viernes, 6 de mayo de 2016

Abr 14_16 Que nada os asuste, que nada os haga dudar, ved siempre la Luz de vuestro Dios.

Abr 14_16 Que nada os asuste, que nada os haga dudar, ved siempre la Luz de vuestro Dios. ImprimirE-Mail
Rosario vespertino

Temas: 


  • Vosotros, sin Mí, no sois nada y Yo tengo que estar, con vosotros, en todo aquello que os pida que hagáis por Mí. No podéis actuar en el Mundo sin Mi ayuda y, especialmente, cuando queráis luchar contra satanás.
  • Por el Pecado Original, todo quedó afectado y, así, vuestro cuerpo, al quedar afectado, tiende a la carne, a los pecados de la carne. Vuestro cuerpo, así, como toda la Creación, quedó descontrolado. 
  • Respetad, pues, la vida de vuestros hermanos, la vida del cuerpo y la vida del alma, ayudadles a crecer y pedidMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que os ayude a crecer como lo que sois, y deberéis ser, Mis verdaderos hijos en Cristo Jesús.
  • PedidMe, Mis pequeños, nunca perder la Fe y amadMe por sobre todas las cosas. Todo lo que tenéis, viene de Mí, recordad esto siempre, Mis pequeños y agradecedlo, por toda la eternidad.
  • El tiempo es próximo, se os ha ido preparando poco a poco, orad por aquellos que no quieren entender, todavía, estas Palabras que se os han venido diciendo de un tiempo para acá.



Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V. 



Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Vosotros, sin Mí, no sois nada y Yo tengo que estar, con vosotros, en todo aquello que os pida que hagáis por Mí. No podéis actuar en el Mundo sin Mi ayuda y, especialmente, cuando queráis luchar contra satanás.

Hijitos Míos, vosotros menospreciáis el poder de satanás, él es un arcángel, ciertamente, caído y, también, ciertamente, sus capacidades de desarrollo angelical se detuvieron en el momento en el que él pecó contra Mí, cuando Me dio la espalda, cuando se opuso a Mis Leyes, a Mis Mandatos, pero, aun así, recordando que él era el arcángel más poderoso en ése tiempo, vosotros estáis en una medida muy inferior a sus capacidades.

Os he dicho que para que él pueda atacaros y poneros a prueba, Me tiene que pedir permiso, y Yo limito sus capacidades de ataque, tanto contra vosotros, como contra toda la humanidad y contra todo lo existente.

Os tenéis que dar cuenta que sois muy pequeños, que pronto iréis viviendo su poderío maligno contra vosotros, cuando se empiecen a dar los acontecimiento de la purificación. Su maldad es inmensa, es una maldad absoluta.

Podéis daros cuenta de su capacidad maligna cuando atacó a vuestros Primeros Padres. Ellos estaban en su mejor momento, ellos eran los reyes de la Creación, eran santos, los creé perfectos, vivían en Pureza, en Amor inmenso. Yo compartía Mi tiempo, Mi Vida con ellos y ellos también lo hacían así; satanás los atacó y los venció.

Vosotros tampoco tenéis las capacidades que tenían vuestros Primeros Padres: capacidades, también, inmensas y aun así los venció satanás. 

Si algunos deben pedir Sabiduría, sois todos vosotros, para que con esto que os estoy advirtiendo, os protejáis, pidiéndoMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que os dé la Sabiduría y capacidades necesarias para poder luchar contra sus capacidades de maldad.

Muchos han querido tratar de vencerlo y no se han preparado y él los ha destrozado, porque, primeramente, aquellos que lo han querido atacar, no se han preparado espiritualmente y, además, no Me han pedido a Mí, vuestro Dios, Mi ayuda para vencerlo, sobre todo cuando quieren hacer algún exorcismo o que quieren sacarlo de algún lugar donde os está molestando.

Os vuelvo a repetir, como tantas veces lo he dicho: vosotros, sin Mí, no sois nada y Yo tengo que estar, con vosotros, en todo aquello que os pida que hagáis por Mí. No podéis actuar en el Mundo sin Mi ayuda y, especialmente, cuando queráis luchar contra satanás. Es un enemigo muy poderoso, no conocéis sus capacidades, porque, Yo, se lo he impedido, para que no os ataque con todo su poder.

Protegeos con Mis Capacidades, con Mi Presencia en vosotros. Os he dicho que lo Mío, es vuestro y, especialmente, si estáis trabajando para Mí, en la Tierra, para ayudarMe en la salvación de tantas almas que la necesitan. No podéis trabajar solos, sed sabios, sed humildes, no actuéis solos, sois niños y muy débiles, en comparación a los poderes de vuestro enemigo.

PedidMe, en todo momento, que os acompañe en Mi Santísima Trinidad, que os acompañe Mi Hija, la Siempre Virgen María, el Señor San José, los Santos Ángeles, y tened esto bien presente, Mis pequeños: cuando los acontecimientos de la purificación se empiecen a dar, aprovechará que todo en el mundo se vuelve un caos, y os prometerá infinidad de cosas y os engañará. De él no puede salir un bien, porque es la maldad absoluta, así, que, si os está prometiendo un bien, debéis estar seguros de que os está mintiendo. Acudid a Mí, inmediatamente, para que unidos lo ataqueMos y levantemos a este Mundo hacia el Bien.

Vosotros debéis estar en todo tiempo Conmigo, no os apartéis de Mí ni de Mi Hija, la Siempre Virgen María; trabajeMos juntos, será vencido, y será vencido por Mi Amor, en Mi Hija La Siempre Virgen María.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Por el Pecado Original, todo quedó afectado y, así, vuestro cuerpo, al quedar afectado, tiende a la carne, a los pecados de la carne. Vuestro cuerpo, así, como toda la Creación, quedó descontrolado. 

Hijitos Míos, uno de los pecados más comunes en los que caéis fácilmente, es el pecado de la impureza. 

Por el Pecado Original, todo quedó afectado y, así, vuestro cuerpo, al quedar afectado, tiende a la carne, a los pecados de la carne. Vuestro cuerpo, así, como toda la Creación, quedó descontrolado. 

Cuando vuestra alma está en Mí, y lucha por estar en Mí, controla al cuerpo y sus necesidades, pero cuando vuestra alma no se encuentra en una estado de pureza, de paz, de amor, cuando no Soy lo Primero en vuestra vida y le dais primacía al cuerpo, éste os va a llevar a pasiones desordenadas.

Vosotros lucharéis toda vuestra existencia contra las pasiones de vuestro cuerpo y, también, vosotros buscaréis que vuestra alma crezca a niveles de pureza y santidad.

La lucha es continua, y satanás lo sabe, y si vosotros os dais cuenta cómo os ataca satanás, a vuestro alrededor, va a tratar de que vosotros caigáis en el pecado de la impureza. Cuando el individuo cae en el pecado y se deja vencer por él, su vida espiritual también cae.

Son dos fuerzas extraordinarias, las potencias del cuerpo y las potencias del alma; tenéis todas las armas necesarias para que vosotros podáis vencer a ésa decadencia espiritual en la que estáis la gran mayoría de vosotros y a donde os quiere llevar vuestro cuerpo, vuestra carne, a la que no le habéis dado una dirección correcta.

Cuando vosotros Me pedís ayuda y ponéis de vuestra parte, a través de la oración, del ayuno, de la penitencia, que es la forma de vencer la caída de la carne hacia el pecado, Yo os ayudo, si queréis crecer en espiritualidad; pero, si os dejáis vencer por esta caída natural, por el Pecado Original, y vuestra carne os vence, generalmente, caeréis,  también, fuertemente en lo espiritual y, así, vuestro problema, se va acentuando. Crece el pecado de la carne y por no estar buscando vuestro crecimiento espiritual, vais cayendo más profundo y termináis a niveles muy bajos de espiritualidad y a pecados muy graves, que os apartan de Mí.

Satanás lo sabe y os va llevando, poco a poco, a que perdáis la espiritualidad, a través de que vosotros busquéis las desviaciones de la carne. Ciertamente, vuestro cuerpo busca lo que necesita, pero vosotros lo debéis dominar y Yo os ayudo, cuando vosotros Me lo pedís.

Es una lucha continua, Yo estoy con vosotros, no os dejéis vencer por las tentaciones de satanás y no les toméis tanta importancia, porque, cuanto más os preocupéis por ello, más fácil os vencerá satanás. Las tentaciones siempre las tendréis, llegarán a vuestra vida, simplemente, rechazadlas, no os preocupéis, poned vuestras preocupaciones en Mi Corazón y Yo os ayudaré a vencerlas.

Ya os dije antes, satanás no es tan fuerte como lo imagináis, lo podéis vencer fácilmente con Mi Gracia, no os separéis nunca de Mí y lo venceréis. Vinisteis a la Tierra a sembrar el Bien, y no a enlodaros con el mal, a donde él os quiere llevar.

Vosotros tenéis una misión bellísima, que es la de transmitir Mi Sabiduría, Mi Amor, Mi Paz, Mis Palabras a vuestros hermanos para su crecimiento espiritual, satanás lo sabe y  no quiere que vosotros salvéis almas pero, si vosotros os empezáis a preocupar con sus ataques, os pondréis nerviosos, os vais a desestabilizar y perderéis vosotros.

Manteneos siempre en la Paz que Yo os doy y la Paz viene con la Fe y con la Confianza hacia Mí y os llenaré de Mi Amor; satanás no puede haceros nada si estáis llenos de Mi Amor.

Seguid adelante, Mis pequeños, juntos lo vencereMos, dejad que Mi Sabiduría y Mi Amor crezca en vosotros, no permitáis que satanás enlode vuestra alma y eche a perder vuestra misión aquí en la Tierra, que es inmensamente grande y bella, es una misión Divina, es una misión de salvación, es una misión de Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Respetad, pues, la vida de vuestros hermanos, la vida del cuerpo y la vida del alma, ayudadles a crecer y pedidMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que os ayude a crecer como lo que sois, y deberéis ser, Mis verdaderos hijos en Cristo Jesús.

Hijitos Míos, os di el Mandamiento de “no matarás” y os he hablado de que podéis matar el cuerpo y que podéis matar el alma, en cualquiera de las dos opciones, es un pecado muy grande. Estáis atentando contra vuestro hermano, estáis destruyendo su cuerpo o su alma o ambos. No es lícito para vosotros atentar contra vuestro hermano.

Satanás os lleva a ello, y si os dais cuenta, se ha ido incrementando alrededor del Mundo, porque sabe que esto Me molesta mucho, porque os lleva a ir en contra del Mandamiento  que os dio Mi Hijo, de “amaos los unos a los otros, como Yo os amo”; que os amarais como hermanos, que os ayudarais como hermanos.

El ayudaros como hermanos, es el ayudaros a crecer en cuerpo y alma, como los padres, también, lo deben hacer con sus hijos.

Cuando tenéis un hijo, lo ayudáis a crecer en cuerpo y alma. Le dais vida con el alimento del cuerpo, le dais vida con las Enseñanzas espirituales que vosotros habéis aprendido de Mí, a lo largo de vuestra existencia y a través de vuestros hermanos sacerdotes, vuestros padres, hermanos. 

Para el Mandamiento de no matarás, debéis crecer grandemente en el Amor, en el respeto al don de la vida, en el respeto a la vida hacia vuestros hermanos, a la ayuda que les debéis dar para su crecimiento espiritual y aún físico.

Todos vosotros tenéis una misión en la Tierra y todos vosotros os complementáis los unos a los otros, pero ¿cuántas veces, realmente, ayudáis a vuestros hermanos?, se os hace más fácil eliminarlos de vuestra vida, ya sea, a través de la crítica, ya sea, del ataque verbal, algunas veces, hasta asesinando o ignorándolos.

Os he dicho que satanás es la maldad absoluta y si vosotros le hacéis caso, estaréis en graves problemas en vuestro Juicio Final, ante Mí, vuestro Padre, vuestro Dios. Soy el Único que puede tomar la vida o que os la puede devolver.

Vosotros, no podéis tomar la vida de vuestros hermanos, ella Me pertenece a Mí. Yo os creé y Yo os puedo quitar vuestra vida humana y lo recalco así, humana, porque la vida espiritual, no muere, muere el estado de Gracia de vuestra alma pero, vuestra alma, nunca muere, y satanás, es lo que hace, os quita la vida de la Gracia.

Ciertamente, puede hacer que muráis de alguna forma en vuestro cuerpo, ya sea a través de una enfermedad, ya sea por el ataque de un hermano vuestro, a través de un accidente, múltiples formas para que os pueda quitar la vida del cuerpo, y esto, en las Escrituras lo tenéis escrito, “no temáis tanto a aquél que pueda matar vuestro cuerpo, sino a aquél que mate vuestra alma”, ya que, la muerte del alma, es la pérdida de vuestro estado de Gracia, que, al caer en pecado grave, vosotros perdéis la vida de la Gracia y el derecho a regresar al Reino de los Cielos, si no os arrepentís de vuestro pecado.

Como os dije, observad, deteneos por un momento y ved cómo satanás os está atacando de múltiples formas para que perdáis el estado de Gracia. Ciertamente, estáis viendo  ataques y muertes por todos lados del Mundo y se van a ir incrementando, por eso, os pido que sigáis orando por aquellos que irán muriendo, para que se puedan arrepentir a tiempo y que la humanidad regrese al estado de Gracia, para que cuando mueran, de cualquier forma, esté su alma preparada para regresar a Mí.

Vuestra alma tiene que estar, siempre, en estado de Gracia y no solamente para que podáis trascender al Reino de los Cielos, sino para que vuestra alma dé mucho fruto. No es lo mismo un alma enferma, un alma en pecado, un alma llena de maldad, porque le hizo caso a satanás y de esta forma no da fruto, a un alma que está en estado de Gracia, que esto quiere decir, que vive en Mi Amor, que dará fruto, que Me transmitirá, que ayudará a infinidad de almas en su conversión y en su salvación. 

Estas almas, ciertamente, son muy atacadas por satanás y mientras más os acerquéis a Mí y estéis en estado de Gracia, satanás querrá destruiros, querrá matar vuestra alma: manteneos en vida espiritual, para que deis mucho fruto. No temáis a los acontecimientos de la Purificación que puedan matar vuestro cuerpo, tarde o temprano os tendréis que despojar de él y vuestra alma volará hacia Mí, os debe preocupar más que cuando lleguéis a Mí, ¿en qué estado estará vuestra alma, en vida o en muerte?

Vosotros deberéis estar siempre pendientes del estado de vuestra alma, para que la muerte, cuando llegue a vosotros, os dé una bella sorpresa. La muerte, es solamente un estado del cuerpo, en que vuestro cuerpo dejará de vivir, para dejarle una libertad total de vuestra alma; y tomadlo así, Mis pequeños. Vuestro cuerpo, encarcela a vuestra alma, no le permite usar todas las potencias que el alma tiene, ya que vuestro cuerpo, ahora, afectado por el Pecado Original, impide que vuestra alma utilice todas ésas potencias, con que Yo la he dotado.

Cuando la muerte llega a vosotros, es una alegría, si estáis Conmigo, y en ése momento, sentiréis la libertad de vuestra alma y veréis las capacidades que tiene y os alegraréis inmensamente de que vuestro cuerpo ya no os aprisiona.

No toméis a la muerte como algo nefasto en vuestra existencia, al contrario, pedidle a la muerte que llegue a vosotros, para que podáis gozar las potencias del alma, pero vuestra alma tiene que estar preparada para esto y ella debe estar llena de Vida, en estado de Gracia, llena de Mi Amor y, así, podréis gozar, inmensamente, el premio que os ganaréis por haberMe servido en la Tierra, con la misión que Yo le encomiendo a cada uno de vosotros.

Respetad la vida de vuestros hermanos, respetad vuestra propia vida y esperad a que Yo, vuestro Dios, que os creé, os dé la Gracia de regresar a Mí y os pueda liberar de la cárcel en que ahora estáis en vuestro cuerpo. Dentro de un tiempo, a aquellas almas, del resto fiel que queden, les permitiré que su cuerpo ya no sea ésa cárcel que ahora es; el cuerpo, también, tendrá potencias inmensas, que serán un regalo de parte Mía, por haberMe servido y por haber trascendido, por haber permanecido en Mí, en Fe, en amor y por la transmisión de Mis Enseñanzas.

Los tiempos que vendrán, serán un regalo inmenso para las almas fieles, para las almas que buscaron su santificación. Vuestro cuerpo y vuestra alma, tendrán un cambio bellísimo, gozaréis y Me agradeceréis ése cambio, vendrá vuestra transfiguración y tendréis una nueva vida.

Gozad ya, desde ahora, Mis pequeños, éstas Promesas que os hago y pedídMelas. Respetad, pues, la vida de vuestros hermanos, la vida del cuerpo y la vida del alma, ayudadles a crecer y pedidMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, que os ayude a crecer como lo que sois, y deberéis ser, Mis verdaderos hijos en Cristo Jesús, vuestro Hermano, vuestro Dios, vuestro Salvador.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: PedidMe, Mis pequeños, nunca perder la Fe y amadMe por sobre todas las cosas. Todo lo que tenéis, viene de Mí, recordad esto siempre, Mis pequeños y agradecedlo, por toda la eternidad.

Hijitos Míos, qué difícil se os hace ponerMe a Mí, vuestro Dios, en primer lugar de todo lo que tenéis, de todo lo que hacéis, de vuestra vida, de vuestros intereses, es el Primer Mandamiento que os di: “Amarás a tu Dios por sobre todas las cosas”.

Satanás también os lleva a fallar en este Mandamiento, el Primero, el más importante. Es un Mandamiento lleno de Fe y lleno de Amor.

De Fe, porque debéis creer, con una Fe absoluta, que Yo Soy vuestro Dios y Creador, vuestro Padre y, que de Mí, viene todo lo que tenéis, todo lo que veis.

Soy vuestro Dios y poco os acordáis de ello, Soy el Alfa y el Omega, Soy el Principio y el Fin, Soy la Bondad Absoluta.

Vuestra vida, Yo os la di, toda la Creación que veis a vuestro alrededor, viene de Mí, lo que veis y lo que no veis, que Yo he creado, lo creé para vuestro bien. Soy Todo Amor y todo lo Mío es vuestro.

Vosotros entendéis esto, porque Yo os lo he dado y vuestros padres os lo han enseñado, pero, ciertamente, en muchos de vosotros hay dudas o atacáis a Mis Verdades porque no las queréis creer por vuestra falta de Fe. Benditos aquellos que creen sin haber visto, que creen en Mi Palabra. Sois Mis hijos y os he creado para un bien, vivís en Mí y para Mí y Yo Vivo en vosotros, para vuestro bien.

Hay tanto que aprenderéis cuando se vengan los tiempos en que Mi Hijo viva entre vosotros nuevamente.

Cuando, en Fe, aceptáis todo lo que os digo, el alma entra en Paz y en armonía Conmigo, vuestro Dios del Universo. La Fe es un regalo inmenso para las almas y aquellos que creen como niños, están bendecidos por Mí.

Satanás os hace creer que no existo, que la vida termina cuando muere vuestro cuerpo, que el alma no trasciende. Él siempre estará en contra de Mis Enseñanzas, que son la Verdad, que son Verdad Absoluta, todo lo que Yo Creo, es perfecto y aquél que cree en la perfección de Mis Obras, tarde o temprano se santifica.

Cuando el alma llega a fundirse con Mis Verdades, con Mi Creación, con Mi Yo, es el momento más bello que puede tener el alma, vive un éxtasis de amor infinito.

Cuando un alma pierde la Fe, pierde todo, un alma sin Fe, está destruida, porque pierde el “por qué” en su vivir. La Fe siempre os va a dar nuevas expectativas, os va a abrir un horizonte nuevo día a día, y cada vez más grande, más bello, más entendible, con más gozo. La Fe os mantiene vivos y deseosos de saber más de Mí, vuestro Dios, de amarMe más, de respetar mejor la Creación, de vivirMe más profundamente.

El creer en Mí sin haberMe visto, es una bendición inmensa que tienen aquellos que respetan Mi Palabra. Yo os di Mis Mandamientos y las almas que Me aman, que Me, buscan, que tienen empatía Conmigo, aceptan, como niños, lo que Yo les pido. No Me han visto, pero reconocen Mis Obras a su alrededor, reconocen que su vida Yo se las di y que todas las Bendiciones que tenéis a lo largo de vuestra existencia, vienen de Mis Cuidados amorosos. Un alma con Fe, es alegre, sencilla, humilde, amorosa y agradecida.

PedidMe, Mis pequeños, nunca perder la Fe y amadMe por sobre todas las cosas. Todo lo que tenéis, viene de Mí, recordad esto siempre, Mis pequeños y agradecedlo, por toda la eternidad.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla la Santísima Virgen María.
Sobre: El tiempo es próximo, se os ha ido preparando poco a poco, orad por aquellos que no quieren entender, todavía, estas Palabras que se os han venido diciendo de un tiempo para acá.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Así como el Padre, Nuestro Padre, os cuida, os da vida, os consiente, os ama, Yo también, Mis pequeños, estoy para cuidaros, guiaros, protegeros contra las fuerzas de satanás.

Se os ha dicho que estos son tiempos de cambio, pero un cambio que será bello para los que han vivido en Fe y en Amor de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad. Un cambio no muy agradable para aquellos que han traicionado al Amor de Nuestro Dios. Nuestro Padre, Nuestro Dios, es Justo, sobre todo, porque Él se da en totalidad.

Lo que veis en Mi Hijo, viene del Padre, Mi Hijo se dio en totalidad por todos vosotros. El Padre os da a manos llenas, Él no escatima nada por Sus hijos y, así, como Le pidió a Su Hijo, darSe por vosotros, también Me lo pidió a Mí, Su Hija, vuestra Madre, la Siempre Virgen María.

Me pidió ver por la salvación de cada uno de vosotros, de esta forma, Me fui apareciendo en todos los países del Mundo, para mostrarMe a los hombres, para que os dierais cuenta de que Yo, vuestra Madre, estoy velando, continuamente, por vuestro bien, a tal grado, de que Él Me ha permitido, en estos últimos tiempos, protegeros contra las fuerzas de satanás, pero ya en una etapa final, y Me refiero a que se le detendrá por un tiempo largo, para que no os ataque, para que crezcáis en Virtudes y en Amor, para que viváis las Enseñanzas de Mi Hijo, para que viváis el Cielo en la Tierra.

Será vencido por Mí y Yo, también Me daré por vosotros. Una madre se da también en totalidad por los hijos, se sacrifica, les ayuda a crecer, hasta muere por ellos con tal de que ellos puedan vivir.

Yo, así, Me daré por las almas escogidas pero, también por aquellas almas que no quedarán porque no crecieron lo suficiente para tener un lugar en la Tierra, en este tiempo por venir.

Nuestro Dios es Justo y es Bondadosísimo: si no permaneciereis en la Tierra después de la Purificación, será por vuestra negligencia, por vuestra necedad, por vuestra falta de Fe o por vuestra falta de amor hacia vuestros hermanos.

Os estaré cuidando Mis pequeños, y, por eso, os pido que recurráis a Mí en todo momento, estos son los tiempos de Mi Victoria sobre los poderes de satanás.

La Virtud, el Amor, la Sencillez, la Humildad, con que Me dotó El Espíritu Santo, Mi Señor y Mi Dios, vencerán a la soberbia y maldad de satanás. La Sencillez, la Humildad, siempre vencerán sobre la soberbia y la maldad.

Ahora estáis viendo, entre los hombres, la maldad de satanás en ellos. Vuestros gobernantes, la gran mayoría de ellos, no viven las Virtudes, no viven para el bien de su pueblo, no se dan en totalidad, se aprovechan de los bienes ajenos.

En la misma Iglesia hay fallas muy graves que, ciertamente, en pocos se incrementan estas fallas, pero en muchos ya no hay ejemplo de vida espiritual.

La Verdad es difícil encontrarla en los labios y en el corazón de los hombres, muchas fallas tenéis, no vivís para servir sino buscáis el ser servidos.

Después de esta purificación, viviréis las bellezas del Cielo aquí en la Tierra, deseadlo de corazón, Mis pequeños, porque va a ser un cambio absoluto, será el otro lado de la moneda. Ahora estáis viviendo en la maldad, en la depravación, en el pecado, y vivir en el Amor, en la santidad, en las Virtudes, es algo que no conocéis.

Pedid que el cambio se dé ya, Mis pequeños, que es un gozo tremendo con que os va a regalar Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, un regalo a las almas de Fe, a las almas que se han llenado del Amor de Nuestro Dios, a las almas que han respondido a Su Llamado, a las almas que se dejaron convencer por la Sencillez de Mi Hijo, vuestro Salvador.

AgradecedLe a vuestro Dios, vuestro Creador, vuestro Salvador, lo que ha hecho y seguirá haciendo por cada uno de vosotros. Os ama de tal forma, en que nunca habéis sentido ése Amor tan bello. Viviréis en la Tierra el Amor del Cielo.

Preparaos pues, Mis pequeños, como se os ha venido pidiendo. Vivid en estado de Gracia, transmitiendo Vida y amor a vuestros hermanos. Sed ejemplo del Amor de Nuestro Dios en vosotros y soltaos plenamente a la Voluntad de Nuestro Dios, como Yo os di Ejemplo, con Mi “fiat”. 

El tiempo es próximo, se os ha ido preparando poco a poco, orad por aquellos que no quieren entender, todavía, estas Palabras que se os han venido diciendo de un tiempo para acá. La duda es una forma en como os ataca satanás, para que no dejéis que el cambio espiritual llegue a vuestro interior. Sed como niños, como tanto os lo pidió Mi Hijo, ya que no ponen en duda lo que se les dice, simplemente, lo toman y lo aceptan en su vida. Aprended siempre a agradecer lo que llegue a vuestra vida, sea bueno o aparentemente malo, todo siempre será para vuestro bien.

PedidMe a Mí, vuestra Madre, La Siempre Virgen María, que os ayude a caminar, aun cuando estéis rodeados en tinieblas. Que nada os asuste, que nada os haga dudar, ved siempre la Luz de vuestro Dios al final del camino, siempre os estará esperando para daros la bienvenida. Estoy con vosotros, Mis pequeños, tomadMe de la Mano y camineMos juntos, Yo os llevaré hasta Mi Hijo y Él os llevará hasta Nuestro Padre. 
Gracias, Mis pequeños.

www.diospadresemanifiesta.com

Abr 13_16 Sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis.

Abr 13_16 Sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis. ImprimirE-Mail
Rosario vespertino.

Temas: 

  • Os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.
  • Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos.
  • Escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble.
  • Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra.  
  • Debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.


Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.


Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.

Hijitos Míos, os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.

Muchos discípulos, cuando les dije que si Me amaban tenían que comer Mi Cuerpo y beber Mi Sangre para tener Vida, se echaron para atrás.

Ciertamente, cuando escogí a los doce y después de que el Espíritu Santo los tomó en Pentecostés, les dio la Fuerza con la que predicaron. Esos fueron Mis apóstoles.

Os he pedido que seáis los apóstoles de estos tiempos y os vuelvo a preguntar: ¿en qué grado de conversión creéis estar, como para que pudierais pasar las pruebas que pasaron Mis primeros apóstoles?

Ciertamente, debéis tener una Fe a prueba de todo, ¿la tenéis?, ¿no Me negaréis en los momentos difíciles, como le pasó a Pedro?, ¿tenéis una plena confianza en Mí, vuestro Dios Jesucristo, que os está pidiendo el ser verdaderos apóstoles y que, pase lo que pase, os mantendréis en ésa posición?

Ciertamente, os he dicho que vosotros estáis para continuar Mi Obra y que deberéis estar llenos de Mí, guiados por Mi Santo Espíritu, ¿os daréis plenamente por Mí, para ayudar en la conversión a infinidad de vuestros hermanos?

Antes que nada, necesito de vosotros, una plena donación, una plena confianza en Mí y una vida de Virtud y de Amor.

Ciertamente, ser un apóstol Mío, conlleva mucho trabajo, dedicación y, sobre todo, olvido de sí mismos. ¿Estaríais preparados, en estos momentos, a que si Yo os lo pidiera, empezarais vuestra misión fuerte, con un apostolado en estos tiempos?

Lo que os estoy pidiendo y a lo que os estoy llevando, es comprobar que vosotros, realmente, Me amáis, que  os daríais plenamente por Mí, para la salvación de vuestros hermanos y, sobre todo, para cambiar a este Mundo de maldad, en un Mundo de Amor, en un Mundo, en donde Yo pueda venir a Reinar sobre todos vosotros, sobre el resto fiel que ha de quedar después de la Purificación.

Mis pequeños, sé que os estoy pidiendo una cosa difícil a vuestros ojos y a vuestro entendimiento. Os he ido preparando para que llevéis a cabo una misión muy especial, que todavía no conocéis plenamente.

Muchos de vosotros, con estas preguntas que os acabo de hacer, dudasteis, porque sois todavía humanos, con obligaciones familiares, económicas, que tenéis qué cumplir. Lo que busco Yo, es vuestra disponibilidad para servirMe.

Yo respeto la vida del hombre y sus obligaciones, aquellos que Me siguen, aquellos que se entregan por Mí, llevan una preparación física y espiritual, que viene del Cielo, porque deberéis transmitir Mi Palabra y vivir los Valores del Cielo, pero, por otro lado, también tendréis que luchar contra las fuerzas de satanás, que se han liberado muy fuertemente y que, vosotros, sin Mí, no podríais sobrevivir a sus ataques.

Ahora, vuestra actitud cambia, porque os sentís respaldados por Mí. No os estoy obligando a algo, sino, que, os estoy pidiendo, en libertad total, vuestra donación y, ahora os dais cuenta, de que Yo necesito de vosotros, pero Yo arreglaré también vuestras obligaciones.

Mis pequeños, son muy pocas las almas que se donan para servirMe, no os imagináis cuán pocas son las almas que responden con un “sí”, inmediatamente.

Os he dicho que vendrán grandes cambios para la Tierra y aun para vosotros mismos. Yo  os iré guiando, os iré llevando por los caminos que Yo necesito que vosotros caminéis, y que vayáis tomando vuestro compromiso Conmigo, con vuestro Dios.

Recordad que os he dicho que Yo no presiono, y pido vuestro permiso para ser tomados por Mí, en Mi Santísima Trinidad, para servir a vuestros hermanos y llevar a cabo vuestra misión celestial.

Os vuelvo a repetir, sin Mí, vosotros no sois nada y, Conmigo, grandes cosas habréis de hacer, especialmente, vencer a satanás y a sus secuaces, para que se purifique la Tierra y el Universo entero, y podáis ver la Obra grande de Salvación y del Principio de Nueva Vida que se dará para el Bien de las almas escogidas y para Gloria Nuestra, en Nuestra Santísima Trinidad.

Vosotros deberéis estar bien preparados, como preparé a Mis apóstoles, para llevar Mi Palabra. Sólo quiero vuestra disponibilidad, que vuestro libre albedrío, no presionado en lo absoluto, quiera libremente servirMe, amarMe y salvar a vuestros hermanos. Os lo agradeceré, infinitamente, cuando deis vuestro “fiat”.

Ciertamente, los primeros apóstoles, muy temerosos estaban antes de su transformación en Pentecostés, pero estaban apoyados en Mi Madre, la Siempre Virgen María, y Ella los guiaba, les daba fuerza, aliento, para seguir en la prueba y en el servicio que Yo les pedí que dieran, que era el llevarMe a todo el Mundo, a todas las naciones.

Así, pues, Mis pequeños, solamente quiero escuchar de vosotros que  queréis vivir para Mí, y Yo Me encargaré de vuestra transfiguración y de los Dones del Espíritu Santo, que deberán derramarse sobre vosotros, de acuerdo a la misión que llevaréis cada uno de vosotros, para que Mi Reino se implante sobre la Tierra y en el Universo entero y, así, con Mi Reino en la Tierra, Yo, vuestro Dios Jesucristo, sea vuestro Pastor y vosotros, el nuevo rebaño.

Dependo de vuestro “fiat”, dependo de vuestra donación, dependo del amor, que queráis dar a vuestros hermanos. 

Ciertamente, Yo podría cambiar todo, sin la necesidad de vuestro apoyo, pero os he escogido y os he preparado, por años, para estos momentos que se han de dar y quiero compartir Mi Triunfo con vosotros.

Os Bendigo, Mis pequeños, abrid vuestro corazón, para que Mi Santo Espíritu entre en vosotros y que tengáis vuestro Pentecostés personal, para que podáis ser transformados en ésos apóstoles de estos tiempos que quiero de cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos.

Hijitos Míos, así como se enferma el cuerpo, también se enferma el alma.

Vosotros, los que ya habéis vivido varios años sobre la Tierra y que habéis sido, a veces, atacados muy fuertemente por satanás, os dais cuenta, perfectamente, de lo que os digo. Así como en el cuerpo hay enfermedades graves, que causan mucho dolor y que pueden dejar secuelas para toda vuestra vida, en el alma también existen, Mis pequeños.

Cuántas veces cometéis faltas graves, que os van a dejar marcada vuestra existencia. Si estáis Conmigo, o al menos, cuando caéis, os levantáis y tratáis de manteneros Conmigo, vuestra recuperación es rápida; sí queda una secuela por el pecado cometido, y si os acercáis a Mí, la ofreceréis y os uniréis a Mí en Mis Dolores, Penas, en Mi Vida Pública y en los ataques que sufrí de parte de aquellos que luego Me Asesinaron en la Cruz.

Cuando estáis Conmigo, vuestra vida, aún difícil, se hace llevadera. Aunque el pecado os haya dejado marcados, de ése mal, surgirá un bien. Pero, ¡ay!, de aquellas almas que no están Conmigo, que no ponen su Fe en Mí, que no Me piden Mis Dones, Mis Bendiciones, para salir adelante de estos problemas que vosotros mismos os causáis por tomar el camino equivocado; éstas almas pueden terminar muy mal o desesperadas, pueden hasta quitarse la vida.

Los pecados graves que son enfermedades del alma muy fuertes, si no estáis Conmigo, si no Me buscáis para que Yo os pueda levantar al estado de Gracia, en el cual el alma puede sentirse, nuevamente, a gusto de estar Conmigo, os puede llevar a una vida miserable, pero porque vosotros mismos no confiáis en Mí, vuestro Dios.

Cuando no hay confianza en Mí y queréis hacer vuestras cosas por vosotros mismos, aún aquello que os pido, caéis en soberbia y creéis que podéis salir adelante de vuestra problemática espiritual, y aún humana, y no es así, Mis pequeños.

En estos momentos, vuestra humanidad está muy deficiente, como para salir adelante por vosotros mismos. El pecado, ha crecido tanto en el Mundo que, en momentos, podríais hasta dudar, si lo que estáis haciendo, es bueno o es malo, porque lo que veis a vuestro alrededor ya se os hace tan natural, siendo que esto ofende, inmensamente, a Mi Sacratísimo Corazón.

Cuando buscáis el vivir en estado de Gracia, Yo, vuestro Dios, os voy dando Luz en vuestro caminar y, de esta forma, os voy señalando lo que es bueno, lo que es malo, lo que debéis evitar y  lo que debéis buscar. 

Cuando aprendéis a llevar una vida de oración profunda, cuando Me buscáis y escucháis Mi Voz en vuestro interior, es cuando ya estáis en un grado más alto de espiritualidad, para que Yo os lleve por caminos seguros y podáis hacer, también, mucho bien a vuestro alrededor.

Os he dicho muchas veces que, aquella alma que Me busca, Yo Me dejo encontrar por ella y empieza ése diálogo Divino que todos debierais tener ya; buscadMe, buscadMe con más ahínco y Me encontraréis, Me necesitáis en vuestra vida. Hay muchas cosas que vosotros no os dais cuenta que existen a vuestro alrededor y son trampas de satanás, que lejos de llevaros a vuestra santidad de vida, os van apartando de ella.

Evitad todo aquello, y a aquellos, que os digan que todo ya es lo normal, porque ya muchos lo hacen; ésas son inspiraciones satánicas, no vienen de Mí, vuestro Dios.

SeguirMe, os lo he dicho antes, es difícil, el camino es pedregoso, doloroso, la puerta es angosta, a ratos parece difícil o casi imposible el seguirMe como Yo quisiera que todos Me siguierais, pero es que tenéis que poner mucho de vuestra parte para llegar al grado de pureza y santidad que vosotros necesitáis para entrar al Reino de los  Cielos.

Cuando Yo os pido una transformación, es porque os quiero aligerar vuestra tarea, vuestra misión, para que sea fácil para vosotros dar el último paso y podáis entrar al Reino de los Cielos.

El Reino de los Cielos, es un regalo inmenso, vais a gozar en él eternamente. Si meditáis esta idea del gozo eterno, primeramente, os debéis salir del tiempo; la eternidad, es el compartir Conmigo para siempre, pero, esto, no cabe dentro de vuestras capacidades actuales y, un regalo inmenso, cuesta mucho ganarlo. ¿O acaso, vosotros creéis que Mi Donación fue fácil? No, Mis pequeños, Me di por vuestra salvación y aún, así, seguís fallando. Os estoy ofreciendo la Eternidad de gozo, Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos. Ésa es vuestra principal tarea, estáis tan llenos de maldad, de defectos y no os dais cuenta, porque ya vivís en un Mundo en decadencia espiritual, en donde aceptáis lo malo como bueno, porque es vuestra forma de vivir. El Cielo es muy diferente a lo que ahora vivís vosotros en la Tierra y, por eso, el negarse a sí mismo, se os hace tan difícil.

PedidMe que os ayude, os costará, quizá, dolor, lágrimas, sangre, pero el resultado a todo ello, será inmenso, bellísimo, santísimo y, luego, Me lo agradeceréis. 

Luchad, luchad por el premio tan grande que os voy a dar, el cual, gozaréis después y por toda la eternidad. 

Aquellos que dan el primer paso, Yo les ayudo con los siguientes pasos pero, el primer paso, es vuestra disponibilidad, es vuestra voluntad, es hacer a un lado vuestro orgullo, vuestra persona, vuestro “yo”, para que sea Yo, vuestro Dios el que entre en vosotros, en vuestra vida y os lleve a la perfección. Las almas en el Cielo, viven en la perfección, ¿acaso os sentís ahora perfectos, como para que no tengáis que hacer lo que os estoy pidiendo?
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble.

Hijitos Míos, os he dicho que todo aquello que le hagáis a alguno de vuestros hermanos, Me lo estáis haciendo a Mí. Si vosotros, realmente, actuarais como Yo quisiera que actuarais, buscaríais agradarme, y especialmente, como os dije en esta frase: “que lo que le hicierais a vuestros hermanos, Me lo estáis haciendo a Mí”, es una realidad, Mis pequeños, porque Yo vivo en vuestro interior. 

Yo siento lo que le hacéis al hermano, escucho lo que le decís, vuestros deseos, aún los íntimos, contra vuestros hermanos o a favor de ellos, también los escucho, los sufro cuando son malos, los gozo cuando son buenos. En Mí, nada escapa, Mis pequeños, porque Soy vuestro Dios y habito en cada uno de vosotros. 

Así que, escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble, porque tanto el que actúa y como el que recibe, Yo también lo estoy viviendo.

No habíais pensado en esto, Mis pequeños y por eso sufro, sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis.

Por eso, como alguna vez os decía, es difícil, en términos generales, que un alma vaya directamente al Reino de los Cielos, por vuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones.

Cuando vosotros hacéis o deseáis un mal, ya estáis pecando. Por el mal que vosotros provocasteis, sufro Yo, primeramente, pero ahí no termina todo, porque el que está recibiendo vuestro mal, lo más normal, desgraciadamente, es que deseé también un mal, de regreso, a aquél que lo está atacando.

Os he dicho que al mal, se le ataca con un Bien. Al mal se le ataca devolviendo amor, pero, ¿cuántos de vosotros estáis lo suficientemente crecidos en virtud, como para que no transmitáis o deseéis un bien a aquél que os está atacando con un mal?

Vosotros debéis buscar el vivir en Mí y para Mí, recordando que, primeramente, estoy Yo en vosotros y que, antes de que hagáis algo o deseéis algo o penséis algo, Yo ya lo estoy viviendo, y luego, el que va a recibir vuestros buenos o malos deseos, también Yo estoy en él. 

Por eso, os pido que antes de que hagáis algo o deseéis algo, lo meditéis profundamente y, primeramente, os repito, el daño va a ser hacia Mí, en vosotros, porque estáis actuando ya en un mal, al estar buscando cómo dañaréis a vuestro hermano. Ya desde ése momento, Me estáis causando un dolor y si lo llegáis a realizar el dolor que le estáis causando a vuestro hermano, y que Me lo estáis causando a Mí, también os va a afectar a vosotros en vuestro Juicio.

¡Cuánto dolor Me habéis causado a lo largo de vuestra existencia y no os dabais cuenta de ello!

Meditad esto en vuestro corazón y llorad vuestros errores pasados, pedidMe que, ahora que lo sabéis, purifique vuestro corazón y, pedidMe que os ayude a encontrar vuestra paz interior, al sentiros perdonados por Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños. 

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra.  

Hijitos Míos, en general, vosotros vivís en el Mundo, como os he explicado antes, con una espiritualidad infantil, viéndoos solamente a vosotros mismos, pidiendo, como hacen los niños pequeños a los padres: el dame, dame y dame, en lugar de poneros a Mi disposición y decirMe: ¿en qué os puedo ayudar, Mi Señor y Mi Dios?

Así os pasáis toda vuestra existencia, pidiendo, pidiendo y pidiendo, que, ciertamente, eso ya es un acto de Fe y eso es bueno, por un lado, porque acudís a Mí, además, de que estáis poniendo vuestra Fe y vuestro corazón en vuestra petición, que eso os va a ayudar a seguir creciendo en Fe y en confianza en Mí, vuestro Dios, porque, ciertamente, os ayudo cuando Me lo pedís. Aunque, por otro lado, vuestros agradecimientos, no siempre llegan.

Pero a lo que voy, Mis pequeños, es que vosotros debéis buscar ésa espiritualidad adulta y, esa espiritualidad adulta, os debe llevar a una comprensión, también, adulta. Vosotros, a veces, ya ni siquiera pedís, exigís y queréis que Yo os dé lo que Yo séque no os va a hacer un bien y, si no os concedo lo que vosotros exigís, o Me tratáis con grosería u os apartáis de Mí o simplemente, tratáis de olvidarMe y buscáis por otros medios, que no vienen de Mí, para obtener lo que, vosotros, en una insistencia infantil y poco espiritual, queréis. Entended que si Yo no os quiero dar algo, es por múltiples razones, primeramente, porque no os convenga; vosotros no conocéis los efectos que pueden provocar vuestra petición. 

¿Cuántas veces pedís, pero para producir un bien a vuestros hermanos? No buscáis primero el bien hacia vuestros hermanos, sino un bien egoísta. Vosotros, recibisteis el don de la vida para el bien de vuestros hermanos. Yo veo por vuestro bien, vosotros debéis ver por el bien de vuestros hermanos, vuestra posición en la vida nunca debe ser egoísta, siempre debe ser de donación, como Mi Hijo, que se donó por vosotros en totalidad, cuando misionó sobre la Tierra, buscando vuestra Redención y la apertura nuevamente, del Reino de los Cielos.

Cuando vosotros pedís por el bien de vuestros hermanos, si hay amor, de corazón, generalmente, os lo voy a conceder. Ciertamente, podéis pedir porque veis necesidad en ellos, pero también, al igual que vosotros, no recibirán de Mí, porque puede llevarlos a un mal, o el hecho de que Yo no se lo dé, también puede ser por males pasados, pecados que hayan cometido, errores desde su infancia, adolescencia y que deberán padecer ésas molestias en su estado, a veces, adulto, por lo que hicieron cuando eran pequeños.

Os he dicho, alguna otra vez, que el padecer aquí en la Tierra, es una purificación a vuestros pecados, esta purificación aquí, va a ser menos fuerte que la que tengáis que padecer en el Purgatorio y, si Yo no os concedo ciertas cosas que vosotros queráis y que os están provocando un dolor aquí en la Tierra, sea de índole física o espiritual, eso lo puedo estar tomando Yo para vuestra purificación aquí en la Tierra para que no padezcáis dolores de purificación más fuertes en el Purgatorio.

Vosotros, en general, Me juzgáis mal cuando Yo no os concedo algo que vosotros, aparentemente y ante los hombres, necesitáis para llevar una vida normal. Recordad que lo que Yo os dé o lo que Yo no os dé, a pesar de vuestras peticiones, a pesar de lo que hagáis, siempre va a ser para vuestro bien. Por eso os he dicho que es muy difícil para el hombre aceptar Mi Voluntad.

Mi Voluntad, siempre os va a producir un bien. Si Yo no os concedo algo, os repito, u os lo concedo, es porque atrás de ello, hay un bien para vosotros, físico o espiritual o ambos. Aprended, Mis pequeños a respetar Mi voluntad, dejaos mover como niños pequeños, dejad que Yo, vuestro Dios, decida en vuestra vida y veréis que todo cambiará a vuestro favor. 

Os he dicho que los dolores que Yo permita en vuestra vida, siempre van a ser para vuestro bien, si los aceptáis y los unís a los de Mi Hijo. Es una Bendición el sufrimiento que Yo permita en vuestra vida, porque tarde o temprano, os dará vuestra purificación que os llevará a vuestra santificación. 

Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra. 

Yo dependo en muchas cosas de vosotros, de vuestra donación, de vuestra oración, de vuestra intercesión. Lo he querido hacer así, para que os unáis a vuestro Hermano, Mi Hijo Jesucristo, en la conversión y salvación de todas las almas y, sobre todo, para poder premiaros grandemente por vuestro actuar bajo Mi Voluntad, aquí en la Tierra. Yo os daré regalos inmensos en el Reino de los Cielos y eternamente, por vuestro actuar bueno y vuestra donación total a Mi Voluntad. 
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.

Hijitos Míos, vosotros, a veces, habláis de Mí, sobre los “caminos torcidos” que Yo utilizo para salvar almas.

Tenéis el ejemplo del hijo pródigo. Se fue, exigió la parte de la herencia, llevaba el mal en su interior porque se portó mal y tuvo que padecer para encontrar el bien y, así, arrepentirse y salvarse con el perdón de su padre.

¿Cuántas veces, en vuestra vida, no he entrado Yo, a vuestro rescate? A veces vais por malos caminos y Yo permito que sufráis, de alguna forma, y eso os separa del Mundo, os aparta del mal en el que estabais viviendo y os doy un tiempo de reflexión, dentro de la enfermedad, o quizá, que hayáis sido separados del Mundo y estéis en prisión o en algún otro lugar, en donde se os prive de vuestra libertad. Ese tiempo que os doy para meditar, os va a llevar hacia el bien, generalmente. 

Otros hermanos vuestros, no aprovecharán esta oportunidad y seguirán en el mal, y ellos mismos ganarán lo que están buscando: su condenación eterna, porque por el mal que están haciendo, saben perfectamente, que todo ése mal, les va a acarrear a ellos un mal final. 

Vosotros, quizá veis mal la enfermedad o el castigo al que incurristeis u os ganasteis por estar en el mal, pero, si veis el resultado final, en donde os arrepentisteis de vuestra mala vida y regresáis a Mí y sois perdonados, eso os va a dar una gran alegría posterior.

Mis pequeños, Yo siempre os estoy buscando, estoy buscando vuestro regreso al Reino de los Cielos. Algunos, tratáis de buscar siempre el bien en vuestra vida, haciendo el bien a vuestros hermanos y, sobre todo, respetando Mis Enseñanzas, Mis Mandamientos, Mis Leyes, alabando Mi Amor, de esta forma, sois también, almas de ejemplo, que con el mismo, motivaréis a almas a que hagan lo mismo que vosotros.

Pero, también, hay otros que os portáis mal y, vuestro ejemplo, va a causar que otros hermanos vuestros, quieran seguir vuestra forma de ser y así, no solamente estaréis echando a perder vuestra vida, sino la de algunos, pocos o muchos, hermanos vuestros que os están viendo y que quieren también tomar vuestro ejemplo como medio de vida y, no solamente destruiréis vuestra vida y vuestro futuro eterno, sino también el de muchas o pocas almas más, que os quisieron seguir, haciendo lo que vosotros hacíais: vivir en el mal.

Os he dicho que seréis juzgados por el mal del que os dais cuenta y del que no os dais cuenta. Esto es muy peligroso para vuestra alma, Mis pequeños y el Juicio lo tendréis y, en el momento de vuestro Juicio, os daréis cuenta a cuántas almas afectasteis, tanto como para el bien, como para el mal y todo se pondrá en la balanza, vuestras buenas obras de un lado, vuestras malas obras del otro. También pondré en la balanza a las almas a las cuales llevasteis hacia el mal con vuestro mal ejemplo o a las almas a las cuales ayudasteis a que cambiaran y que trataran de vivir en el bien, también por vuestra actuación, por vuestra forma de ser.

Es tan importante el ejemplo que dais y pocas veces lo pensáis. Poco recapacitáis sobre ello y, mientras tanto, muchas almas que os vieron hacer el mal, pueden estar arriesgando su alma eternamente. A aquellas almas a las cuales ayudasteis con vuestras palabras, con vuestro ejemplo, con vuestra vida de amor, si mueren antes que vosotros, serán intercesores fuertes para vuestro perdón y salvación eterna.

Vosotros necesitáis de Mi Perdón, porque mucho habéis pecado, mucho habéis dañado a Mi Sacratísimo Corazón y al corazón de vuestros hermanos; y las almas a las cuales habéis ayudado en su salvación, tanto las que están todavía militando en la Tierra, como las que ya estén en el Reino de los Cielos, serán grandes intercesores para vuestra salvación eterna.

Con todo esto, que os he dicho en este Santo Rosario, debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños, pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.
Gracias, Mis pequeños.

www.diospadresemanifiesta.com