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Rosario vespertino
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No confundáis la felicidad de la Tierra a la felicidad que tendréis Conmigo eternamente. Hijitos Míos, la felicidad la obtenéis cada uno de vosotros cuando Me dejáis a Mí habitar plenamente en vuestro ser. Podréis decir que estáis felices por alguna situación buena, bella que hayáis tenido, pero es humana y es momentánea. La felicidad que Yo os doy, Mis pequeños, la empezáis a gozar desde la Tierra y se va incrementando hasta alcanzar su plenitud en el Reino de los Cielos, y eternamente, pero debéis luchar por obtener ésa felicidad que cada uno de vosotros debéis tener y no equivocar la felicidad mundana con la felicidad Celestial.
Ciertamente, vivís en el mundo y tendréis momentos de felicidad, como os dije, pero ¿realmente ésa felicidad os está llevando a la pureza y a la santidad? Porque hay felicidad que no os lleva a la santidad y que os va a hundir más. Esto os lo digo, Mis pequeños, porque ahora el mundo vive en una gran confusión, vive para los placeres, vive para la carne, vive para lo que es del mundo solamente, a donde satanás os lleva para que vosotros equivoquéis el camino.
Ciertamente, estas situaciones empiezan con una felicidad, pero falsa y, después, vuestro corazón se llenará de amargura, porque sabréis en vuestro interior, que lo que vosotros gozasteis, no venía de Mí y no era para que vosotros crecierais espiritualmente.
Cuando vosotros estáis Conmigo, lo primero que se manifiesta, en vuestro interior, es una paz, que solamente se puede obtener de parte Mía. Esa paz os lleva a la felicidad, la felicidad os lleva a que vosotros transmitáis a vuestros hermanos lo que tenéis en vuestro corazón y de esta forma se va transformando la Tierra entera, porque Yo vivo en plenitud en vosotros, Me habéis dado el primer lugar en vuestra vida, Me habéis puesto en Mi Corazón todas vuestras metas y deseos.
Cuando vosotros estáis Conmigo, Mis pequeños, Me buscáis y estáis buscando la perfección de vuestra vida, Yo os voy a dar de lo que necesitáis y, además, os voy a cuidar para que no caigáis en las tretas de satanás; él es muy astuto y no quiere que vosotros gocéis la verdadera felicidad, que viene de Mí.
Tened cuidado pues, Mis pequeños, de que no caigáis en los errores a donde os lleva satanás, no confundáis la felicidad de la Tierra a la felicidad que tendréis Conmigo eternamente.
Gracias, mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Por qué os separáis de Mí, cuando pudierais estar Conmigo? Yo os cuidaría como a un niño pequeño. Hijitos Míos, vosotros criticáis mucho, vosotros juzgáis a vuestros hermanos, ¿os sentís que tenéis derecho a lanzar la primera piedra contra vuestros hermanos?, ¿sentís que tenéis derecho a criticar, a juzgar, porque tenéis un corazón limpio, puro, santo? No, Mis pequeños, estos son momentos de introspección espiritual, son momentos en que cada uno de vosotros, alrededor de la Tierra, tendréis que entrar en vuestro corazón y mostrarMe vuestro ser, todo lo que habéis hecho, todo lo que habéis dejado de hacer.
Sí, Mis pequeños, son momentos de la Verdad espiritual ante Mí, vuestro Dios, pero todo esto será para bien de toda la humanidad, porque vuestra soberbia ha crecido demasiado. La soberbia ha ido destruyendo lo que Yo he querido daros desde el Principio.
La soberbia separa todo lo que es unión. Satanás fue el primero en caer en soberbia y sabéis lo que esto provocó, luego él hace caer en soberbia a vuestros Primeros Padres y viene una separación entre el hombre con su Dios. Y así se va dando la soberbia entre los hombres y se sigue separando el hombre de Mí, vuestro Dios.
Tenéis la Torre de Babel, un grado de soberbia muy grande y, entonces, tengo que separar al hombre del hombre y ésta se da por medio del Espíritu, en donde cada uno de los que estaban ahí empieza a hablar diferentes lenguas. Viene una separación, porque el hombre se pone en contra Mía, vuestro Dios; en una forma muy fuerte y directa, Me retan.
Mis pequeños, os sentís autosuficientes, os sentís que podéis retarMe a Mí, vuestro Dios. No, Mis pequeños, no os habéis dado cuenta todavía de vuestra pequeñez y estos son tiempos en que veréis realmente vuestra pequeñez, veréis que no podéis retar a vuestro Dios Todopoderoso, al Creador del Universo entero, ¿qué sois vosotros ante Mí, Mis pequeños?, sois polvo, sois nada y aún así os amo, porque os he creado a cada uno de vosotros, Yo os doy la oportunidad de que vosotros os estrechéis a Mi Corazón, os estrechéis a Mí, vuestro Dios a través del amor.
¿Por qué os separáis de Mí, cuando pudierais estar Conmigo? Yo os cuidaría como a un niño pequeño. Los niños pequeños no se tienen que preocupar de nada ¿No quisierais ser nuevamente niños pequeños, que fuerais consentidos todo el tiempo, que no os tuvierais que preocupar de nada, mas que amar a vuestros padres y jugar con vuestros hermanitos?
Conozco la respuesta en vuestro corazón, estáis llenos de preocupaciones y problemas y quisierais ya salir de ellos. Yo os puedo dar todo esto, puedo terminar con vuestros problemas, preocupaciones, dolores, si solamente os acercarais a Mí y Me tuvierais esa confianza de Padre.
Lo podríais logar, Mis pequeños, pero os falta tanta Fe y estáis llenos, además, de tanta soberbia, que por eso no os acercáis a Mí y por eso estáis como estáis personalmente y en el mundo entero.
Vosotros podéis hacer grandes cosas si os unierais y vinierais a Mí, empezaríais a unir lo que vosotros mismos habéis desunido por vuestra soberbia.
Meditad todo esto, Mis pequeños y primeramente hacedlo con humildad, para que os apartéis de vuestra soberbia y dejéis entrar la humildad a vuestro corazón, humildad que os empezará a unir a Mí, vuestro Dios, a Mi Corazón, a Mis Deseos, a Mi Voluntad y de esta forma empezaréis ya a lograr el Reino sobre la Tierra, Mi Reino de Amor en vuestro corazón, primeramente.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Con vuestra intercesión y con vuestros deseos de amar, podéis lograr muchísimo para el bien de vuestros hermanos. Hijitos Míos, en general, la humanidad vive con muchos temores, eso no es vida, Mis pequeños, fuisteis creados para venir a la Tierra a servirMe y traer una espiritualidad muy alta, muy grande, para destruir la maldad de la Tierra.
Os he mandado a Mi Hijo para que vosotros crecierais en ésa espiritualidad y fuerais cambiando todo el error en el que se vive en la humanidad. Vosotros conocéis los errores, porque habéis crecido, habéis vivido entre todos estos errores que satanás ha diseminado y debéis poner un alto a todos ellos.
Mi Hijo os trajo toda una Evangelización de Amor, satanás ha difundido el temor entre los hombres y vosotros os habéis llenado de él. Sois Mis hijos y habéis sido creados para una misión muy grande, que es la de la transformación Universal, sí, Mis pequeños, y la lograréis con vuestra oración, con vuestra presencia ante los hombres, que debe ser Mi Presencia en vosotros.
Se dará esta transformación porque os debéis haber llenado ya del Conocimiento del Cielo que os dio Mi Hijo, os debéis de haber llenado de Virtudes y de Amor que también, Mi Hijo os dio y que Mi Santo Espíritu, que habita en vuestro interior, os está transmitiendo continuamente. Vosotros debéis ser Luz ante los hombres, vosotros debéis ayudar a todo aquel que necesita encontrar Mi Luz, que es la Verdad, que es la alegría, que es el don Divino pero, desgraciadamente, os embebéis en tantas cosas del mundo que olvidáis vuestra verdadera misión.
Os he repetido todo esto tantas veces, Mis pequeños, pero os seguís distrayendo con las cosas del mundo. Vuestra única misión aquí en la Tierra es la de sembrar Mi Amor y las Enseñanzas que os dejó Mi Hijo y todo esto se os hace difícil.
Cuando regreséis a Mí, Mis pequeños, os daréis cuenta de vuestros errores. Os daréis cuenta de que tuvisteis la oportunidad de la salvación de las almas a través de vuestro ejemplo, de la oración, de la intercesión y seguisteis perdiendo el tiempo, nada más para cubrir todas vuestras alegrías personales, mundanas, carnales. Vuestra misión, Mis pequeños, es mucho más alta, es mucho más grande, es espiritual, lo humano, lo carnal, se va a quedar aquí en la Tierra. Os he dicho que la Tierra es un granito de arena en el Universo, vosotros, con vuestra misión espiritual, vais a pasar al Reino de los Cielos que es inmenso, es inconmensurable, no podéis comparar vuestra vida terrena, que es de un momento, con vuestra vida futura, si os la ganáis, en el Reino de los Cielos. Pero vuestra misión la habéis echado a perder, porque no habéis tenido la visión grande, inmensa, de lo que debe ser vuestra alma sobre la Tierra. Es tan grande, Mis pequeños, que el hombre se da cuenta demasiado tarde de esta misión que Yo os confié y os dais cuenta cuando regresáis a Mí y tenéis vuestro Juicio Particular. Desperdiciáis mucho, ciertamente os amo, pero todos aquellos dones y capacidades que Yo os di para que hicierais mucho por Mí y por vuestros hermanos, los desperdiciáis. Todavía tenéis tiempo a través de vuestra oración y ejemplo, con vuestra intercesión y con vuestros deseos de amar, podéis lograr muchísimo para el bien de vuestros hermanos y no solamente a nivel mundial, sino Universal.
AyudadMe, Mis pequeños, a destruir el mal en el Universo entero. Ciertamente, el Pecado Original afectó al Universo entero y debéis reparar todo ese mal con vuestra donación. Aunque sois pequeñitos, vuestra oración, unida a la de Mi Hijo Jesucristo, se vuelve inmensa, y por eso debéis dejar que Mi Hijo viva plenamente en vosotros y, así, el mundo se llenará nuevamente de Mi Hijo, actuando a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Sois el Sodoma y Gomorra de este tiempo y, como os dije, tuve que destruir a ésos dos pueblos para que su pecado no afectara a otros pueblos, o sea, a otras almas buenas. Hijitos Míos, las Sagradas Escrituras están llenas de ejemplo para vuestro comportamiento espiritual. La humanidad ha decaído, ya no hay la suficiente espiritualidad como para que vosotros crecierais y pudierais vivir Conmigo si en este momento os mandara llamar.
Vosotros mismos tenéis la sabiduría para reconocer cómo está el mundo entero. En las Escrituras se os narra sobre dos pueblos, Sodoma y Gomorra, la maldad que imperaba ahí. Conocéis bien cómo se vivía en estos dos pueblos, el pecado se había difundido en tal forma, que iba creciendo más y más y afectaba a todos los que estaban en estos pueblos, a tal grado, que tuve que destruirlos, sobre todo para que esta maldad no saliera a destruir a otros pueblos. Tuvieron la oportunidad del cambio, pero no la quisieron tomar. Yo siempre doy la oportunidad a los hombres de escoger de entre el Bien y el mal, pero ellos quisieron seguir en el mal.
Ahora, tenéis también el ejemplo de Nínive. Se les anunció que si se mantenían en su error, iba a ser destruida toda la ciudad, entendieron el llamado, aceptaron el llamado del profeta y cambiaron. Aceptaron sus errores, sus pecados, aceptaron que Me habían dado la espalda con sus pecados, con la maldad que realmente estaban viviendo, pero tuvieron humildad, se arrepintieron, hicieron penitencia y alcanzaron el perdón de sus pecados y, así, el pueblo se mantuvo vivo.
Ahora a vosotros, os pregunto, conocéis el estado de vuestro mundo, ¿a cuál de estos dos pueblos se parece ahora el mundo entero? Creo que conocéis la respuesta y, eso Me entristece, porque el pecado ha crecido a niveles altísimos. Se os ha dado la oportunidad del arrepentimiento y no habéis querido tomarlo. Muy pocos son los que han aceptado el llamado y son los que han estado deteniendo que el castigo ya hubiera caído desde hace tiempo sobre la humanidad entera. Pero no se ven cambios benéficos en la generalidad de las almas y el pecado sigue aumentando a tal grado que puede llegar a afectar a las almas buenas. Sois el Sodoma y Gomorra de este tiempo y, como os dije, tuve que destruir a ésos dos pueblos para que su pecado no afectara a otros pueblos, o sea, a otras almas buenas.
Este es el tiempo de purificación también para la Tierra, para el Sodoma y Gomorra que estáis viviendo y tengo que proteger a las almas buenas que Me han escogido, que quieren estar Conmigo, pero que la maldad puede llegar a envolverlos y a destruirlos. Por estas almas buenas tiene que venir ya la purificación.
Los que estáis Conmigo, agradecédMelo, Mis pequeños, los que no habéis querido entender, sufriréis vuestra necedad, vuestra soberbia, por vuestra maldad. Mucho, mucho se hizo por vosotros, se os anunció a través de profetas y por mucho tiempo. Mi Hija, la Siempre Virgen María, también os anunció y os advirtió por mucho tiempo, los Méritos de Mi Hijo que se derramaron por toda la humanidad y por todos los tiempos no fueron aceptados por una gran mayoría de vosotros. La respuesta la conocéis en vuestro corazón, los que estáis Conmigo, preparaos para el gran cambio, que será bueno para vosotros y lo gozaréis, como lo gozaron las almas de Nínive, porque recibieron Mi Bendición al seguir viviendo y, sobre todo, de saber que recibieron Mi Amor, Mi Perdón, Mi Benevolencia.
Manteneos Conmigo, Mis pequeños, los que Me amáis y pedid por vuestros hermanos que tendrán que sufrir por su necedad.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Os amo, Mis pequeños, vosotros, los que estáis Conmigo y estad seguros que os cuidaré hasta el último momento, hasta el gran cambio, que gozaréis y que Me agradeceréis. Hijitos Míos, en estos momentos de vuestra historia, es cuando os daréis cuenta quiénes son los que realmente están Conmigo, los que están en contra Mía y a los que ni siquiera les interesa estar Conmigo.
Vosotros, los que estáis Conmigo, habéis buscado el vivir bajo Mi Voluntad. Al vivir así, Mis pequeños, os he llenado de paz, paz que debéis transmitir a vuestros hermanos y, especialmente, en la tribulación que estáis viviendo y viviréis más acentuada en el tiempo por venir.
Los que estáis Conmigo, Mis pequeños, estaréis aceptando lo que venga a vuestra vida, porque sabréis que es Mi Voluntad la que os estará acompañando y que, si es Mi Voluntad, sobre vosotros, lo que se dé, será lo mejor para vuestra vida.
En cambio, para aquellos que no están Conmigo, ni Me buscan y que no están bajo Mi Voluntad, estos tiempos, para ellos, serán un sufrimiento continuo. Lo que vosotros veréis como un cambio benéfico, los que no están Conmigo, lo verán como desastres, destrozos, muerte, todo obscuro, todo negro a sus ojos.
Vosotros, los que estáis Conmigo, que seréis Luz en las tinieblas, veréis Mi Luz, aceptaréis Mi Voluntad en todo lo que esté a vuestro alrededor y esa paz que tendréis, aún en los momentos difíciles, hará que vuestros hermanos vean la diferencia entre el tenerMe y el no tenerMe, entre aceptar Mi Voluntad y aferrarse a las cosas de la Tierra.
Vosotros, los que estáis Conmigo, sabéis que si os estoy quitando algo, después os lo regresaré, aumentado, multiplicado, más bello y, sobre todo, inimaginable a vuestras capacidades humanas, porque el cambio va a ser Divino y vosotros aún no estáis preparados para lo Divino, pero este tiempo de tribulación espiritual y tribulación humana y material, será para que os deis cuenta de lo que Yo quiero para vosotros.
Para los que no están Conmigo, se les hará demasiado difícil el aceptar lo que verán y, ciertamente, muchos de ellos se pondrán todavía más en contra Mía. Blasfemarán Mi Santo Nombre, se querrán apartar todavía más de Mí, porque creerán que el castigo es directamente en contra de ellos y que no se merecen ése castigo. Nuevamente causado por la soberbia, la falta de humildad para reconocer vuestros pecados y el abandono a Mis Leyes y a Mi Amor.
Mis pequeños, gozad desde ahora el cambio y pedidMe que se dé ya, para que empecéis a gozar de lo que tengo preparado para las almas buenas, como vosotros, que, aunque ciertamente caéis y que todavía hay pecado en vuestro corazón, sabéis arrepentiros y regresar a Mí. Pero aquellos que no están Conmigo, caen en pecado y se mantienen en él y no les interesa el arrepentimiento de corazón.
Grandes cosas bellas veréis, Mis pequeños, los que estáis Conmigo, sabréis ver Mi Amor, Mi Compasión, Mi Misericordia en los momentos difíciles dentro de esta tribulación, porque veréis a través de Mis Ojos, viviréis con Mi Corazón en vuestro interior y de esta forma, podréis gozar y estar en paz, porque estaréis Conmigo, mientras que muchos de vuestros hermanos llorarán, se desesperarán y hasta se quitarán la vida, porque no sabrán cómo tomar toda esta purificación que se dará en toda la humanidad.
Os amo, Mis pequeños, vosotros, los que estáis Conmigo y estad seguros que os cuidaré hasta el último momento, hasta el gran cambio, que gozaréis y que Me agradeceréis.
Gracias, Mis pequeños. |