Rosario vespertino.
Temas:
- Os he pedido, Mis pequeños, que seáis humildes y sencillos, que abráis vuestro corazón a Mis Enseñanzas, que vuestra mente esté unida a la Mía, para que Mi Espíritu Santo os pueda dar todo el tesoro de Mi Sabiduría
- ¿Por qué criticáis a hermanos vuestros que conocéis que pecaron de tal o cual forma y no los perdonáis? Los seguís señalando, ¿con qué autoridad hacéis eso, si Yo, vuestro Dios, que sí tengo autoridad para hacerlo, los he perdonado ya en totalidad?
- Padres de familia que ya cometisteis errores con vuestros hijos, enmendad vuestro camino, arrepentíos, haced penitencia, para que vuestro Juicio no sea tan severo.
- Vuestra misión es misionar, llevar Mi Palabra, Mi Ejemplo, Mi Amor a vuestros hermanos y, si no lo hacéis, ése es un grave pecado de omisión.
- No os desaniméis por lo que veréis a vuestro alrededor, confiad plenamente en lo que os digo, ayudad a vuestros hermanos cuando los momentos sean difíciles.
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Os he pedido, Mis pequeños, que seáis humildes y sencillos, que abráis vuestro corazón a Mis Enseñanzas, que vuestra mente esté unida a la Mía, para que Mi Espíritu Santo os pueda dar todo el tesoro de Mi Sabiduría Hijitos Míos, los humildes saben escuchar, los soberbios, no. Mi Hijo Jesucristo, vino por los sencillos, por los humildes, por los pequeños, Él no vino para los sabios y entendidos porque, los pequeños, como os dije, son los que saben escuchar y quieren aprender, quieren saber más y, en éste caso, saber de Mi Sabiduría, saber que la Sabiduría que Yo os transmití a través de Mi Hijo Jesucristo, os lleva a la perfección, os lleva a la santidad.
Aquellos que solamente tratan de destruir Mi Palabra, que son soberbios, criticones, nunca aprenderán y caerán. Se sienten mejor que los demás, pero llega un momento en que, al no crecer, se quedan estancados y los pequeños los sobrepasan y por mucho, Mis pequeños.
Cuántas veces no habéis visto a vuestro alrededor, caminando por la calle, gente sencilla, humilde, pequeña, hasta pordioseros y os dan lecciones de vida. Son sabios, dentro de su pobreza, dentro de su sufrimiento, dentro del ataque que tienen de los demás hermanos, han aprendido mucho y han llegado a niveles superiores de aquellos que quizá tengan todo de lo humano, que no les falte nada, con lo cual puedan vivir holgadamente, pero no tienen de Mi Sabiduría.
Por eso tanto os he pedido, Mis pequeños, que seáis humildes y sencillos, que abráis vuestro corazón a Mis Enseñanzas, que vuestra mente esté unida a la Mía, para que Mi Espíritu Santo os pueda dar todo el tesoro de Mi Sabiduría y podáis ayudar a vuestros hermanos con Mis Enseñanzas.
Sed sencillos y seréis grandes al final de vuestra existencia y tendréis un lugar muy especial en el Reino de los Cielos, porque aquél que aprende de lo Mío, lo enseña también y al salvar un alma para el Reino, tiene salvada su alma eternamente. Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo. Sobre: ¿Por qué criticáis a hermanos vuestros que conocéis que pecaron de tal o cual forma y no los perdonáis? Los seguís señalando, ¿con qué autoridad hacéis eso, si Yo, vuestro Dios, que sí tengo autoridad para hacerlo, los he perdonado ya en totalidad? Hijitos Míos, estoy protegiendo a la mujer adúltera, la quieren apedrear, ella en el suelo está, esperando su muerte, como lo dice la ley, y la defiendo. Pregunto a todos aquellos que están frente a ella, queriendo lapidarla, el que no tenga ningún pecado, que tire la primera piedra. Se van retirando poco a poco, empiezan los más viejos y al final los jóvenes.
Ciertamente, los más viejos tenían más pecados, llevaban más vida en la Tierra pecando. La ayudo a levantarse, arrepentida queda ella y reconoce su pecado, y le pido que no siga pecando más.
Vosotros, ¿con qué autoridad criticáis a vuestros hermanos? Yo, Soy vuestro Dios, Soy Jesucristo, vine a la Tierra a ayudaros a crecer espiritualmente, para que alcanzarais la salvación.
Cada uno de vosotros sois ésa mujer adúltera, no necesariamente en ése pecado, pero estáis cargados de ellos. Ciertamente, muchos de vosotros asistís a los Sacramentos y habéis sido perdonados de múltiples pecados que habéis cometido a lo largo de vuestra vida. ¿Por qué criticáis a hermanos vuestros que conocéis que pecaron de tal o cual forma y no los perdonáis? Los seguís señalando, ¿con qué autoridad hacéis eso, si Yo, vuestro Dios, que sí tengo autoridad para hacerlo, los he perdonado ya en totalidad?
Cuando vosotros recibís la absolución de un sacerdote, o sea, un ministro Mío, al cual Yo le he dado autoridad para perdonar los pecados aquí en la Tierra, en ése momento Yo Me olvido de ellos, Yo Soy el Único que pude juzgar el alma de cada uno de vosotros.
Si hablarais menos, si criticarais menos, más bien si no criticarais en lo absoluto, seríais mejores, iríais en camino de santidad, perderíais menos tiempo, el cual aprovecharíais para hacer lo que tenéis qué hacer, que es la salvación de las almas, empezando con la vuestra.
¿Por qué no buscáis mejor la santidad, vuestra santidad, en vez de estar señalando a vuestros hermanos, ya que de ésa forma estáis pecando? Sí, Mis pequeños, estáis pecando, porque ése hermano vuestro puede estar ya limpio de su alma y vosotros lo estáis exponiendo ante vuestros hermanos y lo estáis matando en vida, porque él ya está perdonado por Mí, pero, por vuestra causa, vuestros hermanos se apartarán de él, porque vosotros estáis hablando mal de ése hermano vuestro.
Tened cuidado, puesto que vuestra lengua os puede condenar, aprended a callar, aprended a amar como Yo os amo a cada uno de vosotros, a pesar de vuestros pecados. Buscad la santidad, buscad el ser mejores, entrad en vuestra alma en lugar de querer entrar en el alma de los demás, de lo cual vosotros no podéis y solamente os mantendréis en la crítica malsana, destructiva y pecaminosa, porque estaréis pecando continuamente y, ése pecado, os repito, os puede condenar.
Aprended pues de la mujer adúltera, hermana vuestra, a la que Yo perdoné y, os repito como le dije a ella: “vete, vete en paz y no vuelvas a pecar”. Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Padres de familia que ya cometisteis errores con vuestros hijos, enmendad vuestro camino, arrepentíos, haced penitencia, para que vuestro Juicio no sea tan severo. Hijitos Míos, muchas veces os he pedido que viváis en la virtud y especialmente, en la paciencia.
Yo Soy vuestro Padre, vuestro Dios, Soy el Perfecto y os he pedido que vosotros también seáis perfectos, como lo Soy. Mi Hijo os lo repitió varias veces en las Sagradas Escrituras. Soy vuestro Padre y un padre, si realmente ama a sus hijos, les tendrá paciencia.
Ciertamente, los hijos tienen diferentes caracteres, algunos serán más tranquilos, otros, quizá peleoneros, otros estudiosos, otros flojos, pero los padres, cuando Me piden ayuda, les doy una Sabiduría especial para poder entender y guiar a los hijos. Ciertamente, cada uno es diferente y vosotros, los que sois padres de familia, lo sabéis, y a cada uno de ellos, vosotros tenéis la paciencia de guiarles, entenderles, de ayudarles a salir adelante pero, muchas veces, no lo hacéis y atacáis a vuestros hijos, los destrozáis emocionalmente, los afectáis para toda su vida y, de eso, os tomaré cuentas, Mis pequeños, porque os he dado la responsabilidad de una familia, os he dado la responsabilidad de criar y educar a un hijo Mío.
Os he dicho, que he permitido que vosotros os llaméis también padres e hijos, pero realmente sois hermanos todos vosotros, Yo Soy el Único Padre, por eso, si os he dado un hijo, que realmente es un hermano vuestro, debéis regresarMe un hijo, enseñándole lo que debe aprender para que pueda dar de ése conocimiento, de ésas virtudes, de ése amor a vuestros hermanos y pueda regresar a Mí.
Pero ¿qué pasa si vosotros destrozáis espiritualmente el alma de un hijo vuestro, que es vuestro hermanito?, si ésa alma se pierde, vosotros seréis juzgados por ello.
Ciertamente tienen su libre albedrío pero, si vosotros les inculcasteis el mal, tendréis momentos difíciles ante Mí, vuestro Dios, en vuestro Juicio Final. Ciertamente Soy Misericordioso, os he dado ésa tarea de hacer crecer las almas de vuestros hermanos, pero si vosotros las destrozasteis, realmente no trabajasteis para Mí, trabajasteis para satanás y difícilmente podréis entrar al Reino de los Cielos porque, por vuestra causa, una o varias almas se perdieron y, eso, Me duele muchísimo a Mí, vuestro Dios.
Ser padres o madres es una responsabilidad inmensa, Mis pequeños pero, ciertamente, que no os dejo solos para llevar a cabo ésta tarea tan importante para un alma. Sabéis que contáis Conmigo en Mi Santísima Trinidad, con Mi Hija, la Siempre Virgen María, con el Señor San José, Ángeles, santos, el ejemplo vivo de todos ellos. Contáis con virtudes, con dones, Gracias especiales pero, desgraciadamente, no queréis tomarlos y queréis siempre hacer vuestra voluntad y, en la mayoría de los casos, vivís en un error y lo seguís transmitiendo, pero no os queréis dar cuenta, a pesar de que, los que están alrededor vuestro, os lo están diciendo, pero vuestra soberbia es grande y tapáis vuestros oídos, vuestra mente y no queréis escuchar ni mejorar.
Cuando lleguéis a Mi Presencia, al final de vuestra existencia, haré lo mismo, Me taparé los Oídos, no os escucharé y vuestros actos os condenarán, vuestra soberbia os condenará.
Un alma es muy preciada para Mí, el ser padre o madre, es una tarea importantísima, es una Gracia especial que Yo concedo a las almas, pero tienen que educar bajo Mis Principios, bajo Mis Leyes, bajo Mi Amor. Si vosotros vais a llenar a ésas almitas con basura, con maldad, con errores, porque no quisisteis educarlos en el bien y tomar de lo Mío, no queráis ganar el Cielo, puesto que no hicisteis correctamente vuestra labor.
Padres de familia que ya cometisteis errores con vuestros hijos, enmendad vuestro camino, arrepentíos, haced penitencia, para que vuestro Juicio no sea tan severo. Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Vuestra misión es misionar, llevar Mi Palabra, Mi Ejemplo, Mi Amor a vuestros hermanos y, si no lo hacéis, ése es un grave pecado de omisión. Hijitos Míos, os he dicho que las tinieblas cubren ya al mundo entero y también al Universo entero. Satanás está suelto con una potencia tremenda que, ciertamente, no permito que la use en totalidad contra vosotros, lo limito, para que no os destroce, que bien podría hacerlo, pero estáis bajo Mi cuidado, bajo Mi protección.
El mal ha entrado por todas partes, prácticamente ninguno de vosotros os habéis salvado de ése mal, porque, satanás, sabe cómo entrar en las almas, sabe qué tentaciones poneros a cada uno de vosotros para que caigáis de una u otra forma, para que vuestra alma no se mantenga siempre pura, santa y buscando siempre la perfección.
Aún saliendo vosotros del confesionario y recibiendo después la Sagrada Eucaristía, no pasan muchos minutos y ya nuevamente caéis. Cometéis muchas faltas todos los días, de pensamiento, de palabra, de obra, de omisión, pero caéis constantemente.
Por eso os he aconsejado, Me pidáis el don de Discernimiento, para que os podáis defender de sus ataquéis y que os conservéis por más tiempo en estado de Gracia. Pero pocos, muy pocos de vosotros Me hacéis caso, es más, en éstos momentos, reflexionad, entrad en vuestro corazón y ved en vuestro interior. PonedMe vuestra alma, tal y como está y Yo permitiré que la veáis con Mis Ojos y no con los vuestros y os daréis cuenta que dejáis mucho qué desear.
Mis pequeños, si vosotros camináis solos en el mundo, si no buscáis Mi ayuda para vuestra perfección, difícilmente tendréis ésa alma que Yo quiero que tengáis, al fin de vuestra existencia, además recordad que mientras más cerca estéis de Mi Corazón, más fruto daréis en el mundo, porque a eso vinisteis. Yo no quiero que os escondáis como ermitaños, aunque, ciertamente, hay almas que llevan ésa misión, pero la mayoría de vosotros no lleváis ésa misión.
Ésos ermitaños o ermitañas, ayudan a la salvación de las almas con su oración, con sus sacrificios y penitencias, tan fuertes, que muchos de vosotros os escandalizaríais y no soportaríais ni verlas ni pensarlas, pero muchos de vosotros os salvaréis gracias a ésas almas santas.
Vuestra misión es misionar, llevar Mi Palabra, Mi Ejemplo, Mi Amor a vuestros hermanos y, si no lo hacéis, ése es un grave pecado de omisión porque os he dado Conocimiento, Palabra, Vida, Amor, para que repartáis a vuestros hermanos y, si no lo hacéis, os repito, es un grave pecado de omisión y muchas almas pueden perderse porque vosotros no les ayudasteis a que conocieran de Mí y pudieran llegar a Mí.
Entrad en vuestro corazón, ved el estado de vuestra alma y, si os falta algo, pedídMelo y Yo os lo daré. Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: No os desaniméis por lo que veréis a vuestro alrededor, confiad plenamente en lo que os digo, ayudad a vuestros hermanos cuando los momentos sean difíciles. Hijitos Míos, muchos de vosotros sabéis que ya estáis en los momentos de la purificación, muchos otros no quieren aceptar ésta realidad por temor o falta de Fe. Estoy escogiendo a los que han de quedar, así como se escoge al trigo bueno y se aparta el malo.
Soy un Dios Justo y Mi Amor está primeramente ante todo Juicio, aún dentro de Mi Propio Juicio, el Amor prevalece.
Escogeré a las almas con las cuales Yo pueda trabajar libremente, almas que se han donado a Mí, para que Yo trabaje plenamente en ellas y se pueda empezar un Nuevo Mundo lleno de Amor, un Nuevo Mundo en donde se viva una fraternidad santa, llena de Mi Amor, una humanidad sabia, que se sepa dejar guiar por Mis Leyes, por Mis Decretos, por Mis Mandamientos.
Ciertamente, Yo velaré por aquellas almas buenas que se donarán, como Mi Hijo se donó por la salvación de muchas, que necesitan del mérito de otras para su salvación. Son tiempos de cambio, ciertamente, pero son tiempos de amor, porque habrá mucho amor aún en los momentos difíciles.
He ido preparando a muchas almas de ésta generación para que aprendan a darse y a vivir como Mi Hijo se dio por vosotros y vivió por vosotros. Mucho amor veréis a vuestro alrededor, a pesar de los acontecimientos que irán cambiando vuestro mundo. Mis ángeles os cuidarán a los que estáis Conmigo, a los que seréis preservados y escogidos para los nuevos tiempos.
Ciertamente serán tiempos, también, de purificación personal, de penitencia, para que entréis a las Tierras Prometidas, limpios, y teniendo una sensación santa, al saberos verdaderos hijos Míos. Serán momentos bellísimos para las almas que Me escogieron a lo largo de su vida, para que Yo fuera su Dios y que se dejaron guiar por Mí.
Veréis patentes Mis Promesas ante vuestros ojos, conoceréis Mis regalos inimaginables, aún para vuestra mente pequeña, como está ahora. Las almas fieles tendrán regalos grandísimos pero, sobre todo, vuestra alma se ensanchará en Mi Amor. Gracias especiales habrá para vosotros, los que fuisteis fieles, los que luchasteis contra el mal que os rodeaba, los que cuidasteis que Mi Nombre no se perdiera en la Tierra.
¡Cuántas cosas veréis y gozaréis!, porque así Soy Yo, vuestro Dios. Soy un Dios Omnipotente y os puedo dar, como os dije, regalos inimaginables aquí en la Tierra y después de vuestra vida, en vuestra vida futura. Las almas buenas, las almas que están Conmigo, las almas que Me aman, Me seguirán amando eternamente, con un amor que ahora no tenéis ni podéis imaginar porque vuestro cuerpo no puede albergar tanto amor unido a vuestra alma, pero cuando vuestra alma se separa de vuestro cuerpo, adquiere capacidades infinitas y es cuando conoceréis Mi Infinito Amor y vuestro agradecimiento será también infinito, porque ya estaréis plenamente Conmigo, con vuestro Dios.
Así que os pido, Mis pequeños, no os desaniméis por lo que veréis a vuestro alrededor, confiad plenamente en lo que os digo, ayudad a vuestros hermanos cuando los momentos sean difíciles, que haya siempre alegría en vuestra actitud hacia vuestros hermanos y enseñadles que hay un mundo espiritual infinito que espera a los hijos Míos, a los hijos de Dios. Gracias, Mis pequeños.
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