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sábado, 22 de enero de 2011

Pedid ayuda a vuestros Ángeles Custodios que están para eso, pero no los invocáis



Es necesario que cada cual se emplee en la salvación de su alma. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, debéis de procurar con más ahínco, con más tesón, con más medios cristianos, salvar vuestra alma, porque amparándoos en que Soy misericordia infinita, os abandonáis y dejáis de trabajar en algo que os compete a cada uno de vosotros, sin que nadie, lo pueda hacer por vosotros, porque si bien las oraciones de Mi Cuerpo Místico os ayudarán a que la gracia os haga efecto, la salvación la tenéis que emprender vosotros. Yo, Jesús, os hablo.

Cuando un estudiante va a examinarse, si no ha estudiado, por mucho que recen por el, por mucho que el profesor quiera ser tolerante con él pasándole algunas cosas, no aprobará el examen que haga, porque depende de él y de su esfuerzo que lo apruebe. Pero no porque el profesor sea un señor genial y bondadoso puede permitirle que no haga nada, porque entonces la bondad de ese profesor se convertiría en un pecado de injusticia.

Hijos Míos, si os esforzáis, si ponéis todo cuanto esté de vuestra parte, aunque caigáis una y mil veces, si Yo veo vuestro esfuerzo, Me conmoveré, pero si veo que deseáis que todo os lo den hecho, no solo No Me conmoveré, sino que Me indignaré. Yo, Jesús, os hablo.

Se muy bien que os cuesta el camino de la santificación pero son batallas que hay que librar constantemente. Pedid ayuda a vuestros Ángeles Custodios que están para eso, pero no los invocáis. Pedid ayuda a vuestros santos patronos que también están dispuestos a ayudaros. Pedir ayuda no quiere decir que con una vez que los invoquéis ya es suficiente, debéis hacerlo cuantas veces hagan falta y poner todo lo que esté de vuestra parte para que ese camino de santidad que debéis andar, os sea llevadero y salvéis los obstáculos que os venga. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.