Rosario vespertino
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- Se os acerca, Mis pequeños, una oportunidad grande de obtener una Indulgencia Plenaria, que es necesaria que todos vosotros toméis, para que podáis eliminar las penas que traéis, de vuestros pecados, por años, la Fiesta de la Porciúncula, que vais a tener en breve, el 2 de agosto.
- Cuando un alma sabe que Yo la estoy tomando y que le vienen dolores o penas que no las puede quitar fácilmente, es porque Yo se lo estoy pidiendo a ésa alma, para la salvación de muchas otras.
- Yo os perdono cuando hay un arrepentimiento sincero de vuestro corazón y, a través de Mis ministros, los sacerdotes, que es Mi Misericordia en la Tierra, os dan el perdón de vuestros pecados; es Mi Gracia Infinita a través de ellos.
- Si ciertamente queréis venir a Mí, debéis ser como el hijo pródigo, que toméis conciencia de quienes sois: sois hijos de un Dios que os creó, para amar y ser amados y no para ser esclavizados y odiados por satanás, porque sois Mis hijos.
- Os he anunciado que es inminente el cambio, pero, por el hecho de que venga una Purificación, os he dicho, no necesariamente, se han de condenar las almas que serán eliminadas de la Tierra, vuestra oración de intercesión y llena de Mi Amor, salvará a infinidad de almas, sed como en Nínive, que se ganaron Mi Favor, que se ganaron Mi Perdón.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Se os acerca, Mis pequeños, una oportunidad grande de obtener una Indulgencia Plenaria, que es necesaria que todos vosotros toméis, para que podáis eliminar las penas que traéis, de vuestros pecados, por años, la Fiesta de la Porciúncula, que vais a tener en breve, el 2 de agosto.
(Lenguas…) Hijitos Míos, os he venido diciendo que os preparéis para los momentos de la prueba, para los momentos de la Purificación. Os he pedido que os mantengáis en estado de Gracia, pero, sobre todo, que os mantengáis ejerciendo el Amor que Yo he puesto en vuestros corazones, hacia vuestros hermanos, directa o indirectamente.
Indirectamente, a través de vuestra oración, a través de vuestra intercesión con todos aquellos hermanos vuestros que necesitan de su conversión y de su salvación.
Se os acerca, Mis pequeños, una oportunidad grande de obtener una Indulgencia Plenaria, que es necesaria que todos vosotros toméis, para que podáis eliminar las penas que traéis de vuestros pecados, por años: la Fiesta de la Porciúncula, que vais a tener en breve, el 2 de agosto.
Mis pequeños, necesitáis estar limpios, lo más limpios posible, para las pruebas que se han de venir. Aprovechad todo lo que se os ha enseñado en las Sagradas Escrituras y todo lo que la Iglesia de Mi Hijo os da, para que podáis estar limpios ante Mis Ojos, pero, sobre todo, alegres y amorosos, al saber que si vuestra alma está limpia, Yo puedo habitar plenamente en vosotros y, de esta forma, Yo puedo derramar Mis Bendiciones abundantemente.
Mi Amor desea que todos vosotros estéis Conmigo de regreso, los que vais a ser recogidos de la Tierra y que los que quedéis sobre la Tierra, que podáis estar llenos de Mi Amor y forméis un Nuevo Mundo, llenos de Mi Amor, de Mis Enseñanzas, de Mi Vida; van a ser momentos bellísimos.
Os he dicho que los acontecimientos de la Purificación se tienen que dar, pero no les deis la importancia que satanás quiere que se les dé, para que vosotros os distraigáis y os preocupéis y, de esta forma, no os preparéis para lo que Yo os quiero dar. Satanás será vencido, de hecho, Mi Hijo, ya lo venció.
Al manteneros en estado de Gracia, vosotros estaréis venciendo a satanás. Preocupaos ahora, en este tiempo que os quede, antes de que venga el gran cambio, de vivir todos unidos en Mi Amor, en un solo corazón, en una sola intención, viendo por un Nuevo Mundo de Amor y, no es ningún tipo de amor que vosotros hayáis conocido sobre la Tierra, es Mi Verdadero Amor, el de vuestro Padre y Creador.
Voy a regalar a todos aquellos escogidos, que ya estáis marcados, Mi Amor en pleno, y lo gozaréis tremendamente, porque no habéis vivido nada parecido a lo que viviréis, por haberos mantenido en Mi Amor, en Mis Leyes y manteniéndoos en familia, como os lo he pedido muchas veces.
Grandes momentos, muy bellos, se acercan para las almas fieles; vosotros, en vuestro corazón, ya sabéis o intuís si os quedaréis o seréis apartados de la Tierra. Mi Santo Espíritu, ya empieza a guiar a las almas y las va protegiendo, las va ya transfigurando. Algunos de vosotros, ya empezáis a tener experiencias muy diferentes a lo que veníais viviendo, hace apenas unos meses o años. Ya empezáis a sentir diferentes formas de apreciar la Creación, de apreciar vuestra vida entre hermanos, de apreciar Mi Amor y, sobre todo, Mi Cercanía en vuestro corazón y en la forma en como os tratáis, los unos a los otros. Ya empezáis a vivir una familiaridad que antes no vivías; es Mi Amor el que os va uniendo, es Mi Amor el que va separando el trigo y la cizaña, es Mi Amor el que os está dando una Nueva Vida, como debió haber sido siempre, pero que el Pecado Original afectó tremendamente.
Dejaos pues, guiar por Mi Santo Espíritu (Lenguas…), abrid vuestro corazón, dejaos mover por Mi Santo Espíritu,cosas bellísimas os esperan, no limitéis su entrada en vosotros.
Lo primero que obtendréis, es una paz, como nunca la habéis tenido antes y, una seguridad plena en que Yo os estoy cuidando y estoy moviendo vuestra vida para vuestro bien y de todos aquellos que os rodean. Soy vuestro Dios y, así, consiento a las almas que Me aman. Os amo inmensamente, Mis pequeños, los escogidos, los que os dejasteis guiar por Mí, los que dejasteis que Mi Hijo Se moviera plenamente en vosotros. Recibid Mis Bendiciones, Recibid Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando un alma sabe que Yo la estoy tomando y que le vienen dolores o penas que no las puede quitar fácilmente, es porque Yo se lo estoy pidiendo a ésa alma, para la salvación de muchas otras.
Hijitos Míos, os he dicho que todos vosotros, así como tenéis capacidades físicas muy particulares, también tenéis dones espirituales, también muy particulares y, todo esto, de acuerdo a la misión que he encomendado a cada uno de vosotros.
Todos vosotros sois diferentes, sois irrepetibles; cada uno de vosotros tenéis una misión en particular, sois necesarios todos vosotros.
Ningún alma que ha bajado a la Tierra es inservible, no fue enviada para perder el tiempo; en Mí, no existe eso, Mis pequeños, todo tiene una razón de ser y, todos vosotros, tenéis una misión qué llevar a cabo.
Ciertamente, esta misión puede ser afectada o alterada por vuestro libre albedrío, por vuestra poca disposición de servirMe y de servir a vuestros hermanos y, ciertamente, cuando no encuentro almas dóciles, que se dejen mover por Mí, para que lleven a cabo la misión que Yo os he encomendado, todo se va deteniendo, no fluye como debiera fluir y los acontecimientos se van alterando a favor o en contra.
Cuando un alma se deja mover por Mí, por Mi Divina Voluntad, Yo puedo trabajar fácilmente y puedo hacer grandes obras en ella. Es una Gracia muy grande, para un alma, el que Yo la tome y la mueva, según Mi Voluntad, y se nota el cambio en las almas que se dejan mover por Mí, porque no viven como vivís, en general, vosotros. Hay características diferentes en los que se dejan mover por Mí: principalmente, que a pesar de que quieren hacer su voluntad, Yo, al tomarlas, llevan a cabo lo que Yo les estoy pidiendo, muy en contra de su propia voluntad y llegan a sufrir, pero, al conocer que viene de Mí, les llega una alegría muy grande.
Ciertamente, en general, vosotros, Mis pequeños, evitáis el dolor, tratáis de eliminarlo lo antes posible, no soportáis las penas. Ciertamente, no son agradables, pero no podéis eludirlas, porque éstas entraron a la Creación, por el Pecado Original, y ahí está la característica principal que os digo: cuando un alma sabe que Yo la estoy tomando y que le vienen dolores o penas que no las puede quitar fácilmente, es porque Yo se lo estoy pidiendo a ésa alma, para la salvación de muchas otras.
Os he dicho que el dolor es purificador para la propia alma y salvador para muchas otras. ¡Cuántas almas tratan de evitar el dolor, evitar ésa cruz que no podéis quitar de vuestra vida!, porque el Pecado Original lo provocó, y Mi Hijo os enseñó a cómo volver ésa cruz de dolor en Gloria y salvación de otras almas.
Os he dicho que debéis uniros a los Méritos de Mi Hijo, unir vuestras alegrías, tristezas, dolores, penas, todo esto lo vivió Mi Hijo y Me lo ofrecía para la salvación de todos vosotros. Tomad este aprendizaje, esta lección, que os ha dado Mi Hijo y todo lo que sucede en vuestra vida, ofrecédseLo, para que Él Me lo ofrezca a Mí y Yo salve a infinidad de almas. Hay almas que, ciertamente, no soportan el dolor y se voltean contra Mí, Me reclaman, Me blasfeman, no se dan cuenta que están perdiendo una oportunidad de purificarse, de santificarse y de salvar a muchos hermanos vuestros.
Esto os lo digo, Mis pequeños, porque, en estos tiempos, veréis morir a vuestro alrededor a infinidad de almas y muchas de ellas no estaban preparadas para su salvación. Serán desastres naturales muy fuertes, intensos, pero, recordad, que todo será por breves momentos. Se eliminarán almas, pero no deben de condenarse, os lo he pedido y, por eso, debéis aprender, ya desde ahora, a que todo aquello que venga a vuestra vida, que vosotros consideráis negativo, porque es doloroso, lo volváis positivo, como lo hizo Mi Hijo, para vuestra salvación.
Imaginad Sus Dolores, Sus Penas, las maldiciones que Le infringían, que le gritaban, las pedradas, todo aquello que Le hicieron, Lo soportó por vosotros, por cada uno de vosotros, por vuestra salvación, para que tuvierais Vida eterna Conmigo.
Ahora es vuestro tiempo, es vuestra oportunidad de tomar los dolores que vengan o que han estado viniendo, que habéis estado teniendo a lo largo de vuestra existencia y que no habíais ofrecido.
Recordad que vivís en un eterno presente ante Mi Presencia; retomad todo aquello, desde vuestra niñez, desde donde recordéis, retomad vuestros dolores, sufrimientos, penas y, en este momento, unidlas a los Méritos de Mi Hijo, para que Él Me los ofrezca, y, así salvaré a muchas almas, presentes y futuras.
Tenéis tantas, tantas posibilidades, tantos instrumentos espirituales de salvación que no utilizáis, que desperdiciáis, con los que podéis ayudar a infinidad de almas a buen vivir y a buen morir, no desperdiciéis vuestro tiempo sobre la Tierra.
Vuestro tiempo sobre la Tierra, es tiempo de salvación, tiempo de santificación, es tiempo para dar Vida a los que están muertos espiritualmente; tenéis una tarea muy importante y muy bella, poder salvar a un alma que está en pecado grave y por vuestra intercesión, vosotros le ayudáis a su salvación; es algo muy grande y será premiado por toda la eternidad.
En estos momentos, no os dais cuenta de cómo han actuado todas vuestras oraciones, ofrecimientos, ayunos, todo lo que habéis hecho por ayudar a las almas de vuestros hermanos en su salvación, ahora no lo apreciáis, pero, cuando regreséis a Mí, tendréis frente a vosotros, todas las almas a las cuales ayudasteis en su salvación y os alegraréis inmensamente, será un gozo muy grande para vosotros y un gozo muy grande para el Cielo.
Os repito, Mis pequeños, no desperdiciéis vuestro tiempo en cosas superfluas, el tiempo es corto para las almas que van a ser tomadas fuera de la Tierra, pero el tiempo es largo y bello para las almas que ya están preparadas para el Nuevo Mundo, para las que van a gozar de Mis Bienes, al iniciar una Nueva Generación.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Yo os perdono cuando hay un arrepentimiento sincero de vuestro corazón y, a través de Mis ministros, los sacerdotes, que es Mi Misericordia en la Tierra, os dan el perdón de vuestros pecados; es Mi Gracia Infinita a través de ellos.
Hijitos Míos, en la Parábola del Hijo Pródigo, voy retratando vuestra vida: vosotros vivís en el Cielo, vivís Conmigo, os permito bajar a la Tierra a servirMe y, ciertamente, ahí escogeréis, en vuestro libre albedrío, manteneros Conmigo, obedeciendo Mis Leyes, viviendo en Mi Amor, respetando a vuestros hermanos y, ayudándoles espiritualmente; o podéis escoger el Mundo, todo aquello que ha sido ensuciado por satanás, todo aquello que os lleva a la impureza, a la maldad, a la separación de vuestra alma Conmigo.
El hijo pródigo, quiso vivir en contra del Padre, estaba viviendo una vida de bellezas, de santidad, de amor, de pureza, que es Mi Reino, en el que vivía antes, pero le atrae el Mundo. Como sucede con muchos de vosotros. Sois cuidados en una familia en la que se viven las Virtudes, el amor, la pureza, quizá, hasta la santidad, pero, satanás, sabe cómo mover vuestros deseos malos, os pone tentaciones, os pone deseos impuros, os hace ver el pecado como una aventura emocionante, que debéis tomar y vivir. Os conoce lo suficiente, como para poner las tentaciones en las que vosotros podréis caer y, prácticamente, todos caéis en sus tentaciones y os volvéis ésos hijos pródigos sufrientes, que, llenos de Gracias, de Bendiciones, de pureza y de una vida de ejemplo, os lleva, muchas veces, a una vida miserable, pecadora, viciosa, impura y os pone en contra Mía y, muchos de vosotros, al no tener un respaldo espiritual fuerte, os sentís no merecedores de Mi Perdón y de Mi Gracia y, así, os vais alejando todavía más de Mí.
¿Cuántos de vosotros habéis que no lucháis por levantaros? Os sentís vencidos por la maldad de satanás y por vuestros pecados y os imagináis que no merecéis Mi Perdón, por todos los pecados cometidos por el olvido y el desprecio a Mis Leyes y a Mi Amor y, no os dais cuenta de Mi Misericordia tan grande, que es ejemplificada también en la Parábola: está el Rey, en lo alto del Castillo, observando todos los días, si el hijo se está acercando, volviendo al Hogar, con el deseo de abrazarlo.
Algunos de vosotros, por Mi Gracia, por Mi Misericordia, os dais cuenta que Soy un Padre Amorosísimo, que os perdona todo, si realmente os arrepentís de corazón, y es cuando os levantáis. Mi Gracia os levanta, a pesar de vuestros pecados tan graves que podáis tener. Yo os perdono cuando hay un arrepentimiento sincero de vuestro corazón y, a través de Mis ministros, los sacerdotes, que es Mi Misericordia en la Tierra, os dan el perdón de vuestros pecados; es Mi Gracia Infinita a través de ellos.
Vosotros tenéis el derecho de regresar a vuestro Hogar, a pesar de vuestros pecados, porque sois Mis hijos y Yo os espero, como el rey esperaba al hijo, día y noche, a ver cuándo regresaba. Todos vosotros, no importan vuestros pecados, si hay arrepentimiento de corazón, podéis regresar a Mi Reino, al Palacio, de donde salisteis.
Tened confianza, Mis pequeños, en Mi Misericordia Infinita, buscad el perdón de vuestros pecados a través de Mis ministros y seréis librados de las cadenas de satanás, que os atan y que os hacen creer que no podéis obtener, de ninguna forma, el perdón de vuestras faltas, por más graves que estas sean. Sobreponeos y regresad a Mí, vuestros pecados quedan perdonados a través de Mis ministros, los sacerdotes y, vuestro lugar, en el Reino de los Cielos, os está esperando. No volváis a pecar, satanás os seguirá atacando mientras viváis en la Tierra, satanás querrá destruir vuestra alma llevándola al pecado grave, el cual, os encadena y satanás, puede causar vuestra muerte eterna.
Tenéis a vuestro alrededor, durante vuestra misión, un enemigo muy grande, muy poderoso, que es satanás. Vosotros estáis protegidos por Mi Gracia. Si no os apartáis de Mí, si os mantenéis fieles a Mis Mandamientos y a lo que Yo os he mandado, sobre todo el vivir en el Amor, no tendréis tantos problemas durante vuestra misión en la Tierra, satanás no puede contra Mi Amor, ¡llenaos de Mi Amor, Mis pequeños!, es una protección muy fuerte para vosotros y es una Bendición muy grande, porque lo daréis a vuestros hermanos y, así, uniréis, nuevamente, Mi Reino en la Tierra, como fue en un Principio, antes del Pecado Original.
¿Os dais cuenta de vuestra misión tan grande? Unir nuevamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo por el Amor, sois parte del Cuerpo Místico de Mi Hijo y el Amor os irá uniendo a todos vosotros.
AgradecedMe pues, Mis pequeños, esta Gracia tan grande que os he dado, para que todos estéis unidos nuevamente y viváis lo que tengo reservado para todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Si ciertamente queréis venir a Mí, debéis ser como el hijo pródigo, que toméis conciencia de quienes sois: sois hijos de un Dios que os creó, para amar y ser amados y no para ser esclavizados y odiados por satanás, porque sois Mis hijos.
Hijitos Míos, quiero que meditéis los tiempos que estáis viviendo. Para la gran mayoría de vosotros, no es lo mejor que pudierais haber pensado que debiera ser la vida en la Tierra. Se os ha hablado, desde pequeñitos, del Bien y del mal, que hay un Dios y hay un ser maligno, que os ataca, que os quita la paz, que os lleva al error, que os lleva a la maldad, que os lleva a las luchas fraternas, que os lleva a la discordia, que os lleva a la mentira, a los vicios, al error, a las guerras y a tantas cosas, tan malas, que hacen que os apartéis los unos de los otros y perdáis la confianza hacia el hermano que os rodea, con los que convivís día a día.
Si todos vosotros habéis padecido el mal en vuestra vida y habéis experimentado el Bien, ¿por qué escoger el vivir en el mal?
Os he mandado a Mi Hijo, Jesucristo, para que os enseñara a vivir el Bien, y al vivir en el Bien fuerais destruyendo el mal que os rodea, que os ataca, que os quita la paz. O qué, ¿acaso, os gusta vivir en el mal que os rodea? Creo que la respuesta es “no”, en la gran mayoría de vosotros, porque, ciertamente, quisierais vivir en paz, en armonía, en hermandad, en fraternidad, en amistad, en amor, cuidándoos los unos a los otros, tomando de los Dones que Yo os he dado para compartir con vuestros hermanos y que, en forma recíproca, también recibiréis de ellos Mis cuidados, a través de los dones que os he dado a cada uno de vosotros.
¿Por qué, si tenéis todo esto, no lo hacéis, Mis pequeños? Tenéis la posibilidad de hacer el Bien, de vivir en el Bien, de cuidaros los unos a los otros, de evitar el mal, que no se introduzca en vuestra vida. Vosotros, ayudados por Mí, por Mis Bendiciones, por las Gracias que os concedo, por las Gracias que tenéis, que os he dado, a través de Mi Santo Espíritu, podríais haber hecho un Mundo habitable en el Amor, y no el Mundo como ahora está, porque no estáis utilizando las Virtudes, los dones, las Gracias, que os he dado a cada uno de vosotros, porque no las habéis compartido, porque no las habéis hecho crecer, porque preferís primero, vivir en la suciedad, a donde os invita satanás, a través de sus engaños, a través de sus tentaciones.
Vosotros mismos habéis desperdiciado todas las capacidades que os he concedido, para que pudierais limitarle su poder a satanás y esto era a través de la vida en estado de Gracia y en la oración.
Os he dicho antes que, en las Sagradas Escrituras, al principio, antes del Pecado Original, satanás estaba representado por una víbora, y esto es, porque Adán y Eva, vivían en oración Conmigo, vivían en estado de Gracia, vivían en un Amor profundo Conmigo y con toda la Creación. El Amor, lo era todo en ése momento y, por eso, la maldad no se desarrollaba y, así queda representado satanás, como una víbora que no podía desarrollarse. Ahora, ¿cómo está representado al final, en el Apocalipsis?, como un dragón de siete cabezas.
El Pecado Original os apartó de la Gracia, os llevó al error, os apartasteis de la oración y de la vida en la Pureza y en las Virtudes y, de ésa forma, satanás empezó a tomar fuerza, os embebisteis en el mal, preferisteis vivir en el pecado y no aprovechasteis todas las cosas buenas que puse en vuestro corazón y en vuestra alma, para destruir las fuerzas del mal y, ahora, tenéis a satanás como una gran potencia, un dragón de siete cabezas, que os está destruyendo.
Es la oración, la vida en la Gracia y el Amor, lo que le quita fuerza a satanás, os lo he dicho muchas veces y vosotros no tomáis éstas capacidades que tenéis para doblegarlo, y solamente os quejáis de todo lo malo que tenéis a vuestro alrededor, pero no hacéis un cambio de vida que sea benéfico para vosotros y para los vuestros.
Preferís seguir viviendo en la mentira, en la obscuridad, en todo aquello que no permite que Mi Gracia entre en vuestra mente y en vuestro corazón, que no permite que vuestra alma brille, sino que ésta, ya, hasta obscurecida está por el pecado que se ha asentado en vosotros.
Si no lucháis vosotros mismos para erradicar, primeramente, el mal que tenéis en vuestro interior, evitando repetirlo y utilizando las Virtudes, el Amor, que tenéis, también, en vuestro interior, no avanzaréis y satanás, seguirá doblegándoos. Fuisteis creados a Mi Imagen y Semejanza y no para ser esclavos de satanás, como ahora lo sois, ¡os debéis levantar! Si ciertamente queréis venir a Mí, debéis ser como el hijo pródigo, que toméis conciencia de quienes sois: sois hijos de un Dios que os creó, para amar y ser amados y no para ser esclavizados y odiados por satanás, porque sois Mis hijos, porque él Me odia, porque él está muy dolido porque fue corrido del Cielo; se desquita con vosotros y vosotros, no hacéis nada por regresar a Mí. Vosotros mismos estáis permitiendo ése dolor en vuestra vida, porque no hacéis, prácticamente, nada, por levantaros.
Pedid ayuda a Mi Santo Espíritu, para que entendáis todo esto, Mis pequeños, para que os dé Sabiduría y Fortaleza y os podáis levantar y vivir en la dignidad en la que fuisteis creados: ser hijos de Dios, hermanos en Cristo Jesús.
No desperdiciéis, Mis pequeños, todo lo que Yo he derramado en vosotros, para levantaros, para poder levantaros, para poder regresaros al Reino de los Cielos, vosotros tomáis la decisión, sois libres. Os amo, Mis pequeños, levantaos.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os he anunciado que es inminente el cambio, pero, por el hecho de que venga una Purificación, os he dicho, no necesariamente, se han de condenar las almas que serán eliminadas de la Tierra, vuestra oración de intercesión y llena de Mi Amor, salvará a infinidad de almas, sed como en Nínive, que se ganaron Mi Favor, que se ganaron Mi Perdón.
Hijitos Míos, en las Sagradas Escrituras, Yo os he dejado un gran Conocimiento, os he dejado Sabiduría, para que vosotros la tomarais y, con ello, normarais vuestra vida.
Tenéis en las Sagradas Escrituras, los pueblos de Sodoma y Gomorra, su maldad, su pecado, la ausencia total de Mí. Pueblo idólatra, malvado, pecador, vicioso, la concupiscencia, la inmoralidad, la fornicación y demás pecados, que hacían que volteara Yo, Mi Rostro y no viera hacia ellos. Pueblo que se apartó totalmente de Mí, de Mis Leyes, de lo que Yo les pedía a los pueblos, en aquél tiempo, a través de los profetas, pero no quisieron hacer caso, se satanizaron completamente y veis ahí, representados, todos los pecados de la humanidad, en ésos pueblos.
Ésos pueblos representan la suciedad, la maldad, la depravación a la que puede llegar el ser humano, cuando Me hacen a un lado, cuando se dejan mover por satanás, cuando no respetan la vida del hermano.
Por otro lado, tenéis el pueblo de Nínive, a donde Jonás llegó con pocas esperanzas de que pudieran cambiar. Llevó Mi Palabra, llevó Mi Amor, los reprendió en Mi Nombre, les hizo ver sus errores y Mi Enojo hacia su proceder pecaminoso. Recorrió toda la ciudad, proclamando que si no se arrepentían, serían destruidos, como Sodoma y Gomorra, pero, a diferencia de ésos dos pueblos, Nínive entendió, Mi Gracia tocó sus corazones, que los llevó al arrepentimiento, que los llevó a arrepentirse de corazón e hicieron sacrificios, ayunos, penitencias, para ganar nuevamente Mis Favores y lo lograron.
¿Cuándo entenderéis, Mis pequeños, que Yo Soy un Dios Bondadoso, un Dios que perdona al alma arrepentida, aún de sus peores pecados? Jonás les llevó Mi Palabra y, ése pueblo, estaba llegando casi a los pecados de Sodoma y Gomorra, pero se arrepintieron.
Ahí está la clave, Mis pequeños, de vuestra salvación, este Mundo va de picada a ser otro Sodoma y Gomorra, porque Me ha dado la espalda, porque ya no quieren saber de Mí, vuestro Dios y Creador, porque no quieren vivir virtuosamente y en Amor, respetándoos los unos a los otros, amándoos los unos a los otros, cuidándoos, los unos a los otros. Cada quien ve por su propio bienestar y difícilmente ayudáis al necesitado, veis por vuestros propios intereses y no os importa el estado del alma de vuestros hermanos. No intercedéis por el hermano enfermo en su alma, o sea, los que viven en pecado grave. Os despreocupáis de vuestras obligaciones cristianas, que os enseñó Mi Hijo. Las obras de Misericordia, que Mi Hijo os enseñó, no las vivís, es más, hasta las habéis olvidado, las habéis apartado de vuestra vida, os mantenéis encerrados en vuestro propio yo, y solamente veis por vosotros y los vuestros.
A eso os ha llevado satanás, a que viváis apartados los unos de los otros y, os advierto, Mis pequeños, que si no cambiáis, como el pueblo de Nínive, si no retomáis una vida de ejemplo de Amor, como Mi Hijo os enseñó, podríais acabar exterminados, como los pueblos de Sodoma y Gomorra, la maldad que estáis viviendo en estos tiempos, es reprobable, nada agradable a Mis Ojos.
Por eso, os he anunciado que es inminente el cambio, pero, por el hecho de que venga una Purificación, os he dicho, no necesariamente, se han de condenar las almas que serán eliminadas de la Tierra, vuestra oración de intercesión y llena de Mi Amor, salvará a infinidad de almas, sed como en Nínive, que se ganaron Mi Favor, que se ganaron Mi Perdón. La historia os enseña, tomad de ella, Mis pequeños, lo que en estos momentos, os urge tomar.
Gracias, Mis pequeños.
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