lunes, 14 de julio de 2014

REFLEXIÓN DE LUZ DE MARÍA - 12.07.2014

REFLEXIÓN DE LUZ DE MARÍA
12.07.2014


HIJO DE DIOS, RECONOCE EL AMOR INFINITO DE CRISTO Y DE LA MADRE SANTÍSIMA
EN CADA PALABRA QUE TE DIRIGEN PARA ALERTARTE EN ESTE INSTANTE.

En el Eterno Presente Divino he mirado y sentido en mi alma ese constante Llamado del Cielo hacia nosotros Sus hijos de forma continua, materna y misericordiosa.

Cristo glorioso no deja de padecer por nosotros y siente la necesidad urgente de despertarnos ante la terrible realidad que está por descender sobre el mundo entero.  Debería llamar poderosamente la atención de cada uno esta Preocupación Divina de alertarnos sin cesar para que reaccionemos debidamente y no continuemos así aceptando por costumbre la brutalidad con que el hombre trata a sus propios hermanos y se vuelve terrorista, antropófago, víctima y títere de sus gobernantes que buscan el poder y el dominio económico y absoluto, a costa de la sangre de sus propios Pueblos.

EL HOMBRE, ESA SIMIENTE DIVINA A LA QUE EL GRAN PROYECTO DEL PADRE DONÓ Y DOTÓ DE LO NECESARIO PARA QUE EVOLUCIONARA EN EL ESPÍRITU, NO HA RESPONDIDO CON LA DEBIDA RECIPROCIDAD CON QUE LAS TRES DIVINAS PERSONAS HAN DEPOSITADO SU AMOR DIVINO EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE.

Hermanos:

¿Quién puede decir que el hombre evoluciona cuando se ignora la Palabra Divina y la Fe se ha debilitado, ya que en la mayoría de los casos es superior la ignorancia?

Oramos: “Padre Nuestro”… y junto a cada uno de nosotros o a la distancia las criaturas sufren siendo inocentes, cuando el Gran Proyecto del Padre es que vivamos en Su Voluntad Divina para que realmente gocemos de ser Sus hijos, sin maldad ni guerras, ni poderosos que avasallen los Pueblos,  sin plantas nucleares ni alimentos que matan al hombre en lugar de nutrirle, propiciado esto por las industrias cuyos intereses van más allá de la vida corporal de la humanidad.

El dios dinero ha comprado mentes, consciencias, hombres y poderes en toda época y en ésta en especial. Vemos claramente que limitamos  el Auxilio Divino en estos instantes en que vivimos el progreso negativo de la ciencia utilizada para fines funestos en contra del mismo hombre. Se ve crecer la gran rebelión luciferiana, la que prepara el gran estrado del anticristo, el que desde los infiernos ha enviado una escalada de acción retrógrada para que las almas confusas sientan bienestar en la oscuridad, luchando el hombre contra sí mismo.

Hermanos, en cada Llamado Divino, el Cielo me permite vivir Su Palabra en el sentimiento y en la comprensión de la misma. Puedo decir con certeza que Cristo y la Madre Santísima, mirando al hombre decaer en el espíritu, nos alertan y nos llaman para que llegue a lo más profundo de nuestra alma el conocimiento de que somos más que carne y hueso y de que tenemos que comprender que para alcanzar ese triunfo final sobre la finitud,  tenemos que servir al prójimo y ser ese mismo Amor Divino.

Cristo y Nuestra Madre Santísima se duelen ante la negativa del hombre hacia el bien y se duelen ante la aceptación del mismo hombre hacia todo lo que es negativo para el espíritu humano y hacia todo lo que va en contra de la Divina Palabra. El hombre absorto en ese engaño en que las huestes demoniacas le mantienen, ha enloquecido y ha aceptado lo contrario al bien y lo ha tomado como bandera.

Del Cielo desciende la bendición, y cada uno en particular sabrá si la toma o no. Es como el respirar: cada uno respira y continúa viviendo. La bendición llegará a todo aquel que voluntariamente la acoja, teniendo conciencia de que somos un todo, pero a la vez cada uno es un ser individual que debe cargar con el resultado de sus propias acciones.

EL SEÑOR NOS HA HABLADO DE LA ORACIÓN…

 ESTA ORACIÓN ES COMO LA RESPIRACIÓN DE ESE ORGANISMO ESPIRITUAL QUE TODOS TENEMOS, PERO NO ES ESA ORACIÓN REPETITIVA SINO LA VIVIDA, LA QUE BROTA DEL ALMA, ESA ORACIÓN SENTIDA Y COMPROMETIDA PARA EL BIEN DE LAS ALMAS.

Hermanos:

La oración es la firma que colocamos en ese contrato y en ese compromiso de vivir en la Voluntad Divina…
La oración es acción hacia el hermano y hacia la Creación…
La oración es comunión con la Trinidad Sacrosanta…
La oración es ese mantenerse dispuesto al Plan Divino…

Este Plan Divino es que todos lleguemos al conocimiento de la Verdad y la Verdad conlleva el despertar a los hermanos y explicitar la realidad de este instante en donde el hombre no es sometido sólo por lo que se ve a simple vista sino por esos organismos internacionales sin conciencia que  envenenan desde la razón hasta el organismo físico con el fin de eliminar el supuesto exceso de población y han llevado a proliferar los falsos dioses, brindándole armas a gran parte de la juventud para que invite al demonio de una u otra forma a gobernarle. 

La inmoralidad e inconsciencia brillan por doquier, el sometimiento a la tecnología es un arma poderosa para desviar la mente de la juventud y de la niñez que enmudecen ante los juegos electrónicos que los entrenan para matar y ser agresivos. ¿Nos hemos preguntado de dónde procede la violencia en los niños y jóvenes?...

La humanidad no mira la violencia con que la Naturaleza mantiene al hombre enfrentándole a constantes azotes. El hombre expande su sentir y va dejando una estela tras su caminar, buena o mala, para bien o para mal. Por eso nuestra Madre Santísima nos invitó a tener consciencia del valor de mantenerse dentro de la oración y en comunión con nuestro Rey y Señor de Cielos y Tierra: Cristo Rey del Universo.

El Cielo alerta a Sus hijos en todo aspecto…

El hombre debe renovarse por dentro con espíritu generoso, pero esto no sucede y Cristo permite que el mismo hombre se acrisole para que al final de la Purificación, sea la misma voluntad del hombre la que clame: ¡ABBA PADRE!

En fraternidad y amor,
Luz de María


jueves, 10 de julio de 2014

Mensaje a Luz de María - 9/Julio/2014

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
9 DE JULIO DEL 2014



Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado:

MI MANTO LES PROTEGE, LES CUBRE CONSTANTEMENTE,
NO SÓLO PARA PROTEGERLES  SINO A LA VEZ MI MANTO ES EL AMOR DIVINO QUE ALEJA DE USTEDES LOS MALOS PENSAMIENTOS QUE LES LLEVAN A ALEJARSE TOTALMENTE DE LAS LEYES DIVINAS.

Un grupo no debe llamarse espiritual si no va acompañado de la oración, del sacrificio y del recibir debidamente preparados a Mi Hijo en la Eucaristía.

Amados Míos:

Mi Hijo predicó, evangelizó y siendo Él mismo el Hombre Dios, se alejaba a solas para orar a Su Padre y recibir de Él, no sólo mayor bendición y total fusión, sino para recibir instrucciones y la fortaleza necesaria.

Amados Míos:

SI BIEN EN ESTE INSTANTE LA ORACIÓN DEBE SER ACCIÓN, SOBRE TODO HACIA SUS HERMANOS EN TOTAL FRATERNIDAD, TAMBIÉN ES NECESARIA LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA.  La criatura al rezar repetitivamente y sin conciencia, no logra su propósito. Con la oración asciende y se acerca a la Divinidad, pero la oración de contemplación, ese estar a solas con Dios, le da a la criatura familiaridad con su Padre.  

LES HEMOS INVITADO A UNA ORACIÓN DE PRAXIS AUXILIANDO A SUS HERMANOS COMO LO DEJÓ ESTABLECIDO MI HIJO Y SE LOS EJEMPLIFICÓ: sanando al enfermo,  dando de comer al hambriento, visitando y viajando de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de hogar en hogar, de criatura en criatura. Así ustedes, como repetidores de esa Entrega Divina, deben ser en este instante completamente praxis, pero la praxis no se mantiene con fortaleza si ésta no se acompaña de la oración, de ese estar a solas con Dios, de esa comunión con la Divinidad.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo conocen hasta el mínimo movimiento de Sus hijos y respetando la voluntad humana, esperan a que Sus hijos le soliciten lo que necesitan. En ese lapso de tiempo que ustedes permanecen sin solicitar el Auxilio Divino, padecen sin necesidad.

Amados hijos Míos:

Piden el pan de cada día: ¿cuál pan están solicitando en este instante? ¿El pan material para saciar el hambre o el pan de la Palabra? Ignoran que lo que en este instante necesitan es el Pan de la Fusión con Mi Hijo, fusión que consiste en ese tú a tú a solas con Mi Hijo para fortalecerse y así ascender sobre los que no oran y no entran en esa comunión íntima con Mi Hijo para que el Espíritu Santo, mediante esa intimidad, descienda sobre cada uno de ustedes.

MIS HIJOS ACTÚAN A FAVOR DE SUS HERMANOS PERO ACTÚAN DEBILITADOS, SIN ARMAS QUE LES PROTEJAN, YA QUE ESTAS ARMAS ÚNICAMENTE LAS PROPORCIONA LA ORACIÓN, esa oración en donde la criatura se sublima y le pide al Espíritu Santo el Auxilio Divino, entregándose a la Voluntad Divina sin temores, con esa seguridad de la que carecen gran parte de quienes conforman comunidades que son más sociales que espirituales. La fraternidad es  es un requisito pedido por  Mi Hijo, pero la fraternidad no está completa sin criaturas que oren a su Padre. 

LA ORACIÓN LES REVISTE DE ARMADURAS PARA RESISTIR LOS ATAQUES DEL ENEMIGO.

LA FE SIN OBRAS ES MUERTA, pero… ¿cómo va a haber criaturas de Fe si no oran, ya que mediante la oración son fortalecidas por el Espíritu Santo para continuar en la batalla? ¿Cómo se dicen ser criaturas de Dios si no se fortalecen con el Pan Divino, con el manjar bajado del Cielo, con el Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo?

¡QUÉ EQUIVOCADOS ESTÁN AQUELLOS QUE SE DEDICAN ÚNICAMENTE A LAS OBRAS, SIN BUSCAR NUTRIRSE DE LA INTIMIDAD CON LA TRINIDAD SACROSANTA PARA CONTINUAR SIN DECLINAR,  REVESTIDOS CON LA ARMADURA DE LA FE!

Amados hijos Míos:

DEBEN PREPARARSE ARDUAMENTE, PUES PRONTO, MUY PRONTO CADA UNO DEBERÁ EXAMINARSE A SÍ MISMO EN SU INTERIOR, CADA UNO DEBERÁ MIRARSE A SÍ MISMO Y NO SÓLO PESARÁN LAS OBRAS Y LOS ACTOS, SINO PESARÁ ESA ENTREGA EFICAZ HACIA MI HIJO, ESA COMUNICACIÓN Y COMUNIÓN ESPIRITUAL CON MI HIJO QUE LES PROPORCIONA LA ORACIÓN. No les hablo únicamente de rezar; les hablo de orar a solas con la Trinidad, de aspirar a niveles mayores, a esa familiaridad que únicamente alcanzarán elevándose mediante la oración.

Cada uno en particular deberá examinarse ya que en el Aviso (1)vivirán segundos que parecerán una eternidad, viviéndolo más intensamente aquellos que se han ocupado de lo transitorio para su conveniencia y no se han esforzado por  evitar el pecado, sin dar  a la Trinidad Sacrosanta la correspondencia debida  a Su Voluntad Divina, que solicita la entrega total y absoluta de la voluntad humana para obrar y actuar.

Amados Míos:

El mundo se encuentra disperso y aquellos que lideran a la humanidad preparan la guerra. 

La Naturaleza estremecerá grandes Naciones con fuerza.

Amados Míos, les invito a orar por Medio Oriente.

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado,  les invito a orar fuertemente por Estados Unidos,
ya que su llanto se escuchará por el mundo.

(En este momento la Madre Santísima me está confiando una Petición muy especial.  Ella me está indicando que dicha Petición será dada a conocer a la humanidad después de que se haya llevado a cabo.)

Amados Míos:

MIS PETICIONES DEBEN CUMPLIRSE PARA EVITAR MALES MAYORES.

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

CONTINUARÉ VINIENDO A USTEDES,
AUNQUE MUCHOS DIGAN QUE NO PUEDO INTERCEDER ANTE MI DIVINO HIJO…,
SÍ INTERCEDO ANTE ÉL, PUES SOY SU MADRE A QUIEN AMA.

Ustedes manténganse de Mi Mano y obedezcan a Mis Ruegos, sean hijos de Amor, de Fe y de Caridad.  No olviden que quien no ama es una criatura vacía e inerte. 

EL AMOR DA VIDA, EL AMOR ENALTECE, EL AMOR ES ALIMENTO Y EL AMOR, DEL CUAL EN ÉSTE INSTANTE CARECE EN LA HUMANIDAD, DEBE FLORECER AÚN MÁS EN USTEDES QUE SE LLAMAN MI EJÉRCITO.

Apóstoles Míos de los Últimos Tiempos:

HAGAN CONSCIENCIA EN LA HUMANIDAD, DE ESTE INSTANTE URGENTE, Y SEAN VOCEROS ANTE SUS HERMANOS DEL ENGAÑO AL CUAL SON SOMETIDOS POR LAS GRANDES INDUSTRIAS ALIMENTICIAS. (2)

En este instante el gran Herodes de la humanidad: la energía nuclear (3), causará estragos que ustedes en este instante no imaginan.  Existen  grandes Potencias que hablan del desarme nuclear y esto no es así, ya que trasladan sus armas a países pequeños.  Ninguna gran Potencia quedará por su propia voluntad desarmada para ser presa de las otras Potencias.

PERMANEZCAN ALERTA, HIJOS MÍOS, QUE LAS FUERZAS QUE ACOMPAÑAN AL ANTICRISTO LUCHAN SOLAPADAMENTE CONTRA MIS HIJOS. (4)

SEAN USTEDES REPETIDORES DE ESTE MI LLAMADO.

Les amo y les bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

  
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.




COMENTARIO DEL INSTRUMENTO

Hermanos (as):

Nuestra Madre en una súplica extrema como lo realizó en las Bodas de Caná, le pide en este instante a Su Hijo que le permita hacer un Llamado a la humanidad nuevamente y  enseñarnos a través de la oración cómo mantenernos más cerca de la Trinidad Sacrosanta.

Nos alerta sobre la vida espiritual para que corrijamos los errores antes de que tengamos que padecer fuertemente las consecuencias del Aviso, y así atenuemos ese instante.

La mayor amenaza armamentista: la energía nuclear, será azote de los Pueblos. El hombre no crea algo que no vaya a utilizar…, es lamentable, pero así es.

Hermanos, oremos, compartamos el pan con el hambriento y llevemos la Divina Palabra a todos los hermanos.  Esforcémonos por alcanzar una relación íntima con la Trinidad Sacrosanta y con Nuestra Madre, nadie nos comprenderá mejor que Ella. 

No seamos criaturas que actuamos por costumbre, por rutina, sino que cada acto sea una novedad que ofrezcamos con gozo a la Santísima Trinidad.    

Amén.


SOBRE LA VIDENTE

La señora Luz de María de Bonilla es de América Latina, casada con hijos,  desde hace ya más de 20 años recibe mensajes de Nuestro Señor Jesús y Nuestra Santísima Madre María, dando enseñanzas, profetizando y advirtiendo sobre acontecimientos dramáticos para la humanidad, muchos de los cuales se han cumplido con exactitud, ella cuenta con un grupo de sacerdotes que la acompañan, permaneciendo en el anonimato por mandato de Jesús hasta que El disponga se dé a conocer públicamente su identidad, no obstante debido a la celeridad de los eventos muchos de los mensajes se dan a conocer a la humanidad por disposición del Señor.

www.revelacionesmarianas.com

miércoles, 9 de julio de 2014

Monseñor Richard Williamson. Conferencia brindada el 17 de septiembre de 2004.




LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA

Monseñor Richard Williamson. Conferencia brindada el 17 de septiembre de 2004.

La situación de hoy es desesperante desde el punto de vista de la fe. El demonio aparentemente está triunfando, Dios cada vez es más echado fuera de su creación, los hombres, llenos de orgullo, es­tán conduciendo al mundo a su ruina: esto está clarísimo. Y nos acercamos a no sabemos qué acon­tecimiento, pero habrá una catástrofe, un desastre... no sabemos cuál, pero mucha gente lo siente. Y aparentemente, no hay nada que pueda impedir esto.
Lo que está pasando hoy no tiene sentido. Porque la Creación es de Dios y Dios creó todo para que los hombres lleguen al cielo, ¿pero qué vemos hoy? Corrupción (la corrupción, por ejemplo, de la juventud, la corrupción de las costumbres, la confusión cada vez más creciente en los espíritus). Si Dios se ha perdido, si Dios aparentemente no actúa ¿qué sentido tiene esta situación que estamos vi­viendo? En particular sobre la corrupción de la juventud, ¿cómo pueden los hombres de hoy conocer la verdad? ¿Ycómo pueden elegir una verdad que no conocen?
Entonces, ¿qué sentido tiene esta situación que estamos viviendo?
Por eso creo que este análisis de las siete épocas de la Iglesia no sólo permite vislumbrar un sen­tido, sino hasta un plan y un futuro. Veamos de qué se trata.
La idea de estas siete épocas es de un alemán de la primera mitad del siglo XVII, el Venerable Barthelemy Holzhauser. Para la Iglesia no es todavía Santo, pero era un sacerdote muy bueno, muy santo y al igual que Mons. Lefebvre, animó a los sacerdotes a vivir en comunidad. Se daba cuenta (como Mons. Lefebvre) de que los sacerdotes aislados sólo con muchas dificultades pueden resistir a las influencias del mundo de hoy. Los sacerdotes tienen que vivir juntos en comunidad para apoyar­se y ayudarse los unos a los otros. Hizo mucho en este sentido. Entonces lo vemos corno un refor­mador o por lo menos un gran ayudador del clero alemán en los años terribles de la Guerra de los Treinta Años (de 1618 a 1648). Y escribió un comentario del Apocalipsis, último libro de la Biblia.
Estaba convencido de que escribía esto'bajo inspiración. Decía: “ No son mis ideas, yo recibo es­tas ideas”. Por supuesto que decir esto no significa que estaba verdaderamente inspirado, pero cuando llega al capítulo 15, versículo 4, dejó de escribir, diciendo: “No tengo más inspiración”.
Lo que haremos aquí es esencialmente su comentario a los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis. Son aquellos capítulos que presentan las siete Cartas a las siete iglesias (Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiati­ra, Sardes, Filadelfia y Laodicea). Holzhauser dice que cada Carta corresponde a una época de la Igle­sia, o sea: siete Cartas, para siete épocas de la Iglesia. Y agrega que en esas siete épocas se ve una cierta hermosura, una simetría. Que la historia de la Iglesia desde Cristo hasta el Anticristo es como una curva en el cual hay tres épocas que suben y tres épocas que bajan.

Primera época: La de los Apóstoles. La primitiva Iglesia tuvo mucha fuerza, mucho vigor. La primera época de la Iglesia fue la de los Apóstoles, desde el año 33 supongamos, el año de la muerte de Nuestro Señor, hasta el año 70, en que ocurre la destrucción del Templo en Jerusalén por parte de los romanos (el fin público y evidente de la religión de Moisés, del Antiguo Testamento).
Es decir, que el Antiguo Testamento tuvo su fin con la muerte de Nuestro Señor en la Cruz a pe­sar de todo lo que fingen los judíos de hoy. Es completamente falso que el Antiguo Testamento vale todavía. Ha muerto con Nuestro Señor en la Cruz, y el Nuevo Testamento entró en vigor en ese mis­mo momento. Pero no obstante, vemos en los Hechos de los Apóstoles que San Pedro y San Juan fre­cuentaban aún el Templo, porque el culto en el Templo continuó hasta la destrucción de Jerusalén. Y de allí los judíos se dispersaron por todo el mundo_ Y su vuelta de hoy es algo "permitido" por Dios.
Los Apóstoles, entre aquellos años 33 y 70, sembraron la fe en todo el mundo conocido en aquel tiempo. San Juan vivía aún después del año 70, pero en general hasta allí fue la época de los Após­toles. Una época de "semillas".

Segunda época: La de los mártires. Época de “regar”. Regar con la sangre de los mártires, des­de el año 70 hasta el 313. Había fe, la fe se conocía, pero el Imperio Romano en particular en todos sus dominios, resistía. Y hubo diez persecuciones más o menos feroces desde la primera de Nerón hasta la décima de Diocleciano. El Imperio estaba en contra de los cristianos y los asesinaba: aparecieron los mártires. El número de ellos no se sabe exactamente, pero fueron muchísimos. Pensemos nosotros, ¿seríamos capaces de morir por la fe? En principio, ¡por supuesto! En Ingla­terra los católicos cantan siempre que “ Moriremos, vamos a morir...” ylas viejitas cantan “Vamos a morir...” Y todos los burgueses que cantan "Vamos a morir" son bastante cómodos, por cierto. Y la sangre de los mártires fue el cimiento de la Iglesia, los fundamentos de la Iglesia. Entonces, ésta fue la época de los mártires (años 70 a 313). Terminó en el año 313 con la batalla al norte de Roma en la que el emperador Constantino venció a Maximiliano, que se ahogó en el río, y Constantino fue el emperador único del Imperio. Y venció “ in hoc signo”, en “la señal de Cristo”. Cristo le había dado su victoria. Entonces, Constantino se convirtió, el Imperio Romano se convirtió y se ingresó en una nueva época de la Iglesia (en la cual el Estado ya no estaba más en contra de la Iglesia).

Tercera época: La de los doctores. La de la Doctrina dé la Iglesia. Cuando el Estado está con­tra la Iglesia y cuando está a favor de la Iglesia, se dan dos situaciones diferentes. En el año 313 em­pezó la época constantiniana de la Iglesia, a la que el Padre Congar (un feroz modernista francés del Vaticano II) dijo que el Concilio Vaticano II “le había puesto fin”. Es decir, que la época constanti­niana empezó con la victoria del emperador Constantino y la tercera época de la Iglesia también.
Como el Estado ya no estaba más en contra de los mártires sino a favor, los mártires desaparecie­ron de las fauces de los leones. Entonces, como el demonio no se podía tragar más a los cristianos con los leones, tuvo que cambiar de táctica. Y en lugar de atacar los cuerpos, atacó las cabezas... ata­có la doctrina. Y la tercera época de la Iglesia fue la época de las grandes herejías. El arrianismo fue la primera y la más terrible, pero también hubo otras (como el nestorianismo, etc.).
Fue la gran época de la doctrina de la Iglesia. No por supuesto de la invención de la doctrina ni de su descubrimiento, porque la doctrina fue descubierta o revelada antes de la muerte del último Apóstol. Fue la época de la explicitación del dogma. Y este proceso siguió siempre después, cada herejía empujó a los católicos a explicar más claramente el aspecto de la doctrina católica que había sido atacado en su época. En diferentes épocas, diferentes ataques, diferentes defensas, diferentes doctores. Pero muchos doctores de la Iglesia pertenecieron a aquella tercera época. Por eso Holzhau­ser la llamaba “la época de los doctores”.
Tres de los cuatro grandes doctores latinos y los cuatro grandes doctores griegos, es decir, siete de los ocho grandes doctores de la Iglesia pertenecieron a esta época. Los griegos: San Atanasio, San Basilio, San Gregorio de Nisa, San Gregario de Arianzo. Los latinos: San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Todos pertenecieron a la época en la cual frente al ataque doctrinal del demonio (a tra­vés de los herejes), la Iglesia tuvo que explicar y profundizar su doctrina. Y es la época de los “con­substanciales”, esas palabras inventadas por los cristianos para expresar la realidad.
Pero la realidad es de Cristo, y fue revelada a los Apóstoles. Una verdad ha sido revelada y hay que explicar cada vez mejor esa verdad
Hay católicos que creen que las definiciones crean verdades. No: en primer lugar, la realidad. En segundo lugar, la verdad que expresa la realidad, una proposición verdadera que expresa la rea­lidad. Pero sin realidad, no hay verdad.
En tercer lugar, una definición, que llega después de la realidad y de la verdad y la definición no hace verdad de la realidad. Es la realidad la que hace la realidad de la verdad, la realidad hace la ver­dad de la verdad. Sigue la definición, y la definición no añade otra cosa que la certidumbre de la ver­dad_ La certidumbre, para nosotros; no la realidad en sí, sino la certidumbre para nosotros.
Las definiciones son muy útiles para los creyentes. Pero con respecto a la verdad, no son necesa­rias, no cambian la realidad. Las definiciones hacen aparecer la verdad, así como la nieve que cae so­bre una montaña no cambia la montaña, sino que hace que se la vea más claramente. La definición no es otra cosa. Hay católicos que creen que el Papa puede crear una nueva verdad con una nueva definición: no, hay que someter las autoridades de la Iglesia a la verdad.
Entonces, los doctores no crean las verdades de la Iglesia pero la expresan cada vez mejor. Trini­ dad (otra palabra inventada por los católicos), consubstanciales, y los conceptos de naturaleza y per­sona se desarrollan completamente, profundizados por los católicos, sobre todo en esta tercera época.

Cuarta época: La de la Cristiandad. Tras el gran ascenso de la Iglesia en tres épocas, ahora la Iglesia se hallaba en órbita, y voló durante mil años: fue la cuarta época, una época hermosísima de la Cristiandad, de la que hoy nos sentimos tan envidiosos. En muchos sentidos quisiéramos recrear la Cristiandad. Como un ideal sí, pero según las circunstancias no, es imposible. Los hombres de aquella época son muy diferentes de los hombres de hoy, son diferentes según las épocas. El triunfo mismo de la Iglesia cambió a los hombres, y el demonio cambió .de táctica.
Desde esa cuarta época de la Iglesia en que la Iglesia fue la Reina de la civilización, no hubo ci­vilización sin la Iglesia. Pocas herejías (mártires sí) pero muchas misiones y la conversión de muchas naciones. Las naciones se convertían, no sólo los individuos. En 496 Clodoveo en Francia, en 598 la conversión del rey de Inglaterra, la conversión de Alemania, Irlanda, muchísimas naciones en esta época. Hasta Suecia, Escandinavia y Rusia. Y todas aquellas hermosas conversiones pertenecieron a aquel triunfo de la Iglesia del que hablamos.
Pero después, digamos ya desde el 1300, hubo señales de decadencia. El nominalismo en filoso­fia; con los legistas de Francia hubo ya un laicismo de hecho, lo que hoy llamamos secularismo.
Ya en el año 1400 el gran predicador dominico San Vicente Ferrer gritaba que venía el fin del mun­ do: “El fin del mundo es inminente, convertíos...” Y convirtió a muchísima gente porque fue un tau­maturgo, un gran hacedor de milagros. En el 1400 decía: “El fin del mundo es inminente”. Se equi­ vocó seiscientos años... un “Pequeño”' error. Pero sólo fue un pequeño error de calendario, porque vio justo que en el año 1400, antes del fin de la Cristiandad, así como nosotros hoy lo pensaríamos, había ya una decadencia que culminaría con el Anticristo. Es decir que el Santo, con sus ojos espiri­tuales, leyó en los acontecimientos de su propio tiempo el fin, donde necesariamente tenía que aca­bar. Vio la corrupción y sabía que ella tiene que acabar con el Anticristo. Y viendo esto, fue para él tan dramático que pensó que era para mañana.
Asimismo, hoy, nosotros que vemos con ojos un poco espirituales lo que pasa, sabemos que es ho­rrible y terrible y pensamos que se tiene que acabar mañana. Y lo decimos desde hace treinta años (desde los años sesenta). Decimos: “Se tiene que acabar, así las cosas no pueden seguir”. Y las co­sas siguen, siguen y siguen... ¿Hasta cuándo?
San Vicente Ferrer vio lo que pasaba en el 1400, hubo sólo un error de tiempo, pero de hecho la Cristiandad ya estaba decayendo desde el año 1300 desde el 1400...

Quinta época: La de la apostasía. En 1517 fue la irrupción del protestantismo con Lutero. El fin del medioevo, el inicio de los tiempos modernos y el inicio de la quinta época de la Iglesia. Y aquella fue la época de la apostasía. La fe constantemente iba decayendo. Entonces, desgraciadamente, es completamente normal que hoy la fe esté cons­tantemente decayendo. Es lamentable, no es cómodo. Si se tiene fe, no es cómodo porque hay cada vez menos fe al­rededor de nosotros, pero es "normal". Desde Lutero, es normal.
Hubo tres grandes episodios: 1517, protestantismo; 1717, inicio de la masonería en Londres, y 1917, irrupción del comunismo en Rusia. Del protestantismo al liberalismo; del liberalismo al comunismo, es una caída inevitable.
Del protestantismo al liberalismo, se pasó de una situación mala a una aún peor. Pero esta caída del protestantis­mo hacia el liberalismo era inevitable, y la del liberalismo al comunismo también.
Por lo tanto, la caída del protestantismo en el comunismo fue la historia, de la quinta época de la Iglesia (la apos­tasía). Hoy el comunismo es la misma revolución: desde Lutero hasta nuestros días es la misma revolución la que mu­ta, es decir, la que adquiere otra forma y apariencia (como una metamorfosis);
El comunismo ha mutado en la globalización. De manera que la globalización de hoy es la conclusión lógica del protestantismo, y es mucho más peligrosa que el comunismo. Porque el comunismo (al estilo de Stalin) era brutal, evi­dente y claro, e hizo muchos mártires (mártires de sangre). Pero hoy y hasta ahora la globalización, aparentemente no es brutal, y la gente misma va a ver a los tiranos y les pide que les pongan más cadenas.
Y este acto permite ver que desde las gracias inmensas dadas a la humanidad por la Encarnación de Cristo, la su­bida de su Iglesia fue normal. Que hubiera un triunfo que durara un largo tiempo, también. La Encarnación no podía triunfar sólo cincuenta o quinientos años, no: triunfó mil años. Pero dado el pecado original y el libre albedrío de los hombres, la caída de este triunfo también fue normal. Y si Holzhauser dijo que él vivió al inicio de esa época, noso­tros vivimos el final de esta quinta época. ¿Qué va a seguir? La corrupción de hoy es tan grande, profunda e irrever­sible... ¡Cuánto facilitado el pecado! Los pecados en los futuros padres de familia, por ejemplo. ¿Cómo habrá fami­lias sanas mañana? ¡Hay tantas influencias que están destruyendo la familia!
Los hombres podrían convertirse, pero para eso haría falta un milagro global. Habrá un milagro global: Garaban­dal. Yo creo que es auténtico. No es de fe. Es materia opinable, y las opiniones opuestas son perfectamente lícitas. Pero para mí, en esta situación de hoy, la profecía triple de Garabandal adquiere mucho sentido.
Primero: habrá un gran aviso para despertar y revelar la verdad cuando ésta ha sido tan escondida por las univer­sidades y sobre todo por la Iglesia. Un gran aviso que permitirá que todos vean exactamente dónde están delante de Dios, sin morir, tal es la primera profecía de Garabandal. Viendo la confusión de hoy, esto tiene mucho sentido para mí. Muchos hombres hoy podrían comparecer delante del Tribunal de Dios y decir “ Pero, Señor, yo no supe”. Pero después de este aviso sabrán cómo salvar sus almas.
Segundo: un gran milagro, aún más grande que el del sol de Fátima, que durará un cuarto de hora, dijo la Virgen en Garabandal. Y que dejará en las montañas de España una señal permanente. En Fátima se vio el milagro del sol, pero después, no quedó nada. Esta vez todos podrán ir con sus cámaras y tomar acaso una imagen de ese suceso ex­traordinario que no sabemos cuál será, pero que seguirá mostrándose en Garabandal.
Entonces, con el aviso y el milagro, habrá una grandísima posibilidad para los hombres de convertirse.
Tercero: un castigo. Si los hombres no se convierten o si vuelven á caer en pecado, la tercera profecía es un cas­tigo. Y un castigo espantoso, que corresponde a los pecados del fin de esta época. La historia de la humanidad algu­na vez se acabó con el Diluvio en tiempos de Noé. Leemos en el Génesis que los hombres habían corrompido sus caminos y sólo Dios podía lavar todo eso y empezar de nuevo, con el Arca. Noé trató de explicar las cosas a sus con­temporáneos y se burlaron de él. Nosotros quisiéramos explicar las cosas a nuestros contemporáneos y, o se burlan, o no escuchan. Es como si habláramos en griego y ellos sólo entendieran latín. Hoy el idioma de la fe y sus conceptos son extraños a los hombres modernos. Todos son gentiles, sinceros, tienen buenas intenciones: son todos buenos. De­lante de Dios... es otra historia. Dios no ve las cosas como los hombres de hoy. Entonces, una vez hubo un castigo que destruyó la humanidad. Eso prueba que puede llegar a darse otra vez. Hay muchas profecías y el Venerable Holz­hauser hablaba también de un castigo terrible que tendrá lugar al final de la quinta época y que lavará al mundo.

Sexta época: La del triunfo del Corazón Inmaculado de María. Después del castigo, todos los hombres ten­drán el santo Temor de Dios, y por eso la sexta época de la Iglesia será el triunfo más grande de todos los tiempos: el triunfo del Corazón Inmaculado de María. Habrá como una interrupción de la caída.
Los hombres serán muy buenos porque tendrán el Temor de Dios, que hoy casi ha desaparecido. ¿Quién tiene hoy el Temor de Dios? El Temor de Dios, dice la Sagrada Escritura, es el inicio de la sabiduría. ¿Quién es hoy verdade­ramente sabio? ¿Quién piensa hoy en las verdades importantes de la vida? Nadie: sólo placer, placer, y placer.
Entonces será el triunfo del Corazón Inmaculado de María. Pero Nuestra Señora dice en La Sallete (1846): “Es­ta paz entre los hombres, no será larga: veinticinco años de abundancia en sus cosechas les harán olvidar que sus pe­ cados son ¡ti causa de todos los males gire existen en la tierra”. Es decir, que el bienestar hará olvidar a Dios en po­co tiempo. La sexta época de la Iglesia no será larga. Veinticinco años de buenas cosechas y unos años para que el Anticristo llegue. Y cuando la corrupción de esta sexta época de la Iglesia ocurra, será la llegada del Anticristo.

Séptima época: La del Anticristo. El Anticristo será la séptima y última época de la Iglesia. El reino del Anti­cristo durará tres años y medio; después de su muerte quizás (hay un versículo de Daniel que permite pensarlo), entre su muerte y el fin del mundo, habrá unos cuarenta y cinco días de paz.
Entonces: la cuarta época, mil años; la quinta, más o menos 500 años. Hasta el castigo en el 2017, posiblemente, no lo sé. La sexta, 25 años de buenas cosechas y unos años más... unos años más para el Anticristo. La séptima épo­ca, la del Anticristo que reinará tres años y medio, más unos 45 días más (versículo de Daniel) para el fin del mundo.

Es posible que los jóvenes de hoy conozcan el fin del mundo. San Vicente Ferrer acortó los años necesarios, mas la justicia de Dios es muy lenta pero muy exacta. Entonces, desde hoy hasta el Anticristo habrá 50 años, quizás más, quizás hasta cien años: me asombraría personalmente, pero ¿quién sabe? Dios lo sabe... nosotros no.
De todas formas, hoy no estamos viviendo la época del Anticristo, sino una corrupción que es como la repetición general de la corrupción del Anticristo. Es decir, que la corrupción de hoy es muy semejante a la que será la corrup­ción bajo el Anticristo. Pero no lo es todavía: es por eso que muchos piensan hoy que estamos viviendo los tiempos del Anticristo. No lo creo. Pero es muy semejante a lo que será.
Piensen ustedes que la corrupción de hoy es muy sutil. Hay tantos católicos engañados por el Concilio que no la ven... todavía no la ven. Después de cuarenta años de frutos malos, todavía no la ven. Y son buenos católicos, me­jores que ustedes y yo, aparentemente. Nosotros hemos recibido una gracia particular de Dios para verla, pero mu­chos buenos católicos no la ven, porque esta corrupción es muy sutil.
Los hombres, al salir de las cavernas, al inicio de la sexta época de la Iglesia, habrán sufrido toda esta corrupción de hoy y habrán entendido qué era la corrupción: a través del castigo terrible y sus sufrimientos y la cólera de Dios, la verán. Es decir como la vieron, luego la entendieron.
Los seminaristas, en tres días harán tres años de teología. En tres días de tinieblas aprenderán muchísimo sobre Dios, y los años de seminario no serán quizás tan necesarios después de aquel castigo, yo no sé. Pero si la corrupción de hoy es tan sutil y a pesar de esto el período de paz no será largo, ¿cuán sutil ha de ser la corrupción del Anticristo?
En la séptima Carta, a la Iglesia de Laodicea, el Señor dice: “Nosotros sois tibios, ojalá fueseis fríos o calientes. Pero puesto que sois tibios yo los vomitaré de mi boca”.
Hoy también... vemos que hay indiferencia, pero no hay odio a Dios. Y Dios prefiere el odio, porque quien odia a Dios, por lo menos se lo toma en serio. Pero los hombres de hoy toman en serio a Dios, es terrible.
Entonces, podemos estar no demasiado lejos del fin del mundo, pero éste no ha llegado todavía.
Es muy interesante la Carta a la Quinta Iglesia, la de Sardes (nosotros estamos en esta Quinta Iglesia). Dice así: “Al ángel de la Iglesia de Sardes escríbele: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Co­nozco tus obras, se te tiene por viviente pero estás muerto. Ponte alerta y consolida lo restante que está a punto de morir. Porque no he hallado tus obras cumplidas delante de Dios. Recuerda pues tal como recibiste y oíste, guárda­lo arrepiéntete. Si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora llegaré sobre ti. Con todo, tienes en Sar­des algunos pocos hombres que no han manchado sus vestidos v han de andar conmigo vestidos de blanco porque son dignos. El vencedor será vestido con vestidura blanca y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles. Quien tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Son los consejos del Espiritu Santo para nosotros:
“Conozco tus obras, se te tiene por viviente pero estás muerto”: Toda esta quinta es una época de hipocresía. El protestantismo es hipocresía, se dice cristiano, pero hace su propia voluntad. El jansenismo, el puritanismo son hipo­ cresía. El liberalismo es hipocresía también. Los liberales fingen ser tan buenos como los católicos; pero sin Dios sin Cristo, no lo son. Las garras de los liberales gotean sangre, son halcones que simulan ser palomas.
Los liberales de la iglesia oficial fingen ser amables con nosotros, pero tienen garras de sangre para destruirnos, si acaso pudieran hacerlo.
Una palabra caracteriza a esta época de la Iglesia: es la hipocresía. Y es lógico, porque es una época que llega des­pués de la Cristiandad. Antes de ésta, los hombres no la conocían, entonces no era necesario fingir ser cristiano. Pe­ro después de la Cristiandad, todos saben que es mejor ser cristiano. Pero no quieren ser más cristianos sino fingir que lo son, y tienen que ser hipócritas. La hipocresía de esta época es lógica y caracteriza a los hombres de hoy: “Son tan buenos, tan sinceros, tienen tan buenas intenciones, somos todos tan gentiles...” No, las garras gotean sangre.
“... Se te tiene por viviente pero estás muerto”. La gente de hoy cree estar viva espiritualmente, en todos los sen­tidos importantes, y están muertos en el único sentido importante, que es el espiritual. ¿Cuántos viven hoy en estado de gracia?
“...Ponte alerta v consolida lo restante”- Es exactamente la tarea de la Tradición católica, consolidar lo restan­te. Esto es lo que hizo Monseñor Lefebvre. En las ruinas de la Iglesia, después del Concilio Vaticano II, Monseñor Lefebvre agrupó lo restante para recomponer pequeñas capillas, pequeñas iglesias, pequeñas escuelas, lo que era po­sible. Mañana ni siquiera quedará este resto que logró consolidar Monseñor Lefebvre, porque hoy lo restante es ame­nazado cada día. Pero nosotros tenemos que hacer lo que podamos para consolidar lo restante.
“.. . Que está a punto de morir” . ¡Lo restante está a punto de morir! Hay niños que vienen aquí, jóvenes también; ¿pueden comprender, tienen ganas de comprender? Algunos sí. Y la misma Carta a la Quinta Iglesia lo dice exacta­mente: “hay unos pocos buenos” es decir, que hay muchos que no lo son. Cada vez quedarán menos. Nuestro Señor dice de la séptima época: “Si estos días no fueran acortados, ni siquiera los elegidos se salvarían”.
“...Porque no he hallada tus obras cumplidas delante de Dios”: Es exactamente lo que dije antes: cómo vemos nosotros a nuestros contemporáneos y cómo los ve Dios, son dos cosas completamente diferentes. Nosotros pensamos que todos somos amables, buenos y sinceros, pero para Dios es otra cosa.
“Recuerda pues tal como recibiste y oíste”. La Tradición. “Transmití lo que recibí” dice la tumba de Monse­ñor Lefebvre. Hay que cuidar y guardar lo que oímos siempre, las verdades de siempre, no las novedades de hoy, si­no lo recibido y oído en el pasado.
“...Guárdalo y arrepiéntete. Si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora llegaré” . El castigo.
“...Con todo, tienes en Sardes algunos pocos hombres que no han manchado sus vestidos” : Algunos hoy logran vivir en estado de gracia, no manchan sus vestidos, pero no muchos. Es difícil, hoy eso es un heroísmo. Guardar hoy el estado de gracia puede ser heroico.
“...Han de andar conmigo vestidos de blanco porque son dignos”. Las últimas palabras, la recompensa magnífi­ca para los que se mantengan fieles en esta época tan difícil como es la nuestra, la recompensa.
“...El vencedor será vestido así de vestidura blanca y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré sur nombre delante de mi Padre Y de sus Ángeles. Quien tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias” . Recomiendo leer el texto completo del Venerable Barthelemy Holzhauser. Habla bastante de la Guerra de los Treinta Años. Vio horrores en esa guerra en Alemania.
Y un último punto, breve: en toda la historia de la Iglesia se ve una simetría, un arco hermoso. Vean la simetría: la gran época, la cuarta, en el centro. Por ambos lados tenemos la subida de los doctores y la bajada de la apostasía. A los mártires corresponde, por otro lado, el triunfo de María y a los Apóstoles de Cristo corresponden los apóstoles del Anticristo del otro lado, el éxito del Anticristo que casi aniquilará a la Iglesia. Dijo el Señor. “Cuando vuelva ¿acaso hallaré fe sobre la tierra?”... En el fin del mundo la Iglesia estará muy reducida.
Hay muchos paralelos entre la quinta época y la séptima. Se podrían agregar más cosas pero basta por ahora.
Mons. Richard Williamson.





Fuente:
www.statveritas.com.ar/Apocalipsis/MonsWilliamson-01.htm

martes, 8 de julio de 2014

Entrevista a Papa Francisco con Henrique Cymerman, 13 de Junio del 2014




Publicado el 15/6/2014
Papa Francisco en una entrevista con Henrique Cymerman, 13 de Junio ​​de 2014: "Nuestro sistema económico mundial ya no se aguanta", dice el Obispo de Roma.

El periodista Henrique Cymerman conversa con el Papa Francisco. Un encuentro en el que el papa no duda en abordar cuestiones tan controvertidas como el papel de la iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial, además de asuntos como la pobreza dentro de la Iglesia, los fundamentalismos y el protocolo que rodea sus intervenciones.

"No soy ningún iluminado; no traje bajo el brazo ningún proyecto personal", asegura.

"Descartamos toda una generación por mantener un sistema que no es bueno", opina respecto a los jóvenes parados.

Vivencia sobrenatural concedida por nuestro Señor Jesucristo a Luz de María

VIVENCIA SOBRENATURAL
CONCEDIDA POR CRISTO A LUZ DE MARÍA
7 DE JULIO DEL 2014

DESPUÉS DEL MENSAJE, CRISTO ME COMPARTIÓ:

AMADA MÍA, VEN, TE MOSTRARÉ:

Nuestro Señor Jesucristo se acerca a mí, me toma de la mano y me lleva a lo alto, desde donde pude mirar gran cantidad de criaturas humanas, que vestían como vestimos normalmente.

Me dice Mi Señor: vas a mirar de cerca los frutos de quienes viven, obran y actúan en Mi Voluntad, de aquellos que luchan contra el mal, como Yo deseo; de los que dicen amarme y actúan en el pecado, en la oscuridad donde creen que no les puedo mirar.

Miré un gran batallón de criaturas que oraban y yo escuchaba sus oraciones y sentía en mi alma un regocijo. Me dice nuestro Amado: ese regocijo es la profunda devoción, el amor ofrecido, la donación de estas almas en el acto de orar. Escucha: no es algo mecánico, es el fruto de su amor hacia Mí y hacia sus hermanos.  

Las miré invocar con oraciones y ofrendas espirituales a la Madre Santísima y vi como la Madre tomaba en Sus Manos esos actos  y los presentaba ante Jesús Eucaristía que se mantenía en un altar de una altura inimaginable, rodeado de criaturas Angélicas que permanecían en adoración, levantaban sus rostros e inclinaban la cabeza ante tan Grande Majestad. Candelabros hermosos con velas encendidas iluminaban el altar.  

¡Oh Dios Mío y Señor Mío, qué grande eres!

Nuestra Madre Santísima se acerca al altar y miro altares más pequeños y de variedad de materiales y formas. Me dice Cristo: estos son los altares de los templos del mundo.

¡QUÉ FELIZ ME HACEN LAS ALMAS QUE SE ACERCAN A RECIBIRME VERDADERAMENTE CONSCIENTES DE QUE ME RECIBEN A MÍ!,
Y ¡QUÉ DOLOR ME CAUSAN LOS QUE POR APARIENCIA SE ACERCAN A RECIBIRME; DOBLEMENTE ME OFENDEN!

Miré unos seres luminosos como el sol, sus rostros verdaderamente angelicales de una belleza sobrenatural, y cada uno de esos seres acompañaba a la criatura a recibir la Sagrada Comunión, y luego estos hermanos nuestros y compañeros de camino, colocaban sobre las cabezas de las criaturas que habían comulgado debidamente, una gracia especial. Esta gracia se trasformaba en una corona. En unas cabezas había varias coronas y en otras una, en otras una o dos flores. Me explicó Cristo que las coronas distinguen a cada criatura en su espiritualidad, señaló a una criatura y me dijo: esta criatura Me recibe a diario pero vive una fe muerta, no vive a plenitud Mi Amor en el prójimo y Me recibe por costumbre, y la costumbre mata la entrega y el amor.

De cada una de esas almas vi salir un rayo luminoso, y cómo estos se unían en uno solo que Cristo lo tomaba en Sus Manos y lo elevaba. Yo pregunté: Señor, ¿hacia dónde va ese rayo tan luminoso? Él me respondió: hacia Mi Padre y va a fortalecer a aquellos hermanos tuyos que necesitan auxilio para crecer en la fe y no consentir el temor ni los respetos humanos que les detienen para ser voceros de Mi Voluntad.

Es impactante el poder de la oración; escuche un murmullo y Cristo me dijo: este rayo de luz,  son las oraciones realizadas con amor, verdad, paciencia, fe, esperanza y caridad; llegan hasta donde moran las almas que necesitan de los actos de los hombres en Mi Voluntad para recibir consuelo y así esperar a que Mi Madre les lleve hacia Mi Morada.

Pero de un momento a otro me sorprendió la cantidad de rayos azules, violetas, verdes, rojos, amarillos, lila, dorados y plateados que salían de esas criaturas que oraban, y las miré moviéndose en busca de otras almas. Me dijo Cristo: este es Mi Regocijo, las criaturas no sólo se mantienen estáticas en la oración, sino son acción; mira cómo esa criatura - y la señaló para que yo la mirara, tan tímida, comparte con sus hermanos esas páginas y les pide que las lean, no necesita hablar, sólo actuar. Esas son las criaturas que provocan esta variedad de luces según su obrar y actuar, pero míralas, ninguna se encuentra en un solo lugar. Ese es Mi Pueblo, el que más bendiciones produce, el que no se guarda para sí Mis enseñanzas sino las comparte con sus hermanos.

Mira a los que luchan por la vida, mira a los que transmiten Mis peticiones a la humanidad, mira a los que no detienen su pensamiento en actos banales sino actúan para Mí y para el bien de las almas.

Un Arcángel, en obediencia a nuestra Madre paso de lado a lado en donde se mantenían esas criaturas que luchaban contra todos los detentes cotidianos para permanecer en el camino correcto; el Arcángel bendecía con un agua celeste a todas esas criaturas.

Pregunté, Mi Señor, ¿qué tiene esa agua de color tan especial? y Cristo me respondió: Fe, amada Mía; Fe,  es el agua de la Fe, para que continúen a pesar de las batallas diarias. Apareció otro Arcángel, e incensando a todos exclamaba: ¡esperanza para todas las criaturas fieles a Mi Rey, esperanza!

De pronto un Arcángel, moviéndose con una luz esplendorosa, casi enceguecedora, que sólo me permitía mirar su silueta, mantenía en su mano una tea y decía: la Luz de nuestro Rey ilumine el camino de los fieles y fortalezca a los temerosos, les colme de caridad, ésta que el mal ha llevado a desaparecer del corazón y de la sensibilidad de los hombres. La caridad es la luz que hace renacer en los corazones la verdad de la entrega de nuestro Rey. El Amor sin caridad es una farsa, y la caridad sin Amor es impensable. El Amor y la Caridad son virtudes en donde confluye la Voluntad de la Divinidad.

Mi regocijo, dice el ser Angelical, me lleva a exultar en un cántico de adoración, al mirar lo que sucede durante una oración llevada como Cristo y la Madre esperan de los hombres: en acto de contrición, con verdadero propósito de enmienda, con fe, obediencia, y disposición, vertiendo todo esto en la práctica hacia los hermanos y abriendo los ojos del prójimo, no sólo los del cuerpo sino los del espíritu, para que no sean engañados.

Y el ser Angelical de esplendorosa luz pronunció: ¡Ah… si todos los seres humanos actuaran con esta consciencia de este pequeño número y en lugar de perder la vida dedicándose a la crítica y al mal, se propusieran ser mensajeros activos hacia el prójimo!, ¡qué diferente sería esta humanidad! Ya me permitirá Mi Rey permanecer más cerca del hombre, junto a nuestra Reina y Madre, en los instantes necesarios en los que la fe deba crecer y no disminuir en los seres humanos.

Nuestro Amado me miró fijamente, y me dice: Mi Pueblo no permanecerá solo, enviaré todo auxilio de Mi Casa, no será presa fácil del enemigo del alma.

Amada mía, has vivido lo que logran no sólo las oraciones sino los actos y obras de las criaturas humanas, cuando éstas son efectuadas con consciencia, y deseo no sólo compartir el conocimiento sino compartirlo con el propósito de que cada hombre lleve a otros este conocimiento para que el mal no les encuentre dormidos.

Mis hijos deben ser conscientes de que la disposición es necesaria para que Mi Espíritu actúe en cada uno y derrame los carismas necesarios, y cada uno alerte a sus hermanos, ante esta pandemia de poder y de insensibilidad que sobre los débiles y  más necesitados, vierten los que mantienen poder en la Tierra.

Y me dice: “LA FE SIN OBRAS ESTÁ MUERTA”.

Y ESTE ES EL INSTANTE DE LA ACCIÓN Y LA UNIDAD; EN ESTE INSTANTE, LA UNIÓN PESA SOBRE LAS ALMAS QUE MÁS CONOCEN. QUIEN ES CAUSA DE DESUNIÓN, SERÁ JUZGADO SEVERAMENTE.

Mi Amado me da la orden de compartir con mis hermanos los méritos de la oración correctamente realizada, los méritos de las comuniones ofrecidas con plena consciencia de que se recibe a Cristo vivo y palpitante; y me da la orden de compartir la importancia de ser cada uno de nosotros un vocero que alerte al hermano de cuanto sucede en la humanidad, para que el mal no tome más ventaja ante la ignorancia de Su Pueblo.

Así en obediencia, comparto esta bendita experiencia.
                                                                                                              Luz de María.


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