Dic 05_13 El ladrón os está quitando la Vida, que es Mi Presencia Real en la Eucaristía. |
Rosario vespertino
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: No estáis llevando una vida espiritual correcta de acuerdo a Mis Leyes y Preceptos que os he pedido siguierais. Hijitos Míos, el amor no se obliga, el amor tiene que crecer en lo profundo de vuestro corazón, vosotros no podéis obligar a alguien a amar o a amaros. Uno ama de corazón por sentimiento, por agradecimiento, pero no ama por obligación.
Cuando Yo os pido amor, Mis pequeños, os pido que Me améis como Padre, como Creador, como vuestro Dios, pero si vosotros no Me conocéis, no podéis amar a Aquél a quien vosotros no conocéis y eso es lo que ha pasado en muchas familias. A muchas personas, no se les ha transmitido vida espiritual y se han alejado de Mí, de Mis Leyes, de todo lo que se refiere a Mí.
Soy vuestro Dios desconocido y aún a pesar de que hay tantas almas que no Me conocen, Yo Me sigo dando, os sigo cuidando, y os sigo enviando Mis Bendiciones para que, en algún momento de vuestra vida, os lleguen y podáis recapacitar y entender que todo lo que tenéis y que habéis tenido a lo largo de vuestra existencia, viene de Mí, vuestro Dios.
Vuestro comportamiento en el amor debe empezar desde vuestro interior. Si vosotros no vivís las Virtudes, si vosotros no vivís el Amor, ¿cómo podréis transmitir lo que no tenéis ni vivís?
Y así vais viviendo a vuestro alrededor toda ésa falta de valores espirituales que ahora tenéis, que por dos, tres generaciones o más, no han tenido hermanos vuestros alrededor del mundo, por lo que se ha aprovechado satanás de que, al no tener vosotros un soporte espiritual, suficientemente fuerte, os ha venido engañando y van cayendo muchas almas en su poder. Les engaña y las lleva a buscar valores que no son buenos para su salvación eterna.
Esos valores a los que os lleva satanás, son mundanos, son materiales y muchas veces, hasta malos, haciéndoos creer que son buenos y que si no los tenéis, no vais a triunfar en la vida y, así, llenos vosotros de soberbia, os vais creyendo lo que satanás os va inculcando, enseñando y ofreciendo, y ahora veis el resultado a donde os ha llevado. Veis la frialdad de los corazones, veis cómo ya no hay Virtud, en cambio, hay excesos de vicio y de maldad. Ya no hay amor, pero Verdadero Amor, que hace que confiéis los unos de los otros y ahora tenéis todo lo contrario, desconfiáis de todo el mundo a vuestro alrededor, precisamente porque las Virtudes no han crecido en el interior de vuestros hermanos y quizá no lo suficiente tampoco en vuestro corazón.
La misma Iglesia no es ejemplo ya de Virtud, que es la encargada de transmitir vida espiritual, se ha desviado hacia lo material, hacia lo del mundo. Mucho escándalo se ha dado en los últimos tiempos y, ciertamente, por manipulaciones satánicas para desacreditar lo que viene de Mí, pero por no tener vosotros bases espirituales fuertes, vais perdiendo la poca Fe y el poco Amor que le teníais a ésta Institución Divina, que es la Iglesia entre vosotros.
¿Qué habéis hecho con la Creación que Yo os pedí cuidarais? Ya no vivís en paz, os cuidáis de todo el mundo para que no os hagan algún mal, no tenéis confianza en nadie, no hay paz en vuestro corazón.
La maldad manipulada por ciertos personajes, está causando que vosotros no viváis como debierais vivir, como Yo quise que fuera ésta Creación, pero vosotros, no habéis hecho prácticamente nada para tratar de recuperar lo que Yo os di desde un Principio. Os habéis apartado de Mis Leyes, de Mis Preceptos, de la Oración, de los Sacramentos. Todo lo que es de valor para el alma, lo habéis despreciado, y es cierto que si vuestro interior no es bueno, no podréis transmitir valores buenos.
Un árbol bueno debe producir buenos frutos y una gran mayoría de ésta humanidad, ya no son árboles buenos.
Ciertamente no puedo permitir ya esto. Escucho voces de almas que Me piden el cambio, que Me piden ayuda, que Me ruegan que termine éste castigo, el cual, vosotros mismos os habéis impuesto por apartaros de Mí.
No aprendéis con la historia, no aprendéis con los acontecimientos pasados, volvéis a caer en vuestras necedades, en vuestros pecados, en vuestra maldad. Por vuestra negligencia y por vuestro olvido a vuestras obligaciones hacia Mí, vuestro Dios, echáis a perder lo que Yo creé para que vosotros gozarais y vivierais como hijos consentidos.
Voy permitiendo que los acontecimientos se vayan dando lentamente, para que recapacitéis y entre en vosotros el Discernimiento Santo para que os deis cuenta de que vosotros podéis detener toda esta maldad con un cambio de actitud y una vuelta hacia Mí, vuestro Dios.
Todo puede cambiar si vosotros empezáis a cambiar en vuestro interior, a aceptarMe a Mí, vuestro Dios, como lo primero y lo último en vuestra vida. Regresad a vuestras obligaciones de estado espiritual, respetad Mis Leyes y Mandatos para que, así como les prometía Yo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento a vuestros hermanos de ésos tiempos, aquellas almas que se mantuvieran en Mí, Yo las iba a consentir.
Debéis estar conscientes que en éstos tiempos, con todo lo que estáis haciendo, viviendo en pecado, en maldad y olvidándoos de Mí, no os puedo consentir, porque no estáis poniendo nada de vuestra parte para que Yo os consienta, pero si cambiáis, seguramente sentiréis Mis Bendiciones y viviréis lo que siempre he querido para vosotros, Mis pequeños.
El mal se ha adueñado de todo lo bueno que teníais que Yo creé para vosotros. Se ha adueñado hasta de Mí Misma Iglesia, que debiera ser vuestro oasis de paz y de crecimiento espiritual y vosotros lo habéis permitido, porque no habéis defendido lo que era vuestro, así que, no os quejéis de que os vaya mal y Me echéis la culpa a Mí, vuestro Dios. Sed honestos con vosotros mismos y veréis que tengo razón con lo que os digo, porque no estáis llevando una vida espiritual correcta de acuerdo a Mis Leyes y Preceptos que os he pedido siguierais. Todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos si vosotros cambiáis de corazón, todo depende de vosotros.
¿Dejaréis que satanás siga manipulando vuestra vida y os lleve a sufrir lo que estáis sufriendo ahora?, o ¿podréis cambiar los acontecimiento y vivir de acuerdo a lo que Yo quise siempre para vosotros si regresáis a Mí?
Vosotros tenéis la última palabra, el cambio depende de vosotros, Yo os respeto, respeto vuestra decisión, pero os quiero ver como siempre quise que vivierais, alegres, felices, en paz y llenos de Mi Amor, vosotros decidís.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Duele, Mis pequeños, ciertamente que duele ésta soledad, Yo, esperando que platiquéis Conmigo y Me confiéis toda vuestra vida y, sigo esperando. Hijitos Míos, ciertamente Soy un Dios amoroso, un Dios paciente y espero vuestra conversión, pero todo llega a un límite, Mis pequeños, sobre todo cuando se os han dado muchas oportunidades.
Recordad el pasaje de las Escrituras, donde paso junto a un árbol que no había dado fruto, y lo seco. Sí, suena feo, pero es un árbol que ya tenía mucho tiempo de no dar fruto.
No es el otro árbol, al que se le pide que se le remueva la tierra y se le da otra oportunidad. Ciertamente, Yo os doy muchas oportunidades a lo largo de vuestra vida, pero hay almas que se cierran totalmente a su maldad, a su mundo, que no son buenas, que no se puede confiar en ellas, ¿cuántas de éstas almas hay en estos momentos alrededor del mundo?
Vosotros mismos podríais hacer una recapitulación de vuestra vida. Si en éste momento os pidiera cuentas, ¿cuánto fruto habéis dado a lo largo de vuestra vida?, ¿al menos salvasteis a alguna alma?, ¿ayudasteis a algún hermano a cambiar de vida de maldad a regresar a vida de amor?, ¿qué tantas obras buenas hicisteis que os puedan ayudar a ganar el Cielo que os prometo?, ¿o a caso fuisteis almas que causasteis escándalo, o que llenasteis a almas de maldad?, ¿o disteis un mal ejemplo, que en lugar de que vivieran en Virtud, las llevasteis a vivir en maldad?
Ciertamente, tendréis en ése momento, ante Mi Presencia, todo lo bueno y lo malo que hicisteis, ¿cómo os sentís ahora, Mis pequeños?, ¿sentís que pudierais entrar fácilmente al Reino de los Cielos, que no hubiera reproche Mío y que os pudiera dejar pasar libremente?
En el Reino de los Cielos están las almas que dan mucho fruto, almas confiables, almas sin revés, almas que están llenas de Mi Amor y, al estar así, pueden llenar a otras almas de más amor.
¡Cómo se desperdicia toda una vida, a pesar de que os doy la Gracia de vivir para Mí y transmitirMe a lo largo de vuestra existencia! ¡Cuánto tiempo desperdiciáis y pudisteis ayudar a tantas almas a crecer espiritualmente y a salvarse! En estos momentos, pensad en lo que hicisteis en éste día, ¿cuánto hicisteis para Mí, de todas las horas del día?, ¿qué hicisteis para ayudar a las almas vivas y difuntas, para ganarse el Reino de los Cielos?, ¿Me tuvisteis presente en vuestros gustos, en vuestros éxitos, en vuestra vida diaria, en las cosas mínimas y aún en las importantes? ¿Fui para vosotros un soporte de vida, que os acercarais a Mí con confianza, como amigos, parientes, hermanos, con ésa confianza con la que os habláis con aquél a quien queréis y lo hicisteis Conmigo a lo largo de éste día?
Vosotros mismos, cuando necesitáis la ayuda de alguien, de alguna forma u otra y, a veces, en situaciones difíciles, buscáis, a como dé lugar, a la persona indicada para que os ayude y, a Mí, Me tenéis en vuestro interior, esperando a que os acerquéis a Mí, para que Yo os dé la Sabiduría y el consejo que necesitáis y no Me tomáis en cuenta. Os falta Fe, mucha Fe y confianza en Mí, Mis pequeños.
Me tenéis, dentro de vosotros. No tenéis que caminar, no tenéis que buscar, simplemente, tenéis que entrar en vuestro corazón y compartirMe lo que necesitáis y no lo hacéis. No Me tenéis confianza, no creéis que Yo os pueda responder y os pueda ayudar, ¿Qué, acaso, no Soy vuestro Padre? ¿Qué acaso no sois vosotros Mis hijos? ¿Por qué Me tratáis como a un desconocido y desconfiáis de Mí?
Os habéis perdido a lo largo de vuestra existencia, de lo más bello, que es el intercambio amoroso de un Padre a un hijo y de un hijo a un Padre, por ésa falta de Fe. No habéis tenido ésa vida íntima Conmigo, creyendo que Yo no os iba a responder, ni a guiar ni a aconsejar. ¡Tanto que deseo que Mis hijos Me platiquen, que estén en contacto Conmigo, que Me pregunten, que confíen plenamente toda su vida a Mí, y no lo hacéis!
Sigo siendo el Dios desconocido y, lo peor de todo, ¡es estar dentro de vosotros! Vosotros mismos os sentiríais mal si, conviviendo con vuestra familia, no se os tomara en cuenta. Así estoy Yo, Soy vuestro Dios, Soy vuestro Creador, Soy vuestro Padre y Me dejáis abandonado ¡en vuestro interior! Duele, Mis pequeños, ciertamente que duele ésta soledad, Yo, esperando que platiquéis Conmigo y Me confiéis toda vuestra vida y, sigo esperando.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Cómo queréis tener una gran protección a nivel de vuestro mundo, si no estáis cuidando lo que os da ésa protección, que es Mi Presencia Real en la Eucaristía? El ladrón os está quitando la Vida y vosotros, ni cuenta os dais. Hijitos Míos, hablándoos a nivel humano, todos vosotros tenéis vuestro tesoro, grande o pequeño y lo tenéis en un lugar escondido, aparte, en un lugar que vosotros conocéis y protegéis, para que el ladrón no venga y os lo robe. Quizá lo tengáis en vuestro hogar, quizá lo tengáis en el banco, pero tenéis vuestro pequeño tesoro o gran tesoro, que os ha costado trabajo, a lo largo del tiempo, crear. Si viene el ladrón y os lo roba, vosotros os sentís muy mal, caéis en depresión, sobre todo, si ya la edad os ha alcanzado y dependíais de ello, os desesperáis, no sabéis qué hacer. Ciertamente, es una pérdida grande, porque confiabais plenamente en ése, vuestro tesoro, para ayudaros a vivir y pasar vuestra ancianidad sin problemas.
Mis pequeños, Yo os he dado un Tesoro espiritual, os di Mi Iglesia, es lo más grande que podéis tener en la Tierra. Es Mi Presencia Real y Verdadera en la Tierra.No la habéis cuidado y el ladrón ha entrado a robar y se ha llevado lo más precioso, os está quitando Mi Vida, que es para vosotros. Así como vuestro tesoro os iba a mantener vuestra vida humana bien cuidada, con el alimento que podríais comprar, vuestra alma, también, necesita ése Alimento y prácticamente ya no lo tenéis. Satanás, al introducirse dentro de Mi Iglesia, os ha ido quitando, poco a poco, la vida espiritual. Voltead la cara y comparad la actual Iglesia con la primitiva Iglesia, cuando se vivía con alegría, con respeto, con gran amor.
Ciertamente, satanás se fue introduciendo poco a poco, caía, se perdía la Fe, pero volvía nuevamente a recuperarse y se crecía nuevamente. Ciertamente, a lo largo del tiempo, ha tenido subidas y bajadas, ha tenido buenos representantes y malos representantes en su cúspide, pero, Mis pequeños, ahorita estáis en los momentos difíciles, en donde mucho se os ha quitado y se os sigue quitando lo más grande que tenéis, que es la vida del alma, los Sacramentos, la oración, el amor, el conocimiento de vuestro Dios y, vosotros, no hacéis nada, no buscáis el mantener lo que Mi Hijo os dio y que tanto le costó.
Mi Iglesia se ha vuelto pasiva, ya no hay actividad, ya no hay crecimiento, no hay vida. ¿Cómo queréis tener una gran protección a nivel de vuestro mundo, si no estáis cuidando lo que os da ésa protección, que es Mi Presencia Real en la Eucaristía? El ladrón os está quitando la Vida y vosotros, ni cuenta os dais, porque ya no hay en vosotros ésa vida espiritual de los primeros tiempos, ése respeto a Mi Presencia Real entre vosotros.
Os habéis dejado robar y, lo peor de todo, es que ni cuenta os habéis dado y el ladrón os está dejando vacíos.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando os digo en las Escrituras, que podéis mover montañas, es verdad, y solamente con la Fe lo podéis lograr, pero es una Fe humilde, una Fe confiada, una Fe sencilla, una Fe de niño. Hijitos Míos, vosotros, al ser tan limitados, no os imagináis que podéis hacer grandes cosas en Mi Nombre, porque para Mí, no hay límites, lo único que os falta tener, es una Fe a prueba de todo y, esa la obtenéis acercándoos a Mí y confiando plenamente en que Yo, vuestro Dios, puedo trabajar plenamente en vosotros.
Cuando os digo en las Escrituras, que podéis mover montañas, es verdad, y solamente con la Fe lo podéis lograr, pero es una Fe humilde, una Fe confiada, una Fe sencilla, una Fe de niño.
Con ella, Mis pequeños, podéis hacer grandes milagros, podéis hacer grandes obras, porque ya no sois vosotros los que actuaréis, Soy Yo, vuestro Dios el que actúo en vosotros para el bien de vuestros hermanos. Ciertamente tiene que ser una Fe humilde, en donde haréis algo para el bien de vuestros pero la acción y el resultado, no os debe llevar a la soberbia, sino al agradecimiento, de que Yo pude moveros a que vuestros hermanos, obtuvieran un bien. Ciertamente, el hermano que reciba el bien, también actuará en humildad y, así, habrá un agradecimiento doble, del que da y del que recibe, ambos Me agradeceréis a Mí, por el bien recibido. Una Fe total.
La Fe de un niño, no mide consecuencias. Podríais confirmarlo, al pedirle que hiciera algo que, quizá, le pudiera hasta costar la vida, él confía en vosotros, sigue vuestras órdenes y lo realiza. Y así debe ser vuestra Fe, en que no midáis consecuencias, simplemente, cuando Yo os pido algo, hacedlo, no penséis qué pueda pasar, Yo nunca os voy a llevar a algo malo, vosotros actuaréis para que Yo Me manifieste ante los hombres a través de vosotros y ellos recibirán un bien.
Esto lo tenéis también en las Escrituras, cómo Mis apóstoles podían realizar grandes milagros. El mismo Elías y otros grandes personajes de las Sagradas Escrituras hicieron milagros portentosos, pero era Yo a través de ellos.
Tenéis que estar conscientes en que vosotros, nunca, nunca podréis, por vosotros mismos, realizar algo grande, aunque sea haciendo el bien porque, ciertamente, satanás también puede tomar a algún alma y puede lograr hacer aparentes portentos pero, éstos, nunca, nunca llevarán amor de por medio, sino soberbia, vanidad.
El Amor debe existir siempre en todos vuestros actos y Yo no Me puedo resistir a actuar en el Amor cuando realmente vosotros Me lo pedís de corazón. Cuando Me pedís algún bien para un hermano vuestro, habiendo amor de por medio, ahí estaré Yo, y he de daros ése bien, porque es el Amor el que os está moviendo.
¡Cuánto gozaréis, Mis pequeños, cuando entendáis esto y os dejéis mover por Mí! Ciertamente, al principio, os asombraréis, porque no estáis acostumbrados a poder realizar grandes portentos pero, cuando, en conciencia, comprendáis que Soy Yo el que está realizando todo, a través de vosotros, aprenderéis a haceros pequeños y Me dejaréis actuar a Mí plenamente. Deberéis obedecer Mis Ordenes, Mis Designios, para que Yo pueda moverme libremente a través de vosotros y, así, realizaréis grandes milagros, pero sabréis plenamente que Soy Yo, vuestro Dios, a través vuestro y, os repito, gran alegría tendréis de haber aprendido a haceros pequeños, para que vuestro Dios se manifieste en lo grande, en lo imposible, en lo amoroso.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Deberéis poner todo vuestro empeño, Mis pequeños, en manteneos viviendo en el amor y haciendo que otros aprendan a vivir el amor que solamente Yo os puedo dar. Hijitos Míos, vosotros vinisteis a la Tierra a trabajar para el Amor. A cada uno de vosotros le he dado uno o varios dones, capacidades, Virtudes, para trabajar para el bien de vuestros hermanos y para que Mi Vida sobre la Tierra se realice.
Mis pequeños, vuestra meta, en vuestra vida, debe ser la de servir. Yo Mismo, vuestro Padre y vuestro Dios, Le pedí a Mi Hijo Jesucristo, os sirviera y toda Su Vida fue de servicio para que se diera Mi Vida sobre la Tierra, que se conociera sobre Mí, que se conociera Mi Amor hacia todos vosotros, que conocierais Quién Soy Yo, vuestro Dios, porque en el Antiguo Testamento, se Me temía y el Nuevo Testamento, es el Testamento del Amor para que Me améis.
Mi Hijo se dio por vosotros, toda Su Vida fue de servicio para todos los que Le rodeaban. Murió sirviéndoos porque, con Su Muerte, se os abrían las Puertas del Paraíso, nuevamente. Su Resurrección, os estaba mostrando vuestra resurrección.
Y así debéis actuar cada uno de vosotros, con los dones que os he prestado, para que viváis en la Tierra, sirviendo a vuestros hermanos, para su salvación, para su santificación y también para la vuestra.
Cuando vosotros hacéis un bien, y dejáis alegría en vuestros hermanos, os sentís bien. Ése es el sentimiento que vosotros debéis tener día a día y eso querrá decir que estáis trabajando como vuestro hermano Jesucristo para el bien de Mi Reino entre vosotros. Vivir haciendo el bien, Mis pequeños, es vivir en el Amor de vuestro Dios y, viviendo así, Mis pequeños, el cambio que tendréis de vuestra muerte, de éste mundo, a la Vida eterna, no lo sufriréis, no habrá cambio, porque si estáis ya viviendo en el Amor, el Amor proseguirá por toda la eternidad.
Por eso, deberéis poner todo vuestro empeño, Mis pequeños, en manteneos viviendo en el amor y haciendo que otros aprendan a vivir el amor que solamente Yo os puedo dar y vosotros podéis transmitir.
Cuando realmente empecéis a vivir el Verdadero Amor Divino, es cuando aprenderéis a gozar y a agradecer, infinitamente, el que os haya creado y el que os haya dado el don de la vida, porque aquellas almas que han llegado ya a llenarse de Mi Amor, a vivirlo y transmitirlo, gozan inmensamente y esa es vuestra meta y vuestra realización, Mis pequeños, sed almas, almas envueltas en Mi Amor, almas destinadas para vivir eternamente en Mi Presencia, almas que gozarán el gozo de los Bienaventurados eternamente.
Haced todo lo posible, Mis pequeños, para que Yo os lleve a que os realicéis espiritualmente y, es cuando empezaréis a vivir lo que Yo quiero que cada alma viva.
Gracias, Mis pequeños. |
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