lunes, 18 de septiembre de 2017

MENSAJES DEL DÍA SIETE - Isabel (del primero al quinto mensaje 2014)



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PRIMER MENSAJE
MENSAJES DEL DÍA SIETE
Yo os hablo por mi querida niña Isabel, escuchadla. Ella es un instrumento veraz de Mi Misericordia (Sexto Mensaje)
7. JULIO. 2014
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“Hoy te muestro el bien y el mal.1
Vendrán mis carros de fuego2 y vencerán al mal, pero, hasta entonces, habrá calamidades sobre la Tierra porque el hombre ha cerrado su oído a la voz de Dios.
Nadie me ayuda, no encuentro apoyo3. Nada está escrito, tú lo escribes hoy.
Es el final para una humanidad pobre y descarriada que no ha querido a su Dios, que le ha rechazado, que ha preferido seguir sus caminos a los caminos que Dios había preparado.”
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1 Gén2,9;Dt30,15-20;Dt11,26-28 2 Ap20,9;IIRe6,17
3 Is 63, 3-5 


SEGUNDO MENSAJE 7. AGOSTO. 2014
“Yo me apiadaré de ti, cuando tú reconozcas tus culpas1.
Esta es una generación perversa y malvada que no reconoce su pecado. Arrepiéntete y vivirás; de lo contrario, morirás. Sólo un corazón arrepentido puede acceder a Mi Misericordia; está reservada para los corazones humildes.
Esta es mi Palabra: escuchadme y no moriréis, y salvaréis vuestras almas.
Venid hijos de mi Padre, venid a Mí, que soy manso y humilde de corazón2. No vayáis por caminos que conducen a la condenación eterna, venid a Mi, quedaos conmigo, Yo os amo. Nadie ama más que el que da la vida por sus amigos3, Yo he dado mi vida por vosotros.
Agarraos al árbol de la Cruz y viviréis. No vayáis por el camino de la muerte sino por el de la vida, y el último día os encontraré bien dispuestos”.
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1 Sal 51
2 Mt 11,29 3 Jn 15, 13

TERCER MENSAJE 7.SEPTIEMBRE.2014
“Yo te daré mi paz cuando seas enviada a proclamar mis mensajes en todo el mundo, el mundo no se convertirá pero el que lo haga se salvará.
Tú escúchame y pon atención: Yo estoy aquí para salvar no para castigar1; pero el mundo no me escucha. Voy a proclamar un año de salvación. Deseo que todos se conviertan y se salven, y esta es tu misión. Yo estaré contigo, nunca te dejaré.
Es mi misión para ti, cúmplela. Yo estaré contigo.
Serás la paloma de mis mensajes, tu misión es escuchar mi voz de día y de noche, yo hablaré a tu corazón.
Tú serás mis oídos, mi voz, mis ojos. Nadie más que tú sabrá mis mensajes”.
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1 Jn3,17

CUARTO MENSAJE 7. OCTUBRE.2014

“Aquí estoy para juzgar la Tierra, el mundo.
Juzgaré hasta los confines de la Tierra, nada escapará a Mi ira, porque estuve a tu puerta1 y no me abriste. ¿Qué fui para ti?, ¿dónde estabas cuando esperaba a tu puerta? Ya no tiene remedio. El tiempo ha pasado: vengo para juzgar, vengo para reinar, vengo para salvar. El tiempo ha terminado: ¿dónde estabas cuando clamaba a tu puerta? ¿por qué huiste de Mí? ¿por qué no me quisiste? El tiempo ha terminado: no desfallezcas habitante de Sión, porque comienza el tiempo de los dolores2 para esta humanidad pobre y descarriada que no ha querido a su Dios. Se enfrenta a su propio destino. No permitiste que fuera tu Creador quien creara tu destino, un destino de paz, amor y misericordia, una casa familiar de padres, de hijos, de amor. No lo permitiste, quisiste crear una familia de chacales que se devoran unos a otros. Éste es el mundo que tú has creado, habitante de Sión. No habrá piedad: los gritos de los justos claman al cielo, la sangre de los inocentes está ante Mi Padre, los ángeles lloran por el destino de este mundo. ¿Qué has hecho?, ¿en qué has convertido el mundo que Yo te entregué? En una guarida de chacales, de lobos, de alimañas, de perversión, de maldad. La justa ira de Dios3 va a caer sobre el mundo: es el tiempo de la justicia. El tiempo de la Misericordia ha pasado: lo has desechado tú, lo has rechazado tú. Yo estoy en la cruz por ti, por tu salvación, por el perdón de tus pecados, y tú ¿qué haces? Blasfemas, me hieres, me abofeteas, me escupes, me ignoras, me pisoteas. ¿Cuánto más tendré que soportar de ti perversión y maldad, olvido e ingratitud?, ¿hasta cuando tendré que soportarte?4 Todo ha terminado, todo va a terminar: es el
1 Ap3,20
2 Mt24,8;Mc13,8
3 Rom1,18;Rom12,19 4 Mt 17, 17
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tiempo final de la recolección5. ¡Ay de ti si te has olvidado de Mí!, porque no habrá quien te ayude, no habrá lugar en que puedas esconderte del mal que voy a enviar sobre la Tierra6. Los justos brillarán con su luz, serán como lámparas encendidas7 en medio de las tinieblas. El Hijo del Hombre los reconocerá porque son suyos, son frutos de Su Sangre; pero tú, que aborreciste el mal, también tendrás que sufrir porque Mi brazo caerá sobre la Tierra, sufrirás el mal de tus hermanos. ¡Ay de ti Corazaín8! ¡Ay de ti, pueblo mío, que no has mirado a tu Salvador, que has rechazado la salvación! ¿Dónde podrás esconderte cuando lleguen los dolores?, ¿dónde encontrarás tu guarida? Guarida de lobos y chacales9, que te despedazarán. Llora, llora amargamente porque es el tiempo de los dolores. El tiempo ha pasado, llegue hasta ti este clamor. Vístete de penitencia10, llora por los pecados del mundo, porque el tiempo final ha empezado. No habrá misericordia para los que amaron el mal, los que hicieron daño a mis hijos del alma, para los que hicieron daño a mis elegidos. Sus lágrimas son mías, su amor está en Mí, es mi consuelo, mi delicia: por ellos el mundo no es destruido para siempre.
Hay una oportunidad, un año de salvación11: allí se dirimirán el culpable y el inocente. No hay más tiempo: todo ha empezado; no soporto tanta maldad. El grito de los justos, de los inocentes, el Cielo ya no lo puede contener. ¿Hasta qué extremo has llegado, pueblo mío? Conviértete y salvarás tu alma; conviértete, conviértete, ya no hay tiempo. Mi Madre está con vosotros, escuchadla. Ella lleva Mi mensaje para vosotros, de amor, de ternura, de paz, de salvación; amadla, respetadla, porque es vuestra Madre.
5 Ap14,18;Mt13,39 6 Jer 23, 20
7 Mt5,14;Lc11,33
8 Lc 10, 13
9 Jer 9, 10 10 Jer 6, 26 11 Is 61, 2
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No hagáis sufrir más al Padre Eterno, os lo pido por favor. Ya basta; tanta maldad, tanta ingratitud, ¿hasta cuándo, pueblo mío, tendré que soportaros?
Estoy aquí para salvaros, agarraos fuertemente a Mí, fuerte a Mi cruz, cogeos de Mi mano. Mis llagas os han curado12; mirad el árbol de la Cruz, el árbol que os dará sombra13 en los momentos de furor. Mi Padre os espera en el cielo para daros una eternidad de Amor. Amad a Mi Padre, a vuestro Padre que tanto os ama, y tened compasión de Mí, que sufro cada día por vosotros, hijos de Mi Alma, que os engendré con Mi Sangre para la vida eterna. No desperdiciéis Mi Sangre: fue vertida por vosotros14, por vuestra salvación y os he engendrado con mi Sangre a una nueva vida que os espera.
Ayudaos, ayudaos mutuamente. Amad a vuestro Dios, a vuestro Salvador y permaneced fieles a Mi Amor. Yo vuelvo a por vosotros y os llevaré al Reino de Mi Padre eternamente15”.
Silencio.
“Los sacerdotes, ¡ay los sacerdotes!, serán juzgados con rigor, porque en ellos se depositó el cuidado y la protección de mi pueblo. Rezad por ellos, porque ellos deben ayudaros con su ministerio, ministerio que ha sido arrasado por el mal en tantos y tantos sacerdotes. Tened compasión de Mí que sufro tantas ingratitudes de mis amigos, de los que fueron llamados a estar Conmigo en la cruz y en la Gloria y me han abandonado, rechazado y han herido a mi pueblo. ¡Ay de vosotros cuando estéis ante el Hijo del Hombre!, porque heristeis a mi pueblo, a mi pueblo amado, querido y
12 Is 53,5
13 Éx14,9-10;Sal57,1;63,7;121,5-6;Lc1,35;Hch5,15;Heb9,5 14 Mt 26, 28
15 Jn 14, 2-3
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santo, porque yo estoy en medio de ellos. No me hagáis más daño por compasión. ¡Basta ya, basta ya de tanta maldad! Amad, amad a mi pueblo santo, consolad sus heridas, protegedle como una gallina a sus polluelos16. No le dejéis a la intemperie, protegedle con vuestra vida como vuestro Maestro17. Mirad que el mal está cerca y quiere destruir. Proteged a mi pueblo del lobo, del león ávido de sangre inocente, de la víbora infernal, defendedlo con vuestra sangre si es preciso. Se os pedirá cuenta y no tendréis dónde esconderos. Aquel día será negro y oscuro para los que hayan abandonado a mi pueblo, debiendo servirle con amor paternal.
Cuidad Mi Santísimo Cuerpo, no se lo deis a las hienas, a los lobos, no es para ellos. Cuidad y velad Mi Santo Cuerpo, pues os ha sido confiado para su custodia. Se os pedirá cuenta de tantos ultrajes como podíais haber evitado. No es vuestro, es de Dios, sois sus custodios, no sus amos.
Volved a la pureza, a la sensibilidad de lo puro, de lo hermoso, de lo laudable. Apartaos de la basura, de la tosquedad, de lo burdo: no es para vosotros. Vuestras manos son las Mías, vuestro cuerpo es el Mío. Hablad con reverencia. Mis pastores llevan el báculo de mi Padre: comportaos como tales. ¡Cuánta ignominia, cuánto mal entre vosotros! Mi Padre está asqueado de tanta perversión. ¡Basta, basta ya! Sois ministros de Dios, sois los protectores de mi pueblo, no sois sus verdugos. No hagáis daño a Mis sacerdotes santos con vuestras burlas, incomprensiones, críticas y maledicencias. ¡NO! ¡Dejadlos, no los toquéis! Son mis pastores buenos y santos que me ayudan con mi pueblo, mis hijos tan amados. Curan sus heridas, los hablan de Mí, tratan con reverencia los Misterios Santísimos y lloran por los pecados de Mi pueblo. Se ofrecen como hostias vivas, son agradables a Mi Padre Santo, que ve todo desde el cielo.
16 Mt 23, 37 17 IPe5,4
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El día está cerca, abrid vuestro corazón al Señor que llega18. Hablad a todos de Mí, hablad a todos de Mi Salvación”.
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18 Mc1,15;Ap1,3;Ap22,10

QUINTO MENSAJE 7. NOVIEMBRE.2014

“¡Vuélvete a Mí, Jerusalén!
Estoy esperando el día que reúna a las naciones: todo será paz y justicia. No os resistáis, pues el día llegará. Estad preparados
1, pues cuando
menos lo penséis llegará el Hijo del Hombre. Estad dispuestos para comparecer ante Él: será un día de justicia.
En vuestros corazones sólo hay maldad, ¿quién hará justicia a este mundo? Todo se vende y se compra, es una generación perversa y malvada porque no reconoce a su Dios. Venid a Mí: sólo yo os puedo salvar de la catástrofe que va a asolar a este mundo perdido y sin rumbo: su camino es la perdición. Yo os aviso: no dejéis para mañana vuestra conversión. El mundo está sumido en las tinieblas, Satanás es el príncipe de este mundo2 y él tiene el mando: él busca vuestra perdición. Yo estoy aquí para salvar3, pero, ¿quién viene a Mí?: los santos de Dios que brillan como lumbreras4 en las tinieblas. No os he dicho que fuera fácil el camino, nunca os lo dije, pero es el camino de la salvación. ¿Por qué no me escuchas, Corazaín5? ¿Por qué has cerrado tus oídos a Mi voz? Yo clamo por ti de día y de noche, pero no me oyes, no me prestas atención. Vendrán días de dolor y de desolación a este mundo perverso. Los gritos y el espanto se apoderarán de este mundo, porque ha llegado el día de las tinieblas, que asolarán y oscurecerán el mundo. El príncipe de este mundo ya está aquí, para arrasar y destruir la obra de Dios, la obra de Mi Padre: ‘El Hombre’, tú, hijo, tu vida y la de tus hermanos. ¡No lo permitáis! ¿Cómo? Abrazándoos a Mí.
1 Mt24,44;Mt25,13 2 Jn 14, 30
3 Jn 3, 17
4 Mt5,14
5 Lc 10, 13

Será un día terrible como nunca lo ha habido6: las estrellas del cielo caerán7 y sembrarán el pánico y el terror. Los ángeles llorarán por vosotros. ¡Ha llegado! ¡Cuántos observan y no ven! Tú, hija, díselo, proclama este mensaje, porque es el último aviso: el tiempo ha terminado.
No te creerán, pero habrá corazones que dudarán de tus palabras, de estas palabras, de Mi Palabra. Bienaventurado el que te crea, porque se salvará. Pensarán que vienen de ti y no de Mí, pero se equivocarán, porque no reconocen los signos de los tiempos8: están embotados con las cosas de este mundo. Tú eres pequeña, pero eres Mía. Habla, díselo, pregónalo en las plazas y en las casas a todo aquel que te quiera escuchar. Yo te envío, habla, grita a los corazones: ‘Conversión, conversión hijos, que el Señor está a la puerta, que ha llegado el tiempo; preparaos que no hay tiempo, que se acaba el tiempo’. Es tiempo de Salvación, de la última salvación, el demonio está en la puerta y se ha abierto. ¡Está dentro!, está en el corazón de los hombres, destruye el pueblo de Dios, ¡no le dejéis! Con vuestra oración le echaréis de los corazones. Es el enemigo infernal, que os quiere perder a todos. Él me odia, su lema es la destrucción de este mundo, no hay amor en su corazón. ¿Por qué le escucháis?, ¿no veis que os lleva por el camino de la perdición? Venid a Mí, pequeño pueblo de Israel, santos de Dios, cobijaos bajo mis alas9. Yo os protegeré de todo mal y os daré todo Mi Amor, pero, ¿quién quiere Mi Amor?, ¿quién? Todo es destrucción y maldad, ¿por qué destruís a mis hijos en el seno materno, a mis pequeños?
Di al sacerdote que te proteja, porque serás atacada, pero no destruida. Eres la niña de mis ojos, te protejo, nunca te dejaré, pero ayúdame. Te he elegido para que me ayudes, tú querías Mi Amor, -todo el que quiere Mi
6 Mt 24, 21 7 Mt 24, 29 8 Mt16,3 9 Sal 17, 8

Amor será lleno de Él-, porque estoy a la puerta10 y llamo y deseo entrar y cenar contigo y darte todo Mi Amor y vivir contigo. El hombre está embotado y ebrio de borracheras de poder, ambición, sexo y concupiscencia. Ha perdido la sensibilidad de escucharme, de reconocerme, de verme en su vida; ése es el peligro, “su ceguera”11; así no puede reconocerme, ni buscarme, ni encontrarme. ¡Quítate la venda de los ojos!
¿Por qué tú, que no eres nadie, me escuchas? Porque tu corazón está abierto a Mí. ¡Abrid vuestros corazones a la Palabra, vuestros ojos a la Luz, vuestras entrañas a la Misericordia! Pueblo mío, escucha este mensaje de salvación: ‘el tiempo se acaba, vengo a la recolecta del final del tiempo.’ Prepárate y llora por los pecados de este pueblo malvado que no reconoce a su Dios. Volveré, vuelvo, y haré brillar la justicia como el sol del mediodía12 y se acabará toda opresión, toda destrucción, ¡ya está bien de tanta maldad! ¡Basta!, la copa se ha llenado, está rebosando, la ira de Dios13 pesa sobre este mundo de pecado y caerá implacable sobre él. No te asustes santo de Dios porque el Señor te conoce, tú eres de los suyos, estás marcado14 y vela sobre ti su Misericordia y te llevará al Reino de Dios, aunque tengas que sufrir un poco, todo terminará y gozarás del Reino de tu Padre Dios en compañía de los ángeles, de los santos.
Yo te bendigo hijo, te bendigo con todo Mi Amor, porque has creído en Mis Palabras, en esta pequeña hija mía que lleva mi mensaje de salvación. Dadlo a conocer: que el mundo se arrepienta y viva15. Estamos en los últimos tiempos: es tiempo de salvación. Cuida a esta pequeña hija, cuídala de todo mal. Ella es pobre y débil, pero lleva mi mensaje al mundo. Escuchadla porque no viene de ella, viene de Mí, de tu Dios y Señor. Yo os
10 Ap 3, 20
11 Mt 15, 14
12 Sal 37, 6
13 Rom 1, 18
14 Ap7,3;Ef1,13
15 Lc5,32;Ez33,11
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diré cómo debéis prepararos para todo lo que está por venir16. Es tiempo de salvación: no desaprovechéis el tiempo. No habrá más mensajes: el mundo quedará sumido en la oscuridad y las tinieblas. Sólo el que es de Mí podrá escucharlos: ella os hablará por Mí, escuchadla, es mi instrumento. Llegará un día en que desearéis encontrar este mensaje, pero no os será fácil encontrarlo, porque se impedirá que llegue a todos.
Alejaos del pecado, cambiad vuestras vidas, vivid felices en Mi Amor. Yo os amo tanto y os bendigo. Guardad Mi Palabra. Sed fieles a Mis mandamientos17 y esperad el gran día que ha de llegar. Os pido compasión para mi pobre Corazón que sufre día a día la ignominia de este pueblo rebelde y malvado. ¿A quién odiáis? A vuestro Hacedor, a vuestro Salvador, a quien os ama desde el Sagrario, en un amor insondable y perdido.
Se pierde Mi Amor en tantas almas, trabajad por el Reino de Dios18, no permitáis, con vuestra oración y sacrificios, que se pierdan tantas almas, no lo permitáis hijos de mi alma, que habéis sido creados por Amor y sois depositarios de Mi Misericordia. Ha llegado la hora de la justicia, convertíos y creed en el Evangelio19. Yo os señalaré los signos de los tiempos en vuestras vidas.
Una luz brilla en el cielo: es el Hijo del Hombre que viene a salvar al mundo del pecado. Una luz brilla sobre vosotros, contempladla y quedaréis radiantes20; no apartéis la vista de la luz para que no os invadan las tinieblas. Leed en Mi Corazón, Manso y Humilde21, ardiente de amor, leed en Él y aprenderéis lo que es Amor. ¡Cuántas veces os quise tener bajo mis
16 Jn14,26;Jn16,13 17 Jn14,15;Jn14,23 18 Mt6,33; Jn6,27 19 Mc 1, 15
20 Sal 34, 6 21 Mt 11, 29
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alas22, abrazaros en mi Amor!, pero sois los hijos díscolos, que sólo buscáis vuestra perdición, y, aún así, Mi Corazón os espera día y noche, para daros todo Mi Amor, Mi Salvación, inundaros con Mi Misericordia y llevaros en mis brazos.
Escucha Mi voz, pueblo mío, por compasión a este pobre, ardiente Corazón, que llora por ti, por tu amor; escuchad Mi voz suplicante, que os suplica; cogeos de la mano de Mi Madre, vuestra Madre, Ella cuidará de vosotros, como a sus pequeños hijos. Implorad la asistencia de mis ángeles, ellos os ayudarán en vuestro camino.
Abrid las puertas y las ventanas al Sol que llega a regir la Tierra; avisad, avisad a vuestros hermanos para que todos se salven. No lo guardéis para vosotros, proclamadlo al mundo: ‘El Señor llega, El Señor viene vestido de Gloria y Majestad23, abrid la puerta al Señor que llega, ¡Aleluya!’ ”
Silencio
“Reuníos en Mi Nombre24, orad, cantad, salmos y oraciones, vivid el Evangelio, cuidad de Mis pastores santos, dadles todo vuestro apoyo para que sean valientes en estos tiempos. Vivid una vida de santidad, vivid Conmigo, en Mí. Yo estoy con vosotros, estoy con vosotros25, os amo, y os llevo en Mi Corazón. ¡Hijos, ayudadme a salvar este mundo, a salvar tantas almas como os necesitan! Yo os mando, os envío a trabajar en mi campo26, porque está cerca la recolección final27. Estáis bajo la mirada maternal de Mi Madre. El tiempo apremia, el dueño del campo llegará a pedir cuentas. Renovaos en el Espíritu28”.
22 Mt 23, 37
23 Sal93,1;Job37,22 24 Mt 18, 20
25 Mt 28, 21
26 Mt 9,37
27 Mt13,39;Ap14,18 28 Ef 4, 23
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