Rosario vespertino
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Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, Dios Espíritu Santo, y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Os pido que diariamente os cubráis con Mis Gracias, os cubráis con Mi Protección, os cubráis con Mi Vida, os cubráis con la Sangre de Mi Hijo. (Lenguas…) Hijitos Míos, os pido que diariamente os cubráis con Mis Gracias, os cubráis con Mi Protección, os cubráis con Mi Vida, os cubráis con la Sangre de Mi Hijo, os lo digo, Mis pequeños, porque así como Yo os debo cubrir, y os cubro de hecho y os protejo, también satanás, continuamente está tratando de destruir las almas; trata de destruirlas con sus poderes satánicos. Ya os he dicho que estáis viviendo una gran lucha espiritual entre las Fuerzas Celestiales y las del maligno, y por eso debéis vosotros cubriros continuamente con todas las Gracias que provienen del Cielo, para destruir, no solamente para vosotros, toda la maldad con la que satanás os trata también de cubrir y destruir sino, también, a los vuestros.
Os he ido preparando, Mis pequeños, he ido preparando grupos alrededor de la Tierra, para que vayáis protegiendo, en cada lugar del mundo, a los vuestros, a vuestras ciudades, a vuestras iglesias, a todo lo que esté presente ante vosotros y que Me pertenece a Mí.
Mis pequeños, la lucha se va a ir acrecentando, los poderes del Infierno van a parecer, en un momento dado, superiores a Mis Bendiciones, pero recordad que lo que viene de Mí, lo que es Mío y los que son Míos, se mantienen en humildad, en sencillez, escondidos ante el mundo y, ahora sí, el mundo va a ser prácticamente de satanás.
Vosotros, los que estáis Conmigo, lo entendéis y por eso os he llevado hacia la sencillez, hacia la humildad, hacia la oración profunda, porque es ahí en donde vosotros vais a tener una gran fuerza espiritual, porque vosotros Me tendréis a Mí, vuestro Dios, en vuestro corazón, mientras que los que no están Conmigo, tienen a satanás en su carne, en lo exterior, en lo que es del mundo y lo que es carnal no tiene la fuerza de lo que es espiritual.
Entended pues esto perfectamente bien, Mis pequeños, porque vuestra vida, de ahora en adelante y cada vez más fuerte y quiero que Me lo pidáis, debe ser una vida espiritual y profunda, para que podáis tener ésa fuerza, con la que no solamente lucharéis, sino venceréis las fuerzas de satanás.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Siempre estoy con vosotros, pero al momento en que Me llamáis, vosotros ponéis vuestra voluntad a actuar y eso es lo que Me alegra. Hijitos Míos, lo que es del mundo pertenece al mundo y da frutos para el mundo. Lo que es Mío, lo que es de Dios, da frutos para Mí.
Ciertamente vivís en el mundo, pero vuestros frutos son espirituales, Me transmitís a Mí, porque estáis llenos de Mí.
Ciertamente os reconocéis, los que vivís en el mundo y para el mundo, con los que vivís para Mí, para vuestro Dios, para dar vida espiritual. Sois como el agua y el aceite, no os podéis juntar, por eso os he dicho que en este momento se va a ir separando la humanidad y seréis apartados como el trigo y la cizaña. El agua y el aceite no se mezclan, se repelen, así estará la humanidad en breve pero, ciertamente, como estáis viviendo en el mundo pero no para el mundo, vosotros, los que sois Míos, seréis rechazados, como ya lo venís sintiendo de un tiempo para acá.
Satanás es del mundo, y ataca a todo aquél y todo aquello que no es del mundo. Os tratará de apartar, de destruir, porque su poderío se va engrandeciendo y quiere hacer ver, a los que le pertenecen, que él es realmente el que tiene el poder en el mundo y por eso veréis como que las fuerzas del mal serán superiores al Bien que viene de Mí.
Muchos de vuestros hermanos no sabrán qué hacer, dudarán y ahí es donde vendrá la Gran Confusión porque, como en la antigüedad, el pueblo judío quería un líder y eso era lo que veían en un Mesías que vendría, a vencer a aquello y aquellos que estaban en contra de su vida, de sus ideales. Satanás se ha encargado de llevar a la humanidad a otros ideales, muy contrarios a lo que Yo quiero que seáis, Mis pequeños.
El mundo acepta fácilmente el mal, porque es más fácil, se le permite todo, no tenéis que luchar contra vosotros mismos.
En cambio, aquellos que Me pertenecen, es una continua lucha contra las fuerzas del mal, contra todo aquello que ha sembrado en los corazones satanás, el ángel caído. Aquél que Me pertenece, vive para Mí, buscando que sus hermanos también vengan a Mí; el que vive para satanás, se da cuenta que cayó, no desea levantarse, goza en su maldad y quiere llevar a otros a vivir también en la podredumbre, en la cual, ya viven ellos.
Satanás perfectamente conoce a las almas que están Conmigo y las atacará y, de hecho, lo está haciendo ya, a través de aquellos que le siguen. Ya veis a vuestro alrededor cómo va decayendo la espiritualidad a todos niveles. No hay moralidad, no hay respeto, no hay vida espiritual, no hay hermandad, se han perdido tantos valores y no deseáis restituirlos. Los que estáis Conmigo, sufrís, porque estáis viendo que toda esta podredumbre se está dando a todos niveles: en los gobiernos, en la Iglesia, en las familias, en la sociedad, en vosotros mismos.
No os dejéis vencer, Mis pequeños, luchad contra lo que es del mundo, dejad que Yo, vuestro Dios, os purifique, os santifique. Tenéis la Fuerza de Mi Hijo, Él caminó por el mundo, luchó contra el mundo y lo venció, si pedís Su ayuda, lo podréis lograr también vosotros, Mis pequeños, pero debéis estar consientes en que deberéis vivir una vida ejemplar, como la de Mi Hijo, que deberéis luchar contra el mundo y sus pasiones, contra su libertinaje y su maldad, no os deberéis dejar que os guíe lo que es malo y no os apoyéis en él. Rectitud ante todo, Mis pequeños y eso es difícil, ahora que veis un mundo corrompido, pero debéis luchar contra ello, Mis pequeños, se puede vencer al mal, ciertamente no con vuestras fuerzas, sino con Mis Fuerzas, Fuerzas Divinas que os están apoyando y os están llevando hacia el Bien.
Apoyaos continuamente en Mí, vuestro Dios y cuando la maldad parezca que os cubre y no os da ya ningún respiro, llamadMe, implorad Mi Presencia y ahí estaré, Mis pequeños, aunque ciertamente nunca os abandono, pero Yo quiero que estéis consientes, sobre todo, cuando Me llamáis, porque vosotros no vivís en la perfección, sois todavía niños que os distraéis con tantas cosas y que os dejáis llevar por todo aquello que brilla, aunque sea falso.
Cuando vosotros ponéis toda vuestra voluntad y entendimiento para llamarMe, Yo Me hago patente en vuestra vida, os repito, siempre estoy con vosotros, pero al momento en que Me llamáis, vosotros ponéis vuestra voluntad a actuar y eso es lo que Me alegra, Mis pequeños, que seáis consientes de llamarMe, de vivirMe, y apoyaros y en Mí.
Os amo tanto, Mis pequeños y quiero que estemos siempre juntos, Yo no Me separo de vosotros, ¿trataréis vosotros de ya no separaros de Mí? Os lo agradeceré, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: Os quiero llevar, Mis pequeños, a la saciedad espiritual. Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo, Mis pequeños, (Lenguas…) Os quiero llevar, Mis pequeños, a la saciedad espiritual. Vosotros aún no conocéis lo que es ésta vida espiritual que Yo os quiero conceder, pero llenaros plenamente de ella; es una vida de Cielo, Mis pequeños, una vida de Amor Pleno.
Esta saciedad espiritual, a la que os quiero llevar, ciertamente, se dará en diferentes niveles, de acuerdo a vuestra espiritualidad, de acuerdo a vuestro amor, el que tenéis en vuestro corazón, el que dais a vuestros hermanos, pero ésta saciedad espiritual, consistirá en que no envidiaréis lo que el hermano tiene, porque estaréis colmados de Mi Gracia, así como cuando coméis y os saciáis y si se os ofrecen manjares suculentos extras, ya no los queréis, porque estáis saciados y así será, en éste nuevo tiempo por venir. Los que estéis bajo la Gracia de la Santísima Trinidad, en estos Cielos Nuevos y Tierras Nuevas que albergarán a las almas escogidas, a la buena semilla, a la que da buen fruto, la que iniciará una nueva era de amor en Dios, en el Amor Divino, seréis saciados, Mis pequeños, en Virtudes, en Amor, en hermandad. El mundo viejo ya no se presentará ante vosotros, su corrupción, su maldad, sus pecados, será un pasado para vosotros. Tal será la belleza espiritual que Yo os concederé, que no querréis voltear hacia atrás.
Ciertamente comprenderéis el pasado de pecado que hubo, pero el vivir ésta Gracia nueva, ésta vida nueva que se os concederá por Nuestra Gracia, por Nuestro Amor hacia vosotros, hará que vosotros veáis hacia el frente. Se os ha dicho que el Amor y sus frutos, son dinámicos, no los podéis detener, cuando ya los poseáis, querréis transmitirlos a los demás. A aquellos que veáis que no los poseen, será para vosotros un gozo inmenso transmitir lo que tendréis.
Estos serán tiempos de una hermandad Celestial aquí en la Tierra. Gozaréis lo que tanto se os ha prometido y lo agradeceréis de corazón, porque no os imaginabais tanta belleza, tanto Amor, tanta dulzura de vuestro Dios hacia vosotros. El pecado y la maldad que os rodean, no permiten que vosotros gocéis lo que es verdaderamente puro, espiritual. La maldad ha contaminado todo, vuestra espiritualidad deja mucho qué desear. Ciertamente se os concede a momentos, vivir destellos de ésta espiritualidad pura y es cuando vivís los éxtasis de Amor, que gozáis inmensamente, aunque sean pequeñitos.
Imaginad pues, Mis pequeños, el vivir en un éxtasis continuo, porque tendréis la Presencia Divina en vosotros, y a vuestro alrededor, a través de la donación que tendréis cada uno de vosotros viviendo como pueblo de Dios, será cuando entenderéis lo que se os dice en las Escrituras: “el pueblo de Dios”, porque tendréis ésa semejanza espiritual que gozaréis cuando os dé la plenitud a la que estáis llamados, plenitud espiritual que debéis desear ya desde ahora, porque es un regalo inmenso que se os ha prometido y que se os dará, Mis pequeños.
Agradeced infinitamente, a Nuestra Santísima Trinidad, estos regalos tan grandes que se os darán a cada uno de vosotros que, aunque pequeñitos sois, vuestro amor se engrandecerá cuando os unáis perfectamente a Nuestra Voluntad.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: No escondáis la lámpara debajo de la cama o en el closet, vosotros sois lámparas que debéis salir ya, a alumbrar al mundo que está en obscuridad. Yo, Esclava del Señor, Pequeña Servidora de Nuestro Dios, Alabada por los santos ángeles, revestida por las Gracias de la Trinidad, Hermosa por las Virtudes con las que Me revistió Nuestro Dios y Señor. Vida Divina en Mí, porque Su Sierva Soy, grandes cosas ha hecho Mi Dios y Señor en Mí, Su Esclava y sigo Su Voluntad, no pregunto, acepto, obediente Soy a las órdenes de Mi Señor. En Mí rige Su Voluntad, en Mí se manifiesta, Su Amor y en Mi Pequeñez, se da Su Grandiosidad. Pequeña Soy y quiero seguir permaneciendo así, ante la Voluntad de Nuestro Dios y Señor.
Mis pequeños, Soy vuestra Madre, Madre de todo el género humano, Yo os cuido y os protejo, porque pertenecéis a Nuestro Dios.
Os amo, sois tan frágiles, Mis pequeños, dañáis tanto el Corazón de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, pero antes de que lleguen vuestros pecados y vuestra maldad a Nuestro Dios, os disculpo y trato de que vuestras faltas no dañen tanto al Corazón de Nuestro Dios.
Una madre hace esto y más, Mis pequeños, por sus hijos, para no molestar a su padre, a quien tanto le deben.
He ido alrededor del mundo, he visto tantas cosas que vosotros hacéis, Mis pequeños, que dañan tanto el Corazón de Nuestro Dios. He detenido Su Brazo de Justicia por mucho tiempo, porque os sigo disculpando, pero ya la maldad del mundo ha sobrepasado Su Divina Misericordia y por eso el tiempo de Justicia está ya sobre vosotros, pero con esto, Mis pequeños, no estoy anunciándoos desastres sin sentido, destrucción sin algún fin, el mal ha contaminado al Bien que se os dio, empezando con vuestra alma, que es un Bien inmenso que vosotros no apreciáis, porque al decir “alma”, Mis pequeños, es decir capacidades inmensas que, ciertamente, no conocéis en totalidad, pero que por Fe debierais cuidar y aceptar, porque cuando vuestra alma se libere de la maldad en la que ahora estáis viviendo, conoceréis las Potencias que ella tiene.
Ciertamente, como dice la oración, estáis viviendo en un valle de lágrimas, habéis venido a liberar al mundo, del mal al que cayó, con el Bien que se os enseñó, pero no habéis hecho vuestro mayor esfuerzo y el mal ha crecido demasiado y esto no puede seguir así, Mis pequeños, porque si se le permite, os ahogará y os destruirá y Nuestro Dios y Señor, Nuestro Creador, quiere lo mejor para vosotros. Su Divina Justica se dará, pero para destruir el mal, que hay a vuestro alrededor y que hay en vuestro interior. Cuando cometéis un mal, se os da un castigo para que os arrepintáis de él y no lo volváis a hacer, os habéis ganado el castigo, pero después de vuestro arrepentimiento, nuevamente la Gracia de Nuestro Dios os abrasará, os perdonará y os elevará a niveles inimaginables para vuestras almas, que ahora, esclavizadas están por el pecado.
Orad pues, Mis pequeños y arrepentíos de corazón de vuestros pecados y orad por los pecados de vuestros hermanos que tanto dolor han causado al Corazón de Nuestro Dios, a quien solamente Le debéis amor, respeto, vida. Caísteis en la muerte, en la muerte espiritual, porque la aceptasteis y la alimentasteis, no luchasteis contra el mal que os rodeaba y, así, la humanidad se ha ido destruyendo poco a poco, hasta llegar a lo que ahora veis a vuestro alrededor y en vuestro interior.
Vosotros mismos, los que aún tenéis discernimiento en vuestro corazón, os dais cuenta de ello, éste mundo ha caído tanto en la maldad, que ya no podéis vivir en él y Me refiero a vida espiritual, porque vivís atacados continuamente por todo aquello que os rodea y por muchos de vuestros hermanos que también os rodean, que ya se han contaminado y que se han dejado seducir fácilmente por satanás.
Este mal se puede detener y destruir, si vosotros cambiarais de vida y con sincero corazón os arrepintierais, como Yo Me di en totalidad a Él. Los verdaderos hijos entienden lo que la Madre les dice, porque la Madre les enseña, desde pequeñitos, lo que tienen que hacer.
Sed humildes y sencillos, sed dóciles a la Palabra y a la Voluntad de Nuestro Dios, servid a vuestros hermanos, sed ejemplo ante el mundo de las Gracias, de las Bendiciones y Dones que Nuestro Dios, en su Santísima Trinidad, os ha concedido. No escondáis la lámpara debajo de la cama o en el closet, vosotros sois lámparas que debéis salir ya, a alumbrar al mundo que está en obscuridad, que ha escogido el mal y al que le debéis decir, con vuestra presencia, con vuestra palabra, con vuestro ejemplo, que todavía hay Luz y ésa Luz está en vosotros y, por eso, deberéis iluminar a los que están a vuestro alrededor para que os sigan, porque vosotros estáis en Dios, vosotros llevaréis a vuestros hermanos, con vuestra vida de ejemplo, a encontrar al Verdadero Dios que debe guiar sus vidas, al Verdadero Dios que es el Dueño de vuestra existencia.
Venid pues, Mis pequeños y dejad que vuestra Madre os siga guiando, os siga protegiendo, siga intercediendo por vosotros. Implorad Mi Presencia en vuestra vida y en la de los vuestros, tenéis mucho qué hacer, pero Yo estaré con vosotros, os protegeré contra las fuerzas de satanás, que querrá apagar vuestra Luz, pero no podrá, porque es tiempo ya en que vosotros, los que sois Luz, tendréis una Fuerza descomunal que no podrá ser vencida por satanás. Es tiempo de que la Luz se dé a nivel universal, que se restaure todo lo que cayó por el Pecado y que regrese todo a la unidad, en el Amor de la Santísima Trinidad.
Rogad pues, Mis pequeños, junto Conmigo, a Nuestro Dios, que venga ya Mi Hijo a reinar sobre vosotros, que el mal quede encadenado, que el Bien sea vuestra verdadera vida.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Estáis en el tiempo ya en que se os revelará directamente a vuestro corazón lo que he sido Yo, vuestro Dios, Jesucristo, para el bien de vuestra alma y de vuestra vida. (Lenguas…) El Cielo entero canta: “Bendito el que viene en el Nombre del Señor, Bendito sea Nuestro Dios, que vendrá a Reinar sobre la Tierra, Bendito sea Su Santísimo Nombre, Bendita sea Su Presencia Divina que nos traerá la Paz, el Bien y el Amor a todos nosotros”.
El Cielo entero alabamos Su Santo Nombre, los ángeles y los santos, aquí en el Cielo, vivimos ya ése momento, lo gozamos.
Oh, Mis pequeños, Mis pequeños, grandes gozos tendréis sobre la Tierra, maravillas excelsas del Amor de Dios bajarán a la Tierra para llevaros hacia una nueva vida que gozaréis inmensamente. Los ángeles y los santos alaban Mi Santo Nombre.
Soy vuestro Dios y Redentor, Soy la Vida que ahora no tenéis, Soy vuestro Dios, que debo vivir en el corazón de cada hombre, porque vosotros debéis ser uno Conmigo, que como Dios, Soy uno con vosotros, cuando abrís vuestro corazón a Mi Voluntad, cuando Me dejáis vivir en plenitud en vosotros, os falta tanta Fe, Mis pequeños, para que os desarraiguéis de vosotros mismos.
Vuestros Primeros Padres quisieron vivir en su voluntad y se apartaron de Nuestra Voluntad y de esta forma perdieron todo lo que tenían. La soberbia, Mis pequeños, los destrozó y por eso os pido, Mis pequeños, volváis a la humildad y a la necesidad de ser uno con vuestro Dios.
Ellos se apartaron de ésa unidad y es el tiempo en que la humanidad tiene que entender que no podéis vivir apartados del tronco que os da vida, la Savia Divina que os da Verdadera Vida, que os da Sabiduría Santa, que os llena del Amor Infinito, con el cual podéis lograr todo.
Mis pequeños, vivir en el Amor, el Verdadero Amor, os concede Potencias, que la gran mayoría de vosotros no conocéis, ya que cuando vivís en el Verdadero Amor, hasta las mismas Escrituras os dicen que podréis lograr hacer grandes milagros.
Mover una montaña, Mis pequeños, es nada a lo que puede lograr el Verdadero Amor, con Milagros que se pueden dar al soltar vuestra voluntad pequeña a la Voluntad Infinita de vuestro Dios.
Os habéis arraigado demasiado a vuestro ser, a vuestras capacidades, a lo que conocéis, porque os falta Fe, confianza y seguridad en Mis Palabras y en Mis Promesas.
Queréis seguir viviendo en lo tangible y no os soltáis a lo intangible, que es la vida espiritual, pero que da frutos tangibles, visibles y bellísimos para vosotros y para vuestros hermanos.
Vivir en el Amor es una vida Divina a la que estáis llamados todos vosotros. Bajé a la Tierra para esto, Mis pequeños, para enseñaros cómo vivir el Verdadero Amor que se vive en el Reino de los Cielos.
No habéis querido entender, os di toda una Vida para que crecierais en Fe y dejarais lo tangible, pero seguís siendo ésos sujetos tercos, faltos de Fe y de confianza, almas pobres que prefieren vivir en esa mediocridad mundana y no en la riqueza espiritual a donde se os ha llamado para que viváis, ya desde la Tierra y luego eternamente.
Me habéis costado mucho, Mis pequeños, Mi donación fue por cada uno de vosotros y cuando Me despreciáis, Me duele tanto, porque Yo os veía a cada uno de vosotros, a lo largo de Mi Vida, durante Mis Dolores, durante Mi donación, durante Mi Muerte y Resurrección.
Vosotros mismos os sentís defraudados cuando tratáis de hacer un bien a un hermano vuestro y no se os agradece y hasta os desprecian por el bien que les hicisteis. Imaginad cómo Me siento Yo, en Mi Sensibilidad Divina y por millones de hermanos vuestros. Ese desprecio Me duele, Mis pequeños, Me di en totalidad por cada uno de vosotros y millones de vosotros Me despreciáis, no Me reconocéis como vuestro Salvador, no reconocéis Mi Amor por vosotros.
Cuánto dolor Me causáis, Mis pequeños, estáis en el tiempo ya en que se os revelará directamente a vuestro corazón lo que he sido Yo, vuestro Dios, Jesucristo, para el bien de vuestra alma y de vuestra vida.
Orad, Mis pequeños por vosotros y por vuestros hermanos, para que ésta oportunidad que se os dará, sea fructífera y regresen muchas almas a Mí, con esto Me daréis un gozo inmenso. Mi Amor ciertamente soporta vuestra falta de amor hacia Mí, porque los padres siempre aman, a pesar del desprecio de los hijos.
Seguid pues luchando, Mis pequeños, por éste crecimiento de vida espiritual entre vosotros, por éste Amor que ha sido despreciado por multitudes, Mi Amor os ama y quiere lo mejor para vosotros. DadMe ése gozo como Yo Me doy por vosotros y gozo por aquellos que gozan Mi Donación que ha sido vuestra salvación.
Gracias, Mis pequeños. |
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jueves, 20 de octubre de 2011
Sep 25_11 Os quiero llevar, Mis pequeños, a la saciedad espiritual.
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