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lunes, 9 de agosto de 2010

Mensajes de Nuestro Señor Jesús a Ana

MENSAJES

El primer día de cada mes, Nuestro Señor le dicta a Ana un nuevo mensaje para toda la humanidad sobre Su llamado a servir.



Agosto 1, 2010

Jesús

Estén en paz en sus tareas, queridos apóstoles. Ni se apuren, ni se demoren. No cesen en su servicio al Cielo, donde quiera que ese servicio los ha llevado. Nosotros nos movemos a un paso fijo si estamos juntos. Si están trabajando sin Mí, puede ser que se encuentren ya sea precipitándose o demorándose. Yo no me apresuro y Yo no me demoro. Pruébense hoy. Determinen su paso. Si es firme y están calmados, todo está bien. Si sus pasos son rápidos, y no están calmados, quizás han olvidado que es el trabajo Mío el que están haciendo, y no su propio trabajo. Si han dejado de trabajar para el Cielo, porque están tristes, frustrados o desanimados, entonces eso es señal que necesitan que Yo los renueve y les devuelva su confianza en nuestra unión. Yo les hablo a ustedes del abandono y les pido que consideren el resultado de su servicio sin importancia debido al hecho que ustedes no tienen control de los frutos de sus días. La mayoría de los días, ustedes no verán los frutos. La mayoría de los días, ustedes no podrán comprender los frutos. Esto es porque Mis queridos amigos tienen una limitada comprensión del poder del Cielo y la paciencia del Cielo. Si el Cielo tiene una meta que realizar, el Cielo empieza a prepararse temprano. La mayoría de sus servicios, Mis queridos apóstoles, serán el de sembrar semilla para conversiones futuras. Queridos apóstoles, tan cercanos a Mí, ¿pueden aceptar esto? ¿Podrían confiar en Mí? Muchas personas contribuyen a la construcción de un edificio en la Tierra. Piensen en todo lo que sucede antes que el edificio es construido. Todos los materiales deben ser producidos, amoldados, y después juntarse y tiene que haber un plan. Quizás la gente que produce los materiales nunca podrán ver el edificio que es levantado debido a sus contribuciones. Así es con el Reino de Dios. Hay muchas manos trabajando en este mundo reuniendo materiales para el establecimiento del edificio que el Padre ha deseado para Su Iglesia en la Tierra en este momento. Ustedes son Mis trabajadores diligentes que alegremente están de pie al servicio del Rey. Yo les agradezco, queridos amigos. Yo les insisto a que confíen, que tengan paciencia y que participen animados en este plan, dondequiera que Yo los he colocado. Alégrense! Muestren a otros la felicidad que viene con saber que son amados y protegidos.


Dirección para Nuestros Tiempos
(Direction for Our Times)