domingo, 9 de junio de 2013

Difamaciones, calumnias, chismes




 CREATED ON WEDNESDAY, 22 MAY 2013 22:54



 WRITTEN BY ROBERTO O´FARRILL







El papa Francisco ha introducido la novedad de celebrar la Santa Misa en la capilla de la Casa Santa Martha, del Vaticano, con varios fieles que desean encontrarse con él, en punto de las siete de la mañana todos los días, novedad que le ha permitido mantenerse cercano diariamente al Pueblo de Dios y expresarse con libertad, sin guiones y con palabras frescas que hablan de lo que vibra en su corazón. Francisco está enviando mensajes ligeros que son a su vez catequesis profundas sobre lo que el mundo hoy debe escuchar. Ejemplo de esto, fue la homilía que pronunció durante la Misa del sábado 18 de mayo, cuyo contenido pronto recorrió el mundo y se comentó en prácticamente todos los medios.

Francisco habló de la difamación y de la calumnia como formas graves de pecado que ofenden a Dios y al prójimo, tomando el siguiente texto del capítulo 21 del Evangelio de san Juan, de la Misa del día, que expresa: “Pedro miró atrás y vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el que en la cena se había inclinado sobre su pecho y le había preguntado: -Señor, ¿quién es el que te va a entregar? Al verlo, Pedro preguntó a Jesús: -¿Y qué va a ser de éste? Jesús le contestó: -Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme”.

El papa Francisco dijo en su homilía que “Tenemos que seguir a Jesús, renunciando a las costumbres equivocadas de entrometernos en la vida de los otros, de hacer comparaciones, de hablar mal. Ni chismes ni comparaciones. Pedro tenía un diálogo de amor con el Señor, pero luego el diálogo se desvió hacia otro carril y él también tuvo una tentación: la de inmiscuirse en la vida de los otros”. Luego explicó que al compararnos con los demás “terminamos en la amargura y hasta en la envidia, y la envidia arruina la comunidad cristiana, le hace mucho daño, y eso es lo que quiere el diablo”. Después se refirió abiertamente a los chismes cuando dijo que “se empieza de una manera muy educada, pero luego terminamos despellejando al prójimo. ¡Cuánto se chismea en la Iglesia! ¡Cuánto chismeamos nosotros los cristianos! El chisme es como despellejarse, ¿no? Es maltratarse el uno al otro, como si se quisiera disminuir al otro, ¿o no? En lugar de crecer yo, hago que el otro sea aplanado y me siento muy bien. ¡Esto no va! Parece agradable chismear... No sé por qué, pero… se siente bien. Como un caramelo de miel, ¿verdad? Te comes uno -¡Ah, qué bien!- Y luego otro, otro, y al final tienes dolor de estómago. ¿Y por qué? El chisme es así: es dulce al principio y luego te arruina, ¡te arruina el alma! Los chismes son destructivos en la Iglesia, son destructivos. Es un poco como el espíritu de Caín: matar al hermano, con la lengua, ¡matar a su hermano!”

Después el Papa se preguntó cómo se presenta el chisme y explicó que “hacemos tres cosas: Desinformamos, que es decir solo la mitad de lo que nos conviene y no la otra mitad, que no decimos porque no es conveniente para nosotros. En segundo lugar está la difamación: Cuando una persona realmente tiene un defecto, y ha errado, entonces a contarlo… a hacer del periodista. ¡Y la fama de esta persona está arruinada! La tercera es la calumnia: decir cosas que no son ciertas. ¡Eso es también matar a su hermano! Todas estas tres -la desinformación, la difamación y la calumnia- ¡son pecado! ¡Este es el pecado! Esto es darle una bofetada a Jesús en la persona de sus hijos, de sus hermanos. Es por eso que Jesús hace con nosotros como lo hizo con Pedro cuando lo reprende: ¿A ti qué te importa? ¡Tú sígueme! El Señor realmente nos señala el camino. El chisme no te hará bien porque te llevará a ese espíritu de destrucción en la Iglesia. ¡Sígueme! Es hermosa esta palabra de Jesús, que es tan clara, tan amorosa para nosotros. Como si dijera: ‘No hagan fantasías, creyendo que la salvación está en la comparación con los demás o en el chisme. La salvación es ir detrás de mí’. ¡Seguir a Jesús! Pidamos hoy al Señor que nos dé esta gracia de nunca inmiscuirnos en la vida de los demás, de seguir a Jesús, para ir detrás de Jesús, en su camino. ¡Y esto es suficiente!”

Desinformar, difamar, calumniar, chismear: cuatro realidades que el papa Francisco ha denunciado a partir de expresiones que suelen pronunciarse todos los días sin considerar que son grave pecado.

Entrevista del P. Francisco A. Benac S.J. a Jacinta.

El Sagrado Corazón de Jesús en Garabandal.


Entrevista del P. Francisco A. Benac S.J. a Jacinta.



El Sagrado Corazón de Jesús se aparece a Jacinta.
Muy cerca de ella, la invita con su mano derecha a acercarse a Él.
El Sagrado Corazón de Jesús en Garabandal.
El 30 de Junio de 1961, último viernes del mes consagrado al Corazón de Jesús y dos dias antes de venir la Virgen por primera vez, Jacinta vió al Señor, de pie sobre una especie de nubecilla blanca, vestido de blanco y manto rojo, mostrando su Corazón, de un rojo vivo y que despedía rayos blancos y dorados, sobre la parte izquierda de su pecho.
No habló a la niña; pero con su mano izquierda le presentaba aquel su Corazón, mientras le hacía señas, con la derecha, para que se acercara. Jacinta obedeció, y quedó deslumbrada por la belleza y resplandor de sus vestidos, más aún de su persona.
Esta visión de Jacinta tuvo lugar en la Calleja. La visión le dejó una impresión indeleble. Dos cosas le impresionaron sobremanera: la mirada de Jesús y su porte majestuoso. Aquella mirada penetraba hasta lo más profundo del alma, aquel mirar del Señor "estaba impregnado de un Amor inmenso".
Dice Jacinta que no hubiera podido estar así mucho tiempo porque su alma se habría ido con Jesús.

Jacinta.
Dice el Doctor Jerónimo Domínguez:
Jacinta se casó en 1976 con Jeffrey Moyniham, y vive en Los Angeles, California, con su esposo y su hija María.
Para Jacinta el todo de Garabandal es la visión que tuvo del Corazón de Jesús. Solo fue una vez, y no por largo tiempo, pero la lleva dentro de sus entrañas, y es actualmente el todo en su vida.
Vive la vida matrimonial ejemplarmente, y le encanta tejer; hace cosas preciosas, desde jerseys hasta bufandas, toquillas y mantas preciosas.
Su hermano Miguel Angel vivió en mi hogar y trabajó en mi Oficina Médica por dos años. Actualmente tiene un hotel en Garabandal, la Posada San Miguel.

P. Francisco A. Benac, misionero jesuita en la India.

Entrevista que el P. Francisco A. Benac S.J. hizo a Jacinta.
Durante una de sus visitas a los Estados Unidos, el P. Francisco A. Benac S.J., fundador del Centro de Garabandal en Bombay, en la India, se entrevistó con la vidente Jacinta Moyniham y su esposo, Jeff, en California.
En esta entrevista el P. Benac habla con Jacinta de varios temas: las primeras Apariciones, la visión del Sagrado Corazón de Jesús, el primer Mensaje, el P. Luis Andréu, la Comisión, sus visitas a Roma, el Aviso y el Castigo.
P. Benac: Estoy muy contento de este encuentro en vísperas de Navidad.
Jacinta: Gracias Padre, Jeff no está ahora pero vendrá mas tarde.
P. Benac: ¿Donde has estado desde que te casaste en Garabandal?.
Jacinta: Estuve cinco meses en Garabandal y otros cinco meses en Andalucía. Cuando Jeff embarcó, estuve tres meses con mis padres. Después estuvimos cuatro meses en Nueva York y, cuando Jeff dejó la Navy, pasamos otros cinco meses en España. Después estuvimos seis meses en Fullerton, California, antes de venir aquí, a Los Angeles, en Agosto de 1977.
P. Benac: ¿Qué recuerdas de la primera Aparición de San Miguel?.
Jacinta: Era domingo; Mari Loli y yo estábamos jugando cuando nos dimos cuenta que Conchita y Mari Cruz habían desaparecido. Entonces Loli, yo y otra niña fuimos detrás del campanario de la Iglesia pensando que se habrían escondido allí.
Dije a Loli:
-- Me parece que van a estar donde el manzano porque el último domingo Conchita, Mari Cruz y yo fuimos al manzano a coger manzanas.
P. Benac: ¿Era este el famoso manzano del huerto del maestro?.
Jacinta: Sí, sí, el mismo. Nosotras estuvimos allí antes.
P. Benac: ¿Qué sucedió después?.
Jacinta: Vimos a Conchita y Mari Cruz moviendo las ramas del manzano y les gritamos:
-- ¿Qué estais haciendo?.
Entonces ellas intentaron esconderse pero nosotras saltamos dentro del huerto desde la pared de piedra que bordea la calleja y nos reunimos con ellas a comer las manzanas.
Después de esto, mientras jugábamos a las canicas en la Calleja, empezamos a sentir remordimiento por haber robado las manzanas, pensando que el Angel estaría triste en tanto que el demonio estaría contento.
Mientras hablábamos, de repente, Conchita, se quedó mirando a lo alto mientras decía:
-- ¡Oh, oh!.
Estábamos asustadas, pensando que le daba un ataque, y cuando ya íbamos a correr a llamar a su madre, de repente, nosotras también vimos la Visión y exclamamos:
-- El Angel.
P. Benac: ¿Fue esta la primera vez que el Angel se te apareció?.
Jacinta: Sí, Padre; fue por un corto tiempo. Dijimos a la gente que habíamos visto al Angel. Fuimos a la Iglesia y empezamos a llorar.
P. Benac: ¿Mari Loli y tú caísteis en éxtasis?.
Jacinta: Sí, por esto dijimos a la gente que habíamos visto al Angel.
P. Benac: ¿Cómo reaccionó la gente del pueblo ante esto?.
Jacinta: Ellos pensaban que algo extaño sucedió que nos había perturbado la mente.
P. Benac: ¿Cómo te sentiste entonces?.
Jacinta: No sentí ningún temor ni nada porque me parecía todo tan natural que pensaba que todo el mundo podía ver lo que yo veía. Me parecia una cosa normal.
P. Benac: ¿Cuándo se te apareció la Santísima Virgen por primera vez?.
Jacinta:  Fue en la fiesta de la Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel, el dos de Julio(de 1961).
P. Benac: ¿Qué sentiste al verla?.
Jacinta: Para mí fue como encontrarme con mi Madre después de una ausencia de muchos años. Por eso le decía tantas cosas. En ese momento no pensaba en la importancia que este acontecimiento iba a tener.
P. Benac: He leido sobre la Visión que tuviste del Sagrado Corazón, dime más sobre esto.
Jacinta: Recuerdo un día, cuando nosotras cuatro, siguiendo la llamada de Nuestra Señora, fuimos un poco mas arriba de donde tuvimos la primera Aparición del Angel. Nadie del pueblo nos siguió. De repente las otras tres cayeron en éxtasis al ver al Angel. Yo estaba un poco más atrás viéndolas a ellas en éxtasis y me dije:
-- Pero si yo no veo nada.
Entonces, de repente, se me apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Me impresionó profundamente. Él no me habló pero su mirada penetró en lo más profundo de mi corazón.
P. Benac: ¿Qué es lo que más te impresionó?.
Jacinta: Su ojos, su figura; una mirada que penetraba tan profundamente en mí que no lo puedo explicar.
P. Benac: ¿Qué pensaste en ese momento?.
Jacinta: Esta visión del Sagrado Corazón me impresionó más que la de Nuestra Señora, aun cuando no le he vuelto a ver otra vez. Tengo una fuerte sensación de ver a álguien muy querido cada vez que veo su imagen.
P. Benac: Este sentimiento, ¿sigue vivo en tí?.
Jacinta: Sí, Padre, cuando veo su Imagen o hablo de Él, como ahora, siento algo dentro de mí que no puedo explicar.
P. Benac: Jacinta, cuando pasaste la época de dudas, ¿dudaste de esta Visión?.
Jacinta: Nó Padre, esta visión siempre ha permanecido viva en mi mente. Recuerdo habérselo dicho a mi madre, cuando dudaba si había visto a la Virgen y al Angel; pero de esta visión del Sagrado Corazón, aunque me fuese a morir, yo insistiría en que fue verdad. Es algo de lo que nunca dudé.
P. Benac: Esta visión, ¿te llevó a amar más a Dios?. ¿Sentiste si quería Él algo especial de tí?.
Jacinta: No sé cómo contestar a esa pregunta porque Él no me habló pero mi corazón se sintió, desde entonces, cada día mucho más cerca de Él.
P. Benac: Dime de la Comunión invisible que recibiste y de la Comunión visible que recibió Conchita. ¿Estabas tu allí aquella noche?.
Jacinta: Esperé hasta las doce de la noche pero el Angel no había venido y me fui a casa. Mas tarde la madre de Loli me dijo lo que había sucedido.
P. Benac: ¿Qué impresión os produjo a las tres este prodigio de la Comunión visible de Conchita?.
Jacinta: Yo sentí que era una prueba del Cielo de la realidad de las Apariciones para toda la gente.
P. Benac: ¿Apareció Nuestra Señora mas bien sola o con el Niño Jesús o el Angel?.
Jacinta: Algunas veces traía al Niño Jesús, pero la mayoría de las veces venía sola.
P. Benac: ¿Puedes describirme a la Virgen tal como la recuerdas?.
Jacinta extiende sus brazos abiertos y ligeramente levantados y dice:
-- Así; nos miraba, sonriendo, con una expresión de alegría y de bondad.
P. Benac: ¿Recuerdas alguna cosa que Nuestra Señora mencionase y por la que tendríamos que rezar?.
Jacinta: Siempre nos decía de rezar por los Sacerdotes.
P. Benac: ¿Qué decía Ella de los sacerdotes?.
Jacinta: Que son los que deben fortalecer la fé de los creyentes, dar ejemplo con sus vidas y vivir un vida de fé profunda.
P. Benac: ¿Que más os dijo de los sacerdotes?.
Jacinta: Ella nos pidió que rezáramos para que ellos dieran testimonio de su Hijo, Jesús. Dijo esto porque algunas cosas estaban yendo por mal camino.
P. Benac: ¿Cómo era la cara de Nuestra Señora?
Jacinta: Era muy hermosa, su pelo largo, de color castaño oscuro, le caía suavemente por las espaldas.
P. Benac: ¿Y la expresión de su cara y de sus ojos?.
Jacinta: Es muy dificil de describir; ningún artista la podría reproducir.
P. Benac: ¿Qué aspecto tenía la Virgen y cómo vestía?.
Jacinta: Su vestido era blanco, le llegaba hasta los pies, que no se veían y con un manto azul. Su vestido blanco tenía como flores bordadas en él que apenas se veían.
P. Benac: ¿Qué sentíais en su presencia?.
Jacinta: Era muy feliz viéndola, como a una madre que nos quiere mucho; no la sentíamos lejana; nos sentíamos muy cerca de ella y la sentíamos muy cerca de nosotras.
 P. Benac: ¿Podías tocar o sentir su presencia?.
Jacinta: Sí, pero es dificil de describir. Porque se tocaba sin sentir con el cuerpo pero sí con el alma. Es un cuerpo espiritual. Es como que la sentíamos con el alma y no con el cuerpo.
P. Benac: Lo que dices es como los cuerpos glorificados, materia espiritual que ocupa un espacio dimensional.
Jacinta: Sí, Padre, es como lo dice.
P. Benac: Es de notar que las otras videntes dicen lo mismo en este punto. Sobre el Escapulario: ¿era siempre visible durante las Apariciones?. 
Jacinta: No estoy muy segura pero creo que siempre lo llevaba puesto. Era un Escapulario marrón, con una Cruz por un lado y algo como una montaña en el otro y el escapulario no muy grande, del tamaño de una mano.
P. Benac: ¿Cuánto duraba la Aparición?.
Jacinta: Variaba mucho. Desde unos minutos a varias horas.
P. Benac: ¿Te sentías cansada cuando duraba mucho?.
Jacinta: Oh no, Padre, el tiempo es como que no existía, el tiempo volaba.
P. Benac: ¿Estabas siempre en éxtasis con las otras?.
Jacinta: Siempre fui con ellas; mientras ellas estaban en éxtasis, si yo estaba fuera, normal, me cansaba mucho siguiéndolas, pero si yo también estaba en éxtasis viendo a la Virgen estaba feliz y el tiempo volaba. 
P. Benac: Entonces a veces, ¿tú no estabas en éxtasis con las otras?.
Jacinta: Exactamente, y esto me afectaba y me entristecía porque alguna vez estuvo la Virgen quince dias y hasta dos meses sin aparecerse a mí.
P. Benac: ¿Por qué esta "discriminación"?.
Jacinta: Sentía que era una especie de castigo por algunas travesuras o desobediencias. Nuestra Señora quería que fuésemos buenas y obedientes y que hiciésemos todo lo mejor que podíamos.
P. Benac: Bien, Jacinta, si la Madre nos castiga, es porque nos ama mucho.
Jacinta: Sí Padre, eso es verdad.
P. Benac: Ahora, Jacinta, dinos acerca del Primer Mensaje y qué recuerdas de él. ¿Estábais las cuatro juntas en ese momento?.
Jacinta: Sí, estábamos juntas; fue la Santísima Virgen quien nos dió este mensaje:
Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo Sacramento, pero antes tenemos que ser muy buenos. La copa se está llenando y si no cambiamos vendrá un castigo muy grande.
P. Benac: ¿Os urgió la Virgen dar a conocer el Mensaje?.
Jacinta: Oh, sí. Ella nos dijo que lo diéramos a conocer al mundo, que lo dijésemos el 18 de Octubre (de 1961) para que la gente lo difundiese por todo el mundo. Ella también dijo que lo más importante era cumplir el mensaje.
 P. Benac: ¿Sabes por qué Nuestra Señora retrasó darlo a conocer hasta el dieciocho de Octubre?.
Jacinta: No lo sé, pero quizás Ella quería que la gente conociese mejor las Apariciones antes de recibir los Mensajes.
P. Benac: ¿Cual fue la reacción de la gente?.
Jacinta: El mismo día del mensaje la reacción fue mala porque la gente pensaba que iba a haber un Milagro. Fue un dia de lluvia torrencial, un diluvio y la gente esperó en los Pinos; muchos quedaron desilusionados al no haber ningún milagro. De algún modo el milagro fue que no hubo accidentes, entre tantas dificultades para subir y andar por el pueblo. No se había anunciado ningún milagro. Ese dia, solo había que dar a conocer el Mensaje.
P. Benac: ¿Como recibió tu familia las Apariciones?.
Jacinta: ¡Qué paciencia tuvieron que tener!. Recuerdo que mientras estaba en éxtasis con las otras, mis padres y mis hermanos no tenían paz, ni siquiera a la hora de comer, cuando la gente invadía nuestra pequeña casa. Aquellos años deben haber sido muy duros para ellos.
P. Benac: ¿Te sentías cansada después de las Apariciones?.
Jacinta: ¡Oh, no!. Muchas veces las Apariciones duraban hasta las cuatro de la mañana, pero no me cansaba nada, era muy feliz; y eso que me levantaba pocas horas después para ir al campo y traer alimento para los animales y hacer los otros trabajos de la casa. 
P. Benac: ¿Qué recuerdas del Padre Luis Andréu?.
Jacinta: Le recuerdo muy bien porque era muy bueno, realmente era un santo. Loli y yo solíamos hablar mucho con él y nos acompañaba en los juegos. Lo que recuerdo más vivamente fue la última vez que visitó el pueblo y la Misa que dijo ese día. Todo el mundo decía:
-- ¡Qué Misa mas hermosa dijo hoy el P. Luis; es un santo!. 
Su Misa fue como algo del otro mundo.
P. Benac: ¿Cuando oiste de su muerte?.
Jacinta: El dia anterior jugó con nosotras y parecía estar muy bien. Imagínese la impresión que recibimos al dia siguiente, cuando Loli, Conchita y yo, estábamos barriendo la Iglesia y lo supimos; la madre de Conchita vino a decirnos que se había muerto el Padre Luis. No nos lo podíamos creer.
P. Benac: ¿Oíste lo que el P. Andréu dijo al P. Marichalar antes de partir?.
Jacinta: ¡Oh, sí!. Le dijo que lo que las niñas dicen y ven es verdad y que ellas ven a Nuestra Señora.
P. Benac: ¿Es cierto que, antes de que muriese el P. Luis, la Virgen os había hablado de una voz que íbais a oir y que no os asustáseis?.
Jacinta: Sí, nos lo dijo antes de morir el P. Luis.
P. Benac: Entendemos que Nuestra Señora os anunciaba que el P. Luis vendría con Ella un día, que os hablaría y que no os asustáseis.
Jacinta: Sí, el P. Luis vino, no le veíamos pero nos habló y nos dió un mensaje para su hermano el P. Ramón. También dijo algunas frases en varias lenguas y nos enseñó el Ave María en Griego.
P. Benac:  ¿Recuerdas todavía el Ave María en Griego?.
Jacinta: Esto es lo que recuerdo:
-- Haire Maria, Keharitomene, O Kirios Metasu eulognemene...
P. Benac: ¿Te habló la Virgen acerca del futuro de tu vida?.
Jacinta: No, nunca; a pesar de que muchas veces le dije que quería ser monja, Ella no me contestó.
P. Benac: ¿Podías decirme por qué no te contestó?.
Jacinta: Pienso que quizás quiso que, en conciencia, eligiésemos libremente.
P. Benac: ¿Sentiste la llamada a la vida religiosa?.
Jacinta: Con frecuencia deseaba ser una monja Carmelita. Mi padre no se opuso a este deseo. Yo pensaba irme a los 17 años. Mi padre deseaba que conociese bien la vida en el mundo y la vida religiosa antes de elegir. Visité el convento y me di cuenta que no era aquel mi sitio. No tenía esa vocación.
P. Benac: ¿Puedes decirme algo acerca de las "llamadas" que tuvísteis las cuatro?.
Jacinta: Sí, era una vivencia interior; la primera como una alegría muy suave, la segunda, como cuando ya se espera ansiosamente a álguien muy querido y cuando venía la tercera llamada, a veces después de una o dos horas desde la primera, ya no resistíamos más; la Virgen nos atraía de un modo que dejábamos todo y corríamos a su encuentro.
P. Benac: ¿Sucedía cuando estabas sola?.
Jacinta: Las llamadas venían de repente, en cualquier momento, a veces la tercera llamada venía al dia siguiente.
P. Benac: ¿Qué recuerdas de la Comisión?.
Jacinta: Fué mi padre quien habló con ellos. Vinieron a casa sobre las cuatro de la madrugada y le pidieron a mi padre ir a casa de Mari Loli para reunirse con su padre, Ceferino. Entre la gente de la comisión estaban el Doctor Piñal, el P. Francisco Odriozola y otros que no recuerdo.
Dijeron a mi padre:
-- Hemos estado observando a las niñas y creemos que deben ser llevadas fuera del pueblo porque ellas no podrán resistir la tensión debida al creciente número de visitantes que viene. Por esto creemos que sería mejor llevarlas a la capital, Santander. Cubriremos todos los gastos escolares de las cuatro y nos gustaría llevar a su hija a Santander.
Mi padre les preguntó:
-- ¿Por qué mi hija?.
Si lo que mi hija necesita es estar en paz y tranquila, me la llevaré a las alturas de Peña Sagra. Mi padre les dijo que su hija quedaría en casa. Entonces fueron a casa de Conchita. No sé lo que sucedió allí pero finalmente la llevaron a Santander.
P. Benac: ¿Cuando conociste al Obispo de Santander, Juan Antonio del Val?.
Jacinta: Recuerdo haberle visto por primera vez en una recepción, cuando los fieles le presentaban sus respetos. Yo estaba en la Catedral esperando saludarle. Don Bernardo, nuestro párroco, me vió y me preguntó:
-- ¿Quieres saludar al Obispo?.
Le dije:
-- No, por favor. Me avergonzaría si me dijese que me fuera.
-- Bien, voy a decirle quién eres.
 Entonces, cuando llegué donde el Obispo, Don Bernardo le dijo al oido:
-- Esta es Jacinta de Garabandal.
El Obispo exclamó:
 -- ¿Qué me dices?.
Entonces, un sacerdote que estaba al lado dijo:
-- Que se vaya, que se vaya.
Pero el Obispo me cogió la mano y dijo:
-- No, no, quédate. Esto es algo que me interesa.
Entonces me dijo que le gustaría verme de nuevo. Desde entonces fuimos amigos y siempre ha sido muy bueno conmigo.
P. Benac: Me dijiste que fuiste a Roma, ¿cuando?.
Jacinta: Fui a Roma en una peregrinación para ganar las indulgencias del Año Santo.
P. Benac: Pero creo que tuviste permiso para ver a algunos miembros de la Sagrada Congregación.
Jacinta: Sí. El Cardenal Ottaviani me dijo que él creía en Garabandal pero que teníamos que tener mucha paciencia y rezar mucho. Él me recibió. El Cardenal Philippe también me recibió.
Cuando llamé a su oficina, él estaba presidiendo una conferencia de Obispos. Su secretario le dijo que yo quería verle, y es de destacar que él dejó la habitación de la conferencia y vino a hablar conmigo unos cinco minutos. Me dijo:
-- Te traigo bendiciones de la Madonna.
El P. Benoit Duroux, su secretario, me aconsejó vivamente que nosotras, las cuatro, mantuviésemos una estrecha relación y comunicación entre nosotras. Esta observación me impresionó mucho.
P. Benac: En Roma, ¿a quién más visitaste, además de los Cardenales?.
Jacinta: Me presentaron a algunos miembros de la Sagrada Congregación que estaban sentados alrededor de una gran mesa y empezaron a hacerme preguntas.
Cuando me preguntaron por qué había venido, qué es lo que quería:
Les dije:
-- Que se dé plena libertad en el pueblo para decir la Santa Misa.
Me dijeron que era lo correcto.
Por causa de que no había permiso para los sacerdotes de fuera de decir en el pueblo la Santa Misa, nosotros estábamos privados durante cuatro dias a la semana de la Santa Misa y de la Comunión.
Los miembros de la Sagrada Congregación asintieron a mi pedido, pero me dijeron que era el Obispo de Santander quien lo tendría que autorizar. Ellos dijeron que este asunto de la Santa Misa era muy importante pero que debíamos tener mucha paciencia.
P. Benac: De vuelta en España, ¿hablaste de esto con el Obispo del Val?.
Jacinta: Sí, y estuve desconcertada por su respuesta porque me dijo que este asunto concernía a Roma. Entonces le dije:
-- Ahora que Roma me envía a usted, usted me envía de nuevo a Roma.
Y le repetí lo que me dijeron. Que los sacerdotes que quisieran decir Misa en el pueblo podrían hacerlo con su autorización.
P. Benac: En muchos libros sobre Garabandal se habla de las "noches de los gritos". ¿Qué recuerdas de esto?.
 Jacinta: Recuerdo que estábamos Mari Loli y yo solas. Era la víspera del Corpus Christi; por causa de lo que veíamos empezamos a gritar.
Nos preguntábamos cómo iríamos a confesar estando ausente el P. Valentín Marichalar, el párroco. Pensábamos que no íbamos a tener Misa el día del Corpus Christi, cuando sucedió que, un sacerdote de fuera, después de perder su ruta, vino al pueblo y todos pudieron confesarse con él.
A la mañana siguiente, fiesta del Corpus Christi, dijo la Santa Misa y aquellos que comulgaron, especialmente los hombres, lloraban cuando volvían a sus asientos. 
P. Benac: Tengo entendido que tú también escribiste tu propio diario, ¿es así?.
Jacinta: Sí, Padre, pero no me gustaría darlo a conocer porque todo es muy personal. Quizás, cuando yo muera, pueda ser util.
P. Benac: ¿Qué recuerdos tienes del Aviso profetizado por Nuestra Señora?.
Jacinta: Será algo que afectará al mundo entero; nos ayudará a ver las buenas y malas acciones que hayamos hecho. Durará poco tiempo.
En este momento llega a casa Jeff, el esposo de Jacinta.
Jeff: Todos recordamos que Nuestra Señora dijo que el Aviso viene antes del Milagro; que el Milagro sucederá dentro de los doce meses siguientes al Aviso.Viene de Dios y nos purificará. Conchita dijo que se verá también en el cielo y que en ese momento todo se parará, incluso los aviones. Causará pánico, y nos mostrará a cada uno nuestra vida pasada, el estado de nuestra alma ante Dios.
P. Benac: Parece que el propósito del Aviso es ayudarnos a comprender el significado de las palabras proféticas de Nuestra Señora a través de sus Mensajes.
Jacinta:  Sí, en especial me recuerdo lo que Nuestra Señora dijo sobre la Eucaristía, la poca importancia que se le dá y la falta de respeto ante la Presencia Divina. De igual modo la pérdida del sentido del pecado.
P. Benac: Solo Conchita recibió el segundo Mensaje. ¿Sabes por qué las demás no estaban allí con ella?.
Jacinta: No lo sé; en ese tiempo nosotras ya no teníamos apariciones. El segundo Mensaje fue el 18 de Junio de 1965.
P. Benac: Pero vosotras aún teníais Locuciones.
Jacinta: Las otras sí las tuvieron pero yo no.
P. Benac: ¿Estabas tú en éxtasis cuando recibió Conchita el último Mensaje?.
Jacinta: No, yo estaba entre la gente. En esa fecha ya no tenía apariciones.
P. Benac: ¿Has visto alguna cosa inusual?.
Jacinta: Sí; recuerdo ver venir una luz en el cielo hacia el lugar de la Aparición y que otros también vieron esa luz.
P. Benac: ¿Qué nos puedes decir del Milagro?.
Jacinta: Todo lo que sé, está escrito en los libros. Conchita es la única a quien la Santísima Virgen reveló el año y el día del Milagro. Yo pedí varias veces a la Virgen que hiciese un milagro para que la gente creyese. Ella nunca me dijo nada acerca del Milagro. Mari Loli también sabe muchos detalles del Aviso.
P. Benac: ¿Recuerdas lo que Nuestra Señora te dijo del Castigo?.
Jacinta: Ella dijo que dependerá del comportamiento de la humanidad. Dijo que será algo terrible si no cambiamos.
P. Benac: ¿Piensas que podría ser una guerra atómica?.
Jacinta: No, no, será algo que viene directamente de Dios. Son los hombres los que causan las guerras.
P. Benac: Me imagino que ese mismo pensamiento es el que motivó a Conchita para decirme en una carta que me escribió:
-- El que las Apariciones son verdaderas o falsas, los hombres no pueden probarlo; será Dios solamente quien lo hará.
Jeff: Dios Nuestro Señor ya ha dado muchas pruebas que están escritas en los libros, y además, los prodigios que vieron los testigos, las curaciones milagrosas, las conversiones, etc.
P. Benac: ¡Que Dios os bendiga, Jacinta y Jeff!, porque estáis  estrechamente asociados a la Obra de Nuestra Señora por la salvación del mundo.
Ahora unas palabras para los trabajadores de Nuestra Señora en la India:
Jeff: Os admiro, queridos trabajadores de nuestra Señora en la India, por el maravilloso trabajo que hacéis extendiendo el Mensaje por todo el país. Estoy seguro que Nuestra Señora os recompensará de todos vuestros esfuerzos, que son para Gloria de Dios.


A. M. D. G.

LA VERDADERA VIDA EN DIOS


EL CORAZÓN DE MI MADRE ESTÁ UNIDO CON MI CORAZÓN DIVINO
25.01.1988

¿Jesús? 

Yo Soy. 

Jesús, aún hasta este día, todo esto me sorprende. Me refiero a la Revelación. Es como un sueño y tengo miedo de despertarme y descubrir que sólo era un sueño. ¡Es asombroso! 

 Vassula, Yo Soy Todopoderoso y Omnisciente. Yo quise resucitarte de entre los muertos e instruirte.  ¿Te acuerdas de la visión del "Sol"? 

Sí, Señor, la esfera de Luz. (26.3.87)

Esta esfera de Luz es la misma que la conocida por ustedes como el "Milagro del Sol". Esta esfera de Luz que Yo te he hecho ver, es la misma de Fátima. Te he permitido entrar dentro de Ella. Te he permitido penetrar en ella. ¡Oh Vassula, si sólo supieras el privilegio que te he concedido! Pequeña, tú no te das cuenta todavía, pero es porque Yo mantengo velados tus ojos. 

Dios mío, yo Te amo. 

Vassula, te mantendré oculta en Mi Sagrado Corazón, tú eres preciosa para Mí. Yo, tu Dios, te amo. No Me temas nunca, porque Yo Soy Amor. Yo Soy un Padre lleno de amabilidad. Témeme solamente si tú te rebelas contra Mí. ¡Ah, Vassula, muchos son Mis Misterios! La mayoría de ellos están ocultos para ti.

 Vassula, escúchame cuidadosamente ahora. Toda profecía anunciada se verificará, toda palabra recogida en las Escrituras se cumplirá.

Vassula, deseo que dibujes dos Corazones. 




Sí, el uno junto al Otro, unidos realmente. Rodéalos con una corona de espinas. Sí, El Corazón Inmaculado de Mi Madre está unido al Mío. Yo deseo de cada uno de ustedes la devoción que Su Corazón Inmaculado merece. Tú ves, hija Mía, cómo Nuestros Corazones Divinos están rodeados de espinas por los hombres que solamente Nos muestran ingratitud, sacrilegio y falta de amor: es el conjuntode sus pecados. 

Vassula, Yo, que Soy el Verbo, Yo La amo y La respeto. Deseo que ustedes se acerquen a Mi Madre y La honren como Yo La Honro. Deseo que toda rodilla se doble para honrarla. Deseo que oren el Rosario y saluden a su Santa Madre. Quiero que reparen sus pecados, pidiéndole que les enseñe.  

Sé vigilante, hija Mía, ven. Te he revelado cómo el Corazón de tu Madre está unido a Mi Corazón Divino, rodeados de una corona de espinas.  Yo te recordaré Mi Presencia. Yo te amo. 


Yo Te amo también, Jesús. 

Ven. 

Vassula, ¿quieres orar Conmigo? 


Si, Señor. 

"Padre, ¡oh Abba!
Yo Te ofrezco mi voluntad,
te ofrezco mi vida, yo me abandono.
Padre Justo, si esta es Tu Voluntad,
hazme digna,
a fin de que Tú puedas disponer
plenamente de mí,
hazme víctima de Tus ardientes deseos,
haz lo que Tu Corazón desee.
Amén".


Vassula, bendice a tus opresores, ora por ellos.  Ven, ora a tu Santa Madre. Ora Conmigo. 


Jesús me dicta:

"Oh, Santa Madre,
yo repararé las ofensas hechas
a Tu Corazón Inmaculado,
aceptando convertirme en una víctima de amor,
por el Amor.
Amén".


Vassula, ora al Padre Conmigo. Ven, juntos:
"Padre Bienamado,
necesito que aumentes
mi fe,
mi amor,
mi esperanza,
para glorificar de nuevo
Tu Santo Nombre.
Amén".



  

sábado, 8 de junio de 2013

ANGELUS - PAPA FRANCISCO - Domingo 2 de junio de 2013

PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo 2 de junio de 2013

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El jueves pasado hemos celebrado la fiesta del Corpus Christi, que en Italia y en otros países se traslada a este domingo. Es la fiesta de la Eucaristía, Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo.
El Evangelio nos propone el relato del milagro de los panes (Lc 9, 11-17); quisiera detenerme en un aspecto que siempre me conmueve y me hace reflexionar. Estamos a orillas del lago de Galilea, y se acerca la noche; Jesús se preocupa por la gente que está con Él desde hace horas: son miles, y tienen hambre. ¿Qué hacer? También los discípulos se plantean el problema, y dicen a Jesús: «Despide a la gente» para que vayan a los poblados cercanos a buscar de comer. Jesús, en cambio, dice: «Dadles vosotros de comer» (v. 13). Los discípulos quedan desconcertados, y responden: «No tenemos más que cinco panes y dos peces», como si dijeran: apenas lo necesario para nosotros.
Jesús sabe bien qué hacer, pero quiere involucrar a sus discípulos, quiere educarles. La actitud de los discípulos es la actitud humana, que busca la solución más realista sin crear demasiados problemas: Despide a la gente —dicen—, que cada uno se las arregle como pueda; por lo demás, ya has hecho demasiado por ellos: has predicado, has curado a los enfermos... ¡Despide a la gente!
La actitud de Jesús es totalmente distinta, y es consecuencia de su unión con el Padre y de la compasión por la gente, esa piedad de Jesús hacia todos nosotros: Jesús percibe nuestros problemas, nuestras debilidades, nuestras necesidades. Ante esos cinco panes, Jesús piensa: ¡he aquí la providencia! De este poco, Dios puede sacar lo necesario para todos. Jesús se fía totalmente del Padre celestial, sabe que para Él todo es posible. Por ello dice a los discípulos que hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta —esto no es casual, porque significa que ya no son una multitud, sino que se convierten en comunidad, nutrida por el pan de Dios. Luego toma los panes y los peces, eleva los ojos al cielo, pronuncia la bendición —es clara la referencia a la Eucaristía—, los parte y comienza a darlos a los discípulos, y los discípulos los distribuyen... los panes y los peces no se acaban, ¡no se acaban! He aquí el milagro: más que una multiplicación es un compartir, animado por la fe y la oración. Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad.
Los discípulos vieron, pero no captaron bien el mensaje. Se dejaron llevar, como la gente, por el entusiasmo del éxito. Una vez más siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor, de la fe. La fiesta de Corpus Christi nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos nunca en nosotros mismos. Pidamos a nuestra Madre María que nos ayude en esta conversión para seguir verdaderamente más a Jesús, a quien adoramos en la Eucaristía. Que así sea.

Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:
Cada vez más viva y sufrida es mi preocupación por el persistir del conflicto que ya hace más de dos años incendia Siria y golpea especialmente a la población indefensa, que aspira a una paz en la justicia y en la comprensión. Esta atormentada situación de guerra trae consigo trágicas consecuencias: muerte, destrucción, ingentes daños económicos y ambientales, como también la plaga de los secuestros de personas. Al deplorar estos hechos, deseo asegurar mi oración y mi solidaridad por las personas secuestradas y sus familiares, y hago un llamamiento a la humanidad de los secuestradores a fin de que liberen a las víctimas. Oremos siempre por nuestra amada Siria.
En el mundo hay muchas situaciones de conflicto, pero hay también numerosos signos de esperanza. Desearía alentar los recientes pasos realizados en varios países de América Latina hacia la reconciliación y la paz. Acompañémosles con nuestra oración.
Esta mañana celebré la santa misa con algunos militares y con los parientes de algunos caídos en las misiones de paz, que buscan promover la reconciliación y la paz en países donde aún se derrama tanta sangre fraterna en guerras que son siempre una locura. «Todo se pierde con la guerra. Todo se gana con la paz». Pido una oración por los caídos, los heridos y sus familiares.
Hagamos juntos, ahora, en silencio, en nuestro corazón —todos juntos— una oración por los caídos, los heridos y sus familiares. En silencio.



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jueves, 6 de junio de 2013

Mensaje a Luz de María - 5 de Junio del 2013

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
5 DE JUNIO DEL 2013



Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado:

EN EL TRANSCURRIR DE TODAS MIS APARICIONES EN EL MUNDO:

Les he instado a mantenerse en el camino correcto…
Les he instado a la conversión…
Les he rogado y suplicado que no se alejen de Mi Hijo, que acaten Sus Llamados y Mis Llamados, que sean perseverantes en el cumplimiento de los Mandamientos y sobre todo que sean Amor, en la unidad del Corazón de Mi Hijo y de Mi Corazón…

¡Tantos Llamados entre los cuales he solicitado a la Jerarquía de la Iglesia consagrar a Rusia a Mi Inmaculado Corazón!.... Y esto, aún no se ha llevado a cumplimiento.  ¡CUÁNTO DOLOR SE EVITARÍA LA HUMANIDAD, CON SÓLO LA OBEDIENCIA A ESTE LLAMADO MÍO!  [1]

Miro a tantos de Mis hijos mofarse de Mis Llamados y sobre todo Me duelo cuando se mofan de los Llamados de Mi Hijo. Dicen que lo anunciado por esta Madre no se cumple, y es que estos hijos son ciegos espirituales, tienen el corazón endurecido por todo lo mundano. No se han dado cuenta de la realidad que vive la humanidad, de los azotes que día a día sufren uno y otro Pueblo, que el dolor camina de Nación en Nación y que la humanidad entera está posada sobre un campo minado de energía nuclear, cuyas plantas en cualquier instante serán el gran flagelo de toda la humanidad.

AÚN EL HOMBRE NO ES CONSCIENTE DEL MAL USO QUE LE HA DADO A LA CIENCIA, y que él mismo se castigará contaminando con la energía nuclear las aguas, el aire, toda la naturaleza, pero sobre todo a sí mismo.   El hombre sentirá arder su piel,  sentirá quemarse por dentro y elevará su mirada a lo alto pidiendo Misericordia.  RECORDARÁ CON DOLOR QUE MI HIJO Y YO LE HEMOS SUPLICADO  QUE CAMBIE SU PROCEDER Y ALCE LA VOZ PARA QUE ESTE FLAGELO NO SE ESPARZA MÁS. [2]

Amadísimos hijos de Mi Corazón Inmaculado:

¡CUÁNTO OFENDEN A MI HIJO LAS MODAS ACTUALES, cuánto dolor al Corazón de Mi Hijo ante tales abominaciones! El cuerpo es Templo del Espíritu Santo,  se exhibe sin el menor pudor. ¡Y el Espíritu Santo se contrista tanto!.....   TANTO EL HOMBRE COMO LA MUJER OFENDEN GRANDEMENTE AL ESPÍRITU SANTO.

Amados Míos, ustedes que sí creen, que sí escuchan a Mi Hijo y a esta Madre, no permitan que en sus familias se ofenda al Altísimo,  permitiendo que los suyos lleven estos modernismos deplorables, e inmorales.

USTEDES QUE SÍ POSEEN CONCIENCIA DE LA REALIDAD EN QUE VIVEN,
SEAN PORTADORES DE ESTE LLAMADO.
YA SABEN QUE MI HIJO NO VINO A TRAER UNIÓN SINO DIVISIÓN, DIVISIÓN ENTRE EL TRIGO Y LA CIZAÑA, ENTRE EL QUE CREE Y EL QUE NO CREE.

El hombre posee libertad y Yo constantemente batallo contra el yo humano que se subleva instante a instante y desea dar rienda suelta a todos sus apetitos. No sólo se ofende a Mi Hijo en el acto, sino con el pensamiento, con este pensamiento que ustedes no sujetan.

Mi Hijo en este instante necesita de todos Sus hijos: de Su Pueblo, del Amor de Sus hijos, pero sobre todo de la Obediencia, de la Esperanza y de la fe en Sus Llamados.

YO NO LES DESAMPARO EN NINGÚN INSTANTE, PERO USTEDES, HIJOS MÍOS, DEBEN CAMBIAR EL RUMBO DEL CAMINO, DE LO CONTRARIO SERÁN PRESA DE SATANÁS Y SUS LEGIONES QUE SE HAN ABALANZADO SOBRE TODAS LAS ALMAS PARA ARRASTRARLAS A LA PERDICIÓN.

Saben que se levanta con poder el anticristo, esa criatura del mal que vendrá a luchar contra el Pueblo de Mi Hijo, que vendrá a sellar al pueblo de Mi Hijo que no se mantenga fuerte y en fe, para decir no al anticristo, ese ser maligno que hará prodigios ante la humanidad, y ante el cual muchos se postrarán para adorarle.

EL ANTICRISTO LLEGARÁ A TOMAR JUNTO CON SU ALIADO, EL TRONO DE PEDRO EN LA TIERRA. [3]

Les llamo constantemente a orar por la Iglesia, por todos Mis hijos, pero sobre todo por la Jerarquía de la Iglesia de Mi Hijo y Mía, ya que, como una barca, navega en aguas tempestuosas que intentan hacerle sucumbir.

LA ORACIÓN JAMÁS SERÁ DEMASIADA,
SIEMPRE ES NECESARIO QUE UNOS A OTROS SE SOCORRAN MEDIANTE LA ORACIÓN.

En estos instantes el demonio y sus legiones se abalanzan sobre el Pueblo de Mi Hijo para golpearles de una u otra forma, tratando de socavar los cimientos firmes de Mis hijos, y de esta manera hacerles caer. PERO USTEDES, CON EL SANTO ROSARIO EN LA MANO Y CON LA FE EN UN MAÑANA GLORIOSO, NO SE DOBLEGUEN, CONTINÚEN FIRMES Y FORTALECIDOS; SEAN CONTINUOS ADORADORES DE MI HIJO PARA QUE LA FUERZA DE ÉL SE MANTENGA EN CADA UNO.

¡Tanto les he hablado en todo el mundo llamándoles a mantenerse alerta sobre esta naturaleza que hará que el hombre se purifique! Los volcanes harán continuas explosiones, las aguas se agitarán, los vientos causarán dolor al hombre y gran destrucción; todo esto porque el hombre no mira la proximidad del cumplimiento de Mis Anuncios.  SERÁ DURANTE EL AVISO [4] QUE SE LAMENTARÁN DE TODO EL PROCEDER DE SU VIDA, PERO NO ESPEREN ESTE ACTO DE MISERICORDIA PARA ARREPENTIRSE, PARA DOLERSE Y PARA HACER FIRME PROPÓSITO DE ENMIENDA.

Amados Míos, el sol será implacable con el hombre, devastará y hará arder la gran tecnología de la cual el hombre hace alarde y ahí e mismo hombre se dará cuenta de que no es nada, simplemente pende de la Voluntad de Mi Hijo y de Mi Intercesión. [5]

LA OSCURIDAD LLEGARÁ A LA TIERRA Y LAS ALMAS CONFIADAS Y ENTREGADAS A MI HIJO, SERÁN FAROS QUE DARÁN LUZ A SUS HERMANOS.

Amados Míos:

¡Cuánto les he llamado a la conversión!... y continúan divagando entre lo santo y lo mundano. Recuerden que los tibios serán vomitados por la boca de Mi Hijo, no lo olviden, tomen en este instante la decisión correcta.

EL MUNDO SE ENCUENTRA TOTALMENTE PERTURBADO, la mente de Mis hijos - y lo digo con dolor-, se encuentra totalmente perturbada, no sólo por los modernismos sino por las constantes asechanzas de la tecnología.

EL HOMBRE YACE EN EL FANGO DE LA INMORALIDAD TOTAL y esto le lleva a castigarse severamente a sí mismo. Ustedes que forman Mi batallón, sean las almas que atraigan la Misericordia de Mi Hijo para que se aminore un poco lo que ya está flagelando al mundo entero.
Amados Míos:

NO DESESPEREN, DE LO ALTO VENDRÁ LA BENDICIÓN, las Legiones Celestiales no les abandonarán y vendrán a proteger al Pueblo de Mi Hijo, a los fieles, a los que por propia libertad digan:

¡SÍ SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, EN TUS MANOS ME ENCOMIENDO Y ME ENTREGO!

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

UNA CRIATURA DE DIOS VENDRÁ A AUXILIARLES EN LOS INSTANTES MÁS CRÍTICOS Y DE PERSECUCIÓNSERÁ ENVIADA DE LO ALTO PARA AUXILIAR A LOS FIELES Y TRAERÁ LA PALABRA EN SU BOCA PARA QUE USTEDES NO TAMBALEEN EN LA FE.  Esta criatura será salvación del Cuerpo Místico de Mi Hijo, y será bendición para aquellos que esperan ser auxiliados directamente por el Cielo.

SEAN UNO EL AMPARO DEL OTRO, NO SE CENTREN EN LO MUNDANO NI EN LO MATERIAL, QUE ESTO NO LES PERTURBE YA QUE LO MATERIAL EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS,  NO TENDRÁ NINGÚN VALOR.

Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios; entréguenme a Mí sus corazones consagrándose a Mi inmaculado Corazón y de esta manera permitan que esta Madre sea el amparo y socorro de cada uno de ustedes.

LES BENDIGO, LES ENTREGO MI AMOR, PEREGRINO FRENTE A CADA UNO Y ASÍ CONTINUARÉ HASTA EL FINAL. UNA MADRE NO ABANDONA A SUS HIJOS.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.




COMENTARIO DEL INSTRUMENTO
AL  MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA AUXILIADORA


Hermanos (as):

¡DESPERTEMOS!...

La Madre Santísima nos ha alertado en todos los aspectos, para que respondamos a los llamados de Su Hijo y a Sus llamados Maternales…

Ella nos llama a la fraternidad para que no nos preocupemos sólo a modo personal sino que nos preocupemos por toda la humanidad.

Intercedamos para que el Espíritu Santo ilumine a la Jerarquía de Nuestra Iglesia y atienda los llamados de la Madre Santísima, que agobiada por la cercanía de lo venidero, suplica que se atiendan Sus llamados.

No temamos, la Verdad nos hará libres y libres de verdad.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO.
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA.

Amén.