
Hijitos Míos, os he hablado de muchos desastres que han de venir y que serán para vuestro bien, pero el mayor desastre que vosotros debéis reparar, es el de vuestro corazón, vuestra alma, vuestro ser.
Si pudierais ver como Yo veo vuestro interior, os aterrorizaríais al ver el estado de vuestra alma y a dónde la habéis llevado. Yo os di un alma bellísima, y vosotros debisteis haberla cultivado para que alcanzara altos grados de perfección.
Os he dado todos los elementos, os he dado Gracias especiales, os he dado vida especial para que la conocierais y la siguierais. Os puedo asegurar que, todas las almas existentes en el Mundo, estáis viviendo en pecado, en mayor o en menor grado pero, a todas, a todas las almas, también les he dado la oportunidad de regresar a Mí y que podáis obtener de Mí grandes Bendiciones, materiales y espirituales.
La salvación o la condenación, dependen de vosotros, de vuestro libre albedrío y de lo que hayáis escogido vivir en el tiempo que se os concedió de vida, pero os habéis alejado del Camino de la Verdad que Yo os tracé a través de Mi Hijo y de los Mandamientos que os di. Os he dicho que vosotros, por muy inteligentes que os sintáis, nunca podréis hacer vuestras propias leyes, porque llenas de errores estarán. No estáis capacitados para tomar decisiones perfectas, solamente Yo, vuestro Dios, os puedo dar la perfección y es a donde os quiero llevar, pero si vosotros ya habéis creado vuestras propias reglas y las seguís a vuestra conveniencia, difícilmente alcanzaréis una perfección espiritual.
HacedMe caso, Mis pequeños, hay tantas almas que viven en una pobreza espiritual tremenda porque no han querido seguir lo que Yo os he pedido con los Mandamientos.
Tenéis que poner de vuestra parte, Mis pequeños, tenéis que luchar contra vosotros mismos, si queréis ganar el Reino de los Cielos. Satanás ha hecho que vosotros permitáis entrar el mal en vuestro corazón, os convenció de aceptar ciertas situaciones que, ante Mis Ojos, son pecaminosas pero, vosotros, las veis ya normales y, por eso, se ha vuelto muy difícil que un alma entre directamente al Reino de los Cielos.
No detengáis la entrada de Mi Gracia en vosotros, Mis pequeños, haceos a un lado, no pequéis más. Ciertamente que Mi Gracia, Mi Presencia en vosotros, no puede Vivir donde satanás está hospedado, o estáis Conmigo o estáis contra Mí, o Me dejáis a Mí gobernar en vuestro corazón o si vais a permitir que sea satanás el que os gobierne, Me tengo que apartar.
Deseo vuestra perfección, os aconsejo continuamente, pero no veo que os interese vuestra perfección y, por eso, la purificación va a servir para que os perfeccionéis, pero con el dolor que tendréis. Ciertamente, Yo no quería esto, pero Me habéis obligado a tomar éstas decisiones, dolorosas pero necesarias, para vuestro bien. AgradecedMe estos detalles que permito en vuestra vida que os ayudarán.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Sois el ejemplo de la Parábola de los denarios, enterrasteis los dones y capacidades que se os dieron, no los usasteis porque no quisisteis servirMe y un castigo grande recibiréis, porque no quisisteis trabajar para Mí, vuestro Dios, mucho se os dio; mucho se os pedirá. (Lenguas…) Hijitos Míos, cuánto desperdicio de parte vuestra, Yo, siendo vuestro Creador y vuestro Padre, os creé para que alcanzarais grandes niveles espirituales, niveles excelsos, niveles dignos a vuestra investidura de hijos de Dios.
Mi Realeza fue compartida con vosotros, Soy vuestro Dios, vuestro Rey, vuestro Padre que quiere lo mejor para el hijo y vosotros os habéis desperdiciado. Es como tener un diamante en bruto, y vosotros no dejáis que se os quite todo aquello que no permite que brilléis como debéis brillar ante Mis Ojos y ante los ojos de todas las almas creadas y, aún, de los mismos ángeles del Cielo.
Tenéis un potencial tremendo, pero obscuro para la gran mayoría de vosotros, porque no dejáis que Yo os quite todo aquello que os lleve a la perfección y a ser quienes debéis ser.
¡Qué desperdicio de Bendiciones sobre vosotros, sobre todos vuestros hermanos de todos los tiempos! ¡Tanto que pudisteis haber hecho y que podéis hacer todavía!
Vuestra investidura real, está echada a un lado, no la queréis tomar, será porque no os sentís dignos, será porque no queréis ser Mis verdaderos hijos porque, para serlo, debéis negaros a vosotros mismos, negar vuestra maldad y vuestro apego al mal. Será por indiferencia, por olvido, por flojera.
¡Os he dado tanto, tanto y lo habéis desperdiciado! Llegan almas a la Tierra y prácticamente, así como han llegado, se van, vivieron para sí, no se movieron para servirMe.
Lloraréis, como os he dicho otras veces, cuando estéis ante Mí, que os mostraré todos los regalos que se os concedieron y lo que pudisteis haber hecho con ellos, pero os enfrascasteis más en otras cosas. ¡Qué desperdicio de vida de muchos de vosotros, pudiendo haber, cuando menos, salvado un alma y ni siquiera eso hicisteis!
Sois el ejemplo de la Parábola de los denarios, enterrasteis los dones y capacidades que se os dieron, no los usasteis porque no quisisteis servirMe y un castigo grande recibiréis, porque no quisisteis trabajar para Mí, vuestro Dios; mucho se os dio, mucho se os pedirá.
Gracias, Mis pequeños.
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