Mayo19_16 Dejasteis que el mismo satanás se sentara en la Silla del santo que representa a Mi Cristo |
Rosario vespertino.
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Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Esta iluminación de vuestras conciencias os llevará, Mis pequeños, a que recapacitéis, a que entendáis cómo, a pesar de tantos años vividos sobre la Tierra, no habéis empezado, ni si quiera, a amar verdaderamente.
Hijitos Míos, os he venido preparando espiritualmente, para que recibáis con alegría, con respeto, con amor, los acontecimientos que se presentarán en la vida de cada uno de vosotros y, también, los que se presentarán a nivel mundial.
Os he pedido que permanezcáis en estado de Gracia, para que podáis soportar las pruebas que permitiré en vuestra vida, os digo soportar, Mis pequeños, porque aún, cuando os haga ver vuestro interior, lo haré delicadamente, con amor.
Son pruebas fuertes, Mis pequeños, porque mucho dolor Le habéis causado a Mi Corazón vosotros y, cuando Yo os muestre el estado de vuestra alma, sufriréis de amor por el daño que Me habéis hecho a lo largo de vuestra existencia.
No es una venganza Mía hacia vosotros, Mis pequeños, es una Enseñanza que tendréis, de cómo os debisteis haber comportado Conmigo, con vuestro Dios, y no lo hicisteis.
Mis pequeños, durante vuestra existencia, existencia diaria de vuestra vida, en vuestra escuela, en vuestro trabajo, a veces alguien que os quiere y a veces, alguien que no os quiere, os hacen ver vuestros errores y os duelen, pero si vosotros tenéis la Sabiduría suficiente y, sobre todo, sabéis que algunos de ellos lo están haciendo por amor para que vosotros os perfeccionéis, a pesar de que, os duela, lo agradecéis, porque eso os lleva a que os perfeccionéis, y eso es lo que quiero de vosotros.
Esta prueba que tendréis, que en breve se os dará, conoceréis en vuestro interior, lo que habéis hecho mal a lo largo de vuestra existencia, y en esto quiero puntualizar algo. Yo os concedí el don de la vida para servirMe, para que Me ayudarais, como corredentores, en el lugar de Mi Hijo, que ahora os corresponde, para salvar a infinidad de almas. Vinisteis a producir amor, vinisteis a quitarle poder a satanás al estar vosotros Conmigo, al vivir en las Virtudes, al vivir en el Amor, al dar ejemplo a vuestros hermanos de que estáis Conmigo.
Vinisteis a una misión bellísima, que es vivir el Amor, porque lo viviréis eternamente, los que queráis venir Conmigo, al final de vuestra existencia.
Al actuar en el Amor, aquí en la Tierra, os vais preparando para que el paso al Reino de los Cielos, no sea difícil ni doloroso y menos, llenos de temor. Como alguna vez os dijo Mi Hijo: ¡Tenerle miedo al Amor! Soy Todo Amor, ¿cómo Me podéis tener miedo a Mí, que quiero lo mejor para vosotros, que os he cuidado a lo largo de vuestra existencia y quiero daros Mi Reino para que lo gocéis eternamente y, aun así, Me teméis en ésos momentos de cambio, de transición?
Mis pequeños, si Me teméis, si teméis ésos momentos, es que no estáis preparados todavía para amar. ¿Cuánto tiempo habéis vivido sobre la Tierra y aún no habéis aprendido a amarMe?, y si no habéis aprendido a amarMe a Mí, menos habéis aprendido a amar a vuestros hermanos.
Esta iluminación de vuestras conciencias os llevará, Mis pequeños, a que recapacitéis, a que entendáis cómo, a pesar de tantos años vividos sobre la Tierra, no habéis empezado, ni siquiera, a amar verdaderamente. Es triste que os lo diga, Mis pequeños, pero así es.
Meditad esto, preparaos, la prueba viene, estaré con vosotros y, en vuestro libre albedrío, vosotros escogeréis el mejoraros o el manteneros como habéis estado y vivir en la mediocridad, que eso, a Mí, como vuestro Dios, como vuestro Creador, no Me gusta, fuisteis creados para ser perfectos, no para ser mediocres y menos, para ser malos, como satanás lo es.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Mi Santo Espíritu os dará ese conocimiento en breve, lloraréis de corazón, los que realmente Me amáis y para otros seguirá la indiferencia hacia Mí, vuestro Dios.
Hijitos Míos, Yo Soy un Dios Justo, Yo os creé, pero os di total libertad de actuación. Vosotros habéis escogido vuestro camino, habéis escogido a quién amar y a quien odiar. Vosotros, habéis tenido innumerables ocasiones, a lo largo de vuestra existencia, para encontrarMe, venir a Mí, amarMe, si así lo queríais o escoger al enemigo, servirle e ir en contra Mía.
Yo Soy un Dios Justo y os he dado la libertad total de actuación. Mi Santo Espíritu Vive en todos vosotros, Él os ha aconsejado, a lo largo de vuestra existencia, lo que es bueno, lo que es malo, lo que daña Mi Sacratísimo Corazón y lo que, también, lo alegra.
Vosotros, en vuestro interior, sabéis perfectamente cómo habéis actuado Conmigo. Sabéis, perfectamente, el grado de maldad de vuestros pecados, sabéis cómo ellos afectaron Mi Corazón. También sabéis como vosotros Me disteis alegrías que también gocé inmensamente.
Ciertamente, a lo largo de vuestra existencia, y porque os amo, os he reprendido cuando he visto que vosotros vais por mal camino. Algunos de vosotros entendisteis la lección y, los que no, preferisteis manteneros en el pecado, en la maldad hacia Mí y eso Me duele inmensamente. Satanás sabe lo que Me causan vuestros pecados, vuestra actuación hacia Mí, vuestra actuación hacia vuestros hermanos.
Por todos los acontecimientos pasados, que son historia para vosotros pero, para Mí, son un eterno presente, así es como satanás ha ido conociendo a la humanidad y de ahí ha ido sacando sus conclusiones para atacarMe, para que Mi Corazón sufra, a veces, a niveles altísimos, porque el sufrimiento de Mi Corazón, que es muy sensible, por ser Puro, Santísimo, Divino, Lo ataca constantemente para desquitarse del Juicio que le realicé.
Muy pocos de vosotros reparáis por vuestros pecados, reparáis por vuestro olvido hacia Mí. Muy pocos Me buscáis constantemente y Me pedís que os acompañe durante vuestra vida, a lo largo del día y aún en la noche.
Vosotros no pensáis en Mí, como Yo pienso continuamente en vosotros. Satanás Me hace daño al dañar vuestras almas y vosotros, también al aceptar lo que él os pone como tentación y vosotros permitís que entre en vuestro corazón.
Vosotros os llenáis de su malicia, actuáis y también habláis de acuerdo a lo que tenéis en vuestro corazón. No os dais cuenta cuánto dolor Me habéis causado a lo largo de vuestra existencia, aunque, ciertamente, a ratos, os habéis comportado bien, pero pocas veces Me habéis agradecido y ofrecido ésos momentos en los cuales actuasteis bien y Me los disteis. Os distraéis demasiado con las cosas del Mundo y os acordáis muy poco de Mí, vuestro Dios y Creador.
No os dais cuenta o no os queréis dar cuenta, porque no os conviene el saber, cómo satanás os ha ido manipulando y os ha ido separando de lo que debéis hacer, para lo que vinisteis, para lo que Me deberéis dar cuentas al final de vuestra existencia.
Muchos pasáis por la vida sin hacer prácticamente nada para lo que fuisteis creados y todavía os daré alguna oportunidad de conocer cómo habéis dañado Mi Corazón, porque no Me tuvisteis a Mí en vuestro corazón. He sido el Dios Desconocido para muchos de vosotros, no habéis vivido para Mí, no Me habéis ofrecido lo bueno que habéis hecho y, todo Me lo debéis a Mí.
Os queda poco tiempo para recapacitar y entender el por qué fuisteis creados, todavía muchos de vosotros sentís que fue un castigo el haberos dado la vida, cuando es todo lo contrario, Mis pequeños, es una Bendición que pocas almas han tenido, en comparación de la infinidad de almas que no han, todavía, bajado a la Tierra a servirMe. Mi Santo Espíritu os dará ese conocimiento en breve, lloraréis de corazón, los que realmente Me amáis y para otros seguirá la indiferencia hacia Mí, vuestro Dios. ¿De qué lado estaréis, Mis pequeños?, de los que Me amáis o de aquellos a los que les Soy indiferente y, a veces, hasta molesto en vuestra vida.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: No habéis defendido a la Iglesia de Mi Hijo, contra los ataques de satanás, dejasteis entrar al pecado y la maldad al Recinto Santo y dejasteis que el mismo satanás se sentara en la Silla del santo que representa a Mi Cristo, a Mi Hijo en la Tierra.
¡Ay!, ¡Iglesia de Mi Hijo, cómo le habéis fallado!, vosotros, ministros de la Iglesia que Mi Hijo fundó, habéis preferido al Mundo antes que defender a Mi Hijo.
A lo largo de vuestra existencia os habéis acobardado. Los primeros que vivieron con esta Gracia tan grande, de ser ministros de Ella, la defendieron muchas veces, con su propia vida, ofreciendo su sangre a Mi Hijo, y reparando los errores de los hombres, pero, ahora, Mis pequeños, ministros de la Iglesia, preferís el gozo del Mundo y ya no os dais como pastores del rebaño, protegiéndolo y llevándolo por caminos seguros y ayudándole a crecer en vida espiritual y en Sabiduría Divina. ¿Qué habéis hecho con la Iglesia de Mi Hijo?
Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, Yo la he protegido contra los ataques de satanás, la he cuidado, para que satanás no la destruyera. Son pocos los ministros, los sacerdotes que la han cuidado, que la llevan en su corazón, y han sufrido, porque la misma Iglesia los ataca, por amarla, por respetarla, por mantener la Vida que Mi Hijo le dio con Su Muerte.
¡Cuánta maldad lleváis muchos de vosotros, obispos, cardenales! Habéis visto por vuestros intereses mezquinos. Habéis buscado el goce de vuestro cuerpo antes que el goce de vuestra alma, a pesar que vuestra investidura era alta.
Los sacrilegios que habéis cometido, os acusarán el día de vuestro Juicio, vuestro mal ejemplo, vuestros delitos carnales os llevarán al lugar del castigo.
Fuisteis escogidos por el Padre, para que tuvierais una posición bellísima y altísima dentro del pueblo. El ser representante sacerdotal ante los hombres, es una Gracia, es una Bendición muy grande para un hombre y, vosotros, no estuvisteis a la altura de ésa Gracia tan grande y preferisteis, en vuestra soberbia, sacarle provecho material, humano, a vuestra posición, que debió de haber sido de servicio y de amor, de enseñanza y de donación, como Mi Hijo os enseñó.
¡Cuánta maldad se ha introducido dentro del Templo Santo!, porque vosotros la dejasteis entrar. No habéis defendido a la Iglesia de Mi Hijo, contra los ataques de satanás, dejasteis entrar al pecado y la maldad al Recinto Santo y dejasteis que el mismo satanás se sentara en la Silla del santo que representa a Mi Cristo, a Mi Hijo en la Tierra.
La maldad se volverá sobre vosotros, vosotros la protegisteis, quisisteis vivir en ésa maldad, dejasteis que satanás habitara entre vosotros y aún dentro de vosotros y ¿creéis acaso que él os lo agradecerá?, ¡estáis muy equivocados, Mis pequeños!, se volverá sobre vosotros y os atormentará por toda la eternidad por los favores que le concedisteis. Así paga satanás. Os volvéis demonios, porque eso es lo que dejasteis entrar en vuestro corazón, su maldad, y traicionasteis al Santo de los Santos, que es Mi Hijo.
Yo, vuestra Madre, la Siempre Virgen María, voy cuidando a aquellos ministros santos, aquellos que han sido despreciados por su santidad, por su belleza de corazón, por su bondad, por el respeto a las Leyes y al Amor de Mi Hijo; voy cuidando a la Iglesia de Mi Hijo y la voy preservando de los ataques de satanás.
Estos son los tiempos en que veréis la Verdad, cómo, aquellos a los que veíais santos y grandes en la Iglesia de Mi Hijo, caerán; conoceréis sus obras, su maldad y recibirán su paga al ser juzgados por Mi Hijo.
En cambio, aquellos que sufrieron por las mismas autoridades eclesiásticas, que fueron despreciados porque eran buenos, surgirán y serán posicionados más alto de lo que estaban aquellos que los oprimían y así, se cumplirá la Promesa de Mi Hijo, que la Iglesia, Su Iglesia, se va a mantener hasta el fin del Mundo.
Manteneos, pues, Mis pequeños, fieles, a lo que Mi Hijo os enseñó. Manteneos fieles a los sacerdotes, ministros santos, los que se dejan guiar por lo que en las Escrituras está, que es la Palabra Divina de Mi Hijo y la Presencia del Padre y que, bajo la acción del Espíritu Santo, se seguirá moviendo la Iglesia en Santidad, porque la Iglesia es Santa, como Mi Hijo es Santo.
Seguid pues, Mis pequeños, los que estáis con Nuestro Dios y Señor, en Su Santísima Trinidad, con los que estáis Conmigo, vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María. Manteneos defendiendo lo que es vuestro también, Mis pequeños, porque vosotros amáis lo que Mi Hijo os dejó, defended Nuestra Iglesia, defended sus Valores, defended la Vida de Mi Hijo, que vive en ella y que os da Vida a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Orad, orad, Mis pequeños, para que no dudéis en estos momentos de prueba, en ningún momento dudéis, Yo estoy con vosotros, Soy vuestro Dios, Soy el Amor y Yo os puedo perdonar cualquier pecado, si vosotros os arrepentís de corazón, Mi Misericordia es Infinita, Mi Amor es Infinito.
Hijitos Míos, a lo largo de vuestra existencia, vosotros habéis tenido momentos dolorosos, de prueba, pero, a veces, estos momentos han venido de Mí, vuestro Dios y otras veces, han sido ataques del enemigo.
Cómo saber cuándo es de Uno y cuándo es de otro, Mis pequeños, os preguntaréis. Un padre que os ama o una madre que también os ama, os van a reprender cuando cometéis un error, pero el castigo que os merecéis, al final os va a dejar paz y de él sacaréis un bien que os ayudará a crecer espiritualmente o socialmente.
Cuando es de satanás, siempre os sentiréis mal, no os dejará paz en vuestro corazón, es más, os dejará odio, deseos de venganza, irritabilidad, enemistad.
Vosotros tendréis estos momentos de prueba que os envío Yo, para que crezcáis, para que os perfeccionéis, porque pasaréis vosotros, los escogidos, a los cielos Nuevos y a las Tierras Nuevas. Seréis hombres y mujeres restaurados por Mi Gracia, hasta se podría decir que seréis superhombres y súper mujeres, no por los poderes, como ahora veis en películas o en revistas, no, Mis pequeños, súper hombres y súper mujeres, por los Dones del Espíritu Santo.
Os he dicho que satanás, ciertamente, os concede poderes, pero para atacar a vuestros hermanos y son poderes malignos, que quitan la libertad del hombre y le causan un mal. Cuando Yo os hablo de ser poderosos en el espíritu, es para que os volváis como Mi Hijo Jesucristo, que os vino a servir, se vino a dar por vosotros, vino a Enseñar, para que crecierais todos vosotros y en total libertad. En Mi Santísima Trinidad, Nosotros no presionamos, vosotros sentís ésa libertad de escoger estar Conmigo o despreciar lo que Yo os doy, con satanás no tenéis opción, quedáis encadenados a él, os quita la libertad, la paz, la alegría, el amor.
Los que vayáis a quedar para los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas, como os dije, seréis ésos nuevos hombres, pero por los Dones de Mi Santo Espíritu. Los que seréis tomados para vivir en el Reino de los Cielos, también deberéis ser transformados con las pruebas que Yo permitiré que tengáis, que ellas os llevarán a la santificación de vuestras almas en muchos casos, y en otros, os llevará al arrepentimiento de vuestras faltas, para que luego seáis purificados en el Purgatorio y, después, se os abrirán los Cielos para recibiros eternamente.
El estar Conmigo y buscar lo Mío, os va a asegurar vuestra salvación eterna y eso os debe llenar de una gran alegría. El simple hecho de saber que Yo voy a permitir éstos cambios en la Tierra, en vuestra persona, en vuestra espiritualidad, os debe llenar de alegría, porque Yo cuido de todos vosotros, de los buenos y, aún de los malos, pero que tienen posibilidad, todavía, de encontrar la Verdad y de vivir en el Amor.
Os busco y pongo todas las posibilidades en vuestro camino para que regreséis a Mí y, ciertamente, muchas almas comprenden las pruebas que os pongo a lo largo de vuestra existencia, pero, muchas más, se aferran a la maldad que ya dejaron nacer, crecer y desarrollarse en su alma y en su corazón. Ellas, ellas mismas ya no buscan que oréis por ellas, ya escogieron vivir para satanás desde la Tierra y desean estar con él, eternamente. Os he dicho que por ellas ya no oréis, ya escogieron a quién seguir y eso Me duele, Mis pequeños, porque, Yo, a todas las almas las creo con Amor y deseo que todas regresen Conmigo al final de su misión, pero satanás Me roba muchas.
Orad, orad, Mis pequeños, para que no dudéis en estos momentos de prueba, en ningún momento dudéis, Yo estoy con vosotros, Soy vuestro Dios, Soy el Amor y Yo os puedo perdonar cualquier pecado, si vosotros os arrepentís de corazón, Mi Misericordia es Infinita, Mi Amor es Infinito.
Volved, pues, a Mí, Mis pequeños, vuestro lugar está en el Reino de los Cielos. Aunque satanás os ataque, confiad en Mi Gracia, en Mi Perdón y regresaréis a Mí, os lo prometo. Recordad al buen ladrón, en los últimos momentos de su existencia, estando junto a Mi Hijo en la Cruz, se arrepintió de corazón y obtuvo su perdón, su Gracia y su salvación eterna.
Muchos, muchos de vosotros, que sentís que vivís en un pecado muy grave, que no tiene perdón, recordad, continuamente, a este buen ladrón, que mereció el Cielo con su arrepentimiento, al ver al Amor de los Amores junto a él, y Mi Hijo lo perdonó.
Podéis obtener el Perdón y Mi Gracia eterna si queréis regresar a Mí. Siempre os daré opciones para vuestra salvación, quiero vuestra salvación, venid, Mis pequeños, confiad, confiad plenamente en Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Cuando haya finalizado la prueba y os deis cuenta lo que permití para todos vosotros, Me lo agradeceréis infinitamente, porque, como vosotros sabéis, de un mal, siempre saco un Bien.
Hijitos Míos, estos tiempos que os voy a conceder de prueba, serán para que os probéis también a vosotros mismos y os preguntéis, cuánto habéis dejado entrar en vuestro corazón, de Mi Amor y de Mis Enseñanzas.
Son tiempos en que Mi Amor deberá estar fuertemente implantado en vuestro corazón. La Caridad la mostraréis hacia vuestros hermanos necesitados, os he dicho, que serán tiempos de tribulación, con catástrofes naturales.
En Mi Evangelización, Yo os decía que lo que le hagáis a vuestro hermano, Me lo estáis haciendo a Mí, en lo bueno y en lo malo. Estos serán tiempos de verMe en vuestros hermanos, en ayudarles en lo que necesiten, en compartir de lo que tengáis con aquellos que hayan perdido sus bienes materiales y aún los espirituales.
Sabéis cómo reacciona el hombre cuando pierde lo que tiene y, especialmente, aquellos que buscan las posesiones materiales a como dé lugar. Cuando las pierden, voltean a Mí, pero para blasfemarMe, porque no entienden lo que estoy permitiendo en su vida.
Son tiempos, estos y los que vendrán, para que os santifiquéis, mostrando Mi Presencia que debe vivir en vosotros, ya desde ahora, hacia vuestros hermanos.
Os he dicho que todas estas pruebas y toda esta tribulación, llevará al Mundo entero a que se viva Mi Amor en vuestro corazón y a vuestro alrededor, cuando lo deis a vuestros hermanos, y como os dijo Mi Madre la Siempre Virgen María, este Amor que derraméis, preparará a toda la humanidad a Mi Segunda Venida, porque Yo tengo que venir a Reinar en un Mundo en donde se viva Mi Amor, pero un amor práctico, un Amor que estéis dando, al daros a vuestros hermanos, al daros en totalidad, como Yo Me di por cada uno de vosotros y alcancéis vuestra salvación eterna, abriéndoos las Puertas del Cielo nuevamente.
Con Mi Donación, con vuestra donación y con la de vuestros hermanos, abriréis las Puertas del Cielo para vosotros mismos y para muchos de vuestros hermanos.
Agradeced lo que Yo os daré, porque será para vuestro bien, para que vivas el Verdadero Amor que Yo os Enseñé, que es el Amor de donación. Serán momentos bellos, en que os cuidaréis los unos a los otros, os faltará de lo material, pero sobreabundará de lo espiritual. Mi Amor os salvará, porque os ayudaréis los unos a los otros con Mi Amor en vuestro corazón.
Cuando haya finalizado la prueba y os deis cuenta lo que permití para todos vosotros, Me lo agradeceréis infinitamente, porque, como vosotros sabéis, de un mal, siempre saco un Bien. Vosotros veréis como malo, el que Yo os quite lo material, que os ha llevado al error por siglos. Yo os daré, en lugar de ésa materialidad que ha causado tantas muertes físicas y espirituales, Mis Regalos Celestiales; es cuando apreciaréis y os daréis cuenta en el error en el que vivisteis por siglos.
Gracias, Mis pequeños.
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