El domingo 17 de agosto de 2014 se celebró un encuentro de oración con la presencia del vidente Iván Dragicevic en la hermosa Iglesia de Santa Corona en Vicenza ante unas mil personas. Lo acompañó Krizan Brekalo, quien tradujo las palabras en croata de Iván, ya sea durante el testimonio como el mismo mensaje que dio la Virgen.
La jornada estuvo animada con los cantos de Roland. La Santa Misa fue celebrada por Don Primo Martinuzzi y Mons. Ezio Busato dirigió la Adoración Eucarística. También estuvo presente Saverio Gaeta, vaticanista particularmente ligado a Medjugorje.
A continuación les ofrecemos el vídeo de la aparición a Iván y los detalles de su encuentro con la Virgen, los cuales le transcribimos:
«Esta noche la Virgen ha venido contenta y feliz. Nos ha saludado a todos con su saludo materno: “¡Sea alabado Jesús, queridos hijos!” Después oró por un tiempo sobre todos nosotros con los brazos extendidos, de modo particular oró por todos los enfermos aquí presente. Después oró particularmente por los sacerdotes presente. Luego la Virgen dijo:
“Queridos hijos, hoy de manera especial, los invito a orar por la paz. Ábranse al Espíritu Santo, queridos hijos, que el Espíritu Santo los guíe: de manera especial, queridos hijos, en este tiempo, oren por mi amadísimo Santo Padre, oren por su misión, la misión de la paz. La Madre ora junto a ustedes e intercede ante su Hijo por cada uno de ustedes. Gracias, queridos hijos, porque también hoy han respondido a mi llamado.”
Después, la Virgen, oró por la paz en el mundo. Luego nos bendijo con su bendición materna y bendijo todos los artículos religiosos que han traído para la bendición. Los encomendé a todos ustedes, todas sus necesidades, sus intenciones, esta parroquia y esta diócesis en la que estamos. A continuación siguió una conversación privada con la Virgen. Luego la Virgen continuó orando un tiempo sobre todos nosotros y en esta oración se marchó, se marchó en el signo luminoso de la luz y de la cruz con su saludo: “Vayan en paz, queridos hijos míos.”
Esto es lo más importante del encuentro con la Virgen de esta noche. Ella nos invita nuevamente a orar por la paz, a abrirnos al Espíritu Santo para que nos guíe y, particularmente, a orar por el Papa Francisco y sus proyectos por la paz. Espero que esta noche nos vayamos renovados espiritualmente y que esta renovación espiritual continúe en sus familias, que todos seamos verdaderamente nuevos apóstoles…
En otro mensaje la Virgen dijo: “No hablen solo de oración, inicien a vivir la oración. No halen solo de paz, inicien a vivir la paz. Queridos hijos, en este mundo de hoy hay muchas palabras: hablen menos y hagan más.” Gracias.»


Aquel viernes de junio, en el 30 aniversario de las apariciones de
Medjugorje, Ivan Dragicevic dejó de lado su habitual estilo
testimonial para elevar la mirada a lo viniente.
Para Ivan comprender ese porqué de las apariciones no es,
como pudiera parecer, hacer justicia a unas apariciones tan amadas como odiadas,
sino el poder percibir con los ojos del alma la grandeza de la vida de fe. Lo
dirá con otras palabras: “El tiempo que tenemos ante nosotros es de una gran
responsabilidad. Cada uno es responsable. Cada familia es responsable. Debemos
guiar a nuestras familias espiritualmente y basar nuestra vida en las cosas
santas del Evangelio. Debemos llevar a la práctica lo que el Evangelio enseña.
Este es el mensaje de estos treinta años. No es una novedad, lo sabemos por la
Iglesia. Pero no lo vivimos. La Señora nos invita a ser responsables.” Entonces,
cuando esos sucesos ocurran y comprendamos esto de un modo evidente, ¿no es cómo
decir que la realidad de Dios ya no permanecerá oculta a nuestro entendimiento?
¿Qué se nos hará patente no sólo que Dios estuvo presente estos oscuros años,
que la Virgen realmente se apareció, sino que no hay más opción que o Dios o no
Dios, y que la elección por Dios abre las puertas al futuro, mientras que la
negación de Dios sólo trae la destrucción de todo y todos?
¿Qué nos tienen reservados los tiempos futuros?
Ivan Dragicevic eleva la mirada hacia eso, más allá de las terribles
consecuencias de nuestra “irresponsabilidad” si elegimos no-Dios. Porque viene a
decir, que a pesar de que podamos ser tan irresponsables (y por esa línea
parecen ir los diez secretos de Medjugorje) al final se nos tiene reservado un
algo desconcertante que tiene relación con esa presencia casi diaria de la
Virgen enseñando a vivir el Evangelio.