viernes, 10 de julio de 2015

“Se salvarán de la amenaza de naufragar en la fe, sólo los que se pongan del lado del Papa.”

Tomado del Libro: “A los Sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen”Locuciones interiores del Inmaculado Corazón de María al P. Stefano Gobbi
VirgendeFátimaCorazónInmaculadoNueva York (USA), 2 de Septiembre de 1980.
El escollo de la gran división.
“Te he querido hoy aquí en la gran ciudad de este Continente, para comenzar los Cenáculos, que después continuaréis en muchos otros Estados de esta inmensa Nación.
Hijos predilectos, ésta es vuestra hora.
Os llamo a todos a combatir Conmigo en la fase final de la batalla. Vuestra Madre está ya en las vísperas de su mayor victoria.
He elegido en ti al hijo más pequeño y pobre, y te llevo a todas partes del mundo para recoger a todos en mi Corazón Inmaculado. Por tu medio, ya en todo el mundo, recibo el homenaje de vuestra vida consagrada a Mí, y os inundo el corazón de puro amor a Jesús para que podáis salvar un gran número de almas.
Acojo vuestro sufrimiento y curo vuestras numerosas heridas. Os amo con corazón materno y misericordioso. Os amo con predilección por vuestra gran pequeñez y fragilidad. Os conduzco porque a vosotros os toca desarrollar la misión más importante en el momento de la lucha decisiva.
Mirad la gran luz que Mi Corazón Inmaculado ha dado a la Iglesia: es Mi primer hijo predilecto, el Papa Juan Pablo II. De ahora en adelante esta luz se hará más intensa mientras el combate se hará más áspero.
Este Papa es signo de Mi extraordinaria presencia entre vosotros; se convierte en piedra de escándalo para todos mis enemigos, y escollo contra el cual se producirá la gran división.
Estuvo también aquí y habló con firmeza, pero ¡qué pocos son los que siguen su seguro e inspirado magisterio…!
Aun algunos de Mis hijos predilectos siguen prescindiendo de Él y así se cae en profundas tinieblas y la Iglesia en este país se encuentra muy enferma y llagada.
Sed vosotros, hijos consagrados a Mi Corazón Inmaculado, ejemplo viviente de amor, de fidelidad y de plena unión con el Papa.
Así atraeréis a un gran número de pobres hijos desorientados al buen camino de la unidad y de la salvación en la verdadera fe.
Dentro de poco la apostasía se pondrá de manifiesto; se salvarán de la amenaza de naufragar en la fe, sólo los que se pongan del lado del Papa.
Con Él, os bendigo a todos y os aliento a caminar en la confianza y en el filial abandono.”

La Devoción de los Últimos Tiempos: Es la Devoción del Amor, del Sagrado Corazón de Jesús.

Tomado del Libro: La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús 
Dictados de Jesús a Marga
MargaLaVerdaderaDevoción

03-07-2008
Jesús:
Apunta sobre la Devoción de los Últimos Tiempos: Es la Devoción del Amor, del Sagrado Corazón de Jesús.
En esta Devoción no cabe el odio. Y lo primero que tiene que hacer un alma es desprenderse de él para abrazarla. Por medio de María, por medio del Inmaculado Corazón de María. Que sea Ella la que triunfe primero verdaderamente en el alma.
Para eso, practicad mi Rosario todos los días, meditándolo y rezándolo con el corazón. Para los que se quieran dar más prisa o ser más avanzados, rezad las tres partes.
Consagraos enteramente a Ella. Vivid de Ella y para Ella. Todo lo vuestro en sus manos. Toda vuestra alma entregada y sencilla. Renunciando a los efectos del pecado, de la carne y del mundo en vosotros. Comprometiéndoos a vivir según el Evangelio. Y mi Reino podrá venir a vuestros corazones.
Primero, lo que quiero es un triunfo del Inmaculado Corazón de María en vosotros.
Renunciad a Satanás y a todas sus obras. Vivid en Gracia y para el amor. Buscando el bien de vuestros hermanos y cumpliendo santamente vuestras obligaciones de estado.
María os llevará a una comprensión profunda de la Verdadera Devoción al Corazón de Jesús.
«Verdadera», porque no es en unas prácticas frías y externas en las que quiere basarse.
Porque no es en un cumplir, mientras con mi vida manifiesto lo contrario al espíritu del Evangelio.
No es hacer un pacto externo con Jesús, por el que me comprometo a unas prácticas con Él a cambio de la Salvación.
No está en llevar estampas del Sagrado Corazón en la cartera o en los marca-páginas de los libros, que enseño para que todos vean mi «gran devoción.»
No está en confesarme sin propósito de enmienda, para luego volver a caer, sin espíritu de lucha.
Ni tampoco en hacerme Novenas para conseguir un plan humano a vuestra medida.
Si tenéis mi imagen puesta y entronizada en vuestra casa, ¡que vuestra vida se corresponda con lo que habéis consagrado! Retiro mi vista de los que me honran sólo con palabras y actos externos, pero no lo hacen con su corazón, que está lejos de Mí.[1]
La vida de los que viven verdaderamente mi Devoción se hace eminentemente eucarística. No hay Devoción sin trato, y trato íntimo.
Un devoto verdadero de mi Corazón hace oración diaria, amplia, en la que Yo me comunico y me manifiesto a él. En la que él busca mi Voluntad, y la halla.Salgo al encuentro de quien me busca.[2]
Un devoto de mi Corazón vive internamente su consagración a Mí en espíritu y en verdad, con palabras y obras. Confía en la Providencia, vive alegre y confiado de mi mano. Renuncia al pecado y todas sus obras. Su vida es transparencia de mi Corazón, de mi Amor. Todas sus cosas las tengo en mi Mano, porque él, cada mañana, las deposita allí.
Para un devoto de mi Corazón, el centro de su vida es la Eucaristía. En Ella viene a fundirse conmigo, en un solo Corazón. Para que mis sentimientos sean sus sentimientos, mis deseos los suyos.
En Ella viene a depositar su ofrenda como víctima con la Víctima para la salvación del género humano, sus hermanos. Su ofrenda como víctima al Amor Misericordioso, como Teresita. Según su espiritualidad.
De la Eucaristía sacará las fuerzas para combatir en el mundo. De Ella la visión sobrenatural a los acontecimientos que le rodean.

14-07-2008
Jesús:
«Sucederá aquel día, que de la Casa de Jacob brotará una Fuente»,[3] repartiendo sus gracias a diestra y a siniestra. A raudales. Del lado derecho del Templo, brotará un Manantial. Del Altar de Dios,[4] una cascada de Fuentes Cristalinas. De donde irá a beber mi Pueblo, que muere de sed. A comer, pues muere de hambre. Después del embargo al que le tienen sometido, ávido bebe de Mí, que me derramo en mi Amor, a ambos lados del Santuario. Brota y rebrota para mis ovejas una Fuente que no tiene fin, de la que beberán, pero no quedarán saciadas. Beberán, para volver a beber y no acabar nunca de gustar mis Dulzuras para con mi pueblo.
El Corazón de Jesús hecho Eucaristía, es esa Fuente que brota del lado derecho del Templo. Del centro de mi Santuario. De la que beben las ovejas hasta saciarse, para volver a beber hasta saciarse, y así inagotable, por años sin término, eternidad de eternidades. Es una Fuente inagotable, hasta en la eternidad inagotable. Por años sin término inagotable.
La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús.
¿Por qué «verdadera»?
Porque la Devoción al Corazón de Jesús llega en su cumbre con la Manifestación de la Eucaristía.
Porque Yo, en la Eucaristía, quiero mostrarme a vosotros tal cual Soy.
Porque mi Amor, contenido en Ella, no se puede contener ya más, y viene a explotar en mis más pequeños, en todos los que me sepan recibir.
«Venid a Mí todos los que estáis cansados, que Yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón. Porque mi yugo es llevadero, y mi carga ligera.»[5]
Subido en mi púlpito, subido en la peana de mi propio Sacrificio, soy como un Predicador. ¿Qué predico? ¡Amor, Amor, Amor!
Venís a Mí, ¿y qué os digo? Soy como ese elocuente enamorado que no se queda sin palabras ante su amada, sino que le canta su Amor de una y mil formas. Tan variadas como criaturas haya. Tan variadas como sois variadas mis criaturas. ¡Amor, Amor, Amor! Os canto mi Amor.
Que no diga mi criatura que no me oye, que no oye este Cantar del Amor. Tan sólo aplique el oído. Venga y aplique el oído. Venga a Mí y escuche.
¿Quién creó la tierra y cuanto contiene? Yo.
¿Quién hizo hoy para ti esa forma caprichosa de mi nube, y las dispuso de tal modo bellas que lograran agradarte?[6]
Hasta el cáliz de la más pequeña flor que tú un día contemplas y mañana está marchita, la he creado Yo por tu Amor.
El Creador del Cielo y tierra está hoy aquí, en la Eucaristía y canta para ti un canto bello de Amor. Un canto eterno de Amor.
Jesús, te has vuelto Poeta.
Poeta del Amor, Amor eterno. El Verbo Encarnado, la Palabra hecha Carne, ¿no tendrá Palabras para ti? ¿Es que puede alguien decir que vino a mi Adoración Eucarística y no salió consolado, escuchado, curado de todas sus dolencias?¿Puede alguien ponerse verdaderamente enfrente de Mí, Eucaristía, y decir que no me oye?
¡Oh, pobres sordos, que tenéis oídos para oír y no los utilizáis! ¡Ciegos, que ojos para ver y los tenéis tapados! Esto es lo que os impide acercaros verdaderamente a Mí, os impide verme y os impide oírme: El pecado.
¡Oh, que no tengan miedo mis párrocos a predicar conversión! ¡Que no teman hablarles de la vida empecatada que llevan y de que deben abandonarla si quieren venir a Mí y encontrarme!
¿Cómo pretender estar conmigo, contra Mí? Así no, así no estáis conmigo. No hay predicación del Reino sin conversión. Hay que abandonar la vida de pecado.
No, Yo no rechazo al pecador, pero que se convierta y viva.[7] Que vaya, y no peque más. Si no, nunca podrá tener el efecto en sí de la vida de la Gracia. Que no crea entonces que encontrará la paz, el amor y la alegría. No.
Te tengo aquí,[8] hija mía, para derramar mi Corazón en ti. Te tengo aquí para invadir tu corazón.
¿Que qué has de hacer? Dejarte invadir. Porque mira, hija, que mi Corazón busca derramarse en mis criaturas, y no encuentro ninguna que me quiera recibir.
Las visiones no son porque te encuentro perfecta, pero sí piden tu perfección. Por eso, hija, sé tú ese pozo abierto, deseando llenarse, llenarse de Mí. Amén.
________________________
[1] Cfr. Is 29,13; Mt 15,8; Mc 7,6.
[2] Cfr. Sb 6,12.
[3] Cfr. Joel 3,18; Za 14,8.
[4] Cfr. Ez 47,1ss.
[5] Cfr. Mt 11,28-30.
[6] En el atardecer yo contemplaba así el cielo.
[7] Cfr. Ez 33,11.
[8] Me había retirado a un Centro de Espiritualidad para hacer Ejercicios Espirituales.

“Comenzaré a dictarte ahora la Devoción para el Reino Nuevo.”

Tomado del Libro: La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús 
Dictados de Jesús a Marga
MargaLaVerdaderaDevoción

CONCLUSIÓN
La verdadera Devoción al Corazón de Jesús
18-06-2008
Jesús:
Comenzaré a dictarte ahora la Devoción para el Reino Nuevo.
Cuando Yo haya transformado todas las cosas por mi Madre.
Cuando mi Madre instale su Reinado de Amor en los corazones.
Cuando encuentre corazones similares al de María en el mundo, abiertos y dispuestos a acogerme, puros y limpios de corazón.
Entonces vendré Yo a reinar entre vosotros. Estableceré mi Reino en la tierra y vendré a morar verdaderamente con vosotros, en el Reinado Eucarístico de mi Sagrado Corazón, donde no habrá ya más odio y des-amor, pecado y horror. Donde reinará la paz.
¿Cómo prepararé ese Reinado? ¿Cómo tendrá lugar? Mi Madre ha estado viniendo por largos años a vosotros.[1] Se ha manifestado a los pobres y sencillos. Ha elegido a los más pobres entre los pobres. Mi Madre propugna un cambio de los hombres, su vuelta hacia Mí. Mi Madre está luchando por cambiar los corazones de los hombres y volverles hacia Mí. Para que Yo pueda morar en ellos.
Para que Yo les pueda albergar.
Cuando en la tierra encuentre el terreno propicio para poder habitar, vendré.
Esta mi Segunda Venida es un establecimiento de mi Reino en vosotros, mi Morada en vosotros. Y Yo seré para ti tu Dios y tú serás para Mí mi pueblo. «Dios–con–vosotros». Yo habitaré con vosotros. Yo seré para ti tu Dios y tú serás para Mí mi pueblo. «Dios–con–vosotros».[2] Dios con su pueblo. Pueblo de Dios. No «no-pueblo», sino «Pueblo».[3] Amor. Pasión.

28-06-2008
(Exposición del Santísimo)
Jesús:
Mirad cómo, en Adoración a mi Majestad, todos vuestros problemas desaparecen. Mirad cómo la Adoración Eucarística es la solución a todos vuestros males. Acercaos a Mí, y de Mí recibiréis mis consuelos. Sí, Yo estoy dadivoso en este Sacramento de Amor. Yo estoy vulnerable. Yo estoy expuesto a ti, a tus amores o a tus ingratitudes.
Te preguntas cómo puede tener lugar mi Reinado Eucarístico, si antes, lo predicho, está la abolición de mi Eucaristía.
Habrá un periodo en mi Iglesia muy negro —y ahora se prepara—, en el que parecerá que la Iglesia ha desaparecido. Todo lo que hasta ahora se ha creído se dejará de creer. Desaparecerá mi Eucaristía del culto público. Sólo quedará el privado. Oficialmente, la Eucaristía será abolida. Será «la abominación de la desolación».[4] Los Templos muertos, donde no se me adorará ya. Es un Templo muerto.
En su lugar, Yo mantendré a mi Verdadera Iglesia erguida, pero será una Iglesia de las catacumbas. Estará escondida. Sí se consagrará y se realizará el Sacrificio, aunque sea abolido oficialmente.
Jesús mío, estamos mal, pero me cuesta creer que lleguemos a eso. ¿Cómo?
Ocurrirá el Desastre, y ya nada volverá a ser como antes. Hay un Aviso, que está cerca. Y un Castigo. En el Castigo, mucho será destruido. Y habrá muchos hombres que, supervivientes, sean dominados de Satanás. Entonces, por un pretendido «cuidado», se cerrarán los Templos que queden en pie. Será peligroso salir a la calle, pues en la calle moran los endemoniados.
En este momento, desde la iglesia, se va a propiciar una ayuda para el pueblo, que muere de sed, muere de hambre. Y esta ayuda sólo la recibirán los que tengan la marca de la bestia.
Antes del Desastre, vendrá mi Cisma. El Gran Cisma. Y la Iglesia Verdadera desaparecerá para dar paso a la nueva. En esta nueva sobre todo hay una vertiente social. Con la excusa de que no haya profanaciones eucarísticas, la Eucaristía será abolida. No se permitirá a los sacerdotes celebrar en público por los abusos y peligros. Pero al mismo tiempo, se fomentará en los hombres lo diabólico. Y que campen por sus anchas. Será peligroso salir a la calle, sí.
Estaréis así un periodo. El que permita mi Padre Dios, acortado por las súplicas de una Madre y de la muchedumbre de mis almas víctimas.
No se podrá comprar o vender si no tienes la marca de la bestia.
El impío, el adversario, se erigirá en su Trono pretendiendo dominaros. Realmente parecerá que todo el mundo está en su mano.
¿Y cómo acabará esto?
Al adversario lo derrocará el Poder de Dios. Nada ni nadie, salvo Dios. Lo derribará de su Trono. Y con él, las obras del mundo y de su Poder.
Yo vendré. Bajaré del Cielo, y conmigo la Jerusalén Celeste.[5]
Y vendré a establecer mi Morada entre vosotros, los que habéis permanecido fieles. Con ellos construiré la Nueva Jerusalén.
Y no habrá ya más llanto y corrupción.[6]
Volveré a establecerme en el Centro del Santuario. Y habrá Adoración Perpetua en todos los Templos.
La vida de los que en Mí creen será eminentemente eucarística. En Ella, ya no sólo creeréis por la fe, sino por los sentidos exteriores e interiores. Me comunicaré a todos en Efusión de Amor. Y me haré visible a muchos.
Viviré íntimamente con el hombre sobre la tierra. En la que ha venido ya una Nueva Creación. En la que Yo he derramado mi Espíritu y he hecho nacer una Nueva Creación. Todas las cosas renovadas. Y el hombre no vivirá ya más en pecado. Aunque pecado habrá, pero el hombre no vivirá más ya inmerso en él.
Imagínate los Templos visitados día y noche. Imagínate un mundo donde sólo se me busque a Mí.
Falta mucho para esto.
Pasad primero por la Gran Tribulación. Se os perseguirá, se os perseguirá.Pero permaneced fieles. Lo que os espera luego es dichoso, es tremendo, ¡grandioso!
Jesús, ¿qué tiene que ver esto con «La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús»?
Estamos en el inicio del dictado. Ten paciencia. Amén. Mi Amor se os ha ido revelando poco a poco. Desde el comienzo de los hombres, desde la Creación.
Yo os manifesté mi Amor desde la Creación, aunque existiera antes. Todo lo hice para ti, alma mía. Y poco a poco se os ha ido mostrando más apasionadamente. Se os ha manifestado más visiblemente. Hasta con Promesas y con gracias especiales.
En esta Hora de la Historia, Yo me quiero manifestar todavía más, porque es una Hora en la que reina el pecado.
Diréis que la máxima manifestación del Amor de Dios está en enviar a su Hijo a redimiros.Y Yo os digo que la máxima manifestación del Amor de Dios está en la instauración de la Eucaristía. De instaurar ese Sacramento en medio de vosotros. Este es el máximo exponente de mi Amor.
Para adorarme verdaderamente en este Sacramento de Amor, Yo he manifestado la Devoción a mi Sacratísimo Corazón.
La cumbre es la Eucaristía. Toda la Revelación de esta Devoción es eminentemente eucarística, y culmina en Ella.
Dios se ha hecho Hombre por Amor. Pero Dios ha recogido su Humanidad en un pedazo de Pan, por tu Amor. Para que tú, tú y tú, hombre de todos los tiempos, pudieras llegar a una íntima Comunión con Él, superior a aquella que tuvieron los Apóstoles conmigo en mis tres años de vida pública. O la que tenían la Virgen, María Magdalena y San Juan al pie de la Cruz. Dios quiere haceros depositarios a cada uno de vosotros de la unión que tuvo con sus discípulos predilectos.
Es más, por medio de la unión con la Eucaristía, llegáis a ser mi Madre para Mí.[7] Vuestro corazón tiene el poder de convertirse en el Corazón de María por la unión Eucarística. Albergadme en vuestro corazón como me albergó María. Haced la prueba. Sólo haced la prueba. Abrid esa Puerta. Esa Puerta de los Tesoros Eucarísticos de Comunión destinados para mis elegidos, ¡y para todos los hombres! Vivid esa vida eucarística con María.
Estad en Gracia. En permanente estado de Gracia, para que Yo pueda habitar en vosotros. Para que me dejéis libertad plena para actuar en vosotros.
Por eso te digo: Toda mi Revelación de mi Corazón culmina en esta Hora en el Corazón Eucarístico de Cristo, Corazón de Hombre, Corazón de Dios.
Aunque todo mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad se encuentran contenidos en un solo pedacito de Eucaristía, lo que es especialmente, es mi Corazón. Lo que tenéis todos los días en el Sacrificio del Altar es mi Corazón. Si se hiciera carne la materia de la Hostia, sería un Corazón.[8] Juan vio, al reclinarse sobre mi Pecho, que lo que yo les daba[9] era mi Corazón.
Ese Corazón, alimenta a la persona y hace, si su vida es pulcra, que lata ya no su corazón, sino el Corazón de Cristo en ella misma.[10]
«Arrancaré tu corazón de piedra y te daré un Corazón de Carne».[11] El Corazón de Jesús hecho Eucaristía.
________________________
[1] En muchas apariciones, por todo el mundo.
[2] Cfr. Is 7,14.
[3] Cfr. Os 1,9; 2,25.
[4] Cfr. Dn 9,27; 11,31; 12,11; Mt 24,15; Mc 13,14.
[5] Cfr. Ap 3,12; 21,2.
[6] Cfr. Ap 21,4.
[7] Cfr. Mt 12,50; Mc 3,35.
[8] A título de «dato interesante», podemos recordar que en el siglo VIII, en la ciudad adriática de Lanciano (Italia), durante su Misa, un monje dudó de la presencia real de Cristo bajo las sagradas especies. En ese momento el sacerdote vio cómo la sagrada Hostia se transformaba en carne humana y el vino en sangre, que posteriormente se coaguló. En la catedral se custodian estas reliquias. En 1970, por iniciativa del arzobispo de Lanciano, monseñor Pacifico Perantoni, y del Ministro provincial de los Conventuales de Abruzzo, contando con la autorización de Roma, los Franciscanos de Lanciano decidieron someter a examen científico las reliquias. El resultado de los análisis mostró: «La Carne es verdadera Carne. La Sangre es verdadera Sangre. Ambas pertenecen a la especie humana. La Carne está constituida por el tejido muscular del corazón. En la Carne están presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el relevante espesor del miocardio, el ventrículo cardiaco izquierdo. La Carne es un corazón completo en su estructura esencial.» En 1973, el consejo superior de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró una comisión científica para verificar dichas conclusiones. Los trabajos se prolongaron 15 meses con medio millar de exámenes. Las conclusiones de todas las investigaciones confirmaron lo que había sido declarado y publicado anteriormente.
[9] Al comulgar en la Última Cena. Cfr. Jn 13,25; 21,20.
[10] Cfr. Gal 2,20.
[11] Cfr. Ez 36,24-28.

Día 19. Consagración a Mi Inmaculado Corazón: Soy la Reina del Santísimo Rosario

Tomado del Libro: “María, Maestra de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, Tomo I, Consagración a Mi Inmaculado Corazón” (Ene 2010)Revelaciones dadas a Agustín del Divino Corazón – Manizales, Colombia
MaríaMaestradelosApóstolesdelosÚltimosTiempos
Consagración a Mi Inmaculado Corazón (2010)
Día 19.  Soy la Reina del Santísimo Rosario[1]
Enero 10/2010 (11:20 am)
“Hijos Míos: Yo soy la Reina del Santísimo Rosario. Reina que quiere recibir de cada uno de vosotros ramos de rosas perfumadas y de vivos colores. Rosas que sembraré en uno de los jardines del Cielo. Rosas que serán cultivadas por Mis purísimas Manos. Rosas con las que haré una preciosa corona para ceñirla en vuestra cabeza, el día que entréis a gozar de la Presencia perpetua de Dios. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, y como Reina del Cielo y de la Tierra, os llamo a esta oración diaria,oración sencilla y fervorosa; oración que hace palpitar Mi Inmaculado Corazón de amor por todos vosotros; oración que hace que os abrase con la Llama de Mi Amor Santo. Oración que ensancha Mi Corazón Virginal, para daros albergue en este final de los tiempos; porque la humanidad corre riesgo de perderse porque muchos hombres se han apartado del camino de la salvación.
Yo soy la Reina del Santísimo Rosario: tomad en vuestras manos esta arma poderosísima, arma que derrotará y encadenará a satanás; arma que os revestirá de una fuerza sobrenatural para que resistáis la gran prueba que se os aproxima; arma que os dará el coraje para no dejaros amilanar en los 42 meses, en que el hijo de la perdición ocupe el puesto que no le pertenece; arma que os mantendrá ocultos, bajo los pliegues de Mi Sagrado Manto; de tal modo, que os hagáis invisibles frente al adversario y su ejército sanguinario.Yo soy la Reina del Santísimo Rosario y os pido, hijos de Mi predilección, que recéis la corona completa diariamente, para que no seáis confundidos ni engañados por el falso cristo y la falsa iglesia.
Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, y os llamo con urgencia e insistencia a una cruzada del Santo Rosario. Cruzada que prepara a la humanidad para el gran Aviso; Aviso que está muy próximo porque, debido a la sobreabundancia y proliferación del pecado, el tiempo se ha abreviado y Dios se manifestará al mundo entero con un último gesto de Misericordia. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario y extiendo Mi invitación a todo el mundo de rezarlo, porque la apostasía está llegando al punto culmen, la difusión del error está sacando a muchos de Mis hijos de la verdad, los está llevando a gestar el gran cisma; hecatombe para la Iglesia.
Yo soy la Reina del Santísimo Rosario y os insisto en esta Mi Oración predilecta; oración que poco se reza en familia, porque la televisión y la internet son las cajas negras de las casas; son las puertas abiertas que llevarán al Infierno un número indeterminado de almas. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, y convoco a todos los soldados rasos de Mi ejército victorioso, a batallar contra el dragón rojo y la bestia negra, para que juntos les debilitemos; porque el Santo Rosario es arma letal para todos los espíritus del mal. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, oradlo con vuestros labios, con vuestro corazón; es la mejor defensa contra satanás. Os recuerdo: legiones de demonios han sido soltados del Infierno para seducir y engañar.
Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, permaneced en Mi Presencia con esta bellísima oración, el Santo Rosario. Las almas marcadas por Jesús, por San Miguel Arcángel o por Mí deben ser devotísimas del Santo Rosario que os hará santos; devoción que os dará la Gracia de repudiar lo mundano y el pecado. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, oradlo frecuentemente porque cesarán las advertencias del Cielo; advertencias que son poco escuchadas por los hombres; el mundo está avocado a la gran purificación; purificación que transformará la Tierra, la naturaleza volverá al orden primero para la cual fue creada. Yo soy la Reina del Santísimo Rosario, ato a los elegidos con esta prodigiosa cadena de amor; el adversario perseguirá cruelmente a Mi resto fiel, maltratará en forma inmisericorde a todos los que profesen ser almas Eucarísticas y Marianas; pero no tengáis temores, Consagraos a Mi Inmaculado Corazón que Yo os defenderé del maligno, aplastaré la cabeza de la serpiente con Mi Talón.
Hijos carísimos: Rezad el Santo Rosario para que debilitéis a satanás; no podrá atacar a ninguno de Mis hijos, porque Yo los ampararé contra toda asechanza. Rezad el Santo Rosario; os recuerdo: es el arma poderosa que encadenará a satanás en este final de los tiempos; es el arma poderosa con la cual lo derrotaréis; es el arma poderosa con la que anticiparéis el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón.”

Virtud de la Divina Voluntad
[2]
“Dejad que Jesús actúe en vuestra vida, entregadle vuestro corazón para que sea Él quien os muestre el atajo de entrada al Cielo. Cielo abierto, Cielo con muchísimas moradas; moradas equipadas para las almas que vivieron en la Divina Voluntad. Almas que murieron a sí mismas; almas que se rindieron al Amor Divino. Almas que actuaron movidas por el soplo del Espíritu Santo. Almas que renunciaron a su voluntad humana, para dar rienda suelta al Querer de Dios. Almas que ansían el Cielo, almas que saben que para entrar en él deben dejar apegos, deben soltarse de amarras y volar hacia un encuentro con Él. Cumplir con la Divina Voluntad es asemejaros a Jesús, Hijo amado, que fue obediente hasta la muerte; Hijo amado, que no se atrevió a decir: No. Porque temía contristar a Su Padre. Padre Eterno que por amor a la humanidad Lo descendió a la Tierra como Redentor, como Alma Víctima Divina que se ofrendaría en Holocausto perenne de Amor. Hijo amado, que no tergiversó el Plan de Dios. Llegó al culmen de Su Ofrecimiento.
Os llamo también a vosotros a hacer lo mismo: a imitarlo a Él y a Mí. Nosotros proseguimos Nuestro camino, a pesar de las dificultades; supimos abrazar la Cruz, tuvimos fuerzas en llevarla con dignidad sobre nuestros hombros; de nuestros labios no salieron reproches. Aceptamos el Plan de Dios, pese al sufrimiento. Cumplid, vosotros, con la Divina Voluntad y recibiréis premio; premio de gloria, premio que no hallaréis en la Tierra, lo encontraréis en el Cielo. Cumplid, vosotros, con la Divina Voluntad y os haréis acreedores de un galardón de oro. Cumplid, vosotros, con la Divina Voluntad y empezaréis a oler a Cielo. Cumplid, vosotros, con la Divina Voluntad y vuestro ser se irradiará, porque la Luz de Dios os invadirá haciéndoos semejantes al refulgir de una estrella.”
Termina con el rezo del Santo Rosario, las Letanías y la oración final.
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[1] Agustín del Divino Corazón, Libro 12, ‘María, Maestra de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, Tomo I, Consagración a Mi Inmaculado Corazón, Día 19’.
[2] Agustín del Divino Corazón, Libro 7, ‘María, Arca de la Salvación’.  Mensaje de María Santísima  en fecha: Diciembre 16, 2008.