Mostrando entradas con la etiqueta Sor Eugenia Ravassio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sor Eugenia Ravassio. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de agosto de 2012

FIESTA DE DIOS PADRE AGOSTO.





Para ser conocido, amado y glorificado con un culto especial no pido nada de extraordinario. Deseo sólo esto:


1) Que un día, o por lo menos un domingo, sea consagrado para glorificarme, en modo muy particular, con el nombre de Padre de toda la humanidad.
Para esta fiesta quisiera una Misa y una celebración apropiada. No es difícil encontrar los textos en la Sagrada Escritura.
Si preferís rendirme este culto especial un domingo, yo escojo el primer domingo de Agosto, si escogéis un día de la semana, prefiero que sea el día 7 de este mismo mes.


2) Que todo el clero se empeñe en el desarrollo de este culto y, sobretodo, que me haga conocer por los hombres así como soy y como seré siempre con ellos, es decir, el Padre más tierno y más amable entre todos los padres.


3) Deseo que me hagan entrar en todas las familias, en los hospitales, también en los laboratorios y en los talleres, en los cuarteles, en las salas de deliberación de los ministros de todas las naciones, y en fin, en cualquier parte en donde se encuentren mis criaturas, ¡aunque hubiera una sola criatura! Que el signo tangible de mi invisible presencia sea una imagen que demuestre que estoy realmente presente allí. Así todos los hombres actuarán bajo la mirada de su Padre, y yo mismo tendré bajo mi mirada a la criatura que he adoptado después de haberla creado, y todos mis hijos estarán bajo la mirada de su tierno Padre.
Indudablemente también ahora estoy en todas partes, ¡pero quisiera estar representado en manera sensible!


4) Que durante el año el clero y Los fieles hagan algunos ejercicios en mi honor, sin perjudicar sus habituales ocupaciones.
Que sin temor mis sacerdotes vayan por todas partes, en todas las naciones, para llevarles a los hombres la llama de mi paternal amor. Entonces las almas se iluminaran ya conquistadas, no sólo entre los fieles sino también entre las sectas que no son de la verdadera Iglesia.
Si, que también estos hombres, que son mis hijos, vean brillar esta llama, que conozcan la verdad, que abracen y practiquen todas las virtudes cristianas.


5) Quisiera ser glorificado en modo particular en los seminarios, en los conventos de novicios, en las escuelas y en los internados. Que todos, desde el más pequeño hasta el más grande, puedan conocerme y amarme como su Padre, su creador y su salvador.


6) Que los sacerdotes se empeñen en buscar en las Sagradas Escrituras lo que dije en otros tiempos, y que hasta ahora ha sido ignorado, en relación con el culto que deseo recibir de parte de los hombres. Que trabajen para que mis deseos y mi voluntad lleguen a todos los fieles y a todos los hombres, especificando lo que diré para todos los hombres en general y, en particular, para los sacerdotes, los religiosos y religiosas. Estas son las almas que escojo para que me rindan grandes homenajes, mas que los otros hombres del mundo.


¡Cierto es que se necesitará tiempo para llegar a una completa realización de lo que deseo de parte de la humanidad y que te he hecho conocer! Pero un día, con las oraciones y los sacrificios de las almas generosas, que se inmolarán por esta obra de mi amor, sí, un día estaré satisfecho. Te bendeciré, hijo mío predilecto, y te daré el céntuplo de todo lo que harás por mi gloria.


LIBRO MENSAJE DEL PADRE ETERNO. SOR EUGENIA RAVASSIO.