"Que el Amor de la Santísima Trinidad cubra, proteja a todo lo visible e invisible, a todas las almas, a todo lo creado, contra todo aquello que satanás ha afectado y que ha llevado hacia el mal"
Nuestro Señor Jesucristo se acerca a mí, me toma de la mano y me lleva a lo alto, desde donde pude mirar gran cantidad de criaturas humanas, que vestían como vestimos normalmente.
Me dice Mi Señor: vas a mirar de cerca los frutos de quienes viven, obran y actúan en Mi Voluntad, de aquellos que luchan contra el mal, como Yo deseo; de los que dicen amarme y actúan en el pecado, en la oscuridad donde creen que no les puedo mirar.
Miré un gran batallón de criaturas que oraban y yo escuchaba sus oraciones y sentía en mi alma un regocijo. Me dice nuestro Amado: ese regocijo es la profunda devoción, el amor ofrecido, la donación de estas almas en el acto de orar. Escucha: no es algo mecánico, es el fruto de su amor hacia Mí y hacia sus hermanos.
Las miré invocar con oraciones y ofrendas espirituales a la Madre Santísima y vi como la Madre tomaba enSus Manos esos actos y los presentaba ante Jesús Eucaristía que se mantenía en un altar de una altura inimaginable, rodeado de criaturas Angélicas que permanecían en adoración, levantaban sus rostros e inclinaban la cabeza ante tan Grande Majestad. Candelabros hermosos con velas encendidas iluminaban el altar.
¡Oh Dios Mío y Señor Mío, qué grande eres!
Nuestra Madre Santísima se acerca al altary miro altares más pequeños y de variedad de materiales y formas. Me dice Cristo: estos son los altares de los templos del mundo.
¡QUÉ FELIZ ME HACEN LAS ALMAS QUE SE ACERCAN A RECIBIRME VERDADERAMENTE CONSCIENTES DE QUE ME RECIBEN A MÍ!,
Y ¡QUÉ DOLOR ME CAUSAN LOS QUE POR APARIENCIA SE ACERCAN A RECIBIRME; DOBLEMENTE ME OFENDEN!
Miré unos seres luminosos como el sol, sus rostros verdaderamente angelicales de una belleza sobrenatural, y cada uno de esos seres acompañaba a la criatura a recibir la Sagrada Comunión, y luego estos hermanos nuestros y compañeros de camino, colocaban sobre las cabezas de las criaturas que habían comulgado debidamente, una gracia especial. Esta gracia se trasformaba en una corona. En unas cabezas había varias coronas y en otras una, en otras una o dos flores. Me explicó Cristo que las coronas distinguen a cada criatura en su espiritualidad, señaló a una criatura y me dijo: esta criatura Me recibe a diario pero vive una fe muerta, no vive a plenitud Mi Amor en el prójimo y Me recibe por costumbre, y la costumbre mata la entrega y el amor.
De cada una de esas almas vi salir un rayo luminoso, y cómo estos se unían en uno solo que Cristo lo tomaba en Sus Manos y lo elevaba. Yo pregunté: Señor, ¿hacia dónde va ese rayo tan luminoso? Él me respondió: hacia Mi Padre y va a fortalecer a aquellos hermanos tuyos que necesitan auxilio para crecer en la fe y no consentir el temor ni los respetos humanos que les detienen para ser voceros de Mi Voluntad.
Es impactante el poder de la oración; escuche un murmullo y Cristo me dijo: este rayo de luz, son las oraciones realizadas con amor, verdad, paciencia, fe, esperanza y caridad; llegan hasta donde moran las almas que necesitan de los actos de los hombres en Mi Voluntad para recibir consuelo y así esperar a que Mi Madre les lleve hacia Mi Morada.
Pero de un momento a otro me sorprendió la cantidad de rayos azules, violetas, verdes, rojos, amarillos, lila, dorados y plateados que salían de esas criaturas que oraban, y las miré moviéndose en busca de otras almas. Me dijo Cristo: este es Mi Regocijo, las criaturas no sólo se mantienen estáticas en la oración, sino son acción; mira cómo esa criatura - y la señaló para que yo la mirara, tan tímida, comparte con sus hermanos esas páginas y les pide que las lean, no necesita hablar, sólo actuar. Esas son las criaturas que provocan esta variedad de luces según su obrar y actuar, pero míralas, ninguna se encuentra en un solo lugar. Ese es Mi Pueblo, el que más bendiciones produce, el que no se guarda para sí Mis enseñanzas sino las comparte con sus hermanos.
Mira a los que luchan por la vida, mira a los que transmiten Mis peticiones a la humanidad, mira a los que no detienen su pensamiento en actos banales sino actúan para Mí y para el bien de las almas.
Un Arcángel, en obediencia a nuestra Madre paso de lado a lado en donde se mantenían esas criaturas que luchaban contra todos los detentes cotidianos para permanecer en el camino correcto; el Arcángel bendecía con un agua celeste a todas esas criaturas.
Pregunté, Mi Señor, ¿qué tiene esa agua de color tan especial? y Cristo me respondió: Fe, amada Mía; Fe, es el agua de la Fe, para que continúen a pesar de las batallas diarias. Apareció otro Arcángel, e incensando a todos exclamaba: ¡esperanza para todas las criaturas fieles a Mi Rey, esperanza!
De pronto un Arcángel, moviéndose con una luz esplendorosa, casi enceguecedora, que sólo me permitía mirar su silueta, mantenía en su manouna tea y decía: la Luz de nuestro Rey ilumine el camino de los fieles y fortalezca a los temerosos, les colme de caridad, ésta que el mal ha llevado a desaparecer del corazón y dela sensibilidad de los hombres. La caridad es la luz que hace renacer en los corazones la verdad de la entrega de nuestro Rey. El Amor sin caridad es una farsa, y la caridad sin Amor es impensable. El Amor y la Caridad son virtudesen donde confluye la Voluntad de la Divinidad.
Mi regocijo, dice el ser Angelical, me lleva a exultar en un cántico de adoración, al mirar lo que sucede durante una oración llevada como Cristo y la Madre esperan de los hombres: en acto de contrición, con verdadero propósito de enmienda, con fe, obediencia, y disposición, vertiendo todo esto en la práctica hacia los hermanos y abriendo los ojos del prójimo, no sólo los del cuerpo sino los del espíritu, para que no sean engañados.
Y el ser Angelical de esplendorosa luz pronunció: ¡Ah… si todos los seres humanos actuaran con esta consciencia de este pequeño número y en lugar de perder la vida dedicándose a la crítica y al mal, se propusieran ser mensajeros activos hacia el prójimo!, ¡qué diferente sería esta humanidad! Ya me permitirá Mi Rey permanecer más cerca del hombre, junto a nuestra Reina y Madre, en los instantes necesarios en los que la fe deba crecer y no disminuir en los seres humanos.
Nuestro Amado me miró fijamente, y me dice: Mi Pueblo no permanecerá solo, enviaré todo auxilio de Mi Casa, no será presafácil del enemigo del alma.
Amada mía, has vivido lo que logran no sólo las oraciones sino los actos y obras de las criaturas humanas, cuando éstas son efectuadas con consciencia, y deseo no sólocompartir el conocimiento sino compartirlocon el propósito de que cada hombre lleve a otros esteconocimiento para que el mal no les encuentre dormidos.
Mis hijos deben ser conscientes de que la disposición es necesaria para que Mi Espíritu actúe en cada uno y derrame los carismas necesarios, y cada uno alerte a sus hermanos, ante esta pandemia de poder y de insensibilidad que sobre los débiles y más necesitados, vierten los que mantienen poder en la Tierra.
Y me dice: “LA FE SIN OBRAS ESTÁ MUERTA”.
Y ESTE ES EL INSTANTE DE LA ACCIÓN Y LA UNIDAD; EN ESTE INSTANTE, LA UNIÓN PESA SOBRE LAS ALMAS QUE MÁS CONOCEN. QUIEN ES CAUSA DE DESUNIÓN, SERÁ JUZGADO SEVERAMENTE.
Mi Amado me da la orden de compartir con mis hermanos los méritos de la oración correctamente realizada, los méritos de las comuniones ofrecidas con plena consciencia de que se recibe a Cristo vivo y palpitante; y me da la orden de compartirla importancia de ser cada uno de nosotros un vocero que alerte al hermano de cuanto sucede en la humanidad, para que el mal no tome más ventaja ante la ignorancia de Su Pueblo.
Así en obediencia, comparto esta bendita experiencia.
Mensaje del 2 de julio de 2014 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
“Queridos hijos, yo, Madre de ustedes aquí reunidos, y Madre del mundo entero, los bendigo con la bendición maternal y los invito a emprender el camino de la humildad. Ese camino conduce al conocimiento del amor de mi Hijo. Mi Hijo es omnipotente. Él está en todo. Si ustedes, hijos míos, no conocen eso, entonces la oscuridad reina en vuestra alma –la ceguera. Solamente la humildad los puede sanar. Hijos míos, yo siempre he vivido humilde y valientemente, y en la esperanza. Yo sabía, y había comprendido que Dios está en nosotros y nosotros en Dios. Eso mismo pido de ustedes. Deseo que todos ustedes estén conmigo en la eternidad, porque ustedes son parte de mí. En su camino, yo los ayudaré. Mi amor los envolverá como un manto, y hará de ustedes apóstoles de mi luz –la luz de Dios. Con el amor que proviene de la humildad, llevarán la luz donde reina la oscuridad –la ceguera. Llevarán a mi Hijo, que es la luz del mundo. Yo estoy siempre con sus pastores, y oro para que siempre sean ejemplo de humildad para ustedes. ¡Les agradezco!”
NO SOY UN DIOS DE MUERTOS, SOY DIOS DE VIVOS Y COMO TAL, VENGO POR CADA UNO DE MIS FIELES.
YO SOY LA CABEZA DE MI IGLESIA Y MI CUERPO MÍSTICO DEBE ACTUAR A SEMEJANZA DE SU CABEZA.
El horror y espanto han caído sobre la humanidad, algunos Pueblos aún no perciben los efectos de la alteración emocional del hombre; pero poco a poco, como una peste irá tomando Nación tras Nación y Mi Pueblo padecerá los horrores causados por el mismo hombre.
La vida es totalmente despreciada por algunas criaturas y en su lugar la vida se muestra como un trofeo de guerra, cuando ésta es arrebatada por las armas bélicas, o la alteración de los mismos hombres.
Los grandes poderosos de la Tierra, que adoran al dios dinero, se unen una vez más y deciden el destino de toda la humanidad. De esto se deriva el que poco a poco la humanidad sea asechada e invadida por diferentes pestes creadas en laboratorios por el mismo hombre, y dirigidas por los poderosos de la Tierra con la finalidad de exterminar a Mis hijos.
En este instante los poderosos gozan de su poder, pero Yo vengo con Mi Misericordiosa Justicia para doblegarlos. Mi Pueblo no será avasallado por siempre.
YO SOY EL MISMO DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE. MI PALABRA ES LA MISMA, NO VARÍA NI ESTÁ SUJETA A INTERPRETACIONES; A ESTA GENERACIÓN LE EXPLICITO MI PALABRA PARA QUE COMPRENDAN EL INSTANTE EN QUE SE ENCUENTRAN Y ABRAN SU CONSCIENCIA A LA REALIDAD. Aún así soy negado y despreciado, aún así, algunos de los que se han consagrado a Mi Santo Servicio no actúan según Mi Voluntad y entregándose a los beneficios que le ofrece la sociedad, viven en la opulencia mientras Mi Pueblo gime por un trozo de pan.
NO SOY UN DIOS DE MODERNISMOS, SOY EL QUE SOY, el mismo que nació en la pobreza, el mismo que fue crucificado en una Cruz y el mismo que resucitó para gloria de Mi Pueblo. No deseo nuevos ritos dentro de Mi Iglesia, Yo deseo a cambio, una Jerarquía viviendo en Mi Voluntad, en la pobreza, en el abandono, en la fe y en la obediencia hasta la muerte de Cruz para que resuciten gloriosos ante Mí.
ME MANTENGO VIVO Y PALPITANTE CON MI PUEBLO, LES MIRO A CADA UNO EN PARTICULAR, Y ASÍ SERÁ LA RECOMPENSA QUE RECIBA CADA UNO: recibirá el mismo jornal el que llegó a primera hora como aquel que arrepentido y con firme propósito de enmienda, llegue al atardecer. No desprecio a ninguno de Mis hijos, si éstos se convierten en espíritu y en verdad.
El hombre que vive plácidamente en este instante en su hogar, ignora el padecimiento atroz de gran parte de sus hermanos que son inmolados injustamente.
DESEO QUE AQUELLOS QUE LIDERAN LAS GRANDES POTENCIAS SE CONVIERTAN A MÍ. ESTE ES EL DESEO DE SU DIOS, PERO SÉ POR ADELANTADO QUE NO SERÉ ESCUCHADO, SERÉ IGNORADO…,
PUESTO QUE EL PODER TERRENO LE DA AL HOMBRE UNA FALSA SEGURIDAD.
MI IGLESIA SE ENCUENTRA A POCOS PASOS DE TRANSFORMACIONES QUE ENFRENTARÁN A UNOS CONTRA OTROS Y MI CORAZÓN SE DUELE POR ELLO. La desobediencia hará a temblar los cimientos de Mi Iglesia.
Los grandes poderosos, los gobernantes de las grandes Naciones constantemente infringen Mis Mandamientos.
El sufrimiento de Mi Pueblo ha nacido en los grandes laboratorios auspiciados por familias económicamente poderosas y atacan a las Naciones más empobrecidas, ignorando que estas criaturas Mías, con el sufrimiento se entregan a Mí, solicitando el perdón y Yo las acojo con Mi infinita Misericordia.
Amados hijos Míos:
COMO LES HE ANUNCIADO, LAS PESTES LLEGAN A LA HUMANIDAD UNA TRAS OTRA…,
PERO USTEDES SABEN QUE YO NO LES DESAMPARO NI MI MADRE LES DEJA DE SU MANO.
La guerra está a un abrir y cerrar de ojos, sólo basta una palabra para que la guerra involucre a toda la humanidad que se encuentra totalmente ajena a los acontecimientos de este instante.
Amado Pueblo Mío:
Les llamo a ofrecer sus oraciones, su arrepentimiento personal, el deseo de conversión, la consciencia del compartir Mis Llamados con todos sus hermanos; las Eucaristías recibidas dignamente, ofrézcanlas por el amado Pueblo Mío de Estados Unidos; su dirigente no atiende Mi Palabra.
Les invito a orar por Medio Oriente, el sufrimiento aumentará y ustedes se asombrarán ante tanto dolor.
Oren por Mis amados hijos de Chile, el dolor llega una vez más a este Pueblo Mío.
Amados Míos:
LA CIENCIA UTILIZADA CON FINES CONTRARIOS A MI VOLUNTAD, HA CONTAMINADO EN SU MAYORÍA LO QUE MIS HIJOS INGIEREN EN SU ALIMENTACIÓN, Y ESTOS ELEMENTOS EXTRAÑOS AL CUERPO HUMANO, ALTERAN GRANDEMENTE AL HOMBRE, no sólo en su cuerpo sino han logrado nublar la mente y el pensamiento para que el hombre dé rienda suelta a los bajos instintos y la ira domine la mente y el pensamiento.
EL ENEMIGO DEL ALMA YA CARGA SU BOTÍN Y TOTALMENTE SIN TENER QUE LABORAR, MIRA DESDE UNA ESQUINA EN TOTAL QUIETUD, CÓMO MIS HIJOS HAN SUPERADO EL PECADO DEL MISMO SATANÁS.
A ustedes amados Míos, que atienden Mi Llamado, que no se niegan a escucharme y a conocerme profundamente, A USTEDESLES LLAMO UNA VEZ MÁS A SER MIS HIJOS DE ACCIÓN MEDIANTE EL DON DEL AMOR PARA QUE CON ESE AMOR LLEGUEN HASTA SUS HERMANOS Y NO PERMITAN QUE MÁS ALMAS ME SEAN ARREBATADAS.
Amado Pueblo Mío:
La Tribulación es causa de la desobediencia de ustedes mismos y con ella han abierto las puertas a satanás y a sus legiones diabólicas.
SUPERADA LA PRUEBA, VENDRÉ YO CON LA BALANZA DE MI JUSTICIA EN MI MANO, SEPARARÁN MIS ÁNGELES EL TRIGO DE LA CIZAÑA, y aquellos hijos Míos que hayan permanecido fieles e infatigables serán colocados en Mi Balanza y sus obras y sus actos junto a su obediencia y su buena disposición inclinarán la balanza hacia Mi Misericordia y Mis Legiones les presentarán ante Mi Padre.
A Mi Pueblo le falta ahondar en los grandes secretos que los poderosos les esconden, con la finalidad de ultrajarlo, confundirlo y llevarle a la hecatombe.
NO OLVIDEN, HIJOS MÍOS, QUE LA CORONA DE LA GLORIA SERÁ PARA AQUELLOS QUE PERMANEZCAN FIELES, PARA AQUELLOS QUE LLEVEN A LA PRAXIS MI PALABRA, LUCHANDO PARA RESCATAR ALMAS.
Bendigo a todos aquellos que actúan en Mi Voluntad, a todos aquellos que Me conocen y conociéndome, no se permiten ser confundidos.
VENGO POR MI IGLESIA SANTA, COMO YO SOY SANTO. Mi Iglesia Santa debe permanecer lejos de lo mundano, pero atenta a todo aquello que se mueve a su alrededor para no ser desorientada. El mal es ingenioso y Mis hijos en ocasiones son demasiado confiados, negando el porvenir desastroso de la humanidad, y así continúan caminando sin mirar la Realidad y la Verdad porque Yo soy el que les alerta; de lo contrario no sería un Padre justo, no sería Misericordioso si permitiera que a Mi Pueblo le llegue por sorpresa todo flagelo.
LES ANUNCIO TODO LO ANTERIOR PARA QUE SE PREPAREN, PARA QUE SE CONVIERTAN, NO PARA QUE ME TEMAN, SINO TEMAN AL PECADO Y A LA DESOBEDIENCIA.
NO TEMAN A MI PALABRA, ACÓJANLA Y ÁMENLA.
Les bendigo a cada uno y esta Mi bendición les acompañe en cada paso que den por la Tierra.
Su Jesús.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
COMENTARIO DEL INSTRUMENTO
Hermanos (as):
Nuestro amado Señor nos lleva a concientizar la importancia del renacer en el Amor Divino y en el amor al prójimo; esta acción lograría un espíritu de unidad, el cual sanaría los males actuales.
La estrechez mental a la que la humanidad ha sido sometida ha impedido ese renacer en el Amor Divino, y en su lugar el hombre ha sido arrastrado por el mal y llevado a cometer vejaciones contra sí mismo y sus hermanos.
No todo es desalentador, siempre tenemos la oportunidad personal de la transformación y ser mensajeros de los Llamados Divinos para concientizar a los que así lo deseen.
El egoísmo instintivo del mal se apropia del actuar del hombre y le impide el conocimiento de la verdad y el reconocimiento del poder Redentor de Cristo.
NO NEGUEMOS LA CLARIDAD DE ESTOS LLAMADOS DIVINOS.
ACOJAMOS CON AMOR LA BENDICIÓN QUE HOY SE NOS HA IMPARTIDO.
Un día cualquiera de julio de 1837. Un trágico clamor se esparce por toda la ciudad: ¡el cólera ha hecho su aparición en Roma! El pánico cunde y la gente abandona sus hogares evitando todo contacto con los contaminados. En el nuevo cementerio de Campo Verano una muchedumbre se halla en oración ante una tumba aún reciente: piden al Señor que, por intercesión de la allí sepultada, les libre del azote que ha caído sobre ellos. En la pequeña cruz que preside la tumba unos débiles trazos de pintura, aún no del todo seca, componen un nombre: Ana María Taigï, y dos fechas: 1769-1837.
¿Qué influencia puede tener esta mujer para que ahora todos acudan a implorar su ayuda? Su historia es la más corriente y la más extraordinaria a la vez que se pueda imaginar. Su vida, la vida de una simple mujer.
Nacida en Siena el 29 de mayo de 1769, su existencia transcurre durante uno de los períodos más críticos para la Iglesia y Europa. La corte de Luis XV, hundida en la lucha de intrigas y voluptuosidades, prepara activamente su ruina al tiempo que la de la cristiandad. La Enciclopedia adquiere resonante brillo. Voltaire reina e inunda el mundo con su filosofía pagana. Todo está minado: la Iglesia, la moral, la realeza. En Roma Clemente XIV va a suprimir la Compañía de Jesús a ruegos de los Borbones. Las naciones más católicas, como España, Polonia, Austria e Italia, se ven arrastradas por el torbellino que producen les acontecimientos. La masonería impera por doquier.
Ana María pertenece a una honorable familia: su abuelo, Pietro Giannetti, dirige en Siena una farmacia. Su hijo Luis, después de seguir los estudios que le permitan suceder algún día a su padre, se casa con una buena cristiana: María Santa Masi. Nuestra Beata es el único fruto de este matrimonio. Casi al mismo tiempo, dos meses más tarde, nace en Córcega, frente a esta tierra toscana, Napoleón I.
Bautizada al día siguiente de su nacimiento, recibe los nombres de Ana María Antonia Gesualda. Durante los seis primeros años la vemos jugar entre los viñedos, olivos y rosales que, como muralla roja, coronan las arenosas llanuras de la Toscana.
Pero esta época feliz ha de durar poco: el espíritu algo disipador y extravagante de su padre va produciendo la falta de recursos en la familia. Muy pronto vende todo lo que tiene en Siena y marcha a Roma con esperanza de hacer allí fortuna. Sin embargo, ésta no se muestra propicia y la pequeña familia ha de ir a habitar una mísera casucha en el barrio denominado de los Montes.
En esta situación viven ocho años. Nada sobresaliente hay en su infancia que haga prever la misión que la Providencia le tiene reservada. Cada mañana Annette mete su comida en un pequeño serillo y marcha a la escuela gratuita de la vía Graziosa, regentada por hermanas del Instituto Maestre Pie fundado por Santa Lucía Filipini. Junto a las clases de religión y cálculo recibe la pequeña Giannetti las enseñanzas propias del hogar. Los domingos asiste en la parroquia a la catequesis semanal.
Mas los reveses de fortuna endurecen poco a poco el carácter de sus padres. Tristes, irascibles, en lugar de conformarse con su suerte y unirse en la adversidad avivan cada vez más la llaga. Luis, el primer responsable, en vez de remediar su culpa, vuelve sus malos humores contra su hija, maltratándola a diario sin razón. Hay que trabajar para comer.
Despedida a poco de ir a la escuela por causa de una epidemia de viruelas, no podrá volver a ella por tener que ayudar a su madre en los oficios de la casa. Ha aprendido a leer, pero no a escribir, y jamás sabrá otra cosa que apenas garabatear su firma.
Ana María tiene ahora trece años. En este tiempo no se habla de otra cosa sino de las innovaciones financieras de Nocker y de guerras. Inglaterra lucha contra sus colonias americanas y termina por reconocer la independencia de los Estados Unidos. Las nuevas ideas triunfan: Roma, París se apasionan por Diderot, D’Alembert.El contrato social y los aeróstatos. ¡El hombre, se canta, ha conquistado, los cielos y derrotado a los dioses! La multitud aplaude clamorosamente las sarcásticas e hirientes representaciones en las que se hace mofa de los reyes, señores, religión y moral. En cambio, Voltaire es sublimado y su nombre figura en las letrillas populares.
A pesar de sus pocos años Annette comienza a darse cuenta de todo esto. Oye las conversaciones de la calle y las noticias que cuentan las compañeras del taller donde ha comenzado a trabajar. Para llevar algún refuerzo al vacío erario familiar carda la seda y corta las viejas ropas en una pequeña tienda propiedad de dos hermanas solteras. De regreso a su casa lava la ropa y hace la comida, mientras su madre sirve de asistenta en varias casas para sacar con qué comer. Durante estos trabajos siempre tiene la sonrisa en los labios, tratando de alegrar un poco la amargada vida de sus padres.
Poco a poco su cuerpo va desarrollándose: su cimbreante tipo, interesante rostro y serena mirada atraen la atención de cuantos la ven por las calles de Roma. La llaman Anita la guapa. Como todas las chicas italianas de su edad, ella sueña con fundar un hogar maravilloso, adora los romances sentimentales y le gusta bailar.
En 1787 abandona el taller para ocupar una plaza de doncella en el palacio donde trabaja su padre. La patrona, encantada de sus condiciones domésticas, ofrece también un empleo a su madre, y desde entonces los Giannetti trasladan su residencia a dos habitaciones que amablemente les ha cedido la señora Sierra, su patrona. La indigencia de la familia ha terminado: su madre no tendrá ya que ir de asistenta por las casas y, al menos, no les faltará comida y techo en que cobijarse.
En este palacio, mezcla de fortaleza y de convento, como todos los antiguos de Roma, es donde conoce a un criado que, dos veces por semana, les lleva provisiones desde el palacio Chigi. Domenico Taigï es hombre de buenas costumbres, de sólida piedad, aunque rudo, inculto y de vivo genio. Poco tiempo después se celebra la boda en la iglesia de San Marcelino y, como en todas las demás, hay una buena comida, se baila y se canta hasta el cansancio. Annette acaba de cumplir veinte años y su esposo veintiocho.
El príncipe Chigi les cederá dos habitaciones de su palacio y allí pasarán su luna de miel y les nacerán seis de sus siete hijos. Estamos en 1790 y la tempestad que va a purificar al mundo se encuentra próxima. Pero aún Dios no cree llegada la hora de su conversión. Durante los tres primeros años de su matrimonio Anna María sigue siendo la muchacha bonita, alegre y entusiasta de la vida mundana.
Un día Domenico y su esposa, arrastrados por la multitud, ganan la plaza de San Pedro. En París ha estallado la revolución y la noticia corre de boca en boca entre el estupor de algunos y la alegría de no pocos. Mas Dios ha elegido ya a su sierva. junto a la columnata de Bernini su dulce mirada se cruza con la de un religioso servita, el padre Angelo. Este no había visto nunca a la joven, pero una voz interior le anuncia de repente: “Presta atención a esa mujer. Yo te la confiaré un día; tú trabajarás por su conversión. Ella se santificará porque yo la he escogido para santa”.
Ana comienza a no gustar las cosas de este mundo. Se despoja de su vanidad y busca el consuelo a su insatisfacción en la piedad. Va de uno a otro confesor en busca de consuelo y apoyo, hasta que un día entra en la iglesia de San Marcelo, donde se casó. Hay allí un confesonario y a él se dirige nuestra Beata. El confesor, un religioso servita, el padre Angelo, la reconoce por la voz y le dice: “¡Ah, al fin habéis venido, hija mía! El Señor os llama a la perfección y vos no debéis desatender su llamada”. Y acto seguido le cuenta el mensaje recibido en la plaza de San Pedro.
Han pasado tres años de matrimonio en medio de las vanidades del mundo. Una nueva vida comienza para Ana María: vida de penitencia, de mortificación. En casa se impone el sacrificio de la sed, y no bebe agua sino cuando su marido se extraña de su conducta. Castiga su cuerpo con cilicios y correas, y es el propio confesor el que ha de advertirle de su condición de esposa para que no maltrate su cuerpo, que no le pertenece enteramente. En 1808 toma el hábito de terciaria trinitaria y quiere perfeccionarse más.
Pero la verdadera perfección consiste, como le dijo el Señor en una de sus apariciones, en la mortificación de la propia voluntad, en ocultar dentro de lo posible a los ojos de los hombres las obras que se hacen, en ser buena, caritativa y paciente. Y Ana María sigue fielmente estos consejos del Maestro.
Quizá lo que más llama la atención de su vida es cómo ha sabido conjugar o ser perfecta en su estado matrimonial. Máxime cuando Domenico no era precisamente un San José. Ella deberá tener presente cada día sus deberes de esposa y de madre.
En su casa todo debe de seguir igual. Atiende a sus hijos con maternal solicitud. Se levanta temprano para tener preparado el desayuno, arregla la casa, hace la comida e inculca a sus hijos el amor al trabajo, la economía y el orden. Los manda al colegio y les enseña sus deberes para con Dios y la sociedad; pero jamás usará la violencia contra ellos, sino la persuasión, la bondad.
Con su marido, de mal genio, ha de mostrar continuamente su paciencia: ni una disputa, ni un mal gesto en sus cuarenta y ocho años de matrimonio. Ella sabe que Domenico, como jefe de familia, debe ser respetado y obedecido. Sabe los derechos que sobre su persona tiene. y, nunca se opone a su legítimo cumplimiento. Humildad y confianza en Dios fueron siempre sus armas para salir de los malos trances. Porque Dios le ha dicho: “Yo seré tu guía en la vida de perfección”.
Más Él quiere que su sierva sea víctima expiatoria por los pecados ajenos. Y uno tras otro tiene que soportar dolores, vejámenes y sufrimientos. Ve morir a cuatro de sus hijos con santa resignación, aceptando siempre la voluntad del Todopoderoso; sufre calladamente las burlas de muchas personas que la consideran visionaria. Jamás protesta por su humilde condición. Poco a poco su alma se va purificando.
Ya Napoleón Bonaparte ha dado el golpe del 18 Brumario y se ha erigido emperador de los franceses. Sus ejércitos avanzan incontenibles por todos los suelos de Europa. Se profanan las iglesias, se hace mofa de la religión, se predice por doquier el fin de la cristiandad. Las ideas revolucionarias alcanzan su máximo esplendor.
Ana María es la respuesta de Dios a todas estas cosas: al racionalismo triunfante, al orgullo de los poderosos, al materialismo del siglo. El Señor sigue fiel a su promesa:“Ensalzaré a los humildes y abatiré a los orgullosos”.
En su cotidiano vivir esta mujer nunca ha dejado de ser pobre, sencilla. Buena madre, fiel esposa y modelo de suegras. Inculta y sin apenas saber firmar, es a ella a la que se le concede uno de los más extraordinarios dones con que santo alguno haya sido distinguido: desde el año de su conversión podrá ver en una especie de globo luminoso el pasado, el presente y el porvenir. Los principales personajes políticos desfilan ante su mirada con sus sinceridades e hipocresías. Los designios de Dios para confundirlos, los complots y reuniones de las sectas secretas, los acontecimientos futuros en todo el mundo, las almas que padecen en el purgatorio, las que se condenan y se salvan. Todo lo ve con una claridad meridiana.
Las circunstancias extraordinarias por las que van a pasar el mundo y la Iglesia son la probable explicación, dice el decreto de beatificación, del prodigio, único en los anales de la santidad, con que la Providencia distinguió a esta simple mujer.
Pobres, cardenales y embajadores vienen a pedirle consejo o solución a sus problemas. Ella trata a todos igual. Nunca rehusa el consuelo y la ayuda a nadie y jamás admite regalo ni limosna alguna. Y cuando, como en alguna ocasión, una reina, desterrada en Roma, quiere ayudarla dándole oro, ella le responde: “Señora, yo sirvo al más grande de los reyes y Él sabrá recompensarme espléndidamente”.
Con su santidad —Ana María Taigï es la única santa que murió estando casada— Dios ha querido darnos dos estupendas lecciones: que la santidad no es patrimonio de ricos ni de clases y que, además, no está reñida con estado alguno. Cada persona puede ser santa en medio de su quehacer habitual, en el convento o en la calle, guardando la virginidad o cumpliendo los deberes matrimoniales.
Su actuación en esta vida habrá de servir de ejemplo a las muchas almas que pretenden ser perfectas en medio de los peligros del mundo. Durante su permanencia en él no dejó sino constancia de las virtudes que deben adornar a las madres y esposas. Sus milagros fueron incontables: ve desde Roma la muerte de Pío VI en el destierro, contempla día a día las tribulaciones de Pío VII durante los cinco años de su cautividad. Cura enfermedades, anuncia muertes y señala las fechas de elección de los nuevos papas. Así quiso la Providencia premiar su oscura y pobre vida, concediéndole a sus ruegos el que la peste no entre en Italia hasta después de su muerte.
Pero aún debe purificarse más. Como si fuera poco lo que ha tenido que sufrir, Dios le reserva siete meses de dolorosa agonía. A pesar de ello su eterna sonrisa no desaparece de sus labios. Lleva con alegría esta última prueba, sabiendo que sus días están contados. Por fin el 7 de junio de 1837, rodeada de su marido y tres hijos, deja de existir a los sesenta y ocho años de edad. Al día siguiente es enterrada en el nuevo cementerio de Campo Verano. Ocho días más tarde la peste entra en Roma.
Beatificada por Benedicto XV, es declarada patrona de las madres de familia y su cuerpo descansa, incorrupto, en la basílica de San Criságono, de Roma.
LUIS PORTERO
Beata Ana María Taigi.
Ana María: te pedimos bendiciones para todas las madres de familia.
Que de tal manera brille vuestro buen ejemplo que los demás al ver vuestras buenas obras glorifiquen a Dios (Jesucristo).
Esposa y madre ejemplar
Su primer intento de abrir el corazón ante un sacerdote, chocó con una seca negativa; pero la segunda tentativa tuvo éxito. Encontró la guía espiritual que necesitaba.. en un fraile servita, el padre Angelo, quien habría de ser su confesor durante muchos años. El sacerdote se dio cuenta desde un principio que estaba tratando con un alma elegida y ella, por su parte, siempre consideró el momento en que conoció al padre Angelo como la hora de su conversión. Desde aquel día renunció a todas las vanidades del mundo y se contentó con vestir las ropas más sencillas. No volvió a tomar parte en diversiones mundanas, a menos que su esposo se lo pidiera especialmente. Su mayor consuelo y alegría los encontró en la oración, y su generoso deseo de someterse a mortificaciones externas, tuvo que ser moderarlo por su confesor quién lo adaptó a los límites en que no afectara los deberes de su vida diaria como ama de casa. Su marido era un buen hombre, pero de escasas luces y muy quisquilloso; si bien apreciaba las evidentes cualidades de su esposa, nunca pudo comprender los heroicos esfuerzos de Ana por adquirir la santidad ni sus dones especiales. Ella siempre cumplía su deberes cotidianos del hogar con extraordinaria entrega.
Con referencia a la época en que la beata comenzaba ya a ser conocida y admirada, Domenico declaró: “Con frecuencia sucedía que. al regresar a casa, la encontraba llena de gente desconocida. Pero en cuanto Ana me veía, dejaba cualquiera, ya fuese una gran señora o tal vez un prelado el que tuviese con ella, se levantaba y acudía a atenderme con el afecto y la solicitud de siempre. Se podía ver que lo hacía con todo el corazón; se habría arrodillado en el suelo a quitarme los zapatos, si yo se lo hubiese permitido. En resumidas cuentas, aquella mujer era una felicidad para mí y un consuelo para todos… Con su maravilloso tacto, era capaz de mantener una paz celestial en el hogar, a pesar de que éramos muchos, de muy distinto temperamento y había toda clase de problemas, sobre todo cuando Camilo, mi hijo mayor, se quedó a vivir con nosotros durante los primeros tiempos de su matrimonio. Mi nuera era una mujer que se complacía en crear la discordia y se empeñaba en desempeñar el papel de ama de casa para molestar a Ana; pero aquella alma de Dios sabía cómo mantener a cada cual en el puesto que le correspondía y lo hacía de una manera tan sutil, tan suave, que no la puedo describir. A veces llegaba yo a la casa cansado, de mal humor y hasta enojado, pero ella siempre se las arreglaba para aplacarme y hacerme alegre la existencia.”
La familia que Ana debía cuidar estaba formada por sus siete hijos, dos de los cuales murieron cuando eran pequeños, su marido y sus padres, que vivían con ella. Cada mañana, los reunía a todos para orar; a los que podían. Los llevaba a oír misa y por la noche volvían a reunirse todos para escuchar lecturas espirituales y rezar las plegarias. Ana se preocupaba, sobre todo, de vigilar la conducta de los niños.
También tenía tiempo la beata para trabajar en sus costuras con las que, muchas veces, complementó el escaso salario de su marido, y, otras, pudo socorrer a los más pobres que ella, porque siempre fue extraordinariamente generosa y enseñó a sus hijos a serlo.
Visiones y experiencias místicas
Se diría que un trabajo doméstico tan excesivo hubiese monopolizado las energías de cualquier mujer; sin embargo, las obligaciones familiares no la privaban de entregarse a experiencias místicas de gran altura. Para dar una idea de lo que era aquello, recurrimos a las memorias sobre la beata, escritas después de su muerte por el cardenal Pedicini, a quien conoció por intermedio de su confesor y con quien compartió, durante treinta años la dirección espiritual de aquella alma elegida. Muy posiblemente, a través del cardenal se dieron a conocer las excelsas virtudes y dones sobrenaturales de la beata. Desde el momento de su conversión, Dios la gratificó con maravillosas intuiciones sobre sus designios respecto a los peligros que amenazaban a la Iglesia, sobre acontecimientos futuros y sobre los misterios de la fe. Estas cosas se le revelaron a Ana en un “sol místico” que reverberaba ante sus ojos y en el que vio también las iniquidades que los hombres cometían continuamente contra Dios. En aquellas ocasiones sentía que era su deber dar satisfacciones al Señor por aquellos agravios y ofrecerse como víctima.
Por eso sufría Ana verdaderamente agonías físicas y mentales cuando se entregaba a la plegaria por la conversión de algún pecador endurecido. Con frecuencia leía los pensamientos y adivinaba los motivos entre las gentes que la visitaban y, en consecuencia, podía ayudarlas de una manera que parecía sobrenatural. Entre las personalidades que estuvieron relacionadas con ella, debe mencionarse a San Vicente Strambi, a quien ella pronosticó la fecha exacta de su muerte.
En los primeros años después de su conversión, Ana María tuvo abundantes consuelos espirituales y arrobamientos, pero más tarde, especialmente durante los últimos años de su vida, sufrió grandemente por los ataques de Satanás. Estas pruebas, aunadas a los quebrantos de su salud y a las murmuraciones y calumnias, le dieron ocasión para mostrar resignación y soportarlas alegremente. El 9 de junio de 1837 murió, al cabo de nueve meses de agudos sufrimientos, a la edad de sesenta años.
Fue beatificada en 1920 y su sepulcro se encuentra en Roma, en la iglesia San Crisógono, de los padres Trinitarios, en cuya orden la beata era terciaria. Su cuerpo yace en ataúd de cristal para que su cuerpo incorrupto pueda contemplarse.
Oración
(dictada por la Virgen durante un éxtasis)
“Postrada a vuestros pies, gran reina del cielo, yo os venero con el más profundo respeto y confieso que sois Hija de Dios Padre, Madre del Verbo Divino, Esposa del Espíritu Santo. Sois la tesorera y la distribuidora de las divinas misericordias. Por eso os llamamos Madre de la divina Piedad. Yo me encuentro en la aflicción y la angustia. Dignaos mostrarme que me amáis de verdad. Os pido igualmente que roguéis con fervor a la Santísima Trinidad para que nos conceda la gracia de vencer siempre al demonio, al mundo y las malas pasiones; gracia eficaz que santifica a los justos, convierte a los pecadores, destruye las herejías, ilumina a los infieles y conduce los judíos a la verdadera fe. Obtenednos que el mundo entero forme un solo pueblo y una sola Iglesia.”
Tres últimos epígrafes, publicados por www.corazones.orgFuente: Vida de los Santos de Butler, Vol. II.
“Después de purificar al mundo y a su iglesia y de arrancar de cuajo toda la mala hierba, preparaba un renacimiento, milagroso triunfo de su misericordia, y mi mano todopoderosa volverá a imponer el orden ahí donde es impotente el esfuerzo humano”.
“Dios enviará dos castigos: uno en forma de guerras, revoluciones y peligros originados en la tierra; y otro enviado del cielo. Vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches. Nada será visible y el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente, a los enemigos de la religión”.
“Durante los tres días de tinieblas la luz artificial será imposible; sólo las velas benditas alumbrarán. Durante estos días de tinieblas los fieles deben permanecer en sus casas rezando el santo rosario y pidiendo a dios misericordia”.
“Millones de hombre morirán por el hierro, unos en guerra, otros en industrias civiles; otro millones perecerán de muerte imprevista. A la prueba le seguirá un renacimiento universal. Este cambio ocurrirá cuando parezca que la iglesia ha perdido los medios humanos de hacer frente a las persecuciones”.
"En el programa de hoy abordamos el tema de las teorías de conspiración que buscan crear desconfianza hacia la Iglesia Católica, teorías del tipo que el Papa Francisco es un antipapa, que la Iglesia esconde el 'tercer secreto de Fátima', etc., etc. Además examinamos algunas revelaciones privadas supuestamente de origen sobrenatural que también crean desconcierto entre el pueblo católico. Por último daremos una serie de consejos prácticos para el discernimiento en este tipo de casos y no permitir que nos roben la confianza en la Iglesia que Jesucristo mismo instituyó." Rafael Piña V.
Transmisión: 26 Junio 2014
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Les bendigo, les amo, les busco incesantemente como Pueblo Mío que son.
NO SE NIEGUEN A LA CONVERSIÓN, CONTINÚEN LUCHANDO INSTANTE A INSTANTE POR LA CONVERSIÓN.
EN LOS INSTANTES FINALES LA LUCHA ESPIRITUAL SE ACRECIENTA, Y… ÉSTE ES EL INSTANTE.
SEPÁRENSE ¡YA! DE LO MUNDANO, YO LES OTORGO LA FUERZA SUFICIENTE SI USTEDES ME LO PIDEN PARA QUE RESISTAN A LAS TENTACIONES Y ASÍ NO SUCUMBAN ANTE MAL.
Sean conscientes de que el mal atrae al hombre presentándole diferentes facetas con diferentes aspectos que atraen a cada uno de Mis hijos. El mal conoce la debilidad de cada uno y por ahí les ataca. YO SOY EL QUE SOY y les conozco como la Palma de Mi Mano, sé sus virtudes, sus dones y sus debilidades, de ahí que soy insistente en Mi Llamado hacia ustedes, Pueblo Mío.
¡ALÉJENSE YA DEL PECADO!
ÉSTE CORROE LA CARNE Y ENFERMA AL ESPÍRITU HASTA ALEJARLES DE MÍ TOTALMENTE.
EL MAL NO POSEE NI POSEERÁ MÁS FUERZA QUE YO. Mi Pueblo es débil cuando así lo desea… y es fuerte cuando desea ser fuerte… Bien es cierto que el mal no puede más que Yo, pero si Mis hijos no se deciden con su propia voluntad a apartarse del mal, éste los arrastra hasta llevarlos a sus garras y de ahí hacerles sucumbir en el fango del cual difícilmente podrán salir.
Amadísimo Pueblo Mío:
LOS NUBARRONES PERMANECEN YA SOBRE USTEDES, la oscuridad avanza nublando el pensamiento, la mente y endureciendo el corazón de Mi Pueblo para que la ira, el egoísmo, la mentira y la persecución se apoderen de aquellos que no desean amarme más. La rebelión es producto de la ira desenfrenada de aquellos que no saben hacia dónde dirigir sus pasos, de aquellos que no escuchan Mi Llamado y menos el Llamado de Mi Madre.
Ninguno de Mis hijos, si es verdaderamente hijo Mío, ofenderá tantísimo Mi Corazón ni llegará al final de su vida sin un arrepentimiento sincero y un gran propósito de enmienda. En este instante la humanidad se mantiene aislada de los grandes conflictos mundiales, mantiene su mente, su pensamiento y su vida sumidos en el deporte, dejando así de lado todo conflicto a nivel mundial. Estos espacios de euforia llevan a Mi Pueblo a olvidar el dolor; pero luego, pasado todo, el que está frente a ustedes soy Yo para acudir en su auxilio.
FALTA CONCIENCIA EN MI PUEBLO…, FALTA CONCIENCIA EN MI IGLESIA, EN MI CUERPO MÍSTICO…, FALTA CONCIENCIA ANTE LOS LLAMADOS POCO SEVEROS
Y FALTOS DE AUTORIDAD DE MIS HIJOS ENTREGADOS A MI SERVICIO…
Pueblo Mío, ¡cuánto te veré sufrir, cuánto te escucharé gritar pidiendo Mi Socorro! En esos instantes te acordarás, Pueblo Mío, que posees un Padre en lo alto, que posees Mi Santo Espíritu, que posees una Madre que te ha buscado y la has despreciado, y en ese instante, Mi Mano Misericordiosa tomará todas aquellas almas que clamen Mi Misericordia con un firme propósito; no esperen el último instante puesto que sólo Yo sé cómo es el final de la vida de cada uno de ustedes.
Pueblo Mío:
JAMÁS HE ABANDONADO A LOS QUE ME AMAN, MIREN HACIA LO ALTO, QUE DE LO ALTO DESCIENDE LA BENDICIÓN PARA LOS MÍOS: a los hambrientos les daré de comer, a los sedientos les calmaré la sed y a los arrepentidos les tomaré entre Mis Brazos y los consolaré, pero aquellos que no se arrepienten, se enfrentarán a su propio camino.
Una y otra vez les invito a doblar rodillas en una unidad de Paz y de Amor.
Los Llamados de Mi Madre han sido despreciados y éstos se cumplen y se cumplirán uno a uno y aquellos que insistentemente niegan Mi Palabra y la de Mi Madre, verán ante sus ojos más oscuridad al tratar de negarme, pero aquellos que miran la luz, encontrarán más luz en Mi Palabra y en los Llamados de Mi Madre. Acudan con prontitud, Yo les espero como el Pan de Vida Eterna.
Amados Míos:
Oren por Mi amado Pueblo de Chile.
Oren intensamente por Medio Oriente.
Oren por Alemania, padecerá.
MI MANO PERMANECE SOBRE TODA LA HUMANIDAD COMO UN IMÁN
ESPERANDO UN SUSPIRO DE MIS CREATURAS PARA TRAERLAS A MÍ.
El hombre necio y ciego, sordo y mudo no desea mirar la Verdad, no desea escuchar ni proclamar Mi Palabra, sumergiéndose en la misma oscuridad de su ignorancia que no le permitirá encontrar Mi Luz y ser así tierra fértil. YO TOMO A CADA UNO Y DEPOSITO MI AMOR PARA FERTILIZAR ESA TIERRA A FIN DE QUE DÉ FRUTOS Y USTEDES POSEAN ASÍ LA FUERZA SUFICIENTE PARA ENFRENTARSE A ESE INSTANTE TAN DOLOROSO AL QUE SE ENRUMBAN.
La humanidad colapsará en su propia inconsciencia, pero aquellos pocos que poseen consciencia de lo venidero, serán consolados por el Ángel que mandaré de Mi Casa, y Él les arrullará con Mi Palabra, con Mi misma Fuerza para que resistan los embates del anticristo impostor y cruel. Mi Pueblo será perseguido, Mis fieles deberán encontrarme a escondidas, pero no estarán solos, todo pasará, ningún dolor es eterno, nos reuniremos nuevamente y en medio de tanta tribulación, YO LES DIRÉ A MIS LEGIONES QUE DESCIENDAN SOBRE LOS MÍOS Y LES LIBRARÉ DEL DOLOR Y DE LA OPRESIÓN.
MI PUEBLO LIBERADO DE SU OPRESOR VENDRÁ A ENCONTRARSE CONMIGO,
SE SENTARÁ A MI LADO Y SE GOZARÁ DE HABER PERMANECIDO FIEL A MI CASA,
VERÁ REVERDECER LA TIERRA DESPUÉS DE QUE ÉSTA SEA CONTAMINADA Y DESTRUIDA.
Los frutos serán abundantes, la Tierra renovada dará su mejor cosecha así como las almas serán las mejores y serán nuevamente Mi Pueblo, caminarán a Mi Lado y juntos clamaremos a Mi Padre: “Abba Padre, Abba Padre”.
MI CORAZÓN SE MANTIENE ABIERTO PARA RECIBIRLES A TODOS AQUELLOS QUE POSEAN UNA TOTAL CONSCIENCIA DE LA GRAVEDAD DEL INSTANTE PRESENTE PERO SOBRE TODO, A AQUELLOS QUE SE ENCUENTREN DISPUESTOS A SACRIFICARSE POR CAMBIAR ROTUNDAMENTE SU OBRAR Y ACTUAR EN CONTRA DEL HERMANO.
Hijos, poseen buenas intenciones pero las buenas intenciones en este instante no bastan; ustedes deben ser fuertes, luchadores, convencidos de que caminan por la senda de la Verdad. Ustedes no debatan con aquellos que desmienten Mi Palabra, ustedes luchen junto a aquellos que desean poseer disposición para llevar Mi Palabra a la praxis en este instante decisivo y así compartirla con sus hermanos.
Todas estas creaturas Mías que formen cenáculos de Mi Corazón, serán librados del mal, siempre y cuando sean rectos en el actuar y en el obrar. No desprecien a sus hermanos, ninguno puede ser despreciado, ni aun aquellos que les ataquen, pero a Mi Semejanza, no respondan los ataques que ya los eventos venideros hablarán por sí solos y confirmarán Mis Llamados.
EN TODO INSTANTE YO HE ALERTADO A MI PUEBLO MEDIANTE MIS PROFETAS, NO DESEO LUCHAS NI CONTIENDAS DE UNOS CONTRA OTROS, porque aquellos a los que Yo he elegido para que den a conocer Mis Llamados, son aquellos que no se debaten en banalidades puesto que conocen la trascendencia de este instante y bien saben que no deben tomar ni un segundo de este instante para luchar contra otros sino para traer almas hacia Mí y calmar Mi sed de almas acrecentando Mi Redil.
Yo les bendigo y les amo. Manténganse siendo humildes, luchen con todas sus fuerzas y no permitan que les aparten de Mí.
LES BENDIGO A CADA UNO DE USTEDES QUE LEEN MI PALABRA,
“Queridos hijos! El Altísimo me da la gracia de poder estar aún con ustedes y de guiarlos en la oración hacia el camino de la paz. Vuestro corazón y vuestra alma tienen sed de paz y de amor, de Dios y de Su alegría. Por eso, hijitos, oren, oren, oren y en la oración descubrirán la sabiduría del vivir. Yo los bendigo a todos e intercedo por cada uno de ustedes ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
Message 25 June 2014
“Dear children! The Most High is giving me the grace that I can still be with you and to lead you in prayer towards the way of peace. Your heart and soul thirst for peace and love, for God and His joy. Therefore, little children, pray, pray, pray and in prayer you will discover the wisdom of living. I bless you all and intercede for each of you before my Son Jesus. Thank you for having responded to my call.”
Messaggio 25 giugno 2014
“Cari figli! L’Altissimo mi dona la grazia di poter essere ancora con voi e di guidarvi nella preghiera verso la via della pace. Il vostro cuore e la vostra anima hanno sete di pace e d’amore, di Dio e della sua gioia. Perciò, figlioli, pregate, pregate, pregate e nella preghiera scoprirete la sapienza del vivere. Io vi benedico e intercedo per ciascuno di voi davanti al mio Figlio Gesù. Grazie per aver risposto alla mia chiamata.”
Botschaft 25 Juni 2014
„Liebe Kinder! Der Allerhöchste gibt mir die Gnade, dass ich noch bei euch sein darf und ich euch im Gebet zum Weg des Friedens führe. Euer Herz und eure Seele dürsten nach dem Frieden und der Liebe, nach Gott und Seiner Freude. Deshalb, meine lieben Kinder, betet, betet, betet, und im Gebet werdet ihr die Weisheit des Lebens entdecken. Ich segne euch alle und halte für jeden von euch Fürsprache vor meinem Sohn Jesus. Danke, dass ihr meinem Ruf gefolgt seid!“
Message 25 juin 2014
«Chers enfants, le Très-Haut me donne le grâce de pouvoir être encore avec vous et de vous conduire dans la prière vers le chemin de la paix. Votre coeur et votre âme ont soif de paix et de l’amour, de Dieu et de sa joie. C’est pourquoi, petits enfants, priez, priez, priez, et dans la prière vous découvrirez la sagesse de vivre. Je vous bénis tous et j’intercède pour chacun de vous auprès de mon Fils Jésus. Merci d’avoir répondu à mon appel.»
Poruka 25 lipanj2014
„Draga djeco! Svevišnji mi daje milost da mogu biti još s vama i da vas vodim u molitvi prema putu mira. Vaše srce i duša žeđaju za mirom i ljubavlju, za Bogom i njegovom radošću. Zato, dječice, molite, molite, molite i u molitvi ćete otkriti mudrost življenja. Ja vas sve blagoslivljam i zagovaram za svakog od vas pred mojim sinom Isusom. Hvala vam što ste se odazvali mome pozivu.“