Jun 25_15 La Iglesia de Mí Hijo: no la defienden por lo Divino de esta Institución. |
Rosario Vespertino
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Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Vengo al rescate de la Iglesia, Mis pequeños, Yo, vuestra Madre, la Siempre Virgen María, he de pisarle la cabeza a satanás, detener su obra y purificar la Iglesia.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y vengo con vosotros a acompañaros en oración, para pedir por la Iglesia que fundó Mi Hijo. Satanás sabe el valor de esta Institución Divina y por eso la ha atacado tanto desde un principio, pero la Promesa de Mi Hijo es que no la iba a poder destruir y que iba a mantenerse hasta el fin del Mundo y, así será, Mis pequeños.
Desgraciadamente, el hombre es el que falla, lo Divino se mantiene. La falta de Fe en el hombre, hace que el hombre sólo vea al hombre y no a lo Divino, y critica a la Iglesia de Mi Hijo por los actos de los hombres y no la defienden por lo Divino de esta Institución.
Ciertamente, sois muy dados a la crítica y estáis viendo solamente la maldad que hay alrededor de todo y, específicamente, en estos tiempos, en que satanás se las ha ingeniado para que haya mucha actuación negativa dentro de la misma, para que la crítica destruya hasta la santidad de muchos sacerdotes, de muchos de Mis hijos predilectos, que la han mantenido a fuerza de oración, de vida en la Gracia y sufrimiento, a veces, altísimo.
Os he dicho que la oración es poderosísima y os la he pedido muchísimo en Mis Apariciones. Orad, orad por Mis sacerdotes, por Mis hijos predilectos, son muchos los que necesitan de vuestra oración, necesitan de vuestro apoyo y vosotros los debéis cuidar, para que podáis obtener a través de ellos, las Gracias Santificantes que ganáis a través de los Sacramentos. Mucho amor debe haber en vuestro corazón y, sobre todo, al estar en vida de oración, podéis entender mejor cómo es la vida sacerdotal y, así, poder entender los ataques de satanás tan fuertes hacia ella.
Continuamente está siendo atacada por satanás, la quiere destruir desde sus cimientos, pero esto nunca lo va a poder logar, pero sí veis cómo es atacada, lacerada por él, a través de aquellos que han seguido a satanás y que se encargan de criticar la obra de Mi Hijo por las obras de algunos sacerdotes que se han introducido dentro de la Institución Divina para causar estragos, a través de las malas acciones que ellos realizan, con la finalidad de hacer que los fieles crean que, realmente, ésta Institución Divina se está cayendo y, no es así, Mis pequeños.
Estos son tiempos de gran lucha, son tiempos en los cuales estáis viendo cómo todo lo que es espiritual, todo lo que es Divino, está siendo muy atacado y muchos hermanos vuestros están perdiendo la Fe, el amor a Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad y, por eso, vengo al rescate de la Iglesia, Mis pequeños, Yo, vuestra Madre, la Siempre Virgen María, he de pisarle la cabeza a satanás, detener su obra y purificar la Iglesia.
AcompañadMe, pues, Mis pequeños, con vuestro buen ejemplo, con vuestra oración, con vuestra vida en la Gracia, para que podáis ser ejemplo ante vuestros hermanos y ante el Mundo entero, de que la Iglesia está Viva y que de ella obtenéis el Alimento Divino, que os hace vivir, crecer y tener la esperanza de una vida futura y eterna con Nuestro Dios y Señor.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: AgradecedMe, Mis pequeños todas las bondades que habéis tenido y las que tendréis, Yo puse Mi Corazón en el vuestro y vosotros lo cuidasteis y os lo agradezco, Mis pequeños, vuestro regalo será grande, Mi Vida con vuestra vida será.
Hijitos Míos, muchos de vosotros aún no os percatáis del regalo tan grande que son los Sacramentos. El vivir una vida Sacramental, el obtener los regalos Divinos, que se ganan al vivir según Mis Leyes.
Mis pequeños, gozar de los Sacramentos, es algo muy grande para el alma, e insisto, es un gozo tremendo, espiritual, el que tiene el alma cuando Yo puedo entrar en vosotros a través de los Sacramentos.
Vosotros, a lo largo de vuestra vida, habéis tenido momentos difíciles, a veces, pecaminosos o gravemente pecaminosos y os sentís muy mal internamente, y hasta sentís que las personas que os rodean pueden ver el estado de vuestra alma y, eso, hace que vosotros tengáis casi el deseo de apartaros de todos, para que no os vean, para que no se den cuenta de cómo está vuestra alma.
Os he dado el Sacramento de la Penitencia, podéis volver a Mí a través de este Sacramento y vuestra alma queda limpia de pecado y podéis seguir gozando de los bienes que Yo os regalo.
Cuando un sacerdote, en Mi Nombre, os perdona vuestros pecados, sentís un gran alivio y, ¿cuántas veces no habéis salido del confesionario sonriendo, sabiendo que ya estáis limpios de pecado ante Mi Presencia? Ese es un gran gozo, el primer gozo, os puedo decir, del alma, porque vosotros, en Fe, estáis sintiendo Mi Gracia, purificando vuestros pecados, pero el siguiente gran gozo, es cuando Me recibís en la Sagrada Eucaristía.
Cuando un alma va creciendo y se va perfeccionando con Mi ayuda, empieza a adquirir la Gracia de sentirMe, de vivirMe, de gozarMe y, así, el alma goza Mi Presencia, llora de gusto, goza sensiblemente Mi Presencia en ella, ríe, se alegra inmensamente, porque ya está en un grado mayor, porque ha buscado este grado mayor, porque ha puesto todas sus fuerzas y todos sus deseos en vivirMe.
Vosotros mismos os dais cuenta, cómo muchos hermanos vuestros se acercan a recibirMe, cuando el sacerdote os reparte Mi Cuerpo, ¿cuántos de ellos, y vosotros lo veis, realmente, Me reciben en recogimiento, Me gozan, que se queden platicando Conmigo, que entren, realmente, en la profundidad de su corazón y que puedan tener un diálogo Conmigo, aunque sean breves momentos? Por otro lado, muchos, muchos hermanos vuestros, nada más Me reciben, como rito, porque es parte de la Santa Misa, pero no porque va a entrar su Dios a la profundidad de su ser y va a entrar en comunicación con vosotros.
Estos y todos los demás Sacramentos, os van llevando a una vida mística, una vida de amor profunda, de una sensibilidad espiritual, que voy regalando a aquellas almas que buscan su santificación. Aquel que Me busca, Me encuentra y aquél que Me encuentra, Me vive y aquel que Me vive, se alegra intensamente y su alegría la transmite. En las Escrituras podéis leer cómo los primeros cristianos daban ejemplo de ello, eran diferentes ante los demás, porque Me vivían, gozaban Mi Presencia en ellos, ésa es la transformación que vais a tener vosotros, los que Me buscáis, de lo que os he venido platicando en meses y años atrás.
Vosotros, habéis puesto de vuestra parte, Me habéis venido buscando, Yo Me he mostrado a vosotros y pronto, pronto, Me tendréis entre vosotros, agradecedMe, Mis pequeños todas las bondades que habéis tenido y las que tendréis, Yo puse Mi Corazón en el vuestro y vosotros lo cuidasteis y os lo agradezco, Mis pequeños, vuestro regalo será grande, Mi Vida con vuestra vida será.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Todo esto, en breve terminará, será purificada Mi Iglesia, será santificada, se os dará a vosotros el Conocimiento Divino, el Discernimiento Santo, se os quitará el velo que cubre ahora vuestros ojos y veréis, realmente, el regalo que Yo os dejé en la Tierra, regalo Divino, que poco apreciáis y que poco agradecéis.
Hijitos Míos, el Mundo está así, porque satanás se las ha ingeniado para apartaros de la oración y de la vida en la Gracia.
El escándalo que se ha venido dado dentro de la Iglesia, es parte de los planes de satanás porque, ciertamente, se han introducido personajes que no son realmente ministros sacerdotales y, ése plan de la masonería, ha hecho que los fieles se aparten de la oración, al ver el escándalo que estos personajes, que no pertenecen a la Iglesia, están provocando.
El hombre es así, generaliza, se aparta y no se da cuenta, porque no pide el Discernimiento Santo, el saber entender cómo satanás ataca a todo lo que viene de Mí.
Astutamente, ha hecho que vosotros os alejéis de la oración, porque vosotros veis solamente lo malo que está sucediendo dentro de Mi Iglesia, pero vosotros no defendéis a la mayoría de los sacerdotes que sí son buenos y que están Conmigo. De esta forma, al no orar por ellos, los dejáis a la deriva y son atacados muy fuertemente por satanás y caen muchos de ellos, porque ya no cuentan con vuestra protección, que la oración da, y el ofrecimiento de vuestras Misas y Comuniones por ellos.
Debéis entender, Mis pequeños, que estáis en la Comunión de los Santos y que os debéis proteger unos a otros. Debéis entender que satanás quiere destruir todo aquello que sea Divino, para que vosotros no podáis tomar de este Alimento que Yo os he dejado en la Tierra. Si él destruye a Mis ministros buenos, ¿qué haréis vosotros? Estáis realmente viviendo una guerra, una guerra espiritual, ¿cómo os estáis protegiendo contra el enemigo, real, que os ataca, que es satanás?, ¿cómo estáis protegiendo a vuestros dirigentes en la Iglesia?, tantos sacerdotes misioneros, que buscan ganar almas para el Reino de los Cielos y muchos de ellos, son asesinados o caen en las garras de satanás, al llevarlos a caer en sus debilidades con mujeres o vicios que les acerca satanás para desviarlos de su camino ministerial.
No os ponéis a pensar en ésas realidades y, los que salís perdiendo, sois vosotros, porque vais perdiendo cabezas, cabezas de la Iglesia, que son los que os defienden con las Misas que ellos ofician, con sus oraciones, con su donación, con sus penitencias. Debierais agradecer a cada uno de ellos lo que vosotros recibís por cada Misa que se oficia alrededor del Mundo porque, cada Misa que se oficia, cubre con Sus Gracias, a toda la humanidad y esto, vosotros no lo agradecéis.
Debéis estar más conscientes de lo que es la vida de la Iglesia, cómo os debéis cuidar unos a otros, cómo debéis dejar a un lado la crítica y cómo os debéis dar más a la oración, oración de protección, oración de vida, oración de agradecimiento.
Ciertamente, todo esto, en breve terminará, será purificada Mi Iglesia, será santificada, se os dará a vosotros el Conocimiento Divino, el Discernimiento Santo, se os quitará el velo que cubre ahora vuestros ojos y veréis, realmente, el regalo que Yo os dejé en la Tierra, regalo Divino, que poco apreciáis y que poco agradecéis.
PedidMe que os enseñe a amar este regalo tan grande que tenéis entre vosotros y proteged a vuestros sacerdotes y ministros de Mi Iglesia, las religiosas y a todos aquellos que buscan vivir para Mí, en Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Seguid adelante, Mis pequeños, protegeos bajo el Manto de Mi Hija, La Siempre Virgen María, Su Triunfo es definitivo y vosotros estaréis con Ella, Ella aplastará la cabeza de satanás y vosotros gozaréis el Nuevo Reino que os daré.
Hijitos Míos, este es el tiempo de la Gran Lucha entre la Mujer y la serpiente y, vosotros, los que estáis Conmigo, os estáis dando cuenta de esta realidad. Satanás, tratando de destruir todo lo que viene de Mí y, vosotros, que vivís en sus dominios, estáis tratando de traer Luz, la Luz que Mi Hijo os trajo a la Tierra y que vosotros la habéis tomado como modo de vida, pero, que, a la vez, vosotros sois atacados, como se Le atacó a Mi Hijo.
Mis pequeños, vosotros os debéis mantener en la Luz y debéis ser guía para muchos que viven aún en la obscuridad. Mi Hija, La Siempre Virgen María, está trayendo, hacia el redil, a todos aquellos que están buscando y que están viviendo las Enseñanzas de Mi Hijo.
El Mundo está convulsionando, estáis viendo cómo la Naturaleza se está rebelando contra el hombre, satanás, sabe que su tiempo se termina y, por eso, está tomando la Naturaleza y manipulándola contra los hombres y contra todo lo creado.
Muchos no quieren darse cuenta de esta realidad e inventan cosas, como para quitar valía y verdad a lo que os está sucediendo. Se respaldan diciendo que son situaciones cíclicas que se suceden de tiempo en tiempo, pero no estáis viendo que lo que estáis viviendo, ya se salió de toda realidad que habíais estado viviendo.
Las mismas estaciones se han afectado y no estáis viviendo los climas que antes vivíais. Las cosechas se están perdiendo, los peces, en el mar, mueren por millares, las enfermedades se van agravando, tanto en el hombre como en los animales.
El ambiente ya no es el mismo, todos vosotros sentís, ya, qué algo tiene que suceder, y fuerte y ni aun así os arrodilláis a pedirMe ayuda y a pedir perdón de vuestros pecados, de vuestras faltas, de vuestras omisiones.
El Universo entero, también, se convulsiona porque, os he dicho, que la purificación es Universal. Satanás todo lo afectó con esa rebelión que se dio en el Cielo y, a partir de ahí, no ha respetado Mi Creación.
Vosotros aun sabiendo esta realidad, no habéis hecho, prácticamente, nada para detener las fuerzas de satanás y, por eso, lo que estáis viviendo, cada vez va a ser más fuerte, más doloroso.
Os he de proteger, porque sois Mis hijos pero, ciertamente, como os he dicho, no todos permaneceréis en vuestro Mundo, porque no todos sois buena semilla para proseguir una nueva generación. El Mundo sigue, pero no todos seguiréis en él, muchas, muchas almas serán eliminadas de la Tierra, porque no habéis aprendido a servirMe ni a daros por vuestros hermanos, hicisteis a un lado lo que es el Alimento Divino, que es el Amor.
Sí, Mis pequeños, no os alimentasteis debidamente y no alimentasteis a los vuestros con vuestro ejemplo, con vuestra donación, con vuestra oración.
Yo Soy el Amor y los que Me siguen, también, deben estar llenos de Mi Amor. El Reino de los Cielos es un Reino de Amor y todos los que en él habitan, ya viven plenamente Mi Amor.
Tanto, tanto tiempo que ha pasado desde que Mi Hijo bajó a la Tierra a explicaros lo que es el Amor y cómo debisteis haber llevado una vida de Amor para haber eliminado lo que satanás sembró, también, siglos atrás y que el hombre había seguido, que era el odio, la maldad, las luchas fraternas. Mi Hijo os trajo el cambio y os dio las armas espirituales necesarias para que el hombre cambiara, se mejorara, se sublimara y no quisisteis hacer caso. Persististeis en la maldad que satanás había sembrado entre los hombres y pudisteis haber vivido el Cielo en la Tierra, con la vida de ejemplo y Enseñanzas que os dejó Mi Hijo, pero que no quisisteis tomar, las abandonasteis y despreciasteis.
Mucho tiempo os di para que recapacitarais en vuestro error, para que vosotros hubierais tomado todas estas Enseñanzas de vida y de crecimiento espiritual y no lo hicisteis, el Amor lo pisoteasteis y lo seguís pisoteando.
Ciertamente, algunos de vosotros, aún, a pesar de la maldad que tenéis todos dentro de vuestro corazón, habéis tomado esta herencia Divina que os dejó Mi Hijo. Ciertamente, estáis viviendo una gran lucha, lucha que se está dando, también, en todo el Universo, lucha entre la Mujer y la serpiente y todos aquellos que están con la Mujer, que sois vosotros, los que tomasteis la mejor parte y que estáis con Mi Hijo y con Mi Hija La Siempre Virgen María, Mi Hija, Mi Pequeña, os llevará al triunfo definitivo contra las fuerzas de satanás. Alegraos por ello, Mis pequeños, os llevará por caminos seguros, os protegerá contra sus ataques y, de hecho, vosotros habéis sentido ya, Su protección, de tiempo acá. Vosotros mismos os estáis dando cuenta, ya, de la separación del mal y del Bien. Estáis viendo cómo, por un lado, se va acrecentando el mal y, por otro lado, y todavía escondido, está el Bien, que pronto surgirá y será evidente ante todos los habitantes de la Tierra.
Mi Hija, La Siempre Virgen María, se pondrá al frente de este ejército de almas que han preferido vivir en el Bien y que son Luz y que son Amor. Ciertamente, como os dije, todavía hay pecado en vuestro corazón, pero el Amor va dominando a ése mal, mientras que la gran mayoría, se ha dejado dominar por ése mal y no luchan por tener el Bien que vosotros escogisteis. Al final, cada quien recibe por lo que luchó.
Seguid adelante, Mis pequeños, protegeos bajo el Manto de Mi Hija, La Siempre Virgen María, Su Triunfo es definitivo y vosotros estaréis con Ella, Ella aplastará la cabeza de satanás y vosotros gozaréis el Nuevo Reino que os daré.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Como en la Parábola del Viñador, no importa que trabajéis poco, que hayáis desperdiciado, prácticamente, toda vuestra existencia, el poco tiempo que podáis trabajar para Mí, dádMelo y salvadMe almas, dadMe gozo, Mis pequeños, dadMe vuestro amor.
Venid a gozar, benditos de Mi Padre, vosotros, los que buscasteis el Bien para vuestra alma y para la de los vuestros. Venid, Mis pequeños, elevad vuestros ojos, elevad vuestra alma hacia vuestro Creador. Una vida Divina os espera, la Gracia de vuestro Dios caerá sobre vosotros, os iluminará y gozaréis el Bien que os dará. Entenderéis infinidad de cosas que antes estaban veladas para vuestra mente, para vuestra razón, para vuestra forma de vida.
La Luz, del Espíritu Santo, iluminará las conciencias y conoceréis lo que hicisteis de bien, lo que hicisteis de mal, de aquello que, sabiendo que debisteis haber hecho, no lo hicisteis en el bien, para los vuestros.
De esto os quiero hablar ahora, Mis pequeños, de la omisión que habéis tenido hacia vuestros hermanos. Todos vosotros, los que estáis sobre la Tierra, fuisteis dotados de dones y capacidades para cumplir una misión, una misión de Amor.
Estos dones y capacidades, los recibisteis gratuitamente, y gratuitamente debisteis haberlos compartido con vuestros hermanos.
Muchos os habéis aprovechado de estos dones y de estas capacidades para enriqueceros en lo material y los compartisteis, ciertamente, con vuestros hermanos, pero no por amor, sino para obtener un bien material y, a veces, exagerado, al cual, muchos de vuestros hermanos, no pudieron acceder y se perdieron de él, por vuestro egoísmo.
¿Acaso no leéis en las Sagradas Escrituras, que primero debéis buscar el Reino de Dios y lo demás se os da por añadidura? Vosotros, todos vosotros, tenéis Mis Gracias, dones, capacidades, que vienen del Reino de Dios, vienen de Mí, Mis pequeños y, ciertamente, sé que vivís en la Tierra y necesitáis de la añadidura, para que vuestro cuerpo esté protegido con alimento y con vestido, pero habéis equivocado el camino.
Tenéis, cada uno de vosotros, dones y regalos espirituales, al compartirlos con vuestros hermanos, los compartís con amor y, después, recibís de ellos el don que tienen, para ayudaros con lo que a vosotros os falta y, esto, cuando se da por amor y se recibe con amor, estáis viviendo como se vive en el Reino de los Cielos.
Pero satanás os engañó y os llevó a buscar la añadidura y hasta en forma enfermiza, hasta exagerar en el querer tener, poseer, gastar lo material, buscáis afanosamente lo material y os olvidáis de la parte espiritual.
Sino disteis por amor, ahí fue la omisión, es el pecado en el cual vosotros no compartisteis de lo que no es vuestro. Lo que tenéis es un préstamo Divino, para que pudierais vosotros compartir de lo que no tenían vuestros hermanos y que vosotros pudierais recibir de ellos lo que a vosotros os falta, ése intercambio de bienes, que se os dieron como préstamo, para que vivierais compartiendo y eso creara amor entre vosotros, no lo hicisteis, no lo llevasteis a cabo y le sacasteis un provecho material y, a veces, exagerado, como os dije y, de esta forma, no vivisteis en amor, sino en conveniencia y aprovechándoos de vuestros hermanos.
¡Cuánta maldad ha crecido en vuestros corazones, por este egoísmo tan grande a donde os llevó satanás! No disteis, no compartisteis de lo que no os pertenece, os adueñasteis de los dones que no son vuestros y no los compartisteis con vuestros hermanos y, que, con ello, ibais adquiriendo un lugar más alto en el Reino de los Cielos, más cerca de Mi Corazón.
Satanás sabe de los bienes que Yo os puedo dar y que se viven en el Reino de los Cielos y lo sabe perfectamente, porque él vivió ahí. Satanás quiere evitar vuestra llegada al Reino de los Cielos, por egoísmo, porque no quiere que vosotros gocéis de lo que él, nunca más, va a poder gozar.
Os habéis vuelto egoístas como él, soberbios, apoderándoos de los dones que no son vuestros.
Vosotros debisteis haber sido instrumentos Míos, instrumentos de Amor y, si meditáis vuestra vida, cómo la habéis llevado, os daréis cuenta que, Mi Amor, poco apareció en vuestra existencia. Buscasteis más los bienes del Mundo, buscasteis vuestro “yo”, os enriquecisteis con los bienes del Mundo y no cultivasteis los Bienes del Cielo.
¿Ahora os dais cuenta de lo que habéis perdido, qué desperdicio de vida habéis llevado?
Tuvisteis acceso al Conocimiento de Vida que os dio Mi Hijo, Vida Divina, Vida de Cielo y no Le hicisteis caso, ¡qué desperdicio! Vuestra vida vale más por cuanto dejáis que lo Mío, entre en vosotros, mientras hay más de lo Mío en vosotros, vuestra alma vale más ante Mis Ojos.
Haced un recuento de vuestra vida ¿Cuánto tenéis de Mí, en vosotros? ¿Cuánto tenéis de lo que Mi Hijo os enseñó en vosotros? ¿Cuánto habéis dado a los demás de lo que Mi Hijo os dio, gratuitamente? ¿Os dais cuenta, cuanto habéis fallado? ¡Toda una vida que se os dio, para que de ella hicierais un gozo para el Cielo!, en la mayoría de los casos, vergüenza dais ante Mis Ojos y ante los ojos de las almas que ya están en el Cielo.
¡Cuánto desperdicio de tiempo! Lo tomasteis para buscar banalidades, que no os iban a servir para llegar ante Mí y dichosos presentarMe vuestros triunfos espirituales y darMe un gusto a Mí, vuestro Dios, viendo a un alma que cumplió en la Tierra; y, en cambio, os presentáis ante Mí, con la mirada baja, tratando de esconderos, porque no traéis, prácticamente nada de lo cual, gloriaos.
¡Cuánto desperdicio de tiempo! Yo, que confié en vosotros, al daros el don de la vida y, ¿qué Me traéis?, prácticamente nada.
Tomad el poco tiempo que os quede y aprovechadlo, haced todo lo que podáis, para que os presentéis ante Mí, con algo que Me cause gusto, con algo en lo que Yo pueda gozarMe, por haberos dado el don de la vida y que vosotros hayáis sido buenos hijos, hijos de todo Un Dios, que os quiso llenar de amor para que lo dierais a vuestros hermanos.
Todavía tenéis el don de la vida, aprovechadlo, Mis pequeños, aún tenéis tiempo de ganar el Reino de los Cielos. Como en la Parábola del Viñador, no importa que trabajéis poco, que hayáis desperdiciado, prácticamente, toda vuestra existencia, el poco tiempo que podáis trabajar para Mí, dádMelo y salvadMe almas, dadMe gozo, Mis pequeños, dadMe vuestro amor.
Gracias, Mis pequeños.
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