Ene 22_15 La purificación la tenéis a las puertas. |
Rosario vespertino
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Confiad en que si estáis Conmigo, suceda lo que os suceda, será para bien, porque lo que suceda en vuestra vida en estos momentos, os acrisolará.
Bajo inspiración Divina, Javier ora: (Lenguas…) “Ven, Señor Espíritu Santo, ven y purifica las almas, purifica a todo lo Creado, purifica a todo aquello que ha caído por el pecado. Purifica las Naciones, purifica la Tierra entera, purifica todo lo visible e invisible, purifica el Universo entero. Ven, Señor Espíritu Santo, que por los Méritos de Nuestro Señor Jesucristo, todo vuelva al Principio, al Amor del Principio, a la Paz del Principio, a la Perfección del Principio, a la Vida del Principio. Ven, Señor Espíritu Santo, son tus tiempos, junto con tu Esposa, la Siempre Virgen María. Ven, Señor Espíritu Santo y tráenos la Sabiduría que todos necesitamos para entender estos momentos de la historia, someternos a Tu Voluntad y dejarnos llevar por ella, para que te ayudemos a cambiar todo, lo que nuestra maldad, nuestro pecado, a afectado y alterado lo que Tu Creaste, por Amor y en Perfección para todos nosotros. Ven, Señor Espíritu Santo y trae la Vida, la Verdadera Vida que nos trajo Nuestro Señor Jesucristo, Vida que hemos perdido por nuestra tontería, por nuestra maldad y por querer hacer nuestra voluntad”.
Ciertamente, Mis pequeños, vendrá el Espíritu Santo, afectará todo, devolverá todo aquello que cayó por el Pecado. La maldad no ha sido erradicada de vuestros corazones, vosotros no habéis hecho gran cosa para eliminar la maldad de satanás, que vive con vosotros, y a la que vosotros le habéis sacado provecho para vuestra vida.
Mis pequeños, ciertamente, se esperan bellezas inimaginables para todos vosotros, pero tenéis que pedirlas, en humildad, en sencillez y con Fe. Yo no puedo obligar a los corazones a aceptar lo Mío, aunque sé que les conviene. Tenéis el libre albedrío, Yo no impongo, Yo os doy lo que Sé que es bueno para vosotros, pero vosotros tenéis que poner de vuestra parte, para que os podáis ganar lo que Yo os prometo. No os imagináis, Mis pequeños, lo que son Mis Bienes, Mis Regalos Espirituales y aún materiales.
No entendéis todavía la magnificencia de una Virtud, de un Don, ya estáis muy acostumbrados a tener lo que tenéis y que no agradecéis, y no queréis agradecer tampoco aquellos momentos en los que os quito todo aquello que sé que os puede dañar y os puede evitar llegar hacia la santidad.
Mucho Amor sigo derramando, pero vosotros cerráis vuestros corazones. ¡Cuántas Bendiciones Mías se desperdician!, cuántos momentos gratos podríais tener, pero preferís los momentos difíciles, sucios, malos, a los que os invita satanás, para que lo sigáis y, vosotros, ¿por qué no Me pedís el Espíritu de Discernimiento?, creéis que todo lo que llega a vuestra vida, es bueno, ¡cuánto os falta por crecer, Mis pequeños! ¡Cuánto!
Debéis poner más de vuestra parte, Mis pequeños, debéis buscar la Verdad Absoluta, que Soy Yo.
Os amo, Mis pequeños, y entended que quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros…, (hay un dejo de tristeza de nuestro Dios).
Recibid Mis Bendiciones, Mis pequeños y que éstas os ayuden a caminar por caminos rectos, que os lleven a Mi Sacratísimo Corazón. Pedid por todos aquellos hermanos vuestros que han cerrado su corazón. Mi Amor hará el cambio, esperadlo, Mis pequeños, por eso sentís que cosas buenas se vienen, dentro de toda la purificación que tendréis con cosas terribles también, pero confiad, confiad en Mí, vuestro Dios. Confiad en que si estáis Conmigo, suceda lo que os suceda, será para bien, porque lo que suceda en vuestra vida en estos momentos, os acrisolará.
Gracias, Mis pequeños, recibid Mis Bendiciones y dejad que Mi Amor penetre hasta lo más profundo de vuestro ser, este Amor Mío que tendréis dentro de vosotros, empezará a modificar vuestra vida, os empezará a hacer crecer espiritualmente y llegará el momento del gran cambio, y Me lo agradeceréis.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os doy múltiples oportunidades para vuestra salvación eterna, no las desperdiciéis, os he dicho, el Tiempo se terminó, las grandes pruebas empiezan ya, nadie podrá escaparse a Mi Justicia, recapacitad en todo lo que os he dicho.
Hijitos Míos, os iba a decir, “os pido”, pero por vuestro bien, os tengo qué decir, os exijo, sumisión en éstos momentos que ya están pasando y que se harán más graves en el poco tiempo por venir. Os exijo sumisión a Mi Voluntad.
Mis pequeños, tengo que ponerMe firme, quizá, hasta autoritario, porque os amo, porque no queréis entender, a pesar del buen trato que os he dado siempre. Me molesta esta situación, en el sentido en que veo cómo muchas almas se condenan, a pesar de todo lo que he hecho por vosotros y para vosotros.
Os he dado a Mi Hijo, Yo en Él, Él en Mí. Se dio por vosotros y para vosotros, por vuestra salvación, para vuestro crecimiento espiritual, para vuestra perfección y, así, regresar al Cielo y vivir eternamente en vuestro Hogar, del cual salisteis.
Soy un Padre que os ama, como ningún Padre sobre la Tierra lo puede hacer y, porque veo hasta lo más profundo de vuestro ser y de vuestra mente, os conozco perfectamente y por eso os tengo que hablar así, fuerte, para que entendáis que, si seguís como estáis ahora, os perderéis eternamente.
Os habéis ganado los castigos que se vienen para toda la Tierra y para cada uno de vosotros en particular. El Rostro de Mi Hijo, todo Su Cuerpo, pero sobre todo, Su Corazón, fueron dañados enormemente en Su Pasión y Muerte. Os digo esto y, ¿cuántos de entre vosotros, realmente se mueven hacia el arrepentimiento, hacia la compasión, hacia vuestro Dios, Mi Hijo? Pregunto nuevamente, ¿cuántos de vosotros se mueven en dolor y compasión por lo que Mi Hijo hizo por vuestra salvación, por Su Donación total, para el perdón de vuestros pecados y para que entrarais nuevamente al Reino de los Cielos?
Amor, solamente Amor, habéis recibido de Mí y, ¿cómo Me habéis pagado y, cómo Me seguís pagando?
Ciertamente, un padre ama a los hijos y se siente orgulloso cuando presenta a sus hijos, los demás, los ven a ellos bien educados, ven que han aprovechado su tiempo en la escuela, que han aprovechado y agradecido todo lo que se invirtió en ellos, tanto para su crecimiento espiritual, como para su crecimiento profesional. El padre, la madre, se gozan de ellos ante sus amistades, presumen de su forma de ser y de sus capacidades. Qué bello es esto y Yo Mismo gozo con lo que vosotros hacéis con vuestros hijos, pero, ¿cómo os sentís cuando vuestro hijo, cuando vuestra hija, han llevado una vida, todo lo contrario de lo que vosotros quisierais? No han aprovechado los estudios, quizá, hasta ya se hayan apartado de ellos. Algún hijo, que sea un maleante, un asesino, ¿cómo os sentiréis ante vuestros conocidos? Ciertamente os dan vergüenza, vuestros hijos no os hacen sentir bien a vosotros; los amáis, ciertamente, porque son vuestros hijos, pero ante vuestros amigos o conocidos, no los podéis presumir, no estáis contentos con su actuación y os sentís mal.
Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Yo os Creé, os he dado infinidad de capacidades, dones, virtudes, os he llevado de la mano a través de vuestros padres de la Tierra, pero ¿cuántos de vosotros habéis caído en el mal, en el error y, a veces, hasta en situaciones graves, sobre todo cuando habéis hecho pacto con el enemigo? De muchos de vosotros no estoy orgulloso, os amo, porque sois Mis hijos pero, vuestro actuar sobre la Tierra, deja mucho que desear. Os habéis apartado de Mis Mandamientos, de Mis Leyes de Amor, de una vida de ejemplo, Yo no puedo estar contento con vuestra manera de ser. Os repito, cuántos dolores, muchos de vosotros Me causáis. ¡Cómo quisiera que vosotros enmendarais vuestro camino y que fuerais mejores!, pero, en vuestra terquedad, en vuestra falta de Sabiduría, preferís manteneros en lo que estáis y en lo que tontamente habéis escogido para vuestra forma de ser aquí en la Tierra. Entended que no sois perfectos, entended que no sois sabios.
¡Oh!, Mis pequeños, cuánto dolor Me causáis, porque os he dado a Mi Hijo, Yo en Él, Él en Mí y cómo Nos habéis hecho sufrir.
Cuando un hijo Mío prefiere estar viviendo para el mal, ser instrumento del mal, vuestro actuar, causa grandes dolores en Mi Corazón. Os conozco perfectamente, conozco vuestro interior, conozco vuestra forma de ser, conozco vuestra reacción a lo que Yo os pido y dejáis mucho qué desear.
Ciertamente, podría decir que Me avergüenzo de vosotros, los que no queréis estar Conmigo, los que estáis viviendo para atacarMe, para darMe la espalda, para destruir el Amor que Yo he puesto en los corazones. Me causáis tanto dolor, y es cuando Mis Palabras, las repito para vosotros, y Me duele tanto el deciros, que más os valiera no haber nacido. Cuánto dolor Me causáis y vosotros no queréis comprenderlo, no enmendáis vuestro camino, no Me pedís Sabiduría para entender bien lo que os pido, para vuestro bien eterno.
Yo os instruyo y os pido que acudáis a Mí a través de Mi Santo Espíritu. Él Vive en vosotros y os pide que os acerquéis a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios. Oportunidades habéis tenido muchas y no respondéis. El tiempo, ya no es tiempo, vuestra vida ha dejado de ser, el Amor se ha acabado, Mi Justicia ha llegado, ¿qué haréis sin Mí, cuando ahora es cuando más Me necesitabais?
Pobres pequeños Míos, sufriréis solos, porque Me habéis hecho a un lado de vuestra vida. Quiero que entendáis que vosotros Me hicisteis a un lado, Yo no Me hice a un lado. La maldad no sale de Mí, porque Soy Todo Amor, el mal está con vosotros y no lo queréis erradicar, sufriréis por vuestra necedad.
Todavía os aviso de futuros acontecimientos, ahora, que todavía entendéis. Meditad lo que se os ha dado hasta estos momentos de vuestra existencia porque, de estos momentos, ya no tendréis muchos más. Añoraréis estos momentos de paz que teníais en los que Yo os daba todo y no los apreciasteis. Ahora olvidaréis todo esto que os digo pero, en tiempo breve, entenderéis estas Palabras y os daréis cuenta de vuestro error, y vuestro error consiste en que pudisteis haber cambiado vuestro futuro personal, vuestro futuro en la sociedad, vuestro futuro como Mundo y no quisisteis mover ni un solo dedo para ello, que era para vuestro bien. Os entercasteis en vuestra voluntad y en vuestras tonterías, padeceréis vuestros errores pero, recordad, que siempre estaré junto a vosotros, que todavía tomaré a las almas sencillas y las que realmente se sientan necesitadas, que esto os llevará a la humildad, los soberbios caerán y se darán cuenta que vivían en el error. Algunos podrán, todavía, ganar un poco de tiempo, se arrepentirán y podrán pasar a un lugar de recuperación espiritual, pero, al menos, no se condenarán.
Os doy múltiples oportunidades para vuestra salvación eterna, no las desperdiciéis, os he dicho, el Tiempo se terminó, las grandes pruebas empiezan ya, nadie podrá escaparse a Mi Justicia, recapacitad en todo lo que os he dicho. Ya no hay tiempo, arrepentíos, para que podáis gozar de Mi Benevolencia Divina.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Meditad profundamente, ¿Me merezco todo esto? Yo, que os he dado puro Amor, fuisteis Creados en el Amor, habéis sido consentidos toda vuestra vida en el Amor, ¿Me merezco vuestra actuación? ¿Acaso no os merecéis un segundo Diluvio?
Hijitos Míos, vosotros pedís más allá de lo que os merecéis. Entre hermanos, y no hablo solamente dentro de la misma familia, sino de todos vosotros que sois hermanos, perdéis el tiempo con la crítica y, a veces, deseando el mal a vuestros hermanos.
Cuántos de vosotros realmente estáis buscando una vida de santidad. Se os ha dicho varias veces, que no podéis dar de lo que no lleváis en vuestro corazón, ¿cuántos de vosotros Me lleváis en vuestro corazón?
Las Escrituras os dicen que los labios hablan de lo que se tiene en el corazón. ¿Cuántos lleváis una vida espiritual profunda? Las Escrituras os dicen, que cuando queráis hablar Conmigo, que os encerréis en vuestro cuarto y en el silencio Me encontraréis. Tantas y tantas Enseñanzas tienen las Sagradas Escrituras para vuestra perfección, para un trato íntimo Conmigo y, sobre todo, os enseñan a tener un trato familiar, además de lo íntimo.
Soy vuestro Dios y Creador, Inmenso, Poderoso, Infinito y demás adjetivos, con los que se Me Nombra y se Me conoce en las Sagradas Escrituras. A tal grado que, si notáis,en el Antiguo Testamento, más que amor, se Me tenía miedo, precisamente, porque veían solamente Mis Potencias y el pecado en el que vivían, hacía que se Me tuviera miedo por sentir, precisamente, un Juicio profundo de Mi Parte hacia ellos, porque vivían en el mal, porque no tenían las Enseñanzas, todavía, que se os dieron a vosotros, de parte de Mi Hijo. Intuitivamente sabían que vivían en el mal y no podían levantar los ojos para verMe, no querían llevar una vida íntima, de fraternidad, de familia, como Mi Hijo os vino a enseñar y que Yo lo deseo para con vosotros.
El Antiguo Testamento es de temor, el Nuevo Testamento, es de Amor. El Antiguo Testamento era de Misterio, de obscuridad, el Nuevo Testamento, es de Luz, felicidad, Amor, y comprensión de Quién Soy y de lo que deseo de parte vuestra.
Quiero que entendáis bien estos dos periodos de la humanidad, para que podáis entender el tercero.
En el Antiguo Testamento, no se Me conoce y es temor, temor al Creador, temor a Mis Potencias, temor al ser juzgados y encontrados culpables, temor a lo desconocido, sabiendo, intuitivamente que había algo más y que os presentaríais ante Mí. El Nuevo Testamento, os da Luz, os da confianza, os da Fe, os da seguridad, os da Sabiduría, porque Me muestro en pleno, a través de Mi Hijo. Me tenéis entre vosotros con la Presencia de Mi Hijo. Ya no Soy el Dios oculto del Antiguo Testamento, Me muestro a los hombres en el Nuevo Testamento, convivo con vosotros, os conozco en vuestros mejores momentos y en vuestros momentos difíciles, ya no es ése Dios lejano que aparentemente, se olvida de Su Creación, ¡no!, Soy el Padre, Soy el Hermano, porque ya estoy entre vosotros, y Me conocéis, dejo que Me conozcáis, os muestro Mi Amor, Me podéis ver frente a frente, ya no Me teméis.
Pero el hombre, a pesar de tener a su Dios frente a frente, traiciona a su Creador, traiciona a su Redentor, traiciona Mi Obra en vosotros.
Esto es falta de Sabiduría, Mis pequeños, es maldad en vuestro corazón, os seguís dejando conducir y aconsejar por satanás, os pregunto, ¿de qué os ha servido todo lo que os he dado? Se abrieron las Puertas del Cielo y de ahí, bajó el Amor, la Sabiduría, Mi Presencia, Mi Donación, todo enseñado a través de Mi Hijo, todo donado a través de Mi Hijo y no lo aprovechasteis y se siguen desaprovechando infinidad de Bendiciones porque no queréis caminar Conmigo.
La humanidad merece otro Diluvio, que, ciertamente no se dará por Mi Promesa, pero merecéis un castigo, porque Me duele vuestra actuación. ¡Cuántas bendiciones y cuánto Amor desperdiciado para el hombre!, no ha habido respuesta grata a Mis Ojos, de la gran mayoría de vosotros que Yo he Creado.
Aún, para vosotros mismos, como seres humanos, pequeños, imperfectos, éste trato que Me dais, no la soportaríais si os sucediera a vosotros. Si os pasara algo similar en vuestra existencia, no tendríais la paciencia que Yo he tenido para con vosotros. He tenido mucha paciencia, lo sabéis, he derramado Bendiciones en exceso, vosotros lo sabéis. Milagros inmensos, que al verlos, debierais quedar estupefactos, maravillados y agradecidos de que tenéis un Dios, un Padre, un Creador que os ama y, ¿cómo respondéis?, dándoMe la espalda.
Mucho Amor de todo un Dios se ha derramado sobre vosotros, Amor en abundancia, para que tomarais de él, gozarais con él, os recrearais con él y, ¿qué hace el hombre?, hace tratos con el enemigo, llena su corazón de odio, de maldad, de pecado, de traición.
Meditad profundamente, ¿Me merezco todo esto? Yo, que os he dado puro Amor, fuisteis Creados en el Amor, habéis sido consentidos toda vuestra vida en el Amor, ¿Me merezco vuestra actuación? ¿Acaso no os merecéis un segundo Diluvio?
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: El libre albedrío que os di, os lleva a un Bien eterno o a un mal eterno, la decisión es vuestra, ¿qué escogéis? Es vuestra decisión y la respeto.
Hijitos Míos, Mi Hijo os dice “ya no sois esclavos, sois libres”, así como el pueblo de Israel, esclavo del pueblo de Egipto, quedó liberado, por Mi Orden, a través de Moisés, todos vosotros habéis sido liberados del pecado por Mi Hijo, que se dio por cada uno de vosotros.
Mis pequeños, cuando vosotros sois esclavos, estáis presos, se os ha coartado vuestra libertad y la recuperáis, quizá, os pasáis todo el tiempo de vuestra libertad gozando y agradeciendo en que ya no estáis presos o bajo el dominio de alguien o de algo, que os quitó ésa libertad.
Muchos de vosotros tenéis coartada vuestra libertad, pero por vuestra propia culpa, porque satanás se mete en vuestra vida. Ciertamente, algunos de vosotros tenéis coartada vuestra libertad por errores cometidos y la ley os lleva al calabozo y tenéis que cumplir con ése castigo pero, en la mayoría de los casos, tenéis coartada vuestra libertad espiritual, porque vivís en pecado y vosotros mismos os sentís que no tenéis derecho a Mis Bendiciones, porque, al vivir en pecado, vosotros mismos Me estáis dando la espalda y no queréis recibirlas.
Ciertamente, porque os amo, os voy protegiendo y os sigo cuidando, aún a pesar de vuestra forma de ser, de vuestra traición, a pesar de vuestra maldad, también.
Sois vosotros los que os apartáis de Mí, no queréis aceptar Mi Gracia, Mis cuidados, Mis Bendiciones.
El padre que ama, sigue cuidando al hijo, a pesar de sus tonterías, porque sabe que son pequeños o porque sabe que todavía no llegan a un grado de madurez, en que puedan entender sus errores, sus tonterías y, así estáis la gran mayoría de vosotros. No habéis madurado en el Amor, no habéis madurado en todas las Enseñanzas que os vino a dar Mi Hijo, no habéis madurado en el valor de los Mandamientos que os apartan del mal y que os llevan a un Bien Supremo.
Con tanto que os he dado, a lo largo de vuestra propia historia y de la historia de todos los pueblos, no podéis recriminarMe a Mí que no os haya cuidado, protegido, consentido, de eso, habéis tenido todos vosotros en exceso. Todas las almas son Mis consentidas, a todas las cuido, a todas las protejo, a todas les sigo regalando Mi Vida, que es la Vida de Mi Hijo, que es Su Donación por cada uno de vosotros.
Solamente entenderéis Mi Amor, al final de vuestra historia en la Tierra, cuando regreséis a Mí. Aún a pesar de que no os salvéis, por vuestros pecados, por vuestros errores, conoceréis Mis Verdades y conoceréis cómo se os cuidó y, hasta podría decir, en exceso, pero no respondisteis. El libre albedrío que os di, os lleva a un Bien eterno o a un mal eterno, la decisión es vuestra, ¿qué escogéis? Es vuestra decisión y la respeto, aún a pesar del mal que os hacéis, pero sobre todo, aún a pesar del mal que Me hacéis, porque sois Míos, sois Mis creaturas, sois lo más grande que creé en la Creación y os respeto.
Comprenderéis todos éstos misterios en el momento de vuestra muerte terrena, de vuestra muerte corporal, porque vuestra alma, que seguirá viva eternamente, para un Bien o para un mal, comprenderá todos los misterios, todo Mi Amor, todos Mis Cuidados para con vosotros, pero ya no habrá tiempo de arrepentimiento. Vuestros actos y decisiones son libres. Trato de, alguna forma, de manejar vuestra vida hacia el Bien, pero siempre respetando vuestra libertad. Os pongo muchas ocasiones de arrepentimiento a lo largo de vuestra existencia, esperando que, en algún momento, recapacitéis y os olvidéis de vuestra mala vida. Hay almas que responden pero, a la gran mayoría, la soberbia les vence, satanás, les vence.
¿Por qué le seguís? ¿Acaso de él recibís bienes?, cuando el Bien solamente puede venir de Mí. ¿Os dais cuenta de vuestra ceguera?, de vuestra falta de Sabiduría, que, aún a pesar de que estáis viendo y viviendo el bien, en algún momento de vuestra existencia y que, además, lo gozáis, tontamente hacéis a un lado todo aquello que viene de Mí y escogéis a aquél que solamente os va a causar, no un mal, sino infinidad de males. Os hace sufrir, os desvía del buen camino, hace que vuestros hermanos os rechacen, que no os amen, porque vivís apartados del Bien y haciendo un mal a todos vuestros hermanos pero, especialmente a Mí, vuestro Padre Dios y Creador. Y, sabiendo todo esto, le seguís, lo aceptáis en vuestra existencia y hasta lucháis por manteneros con él. ¿Os dais cuenta de vuestra tontería? Os condenáis porque os queréis condenar, no os queréis salvar, no queréis vivir en plenitud Conmigo, ¿dónde tenéis la cabeza, Mis pequeños? Buscáis el bien, queréis el bien pero lo apartáis de vuestra vida, es una incongruencia.
Es como querer ir a un banquete, están ahí las viandas excelsas, manjares exquisitos, solamente tenéis que alcanzarlos con vuestras manos y tomarlos, gozarlos, compartirlos y, en lugar de tomar todas éstas viandas que os van a hacer gozar, preferís ir al bote de la basura y comer alimentos putrefactos, malolientes, llenos de gusanos y moscas. Situación que asquea, no más de pensarla y así estáis viviendo la gran mayoría de vosotros.
Me tenéis a Mí, tenéis el Universo entero a vuestra disposición, tenéis dones, virtudes, bendiciones, Gracias excelsas, un Bien Infinito. Tenéis Conmigo, Paz, Amor, respeto, Sabiduría, todo lo que el alma añora y, ¿qué hacéis la gran mayoría de vosotros? Ir a buscar a satanás, al enemigo, al que quiere solamente vuestra destrucción, el que os produce dolor, el que os quita todas las cosas bellas que podríais tener, que añoráis, pero tontamente escogéis lo que viene de él, para sufrir.
Es vuestro libre albedrío el que deja lo bueno para buscar lo malo, ¿entendéis que ha sido vuestro error, a lo largo de la historia, lo que os ha llevado hacia el mal y al sufrimiento? ¿Entendéis ahora, que todo ése mal en el que termináis todos vosotros, viene, principalmente de vuestro interior?
Ciertamente, satanás es el príncipe de éste Mundo, él quiere vuestra destrucción, quiere vuestro sufrimiento, porque él lo perdió por una mala decisión y vosotros, también, por una mala decisión, caéis en su juego, y os lleva hacia la maldad, al sufrimiento, a las guerras fraternas, a los errores inmensos que os llevan a la desesperación y a la muerte eterna. Os digo y os repito, el mal está ahí y el Bien, también; la decisión es vuestra, es libre, vosotros mismos creáis vuestro destino, nadie os presiona para ello.
¡Cuánto error habéis cometido a lo largo de la historia!, podríais ya estar gozando el Cielo entre vosotros, aquí en la Tierra y os empecináis en seguir buscando el mal, tanto para vosotros como para vuestros hermanos.
Si vierais vuestra vida, desde una butaca, y que vuestra vida pasara por el escenario, vosotros mismos podríais decir “qué tonto es aquél que está así actuando” y sois vosotros mismos los que estáis así actuando. ¿Cómo es posible que despreciéis el Bien que añoráis y aceptéis el mal que os destroza, que os hace sufrir, que os quita la paz, que os lleva a vuestra propia destrucción y a todo lo que os rodea? Sois vosotros los que habéis dejado crecer ése mal en vuestro interior, satanás puso su semilla y vosotros mismos la regasteis que creciera.
Las almas que actúan en Sabiduría, toman de la semilla que también he puesto en su interior y la han cuidado y la han hecho crecer, estas almas, actuaron con Sabiduría y buscaron el Bien, lo viven y lo gozan. Las otras almas, se dejaron engañar y, a pesar de que pudieron haber tomado de Mi Sabiduría y pudieron haber discernido, no lo permitieron, decisión errónea, para la gran mayoría de las almas creadas desde un Principio y que os han llevado a sufrir y sufrir y sufrir a lo largo del tiempo. Estáis en el momento culmen de la historia de la humanidad y se sigue repitiendo esto.
La purificación la tenéis a las puertas. Seréis juzgados por lo que cada uno de vosotros dejó entrar en su ser, en su mente, en su corazón. Seréis juzgados por lo que vuestra alma os aconsejó para que actuarais con vuestros hermanos. La decisión fue vuestra, tuvisteis Mis regalos Paternales, os cuidé como un Padre Amorosísimo que Soy, pero la decisión, fue vuestra. Son tiempos de enfrentar la realidad de vuestros actos.
Tiempo hay todavía para que os arrepintáis, pero vuestra necedad, vuestra soberbia, vuestra falta de Sabiduría, os seguirá llevando al error, lo sé y Me duele. Oportunidades, en exceso tuvisteis para regresar a Mí y para que os consintiera eternamente, pero seguís buscando el mal y el mal tendréis eternamente. Me duele mucho vuestra actuación y la decisión, es vuestra, la respeto, pero os ganaréis lo que vosotros escogisteis. Mal buscasteis y mal tendréis eternamente.
Los Míos, las almas que buscaron el Bien, Conmigo estarán. Actuaron sabiamente y ésa Sabiduría os llevará a un regalo eterno, una Bendición eterna y con ellos gozaré.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Buscad Mi Sabiduría, porque es un gran Tesoro que puede tener el alma, teniendo Mi Sabiduría, nunca caeréis en el mal, Mi Sabiduría siempre os protegerá y, con ella, también protegeréis a los vuestros.
Hijitos Míos, os pido Me pidáis que la Luz del Espíritu Santo, actúe sobre vosotros. Os lo he venido pidiendo desde hace mucho tiempo, para que, Mi Santo Espíritu, os transfigure, os transforme en cuerpo y alma, para que podáis vivir contentos, felices y seguros de estar en Mí por la Sabiduría que obtengáis de Mi Santo Espíritu.
Estos son momentos de la historia en que os debéis dejar mover plenamente por Mi Santo Espíritu, Él os llevará a comprender qué es el vivir en Mi Santísima Voluntad.
Sí, Mis pequeños, necesitáis la ayuda de Mi Santo Espíritu, son momentos decisivos para todas las almas creadas que están militando sobre la Tierra y en el Universo entero. Son momentos decisivos en los cuales vosotros deberéis escoger, en el servirMe, estar Conmigo y aceptar Mi Voluntad en vosotros o, si preferís, podréis estar en contra Mía, atacando y tratando de destruir el Amor, Mi Amor, que he puesto en vuestros corazones y así, estar en contra Mía, vivir en el error, destruir la mente y el corazón que Me han dado hermanos vuestros pero, al tener una Fe débil, y al no vivir cerca de Mi Corazón, se dejan guiar por el error.
Los que no vivís buscando Mi Sabiduría, aceptando Mi Voluntad en vuestra vida, aquellos que no queréis seguir el Ejemplo que Mi Hijo os dio, para que llevaran a Mi Amor en plenitud, éstas almas, no merecen llegar a la perfección. Las almas soberbias y traicioneras, no merecen vivir en Mi Amor.
Tenéis infinidad de errores, defectos y maldades a vuestro alrededor, pero si vivís Conmigo y actuáis en Sabiduría, Yo os protejo, pero además, os enseño, os instruyo, os protejo.
Los que están Conmigo, los que aprecian Mi Obra en su ser, prefieren estar Conmigo, Me buscan y gozan de lo que Yo les doy. Sed pues, sabios, Mis pequeños, actuad en Sabiduría, buscad Mi Sabiduría, porque es un gran Tesoro que puede tener el alma, teniendo Mi Sabiduría, nunca caeréis en el mal, Mi Sabiduría siempre os protegerá y, con ella, también protegeréis a los vuestros.
Gracias, Mis pequeños.
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