Junio 14/2012
7:36 a.m.
Hijos amados, os espero en el Sagrario, escuela de amor divino en la que os haréis santos, escuela de amor divino en la que recibiréis sabios consejos que os llevarán a andar por caminos de rectitud y de verdad, escuela de amor divino en la que conoceréis los misterios del cielo que en este final de los tiempos se os están revelando, se os están descubriendo.
En el Sagrario, frente a mi presencia eucarística adquiriréis la fortaleza necesaria para afrontar la dura prueba, porque los dolores de parto ya han comenzado.
En el Sagrario, frente a mi presencia eucarística comprenderéis lo caduca que es vuestra vida. Recorreréis por el camino de la renuncia, de la inmolación y de la reparación porque los pecados de los hombres han rebosado de justa cólera el Corazón de mi Padre Eterno.
Mi llamado angustioso os debe mover en este día a un arrepentimiento de corazón. La crisis que se aproxima hará tambalear aún a los más fuertes, el sisma que estallará como bomba atómica en el campo de concentración o de guerra, sumergirá en confusión y caos a muchísimos de mis hijos, hijos que se desviarán de la verdad por caminar tras espejismos de filosofías llamativas y extrañas, hijos que caerán en el engaño desviándose del camino que les lleva a la salvación.
Mi llamado angustioso es para que toméis conciencia de una realidad que no podéis disimular ni mucho menos esconder.
¿Acaso os parece poco las señales del cielo? ¿Acaso os parece poco las manifestaciones que evidencian mi pronto regreso a la tierra? No juguéis con lo más sagrado, la salvación de vuestras almas, no ahoguéis mi voz en vuestros corazones, no guardéis mis llamados angustiosos en gavetas oxidadas, vividlos; quedaos con lo bueno, dadlos a conocer al mundo entero, traducidlos en varios idiomas porque mi pueblo perece por falta de conocimiento, mi pueblo camina al borde del precipicio.
Por qué temer, por qué experimentar miedo si soy un Padre de amor y misericordia. Os espero en mi tribunal divino para restituiros la gracia que un día perdisteis por el pecado.
Junio 14/2012
9:58 a.m.
Hijos amados, escuchad mis llamados angustiosos, mi agonizante Corazón es traspasado por dardos de desamor, de nuevo soy crucificado por unos hombres obstinados en el pecado, de nuevo soy crucificado, la maldad ha enceguecido y desviado de camino a muchísimos de mis hijos. Me he quedado hasta la consumación de los siglos en todos los Sagrarios del mundo.
Venid y uníos a mi sufrimiento místico. Reparad por vuestros pecados y los pecados del mundo entero. Asistid al santo sacrificio de la Misa para que recibáis fuerzas para el duro combate, necesitáis estar lo suficientemente alimentados en el espíritu para que el enemigo no os haga daño, no os debilite en el duro caminar que os espera.
Haced cruzadas de reparación, necesito recibir consuelo de las almas. Haced cruzadas de reparación, soy el Mendigo del Amor y tengo sed de almas.
Hijos amados, estáis en el tiempo del no tiempo, estáis en el fin de los fines; convertíos de corazón haced en todo mi divina voluntad y recibiréis un premio de gloria en la vida eterna, aumentad las filas del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes consagrándoos al Corazón Inmaculado de mi Madre, necesitáis recibir la marca de los hijos de Dios, de los señalados por el cielo.
Satanás muy sutilmente ha empezado a marcar a los suyos, satanás astutamente se disfrazará de ángel de luz para engañar y seducir con sus falsos milagros a muchísimos de mis hijos. Recorred junto conmigo la calle de la amargura, prestadme vuestro hombro para yo descargar sobre vosotros una parte del peso extenuante de mi cruz.
No os dejéis confundir ni sacar de la verdad, mi Evangelio, mi Palabra no puede ser cambiada. El pecado jamás lo justificaré, mis mandamientos deben ser cumplidos cabalmente para que os ganéis una de las moradas de mi reino.
Debilitad las fuerzas tenebrosas del mal, derrotad a satanás con el Santo Rosario. Visitadme frecuentemente en el santísimo sacramento del Altar y escuchad mis lamentos divinos que brotan desde lo profundo de mi agonizante Corazón en mi nuevo Getsemaní. Llevad con vosotros medallas o crucifijos de san Benito, necesitáis protección porque el demonio os ronda como león rugiente queriéndoos devorar. Amad en extremo a vuestros hermanos, perdonad a vuestros enemigos y haced muchísimas obras de caridad porque la caridad os borra multitud de pecados.
Junio 13 de 2012
3:55 p.m.
Hijos amados extiendo el manto de mi misericordia sobre un mundo pagano, mundo que ha cambiado las leyes divinas por leyes perniciosas que llevan a la condenación.
El manto de mi misericordia se extiende sobre todo el mundo, un mundo sin Dios y sin ley. Los falsos ídolos han tomado asiento en el corazón de muchísimos de mis hijos.
Extiendo el manto de mi misericordia sobre un mundo que camina al borde del abismo. Satanás le ha enceguecido y ensordecido a mi voz. Escuchad pueblo amado mis llamados angustiosos, las suplicas de un buen Padre que quiere lo mejor para sus hijos.
¿Qué esperáis para volver a Mí?
¿Qué esperáis para dar inicio a un proceso de conversión perfecta y transformante en vuestra vida?
¿Qué esperáis para soltar las cadenas oxidadas del pecado y sumergiros en las fuentes insondables de mi amor y de mi gracia?
Escuchad pueblo amado mis llamados angustiosos, enderezad vuestros caminos. No podéis continuar en un estado pasmoso y de parálisis espiritual cuando los signos y señales anuncian de mi segunda venida, cuando las advertencias de mi Madre están próximas a cumplirse.
Un cisma estallará inesperadamente, como cuando una bomba es lanzada en el campo de batalla. Permaneced en la verdad, no dejándoos desviar de las fuentes fidedignas de las Sagradas Escrituras, Magisterio de la Iglesia y de la Tradición.
Obedeced a la autoridad infalible del santo papa, orad por él, su cruz es demasiado pesada.
Mi amparo paternal permanecerá sobre vosotros, sed fieles a las enseñanzas que os he trasmitido. Atended a los consejos de mi Madre, ella es puerta del cielo, que os conduce a un encuentro cercano y definitivo conmigo.
Os bendigo y derramo mi Santo Espíritu sobre vosotros para que permanezcáis en la verdad.
Junio 13 de 2012
4:05 p.m.
Hijos amados haced reparación por vuestros pecados, mi agonizante corazón se desangra de desamor e ingratitud por la mayoría de los hombres.
¿Por qué os cuesta tanto dejar el mundo?
¿Por qué se os dificultad emprender un nuevo camino, camino de renuncia, de abandono y confianza plena en vuestro Amo y Señor?
Escuchad mis llamados angustiosos, no os pongáis tapones en los oídos, no os pongáis vendas en vuestros ojos, no os pongáis aldabas en vuestros corazones, no pretendáis tapar la luz del sol con vuestras manos, no pretendáis convertir la noche en día, no persistáis más en la duda, en la vacilación.
Mi máxima preocupación sois todos vosotros, por eso os envío profetas que como Juan Bautista allanen el camino para mi segunda venida.
Tarde o temprano os daréis cuenta de la veracidad de mis palabras; tarde o temprano algunos de vosotros lamentareis el haber desechado, menospreciado los avisos del cielo; tarde o temprano, queráis o no, estaréis cara a cara conmigo en el día de mi gran misericordia, ultima oportunidad para que rectifiquéis vuestros caminos, ultima oportunidad para que os arrepintáis de vuestras culpas y reparéis el daño causado a mi cuerpo místico.
Cómo silenciarme si el mundo yace en la impiedad, en la frialdad religiosa, como silenciarme si el mundo tiene otros intereses, como silenciarme si aún muchos de mis hijos se encuentran anclados al pecado, esclavizados al vicio.
Venid y os perdonaré, venid y os declararé libres e inocentes de toda culpa, venid y despertaré en vosotros amor a mi cruz, deseos de padecer y sufrir como expiación de vuestros pecados y los pecados del mundo entero.
Orad por medio oriente, cada vez más se agudizará la situación en aquella parte del mundo.
Esperad gozosos mi retorno glorioso a la tierra. Leed y meditad las Sagradas Escrituras, convenceos y comprobad que no os hablo nada distinto del Libro Santo.
Vuestra luchas, vuestra batalla no ha terminado. Armaos con mi armadura divina y dad por segura vuestra victoria.
Junio 9 de 2012
7:52 p.m.
Hijos amados escuchad mi llamado angustioso, os espero en el sagrario para que mitiguéis mi dolor. Son muchos los dardos de desamor que atraviesan mi agonizante corazón. En el sagrario recibiréis la fuerza que necesitáis para enfrentar la dura prueba; en el sagrario recibiréis la sabiduría necesaria para no dejaros engañar por los falsos profetas; en el sagrario recibiréis la luz divina para no dejaros arrastrar por filosofías llamativas y extrañas; en el sagrario conoceréis el camino que debéis andar; en el sagrario conoceréis mis misterios divinos, profundizareis en la ciencia del cielo; en el sagrario os sentiréis protegidos cuando os sintáis asediados, perseguidos.
Os pido adoración y reparación eucarística porque son muchos los ultrajes que recibo diariamente en mi tabernáculo de amor divino, son muchos los pecados que me llevan de nuevo a una agonía y sufrimiento extremo.
La gran prueba ha comenzado, es necesario que oréis y pidáis mi protección divina. Satanás os asedia presto en devoraros, en arrastraros a las profundidades del averno. Cómo no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si yace en un sueño profundo, como no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si el hombre se destruye a sí mismo, como no lanzar un llamado angustiado a toda la humanidad cuando estáis próximos a un alumbramiento y nacimiento definitivo que hará historia.
Si queréis fortaleceros para el tiempo fuerte que os espera, venid al sagrario que os guardaré en uno de los aposentos de mi corazón eucarístico.
Amados míos, vivo un nuevo Getsemaní. El extenuante peso de mi cruz me hace tambalear. Venid y consolad mi agonizante corazón y escuchad mi voz desde mi excelso trono.
Reparad por vuestros pecados y los pecados de todos los hombres. Hoy me veis en la sencillez del pan consagrado, pronto me veréis vestido de majestad y gloria.
Amados míos, venid al sagrario, reparad mi corazón eucarístico maltratado y menospreciado por muchísimos de mis hijos y meditad en los lamentos divinos y desde esta pequeña porción del cielo en la tierra dirijo a toda la humanidad.
Junio 8/2012
7:05 a.m.
Hijos amados, satanás quiere silenciar, callar a mis verdaderos profetas; profetas que son un estorbo a sus planes maléficos, profetas que quiere destruir, sacarlos de su paso porque su fin es inyectar veneno letal en la mayoría de sus hijos.
Aparentemente ha alcanzado victoria, aparentemente las fuerzas tenebrosas del mal son más potentes que las fuerzas del bien. Satanás sabe que le queda poco tiempo, satanás sabe que muy pronto será encadenado por un tiempo de mil años, por eso su afán desmedido de llevar al pecado a la humanidad, de prostituir a los pueblos peor que las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Satanás persigue obstinadamente a los hijos de María, a los siervos de la esclava del Señor; el conocer que la mujer vestida de sol con su talón aplastará su cabeza: le produce cólera, enfado. Por lo tanto, hijo mío, escuchad mi llamado angustioso en este día; enrolaos en las filas del Ejército Victorioso de los corazones triunfantes, dejándoos guiar y conducir por su capitana, caminando tras sus huellas, preparándoos como apóstoles de los últimos tiempos y llevando mi mensaje consolador a toda creatura.
Satanás quiere obstaculizar mi obra, quiere sembrar caos y confusión en el corazón de mis hijos. Estad atentos para que distingáis los lobos disfrazados con piel de cordero. Estad atentos para que distingáis la voz de mis verdaderos profetas de los falsos profetas enviados por el príncipe de la mentira.
Consolad mi agonizante Corazón, el pecado ha deformado el alma de mis hijos. Algunos pueblos se asemejan a la gran Babilonia, pueblos que tarde o temprano estarán en mi tribunal divino para recibir el castigo merecido por sus culpas.
A vosotros amados míos os dejo la tarea de reparar por una humanidad somnolienta y aletargada, por una humanidad debilitada por las fuerzas del mal. Reparad por los pecadores, consolad mi agonizante Corazón mostrándoos al mundo como mis discípulos, como siervos de María, Madre de Dios y Madre vuestra.
Junio 05/2012
5:40 p.m.
Hijos amados, colaboradme en la salvación de las almas, haced penitencia por los pecadores, haced penitencia para que los hombres vuelvan sus corazones a Mí.
Mis llamados angustiosos van dirigidos para todos vosotros, no podéis continuar sumergidos en pozos de aguas putrefactas; ya es hora que cambiéis de vida, que os condoláis por la veces que habéis lacerado mi agonizante Corazón. Secad, pues, las lágrimas que corren de mis purísimos ojos, besad y adorad mis sagradas llagas. Interceded por un mundo indolente, frenético en su proceder.
No ahoguéis mi voz en vuestro corazón, dejad que cada una de mis palabras caigan como briza suave en vuestro interior y os embriague de amor.
Junio 4/2012
6:58 a.m.
Hijos amados, no endurezcáis vuestros corazones, ablandadlos a mi voz, sed sensibles a mis llamados angustiosos. Mi agonizante Corazón sufre y padece soledad, mi voz se pierde en el vacío de la mayoría de los hombres. Cómo quisiera que en este mismo instante la humanidad entera doblase sus rodillas, abajasen sus cabezas y me reconocieran como al Rey del universo; pero el hombre se ha desviado de camino, el hombre abusa cada vez más de mi misericordia, el pecado ha obnubilado sus conciencias, el pecado les ha hecho esclavos de satanás. Hoy que por providencia divina estáis frente a mi presencia, consolad mi agonizante Corazón, pedid y reparad por todos aquellos que son causa de dolor y de sufrimiento para mi agonizante Corazón.
Preparaos para el combate, para la guerra final. No tengáis miedo, el amor echa fuera el temor. No tengáis miedo, por qué no os decidís en este mismo instante en venir como la mujer pecadora, como María, y postraros a mis divinos pies, enjugarlos y ungirlos con el óleo de vuestro arrepentimiento, de vuestra contrición verdadera de corazón; mis lágrimas purificarán la suciedad de vuestros corazones, mi abrazo os fortalecerá para que emprendáis un nuevo camino.
El tiempo que estáis viviendo es un tiempo crítico, satanás y legiones de demonios andan afanosamente en búsqueda de almas; sabe que le queda poco tiempo, sabe que muy pronto la mujer vestida de sol aplastará con su talón su cabeza. Y cómo no prepararos para el desenlace final, cómo no hacer reparación de vuestros pecados si la justicia divina será descargada con toda su cólera sobre un pueblo renuente a mis llamados y a los avisos del cielo, sobre un pueblo que camina al borde de la perdición y del precipicio, pero mi Corazón sobreabunda en misericordia para con el pecador.
No esperéis ver cumplidas una a una las advertencias y profecías de mi Madre para convertiros y acudir al sacramento de la confesión. Es en este mismo instante que os llamo a rasgar vuestras viejas vestiduras y a revestiros con ropajes nuevos. El tiempo de la tribulación va en curso, el tiempo no será postergado, ha sido abreviado.
No quiero ver perecer a muchos de mis hijos, esta última oportunidad es para todos vosotros; sois libres en elegir la felicidad eterna, sois libres en optar por la condenación y desdicha por años sin fin.
Junio 4/2012
9:00 a.m.
Hijos amados, cómo pretendéis ganaros el cielo, si aún las cosas del mundo os atraen, mundo que os ha arrastrado por corrientes de pecado que ponen en alto riesgo la salvación de vuestra alma.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si en vuestro corazón hay mosto, residuos de pecado que opacan mi luz divina, os arrebatan mis gracias.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no habéis tomado conciencia de una realidad, realidad que presento ante vuestros ojos pero estáis ciegos; os estáis dejando manipular por satanás, el pecado os puede más que la gracia, la virtud.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no tomáis tiempo para meditar en mi Evangelio, vivir de acuerdo a mis enseñanzas. Vuestra conversión no es perfecta, hay tinte de mundo en vuestras vidas, hay oscuridad que ensombrece mis bendiciones, mi raudal de gracia.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no habéis abierto vuestro corazón a mis llamados angustiosos, os resulta imposible creer en los profetas verdaderos, en las almas privilegiadas que tienen como misión anunciar mi segunda venida.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os halláis encajonados en una vida de pecado y de tinieblas. La razón os lleva a la duda, al escepticismo, a la incredulidad.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si ni siquiera creéis en la existencia del cielo, purgatorio e infierno. Satanás ha puesto una venda en vuestros ojos y llegáis a pensar que el infierno se vive en la tierra, que el demonio es invención del hombre para reprimir, para coartar la libertad e impedir que el hombre se mueva y actúe inclinado bajo sus pasiones.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si ponéis en tela de juicio mi verdadera presencia en la Hostia consagrada, si os atrevéis, algunas veces, a recibir mi cuerpo y mi sangre indignamente cuando estáis bebiendo y comiendo vuestra propia condenación.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os acomodáis a leyes perniciosas, leyes que van en contra de mi mandamientos, pretendéis siempre justificar vuestro pecado.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os da miedo el sufrimiento, abrazar mi cruz. No os atrevéis a caminar por caminos angostos y pedregosos, porque aún sois flojos en vuestra vida espiritual.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si lleváis al cuestionamiento las profecías y advertencias de mi Madre. Discernid los mensajes que verdaderamente provienen del cielo. Estáis en la era de los falsos profetas, estáis en la era de los seudo-místicos. Satanás quiere entorpecer mi proyecto de amor trazado para este final de los tiempos, satanás siembra caos, confusión, él es remedo de Dios, imita lo bueno para que caigáis en sus mentiras.
Mis llamados angustiosos son una de las últimas tácticas del cielo para que os convirtáis, para que resistáis los días aciagos, antes del alumbramiento el dolor, la prueba os sacudirá.
Mis llamados angustiosos son una voz de alerta para toda la humanidad porque el día del gran aviso, el día del gran milagro están muy próximos.
Junio 3/2012
5:56 a.m.
Hijos amados, aún mis llamados angustiosos no han terminado, es urgente que volváis a Mí, que hagáis reparación por vuestros pecados. Os he demostrado mi misericordia, el gran amor que os tengo. No os dejéis desviar de camino, estáis en la era de los falsos profetas, profetas que siembran duda en el corazón de mis hijos, profetas que llevan al error y a la mentira. Pedid discernimiento de espíritus para que no seáis sustraídos de la verdad, las Sagradas Escrituras son fuentes de vida eterna, son manual de instrucción que os llevan a la salvación.
Mi llamado angustioso en este día es para que oréis y reparéis por todos los abortos del mundo entero. Desdichados de aquellos países que aprueban esta ley anti-natura, desdichados de aquellos países que con el aborto se ensañan en la vida de almas inocentes, haciéndose mártires desde el vientre de sus madres; desdichados estos países, el castigo divino es inminente. Mi Corazón agonizante es traspasado por una espada de dolor, no puedo contener las lágrimas. Tantas almas yacen en las profundidades del infierno por este horrendo pecado; pecado que ha llevado a la desdicha eterna a muchísimos de mis hijos.
No hay tiempo para que caminéis hacia atrás, no hay tiempo de cerrar vuestros oídos a mi voz, no hay tiempo de endurecer vuestros corazones a mis llamados angustiosos. La señal en el cielo, la muestra de mi omnipotencia en el firmamento llevará a muchos escépticos a creer en Mí. El gran día de la misericordia, el gran día de la iluminación de las conciencias despertará a muchísimos de mis hijos de su sueño letargo, muchos pecadores se acercarán al sacramento de la penitencia y harán reparación por sus múltiples debilidades.
La iluminación de las conciencias es un gesto de amor para una humanidad que se zambulle en el lodo de sus pecados.
La iluminación de las conciencias es una última oportunidad para que el pueblo desviado de mi camino regrese a Mí.
La iluminación de las conciencias abrirá vuestro entendimiento a una luz sobrenatural de que mi segunda venida está muy próxima.
La iluminación de las conciencias llevará a muchos de mis hijos al arrepentimiento y al camino de la cruz.
La iluminación de las conciencias es el puente que os conecta con un mundo nuevo, mundo renovado, plenamente transformado.
¿Por qué sentir miedo, experimentar ansiedad frente a los avisos del cielo, ¿por qué dar cabida a racionalismos inútiles cuando soy el Dios que todo lo puede? No endurezcáis más vuestros corazones en este día, sanad la herida abierta de mi hombro, el peso de mi cruz me hace tambalear, el peso de mi cruz sumerge mi Corazón en una profunda agonía. Si mis palabras os conmueven, sed mis Cirineos; si mis palabras tocan vuestro corazón, no permanezcáis adormilados, despertad y difundid al mundo entero mis llamados angustiosos porque el tiempo para instaurar mi reino en la tierra se os acerca.
Mayo 29 de 2012
6:50 a.m.
Hijos amados aún estáis a tiempo, os espero, y seguiré esperando con mis brazos abiertos.
Anhelo el día en que lleguéis a Mí con lágrimas en los ojos, con corazón contrito y humillado.
Anhelo el día en que os postréis a los pies de mi cruz y reparéis por vuestros pecados y los pecados del mundo entero.
Anhelo el día en que abráis vuestras vidas a mi voz y mis palabras os conmuevan y os lleven a un cambio, a una conversión verdadera.
Anhelo el día en que mis llamados angustiosos produzcan fruto en vuestra vida espiritual.
Anhelo el día en que sintáis hambre y sed de mi Palabra.
Anhelo el día en que vuestros ojos se levanten hacia el cielo y pidáis perdón y misericordia por un mundo fatuo, endurecido, apartado de mis leyes.
Anhelo el día en que sintáis la necesidad de reconciliaros conmigo en el sacramento de la confesión, sacramento que renovará vuestros corazones dejándolo nuevo.
Anhelo el día en que los soberbios, orgullosos vuelvan sus miradas a mis mensajes y a los anuncios profetizados por mi Madre.
Anhelo el día en que la humanidad entera doble sus rodillas y esperen con ansias mi segunda venida.
Amados míos, como silenciarme, como no daros a conocer estos mis últimos llamados angustiosos porque estáis al borde del cataclismo, al borde de ver cumplidas las profecías marianas.
Como guardar silencio si aún no os despertáis, no tomáis conciencia de la premura del tiempo, tiempo que sufrirá variaciones, cambios notorios para que las almas más empecatadas regresen a Mí, para que los alejados de mi camino anden de nuevo por las sendas angostas que llevan al cielo.
Como guardar silencio si estáis en la hora, en el tope del gran milagro, de la gran señal pero aun así satanás os hace dudar de mis profetas, de mis mensajeros de este final de los tiempos, satanás os ha anestesiado para que permanezcáis somnolientos, sordos a mi voz, insensibles a mis llamados.
Como guardar silencio si el mundo se haya envuelto en una densa capa de oscuridad, mis rayos de luz son imperceptibles para la mayoría de mis hijos, mis mandamientos, mi Palabra es cambiada por leyes humanas que justifican el pecado.
Como guardar silencio si fuertes vendavales, huracanes impetuosos os harán tambalear.
Amados míos, el tiempo se os acaba, volved a Mí, daos la oportunidad de vivir una experiencia de amor conmigo, daos la oportunidad de reivindicaros ahora que estáis vivos, daos la oportunidad de hacer penitencia y sacrificios para que seáis vencedores sobre las fuerzas del mal.
Orad, la tierra ruge desde dentro.
Orad la naturaleza se despierta para demostrarle al hombre mi omnipotencia, mi soberanía sobre toda creatura.
Orad para que mis palabras conmuevan al mundo entero y se preparen para el combate espiritual y batalla que pronto llegará a su final.
El gran amor que os tengo hace que mire con ojos de benevolencia a algunas almas elegidas en el mundo y les haga mis profetas, porta voz del cielo en la tierra.
Os bendigo y os revisto de fuerzas para que aguantéis la dura prueba.
Mayo 29 de 2012
7:10 a.m.
No os apartéis de mi lado, aun mis palabras no han terminado, en este día quiero sensibilizar vuestros corazones, ablandarlos a mis llamados angustiosos.
Venid por un instante al monte Calvario, al Getsemaní de los sagrarios y escuchad como los latidos de mi agonizante corazón van cesando, lentamente se van perdiendo en el tiempo y en el espacio y pronto me oiréis decir: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, por aquellos hijos míos que aun yacen en el lodo de sus pecados.
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que el hombre entienda y comprenda que solo es grande cuando está de rodillas ante mi presencia, cuando me reconoce como a su Señor, como al dador de vida.
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que el mundo comprenda que sin Dios no hay salvación.
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que la humanidad entera se prepare a beber el cáliz de la amargura, solo los fuertes, los que se acojan a mi amor y misericordia aguantarán la prueba.
Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que los impíos, los que andan por caminos equivocados enderecen sus sendas y regresen a Mí. A todos quiero salvar, no quiero que ninguno de mis hijos se condene.
Derrotemos juntos las fuerzas del mal.
Derrotemos juntos al adversario y sus secuaces.
Muchas almas han caído en las profundidades del averno, muchas almas caminan al borde del precipicio.
Sed luz en un mundo de oscuridad.
Sed receptivos a mis llamados angustiosos.
Muy pocos me escuchan, muy pocos se acercan a Mí para consolar mi agonizante y sufriente corazón.
Bebed una dosis de mi amor y de mi paz.
No estáis solos, mi Madre y Yo os acompañaremos siempre.